No al gobierno con los banqueros de la “Unione”


Moción de progetto comunista en el Comité político de rifondazione comunista


 


Marco Ferrando y Franco Grisolía (dirección del PRC); Ivana Aglietti, Tiziano Bagarolo, Vito Bisceglie, Letizia Mancusi, Michele Terra, Marco Veruggio (CNG)


 


Día tras día, los acontecimientos políticos demuestran que la unión de la izquierda con el  centro liberal de la mayoría de la DS (Democracia de Izquierda) y de la Margheríta (Prodi, Rutelli) no solamente niega de raíz cualquier posibilidad de verdadera alternativa, sino que además subordina a la clase obrera y los movimientos a los intereses del gran capital, a favor de la burguesía italiana y de la misma demagogia reaccionaria do Berlusconi y de la derecha. Surge, entonces, la necesidad y la urgencia de la ruptura con el Centro de la “Unione”, por parte del Partito della Rifondazione Comunista (PRC) y de todas las expresiones del movimiento trabajador y de los movimientos de lucha.


 


Los casos Antoveneta, BNL, Unipol son la expresión del capitalismo: no de la inmoralidad de un puñado de promotores inmobiliarios y financieros recién llegados, sino de las leyes de la selva de la sociedad burguesa y de la crisis capitalista, donde una minoría privilegiada de parásitos sociales se pelea sin ahorrarse golpes para acaparar la riqueza del país y las arterias vitales de la economía, contra los intereses de los trabajadores y de la mayoría de la sociedad, e incluso toman como rehenes sus puestos de trabajo, sus cuentas corrientes, sus pequeños ahorros… (…)


 


Los escándalos financieros son paralelamente, otra vez, el reflejo del centro liberal de la “Unione” y de sus lazos capitalistas: en una lucha interna por la conquista de la hegemonía en el capitalismo italiano y en la construcción de su representación política central, D’Alema, Fassino y la mayoría de la DS han utilizado como palanca a un sector del capitalismo emergente -de los Colanninos a los Consortes- para mejorar su propia cotización política en la concertación con la Margheríta en lo que respecta a la representación de las clases dominantes (…) La Margheríta, a su vez, ha explotado esta contradicción de la DS para candidatearse como dirección del futuro partido democrático en su rol de portavoz directa de la Confindustria y de un sector de los grandes bancos (…)


 


El programa de la “Unione”: un programa de la Confindustria


 


El programa de la “Unione” refleja inevitablemente esta realidad. Como era previsible, el borrador del programa presentado, ya sea en su versión inicial como en la definitiva, desmiente del modo más brutal todas las ilusiones sembradas durante años respecto de la posibilidad de “correr a la izquierda” a los portavoces liberales del capitalismo italiano.


 


En el campo de la política exterior, el programa de la “Unione” tiene una marcada orientación “atlantista”; reivindica la cooperación entre la Unión Europea y los Estados Unidos, en el marco de la defensa europea, la continuidad de las misiones militares en los Balcanes y Afganistán, y una solución “trucha” para Irak. Ahí donde dice “propuesta inmediata de un calendario de retiro a consultar con In autoridad iraquí”, lo que expresa oh: negativa al retiro inmediato do las tropas.


 


En el campo de la política económico-social, el programa se mueve en una línea de relanzamiento de la competitividad del capitalismo italiano. Por lo tanto, (…) es la concreción de aquellas “reformas impopulares” dictadas por la gran industria y los grandes bancos, que ya había anunciado Romano Prodi en el momento de la investidura plebiscitaría en las primarias.


 


Romper con el Centro de la “Unione”, recuperar la autonomía de los trabajadores


 


Los escándalos bancarios, los compromisos de la DS, el mismo programa de la “Unione” demuestran, una vez más, el carácter insostenible de la actual posición del PRC y de su proyecto de gobierno. Y, más generalmente, demuestran, una vez más, que ninguno de los fundamentos sociales y políticos de los movimientos de lucha de estos años -de la clase trabajadora, del movimiento antiglobalización, del movimiento por el retiro de las tropas- puede encontrar el más pálido reflejo en el programa del liberalismo burgués (…). Desde todo punto de vista, tanto futuro como inmediato, la subordinación de las izquierdas a los liberales es en beneficio exclusivo de los adversarios de los trabajadores y de los movimientos.


 


El mismo contrato de los trabajadores metalúrgicos y de las automotrices representa, en sus contenidos, el retorno orgánico a la concertación que el proyecto de la “Unione” lleva consigo. El engaño de la recuperación salarial con la extensión de seis meses del tiempo de vigencia del contrato; las graves concesiones a la patronal en cuanto a flexibilidad (alargamiento de los tiempos de aprendizaje, extensión del horario plurisemanal en conexión con la negociación de las cuotas de “precariedad”), representan un retorno de la dirección de la Fiom a las políticas de concertación en subordinación a la línea Epifani (secretario general de la CGIL), dentro del marco de la compatibilidad del centroizquierda y la patronal. Por este motivo es tan negativo el consenso acordado entre el grupo dirigente del Área 28 de Abril de la CGIL y el grupo dirigente del PRC con los contenidos del contrato laboral.


 


El PRC debe salir inmediatamente del callejón sin salida en el cual lo ha metido el actual rumbo político de su mayoría dirigente. No puede hacerlo ni siquiera -como todavía pretenden los grupos dirigentes de otras mociones “críticas” (la “Ernesto” y “Erre”)- a través de una “negociación más coactiva” con la centroizquierda o una mayor presión del movimiento sobre la centroizquierda. No. Los hechos demuestran que el Centro de la “Unione” es impermeable a las razones de los trabajadores por el simple hecho de que representa la razón de ser de sus adversarios. Es que solamente la ruptura con el Centro de la “Unione” por parte de los trabajadores, de sus organizaciones, de sus representaciones políticas y sociales, puede abrir el camino a un nuevo proyecto, a un programa de alternativa anticapitalista.


 


Echar a Berlusconi, por una alternativa anticapitalista


 


El PRC debe presentar una propuesta de relanzamiento y unificación de la lucha y de las movilizaciones en torno a una plataforma de lucha general. En dirección a una prueba de fuerza contra el gobierno de Berlusconi y las clases dominantes del país (…). Es necesario poner sobre el tapete la nacionalización de la banca y de las industrias en crisis, sin ninguna indemnización y bajo el control de los trabajadores (…) restituir a los trabajadores y al pueblo una herramienta decisiva de reorganización de la sociedad y de la economía, en base a las necesidades y no a las ganancias; unir en la lucha contra los capitalistas y los banqueros al más vasto bloque social y alternativo de trabajadores, consumidores, pequeños ahorristas, todos los interesados en terminar con la prepotencia diaria de los patrones y de los viejos y nuevos usureros.


 


En forma paralela, este programa de movilizaciones plantea la actualidad de una alternativa al sistema. Los escándalos bancarios, la crisis social y moral de las clases dirigentes del país y de sus partidos plantea la cuestión de la alternativa de clase en forma más clara y directa.


 


Es necesario desarrollar una verdadera campaña sobre la quiebra de la clase dominante del país y, por ende, exigir su expulsión como condición necesaria para la auténtica refundación social de Italia. Sólo un gobierno de trabajadores y trabajadoras basado en su propia fuerza puede dar una solución verdadera y progresiva a la crisis italiana. Construir entre los trabajadores, en los movimientos de lucha, entre los jóvenes, la conciencia de que la alternativa socialista es la única alternativa verdadera, reconducir a este proyecto todas las reivindicaciones inmediatas de lucha, presentar la necesidad de una alternativa al sistema, no en términos ideológicos o abstractos sino vinculada a los escándalos cotidianos de la sociedad burguesa y a la experiencia concreta de las masas, con un lenguaje accesible y popular; son las tareas generales de los comunistas. Y de su oposición a todo gobierno de la burguesía italiana, una oposición irrenunciable para el PRC y, en todo caso, para Progetto Comunista, coherente con su planteo congresal.

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