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La crisis del proceso restauracionista en Cuba

Exposición en la mesa “¿A dónde va Cuba?” del III Evento Internacional León Trotsky (26/10/2024)

Muchas gracias. Tengo cierto beneficio por hablar ahora. Los compañeros anteriores han cubierto muchos datos y hechos y puedo dedicar estos minutos a remarcar y discutir algunos conceptos. 

Efectivamente el enorme apagón que sucedió en Cuba la semana pasada fue de características inéditas y sirve de postal de la profunda crisis del gobierno restauracionista. Un apagón que duró muchos días, que no solo tiene que ver con la caída de de la central termoeléctrica, sino una falta de combustible para alimentar plantas auxiliares. O sea que es una crisis bastante profunda y que como venimos viendo en todo lo que se ha relatado dio lugar también un proceso de movilización y protestas en muchas ciudades.

La postal que muestra es de una Cuba en la que se vive un fracaso de las condiciones de la restauración capitalista impulsada por el gobierno y donde se da un proceso de manifestaciones, de protestas populares que se sostienen en el tiempo. 

No solo lo decimos los trotskistas, o la izquierda crítica en Cuba. The Economist en enero de 2024 titulaba que está trastabillando el experimento del sector privado en Cuba. Entonces esto es importante porque vamos a ver algunas formulaciones donde para nosotros hay ambigüedades o están equivocadas. Es como dicen los trotskistas y The Economist. Están tratando de instalar la empresa privada. Es un proceso de restauración capitalista. Y las condiciones de la crisis capitalista internacional y varios de los choques en particular dentro de esa crisis están haciendo que sea un proceso muy prolongado y dificultoso, con avances y retrocesos.

Pero es un error confundir, como se hizo en esta mesa, a un proceso de restauración capitalista con un proceso de privatizaciones de algunas empresas nacionalizadas en un país capitalista (como hizo el representante de Izquierda Socialista, IS de la UIT-CI). Es otra cosa. Hay que construir una nueva clase social dominante y hay que modificar las  relaciones de trabajo. Es un proceso que da lugar a otras contradicciones y dificultades. No son correctas las analogías que se han hecho acá a un ajuste, o a un gobierno como Milei (como planteó el representante de Política Obrera). 

Hay que caracterizarlo concretamente.

Revolución permanente en Cuba y América Latina

Esto también tiene que ver con un debate que mira más para atrás. La Revolución Cubana, ¿fue la confirmación o la negación para Latinoamérica de la teoría de la Revolución Permanente de Trotsky? Es una pregunta significativa, porque eso tiene un alcance no solo para Cuba sino para todo Latinoamérica, por los lazos comunes de opresión imperialista, de los rasgos sociales de nuestros países. 

La corriente en la que yo milito hace muchos años, el Partido Obrero, tiene esta posición casi como característica fundacional. Por ejemplo, en una Política Obrera número 24 de 1968 se decía “la Revolución Cubana tiene una significación histórica muy amplia. Es por de pronto la primera revolución socialista del mundo occidental”. Sigue después, “la Revolución Cubana es producto de las condiciones creadas por el imperialismo moderno y ratifica por esto mismo el carácter universal, internacional de la revolución proletaria y socialista de nuestra época”. 

O, para decirlo en palabras de un compañero que no fue trotskista, frente a la posibilidad de una tercera vía revolucionaria como la que expuso el compañero de Socialismo o Barbarie, ¿es posible esto? ¿se puede derrotar al  imperialismo, transformar las condiciones de nuestra sociedad, sin expropiar al capital, sin destruir el Estado burgués? Nosotros decimos que no. Decimos como el Che Guevara que la revolución en Latinoamérica o es socialista o es caricatura de revolución.

Porque de lo contrario, aunque el abordaje tenga una apariencia inversa, sectaria, se está abriendo en términos teóricos la posibilidad de una transformación social no proletaria que no parte de destruir al Estado burgués, pero que al mismo tiempo es un avance revolucionario. Y esta idea, aunque justamente no sea el objetivo de los compañeros, abre una expectativa de una de una especie de Estado intermedio, ni burgués ni proletario. 

Y abre una gran confusión teórica. Habría que diferenciar como marxistas en un Encuentro León Trotsky lo que es el carácter de clase de un Estado y lo que son las formas de gobierno. Ni el bonapartismo ni la burocracia son clases sociales. 

Burocracias ha habido muchas. Las que formaron las monarquías absolutas. Las que formaron los Estados capitalistas. Las que han habido en los Estados obreros. ¿Qué es una burocracia? Un conjunto de funcionarios que atienden en sus oficinas y siguen sus reglamentos internos y eso tiene tiene más peso y decisión que las demandas del pueblo. Eso ha existido en muchos estadios históricos y sociedades, no define el carácter de clase de un Estado.

Tampoco puede existir un Estado neutro, sin contenido de clase. Para un marxista esto es un absurdo.

La revolución socialista en Cuba no tuvo una dirección proletaria. Así como Trotsky previó la posibilidad de que partidos reformistas tuvieran que tomar el poder impulsados por las masas, una dirección de origen pequeño burguesa, jacobina, en los choques con el imperialismo y con la burguesía local tuvo que llevar adelante la concatenación de esas tareas democráticas antiimperialistas con las socialistas. Llegó así a la destrucción del ejército, del Estado burgués y a la expropiación de toda la clase social capitalista, que dejó de existir en Cuba. No están más.

Este es el punto de partida conceptual. Y entonces este proceso que va reconstruyendo una burguesía cubana, mediante la restauración capitalista, es sin embargo de características absolutamente menores, muy pobres. 

Ofensiva restauracionista y respuesta de masas

Esto responde en particular a la falta de inversiones internacionales, y en primer lugar lógicamente al embargo norteamericano. Obama lo ablandó pero Trump y Biden después lo han endurecido. Y es esta crisis que después se va a mezclar con la pandemia y mediante el cierre del turismo que, como se ha marcado, es el principal ingreso se han tomado una cantidad de medidas que fueron un mazazo a la población. 

El gobierno cubano aplicó un paquete ajustador y al mismo tiempo la pretensión de un avance de la restauración capitalista pero que vemos que está atravesando una profunda crisis. Se desarrolló acá y me apoyo en esas exposiciones para dar por entendidas las medidas de unificación cambiaria y la implementación de las tiendas MLC (en Moneda Libremente Convertible). A estas tiendas con precios en dólares fueron derivados no solo los productos de lujo sino muchos productos de primera necesidad y producidos en la propia Cuba. Esto obliga a la población trabajadora a tener que recurrir a divisas internacionales para sus productos de necesidad inmediata.

Hemos tenido el problema de la ley de MIPYMES, o sea la promoción de empresas privadas que se ha venido llevando adelante y previamente a esto el cambio constitucional reconociendo el derecho a la propiedad y a la empresa en Cuba en 2019.

Entonces hay una cantidad de medidas que han tomado desde el gobierno restauracionista que promueve esto pero que todavía tiene un desarrollo muy pequeño. Las 11000 empresas privadas que sobre todo, aparte de turismo y gastronomía, están concentradas en la producción de alimentos y la producción agraria en la isla. 

Hay un problema social enorme ahí que todavía no ha estallado. A pesar de que ya ha habido manifestaciones populares, del pueblo pobre y los trabajadores por distintas consignas, esta es la bomba de tiempo que está latente en la sociedad cubana. Porque en esas empresas no existe la legislación laboral. Lo planteaba Frank (García Hernández, de Comunistas de Cuba)  con toda claridad en su intervención. Existen unos sindicatos creados por el Estado donde los trabajadores se afilian junto a los patrones, que no implican entonces realmente la posibilidad de discutir las condiciones laborales y de defenderse. Los contratos laborales son de palabra. 

Ha habido algunas luchas obreras. Ha habido una huelga ferroviaria. Así como como después del 11 de Julio se han ido sucediendo distintas movilizaciones. Pero decimos que esto es una bomba que va a estallar porque a la clase obrera cubana se la está llevando a condiciones de explotación nuevas. 

Esto no es como la NEP (Nueva Política Económica, URSS 1921). Uno podría discutir si para el gobierno cubano es viable dar un paso atrás y tener que recibir inversiones capitalistas internacionales, como hicieron Lenin y la dirección de la revolución en la Unión Soviética en la época de la NEP. Sería necio condenar eso como hecho en sí mismo, en este marco de aislamiento y bloqueo. El problema es bajo qué condiciones se hace. Y no hay absolutamente ninguna garantía de condiciones laborales, ni condiciones para organizarse. La burocracia cubana incluso retrocedió sobre el monopolio del comercio exterior.

Entonces no puede ser igualado a la política que tomó Lenin y el gobierno soviético con la NEP. Son condiciones prácticamente de esclavismo moderno sin licencias, sin vacaciones, sin derechos laborales.

Las corrientes en debate en la izquierda crítica cubana

Importa entonces distinguir las corrientes que están actuando en todo este proceso de lucha. Luego del 11 de Julio del 2021, en marzo de 2022 hubo tres o cuatro meses con muchas movilizaciones que reclamaban por los cortes de luz, también por alimentos. Ha habido en marzo de 2024 más movilizaciones. Es un proceso que continúa. 

Y en esto nosotros reivindicamos la relación con el grupo Comunistas de Cuba, con quienes tenemos diferencias y debates, pero también acuerdos importantes. Porque ellos nos han dicho que como parte de esta nueva generación que surge en Cuba y estudia Marx, estudia Trotsky para entender el proceso actual, que para ellos el texto clave es La Revolución Traicionada de Trotsky

Es sorprendente cómo convergen los puntos de vista comunes, lo cual muestra que no son caprichos. Es lo mismo que yo había defendido en una polémica interna en el Partido Obrero, frente al pasaje de un dirigente histórico nuestro que fue Jorge Altamira a posiciones sobre Cuba como las que hoy defendió el compañero de SoB, que fue el único que planteó aquí posiciones como las que planteó en ese momento Altamira en la polémica en el PO. 

Yo sostenía en aquella polémica que era un error basar un análisis del Estado cubano posrevolucionario en categorías improvisada sin carácter de clase, en vez de apoyarse en La Revolución Traicionada. Y cuando nos contactamos con los compañeros de Comunistas nos dijeron vengan a colaborar con nosotros en la isla y traigan literatura, sobre todo traigan La Revolución Traicionada, porque queremos poder pasárselo a más compañeros para discutir porque es la piedra fundacional para comprender lo que está pasando acá. Fue una gran alegría para nosotros colaborar en eso.

Es clave porque los compañeros denuncian a la burocracia y, como lo ha planteado Frank, denuncian cualquier colaboración con los gusanos, con los sectores contrarrevolucionarios, de la vieja burguesía proimperialista desplazada por la revolución.

Es muy importante esta posición de independencia en el contexto de la izquierda latinoamericana. No solo en Cuba. Ha sido muy difícil para la izquierda mantener una posición independiente frente a los gobiernos nacionalistas. Hemos tenido incluso muchas corrientes que se reivindican trotskistas y que han oscilado locamente entre el apoyo al chavismo y el anti chavismo. Que han pasado de festejar el ascenso del gobierno de Lula a después reclamar que lo metan en cana cuando hubo un golpe parlamentario. Toda una izquierda que no ha podido tener una política de independencia de clase y principista frente a estos procesos 

Entonces, desde ya que reivindicamos a una izquierda que, aunque sea incipiente, está leyendo, está discutiendo en Cuba y que se ubica desde este campo revolucionario anti-restauracionista y de clase. Nos parece una coincidencia importante. Como parte de esa colaboración hemos hecho reclamos y campañas por la libertad de los presos del 11 de julio. Reclamamos cuando detuvieron a Frank. Cuando detuvieron a Alexander Hall. 

Hemos hecho públicas las gestiones en este sentido los parlamentarios del Frente de Izquierda. Acá está Romina del Plá que inició el reclamo a la Embajada Cubana en Argentina y fue con toda una delación del FITU a reunirse con el embajador y reclamar la libertad de los presos y un informe sobre sus condiciones y a plantear la disposición de viajar a la isla a ir a ver las condiciones de detención y reunirse con los familiares, para reivindicar el derecho a protestar y a organizarse de los obreros y de las tendencias revolucionarias y que defienden las conquistas de la Revolución Cubana en la isla.

Para nosotros no es un punto propagandístico o abstracto.

Existen otras corrientes que quieren reformar a la burocracia sea en un sentido más social demócrata o sea en el sentido de un control más férreo como caracterizan al proceso de restauración vietnamita. Son tendencias internas o cercanas a la burocracia que discuten la orientación de esta pero no en un sentido revolucionario.

Y luego están las corrientes críticas liberales y que justamente no plantean diferenciación alguna con los gusanos y contrarrevolucionarios. Esto es un problema muy grave, porque incluso intentan colonizar a los movimientos genuinos de la clase obrera, por alimentos, por bajos salarios, contra la represión, de parte de aquellos que quieren hacer regresar a la burguesía expropiada en 1959 por la revolución. Esto incluso ha sido explotado por la burocracia para desactivar las manifestaciones que estaban siendo organizadas por este sector en noviembre de 2021. Cuando la burocracia demostró, mediante métodos de espionaje, las tratativas entre esos dirigentes liberales, como Junior García, y los tipos de la contrarrevolución norteamericana y lograron desarmar las movilizaciones planificadas. Ha podido explotar para desarmar parte de las protestas el hecho de que parte estas corrientes son colaboradoras de los propios norteamericanos.

Hay que destacar el programa que queremos proponer para luchar por una perspectiva obrera y socialista en Cuba hoy.

Hay que desmantelar estas tiendas de MLC que son una obligación para que los obreros tengan que conseguir divisas para sobrevivir. Esto es incompatible con las condiciones de vida del pueblo y los trabajadores cubanos. Tenemos que reivindicar el control obrero de la producción y la economía. Hay que darle marcha a un proceso de industrialización, recuperando el monopolio del comercio exterior bajo control de los trabajadores, volcando todos esos recursos. Las inversiones extranjeras como dijimos deben usarse para hacer avanzar el desarrollo económico de Cuba pero tienen que estar condicionadas al control obrero, empezando por el respeto a las condiciones laborales de los trabajadores y a su derecho a la sindicalización.

Reclamamos la libertad de todos los presos políticos. También la libertad de organización política y social completa, con la exclusión de las fuerzas contrarrevolucionarias. 

La instalación de un gobierno obrero en Cuba no puede ser fruto del socialismo en un solo país. Hay que romper con la tendencia de la burocracia de atar al Estado cubano a las burguesías latinoamericanas, cosa que también ha sido una vía de presión hacia la restauración capitalista en la isla. 

El aislamiento de Cuba ha sido el resultado de un proceso en el cual se ha usado la autoridad de la dirección castrista para llamar a los trabajadores del continente a desistir de la lucha revolucionaria y reintegrarse al sistema burgués como sucedió en Nicaragua, luego de la revolución de 1979. Hicieron valer su autoridad frente a la dirección sandinista para encauzar el proceso revolucionario hacia un camino electoral. Fidel Castro vino a Argentina  en el 2003 en persona, luego de la rebelión popular de diciembre del 2001, a apoyar un gobierno que venía a reconstruir la burguesía nacional como declaró Nestor Kirchner.  Esta acción de la propia dirección castrista ha ido preparando el aislamiento y el retroceso de la sociedad de Cuba. 

Entonces el gobierno obrero es una necesidad en Cuba y solo puede conquistarse uniéndose con el conjunto de la clase obrera continental. El planteo es la unidad socialista de América Latina y el Caribe. El problema es terminar con la colonia estadounidense directa que tenemos allí, mediante la conquista de la independencia de Puerto Rico. 

Todas estas luchas están absolutamente unidas y constituyen el programa de la revolución que es necesaria hoy en Cuba que es política y que lógicamente por todo lo que dijimos ya se plantea también muchas tareas sociales. No se puede limitar únicamente en el problema de cambiar al personal de gobierno. Debe luchar para lograr establecer el control obrero no solo de la economía sino del gobierno de la isla; y hacer retroceder toda la involución social generada por el avance de la restauración.

Muchas gracias. 

Segunda ronda de intervención

El alcance internacional del piqueterismo

En primer lugar, es claro que para pelear por el poder en Cuba como en todos los países de este mundo, para poder pasar de estas luchas, movilizaciones, choques de los trabajadores con el gobierno, a una verdadera revolución hace falta un partido. Hace falta una organización revolucionaria. Y Frank dijo que esa es una tarea de los trabajadores cubanos y que es difícil desde afuera darles consejos. De acuerdo.

Queremos colaborar y apoyar todo paso en este sentido. Esta organización solo puede surgir de agrupar a los mejores elementos de la clase obrera, tanto en el empleo público como privado, entre los estudiantes y en todo ese pueblo pobre, precarizado, semi-empleado. Esta es la condición. En este camino, parece importante la propuesta que coloca Frank de hacer una experiencia de organizar un movimiento piquetero cubano en las barriadas hambreadas. 

Esta es una reflexión muy interesante.  Porque estamos en un encuentro en el que muchas corrientes argentinas se evitaron meter en el debate político sobre el movimiento piquetero. Se propuso una mesa, se hizo una presentación de la última edición del libro Una historia del movimiento piquetero. Pero la mayoría de las corrientes argentinas quieren hablar sobre casi todos los temas, menos este. A pesar de que es un rasgo central de la lucha de clases argentina, que es importante analizar en un encuentro así. Y vemos que es un movimiento cuyas características despiertan interés no solo en el encuentro sin en muchas partes del mundo. 

Porque el problema piquetero no es tan precisamente una particularidad Argentina. El problema al que responde este movimiento, el problema de la división de la clase obrera para impedir su acción y organización común es general. En todas partes los trabajadores subempleados, migrantes son usados como mano de obra de segunda y esa política de fragmentar a la clase obrera es un problema internacional. 

Y así como en Argentina, a nivel internacional hay sectores de la izquierda que son conservadores frente a esto. Que solo pretenden organizarse en una fracción de de la clase obrera, en una parte de la clase sindicalizada, más formalizada; luego quizás sobre algún sector intelectual o estudiantil y desprecian ese trabajo entre las capas más golpeadas de la clase obrera. De organizar nuestras filas entre los migrantes, entre los desocupados, en las barriadas pobres. Yo celebro esa decisión de ir a organizar a ese sector donde se siente fuerte el impacto de la restauración capitalista y viene destacándose en las protestas cubanas.

Pero bueno no es el único caso. En estos meses nos hemos contactado con los piqueteros de Nápoles, el Movimiento 7 de noviembre. Esta semana que viene empieza un proceso contra 43 compañeros, una mega causa contra los piqueteros, como en Argentina. Ahí también es un problema de Estado para la burguesía destruir al movimiento piquetero, así actúa también el gobierno de Meloni en Italia.

Así que esta propuesta debe tener un carácter más subversivo y más importante que lo que algunos compañeros por ahí consideran. 

¿Dictadura o democracia?

El otro punto importante es el que planteó Pablo Almeida de IS. Dice que hay un capitalismo pleno en Cuba, que debemos decir que hay una dictadura en Cuba, y que la única consigna que corresponde es “abajo la dictadura”. Ahora, claro, no hay democracia en Cuba. Pero el problema es definir el carácter de clase. Porque las tareas que corresponde entonces son distintas. La idea que propone IS de ver al mundo dividido en totalitarismo y democracia es un discurso ideológico que no nos es útil. Comparte los conceptos y la terminología con las usinas de la OTAN que todos los días se proponen expandir la democracia a algún país a punta de pistola. 

Es un problema muy grave. No estamos de acuerdo, claro, con la consigna “abajo la dictadura”. 

Hay que tener en cuenta las particularidades de Cuba. ¿Qué significa un cambio de régimen en Cuba? ¿Qué se abran las puertas de la vuelta de los gusanos y que sea una colonia de Estados Unidos como lo era antes de la Revolución? Recordemos que esto tenía hasta un carácter formal por la enmienda Platt en la constitución cubana. 

Entonces no podemos plantear “abajo la dictadura” sin más, y coincidir con la consigna de los gusanos de Miami. Los revolucionarios no tenemos nada que hacer junto a los gusanos de Miami. Subrayo esto porque con los compañeros de IS/UIT-CI tenemos un debate parecido respecto a Venezuela. Yo escuché una exposición de un compañero de la UIT-CI de Venezuela y el exigió que se entregue la presidencia al candidato opositor sin criticar ni una vez a Guaidó ni a Corina Machado, no denuncian que esa oposición proyanki ha pedido la invasión militar nortemaericana de Venezuela como salida de la crisis.

Entonces evidentemente para nosotros el desarrollo de un campo político independiente contra la restauración capitalista, contra la burocracia parte de defender la destrucción del estado burgués y de la clase capitalista en Cuba y no planteando su reingreso. 

Es una diferencia importante. Es una diferencia que incluso está en debate entre los sectores críticos en Cuba. Los sectores liberales no ven este problema y hay otros compañeros que como tienen miedo que los tilden de pro-gusanos terminan cediendo a la burocracia. Es complejo formar un campo independiente pero no hay ningún atajo.

Esto es lo central. Estamos frente a una crisis de la restauración capitalista. Entre 2022 y 2023 emigraron un millón de cubanos. El PBI en 2023 se contrajo un 2%, pasada la pandemia que impactó en todo el mundo, pero lo hizo en forma desproporcionada en Cuba. Este año las proyecciones son de que se contraiga un 18%. Entonces no tenemos un avance este proceso de restauración capitalista sino casi un infarto del proceso. 

Una de las alternativas que está en juego en esta crisis es la de quitar de por medio a esa burocracia aferrada al Estado que surgió de la vieja Revolución Cubana para proceder a una restauración capitalista comandada en forma directa por el imperialismo norteamericano. Hay una fuerte presión en este sentido. 

Contra esto está la posibilidad de abrir un camino revolucionario tomando ese Estado en sus manos y sacando a patadas a la burocracia del Estado cubano. Esto es lo que concentra la disyuntiva de la crisis cubana en este momento y claramente desde este encuentro en Argentina nuestros pensamientos están con los compañeros que leen, discuten, escriben, se organizan en Cuba y que se plantean la necesidad de derrotar a la burocracia, al restauracionismo gusano y reemprender un camino revolucionario en Cuba.

Muchas gracias.

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