Buscar
Close this search box.

«El año nuevo que nunca llegó»

Un filme que radiografía la caída de la burocracia rumana de Ceausescu

«El año nuevo que nunca llegó»

Un filme que radiografía la caída de la burocracia rumana de Ceausescu

El nuevo largometraje de Bogdan Muresanu se contextualiza en los últimos días del mes de diciembre de la década de 1980. En una Rumania gobernada por Nicolae Ceausescu. Ejecutivo que poco a poco, se resquebraja y cae, por el estallido de una verdadera revolución donde jugó un papel importante la movilización de los obreros industriales.

El film retrata como lo atraviesan seis personajes, integrantes del pueblo, que aún no han tomado conciencia de la crisis política y social que atraviesa el país. Media docena de historias que se van entrecruzando, construyendo un fresco político, social y cultural de una Rumania en bancarrota. Stefan Silvestru, director de Televisión Rumania (TVR) es obligado por el Estado a producir un programa especial de fin de año, con el fin de homenajear al presidente. Una estrella del espectáculo se escapa del país. Florida, su reemplazante, se niega a leer un texto vanagloriando al jefe político, preocupada por la revuelta popular que ha comenzado a desarrollarse en la ciudad industrial de Timisoara. Laurentiu, hijo del director televisivo, planifica, junto a un amigo, escaparse del país. Pero sin saber que son investigados por la policía secreta, por haber sido partícipes de una obra teatral, que mediante la sátira denunciaba las violaciones a las libertades y los derechos humanos. A cargo de la investigación se encuentra el agente Ingut, quien tiene a su madre, Margareta, desalojada de su vivienda. En la mudanza, contrata los servicios de Gelu, un trabajador preocupado por la carta redactada por su hijo a Papá Noel, pidiéndole como regalo “Que maten al presidente".

La obra de Muresanu supera el film histórico. Nos lleva al interior de los hogares. Con planos cortos, acercándonos a sus intimidades, a las cotidianidades de los vecinos y laburantes. Con sus miedos y angustias. 

Entrevistado, poco después de estrenado el largometraje, explica que “La realidad fue producto de una investigación compleja, buscando en archivos, en la televisión, en los relatos de aquellos que vivieron esa época, y entonces se trata de ese juego entre la realidad y la ficción, y no se sabe bien donde comienza una y termina la otra (…) Sus acciones no son producto de la valentía, sino que salen desde el miedo” (La Nación, 19/06).

Rumania made in Ceausescu

Nicolae Ceausescu fue el segundo y último jefe de Estado rumano dirigido por el Partido Comunista. Ceausescu ejerció el poder como secretario general del Partido Comunista Rumano (PCR), durante un cuarto de siglo (de 1965 al 25 de diciembre de 1989). Fue un régimen de tipo stalinista, aunque con algunas críticas y diferencias con el PCUS soviético, intentando presentarse como “nacionalista”. Su gobierno se caracterizó por un fuerte culto a la personalidad.

Durante sus primeros años de mandato, en 1968 criticó la invasión de la Unión Soviética a Checoslovaquia. Los tanques rusos intervinieron para ahogar represivamente las disidencias de un sector “reformista” del PC, preocupados por una situación que llevaba al levantamiento de los obreros checos y la consumación de una revolución política con la constitución de consejos independientes de la burocracia. Pero la“oposición”de Ceausescu era formal, el no cambiaba el curso burocrático en su país.Solo era ficción que fue utilizada con el fin de tejer lazos con el imperialismo, buscando acuerdos comerciales y financieros. Pero sin soltar el pacto histórico con la burocracia de la URSS.

Rumania se transformó en el primer Estado en concretar acuerdos con la Comunidad Europea y fue de los países de Europa del Este, el que más préstamos recibió del FMI y los bancos imperialistas. En 1974 Ceaucescu visita Argentina, donde Juan Domingo Perón le otorga la Orden del Libertador General San Martín. Era un “modelo” para el General que no llegó a ver cómo el pueblo rumano se levantó contra sus ajustes antiobreros, lo derribó y fusiló. (Cosa que sucedería también en la gran Huelga General de junio/julio de 1975 contra el gobierno peronista que quería imponer el “rodrigazo”). 

Ceausescu desarrolló una brutal persecución, represión y censura a las expresiones de protesta del pueblo trabajador.

En 1982, el gobierno rumano decidió pagar la deuda externa, al Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, hambreando y ajustando al pueblo. Disponiendo de raciones fijas de alimentos (300 gramos de pan por día y cinco huevos por mes, por persona). A la par, habilitaba la exportación de carnes, verduras y cereales. A esto se le suma una fuerte faltante de combustibles.Para no importar petróleo que permitiera calefaccionar las viviendas en el frío invierno rumano con temperaturas bajo cero grado, Ceausescu prohibió que se pudieran encender calderas y estufas si la temperatura no estaba bajo cero. Pero, lo peor es que obligaba al servicio meteorológico a dar falsos informes sobre la sensación térmica, señalando temperaturas más elevadas a las realmente existentes. Para pagar la deuda, como sucede habitualmente, el ejecutivo toma la medida de recortar los aumentos salariales. Convirtiendo a Rumania en el país con mayor miseria del viejo continente. 

Como respuesta se sucedieron importantes actos de lucha. Como la huelga de los obreros industriales y mineros, el 15 de septiembre de 1987 en Barsov, bajo la consigna principal “¡Abajo la dictadura!”.

El 17 de diciembre de 1989 ordenó a las fuerzas armadas disparar sobre las movilizaciones que se desarrollaban en la ciudad de Timisoara. 

El 21 de diciembre de 1989, al regreso de su viaje a Irán, al ver el incremento del alza obrera y malestar popular, el gobierno convoca a una asamblea del PCR, buscando un acto de apoyo masivo, en Bucarest,la ciudad capital. Pero el tiro le salió por la culata. Una multitud copó las calles al grito de “¡El pueblo somos nosotros!¡Abajo el dictador!¡Muerte a los criminales!”. 

En cuestión de horas la situación fue avanzando y la movilización popular fue en creciente. Al día siguiente, el 22 de diciembre del 89, las masas seguían en las calles: los obreros abandonaban las fábricas en las principales ciudades y marchaban al centro, chocando con las fuerzas represivas, que se empezaban a dividir. Lo que obligó al presidente a escapar en helicóptero. Pero su fuga duró poco. Pocas horas más tarde él y su esposa (primera dama) terminaron detenidos. Y, el 25 de diciembre, en plena navidad de 1989, fue juzgado sumariamente, sentenciado a muerte y fusilado en el acto, por la masacre de Timisoara, enriquecimiento ilícito y demás actos violentos y atroces. Como parte del alegato final, uno de los fiscales, en el juicio expresó “¡Hay más de sesenta y cuatro mil muertos en todas las ciudades! ¡Ustedes llevaron a la miseria al pueblo!¡Ustedes aplastaron a los niños con sus tanques!”.

Lo sustituyó un “Frente de Salvación Nacional” integrado, mayoritariamente, por miembros de segundo rango de la dirección del PCR, dirigidos por Ion Iliescu, que había sido secretario general de la juventud del PCR y ministro del gobierno de Ceausescu. Este llevaría adelante un proceso de restauración capitalista (privatizaciones de las empresas más grandes e importantes, etc.) constituyendo una nueva oligarquía capitalista. El propio Iliescu, reconoció años más tarde, que el juzgamiento y fusilamiento express de Ceausescu, fueron "bastante vergonzosos, pero necesarios". Se trataba de contener la profundización política de la movilización obrera y popular en las calles  

Un director comprometido 

Nacido en Bucarest, el 10 de agosto de 1974. Su juventud y adolescencia fueron atravesadas por el cine, tanto en las salas como estudiando el séptimo arte, y en medio de la revolución rumana. Levantamientos populares que lo marcaron a la hora de producir sus creaciones cinéfilas. Especialmente observando y llevando a la pantalla grande, sus efectos sociales e individuales. 

Lo demuestra desde su primera creación: Half Shaved (Mitad Afeitado). Cortometraje presentado en 2013, que relata los inicios de la década de los 90 (1991) poco tiempo después del estallido social. Una barbería, a la cual llega un cliente, y el barbero descubre que es su antiguo torturador. Algo similar a La Muerte de la Doncella (1994) de Roman Polanski. “… ¿Qué pasa cuando un hombre no calcula bien su situación? ¿Cuándo, cómo se dice familiarmente, se dio vuelta la tortilla y alguien no alcanza a advertirlo? Half Shaved hace ingresar la política como en un viejo cuento de terror en el que se abre inopinadamente una ventana para que rencores no saldados encuentren su oportunidad de redención” (bafici.org).

Por otro lado, The Christmas Gift (Tarjeta de Navidad) de 2018, nos retrotrae a la masacre de Timisoara. Cortometraje que sirvió como antesala de su último film. Un niño que le escribe a Papa Noel, expresando los miedos y angustias del pueblo, inmerso en la persecución, la represión y la muerte. “La paranoia de la dictadura comunista de Ceaucescu es puesta aquí como telón de fondo, o más bien como presencia constante. El totalitarismo incluye el miedo al vecino que te denuncia por no adorar al líder…” (bafici.org).

“El año nuevo que nunca llegó” nos relata la lucha de un pueblo contra la burocracia, visto desde adentro. Cómo se procesa un levantamiento popular en defensa de las libertades y derechos cercenados. Una obra del séptimo arte, y documento histórico, que vuelve a demostrar que, pese a la represión, las amenazas y las muertes, no hay fuerza más poderosa que la del pueblo trabajador en las calles.

El nuevo largometraje de Bogdan Muresanu se contextualiza en los últimos días del mes de diciembre de la década de 1980. En una Rumania gobernada por Nicolae Ceausescu. Ejecutivo que poco a poco, se resquebraja y cae, por el estallido de una verdadera revolución donde jugó un papel importante la movilización de los obreros industriales.

El film retrata como lo atraviesan seis personajes, integrantes del pueblo, que aún no han tomado conciencia de la crisis política y social que atraviesa el país. Media docena de historias que se van entrecruzando, construyendo un fresco político, social y cultural de una Rumania en bancarrota. Stefan Silvestru, director de Televisión Rumania (TVR) es obligado por el Estado a producir un programa especial de fin de año, con el fin de homenajear al presidente. Una estrella del espectáculo se escapa del país. Florida, su reemplazante, se niega a leer un texto vanagloriando al jefe político, preocupada por la revuelta popular que ha comenzado a desarrollarse en la ciudad industrial de Timisoara. Laurentiu, hijo del director televisivo, planifica, junto a un amigo, escaparse del país. Pero sin saber que son investigados por la policía secreta, por haber sido partícipes de una obra teatral, que mediante la sátira denunciaba las violaciones a las libertades y los derechos humanos. A cargo de la investigación se encuentra el agente Ingut, quien tiene a su madre, Margareta, desalojada de su vivienda. En la mudanza, contrata los servicios de Gelu, un trabajador preocupado por la carta redactada por su hijo a Papá Noel, pidiéndole como regalo “Que maten al presidente».

La obra de Muresanu supera el film histórico. Nos lleva al interior de los hogares. Con planos cortos, acercándonos a sus intimidades, a las cotidianidades de los vecinos y laburantes. Con sus miedos y angustias. 

Entrevistado, poco después de estrenado el largometraje, explica que “La realidad fue producto de una investigación compleja, buscando en archivos, en la televisión, en los relatos de aquellos que vivieron esa época, y entonces se trata de ese juego entre la realidad y la ficción, y no se sabe bien donde comienza una y termina la otra (…) Sus acciones no son producto de la valentía, sino que salen desde el miedo” (La Nación, 19/06).

Rumania made in Ceausescu

Nicolae Ceausescu fue el segundo y último jefe de Estado rumano dirigido por el Partido Comunista. Ceausescu ejerció el poder como secretario general del Partido Comunista Rumano (PCR), durante un cuarto de siglo (de 1965 al 25 de diciembre de 1989). Fue un régimen de tipo stalinista, aunque con algunas críticas y diferencias con el PCUS soviético, intentando presentarse como “nacionalista”. Su gobierno se caracterizó por un fuerte culto a la personalidad.

Durante sus primeros años de mandato, en 1968 criticó la invasión de la Unión Soviética a Checoslovaquia. Los tanques rusos intervinieron para ahogar represivamente las disidencias de un sector “reformista” del PC, preocupados por una situación que llevaba al levantamiento de los obreros checos y la consumación de una revolución política con la constitución de consejos independientes de la burocracia. Pero la“oposición”de Ceausescu era formal, el no cambiaba el curso burocrático en su país.Solo era ficción que fue utilizada con el fin de tejer lazos con el imperialismo, buscando acuerdos comerciales y financieros. Pero sin soltar el pacto histórico con la burocracia de la URSS.

Rumania se transformó en el primer Estado en concretar acuerdos con la Comunidad Europea y fue de los países de Europa del Este, el que más préstamos recibió del FMI y los bancos imperialistas. En 1974 Ceaucescu visita Argentina, donde Juan Domingo Perón le otorga la Orden del Libertador General San Martín. Era un “modelo” para el General que no llegó a ver cómo el pueblo rumano se levantó contra sus ajustes antiobreros, lo derribó y fusiló. (Cosa que sucedería también en la gran Huelga General de junio/julio de 1975 contra el gobierno peronista que quería imponer el “rodrigazo”). 

Ceausescu desarrolló una brutal persecución, represión y censura a las expresiones de protesta del pueblo trabajador.

En 1982, el gobierno rumano decidió pagar la deuda externa, al Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, hambreando y ajustando al pueblo. Disponiendo de raciones fijas de alimentos (300 gramos de pan por día y cinco huevos por mes, por persona). A la par, habilitaba la exportación de carnes, verduras y cereales. A esto se le suma una fuerte faltante de combustibles.Para no importar petróleo que permitiera calefaccionar las viviendas en el frío invierno rumano con temperaturas bajo cero grado, Ceausescu prohibió que se pudieran encender calderas y estufas si la temperatura no estaba bajo cero. Pero, lo peor es que obligaba al servicio meteorológico a dar falsos informes sobre la sensación térmica, señalando temperaturas más elevadas a las realmente existentes. Para pagar la deuda, como sucede habitualmente, el ejecutivo toma la medida de recortar los aumentos salariales. Convirtiendo a Rumania en el país con mayor miseria del viejo continente. 

Como respuesta se sucedieron importantes actos de lucha. Como la huelga de los obreros industriales y mineros, el 15 de septiembre de 1987 en Barsov, bajo la consigna principal “¡Abajo la dictadura!”.

El 17 de diciembre de 1989 ordenó a las fuerzas armadas disparar sobre las movilizaciones que se desarrollaban en la ciudad de Timisoara. 

El 21 de diciembre de 1989, al regreso de su viaje a Irán, al ver el incremento del alza obrera y malestar popular, el gobierno convoca a una asamblea del PCR, buscando un acto de apoyo masivo, en Bucarest,la ciudad capital. Pero el tiro le salió por la culata. Una multitud copó las calles al grito de “¡El pueblo somos nosotros!¡Abajo el dictador!¡Muerte a los criminales!”. 

En cuestión de horas la situación fue avanzando y la movilización popular fue en creciente. Al día siguiente, el 22 de diciembre del 89, las masas seguían en las calles: los obreros abandonaban las fábricas en las principales ciudades y marchaban al centro, chocando con las fuerzas represivas, que se empezaban a dividir. Lo que obligó al presidente a escapar en helicóptero. Pero su fuga duró poco. Pocas horas más tarde él y su esposa (primera dama) terminaron detenidos. Y, el 25 de diciembre, en plena navidad de 1989, fue juzgado sumariamente, sentenciado a muerte y fusilado en el acto, por la masacre de Timisoara, enriquecimiento ilícito y demás actos violentos y atroces. Como parte del alegato final, uno de los fiscales, en el juicio expresó “¡Hay más de sesenta y cuatro mil muertos en todas las ciudades! ¡Ustedes llevaron a la miseria al pueblo!¡Ustedes aplastaron a los niños con sus tanques!”.

Lo sustituyó un “Frente de Salvación Nacional” integrado, mayoritariamente, por miembros de segundo rango de la dirección del PCR, dirigidos por Ion Iliescu, que había sido secretario general de la juventud del PCR y ministro del gobierno de Ceausescu. Este llevaría adelante un proceso de restauración capitalista (privatizaciones de las empresas más grandes e importantes, etc.) constituyendo una nueva oligarquía capitalista. El propio Iliescu, reconoció años más tarde, que el juzgamiento y fusilamiento express de Ceausescu, fueron «bastante vergonzosos, pero necesarios». Se trataba de contener la profundización política de la movilización obrera y popular en las calles  

Un director comprometido 

Nacido en Bucarest, el 10 de agosto de 1974. Su juventud y adolescencia fueron atravesadas por el cine, tanto en las salas como estudiando el séptimo arte, y en medio de la revolución rumana. Levantamientos populares que lo marcaron a la hora de producir sus creaciones cinéfilas. Especialmente observando y llevando a la pantalla grande, sus efectos sociales e individuales. 

Lo demuestra desde su primera creación: Half Shaved (Mitad Afeitado). Cortometraje presentado en 2013, que relata los inicios de la década de los 90 (1991) poco tiempo después del estallido social. Una barbería, a la cual llega un cliente, y el barbero descubre que es su antiguo torturador. Algo similar a La Muerte de la Doncella (1994) de Roman Polanski. “… ¿Qué pasa cuando un hombre no calcula bien su situación? ¿Cuándo, cómo se dice familiarmente, se dio vuelta la tortilla y alguien no alcanza a advertirlo? Half Shaved hace ingresar la política como en un viejo cuento de terror en el que se abre inopinadamente una ventana para que rencores no saldados encuentren su oportunidad de redención” (bafici.org).

Por otro lado, The Christmas Gift (Tarjeta de Navidad) de 2018, nos retrotrae a la masacre de Timisoara. Cortometraje que sirvió como antesala de su último film. Un niño que le escribe a Papa Noel, expresando los miedos y angustias del pueblo, inmerso en la persecución, la represión y la muerte. “La paranoia de la dictadura comunista de Ceaucescu es puesta aquí como telón de fondo, o más bien como presencia constante. El totalitarismo incluye el miedo al vecino que te denuncia por no adorar al líder…” (bafici.org).

“El año nuevo que nunca llegó” nos relata la lucha de un pueblo contra la burocracia, visto desde adentro. Cómo se procesa un levantamiento popular en defensa de las libertades y derechos cercenados. Una obra del séptimo arte, y documento histórico, que vuelve a demostrar que, pese a la represión, las amenazas y las muertes, no hay fuerza más poderosa que la del pueblo trabajador en las calles.

Temas relacionados:

Artículos relacionados