La guerra de agresión de EEUU e Israel contra Irán, significó un salto de importancia en la tendencia a la guerra regional en Medio Oriente, entendida esta como parte de una guerra internacional de índole más general.
Como analizaremos siguiendo la cronología de los acontecimientos, la precaria tregua alcanzada obedeció, primeramente, a los durísimos golpes que recibió Irán, por los cuales el régimen de los Ayatollahs necesitaba un respiro.
Pero también, el cese al fuego encontró su razón en el agotamiento de los arsenales de EEUU, ello a raíz de una sobre extensión en su despliegue por Europa del este, Medio Oriente y el mar de la China meridional, el cual ponía en cuestión en un corto plazo la defensa aérea de Israel y, en última instancia, la posibilidad maniobrar y pivotar decididamente hacia China.
Entonces, la cuestión no es si la guerra contra Irán continuará o no, sino cuándo van a ser retomadas las agresiones militares contra Teherán, concomitantemente con el resuministro de Israel.
El ataque criminal israelí y sus consecuencias
El criminal ataque israelí contra Irán significó, haciendo un paralelismo histórico, un Pearl Harbor recargado en contra de la nación persa. Emulando a Saadam Hussain, que previo a lanzar la primera guerra del Golfo se retiró de las negociaciones en la antesala de su ataque sorpresa contra Kuwait, aquí, el día previo al ataque sorpresa sionista, estaba prevista una reunión entre EEUU e Irán en Omán, con la intermediación de esta monarquía.
El ataque israelí, como ya se sabe, fue hartamente planificado por el servicio de inteligencia Mossad (una verdadera máquina de asesinatos). En ese sentido, las negociaciones con EEUU, fueron claramente un factor de distracción para que los iraníes bajen la guardia mientras se preparaba el ataque.
En concreto, los servicios israelíes, con la colaboración del MI6 británico y la CIA, y la mano de obra suministrada por la oposición iraní, centralmente los llamados “muyaidines del pueblo”, instalaron bases secretas de drones en la retaguardia iraní, con una extremada similitud a la “Operación Telaraña” de Ucrania, lo cual permitió ataques de precisión contra las defensas aéreas, los mandos militares, científicos nucleares y lanzadores móviles de misiles balísticos.
Estas acciones de guerra asimétrica y sabotaje, se combinaron con métodos terroristas tales como coches bombas y sabotajes con la colocación de explosivos detonados remotamente.
Asimismo, ya se sabe que el ataque israelí comenzó con un importante ciberataque a los sistemas de defensa antiaérea iraníes, lo cual allanó el ingreso de la aviación israelí en el oeste iraní, previo, a que el nuevo régimen sirio nada hiciera para bloquear su espacio aéreo, por lo que los cazas sionistas llegaron sin oposición hasta Irak (donde violaron el espacio aéreo) y, desde ese, lugar pudieron disparar a posiciones contra Irán, las que fueron previamente mapeadas por la inteligencia satelital de EEUU, y donde, a su vez, el Pentágono trazó los recorridos de los misiles hacia los objetivos militares en Irán.
Ante este ataque combinado, que eliminó casi por completo a los mandos militares persas, que suprimió lanzaderas de misiles antiaéreos y sus radares dejando ciega, sorda y muda a la fuerza aérea iraní, y que comenzó con un importante lanzamiento de misiles sionistas, Irán tardó casi un día entero para reconfigurar su defensa aérea, y aproximadamente 30 horas para comenzar a contraatacar con sus misiles balísticos.
Visto el desarrollo de las hostilidades, resulta claro que Irán perdió el control de su espacio aéreo. La defensa antiaérea que el régimen iraní construyó durante años para prepararse contra un ataque israelí, no entró en escena para detener a la aviación sionista, sino que además no consta que haya derribado un solo avión de combate. Solo hay imágenes de las defensas antiaéreas de corto alcance, por lo que sí han derribado algunos drones israelíes Hermes 900, pero no más que eso. La anticuada aviación persa, no solo que no cumplió ningún factor, sino que además parte de ella fue destruida en pista.
Así, si bien Irán conserva una importante capacidad de misiles balísticos, no deja de ser cierto que, al no controlar su espacio aéreo, Israel se dedicó a cazar las lanzaderas de misiles iraníes con una altísima efectividad, puesto que pudieron colar drones en profundidad, no solo en los lugares de despliegue de los lanzadores móviles, sino también sobre distintas ubicaciones de silos subterráneos de lanzamiento.
Es claro que Irán sufrió un altísimo costo por los ataques sionistas y de EEUU, no solo el daño de centrales nucleares, sino además el ataque masivo contra instalaciones militares, refinerías e infraestructuras críticas.
Contraataque iraní y destrucción en Israel
La ausencia de una “revolución de color” que habilite un cambio de régimen en Irán en favor de otro más controlado por el imperialismo, más allá de que claramente el Mossad la impulsó y Netanyahu lanzó repetidos mensajes en ese sentido, constituye, por ahora, el principal activo de Irán en esta guerra.
Hasta ahora, no se registran movilizaciones o choques donde una base popular esté reclamando la caída del régimen de los Ayatollahs y que vitoreen a EEUU e Israel como sus libertadores. Por el contrario, pareciera que, en ese punto el resultado conseguido es el contrario.
El régimen de Teherán, más allá de las pérdidas evidentes que sufrió en su capacidad de mando, demostró una importante resiliencia y unas extendidas capacidades represivas para sofocar a la infiltración que ahora, evidentemente, se volverán más contra la clase obrera. Pero, fundamentalmente, la capacidad de atacar Israel con misiles balísticos fue un factor de importancia para el sostenimiento del régimen.
Así, se reportaron más de 20 rondas de ataques iraníes con misiles balísticos, de crucero, drones Shaheed 136 y, en menor medida, misiles hipersónicos. Desde el primer día de los contraataques iraníes, se puso de manifiesto que los distintos sistemas de defensa en capas, el Arrow II y III, la Honda de David, el sistema estadounidense THAAD y la Cúpula de Hierro, no tenían una efectividad superior al 90%, como lo afirman los prospectos de las compañías que producen los sistemas.
Además, hay que tener en cuenta que los misiles iraníes no solo debieron atravesar la defensa antiaérea de Israel en capas con base en tierra, sino que, EEUU colocó portaaviones y buques con defensa de misiles interceptores en el Golfo Pérsico y en las costas israelíes del Mar Mediterráneo.
En este contexto de ataques iraníes diarios, el miércoles 18 de junio The Wall Street Journal publicó un artículo de un experto, quien, citando a un funcionario estadounidense anónimo, manifestó que Israel se estaba quedando sin misiles interceptores defensivos “Arrow”. Y vale aclarar en este punto, que los misiles Arrow, tienen un valor estimado, cada uno, de entre 2 y 5 millones de dólares, en tanto que su producción anual difícilmente supere los 120. De modo que, la capacidad de reposición por parte de EEUU estaba por demás cuestionada si la guerra se extendía.
Pero la cosa se iba poniendo peor para Israel, porque “un informe del Washington Post, del martes, citó a una persona informada sobre la inteligencia estadounidense e israelí, quien dijo que, según «algunas evaluaciones», Israel puede mantener su defensa aérea durante 10 a 12 días al ritmo actual de ataques iraníes, que han disminuido desde el inicio de los combates la semana pasada, antes de requerir que Estados Unidos reponga sus existencias o se involucre más en la guerra. La fuente también dijo que, a finales de esta semana, Israel “tendrá que seleccionar lo que quiere interceptar”, y agregó: “El sistema ya está desbordado” (Times of Israel 18/6).
En este cuadro, no es de extrañar que el porcentaje de efectividad de los misiles iraníes creciera salva a salva, incluso con una menor cantidad de misiles lanzados. Así, más allá de que Israel impuso una fuerte censura interna respecto a los resultados de los impactos balísticos de Irán, fueron confirmados múltiples impactos en sectores críticos del ejército y el Mossad en Tel Aviv, ciudad donde también fueron alcanzados edificios gubernamentales, baterías de defensa antiaérea, la Bolsa de Comercio, una refinería y depósito de petróleo. También fueron alcanzadas empresas de armamentos como Rafael.
Asimismo, Irán logró impactar, repetidas veces, el aeropuerto Ben Gurion y distintos aeródromos militares. En Haifa, la destrucción es de magnitud y, de alargarse la guerra, esta importante ciudad portuaria podía encontrarse bastante comprometida, particularmente sus instalaciones portuarias.
La prensa internacional manifiesta un consenso respecto al agotamiento del arsenal de EEUU. “Las reservas de misiles Patriots de EE.UU, se encuentran en solo el 25% de los niveles requeridos”. – The Guardian (8/7). La revista especializada The Military Watch, no solo confirma la información dada por de The Guardian y otros, sino además afirma que, “el déficit (de misiles interceptores) se intensificó después del golpe de la balística iraní en la base de Al-Udeid en Qatar”
Asimismo, se puede ver a partir de la última suspensión del envío de armas para Ucrania, ya levantada, que el Vicesecretario de Defensa de EEUU, Elbridge Kolby, “indicó que los volúmenes de las armas solicitadas por Kiev amenazan el agotamiento de los arsenales estadounidenses necesarios para sus propias necesidades, incluidas tropas y reservas estratégicas en todo el mundo.” (Wall Street Journal 13/7).
Operación “Martillo de medianoche”
Es en este contexto que debemos ubicar a la operación de bombardeo de EEUU llamada “Martillo de medianoche”, porque si bien es claro que su planificación insumió varios meses de preparación, lo real es que ésta llegó justo en el momento de agotamiento crítico de la defensa antiaérea israelí.
El ataque, podría haber dañado críticamente o no las instalaciones nucleares iraníes de Natanz, Fordow e Ispahan, impactadas con los bombarderos furtivos B-2 Spirit que lanzaron las bombas penetradoras de 13mil kg GBU-57 y con los misiles Tomahawk lanzados desde submarinos. De hecho, Trump afirmó una destrucción total, en tanto que del Pentágono surgió información contraria que fue publicada en la CNN y en el NYT. Incluso, los medios iraníes dijeron que el material crítico de uranio enriquecido y centrifugadoras fueron evacuados previamente.
No tiene mucha importancia quién tiene razón, porque como ya se sostuvo en Prensa Obrera, la “agresión norteamericana va más lejos que el propósito de destruir las instalaciones iraníes. Es una advertencia al planeta de hasta dónde está dispuesto a llegar el imperialismo yanqui frente a cualquier país o rival que se interponga en su camino. Guardando las distancias, el ataque militar cumple la misma función que tuvo Hiroshima y Nagasaki en los finales de la Segunda Guerra. Luego de estas bombas convencionales, el siguiente escalón en capacidad destructiva ya son las armas atómicas.”
El apoyo internacional a Israel
Israel exhibió un importante apoyo imperialista, con EEUU suministrando, defendiendo el espacio aéreo sionista con la movilización de tres grupos de portaaviones y atacando con su aviación estratégica.
También, el régimen sionista recibió el apoyo europeo, que no solo mantiene la operación “Aspides” con base en Grecia contra Yemen a la cual ya nos referimos en Prensa Obrera, sino que también movilizaron activos militares para dar apoyo y suministraron material (principalmente Alemania). Inglaterra, movilizó su aviación desde su base de Chipre para dar apoyo aéreo ante los bombardeos iraníes.
En el plano regional, el apoyo a Israel también fue extendido. La monarquía de Jordania, como es su costumbre, colocó su aviación y defensa aérea para interceptar lo que Irán lanzó pasando por su espacio aéreo. Por su parte, el nuevo régimen sirio, de orígenes en grupos que recalaban en Al Qaeda e ISIS, y que cuentan con el apoyo de los Emiratos y Turquía, abrieron ostensiblemente su espacio aéreo para que la aviación sionista pasara a sus anchas hasta Irak, donde violaron su espacio aéreo, y de ahí hasta Irán.
Tal vez, el más problemático apoyo que se dio fue el de Azerbaiyán, un importante aliado de Israel. El régimen azerí, una dinastía familiar que proviene de la época de la burocracia estalinista de la URSS, tiene fuertes lazos con Israel, dado que provee, a través de gasoductos que pasan por Turquía, más de la mitad del gas y petróleo que consume el régimen sionista.
La cuestión es que Israel no solo utilizó el territorio de Azerbaiyán como una base para la infiltración de grupos de sabotaje, sino, además, como centro de lanzamiento de drones israelíes en la retaguardia iraní.
Finalmente, las monarquías del Golfo, donde abunda la presencia estadounidense, no opusieron reparos para que la vasta red de bases yankys se coloquen al servicio de la agresión sionista.
La soledad regional e internacional de Irán
En contraste con Israel, Irán no tuvo ayuda externa alguna. La destrucción del Eje de la Resistencia en la media luna chiita con las acciones de Israel desde el 7 de octubre, se puso totalmente de manifiesto y se consolidó con la agresión imperialista de la guerra de los 12 días.
Primeramente, es necesario destacar que los golpes infligidos por Israel a Hezbolla en el Líbano, dejaron fuera de combate al grupo. Los ataques de decapitación contra el líder Nazralah y la conducción de la organización, combinada con la operación de los beepers y la ocupación de posiciones por parte de las FDI en el sur de Líbano, no dejaron margen para que el grupo lance fuego de apoyo a los bombardeos de Teherán.
La caída del régimen de Bashar Al Assad, no solo implicó que se quiebre el corredor terrestre del Eje de la Resistencia que pasaba desde Irán por Irak y Siria hasta el Líbano, sino, a su vez, la eliminación de la primera capa de la defensa antiaérea de Irán que era justamente la de Siria, dado que operaba una importante red de defensa con sistemas de interceptores en tierra provistos por Rusia, los cuales fueron atacados por Israel tras el triunfo de los salafistas.
Pero, además, los Hutíes de Yemen, no tuvieron prácticamente ninguna intervención durante las hostilidades. Podría pensarse, al igual que con Hezbolláh, que luego de las escaramuzas con EEUU y el régimen sionista, los yemeníes sufrieron una merma en su capacidad operativa.
Sin embargo, dado que al materializarse la tregua con Irán los hutíes lanzaron una importante campaña de ataques contra embarcaciones en el estrecho de Bab al Mandab, donde hundieron una media docena de buques en pocos días, surge el legítimo interrogante de si el grupo dejó de apoyar a Irán y limita sus acciones solo en defensa de Palestina.
En el plano internacional, aquellos que se suponían aliados de Irán -China, Rusia y Pakistán- se limitaron a desenvolver una protesta diplomática y, más allá de algún vuelo de la aviación militar procedente del gigante asiático, no se vio en el terreno ningún apoyo concreto en lo que fundamentalmente hacía falta: guerra electrónica y defensa antiaérea.
Asimismo, resulta por demás suspicaz que Irán aceptara un alto al fuego luego de la reunión entre el canciller iraní y Putin en Moscú. Además, Rusia solo garantizó que no se ataquen la central que el Kremlin opera con Teherán.Vladimir “Putin enfatizó (en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo) que las actividades nucleares de Rusia en Irán se realizan bajo el marco normativo internacional y reiteró la necesidad de proteger las operaciones de Bushehr ante posibles ataques. Según el presidente ruso, incluso el entonces mandatario estadounidense, Donald Trump, había respaldado el pedido de Moscú para preservar la integridad del personal ruso en la planta.” (Ámbito 21/6)
No se trata de solamente de esta defensa selectiva de las centrales nucleares, sino que además Rusia abiertamente declaró que estaba dispuesta apoyar la propuesta de EEUU respecto a que Irán no debía enriquecer uranio, ofreciéndose ellos, los rusos, claro está, como los proveedores directos de uranio enriquecido para el desarrollo civil de la energía nuclear persa, algo que Teherán rechaza.
China, que tiene a Irán como un punto fuerte de la Ruta y la Franja de la Seda, no solo que nada hizo en defensa de Irán, sino que, evidentemente, fue un factor decisivo para que Irán no ejecute la amenaza del cierre del Estrecho de Ormuz que votó el Parlamento iraní. El cierre del estrecho, era la bala de plata de Irán, pero una bala que tiene la particularidad de afectar a todo el comercio mundial y, en particular a China.
Es que, si bien Pekín usufructúa importantes beneficios por la compra de petróleo y gas baratos de Irán, lo cierto es que tiene una importante diversificación de sus suministros energéticos, lo cual no le genera incentivos para la defensa de Irán. En ese sentido es que China impulsó en el pasado reciente el entendimiento diplomático entre Irán y Arabia Saudita. China se provee de ambos y, también entran en la ecuación Rusia y los Estados de Asia Central de la ex URSS, como Turkmenistán y Uzbekistán.
En este sentido, la prensa internacional reportó que hubo fricciones en la última reunión de los BRICS en Brasil, donde Irán reclamó por una dura condena a la agresión sionista y yanki, pero que obtuvo una limitada declaración. Asimismo, de una lectura de los medios iraníes, se advierte que se han abandonado todo tipo de referencias a Rusia y China como aliados.
Una segunda ronda es inevitable
Si bien Irán le infligió duros golpes a Israel, resulta evidente que no importaron que Israel pierda sustancialmente su capacidad operativa para continuar con sus masacres y agresiones en la región.
En ese sentido, los bombardeos perpetrados por Israel en estos días en el sur de Siria, bajo el subterfugio de apoyar a la comunidad Drusa contra el nuevo régimen, actúan como una confirmación de que el régimen sionista tiene reservas en el carrete para seguir con sus agresiones en la región.
Así las cosas, queda claro que, como todos los ceses al fuego en las guerras imperialistas, el presente se trata del preludio de una nueva escalada. Es que, en la medida que Israel sea nuevamente suministrado y recuperado de los ataques que le infligió Irán, comenzará nuevamente su agresión.
La cuestión es que, no caben dudas que EEUU y la OTAN recompondrán las existencias de Israel. Sin embargo, a la luz del presente análisis, resulta evidente que el resuministramiento de Irán por parte de China y Rusia, es por demás dudoso.
Así, en un entorno operativo donde Irán carece de defensa antiaérea y guerra electrónica, y sus aliados le sacan el cuerpo a un auxilio, luce meridianamente claro que Israel correría con la ventaja en una segunda ronda de hostilidades.
Por la derrota del imperialismo en Medio Oriente
Si nos equivocáramos en la conclusión de que Irán corre en desventaja para una segunda ronda de hostilidades, porque aun con los daños que recibió conserva las capacidades misilísticas para destruir Israel y atacar numerosas bases militares de EEUU en la región, lo cierto es que tanto Israel como EEUU cuentan con la solución nuclear si ven amenazada su existencia.
Irán está pagando muy caro no haber desarrollado sus propias armas nucleares, pese a contar con la tecnología para hacerlo. Y, más allá del refrán que reza que, “si Israel y EEUU te acusan de tener armas de destrucción masiva, más te vale tenerlas…” Porque, si no las tienes, tu destino es el de Irak, Libia o Yugoslavia, lo cierto es que sigue vigente la fatwa del Ayatollah sobre la inmoralidad de las armas nucleares, cuando Israel y EEUU juntos tienen miles.
Así las cosas, el presente escenario presagia nuevas guerras de agresión sionista e imperialista y la tendencia a una guerra regional e internacional son cada vez más palpables.
Abajo las guerras de Israel y EEUU contra Irán, Palestina, Líbano, Siria y Yemen. Por un gran movimiento de las masas obreras y populares de Oriente Medio, para luchar por el fin del genocidio del pueblo palestino y por una Federación de Repúblicas Socialistas del Medio Oriente que expulse al imperialismo y sus proxis de la región.