La política del Partido Comunista chileno


Para cualquier observador externo, la política del Partido Comunista chileno resulta a contramano de la que llevan los demás PC de América Latina y el mundo, pues en vez de formar frentes con el centroizquierda ha conformado un frente de izquierda, el Juntos Podemos (Poder Democrático y Social), que en las elecciones municipales de 2003 obtuvo el 10% de los votos. Esto, que parece la excepción que confirma la regla, es la misma regla aplicada en otras condiciones. En primer lugar, es el propio centroizquierda, la Concertación, el que ha excluido al PC de sus alianzas, a pesar del apoyo crítico de éste, como en la segunda vuelta Lagos-Lavin en el ‘99. Por otro lado, el resto de la izquierda emergió de la dictadura totalmente atomizado y sin orientación política clara, que permite un predominio casi completo del PC. Frentes como el País, IU, Mida, que siempre han nacido alrededor de algún evento eleccionario, luego son olvidados. En ese sentido, lo que el Podemos tiene como novedoso es el momento político en el cual se forma, de desgaste de la Concertación, paulatinas luchas como la de los estudiantes o el rechazo a la visita de Bush en noviembre de 2004, es decir un lento proceso de izquierdización de las masas.


 


En este año eleccionario, donde se elige presidente, se recambian todos los diputados y la mitad de los senadores, parecía que íbamos a asistir a una gran lección de democracia ya que el Podemos iba a internas abiertas y asambleas de base con cinco precandidatos a presidente de distintos sectores, hasta que el PC… perdón, el diablo, metió la cola. Asustado quizá con tanta democracia, el precandidato del Partido Comunista, Tomás Moulián, renunció y el PC apoyó a Tomás Hirsch, precandidato del Partido Humanista, una figura de bajo perfil que en la elección presidencial de 1999 sacó menos del 1% de los votos. Esto produjo el retiro de los otros dos componentes mayoritarios del bloque, la Surda y Fuerza Social, que criticaban a Hirsch por conservador y derechista, y la correspondiente renuncia del resto de los precandidatos. Con esto, que el presidente del PC, Teillier, quiso tomar en broma, el ahora Juntos Podemos Mas quedó reducido a un virtual pacto PC-PH. La política del PC de apoyar a un candidato de bajo perfil y de desinflar el Podemos, sólo puede ser entendida como una “ayudita” a la candidata de la Concertación, Michelle Bachellet, en su competencia con Piñera y Lavin, candidatos de la derecha, a cambio de una reforma en el sistema binominal [1], que le permita conseguir alguna banca parlamentaria.


 


En honor a la verdad, toda la política del PC gira en tomo a la reforma del binominalismo, escondida en la lucha contra la “exclusión social y política” como demuestran la marcha en Valparaíso “Por la democratización de Chile” y la proclama de la CUT (Central Unitaria de Trabajadores )en el mismo sentido. Sin ir más lejos, el discurso de Guillermo Teillier al proclamar candidato a Hirsch, dice: “Es imprescindible poner término a la exclusión política y social de la cual son objeto millones de chilenos, por la persistencia del sistema electoral binominal…” [2J . Ya en marzo de este año Teillier se reunió con el presidente de la Cámara baja, Gabriel Ascencio, de la Concertación, para presentarle “una propuesta que buscaba una distribución proporcional y no excluyente, que entregue oportunidad a la izquierda y a grupos laborales de estar representados, aumentar el número de diputados y senadores, y aprobar el voto de los chilenos en el exterior” [3] . Precisamente, la reforma constitucional aprobada el 15 de julio de 2005, si bien no pone fin al sistema binominal, lo quita de la Constitución, lo cual hace que se necesite sólo el 50% de los votos del Congreso para reformarlo, contra el 66% que se necesitaba antes.


 


El programa del Podemos


 


En la Asamblea Nacional por la Democracia y la Soberanía Nacionales, donde participaron numerosos grupos integrantes del Juntos Podemos (Izquierda Cristiana, Coordinadora Mirista, Andes, Partido Refundación Socialista, Generación Ochenta, Movimiento Oveja Negra, Partido Radical de Chile, Partido Humanista, Partido Comunista Acción Proletaria, MIR, Colectivos Popularios, Oceanía, Asambleas Populares, Bloque por el Socialismo, donde participan el MPS-LIT-CI, Izquierda Socialista, etc.), se votó la “Plataforma programática para un Chile justo, solidario, soberano y democrático”. Como programa, la plataforma hace eje en la necesidad de combatir el “modelo neoliberal” y el Alca, en planteos sobre “construir desde la diversidad” y por supuesto la lucha contra la exclusión social y política. Es decir un programa para “domesticar” el capitalismo salvaje. Donde más se pone de manifiesto la adaptación al régimen del programa es en el punto referido al cobre.


 


En resumen, la política del Podemos formar parte de la tendencia mundial a la cooptación de la izquierda por parte del Estado capitalista, que se agudiza con el alza de la lucha de las masas. Frente a esto oponemos la formación de un partido revolucionario basado en la verdadera independencia de clase.


 


[ 1 ] En Chile rige un sistema llamado binominal por el cual, tanto en Diputados como en Senadores, los cargos son apropiados por el primero y el segundo, lo que hace virtualmente imposible conseguir un cargo parlamentario para la izquierda.


 


[2] Revista El Siglo, 10/5/05.


 


[13] El Mercurio, 16/7/05.


 

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