Con este título se realizo el 11 de marzo último, en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, una mesa debate. Esto, como parte de la campaña resuelta en el Plenario Internacionalista realizado en enero pasado, en torno al tercer aniversario de la guerra de Ucrania entre la OTAN y Rusia. En la misma intervinieron Facundo Miño (dirigente de la agrupación antiburocrática del sindicato de los trabajadores judiciales, miembro del PO y colaborador asiduo de Prensa Obrera sobre temas de la guerra), Pablo Heller (integrante del Comité Nacional del PO y miembro de su Comisión Internacional) y Gabriel Solano (legislador del PO/FITU en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y miembro del Comité Nacional del PO). Se trata de la edición simplificada de sus intervenciones en dicha jornada.
Básicamente, para quienes pudieron leer los últimos artículos sobre el tema, publicados en “En defensa del marxismo”, sobre los orígenes, saben las causas históricas del conflicto, lo que implica en términos de masacre de vidas humanas, de infraestructuras, de ciudades y básicamente tierra arrasada en Ucrania. También sobre los miles de trabajadores, también rusos, muertos en las ofensivas del régimen de Putin.
Lo que nos viene pasando siempre que escribimos sobre la guerra, es que en el medio de la marcha y sobre todo desde que asumió Trump, hay mucho bandazo. Y no se trata de bandazo cosmético, sino de cambios importantes.
Tenemos un cuadro en donde partíamos de que hace dos semanas se había podrido todo entre Ucrania y Rusia.¿Ahora han visto ustedes aquellas reuniones del Salón Oval, donde estaban a los gritos entre Zelenski Trump y el vicepresidente? Vieron también cómo a Ucrania se le cortó de parte de Estados Unidos el suministro de armas, pero fundamentalmente el suministro de inteligencia militar y de todo tipo de colaboración en comunicaciones en materia satelital.
Y hete aquí que, en el día de hoy, (recién lo empezamos a procesar), se produjo una reunión entre la delegación ucraniana y la de Estados Unidos en Arabia Saudita. Luego de nueve horas de reunión salieron con que habían acordado un cese al fuego de la guerra por 30 días, en un acuerdo unilateral entre Estados Unidos y Ucrania.
Al mismo tiempo, Estados Unidos anunció que se restablecía el suministro de armas a Ucrania, así también como la inteligencia militar. ¿En qué cuadro se da esto?
Como primera cuestión,el imperialismo yanqui ha tenido una línea muy concreta durante muchos años con relación al conflicto en el este europeo.
Hace unos pocos días, el gobierno de Trump desclasificó una minuta de una reunión que se produjo en 1990/91 en el Kremlin, con funcionarios norteamericanos, en donde se comprometía que, en la medida que la Unión Soviética fuese a su auto disolución, y aceptase la reunificación de Alemania, la OTAN no se iba a mover un centímetro hacia el Este.
Como ustedes saben, esa promesa que se le hizo a Rusia no se cumplió. Tuvimos cinco oleadas de incorporación de ex países soviéticos o del Pacto de Varsovia a la OTAN, y obviamente lo que desencadenó este conflicto, que ya lleva tres años, fue el inicio del proceso de incorporación de Ucrania a la OTAN.
Que arrancó en 2008 a la invitación de George Bush a Ucrania por un lado, y también a Georgia, casualmente dos países con los cuales Rusia tuvo guerra. La guerra de Georgia fue mucho más corta, en donde Rusia logro sus objetivos militares. No así en Ucrania. Esto en un cuadro donde el imperialismo de la OTAN persistentemente avanza sobre Rusia y en donde se pone de manifiesto que hay una política muy concreta, que es la colonización imperialista, que supone llevar a fondo el proceso de restauración capitalista a partir de, incluso, un desmembramiento de Rusia al estilo de la ex Yugoslavia.
No es una elucubración, la Unión Europea tiene una nueva jefa de la diplomacia a nivel continental, que es la ex primera ministra de Estonia, Kaja Kalas. Ésta siempre lo dijo y hace dos tres semanas volvió a repetir que Rusia es un país muy grande, que es injusto que tenga toda Siberia y con todas las riquezas que tiene esta región y, por lo tanto, que hay que “avanzar”.
Esa es la política que promueve el “cambio de régimen” en Rusia para avanzar en un proceso de disolución nacional con pequeñas “repúblicas” que sean más fáciles de absorber para el capital financiero internacional. Obviamente que así presentado, se podría decir que Rusia está defendiendo una causa nacional. Todo lo contrario, Rusia está llevando una guerra imperialista también desde un pretendido punto de vista histórico, para preservar un área de influencia a las nuevas clases dominantes oligárquicas contra la OTAN, Estados Unidos y la Unión Europea que vienen avanzando.
Pero al mismo tiempo también representa un problema de seguridad serio para Rusia, porque ya no es solamente la incorporación de Ucrania a la OTAN, lo que pareciera que hoy está más alejado por la situación dada en el frente de batalla, donde Ucrania está perdiendo.Sino que en el marco de esta guerra Suecia y Finlandia se han integrado a la OTAN.
Así, si ustedes miran el mapa de cuáles son los países que están dentro de la OTAN, van a ver que hay prácticamente un cercamiento de Rusia. Tiene el flanco Este cubierto. Por ahora. Porque Japón, Corea del Sur y toda esa alianza que tiene en el Pacífico los Estados Unidos (el AUKUS), es una amenaza potencial.
Entonces, se produce esta reunión entre Ucrania y Rusia, en el marco de la barbarie humana con todo tipo de armas prohibidas que se utilizan de los dos lados, en un cuadro de claro retroceso ucraniano, de colapso en varias partes del frente.
No sé si habrán visto lo de Kurks: es un oblast, una provincia rusa que invadió Ucrania hace seis meses ocupando una porción, en su mejor momento, de unos 1100 kilómetros cuadrados, que en el marco del actual derrumbe hoy están menos de 200. Los invito a leer en Prensa Obrera, la nota que explica la maniobra rusa que adelante.Se está frente a un cuadro de retroceso ucraniano en el frente que plantea un posible colapso del ejército ucraniano en varios sectores.
Más aún. Hay una cuestión estacional muy importante en Ucrania, que es que ahora es invierno. El terreno no permite operaciones, digamos masivas. En este contexto, la pregunta es ¿qué puede ocurrir en la primavera con una ofensiva rusa? Podría ser decisiva. Es en este contexto, que sale de esta reunión después de nueve horas en que Estados Unidos y Ucrania acordaron un cese fuego de 30 días para proponerle a Rusia.
Al mismo tiempo, como decía, se restablece la asistencia militar y Marco Rubio, el actual secretario de Estado, declaró que ahora la pelota estaba del lado de Rusia. ¿Hacia dónde va esto?¿A quién le favorece en un conflicto militar que está perdiendo el cese del fuego parcial? Claramente al que está en retroceso y desbandada.
Le permite reagrupar, reacomodar al frente, conseguir reaprovisionamiento para determinados puntos que no los puedo abastecer porque si llevo provisiones me matan a bombazos. Claramente favorece al bando que va perdiendo.
Al mismo tiempo, es importante señalar que la Unión Europea ha planteado un rearme masivo.Obedece a que rechazaba la política de alcanzar “una paz”, donde los han dejado fuera de la mesa de negociaciones. También tienen sus intereses dentro de Ucrania y temen verse mexicaneados por Estados Unidos a partir de la firma próxima que se va a dar en el acuerdo de minerales de las llamadas “tierras raras”.
En ese contexto, aparece esta propuesta que Rusia siempre dijo que iba a rechazar. Rusia planteaba que se sentaban a negociar, si se iba a ver las “causas profundas” del conflicto: la expansión de la OTAN, que Ucrania tiene que ser neutral y tiene que estar desmilitarizada, que se tienen que reconocer todos los territorios que ocupa el ejército ruso al día de hoy e incluso se le tienen que dar las porciones de las provincias que ocupa, que no tienen (ocupa cuatro provincias, más Crimea).
En el oblast de Donetsk, Rusia ocupa el 68%,el resto lo tiene Ucrania. Zaporiyia es otro, donde la mayoría la tiene Rusia, pero Ucrania tiene la capital. Así pasa también en otras dos. No tanto en Lugansk, pero sí en en Jerson.
En este contexto, los rusos han dicho que no, porque en ceses del fuego anteriores Ucrania no los cumplió, los utilizó para reorganizar su ejército, etc.
¿Es una trampa el cese del fuego, si vos querés la paz? Si queres la paz, por qué se vuelve a la asistencia militar norteamericana, a seguir mandando armas, a seguir enviando misiles.
De los miembros de la Unión Europea que estaban en contra de frenar la guerra, Macron salió a apoyar el cese al fuego por 30 días, también Keir Starmer y la Comisión Europea. Hay un consenso en Europa de que esta es la política que va cuando estamos hablando de un bloque que claramente apoya a Ucrania y que está diciendo incluso que va a ir un paquete de 800 mil millones de dólares para armar a Ucrania para la guerra contra el ruso.
Marco Rubio salió a decir que la pelota está del lado de Rusia. ¿Qué pasaría en tanto Rusia diga esto no? Se plantearon diversos escenarios. El escenario de que sigan negociando sin un cese al fuego; el escenario, obviamente, de que Rusia recule, o una variante de más tipo intermedia donde se negocien cuestiones de fondo de un cierre del conflicto.
Trump en una de sus recientes declaraciones dijo algo así como que si se firmaba el alto al fuego iban a alcanzar, a concretar el 75% del proceso de paz y que frente a eso solamente restaba que se sienten a negociar en una mesa la repartija de las tierras. Obviamente que en una mesa de negociaciones van a buscar que Rusia ceda cuestiones. Ahí digamos, se presentan una serie de dificultades: los cuatro distritos incorporados a través de un referéndum a Rusia, por lo cual no pueden ceder alguno de esos territorios sin una reforma constitucional.
En ese contexto, tal vez las negociaciones podrían centrarse en pequeños territorios. Obviamente que esto no anula que se siga con un proceso negociador, como del mismo modo no anula que sigan los bombazos de un lado al otro en estos momentos.
Ahora en particular, Rusia está atacando con bombardeos masivos Odessa y Dnipropetrovsk y al mismo tiempo también Ucrania responde. El proceso“negociador” no cierra la guerra, la matanza y la barbarie. Por otro lado, el proceso de “paz” tampoco, en caso de concretarse, anula las tendencias a una guerra internacional.
Porque el rearme europeo apunta, por un lado, al revanchismo imperialista de Europa contra Rusia. Y al mismo tiempo, la política de Trump conduce a liberar recursos de Europa para ir al mar de la China meridional, al indo pacífico, a la verdadera confrontación que tiene el imperialismo norteamericano que es China.