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La Argentina y sus dueños

Sobre el libro de Alejandro Bercovich: “El país que quieren los dueños”

La Argentina y sus dueños

Sobre el libro de Alejandro Bercovich: “El país que quieren los dueños”

Alejandro Bercovich comienza su último libro haciéndose una seria de preguntas que se irán respondiendo a lo largo de los seis capítulos de la publicación que se editó hace pocas semanas. ¿Qué país sueñan los dueños de la Argentina? ¿Qué futuro imaginan para las empresas, campos, bancos…? ¿Tienen acaso un proyecto productivo? ¿Es una idea de desarrollo nacional autónomo…? ¿Es Javier Milei el instrumento político que estaban esperando? Estos y otros interrogantesse desarrollan en un texto en que Bercovich oficia como escritor y también como compilador, apoyándose para responder en periodistas, economistas e investigadores.

La denuncias y análisis realizados por los autores durante todo el libro se perciben como parte de la realidad argentina, no solo de los últimos meses gobernados por Milei y su camarilla libertaria, sino que le corresponden a una larga trayectoria de gobernantes y partidos que han hundido a nuestro país en la miseria y decadencia en la que ahora se encuentra. Una tesis central del libro y particularmente del texto de Alejandro Bercovich, es que la clase burguesa nativa no puede, o más bien, no quiere un desarrollo autónomo del país. Lo cierto es que la burguesía argentina desde tiempos inmemoriales, posiblemente desde su mismo establecimiento como clase, siempre estuvo pegada a los intereses del imperialismo, primeramente, inglés y luego norteamericano. 

Milei y los capitalistas locales

El problema del desarrollo autónomo es un tópico que se trata de dilucidar en todo el libro, particularmente en la etapa de Milei. Bercovich relata cómo los grandes patrones de la Argentina querían un cambio de rumbo, pero posiblemente percibían al actual presidente como un cambio demasiado peligroso, será por eso mismo que las encuestas electorales a comienzo del año 2023 no lo daban como el principal candidato a quedarse con la presidencia. Aspirantes como Larreta o eventualmente Massa oficiaban un cambio menos brusco y más asociado con las crisis recurrentes del país y rebeliones como la del 2001. ¿Sera que los macristas y kirchneristas se agotaron como elemento de contención de las masas y hay que dar paso a otro proceso? 

Los capitalistas abrazaron el cambio que ofrecía Milei con serias dudas y llamaron a apoyarlo luego de varias pruebas de que este era el camino que ellos necesitaban. El autor explica cómo el gobierno se llenó de funcionarios en todas las líneas, que respondían a las empresas dominantes del país, empezando por Guillermo Francos actual jefe de gabinete de ministros, empleado de Eurnekian como director en Aeropuertos Argentina 2000.

El gobierno del “libertario” fue en parte loteado por los pulpos capitalistas copando áreas fundamentales como YPF, donde fue a parar personal de Techint,  para así asegurar el comando de sus negocios desde las oficinas del estado. De hecho, se trata, y lo marca Bercovich, de una práctica habitual de las grandes empresas: el contratar funcionarios y ex funcionarios de distintos gobiernos para luego reubicarlos en las oficinas del estado cuando el momento sea propicio. Esto ocurre en todos los países del mundo, un gerente Coca Cola llego a presidente de México o el reciente caso de Elon Musk a cargo de resortes fundamentales en el gobierno de Estados Unidos. 

“Los hombres de negocios ven al estado como un adversario en el control del proceso productivo y el metabolismo mismo de la sociedad” dice el autor en su texto. Esto es en parte cierto, cuando la injerencia del estado no ayuda al proceso de acumulación capitalista, pero bajo otras circunstancias el estado es su principal aliado, la burguesía no pueden prescindir de las fuerzas de seguridad o de un poder judicial asociado a sus negocios. 

Los capitalistas son los dueños del Estado, el estado fue creado para sostener sus negocios y perpetuar su dominio, quieren mucho o poco de él, dependiendo de las circunstancias. Cuando hay que planificar y ejecutar obras de gran envergadura como gasoductos, represas, nuevos puertos o demás trabajos de infraestructura, los capitalistas recurren al estado invocando el bien común; por otro lado, a la hora de pagar impuestos, pelear retenciones o fijar tarifas, las grandes patronales prefieren que el estado no intervenga. 

Durante el gobierno de los Kirchner los capitalistas se quejaron mucho de como el estado estaba “pisando” las tarifas de servicios públicos; a lo que CFK les recordó que las tarifas bajas son un subsidio del estado a las patronales para tener contenido el salario, es decir, si liberamos las tarifas viene una presión desde abajo por recomposición salarial. La cuota “justa” de impuestos y subsidios que los capitalistas prefieren está relacionada con la necesidad de sostener el estado capitalista y favorecer sus negocios en el marco de la lucha de clases. 

¿Por qué gano Milei?

“….. el estancamiento económico de la última década, las promesas incumplidas durante mucho más tiempo por la democracia, la aceleración de crisis de deuda y moneda y una profunda decepción del electorado con el kirchnerismo y el macrismo.” Son las principales razones que esgrime Berco sobre el triunfo de Milei. Con respecto al hartazgo con Macri y el kirchnerismo en general no podemos más que coincidir, entre promesas de prosperidad que nunca llegaron y una corrupción que abarcaba como la peste todas las áreas del estado, ninguno de los dos pudo despertar esperanzas en la población. Con respecto a las promesas incumplidas se trata de un fenómeno que abarca a los que gobernaron el país durante los últimos 40 años, la democracia fracaso en Argentina (ver Libro de Gabriel Solano, ¿Por qué fracaso la democracia) y va por la misma vía en el resto del mundo? Pero existe una razón fundamental para el triunfo de Milei; y es que los demás fracasaron en llevar a fondo un ajuste que modificara las relaciones sociales en el país, directamente a favor de los capitalistas: reforma impositiva, reforma laboral, reforma previsional, levantamiento del cepo cambiario, un nuevo ciclo de endeudamiento, etc, etc….Todo este plan económico es el que prometió llevar adelante con una prosapia populista este gobierno con tintes fascistas: en la lucha de clases estará el resultado. 

Lo cierto es que Milei gano por que explotó la crítica a un gobierno que dejó un 42% de pobreza y un deterioro a fondo de las condiciones de vida de amplias capas de la población trabajadora. Los “fachos” como Milei pulularon siempre en “democracia”. Esta vez se presentaron en forma autónoma y arrastraron el apoyo de la mayoría de la sociedad argentina. El peronismo contribuyó a que la extrema derecha demoliera electoralmente banderas (pseudo)progresistas que se terminaron asociando al monumental fracaso social que fue el gobierno de Alberto y CFK, para que quede claro, Milei explotó la crítica a la “casta” en una población hastiada de los golpes contra sus aspiraciones tanto del macrismo como del peronismo.|

Aunque el triunfo de una fuerza reaccionaria como la de Milei sea un golpe a “las ideas de la izquierda”, la particularidad es que Milei explotó la crítica al descalabro social, atribuida a gobiernos anteriores, para golpear a un pseudoprogresismo, un pseudonacionalismo e inclusive a una izquierda fuertemente integrada al régimen. Por el contrario, la izquierda independiente siempre combatió la cooptación y la integración al Estado. No hay que olvidar que en nombre de la “defensa de la democracia” distintas organizaciones populares y sindicales bajo el ala del oficialismo se borraron totalmente de la calle. Contribuyeron a la demonización del movimiento piquetero independiente, que fue aislado en base a una campaña común del gobierno y la oposición burguesa. Y a instalar una enorme división en las filas obreras, entre quienes se movilizan contra el hambre y quienes suponen que esas migajas que el gobierno destina a la asistencia social se financian con impuestos que paga el resto de la clase trabajadora. Otro tanto ocurrió con el movimiento de mujeres, con las organizaciones de derechos humanos, con las juventudes, etc.

El ajuste

El recorte del déficit fiscal a costa de los trabajadores y los jubilados está presente en el libro y explicado como parte de las medidas exigidas por la burguesía argentina, esto al igual que “terminar con los cortes de ruta”, que en realidad no es otra cosa que terminar con la resistencia obrera para proceder a una superexplotación que mejore la tasa de ganancia. 

Berco cuenta en su libro como ciertos sectores empresariales se quejaron de algunas de las medidas de ajuste que está tomando el gobierno por que saldrían perjudicados. Lo cual es cierto: la apertura de importaciones jode a ciertos productores locales, la nula obra pública jode a las constructoras, los salarios y jubilaciones miserables empujan el consumo y las ventas para abajo, en fin…. todas razones para enojar a una parte del empresariado local, pero por ahora el acompañamiento a Milei es casi unánime desde esta clase social, entienden que era un ajuste que había que hacer, privilegian el orden antes que la ganancia (por ahora), tratando de mitigar las “perdidas” a través de la superexplotación de los trabajadores, y finalmente están los negocios financieros que, a costa del estado, les están dando jugosos dividendos. “Con sus verdes depositados en el exterior, a buen resguardo de eventuales raptos redistributivos de sus compatriotas, ese 1% más favorecido de la sociedad compra bonos de la deuda argentina. Así se convierten en acreedores de sus compatriotas.” (Pag 52). Los dueños de la Argentina prefieren tener su plata en el exterior, invertir en activos financieros de bajo riesgo y jugosas ganancias y que el trabajo sucio lo hagan Milei y su equipo. Finalmente el estado es de ellos, si no es Milei el indicado, buscaran otros. 

Fuga de capitales

El segundo texto que compone el libro es de Gustavo García Zanotti. Cuenta con un buen análisis de como proceden los empresarios argentinos a la fuga de capitales y otras argucias para pagar menos impuestos. 

García se pregunta a dónde va el dinero fugado por los capitalistas locales y desarrolla un extenso análisis de las guaridas fiscales y sus alcances. Las guaridas fiscales son armadas por países para que sus capitalistas puedan evadir los impuestos incluso del mismo país, es decir “se roban a sí mismos”, en realidad le roban al estado que los protege y a los laburantes en general: así funciona el capitalismo. El endeudamiento y la fuga de divisas es un esquema que se alimenta de la deuda externa y que promueven los gobiernos. Caputo, que ya tiene experiencia en el tema vino a recomponer ese mecanismo que estaba relativamente clausurado durante el gobierno de Alberto y Cristina pero que dejo jugosas ganancias en la época de Macri, no están lejos los más de 35.000 millones de dólares que vinieron del FMI y se fugaron a través de los bancos comerciales. Todavía resuenan las palabras de Milei diciendo que los fugadores son “héroes”, la burguesía local pretende hacer negocios en el país, pero guardar sus ganancias en el exterior. 

Un caso emblemático analizado en el libro es el de la aceitera Vicentin, una de las empresas líderes a nivel mundial en el rubro. La aceitera se declaró en Concurso de Acreedores en el año 2020 con deudas por más de 1500 millones de dólares, lo cual dejo un tendal entre pequeños productores, pymes y empresas de mayor tamaño que funcionaban a la par de Vicentin. El propio Banco Nación era uno de los acreedores más grandes de la empresa, lo cual demuestra nuevamente como la burguesía local se apoya en el estado cuando le conviene y lo combate a la hora de pagar impuesto o aceptar regulaciones.

El gobierno de Alberto coqueteo en algún momento con una “estatización” (que rápidamente abandono), no pensando en recuperar el dinero fugado por los empresarios, sino en hacerse de recursos para acumular reservas en función de la exportación de granos. Para hacer frente a los pagos de deuda, el gobierno quería echar mano directamente a las exportaciones agropecuarias. Nada que ver con un proyecto de expropiación sin indemnización y que establezca una férrea defensa de la continuidad laboral y el cobro integral de los salarios para el total de los trabajadores, así como la defensa del Convenio Colectivo de Trabajo. El gobierno tampoco dijo una palabra de la apertura de los libros contables de la empresa o la creación de una Comisión investigadora –electa por los trabajadores- para inventariar la totalidad de los bienes y contribuir a la investigación sobre todos los ilícitos y maniobras fraudulentas comprometidas. Tampoco ni una palabra sobre los pequeños productores a los que se les debe fortunas o un embargo sobre las fortunas personales de los dueños monopólicos de la empresa, elementos de sentido común ante semejante estafa.

La convocatoria de Vicentin fue muy tortuosa para los acreedores ya que la empresa está instalada principalmente en Uruguay y en España, (cuadro pág. 76), una práctica común dentro de los grandes capitalistas locales, hacen sus negocios en Argentina, pero “pagan impuestos” en Uruguay, Delaware, Luxemburgo o donde mejor les convenga. En el libro queda retratado como los grandes empresarios “nacionales” no lo son tanto, fugar divisas y usar guaridas fiscales para pagar menos impuestos (en contra del fisco nacional) son una práctica común. 

“Según estimaciones del INDEC, el sector privado no financiero detenta activos por 401.000 millones de dólares en el exterior, el equivalente a dos tercios del PBI argentino.” (pág. 67). Una fuga inmensa de capitales que todos los gobiernos han facilitado de una u otra forma. Como será que han fugado dinero que recientemente se constituyó un “club de millonarios” en Uruguay con Galperin y Bulgheroni a la cabeza: la Asociación de Argentinos Residentes en Uruguay, cuyo propósito seguramente no será juntarse a jugar al truco, si no que seagrupan para presionar al gobierno uruguayo por mayores beneficios. En la Banda Oriental el impuesto a las ganancias es del 0.75% para productos que no tienen ni destino, ni origen uruguayo, cuando ese impuesto en Argentina es del 35%. Se trata de un esquema armado para atraer capitales sin ninguna intención productiva, simplemente sirven de guarida fiscal y para evadir en su país de origen.  Lo cierto es que este esquema le sirve al país que lo implemente para atraer flujos de fondos y fortalecer reservas, pero no dejan nada, no pagan impuestos y no producen bienes o servicios. 

Techint es una de las empresas emblemáticas de la burguesía local, controla distintas firmas: Ternium, Tenaris, Techint Investments y Tecpetrol. La sede del holding Techint está en Luxemburgo lejos de los brazos de Milei, Macri o CFK. El libro pinta como Paolo Rocca y flia. se las ingeniaron para producir en Argentina con bajos costos y operar mediante empresas “cascara” en lugares donde los impuestos son más bajos y las regulaciones más laxas. El grupo creció a partir de la obra pública que les otorgaron los sucesivos gobiernos, sin excepción, y con empresas privatizadas en los 90 como Somisa. Producen los tubos sin costura para el sector petrolero, tienen áreas de exploración petrolera, siderúrgicas y construcción civil, un verdadero pulpo. No se trata solamente de un problema de pagar menos impuestos, la otra gran ventaja de estar “instalados” en guaridas fiscales es que si hay problemas legales se puede accionar en Cortes de Justicia más amigables, como la del CIADI, dependiente del Banco Mundial. Techint es campeona en litigar en el extranjero y reclamar subsidios en Argentina: ¡el modelo “nacional y popular”!

Cargill, Techint, Bulgheroni, Midlin, Elsztain,Eurnekian, Clarin, Galperin y la lista sigue, todo el empresariado local busca la forma de obtener beneficios y subsidios en Argentina e instalarse legalmente en guaridas fiscales para pagar menos impuestos y estar lejos de la justicia local. Se trata de un modelo de negocios impulsado por el capital internacional, las guaridas fiscales, salvo excepciones, están ubicadas en países menores, de la periferia, que prácticamente no tienen capacidad productiva real como Luxemburgo o Islas Vírgenes Británicas. Son plataformas utilizadas para fugar capitales y pagar menos impuestos. El texto de García Zanotti relata cómo algunos países han tratado de suprimirlas, pero es imposible, son una creación del capitalismo para despojar a sus propios estados de ingresos y para evadir impuestos a costa de una mayor explotación de los trabajadores.   

¿Milei es un producto de la era digital?

El enunciado de Cecilia Rikap parece estar demostrado por distintos ejemplos de cómo el líder liberfascista se las arregló para hacerse con el poder: cataratas de troles, programas de streaming comprados, periodistas que le hacían el juego, en fin, todo el aparato.  Nadie puede discutir que las redes sociales ayudaron al ascenso de las derechas a nivel mundial, el ejemplo más claro lo tenemos en el primer gobierno de Trump en Estados Unidos, donde a través de Facebook, el magnate armo una campaña personalizada para cerca de 40 millones usuarios, diciéndole a cada uno lo que quería escuchar según sus perfiles y preferencias, una verdadera manipulación. Pero finalmente la política no se desarrolla solo en Twitter (menos del 20% de la población argentina la utiliza), los proceso que lleva a un partido al poder son en general más complejos y tienen mucho que ver con las necesidades de los capitalistas y la lucha de clases. 

Rikap hace un interesante análisis de como las redes sociales y los algoritmos van modelando nuestros gustos y necesidades, no solo por la política, sino también por las compras y demás requerimientos que, ni siquiera, sabíamos que teníamos. Acá se desnuda a los magnates de las redes y el comercio electrónico, que a los ojos de todos son grandes emprendedores innovadores, pero que, en realidad, simplemente se copiaron de negocios que ya funcionaban en otros países. 

Mercado Libre, empresa líder en el rubro, nació de copiar un modelo de negocios que ya tenían funcionando Amazon o Ebay. Por supuesto que su crecimiento posterior no podía ser posible sin la asistencia del estado, que le garantizo un cuasimonopolio durante un largo periodo, amén de otros nuevos negocios. “El estrecho vínculo entre Milei y Marcos Galperin, fundador de Mercado Libre, le pisa los talones a la fascinación de Milei con Elon Musk. Tanto que, más allá de su retórica de libre mercado, los favores a Mercado Libre son cotidianos e incluyen el pago de prestaciones sociales vía Mercado Pago y otorgarle el monopolio de los cobros con QR en el subte” (pág. 103). Está visto que el gran empresario libertario, que tiene sus negocios radicados en Uruguay, usa y abusa del estado para mejorar sus ingresos en Argentina: sin estado no hay capitalismo. 

Esta relatado en el libro, como estos “emprendedores” (el adjetivo les gusta más que “empresarios”) simplemente tienen como virtud haber acertado a quien copiar y que la mayoría de sus cerebros provienen de la universidad pública, en el caso de Mercado Libre de la Universidad de Córdoba donde se formaron sus desarrolladores. En este caso, como en muchos otros, la universidad pública funciona como un subsidio a la empresa privada, donde esta busca los mejores talentos y los acomodan con sueldos por debajo del promedio mundial. Globant es campeona en esta materia. 

La descripción de como todas las empresas digitales argentinas corren en una nube es educativa de la dependencia nacional con el capital extranjero, allí están todos sus datos (y los nuestros), estas nubes están en manos de Google, Amazon y Microsoft. La subordinación con los propietarios de las nubes es total, se trata de un monopolio de unas cuantas firmas muy difíciles de romper debido a los inmensos costos que acarrea. La independencia de la burguesía argentina no es una opción, están bajo la tutela de los grandes pulpos mundiales, así es la fase imperialista del capitalismo. 

Finalmente, el texto muestra la precariedad laboral que reina en estos “unicornios”, cosa que ya nos imaginábamos, pero acá está contada con detalle. Empresas como Mercado Libre o Globant se nutren de trabajadores salidos de las universidades públicas y pagados con sueldos de tercer mundo. A ello, en parte, deben su competitividad internacional y sus tremendas rentabilidades, Globant declara una tasa de ganancia del 38% anual, que se la puede comparar, por ejemplo, con el mayor empleador privado del mundo: Wallmart, que declaro una tasa de ganancia récord a nivel mundial del 10% en 2024.  Los unicornios pagan salarios al estilo argentino, tienen sus empresas radicadas en las Islas Vírgenes y obtienen rentabilidades superiores a las norteamericanas.  

El problema del desarrollo

Juan Odisio, en el cuarto capítulo del libro, toca el tema del desarrollo y de por que Argentina, a pesar de tener los recursos necesarios para ser un país desarrollado, esta donde esta. “La clave reside en desplegar un funcionamiento en el que los intereses de las clases dominantes coincidan con el desarrollo de las fuerzas productivas, como condición necesaria, y que el funcionamiento productivo, tecnológico e institucional permita que esa expansión alcance a la mayoría de la población.”

A renglón seguido se divide la historia argentina en tres “actos”, el primero de ellos es tomado a partir de 1830 donde se analiza los primeros años de la economía del país, resaltado su carácter agroexportador y como los avances técnicos, escasos, por cierto, estuvieron en la línea de sostener ese modelo. A partir de 1860 se comienzan a fundar las organizaciones empresariales mas importantes como la Sociedad Rural, que estuvieron al servicio de sostener y profundizar este modelo, nada de industria o mercado interno, solo materia prima para exportar.  Por el año 1875 un grupo de políticos y docentes encabezados por Vicente Fidel López planteo un modelo distinto de país, destinado a sustituir exportaciones y dejar de lado el modelo centrado en la provisión de materias primas agropecuarias. Esta claro, con el diario del lunes, que fracasaron, la principal exportación de argentina al día de hoy es porotos de soja. Por ese entonces el empresariado local acumulaba jugosas ganancias de la exportación y no veían razón para cambiar, no vislumbraban un país independiente, con un mercado interno fuerte, estaban cómodos a la sombra de Inglaterra, que alentaba esta alternativa de “desarrollo”.

El segundo capítulo está destinado analizar un periodo mas reciente, a partir de 1916. En este periodo la organización de las cámaras empresarias en distintas ramas se desarrollo a la par de la resistencia obrera, de la mano de los inmigrantes europeos. En el periodo algunos empresarios (como Bunge) que habían tomado el modelo alemán o norteamericano intentaron propiciar un cambio sin mayores éxitos. Los exportadores siempre tuvieron las riendas del país y no permitieron un estado orientado a la industrialización, la dependencia con las grandes potencias siempre fue conveniente para ellos, y por supuesto también conveniente para estas potencias que tenían a mano materias primas baratas y un mercado donde colocar sus productos terminados, una simbiosis en la que el subdesarrollado jamás puede salir de su lugar.  

Finalmente, en el tercer “acto” se desnuda el pensamiento liberal de los Benegas Lynch y demás liberales que anduvieron por estas tierras. Se los caracteriza bastante bien, como liberales que no quieren competencia externa, requieren el proteccionismo del estado y reniegan de su intervención cuando no les conviene, la farsa del liberalismo. Al final, Odisio concluye “una sociedad reducida al ámbito mercantil, en el acto, dejaría de existir”. Puesto en otros términos, el capitalismo necesita del estado capitalista para existir, el estado fue creado como una necesidad y no dejara de existir hasta que sea suplantado por un régimen socialista. 

Vaca Muerta

El capítulo escrito por Lara Bersten, consultora especializada en energía, nos relata como el país logro autoabastecerse de energía a partir de los yacimientos en Neuquén.

Los recursos energéticos son un elemento fundamental en cualquier política de estado mas o menos independiente, los países desarrollados los cuidan y en muchos casos, están bajo el comando de empresas estatales.  Bersten nos explica como los dueños del poder obtuvieron concesiones gubernamentales de todo tipo, incluso, por encima de lo que ellos mismos esperaban, “nadie te pedía tanto Milei”, a CFK tampoco. 

La entrega de los recursos hidrocarburiferos en el país bien es de larga data, el texto analiza lo ocurrido en Argentina y lo compara con Brasil y Colombia. Los resultados no son muy distintos: entrega de los recursos a las multinacionales, asociados con capitalistas locales y falta de inversión productiva, depredación. En todos los casos se constata que cuando los precios internacionales se asimilan al valor local, la producción aumenta, es decir que tener petróleo a la mano no redunda en un beneficio directo para los consumidores: paguen lo que vale a nivel internacional si quieren combustibles. 

En el caso de YPF, la compra del paquete accionario vendido en su momento a Repsol marco una nueva etapa para el petróleo. Los K anunciaron con bombos y platillos la reestatización con una cuantiosa indemnización para los ‘inversores’ españoles: lo que se presentó como una “nacionalización” fue en realidad una compra muy ventajosa para el vendedor. Por el año 2010, Repsol no invertía ni un peso en exploración de nuevos yacimientos, solo remitía ganancias, esto esta bien explicado en el libro. Por supuesto que esta falta inversiones implicaba una falta también de combustibles, que redundaba en un problema para los industriales locales que no veían un flujo constante y seguro para hacer funcionar sus fábricas. La “nacionalización” tuvo este condimento fundamental, YPF pasó a ser una Sociedad Anónima regida por la ley de sociedades privadas. El estado nacional realizo las inversiones que los privados no querían hacer y puso de nuevo a YPF a producir, los precios se congelaron y a los empresarios petroleros se les dio el famoso “barril criollo” por encima del precio de producción para que no perdieran un peso de sus ganancias. Subsidios y mercado cautivo, todo muy “nacional y popular”.

Con el advenimiento de Milei la política petrolera cambio en el sentido que los precios rápidamente se igualaron a los internacionales y esto llevo por las nubes el valor de las acciones de todas las privatizadas energéticas y de las petroleras, un buen negocio para empezar. La Ley de Bases y luego el RIGI, fueron un gran regalo para las petroleras y distribuidoras de energía, toda la implementación de la ley está bien detallada en el texto de Bersten, que también la desarrollamos en gran medida en las páginas de Prensa Obrera. Las excesivas concesiones de Milei en materia energética todavía no han redundado en cuantiosas inversiones, el texto lo destaca, y finalmente se pregunta si es que “quizá por eso desconfíen”. 

¿Como viven?

El capitulo final a cargo del periodista de espectáculos Tartufoli, analiza cómo viven los dueños de la Argentina, desde Yabran hasta Galperin la obscenidad se destaca en general, aunque sea una obscenidad escondida. “En el ranking 2024, los 50 integrantes de la lista de los más ricos de la Argentina suman unos 78.000 millones de dólares, equivalente al 12.5% del PBI del año electoral 2023” (pág. 216). Una cantidad de dinero grosera en un país donde los jubilados ganan 300 dólares por mes. Los ricos y poderosos de Argentina viven en otro país, alejados de los problemas cotidianos de los que no llegan a fin de mes. 

Burguesía independiente

“La burguesía nacional es como un enano entre dos gigantes”. La famosa formulación de Trotsky para los países subdesarrollados se apega bastante a lo que ocurre en el nuestro. La debilidad relativa que tiene la burguesía nacional de los países atrasados respecto del capital extranjero, que opera al interior de esos países, y también con respecto del proletariado nativo que es explotado no solo por la débil burguesía nacional, sino también por el capital foráneo, es una constante en Latinoamérica. No existe la posibilidad de un desarrollo independiente de la mano de los capitalistas locales, están a merced del capital extranjero y la presión de lucha de clases local. Los partidos de la burguesía y los empresarios que los dominan se adaptan a esto, en algún caso y momento, posando de antimperialistas y en otro armando “relaciones carnales”. De una u otra forma el resultado final es el mismo: postración, miseria, precarización, persecución a los luchadores, etc. La construcción de un partido de la clase obrera es la única herramienta que nos permitirá independizarnos realmente de la opresión imperialista a través de una revolución socialista.

Alejandro Bercovich comienza su último libro haciéndose una seria de preguntas que se irán respondiendo a lo largo de los seis capítulos de la publicación que se editó hace pocas semanas. ¿Qué país sueñan los dueños de la Argentina? ¿Qué futuro imaginan para las empresas, campos, bancos…? ¿Tienen acaso un proyecto productivo? ¿Es una idea de desarrollo nacional autónomo…? ¿Es Javier Milei el instrumento político que estaban esperando? Estos y otros interrogantesse desarrollan en un texto en que Bercovich oficia como escritor y también como compilador, apoyándose para responder en periodistas, economistas e investigadores.

La denuncias y análisis realizados por los autores durante todo el libro se perciben como parte de la realidad argentina, no solo de los últimos meses gobernados por Milei y su camarilla libertaria, sino que le corresponden a una larga trayectoria de gobernantes y partidos que han hundido a nuestro país en la miseria y decadencia en la que ahora se encuentra. Una tesis central del libro y particularmente del texto de Alejandro Bercovich, es que la clase burguesa nativa no puede, o más bien, no quiere un desarrollo autónomo del país. Lo cierto es que la burguesía argentina desde tiempos inmemoriales, posiblemente desde su mismo establecimiento como clase, siempre estuvo pegada a los intereses del imperialismo, primeramente, inglés y luego norteamericano. 

Milei y los capitalistas locales

El problema del desarrollo autónomo es un tópico que se trata de dilucidar en todo el libro, particularmente en la etapa de Milei. Bercovich relata cómo los grandes patrones de la Argentina querían un cambio de rumbo, pero posiblemente percibían al actual presidente como un cambio demasiado peligroso, será por eso mismo que las encuestas electorales a comienzo del año 2023 no lo daban como el principal candidato a quedarse con la presidencia. Aspirantes como Larreta o eventualmente Massa oficiaban un cambio menos brusco y más asociado con las crisis recurrentes del país y rebeliones como la del 2001. ¿Sera que los macristas y kirchneristas se agotaron como elemento de contención de las masas y hay que dar paso a otro proceso? 

Los capitalistas abrazaron el cambio que ofrecía Milei con serias dudas y llamaron a apoyarlo luego de varias pruebas de que este era el camino que ellos necesitaban. El autor explica cómo el gobierno se llenó de funcionarios en todas las líneas, que respondían a las empresas dominantes del país, empezando por Guillermo Francos actual jefe de gabinete de ministros, empleado de Eurnekian como director en Aeropuertos Argentina 2000.

El gobierno del “libertario” fue en parte loteado por los pulpos capitalistas copando áreas fundamentales como YPF, donde fue a parar personal de Techint,  para así asegurar el comando de sus negocios desde las oficinas del estado. De hecho, se trata, y lo marca Bercovich, de una práctica habitual de las grandes empresas: el contratar funcionarios y ex funcionarios de distintos gobiernos para luego reubicarlos en las oficinas del estado cuando el momento sea propicio. Esto ocurre en todos los países del mundo, un gerente Coca Cola llego a presidente de México o el reciente caso de Elon Musk a cargo de resortes fundamentales en el gobierno de Estados Unidos. 

“Los hombres de negocios ven al estado como un adversario en el control del proceso productivo y el metabolismo mismo de la sociedad” dice el autor en su texto. Esto es en parte cierto, cuando la injerencia del estado no ayuda al proceso de acumulación capitalista, pero bajo otras circunstancias el estado es su principal aliado, la burguesía no pueden prescindir de las fuerzas de seguridad o de un poder judicial asociado a sus negocios. 

Los capitalistas son los dueños del Estado, el estado fue creado para sostener sus negocios y perpetuar su dominio, quieren mucho o poco de él, dependiendo de las circunstancias. Cuando hay que planificar y ejecutar obras de gran envergadura como gasoductos, represas, nuevos puertos o demás trabajos de infraestructura, los capitalistas recurren al estado invocando el bien común; por otro lado, a la hora de pagar impuestos, pelear retenciones o fijar tarifas, las grandes patronales prefieren que el estado no intervenga. 

Durante el gobierno de los Kirchner los capitalistas se quejaron mucho de como el estado estaba “pisando” las tarifas de servicios públicos; a lo que CFK les recordó que las tarifas bajas son un subsidio del estado a las patronales para tener contenido el salario, es decir, si liberamos las tarifas viene una presión desde abajo por recomposición salarial. La cuota “justa” de impuestos y subsidios que los capitalistas prefieren está relacionada con la necesidad de sostener el estado capitalista y favorecer sus negocios en el marco de la lucha de clases. 

¿Por qué gano Milei?

“….. el estancamiento económico de la última década, las promesas incumplidas durante mucho más tiempo por la democracia, la aceleración de crisis de deuda y moneda y una profunda decepción del electorado con el kirchnerismo y el macrismo.” Son las principales razones que esgrime Berco sobre el triunfo de Milei. Con respecto al hartazgo con Macri y el kirchnerismo en general no podemos más que coincidir, entre promesas de prosperidad que nunca llegaron y una corrupción que abarcaba como la peste todas las áreas del estado, ninguno de los dos pudo despertar esperanzas en la población. Con respecto a las promesas incumplidas se trata de un fenómeno que abarca a los que gobernaron el país durante los últimos 40 años, la democracia fracaso en Argentina (ver Libro de Gabriel Solano, ¿Por qué fracaso la democracia) y va por la misma vía en el resto del mundo? Pero existe una razón fundamental para el triunfo de Milei; y es que los demás fracasaron en llevar a fondo un ajuste que modificara las relaciones sociales en el país, directamente a favor de los capitalistas: reforma impositiva, reforma laboral, reforma previsional, levantamiento del cepo cambiario, un nuevo ciclo de endeudamiento, etc, etc….Todo este plan económico es el que prometió llevar adelante con una prosapia populista este gobierno con tintes fascistas: en la lucha de clases estará el resultado. 

Lo cierto es que Milei gano por que explotó la crítica a un gobierno que dejó un 42% de pobreza y un deterioro a fondo de las condiciones de vida de amplias capas de la población trabajadora. Los “fachos” como Milei pulularon siempre en “democracia”. Esta vez se presentaron en forma autónoma y arrastraron el apoyo de la mayoría de la sociedad argentina. El peronismo contribuyó a que la extrema derecha demoliera electoralmente banderas (pseudo)progresistas que se terminaron asociando al monumental fracaso social que fue el gobierno de Alberto y CFK, para que quede claro, Milei explotó la crítica a la “casta” en una población hastiada de los golpes contra sus aspiraciones tanto del macrismo como del peronismo.|

Aunque el triunfo de una fuerza reaccionaria como la de Milei sea un golpe a “las ideas de la izquierda”, la particularidad es que Milei explotó la crítica al descalabro social, atribuida a gobiernos anteriores, para golpear a un pseudoprogresismo, un pseudonacionalismo e inclusive a una izquierda fuertemente integrada al régimen. Por el contrario, la izquierda independiente siempre combatió la cooptación y la integración al Estado. No hay que olvidar que en nombre de la “defensa de la democracia” distintas organizaciones populares y sindicales bajo el ala del oficialismo se borraron totalmente de la calle. Contribuyeron a la demonización del movimiento piquetero independiente, que fue aislado en base a una campaña común del gobierno y la oposición burguesa. Y a instalar una enorme división en las filas obreras, entre quienes se movilizan contra el hambre y quienes suponen que esas migajas que el gobierno destina a la asistencia social se financian con impuestos que paga el resto de la clase trabajadora. Otro tanto ocurrió con el movimiento de mujeres, con las organizaciones de derechos humanos, con las juventudes, etc.

El ajuste

El recorte del déficit fiscal a costa de los trabajadores y los jubilados está presente en el libro y explicado como parte de las medidas exigidas por la burguesía argentina, esto al igual que “terminar con los cortes de ruta”, que en realidad no es otra cosa que terminar con la resistencia obrera para proceder a una superexplotación que mejore la tasa de ganancia. 

Berco cuenta en su libro como ciertos sectores empresariales se quejaron de algunas de las medidas de ajuste que está tomando el gobierno por que saldrían perjudicados. Lo cual es cierto: la apertura de importaciones jode a ciertos productores locales, la nula obra pública jode a las constructoras, los salarios y jubilaciones miserables empujan el consumo y las ventas para abajo, en fin…. todas razones para enojar a una parte del empresariado local, pero por ahora el acompañamiento a Milei es casi unánime desde esta clase social, entienden que era un ajuste que había que hacer, privilegian el orden antes que la ganancia (por ahora), tratando de mitigar las “perdidas” a través de la superexplotación de los trabajadores, y finalmente están los negocios financieros que, a costa del estado, les están dando jugosos dividendos. “Con sus verdes depositados en el exterior, a buen resguardo de eventuales raptos redistributivos de sus compatriotas, ese 1% más favorecido de la sociedad compra bonos de la deuda argentina. Así se convierten en acreedores de sus compatriotas.” (Pag 52). Los dueños de la Argentina prefieren tener su plata en el exterior, invertir en activos financieros de bajo riesgo y jugosas ganancias y que el trabajo sucio lo hagan Milei y su equipo. Finalmente el estado es de ellos, si no es Milei el indicado, buscaran otros. 

Fuga de capitales

El segundo texto que compone el libro es de Gustavo García Zanotti. Cuenta con un buen análisis de como proceden los empresarios argentinos a la fuga de capitales y otras argucias para pagar menos impuestos. 

García se pregunta a dónde va el dinero fugado por los capitalistas locales y desarrolla un extenso análisis de las guaridas fiscales y sus alcances. Las guaridas fiscales son armadas por países para que sus capitalistas puedan evadir los impuestos incluso del mismo país, es decir “se roban a sí mismos”, en realidad le roban al estado que los protege y a los laburantes en general: así funciona el capitalismo. El endeudamiento y la fuga de divisas es un esquema que se alimenta de la deuda externa y que promueven los gobiernos. Caputo, que ya tiene experiencia en el tema vino a recomponer ese mecanismo que estaba relativamente clausurado durante el gobierno de Alberto y Cristina pero que dejo jugosas ganancias en la época de Macri, no están lejos los más de 35.000 millones de dólares que vinieron del FMI y se fugaron a través de los bancos comerciales. Todavía resuenan las palabras de Milei diciendo que los fugadores son “héroes”, la burguesía local pretende hacer negocios en el país, pero guardar sus ganancias en el exterior. 

Un caso emblemático analizado en el libro es el de la aceitera Vicentin, una de las empresas líderes a nivel mundial en el rubro. La aceitera se declaró en Concurso de Acreedores en el año 2020 con deudas por más de 1500 millones de dólares, lo cual dejo un tendal entre pequeños productores, pymes y empresas de mayor tamaño que funcionaban a la par de Vicentin. El propio Banco Nación era uno de los acreedores más grandes de la empresa, lo cual demuestra nuevamente como la burguesía local se apoya en el estado cuando le conviene y lo combate a la hora de pagar impuesto o aceptar regulaciones.

El gobierno de Alberto coqueteo en algún momento con una “estatización” (que rápidamente abandono), no pensando en recuperar el dinero fugado por los empresarios, sino en hacerse de recursos para acumular reservas en función de la exportación de granos. Para hacer frente a los pagos de deuda, el gobierno quería echar mano directamente a las exportaciones agropecuarias. Nada que ver con un proyecto de expropiación sin indemnización y que establezca una férrea defensa de la continuidad laboral y el cobro integral de los salarios para el total de los trabajadores, así como la defensa del Convenio Colectivo de Trabajo. El gobierno tampoco dijo una palabra de la apertura de los libros contables de la empresa o la creación de una Comisión investigadora –electa por los trabajadores- para inventariar la totalidad de los bienes y contribuir a la investigación sobre todos los ilícitos y maniobras fraudulentas comprometidas. Tampoco ni una palabra sobre los pequeños productores a los que se les debe fortunas o un embargo sobre las fortunas personales de los dueños monopólicos de la empresa, elementos de sentido común ante semejante estafa.

La convocatoria de Vicentin fue muy tortuosa para los acreedores ya que la empresa está instalada principalmente en Uruguay y en España, (cuadro pág. 76), una práctica común dentro de los grandes capitalistas locales, hacen sus negocios en Argentina, pero “pagan impuestos” en Uruguay, Delaware, Luxemburgo o donde mejor les convenga. En el libro queda retratado como los grandes empresarios “nacionales” no lo son tanto, fugar divisas y usar guaridas fiscales para pagar menos impuestos (en contra del fisco nacional) son una práctica común. 

“Según estimaciones del INDEC, el sector privado no financiero detenta activos por 401.000 millones de dólares en el exterior, el equivalente a dos tercios del PBI argentino.” (pág. 67). Una fuga inmensa de capitales que todos los gobiernos han facilitado de una u otra forma. Como será que han fugado dinero que recientemente se constituyó un “club de millonarios” en Uruguay con Galperin y Bulgheroni a la cabeza: la Asociación de Argentinos Residentes en Uruguay, cuyo propósito seguramente no será juntarse a jugar al truco, si no que seagrupan para presionar al gobierno uruguayo por mayores beneficios. En la Banda Oriental el impuesto a las ganancias es del 0.75% para productos que no tienen ni destino, ni origen uruguayo, cuando ese impuesto en Argentina es del 35%. Se trata de un esquema armado para atraer capitales sin ninguna intención productiva, simplemente sirven de guarida fiscal y para evadir en su país de origen.  Lo cierto es que este esquema le sirve al país que lo implemente para atraer flujos de fondos y fortalecer reservas, pero no dejan nada, no pagan impuestos y no producen bienes o servicios. 

Techint es una de las empresas emblemáticas de la burguesía local, controla distintas firmas: Ternium, Tenaris, Techint Investments y Tecpetrol. La sede del holding Techint está en Luxemburgo lejos de los brazos de Milei, Macri o CFK. El libro pinta como Paolo Rocca y flia. se las ingeniaron para producir en Argentina con bajos costos y operar mediante empresas “cascara” en lugares donde los impuestos son más bajos y las regulaciones más laxas. El grupo creció a partir de la obra pública que les otorgaron los sucesivos gobiernos, sin excepción, y con empresas privatizadas en los 90 como Somisa. Producen los tubos sin costura para el sector petrolero, tienen áreas de exploración petrolera, siderúrgicas y construcción civil, un verdadero pulpo. No se trata solamente de un problema de pagar menos impuestos, la otra gran ventaja de estar “instalados” en guaridas fiscales es que si hay problemas legales se puede accionar en Cortes de Justicia más amigables, como la del CIADI, dependiente del Banco Mundial. Techint es campeona en litigar en el extranjero y reclamar subsidios en Argentina: ¡el modelo “nacional y popular”!

Cargill, Techint, Bulgheroni, Midlin, Elsztain,Eurnekian, Clarin, Galperin y la lista sigue, todo el empresariado local busca la forma de obtener beneficios y subsidios en Argentina e instalarse legalmente en guaridas fiscales para pagar menos impuestos y estar lejos de la justicia local. Se trata de un modelo de negocios impulsado por el capital internacional, las guaridas fiscales, salvo excepciones, están ubicadas en países menores, de la periferia, que prácticamente no tienen capacidad productiva real como Luxemburgo o Islas Vírgenes Británicas. Son plataformas utilizadas para fugar capitales y pagar menos impuestos. El texto de García Zanotti relata cómo algunos países han tratado de suprimirlas, pero es imposible, son una creación del capitalismo para despojar a sus propios estados de ingresos y para evadir impuestos a costa de una mayor explotación de los trabajadores.   

¿Milei es un producto de la era digital?

El enunciado de Cecilia Rikap parece estar demostrado por distintos ejemplos de cómo el líder liberfascista se las arregló para hacerse con el poder: cataratas de troles, programas de streaming comprados, periodistas que le hacían el juego, en fin, todo el aparato.  Nadie puede discutir que las redes sociales ayudaron al ascenso de las derechas a nivel mundial, el ejemplo más claro lo tenemos en el primer gobierno de Trump en Estados Unidos, donde a través de Facebook, el magnate armo una campaña personalizada para cerca de 40 millones usuarios, diciéndole a cada uno lo que quería escuchar según sus perfiles y preferencias, una verdadera manipulación. Pero finalmente la política no se desarrolla solo en Twitter (menos del 20% de la población argentina la utiliza), los proceso que lleva a un partido al poder son en general más complejos y tienen mucho que ver con las necesidades de los capitalistas y la lucha de clases. 

Rikap hace un interesante análisis de como las redes sociales y los algoritmos van modelando nuestros gustos y necesidades, no solo por la política, sino también por las compras y demás requerimientos que, ni siquiera, sabíamos que teníamos. Acá se desnuda a los magnates de las redes y el comercio electrónico, que a los ojos de todos son grandes emprendedores innovadores, pero que, en realidad, simplemente se copiaron de negocios que ya funcionaban en otros países. 

Mercado Libre, empresa líder en el rubro, nació de copiar un modelo de negocios que ya tenían funcionando Amazon o Ebay. Por supuesto que su crecimiento posterior no podía ser posible sin la asistencia del estado, que le garantizo un cuasimonopolio durante un largo periodo, amén de otros nuevos negocios. “El estrecho vínculo entre Milei y Marcos Galperin, fundador de Mercado Libre, le pisa los talones a la fascinación de Milei con Elon Musk. Tanto que, más allá de su retórica de libre mercado, los favores a Mercado Libre son cotidianos e incluyen el pago de prestaciones sociales vía Mercado Pago y otorgarle el monopolio de los cobros con QR en el subte” (pág. 103). Está visto que el gran empresario libertario, que tiene sus negocios radicados en Uruguay, usa y abusa del estado para mejorar sus ingresos en Argentina: sin estado no hay capitalismo. 

Esta relatado en el libro, como estos “emprendedores” (el adjetivo les gusta más que “empresarios”) simplemente tienen como virtud haber acertado a quien copiar y que la mayoría de sus cerebros provienen de la universidad pública, en el caso de Mercado Libre de la Universidad de Córdoba donde se formaron sus desarrolladores. En este caso, como en muchos otros, la universidad pública funciona como un subsidio a la empresa privada, donde esta busca los mejores talentos y los acomodan con sueldos por debajo del promedio mundial. Globant es campeona en esta materia. 

La descripción de como todas las empresas digitales argentinas corren en una nube es educativa de la dependencia nacional con el capital extranjero, allí están todos sus datos (y los nuestros), estas nubes están en manos de Google, Amazon y Microsoft. La subordinación con los propietarios de las nubes es total, se trata de un monopolio de unas cuantas firmas muy difíciles de romper debido a los inmensos costos que acarrea. La independencia de la burguesía argentina no es una opción, están bajo la tutela de los grandes pulpos mundiales, así es la fase imperialista del capitalismo. 

Finalmente, el texto muestra la precariedad laboral que reina en estos “unicornios”, cosa que ya nos imaginábamos, pero acá está contada con detalle. Empresas como Mercado Libre o Globant se nutren de trabajadores salidos de las universidades públicas y pagados con sueldos de tercer mundo. A ello, en parte, deben su competitividad internacional y sus tremendas rentabilidades, Globant declara una tasa de ganancia del 38% anual, que se la puede comparar, por ejemplo, con el mayor empleador privado del mundo: Wallmart, que declaro una tasa de ganancia récord a nivel mundial del 10% en 2024.  Los unicornios pagan salarios al estilo argentino, tienen sus empresas radicadas en las Islas Vírgenes y obtienen rentabilidades superiores a las norteamericanas.  

El problema del desarrollo

Juan Odisio, en el cuarto capítulo del libro, toca el tema del desarrollo y de por que Argentina, a pesar de tener los recursos necesarios para ser un país desarrollado, esta donde esta. “La clave reside en desplegar un funcionamiento en el que los intereses de las clases dominantes coincidan con el desarrollo de las fuerzas productivas, como condición necesaria, y que el funcionamiento productivo, tecnológico e institucional permita que esa expansión alcance a la mayoría de la población.”

A renglón seguido se divide la historia argentina en tres “actos”, el primero de ellos es tomado a partir de 1830 donde se analiza los primeros años de la economía del país, resaltado su carácter agroexportador y como los avances técnicos, escasos, por cierto, estuvieron en la línea de sostener ese modelo. A partir de 1860 se comienzan a fundar las organizaciones empresariales mas importantes como la Sociedad Rural, que estuvieron al servicio de sostener y profundizar este modelo, nada de industria o mercado interno, solo materia prima para exportar.  Por el año 1875 un grupo de políticos y docentes encabezados por Vicente Fidel López planteo un modelo distinto de país, destinado a sustituir exportaciones y dejar de lado el modelo centrado en la provisión de materias primas agropecuarias. Esta claro, con el diario del lunes, que fracasaron, la principal exportación de argentina al día de hoy es porotos de soja. Por ese entonces el empresariado local acumulaba jugosas ganancias de la exportación y no veían razón para cambiar, no vislumbraban un país independiente, con un mercado interno fuerte, estaban cómodos a la sombra de Inglaterra, que alentaba esta alternativa de “desarrollo”.

El segundo capítulo está destinado analizar un periodo mas reciente, a partir de 1916. En este periodo la organización de las cámaras empresarias en distintas ramas se desarrollo a la par de la resistencia obrera, de la mano de los inmigrantes europeos. En el periodo algunos empresarios (como Bunge) que habían tomado el modelo alemán o norteamericano intentaron propiciar un cambio sin mayores éxitos. Los exportadores siempre tuvieron las riendas del país y no permitieron un estado orientado a la industrialización, la dependencia con las grandes potencias siempre fue conveniente para ellos, y por supuesto también conveniente para estas potencias que tenían a mano materias primas baratas y un mercado donde colocar sus productos terminados, una simbiosis en la que el subdesarrollado jamás puede salir de su lugar.  

Finalmente, en el tercer “acto” se desnuda el pensamiento liberal de los Benegas Lynch y demás liberales que anduvieron por estas tierras. Se los caracteriza bastante bien, como liberales que no quieren competencia externa, requieren el proteccionismo del estado y reniegan de su intervención cuando no les conviene, la farsa del liberalismo. Al final, Odisio concluye “una sociedad reducida al ámbito mercantil, en el acto, dejaría de existir”. Puesto en otros términos, el capitalismo necesita del estado capitalista para existir, el estado fue creado como una necesidad y no dejara de existir hasta que sea suplantado por un régimen socialista. 

Vaca Muerta

El capítulo escrito por Lara Bersten, consultora especializada en energía, nos relata como el país logro autoabastecerse de energía a partir de los yacimientos en Neuquén.

Los recursos energéticos son un elemento fundamental en cualquier política de estado mas o menos independiente, los países desarrollados los cuidan y en muchos casos, están bajo el comando de empresas estatales.  Bersten nos explica como los dueños del poder obtuvieron concesiones gubernamentales de todo tipo, incluso, por encima de lo que ellos mismos esperaban, “nadie te pedía tanto Milei”, a CFK tampoco. 

La entrega de los recursos hidrocarburiferos en el país bien es de larga data, el texto analiza lo ocurrido en Argentina y lo compara con Brasil y Colombia. Los resultados no son muy distintos: entrega de los recursos a las multinacionales, asociados con capitalistas locales y falta de inversión productiva, depredación. En todos los casos se constata que cuando los precios internacionales se asimilan al valor local, la producción aumenta, es decir que tener petróleo a la mano no redunda en un beneficio directo para los consumidores: paguen lo que vale a nivel internacional si quieren combustibles. 

En el caso de YPF, la compra del paquete accionario vendido en su momento a Repsol marco una nueva etapa para el petróleo. Los K anunciaron con bombos y platillos la reestatización con una cuantiosa indemnización para los ‘inversores’ españoles: lo que se presentó como una “nacionalización” fue en realidad una compra muy ventajosa para el vendedor. Por el año 2010, Repsol no invertía ni un peso en exploración de nuevos yacimientos, solo remitía ganancias, esto esta bien explicado en el libro. Por supuesto que esta falta inversiones implicaba una falta también de combustibles, que redundaba en un problema para los industriales locales que no veían un flujo constante y seguro para hacer funcionar sus fábricas. La “nacionalización” tuvo este condimento fundamental, YPF pasó a ser una Sociedad Anónima regida por la ley de sociedades privadas. El estado nacional realizo las inversiones que los privados no querían hacer y puso de nuevo a YPF a producir, los precios se congelaron y a los empresarios petroleros se les dio el famoso “barril criollo” por encima del precio de producción para que no perdieran un peso de sus ganancias. Subsidios y mercado cautivo, todo muy “nacional y popular”.

Con el advenimiento de Milei la política petrolera cambio en el sentido que los precios rápidamente se igualaron a los internacionales y esto llevo por las nubes el valor de las acciones de todas las privatizadas energéticas y de las petroleras, un buen negocio para empezar. La Ley de Bases y luego el RIGI, fueron un gran regalo para las petroleras y distribuidoras de energía, toda la implementación de la ley está bien detallada en el texto de Bersten, que también la desarrollamos en gran medida en las páginas de Prensa Obrera. Las excesivas concesiones de Milei en materia energética todavía no han redundado en cuantiosas inversiones, el texto lo destaca, y finalmente se pregunta si es que “quizá por eso desconfíen”. 

¿Como viven?

El capitulo final a cargo del periodista de espectáculos Tartufoli, analiza cómo viven los dueños de la Argentina, desde Yabran hasta Galperin la obscenidad se destaca en general, aunque sea una obscenidad escondida. “En el ranking 2024, los 50 integrantes de la lista de los más ricos de la Argentina suman unos 78.000 millones de dólares, equivalente al 12.5% del PBI del año electoral 2023” (pág. 216). Una cantidad de dinero grosera en un país donde los jubilados ganan 300 dólares por mes. Los ricos y poderosos de Argentina viven en otro país, alejados de los problemas cotidianos de los que no llegan a fin de mes. 

Burguesía independiente

“La burguesía nacional es como un enano entre dos gigantes”. La famosa formulación de Trotsky para los países subdesarrollados se apega bastante a lo que ocurre en el nuestro. La debilidad relativa que tiene la burguesía nacional de los países atrasados respecto del capital extranjero, que opera al interior de esos países, y también con respecto del proletariado nativo que es explotado no solo por la débil burguesía nacional, sino también por el capital foráneo, es una constante en Latinoamérica. No existe la posibilidad de un desarrollo independiente de la mano de los capitalistas locales, están a merced del capital extranjero y la presión de lucha de clases local. Los partidos de la burguesía y los empresarios que los dominan se adaptan a esto, en algún caso y momento, posando de antimperialistas y en otro armando “relaciones carnales”. De una u otra forma el resultado final es el mismo: postración, miseria, precarización, persecución a los luchadores, etc. La construcción de un partido de la clase obrera es la única herramienta que nos permitirá independizarnos realmente de la opresión imperialista a través de una revolución socialista.

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