Buscar
Close this search box.

Sobre el carácter de la sociedad china

Primera parte

Sobre el carácter de la sociedad china

Primera parte

En nuestra revista En Defensa del Marxismo online quincenal, volvemos a salir en una edición semanal especial, esta vez dedicada a China. Tres artículos (Pablo Heller, Pablo Giachello y Luis Brunetto) desarrollaran diversos aspectos de una caracterización del Estado chino y de su repercusión en la situación política internacional. Con esto pretendemos abrir  públicamente el debate sobre este importante tema teórico y político, que hoy en día discute toda la izquierda marxista a nivel internacional.

Defiendo la tesis de que China es un país capitalista avanzado e imperialista. En esta primera parte me propongo desarrollar los argumentos en que se apoya tal tesis y quedarán para una segunda parte (o para sucesivas “nuevas partes”) el análisis de autores y la inevitable polémica. También el análisis de la cuestión de Taiwán y de una serie de casos empíricos que entiendo constituyen ejemplos de conducta imperialista de parte de China. Muchos de ellos están vinculados al proyecto de la Ruta de la Seda, por eso el tratamiento de esa iniciativa del estado chino formará parte también de un próximo o próximos artículos. 

Entiendo que el estudio de casos concretos permitirá ofrecer pruebas tangibles de prácticas imperialistas por parte de China. Por supuesto: el imperialismo no es “una práctica” ni una política, pero encuentra su expresión en relaciones concretas entre las naciones y las clases que asumen la forma de prácticas determinadas por la base económica capitalista de la economía internacional. De hecho, en la literatura marxista, la primera ligazón práctica entre la compulsión económica que propulsa las prácticas imperialistas concretas de las grandes potencias capitalistas, ligazón que desarrollaría más tarde de manera clásica Lenin con su teoría del imperialismo como fase de decadencia de la producción capitalista, sea probablemente Marruecos,Ver: https://www.marxists.org/espanol/luxem/1911/8/a.htm el artículo de 1911 de Rosa Luxemburgo que analiza el ataque al territorio norafricano en que estuvieron involucradas Francia, Alemania, Inglaterra y España.

Comienzo por analizar en esta primera parte las características que distinguen a las sociedades capitalistas de aquellas que a partir de la revolución bolchevique fueron reorganizadas para establecer economías planificadas en las que, a partir de las reformas chinas de fines de los ‘70 y de la crisis y disolución de la URSS se desarrollaron los procesos de restauración capitalista. Cómo se trató de sociedades de transición que no alcanzaron el socialismo, establecer su naturaleza es esencial para poder hacer uso del concepto de “restauración”. No habría restauración de entenderse que se trató de sociedades en las que a pesar de la expropiación de las burguesías subsistiera en ellas el capitalismo aunque fuera bajo otro ropaje.

Después, hago un breve análisis de los procesos de restauración en Rusia y China y sus peculiaridades, para después introducirme en tópicos referidos especialmente a los rasgos de la economía capitalista china. Por razones evidentes resulta tan imprescindible como útil la comparación de los procesos de restauración de China y de Rusia y por eso es que aunque este trabajo está dedicado a China incluye también un apartado sobre Rusia. 

La determinación del carácter de la sociedad china no es una cuestión abstracta, sino una cuestión de la mayor importancia política práctica. Además de tratarse, desde mi punto de vista, de una potencia capitalista que ha iniciado el proceso de disputa de la hegemonía imperialista con los EEUU y que por lo tanto influye decisivamente en todos los aspectos de la situación mundial, China a la vez juega “silenciosamente” un papel fundamental en nuestro país. Es el segundo socio comercial de la Argentina, la cerealera Cofco ocupa un lugar decisivo en el complejo agroganadero del país y gigantes mineros como Ganfeng Lithium participan en la explotación del litio del noroeste. La suerte económica del país está atada, entre otras cosas, a la activación del SWAP pactado por Cristina Kirchner en 2014, activado por U$S 5 mil millones en condiciones desconocidas por Sergio Massa durante el gobierno de Alberto y extendido en abril por el gobierno de Javier Milei cuando se encontraba al borde del precipicio cuando menos financiero. Nuestro SWAP forma parte de una montaña de valor que a principios de esta década era de unos U$S 500 mil millones en acuerdos pactados con los bancos centrales de casi 40 países y cuyo fin es el desplazamiento del dólar por el renminbi como moneda hegemónica en el comercio mundial y, sobre todo, como reserva de internacional de valor.

Por último la siguiente cuestión metodológica: una vez establecido el carácter capitalista de China, que es algo que ya parecería fuera de discusión,En nuestro partido, la idea del carácter capitalista de China se remonta por lo menos a fines de los ‘90: “Después de más de quince años de ‘reformas’, la economía china tiene una fisonomía plenamente capitalista.”: Luis Oviedo: “China: Principal fuente de acumulación capitalista mundial”, en EDM 11, abril 1996. ¿cómo determinar si se trata de una potencia imperialista, o si integra el pelotón de las semicolonias capitalistas de “desarrollo intermedio”? Pues entiendo que lo apropiado es comparar los indicadores fundamentales de China por un lado con los países imperialistas del G7, y por el otro con los BRICS. Para negar el carácter de China como país capitalista imperialista algunos la comparan exclusivamente con EEUU, como si la categoría de imperialista sólo se alcanzara desplazando al imperialismo yanqui de la hegemonía en el capitalismo mundial. Con ese razonamiento, ni Francia, ni Japón, ni Alemania serían potencias imperialistas. Lo cierto es que, como veremos, en los indicadores fundamentales, sin dudas China se asemeja mucho más al pelotón del G7 que a sus socios de la alianza de países de la que ella misma es fundadora y en la que depositan sus esperanzas los ilusos progresismos del mundo.

Restauración capitalista

La producción capitalista representa un modo de producción históricamente dado de una categoría determinada de renta: la ganancia capitalista. Esta categoría de renta se produce en el proceso capitalista de producción mediante la compra de fuerza de trabajo por la clase capitalista propietaria de los medios de producción en el mercado de trabajo libre, y luego explotada en el proceso de trabajo y realizada en el proceso de circulación mediante la venta de las mercancías en que está encerrada. La producción y realización de esta categoría de renta es el factor propulsor de la producción social y la característica definitoria de la naturaleza capitalista de una formación social dada. 

Las sociedades a las que llamamos “de economía planificada” que se desarrollaron durante el S XX a partir de la revolución bolchevique de 1917, las que han denominado también del “socialismo real”, no eran sociedades capitalistas porque, si bien en ellas subsistían las categorías mercantiles de la producción, el mercado libre de fuerza de trabajo había sido abolido por la imposición del derecho universal al trabajo. Este es un elemento decisivo porque la eliminación del mercado libre de fuerza de trabajo presionaba en favor de un salario regulado por su valor y, con esto, por la regulación de toda la economía por el valor de la fuerza de trabajo. Tal cosa es incompatible con el funcionamiento del régimen social capitalista regido, como dijimos, por la producción de la ganancia capitalista como norma vertebradora de la economía.

Por supuesto que en la dinámica de la lucha de clases la clase obrera puede imponer en su favor, dentro de sociedades capitalistas, distorsiones de este tipo en el mercado libre de fuerza de trabajo. En Italia hasta hace pocas décadas no existía el despido sin causa. Pero esta distorsión no implicaba la abolición del mercado libre de compra venta de fuerza de trabajo y con él, la del beneficio capitalista como forma de renta de la clase capitalista y, por lo tanto, como motivo propulsor de la producción social. En sentido inverso, en el proceso restauracionista en China la burocracia del PCCH ha mantenido la vigencia del hukouSistema de registro de hogares en China que vincula a las personas con su lugar de nacimiento y define su acceso a servicios y beneficios sociales. El hukou clasifica a los individuos como rurales o urbanas, lo que determina su acceso a educación, atención médica, vivienda y trabajo. con el fin de distorsionar el mercado libre de trabajo, abaratando los salarios y facilitar las condiciones del proceso de restauración del capitalismo. 

En las sociedades “planificadas” la finalidad concreta de la producción social era el cumplimiento de las metas de un plan económico nacional previamente establecido, y la “renta burocrática”, por así decir, que la burocracia dirigente usufructuaba, si bien consistía en una deducción del valor social general producido por la clase trabajadora, no era captada bajo la forma de la ganancia capitalista sino bajo la forma de ingresos salariales privilegiados combinados con prebendas en el usufructo de la infraestructura social de la que el estado obrero era propietario. Ese ingreso privilegiado era producto del mantenimiento, como señaló Trotsky en La revolución traicionada, de las “normas burguesas de reparto”. 

Las categorías de renta son el factor esencial a la hora de determinar las clases, tal como afirma Marx en el capítulo inconcluso del Volumen III de El Capital: las clases se determinan por “la identidad de sus rentas y fuentes de renta”.Marx, Karl: El Capital, Vol III, pág. 817, FCE, México, 1973, VIII T VIII, pág. 1124. SXXI Editores, España. 2017. Se trata del último capítulo LII inconcluso. Con “identidad de sus rentas” es evidente que Marx se está refiriendo al nivel, al rango de magnitudes de valor dentro del cuál se ubican los niveles de renta de un grupo social. Pero es indudable que entre nivel y fuente de renta hay una relación estrechísima, aunque pueda haber excepciones: la fuente de renta de un jugador de fútbol de la primera división es el salario, pero la magnitud de valor de esa renta es mucho mayor que la del salario medio. Por otra parte, el valor del salario oscila entre un poco más o un poco menos que la suma de valor de los medios de vida necesarios para la reproducción del obrero y su familia. ¿A qué clase pertenece el jugador del ejemplo? Por su fuente de renta al proletariado, por su nivel de renta, a la burguesía. Por eso, de la categoría de renta cuya producción es el motivo propulsor del funcionamiento económico de una sociedad dada es de lo que debe deducirse el carácter de clase de tal sociedad. Abolida la ganancia capitalista como motivo propulsor en las sociedades planificadas, la burocracia obtenía sus ingresos bajo la forma de salarios y prebendas: no constituía, por lo tanto, una clase aparte del proletariado. Pero el nivel de las rentas que disfrutaba y que defendía para sí misma chocaba con su “naturaleza salarial”, separando cada vez más sus condiciones de vida de las del proletariado y sentando las bases del desarrollo de un interés de grupo diferenciado: el de garantizar la estabilidad y el nivel de esas rentas. 

Esa contradicción entre el nivel y el carácter de las rentas burocráticas es la que propulsó el mecanismo restauracionista que Trotsky describió como “contradicción entre la propiedad estatizada y la vigencia de las normas burguesas de reparto”. La estabilidad definitiva de la renta burocrática y de sus niveles dependía de la restauración de la propiedad privada de los medios de producción, porque el nivel y la estabilidad de las rentas es siempre una función de la propiedad de los medios de producción. Si la abolición, como producto del desarrollo de las fuerzas productivas en el proceso de transición al socialismo, de las normas de reparto burgués y del conjunto de las categorías mercantiles era el objetivo de la revolución socialista, la supervivencia de aquellas normas de las que dependían el nivel y la estabilidad de la renta burocrática se fue convirtiendo en el interés de la burocracia. Para garantizar esa estabilidad y ese nivel se encontraba en la transformación de su carácter: de salarios en ganancia capitalista, lo que exigía la restauración de la propiedad privada de los medios de producción y la restauración del régimen social capitalista. 

La restauración en Rusia

El proceso de restauración se inicia en Rusia a partir de la muerte de Lenin y las luchas que conducen a la derrota de Trotsky y de la Oposición de Izquierda. La troika primero y Stalin- Bujarin después prolongan la NEP de 1921 hasta que la “crisis de las tijeras”, como Trotsky había previsto, hace estallar la alianza obrero- campesina y Stalin impone la colectivización forzosa. En el curso de estas luchas internas se imponen además los rudimentos del cálculo económico como sistema de organización de la economía soviética. Ese sistema, que establecía una estructura económica basada en la rentabilidad individual de las unidades productivas en el marco del plan nacional, en oposición al planteo de Oposición de Izquierda que promovía la anulación de la ley del valor y de la circulación mercantil en la esfera de la industria estatizada.La polémica por la organización de la economía soviética que enfrentó a los economistas y ex miembros prominentes de los llamados “comunistas de izquierda”, Evgueny Preobrazhensky en representación de la Oposición de Izquierda y Nikolai Bujarin como representante de la troika preestalinista, fue uno de los episodios más importantes de la OI en defensa de la continuidad de la política revolucionaria internacionalista alrededor de la cual se estructuró el bolchevismo desde sus orígenes. Una estructura económica similar a la planteada por Preobrazhensky, y a la que llamó “sistema presupuestario de financiamiento”, promovió el Che en contra de la introducción del “cálculo económico” en Cuba cuando ocupó el cargo de Ministro de Industria. Según Orlando Borrego, número 2 del Che en el ministerio, el Che y su equipo habían estudiado a fondo esta polémica: Che: el camino del fuego, Ediciones Imagen Contemporánea, La Habana, 2001.

Tal sistema representaba un retroceso en el proceso de la transición al socialismo muy por detrás incluso de la propia NEP, pero no implicaba la restauración de la ganancia capitalista como factor propulsor de la producción social. La burocracia stalinista librará todavía su combate restauracionista contra Trotsky y la Oposición de Izquierda en nombre de la construcción burocrática del socialismo y del socialismo en un sólo país, y prolongará su dominio sobre la sociedad soviética en tales condiciones hasta la disolución de la URSS del estado obrero. Mediante la disolución y la apropiación privada de la propiedad estatal durante la crisis definitiva del estado obrero en el período 1989- 91, la burocracia cumplió con el objetivo de garantizar la estabilidad y el nivel de sus rentas convertidas ahora con la restauración de la propiedad privada en ganancia capitalista. 

La disolución de la URSS dio paso a la instauración de un estado burgués forjado por las franjas de la burocracia que, con Boris Yeltsin a la cabeza, se metamorfosearon en una burguesía que confiscó los restos de la infraestructura construida por el estado obrero. Una neoburguesía, como podríamos llamarla para distinguirla de las burguesías surgidas de la maduración del proceso de transición del feudalismo al capitalismo en Europa o de la consecuente expansión comercial del viejo continente, surgida del desmoronamiento de formaciones sociales “postcapitalistas”, de este proceso de crisis y ruina social que explica en gran medida los rasgos gangsteriles que la caracterizan. 

Con Yeltsin, el nuevo estado se asoció al capital imperialista en un proyecto que promovía la transformación de Rusia en una semicolonia, Esa política expresaba las condiciones de crisis y derrumbe social que atravesaba el país, pero no podía expresar duraderamente el poderío que, a pesar del retroceso económico y social, el armamento nuclear, la infraestructura espacial e incluso energética proporcionaban a la burguesía restauracionista, lo suficientemente poderosa como para desafiar el proceso de recolonización imperialista. 

Pero aun con el retroceso económico que representó la destrucción de entre un 30 y un 50% de la fuerza productiva de la economía soviética, el poderío militar y tecnológico de Rusia no podía más que resultar incompatible con el intento de imponer un régimen político de sometimiento nacional como el que representaba Boris Yeltsin, cuyo desplazamiento no se produjo a través de ninguna lucha nacional sino de un recambio de camarillas después de que nombrara al propio Putin como Primer Ministro en 1999. Es decir: a la disolución de la URSS le siguió una primera fase de alineamiento político con el imperialismo yanqui, la fase “yeltsinista”, que duró hasta que esta neoburguesía de magnates cobró conciencia del poder que representaban en sus manos, aunque fuera muy dañada, las infraestructuras bélica y tecnológica heredadas del período soviético. De aquí el reemplazo de Yeltsin por Vladimir Putin y su proyecto de reconstrucción imperial. Putin representa el proyecto de transformación de Rusia en potencia capitalista mundial. 

El imperialismo de la Rusia restaurada parece reproducir aquel aspecto “mixto” con el que Lenin lo describiera en las primeras décadas del SXX: «enredado, por así decirlo, en una red particularmente tupida de relaciones precapitalistas» (El imperialismo fase superior del capitalismo), “En Rusia, el imperialismo capitalista de novísimo tipo se ha puesto plenamente de manifiesto en la política zarista con respecto a Persia, Manchuria y Mongolia; pero lo que prepondera en Rusia es el imperialismo militar y feudal” (El socialismo y la guerra), o ...en Rusia, el monopolio de la fuerza militar, de un territorio inmenso o de facilidades especiales para despojar a los pueblos alógenos, a China, etc., en parte complementa y en parte sustituye el monopolio del capital financiero más moderno.” (El imperialismo y la escisión del socialismo). La restauración devolvió a Rusia a la posición relativa que ocupaba entre las potencias imperialistas antes de la revolución bolchevique, pero ahora contando con un poderío militar y tecnológico que no podría haber conquistado sin la ruptura de las cadenas del sometimiento nacional y la implantación de una economía planificada mediante la revolución proletaria eran una condición. 

El paso del proyecto de sometimiento imperialista representado por Yeltsin al proyecto imperialista dirigido por Putin no fue producto de lucha nacional alguna, sino de un recambio de camarillas. Si Putin hubiera sido el líder exitoso de la lucha antiimperialista contra el cipayo Yeltsin, nos encontraríamos ante una infracción a la teoría del imperialismo y a la teoría de la revolución permanente: la burguesía nacional de un país atrasado habría encabezando una lucha triunfal contra el imperialismo. ¿Cómo se explicaría de lo contrario el cambio si Putin no encabezó ni podía encabezar ninguna lucha nacional por la independencia de la nueva Rusia capitalista respecto al imperialismo occidental?: pues se explica porque Rusia ya era independiente. El nuevo estado burgués heredó, junto con la infraestructura soviética, la independencia nacional conquistada por el proletariado revolucionario en 1917. 

Por eso es incorrecto lo siguiente: “Ambos casos son distintos pero comparten que tuvieron una primera etapa de restauración capitalista plenamente dominada por el imperialismo yanqui y europeo, pero también un momento de ruptura y el establecimiento de gobiernos bonapartistas que chocan con el imperialismo”.Guillermo Kane: “Algunas notas sobre el carácter del estado en China y en Rusia”, EDM, Mayo 2024 De haber habido un “dominio pleno” del imperialismo yanqui bajo Yeltsin, aunque en gran medida el ex primer ministro puede considerarse un agente suyo, habría que admitir que Putin, Medvedev y su camarilla liberaron a la nueva Rusia del imperialismo. El proyecto de sometimiento colonial que promovió el ciclo yeltsinista era sencillamente incompatible con el poderío militar y el desarrollo tecnológico heredados por lo la burguesía de magnates postsoviética., junto con la independencia nacional conquistada por la revolución bolchevique. Eso es lo que explica el recambio camarillesco del yeltsinismo y el advenimiento del régimen bonapartista con que Putin pretende conducir a los magnates rusos al destino capitalista imperial al que aspiran. El “choque con el imperialismo” que señala Guille es en realidad un choque interimperialista, con un imperialismo ruso con las características que hemos citado de Lenin.En cuanto a la caracterización de bonapartismo, es correcta a mi entender en el caso de Putin pero más problemática a la hora de reflejar las características de los gobierno chinos, aunque el actual de Xi Jinping ha concentrado cargos y poderes de un modo que no tiene precedentes desde Mao. Sin embargo, la gigantesca maquinaria del PCCH y sus niveles parece demasiado gigantesca y sofisticada como para dar espacio al bonapartismo. Sin embargo, los choques de la burocracia del PCCH con franjas de la burguesía “privada” favorecen un grado de concentración personal del poder que podría tender a estabilizarse.

La raíz de este error se encuentra, a mi entender, en la identificación del proceso de restauración capitalista con el intento de recolonización de los ex estados obreros por el imperialismo. La restauración no podría según ese punto de vista completarse sin la recolonización de China y Rusia. El imperialismo y no la burocracia, contra lo que sostenía Trotsky, es en ese concepto erróneo el agente propulsor fundamental del proceso de restauración capitalista. La consecuencia política inevitable es la de asignar a la burocracia todavía un rol históricamente progresivo, limitante del proceso de restauración capitalista.

La restauración en China

Las reformas de Deng abrieron el país al gran capital extranjero un mercado de 1300 millones de habitantes que era una gigantesca válvula de salida a la crisis mundial que se extendía desde principios de los ‘70 (o fines de los ‘60 según algunos autores). La propia mecánica de la crisis capitalista determinó la necesidad de penetrar en ese gigantesco mercado aceptando las condiciones que imponía al capital imperialista la burocracia restauracionista del PCCH. 

De la mecánica objetiva de la crisis capitalista fue producto la conducta subjetiva del gran capital imperialista que buscaba en el proceso de reconversión de la economía planificada china en economía capitalista un enorme campo de inversión y beneficios que funcionara como una salida al estancamiento y la recesión de los ‘70 y ‘80. El capital imperialista aceptó las condiciones de transferencia recnológica, inversión y reinversión que impuso la burocracia del PCCH aunque sus efectos se le volverían en contra 4 décadas después. ¿Qué burgués podría haber previsto hace 40 años un mundo inundado de celulares y automóviles eléctricos chinos? ¿Y qué burgués, aun habiéndolo previsto, podría negarse a (parafraseando la crítica de Engels a la socialdemocracia alemana de fines del S XIX) “sacrificar las ganancias presentes para evitar las posibles pérdidas del futuro”? Al contrario: lo que imaginaron y se propusieron fue la subordinación y recolonización de ese espacio económico que había conquistado la independencia con la revolución del ‘49. 

Aunque predomina la idea de que la modernización de la economía china y la adquisición de sus principales conquistas tecnológicas es producto de la apertura iniciada por Deng Xiaoping, la verdad es que las bases no sólo de la industria pesada sino también del poder nuclear y de la industria aeroespacial fueron establecidas durante el período maoísta. Sobre tal base, la burocracia del PCCH pudo negociar con el capital imperialista las reformas restauracionistas sin tener que someterse a sus dictados, imponiendo exigencias de transferencia tecnológica y tasas de inversión y reinversión con las que ni siquiera pueden soñar no sólo las burguesías de los países atrasados, sino incluso las de los países capitalistas avanzados. 

La ausencia de un momento de ruptura, como en Rusia, del estado obrero chino, en qué momento exactamente el plan fue reemplazado por la ganancia capitalista como resorte propulsor fundamental de la producción no es fácil de establecer y es, por lo tanto, algo opinable. Después del ‘78 los planes quinquenales pasaron sugestivamente a llamarse “Directrices”, y fijan para las empresas privadas metas indicativas. En 1990, no casualmente poco después de la masacre de Tienanmen, la inauguración de las bolsas de Shangai y Shenzen puede resultar un indicio de la generalización de la producción mercantil a gran escala y de la progresiva difusión de la ganancia capitalista como motivo propulsor de la inversión y la producción. Luis Oviedo señalaba a fines de los ‘90 que “El ritmo de la economía china está dictado por las Bolsas de Shangai, Shenzen y, sobre todo, de Hong Kong”.Luis Oviedo: op. cit. Tales bolsas hoy son la tercera y quinta bolsa del mundo en capitalización bursátil, y la de Hong Kong es la octava. Juntas sumaron una magnitud de valor de capitalización bursátil en 2024 de U$S 15,5 billones, la cuarta parte de los más de U$S 60 billones que suman la NYSE y el NASDAQ de EEUU, pero 3 veces la capitalización de las bolsas que les siguen, las de Tokyo y Londres.Ver: https://www.ig.com/es/estrategias-de-trading/-cuales-son-las-bolsas-mas-importantes-del-mundo--200703

Capitalismo, estado y capitalismo de estado en China

A medida que el capitalismo se desarrolla en China emergen las contradictorias consecuencias económicas que provoca la acción de sus leyes. Tasas de inversión altísimas que superan el 40% y que son las que explican a largo plazo el fenomenal desarrollo de la economía china, hoy son la base de una tendencia a la sobreproducción de la que por ejemplo la crisis inmobiliaria que condujo a la liquidación de Evergrande fue una clarísima muestra. El aumento de la composición orgánica del capital determina la caída de la tasa de beneficio y de la tasa de crecimiento, que de un 14,2% en 2007 para empezar a descender casi en forma continua hasta el 5,2% en 2023, exceptuando el rebote post pandemia del 8,4% de 2021. Desde el 2012, las tasas de crecimiento no superan el 8%,Ver: https://data360.worldbank.org/en/indicator/WB_WDI_NY_GDP_MKTP_KD_ZG?country=CHN&view=trend y desde 2022, el 6%

Esta caída de la tasa de crecimiento ha hecho que el pronóstico del evento conocido como “punto de intersección”, es decir el momento en que el PBI chino alcanzará al de EEUU, se haya pospuesto. En 2020, el Centre for Economics and Business Research (UK) previó que el PBI chino superaría al de EEUU en 2028, en 2022 pospuso esa superación para el 2036, a causa de la reducción de la tasa de crecimiento, y en enero de este año, al 2038.Ver: https://cebr.com/blogs/we-forecast-that-china-will-be-the-worlds-largest-economy-for-only-21-years-before-the-us-overtakes-again-in-2057-and-by-2081-india-will-have-overtaken-the-us-how-does-this-affect-geopoliti/ Pero esto no impide considerar a China una economía capitalista avanzada: no está a la vista la hipótesis de que Japón o Francia superen a EEUU, y sin embargo no tenemos dudas de que son economías capitalistas avanzadas e imperialistas.

Las empresas estatales, si bien han disminuido su nivel de participación en el PBI a cifras que oscilan entre el 25 y 30% según distintas fuentes, continúan jugando un papel económicamente decisivo, especialmente en el terreno militar y espacial. Su lógica de funcionamiento es una lógica claramente capitalista, y eso no ha cambiado bajo el gobierno “izquierdista” de Xi Xinping: “5.412 empresas que cotizan en las bolsas de valores de Shanghai, Shenzhen y Beijing generaron ingresos operativos combinados de 71,98 billones de yuanes (unos 9,99 billones de dólares) y un beneficio neto de 5,22 billones de yuanes en 2024 [unos de los U$S 400 mil millones NdelA]”.Ver: https://spanish.news.cn/20250509/2305c4f453fd423b84ba59953676eb15/c.html Aunque el plan yo no es el orientador del funcionamiento de la economía nacional, el nivel de intervención y de dirigismo del PCCH y del estado tanto respecto al capital privado nacional como al extranjero es indudablemente fundamental. China es un capitalismo de estado. Pero: ¿Quién dirige el capitalismo de estado en China? ¿Cuál es la naturaleza de clase del estado chino que dirige la economía capitalista? Perfectamente podría tratarse de una economía capitalista de estado dirigida por un estado obrero que promueve la transición hacia el socialismo. Tal cosa, como sostenía Lenin, era probablemente la URSS en tiempos en que se adoptó la NEP: “He dicho antes que nuestro capitalismo de Estado se diferencia del capitalismo de Estado, comprendido literalmente, en que el Estado proletario tiene en sus manos no sólo la tierra, sino también las ramas más importantes de la industria. Ante todo, hemos entregado en arriendo sólo cierta parte de la industria pequeña y media; todo lo demás queda en nuestras manos.”V.I.Lenin: “Informe al IV Congreso de la IC”, 13-11-22, Obras Completas T XLV, Progreso. Moscú, 1973.

Como se ve Lenin diferencia entre un capitalismo de estado al que llama familiarmente “literal”, se entiende que dirigido por un estado burgués, y un capitalismo de estado “proletario”. Es decir: el capitalismo de estado en la Rusia soviética era para él un capitalismo de estado cualitativamente diferente al “literal” porque estaba dirigido por el proletariado y, por lo tanto, podía representar una fase del proceso de transición al socialismo. No es por lo tanto el peso de la propiedad estatal en la economía, que por supuesto es conditio sine qua non para definir a una economía como capitalismo de estado, lo que define para Lenin su progresividad histórica, sino el carácter de clase del “estado propietario”. No lo dice, pero podríamos afirmar que estaría de acuerdo con el uso del concepto “capitalismo de estado proletario”. Sin embargo, también es verdad que no usa ese término que parece al alcance de la mano, y es posible que hubiera alguna razón por la que pensara en no hacerlo. 

Otras citas de Lenin, todas de los últimos meses de su vida, refuerzan esta idea suya: “Nuestro capitalismo de Estado difiere en forma muy esencial del capitalismo de Estado en los países que tienen gobiernos burgueses, precisamente porque nuestro Estado no está representado por la burguesía, sino por el proletariado, que ha logrado conquistar la plena confianza del campesinado.”V.I.Lenin: “A la colonia rusa en América”, en Idem. "‘El capitalismo de Estado -dijo PreobrazhenskiPreobrazhensky en ese momento formaba parte junto a Bujarin de los “comunistas de izquierda” que se oponían a la NEP y la demonizaban justamente como “capitalismo de estado”. A esa crítica está respondiendo Lenin. - es capitalismo, y sólo así se lo puede y debe interpretar.’ Afirmo que eso es puro escolasticismo. Hasta ahora nadie pudo escribir un libro de este tipo sobre el capitalismo porque es la primera vez en la historia de la humanidad que lo vivimos. Hasta ahora, todos los libros más o menos útiles sobre el capitalismo de Estado que han aparecido han sido escritos en momentos en que las condiciones y la situación eran tales, que el capitalismo de Estado era capitalismo.”V.I. Lenin: “Informe del CC al XI Congreso, 28-03-22”, Op. Cit.

¿Puede equipararse al proceso de reformas iniciado hace casi 50 años por Deng a la NEP dirigida por Lenin y Trotsky? ¿Se trata de una NEP de 50 años de duración en la que no se ha hecho más que retroceder hacia la consolidación de relaciones de producción capitalistas? ¿Es una economía planificada burocratizada del tipo de la economía soviética entre el triunfo de Stalin y la disolución de 1991? Para responder a eso hay que responder que clase social tiene el poder en China, donde el poder político y el control absoluto de la economía está en manos de la burocracia del PCCH. Pero la burocracia del PCCH no es una clase y, por lo tanto, esta comprobación no nos permite constatar el carácter social y económico del régimen chino. 

En el estado obrero burocratizado soviético la burocracia usurpaba el poder de las masas proletarias para beneficiarse del mantenimiento de las normas burguesas de reparto. La subsistencia de esa fuente de desigualdad entre las condiciones de vida de la burocracia y las de las masas trabajadoras en general y su antagonismo con un régimen basado en la propiedad estatizada de los medios de producción era, según el análisis clásico desarrollado por Trotsky, el factor propulsor del proceso de restauración capitalista. En la URSS esta contradicción fue la base de la crisis política que condujo a la quiebra del estado obrero burocratizado. 

En China, en cambio, las reformas de Deng iniciaron el camino de la restauración capitalista sin alterar sustancialmente la forma del estado. La burocracia del PCCH in toto llevó a cabo este proceso conservando la forma y la estabilidad del estado obrero burocratizado, aunque cambiando su contenido social mediante una especie de metamorfosis inversa, en la que lo que se transforma es el contenido mientras se conserva la forma: la burocracia mantuvo intacta la envoltura del estado burocrático para reconvertirse en neoburguesía sin destruirlo. Se trata de un proceso largo y complejo que se desarrolló a partir del ‘78 con sus testaferros, familiares y propiedades clandestinas al estilo cubano, en gran medida imitación del más sofisticado proceso chino pero mejor conocido por nosotros. En cualquier caso, el Congreso del PCCH de julio de 2001, presidido por Hu Jintao, reformó los estatutos del partido para permitir el ingreso de empresarios privados, y en 2007 se legalizó la propiedad privada.Es un hecho que debe ser remarcado justamente porque es la prueba de la voluntad de parte de la burocracia de consagrar jurídicamente su acceso a la propiedad: “burgués no sólo hay que serlo sino también parecerlo”, bien podrían decir Xi y sus secuaces.

Naturalmente, al lado de las franjas de la burocracia que se han metamorfoseado en burguesas, surgió también una burguesía promovida por el propio proceso de reformas que, como ya dijimos, se encuentra asociada a ese proceso y sometida a la supervisión del PCCH. Está claro que su relación con el estado burgués chino y la burocracia que lo dirige es compleja. Empresarios como Jack Ma (Ali Babá) y Ren Zhiqiang (Beijing Huayuan Group) han ido a la cárcel por criticar al régimen o promover la liberalización de la economía. Pero otros grandes empresarios privados tienen inmejorables relaciones con el PCCH: "Debemos seguir las orientaciones del secretario general Xi Jinping, centrarnos en las industrias reales, concentrarnos en nuestros negocios principales y dedicarnos a utilizar nuestras industrias para contribuir a la prosperidad de la nación y hacer realidad el sueño de una China próspera", expresó Wang Chuanfu, presidente de BYD, principal productora mundial de automóviles eléctricos, "Estoy muy emocionado. Siento la preocupación, el apoyo y el interés que el secretario general Xi y el Comité Central del PCCh tienen por las empresas privadas y los empresarios. Estamos decididos a introducir en nuestros productos las últimas tecnologías, como la IA, y potenciar la influencia mundial de los productos fabricados en China", indicó Lei Jun, presidente de Xiaomi Corporation.Ver: https://espanol.cgtn.com/news/2025-02-19/1892185876726874114/index.html

Jack Ma y Zhiqiang representan dos actividades (comercio y construcción) golpeadas por el “proceso de desacople” post 2008. BYD y Xiaomi en cambio forman parte de la vanguardia tecnólogica china y mundial. Si las perspectivas del capitalismo chino no estuvieran limitadas por el límite irreductible de la crisis y la decadencia capitalista general, indudablemente Chuanfu y Jun representarían, mucho más que Jack Ma y Zhiqiang, a la burguesía imperialista china del futuro.

La economía capitalista china

El consenso alrededor del llamado proceso de “desacople” de la economía capitalista china respecto al capital imperialista sostiene que, especialmente a partir del estallido de la crisis capitalista mundial en el 2008, se aceleró decisivamente el proceso de transformación progresiva de China en potencia económica capitalista en los planos financiero, tecnológico y militar. Incluso, la supremacía militar yanqui es todavía indudable, pero la distancia se ha acortado mucho. El presupuesto militar chino se ha multiplicado por 15 entre el año 2000 y el 2023, y ha pasado de representar una décima parte a alrededor de un tercio del presupuesto yanqui.Ver: https://www.iiss.org/publications/the-military-balance/2025/defence-spending-and-procurement-trends/

Sin embargo, el ascenso económico, premisa del desarrollo del poderío militar que China debe construir para afrontar la lucha por la hegemonía, se ve entorpecido por el propio desenvolvimiento, que ya señalamos, de las tendencias al estancamiento y la crisis que brotan dialécticamente del desarrollo capitalista. El aumento de la composición orgánica del capital, determinado por el crecimiento de la composición técnica, provoca la caída de la tasa de ganancia y la reducción de la tasa de crecimiento. La tasa de crecimiento de la economía china se ha reducido desde tasas promedio anuales del 10% a menos alrededor del 5% desde el estallido de la crisis. En cuanto a la tasa de ganancia, el siguiente cuadro muestra la evolución de los márgenes bancarios, deducción de la ganancia capitalista general y que, por lo tanto, reproduce su evolución: 

Fuente: https://www.bloomberg.com/news/articles/2024-10-30/grandes-bancos-chinos-registran-ganancia-pese-a-menores-margenes

El sistema bancario chino atraviesa perturbaciones que han producido la absorción de decenas de pequeños bancos e incluso la quiebra de grandes como el Zhongzi,Ver: https://www.ft.com/content/875eb566-969c-40e4-8f21-11533bc2eb03 uno de los llamados “bancos en las sombras”. Las causas de esta crisis se encuentra en la sobreproducción especulativa de viviendas, que produjo la quiebra de Evergrande, en la presión del estado chino para financiar el consumo y la producción estancados en relación a las históricas tasas de crecimiento y en el ofrecimiento de rendimientos claramente especulativos.“Un producto de Zhongzhi visto por el Financial Times ofrecía una rentabilidad del 8 %.” señala el artículo. Cómo se ve además en el gráfico anterior, la morosidad se ha más que duplicado en forma casi inversa a la caída de los márgenes de ganancia. La sobreproducción ha saturado al mercado interno y la banca estatal reduce las tasas de interés para alimentar la expansión de la economía mediante un instrumento claramente keynesiano. Cómo se deduce de todo esto, en la economía china la planificación no parece cumplir ningún papel real, independientemente de los “planes quinquenales” y las presiones de la burocracia.

La sobreproducción no aqueja sólo al sector de la vivienda. China es el principal fabricante de automóviles eléctricos del mundo y será este año el primer país en el que la cantidad de tales vehículos superará a la de automóviles con combustibles hidrocarburíferos. Pero el mercado chino es incapaz de absorber su producción, y esto ha provocado el desplome de los precios empujado por BYD y la caída de las acciones de las empresas automotrices por la esperada caída de las ganancias. Esta caída además presiona sobre los precios de los mercados europeo y estadounidense.Ver: https://cincodias.elpais.com/companias/2025-06-02/las-marcas-de-coches-chinas-se-despedazan-en-el-mercado-local-con-ofertas-imposibles-y-dejan-en-fuera-de-juego-al-resto.html

Rasgo característico de toda economía capitalista avanzada en la que se ha saturado el mercado interno, la sobreproducción, es un fenómeno que aqueja a la economía china de un modo general: “Las industrias chinas que experimentan un más exceso de capacidad son el acero, el cemento y la maquinaria de construcción, debido a la contracción estructural de la demanda provocada por el desplome del mercado inmobiliario chino, que dura ya varios años, según la EIU. La presión del exceso de capacidad es más leve en la maquinaria eléctrica, incluidas las baterías y los paneles solares, el sector automovilístico y el farmacéutico. Sin embargo, la utilización de la capacidad y la rentabilidad subyacente ‘probablemente seguirán siendo peores que la norma anterior a la pandemia’ a lo largo de 2024 en una serie de sectores, dijo la EIU. Este es especialmente el caso de la energía solar, las baterías y las turbinas eólicas, donde ‘el exceso de oferta en ciertas partes de la cadena de suministro se une a una demanda aún por materializar’, según el informe. Los productores de estos sectores aumentaron la oferta debido a las previsiones ‘muy optimistas’ tras el anuncio del presidente chino, Xi Jinping, de un objetivo de neutralidad de carbono para 2020 y la crisis energética europea de 2022. Este artículo, especialmente la parte que remarcamos en el texto, es muy ilustrativo en la medida en que describe una economía gigantesca regida por la lógica de la ganancia capitalista como motivo propulsor de la producción y en cuyo funcionamiento por el contrario no aparece ningún elemento de planificación que limite el fenómeno de la sobreproducción capitalista. Este artículo, especialmente la parte que remarcamos en el texto, es muy ilustrativo en la medida en que describe una economía gigantesca regida por la lógica de la ganancia capitalista como motivo propulsor de la producción y en cuyo funcionamiento por el contrario no aparece ningún elemento de planificación que limite el fenómeno de la sobreproducción capitalista.Ver: https://www.bloomberglinea.com/2024/04/15/el-exceso-de-capacidad-industrial-en-china-alcanza-su-punto-maximo-economist-intelligence-unit/. EIU son las siglas de The Economist Intelligence Unite, una unidad de The Economist que ofrece pronósticos y asesoramiento económico. En relación a la cuestión de la sobreproducción, un rasgo de la economía capitalista china que refuerza la idea de este carácter anárquico pero que merece un análisis más profundo que el que podemos hacer en este trabajo, es el de la superposición de inversiones municipales, provinciales y nacionales, que provoca un gran despilfarro de recursos y agrava el fenómeno sobreproductivo.

Fuente: Bloomberg

Los indicadores de la OIT sobre la productividad del trabajo en China parecieran contradecir la idea de una China capitalista avanzada: se ubican muy por debajo de la media del G7 y de las economías de altos ingresos del Sudeste Asiático, e incluso debajo de la media mundial. Pero llaman la atención algunos hechos: la productividad laboral de China según la OIT también se encuentra por debajo de países como Cuba, Costa Rica, República Dominicana, etc. y de la media de ¡África..! Es evidente que tal indicador no da cuenta acabada de la realidad, por las razones que sea. De hecho, Macao se halla muy por encima de la media, y de la de todos los países del G7, y la productividad de Hong Kong supera al Japón. La productividad laboral en el corazón productivo de la economía china tiene que ser muy superior a la que señalan las estadísticas, probablemente en un intermedio entre las de Macao y Hong Kong:

PB 2025 por hora trabajada(en dólares constantes 2021)
Macao (China) 92
Francia 82,2
EEUU 81,8
Alemania 80,5
Media G7 74,9
Media SE Asiático 72,6
Reino Unido 69,5
Hong Kong (China) 68,3
Japón 53,7
Costa Rica 30,3
Rep. Dominicana 27,6
Cuba 24,7
Media África 23,2
Media mundial 20,9
China 19

Fuente: elaboración propia sobre datos de OITVer: https://ilostat.ilo.org/es/topics/labour-productivity/

En cualquier caso, la tasa de crecimiento de la productividad laboral en China es muy superior al del resto de las economías capitalistas avanzadas aún según Michael Roberts, ferviente defensor de la idea de una China en transición al socialismo “cercada” por el imperialismo y todavía relativamente atrasada:

Tasa anual de crecimiento de la productividad del trabajo %Ver: https://thenextrecession.wordpress.com/2025/03/08/two-sessions-china/ 

Muy consistente en cambio con nuestra hipótesis de una China capitalista avanzada son los siguientes datos objetivos que proporciona también Roberts en el mismo artículo: “China también supera a los Estados Unidos en densidad de robots industriales, con 470 robots instalados por cada 10.000 empleados en 2023 en comparación con 295 en los Estados Unidos. China también está a punto de igualar a los EEUU en patentes con su participación global aumentando del 4 % en 2000 al 26 % en 2023, mientras que la participación de Estados Unidos cayó más del 8 %. Y la producción de semiconductores de China es una cuarta parte de la producción mundial en comparación con el 16 % en los Estados Unidos y el 7 % en Europa”:

Participación en la producción global de semiconductores %Idem.

En cuanto a la cuestión tan difundida acerca del atraso de China en relación a EEUU, Taiwán y los Países Bajos en materia de tamaño y sofisticación de los semiconductores, y a las consecuencias de las recientes sanciones de EEUU, y que es motivo de polémica (aunque aún un veredicto negativo al respecto no podría enviar a China al club de naciones semicoloniales) remito a estos dos recientes artículos: Restofworld.org y Hpcwire

China en el mundo

En 3 de los últimos 6 años, en el balance de los flujos de Inversión Extranjera Directa en China la exportación de capitales bajo esta modalidad ha superado al ingreso de capital extranjero. En 2019 y 2021 además el saldo importador del flujo de IED ha sido apenas de U$S 2 mil y 4 mil millones, y aunque en 2022 fue de U$S15 mil millones, el flujo saliente solamente de 2024 ha sido de U$S 46 mil millones, que más que duplica el volumen del flujo importador de los tres años citados. Además, en relación a 2019, el crecimiento de la IED saliente ha oscilado entre un piso del 11,5% en 2020 a un techo de 30% en 2021 y 2023, con un crecimiento del 19% en 2024:

Flujos de IED en China, EEUU, países imperialistas y principales países de los BRICS 2019- 24. Elaboración propia en base a Informe UNCTAD Anexo Tabla 1 pág. 267.Ver: https://unctad.org/system/files/official-document/wir2025_en.pdf

Lo fundamental es que, aun teniendo en cuenta el impacto de las medidas arancelarias de Trump en 2018 y el de la pandemia de Covid en 2020- 22, el volumen de IED saliente en el período sólo es superado por el de EEUU y Japón, supera al de Alemania, Francia y Reino Unido, y está muy por encima de los volúmenes de IED salientes de los principales países de los BRICS. Además, tanto India como Brasil presentan flujos de IED entrante muy superiores a los de IED saliente, y en Rusia los flujos superiores de IED saliente 2022- 24 se explican por la caída abrupta de la IED entrante como consecuencia de la Guerra de Ucrania. Es decir: los flujos de IED de China son los de un país capitalista avanzado. 

Güney Işıkara y Patrick Mokre, en un trabajo presentado en junio de este año en la Conferencia anual de la Asociación de Economía Heterodoxa en Londres, estimaron las transferencias de valor hacia los países avanzados en el período 1995- 2025 en unos € 70 billones, (¡una cifra que representa alrededor del 70% del PB mundial de 2024!): “Las transferencias están distribuidas de manera muy desigual: Japón, Estados Unidos y China son los mayores receptores netos, mientras que México, Indonesia y Rusia son los mayores donantes netos (…) Entre 1995 y 2020, China pasó de ser una economía emisora de transferencias a una receptora, el dominio de Estados Unidos y Japón disminuyó.”Ver: https://thenextrecession.wordpress.com/wp-content/uploads/2025/06/ahe2025-mokre-1.pdf

VCC flujos producto de mayor Composición Orgánica, RSV flujos producto de diferencias en la tasa de plusvalor.Idem.

Cómo se ve, China ha capturado € 18,63 billones de los casi € 70 billones calculados por los autores, apenas por debajo de EEUU y un 40% por encima del siguiente, Japón. Y se ha transformado en receptor neto de esos flujos, mientras que sus socios de los BRICS Brasil, Rusia e India, como México y Korea, continúan siendo emisores de esos flujos de valor. Se trata de una evidencia, a mi juicio, incontrastable. Más aun: cómo en buena parte del período China fue emisora de tales flujos, la magnitud de valor real recibida tiene que haber sido mucho mayor que la que refleja el cuadro para poder compensar el período de pérdidas:Ibidem.

Por último, y para cerrar la primera parte de estos apuntes, esta cita “neutra”, descriptiva de las prácticas financieras del estado chino como prestamista: “Los tipos de interés chinos son del mismo orden de cifras [de los del BM], incluso si una parte son concedidos a tipos concesionales de un poco menos del 3%. En comparación con los tipos de interés aplicados por los prestamistas privados en los mercados financieros, durante la decena de años de quantitative easing [flexibilidad NdelA] desde 2012 a 2022, los tipos chinos eran iguales o un poco superiores. A partir de 2022, con el abandono por la FED, el BCE y el Banco de Inglaterra de esta política en beneficio del quantitative tightening [endurecimiento NdelA], se asistió a un fuerte aumento de los tipos de interés. La parte de los créditos chinos concedidos a tipos de interés fijos se hace, por lo tanto, a tipos inferiores a los del mercado. Pero, atención, una parte importante de los préstamos chinos es con un tipo de interés variable y, en ese caso, siguen la evolución de los tipos de interés dictados por los bancos centrales occidentales”Eric Toussaint: “Preguntas y respuestas sobre China como una potencia acreedora de primer orden” https://www.cadtm.org/Preguntas-y-respuestas-sobre-China-como-una-potencia-acreedora-de-primer-orden

 Cómo se ve, el imperialismo chino no es mejor ni peor que el tradicional, y no tiene por qué serlo. Simplemente es imperialismo. Una serie de casos nacionales que analizaremos en la segunda parte de este trabajo consideramos que terminarán de probar nuestra hipótesis. 

Una consideración final en esta primera parte. El ascenso de China a la categoría de potencia imperialista se produce en el contexto del proceso de declinación general del capitalismo imperialista y como un elemento de ese proceso de decadencia en el que se ve subsumida su economía y que tal ascenso no puede contrarrestar. A 45 años del inicio del proceso de restauración, la incorporación de China al mercado mundial capitalista no ha podido conjurar el fantasma de la crisis internacional. Xi Xinping bien podría, como Macbeth, preguntarse: “¿Habré llegado a la cima de la montaña para rodar por la vereda opuesta...?”

En nuestra revista En Defensa del Marxismo online quincenal, volvemos a salir en una edición semanal especial, esta vez dedicada a China. Tres artículos (Pablo Heller, Pablo Giachello y Luis Brunetto) desarrollaran diversos aspectos de una caracterización del Estado chino y de su repercusión en la situación política internacional. Con esto pretendemos abrir  públicamente el debate sobre este importante tema teórico y político, que hoy en día discute toda la izquierda marxista a nivel internacional.

Defiendo la tesis de que China es un país capitalista avanzado e imperialista. En esta primera parte me propongo desarrollar los argumentos en que se apoya tal tesis y quedarán para una segunda parte (o para sucesivas “nuevas partes”) el análisis de autores y la inevitable polémica. También el análisis de la cuestión de Taiwán y de una serie de casos empíricos que entiendo constituyen ejemplos de conducta imperialista de parte de China. Muchos de ellos están vinculados al proyecto de la Ruta de la Seda, por eso el tratamiento de esa iniciativa del estado chino formará parte también de un próximo o próximos artículos. 

Entiendo que el estudio de casos concretos permitirá ofrecer pruebas tangibles de prácticas imperialistas por parte de China. Por supuesto: el imperialismo no es “una práctica” ni una política, pero encuentra su expresión en relaciones concretas entre las naciones y las clases que asumen la forma de prácticas determinadas por la base económica capitalista de la economía internacional. De hecho, en la literatura marxista, la primera ligazón práctica entre la compulsión económica que propulsa las prácticas imperialistas concretas de las grandes potencias capitalistas, ligazón que desarrollaría más tarde de manera clásica Lenin con su teoría del imperialismo como fase de decadencia de la producción capitalista, sea probablemente Marruecos,1Ver: https://www.marxists.org/espanol/luxem/1911/8/a.htm el artículo de 1911 de Rosa Luxemburgo que analiza el ataque al territorio norafricano en que estuvieron involucradas Francia, Alemania, Inglaterra y España.

Comienzo por analizar en esta primera parte las características que distinguen a las sociedades capitalistas de aquellas que a partir de la revolución bolchevique fueron reorganizadas para establecer economías planificadas en las que, a partir de las reformas chinas de fines de los ‘70 y de la crisis y disolución de la URSS se desarrollaron los procesos de restauración capitalista. Cómo se trató de sociedades de transición que no alcanzaron el socialismo, establecer su naturaleza es esencial para poder hacer uso del concepto de “restauración”. No habría restauración de entenderse que se trató de sociedades en las que a pesar de la expropiación de las burguesías subsistiera en ellas el capitalismo aunque fuera bajo otro ropaje.

Después, hago un breve análisis de los procesos de restauración en Rusia y China y sus peculiaridades, para después introducirme en tópicos referidos especialmente a los rasgos de la economía capitalista china. Por razones evidentes resulta tan imprescindible como útil la comparación de los procesos de restauración de China y de Rusia y por eso es que aunque este trabajo está dedicado a China incluye también un apartado sobre Rusia. 

La determinación del carácter de la sociedad china no es una cuestión abstracta, sino una cuestión de la mayor importancia política práctica. Además de tratarse, desde mi punto de vista, de una potencia capitalista que ha iniciado el proceso de disputa de la hegemonía imperialista con los EEUU y que por lo tanto influye decisivamente en todos los aspectos de la situación mundial, China a la vez juega “silenciosamente” un papel fundamental en nuestro país. Es el segundo socio comercial de la Argentina, la cerealera Cofco ocupa un lugar decisivo en el complejo agroganadero del país y gigantes mineros como Ganfeng Lithium participan en la explotación del litio del noroeste. La suerte económica del país está atada, entre otras cosas, a la activación del SWAP pactado por Cristina Kirchner en 2014, activado por U$S 5 mil millones en condiciones desconocidas por Sergio Massa durante el gobierno de Alberto y extendido en abril por el gobierno de Javier Milei cuando se encontraba al borde del precipicio cuando menos financiero. Nuestro SWAP forma parte de una montaña de valor que a principios de esta década era de unos U$S 500 mil millones en acuerdos pactados con los bancos centrales de casi 40 países y cuyo fin es el desplazamiento del dólar por el renminbi como moneda hegemónica en el comercio mundial y, sobre todo, como reserva de internacional de valor.

Por último la siguiente cuestión metodológica: una vez establecido el carácter capitalista de China, que es algo que ya parecería fuera de discusión,2En nuestro partido, la idea del carácter capitalista de China se remonta por lo menos a fines de los ‘90: “Después de más de quince años de ‘reformas’, la economía china tiene una fisonomía plenamente capitalista.”: Luis Oviedo: “China: Principal fuente de acumulación capitalista mundial”, en EDM 11, abril 1996. ¿cómo determinar si se trata de una potencia imperialista, o si integra el pelotón de las semicolonias capitalistas de “desarrollo intermedio”? Pues entiendo que lo apropiado es comparar los indicadores fundamentales de China por un lado con los países imperialistas del G7, y por el otro con los BRICS. Para negar el carácter de China como país capitalista imperialista algunos la comparan exclusivamente con EEUU, como si la categoría de imperialista sólo se alcanzara desplazando al imperialismo yanqui de la hegemonía en el capitalismo mundial. Con ese razonamiento, ni Francia, ni Japón, ni Alemania serían potencias imperialistas. Lo cierto es que, como veremos, en los indicadores fundamentales, sin dudas China se asemeja mucho más al pelotón del G7 que a sus socios de la alianza de países de la que ella misma es fundadora y en la que depositan sus esperanzas los ilusos progresismos del mundo.

Restauración capitalista

La producción capitalista representa un modo de producción históricamente dado de una categoría determinada de renta: la ganancia capitalista. Esta categoría de renta se produce en el proceso capitalista de producción mediante la compra de fuerza de trabajo por la clase capitalista propietaria de los medios de producción en el mercado de trabajo libre, y luego explotada en el proceso de trabajo y realizada en el proceso de circulación mediante la venta de las mercancías en que está encerrada. La producción y realización de esta categoría de renta es el factor propulsor de la producción social y la característica definitoria de la naturaleza capitalista de una formación social dada. 

Las sociedades a las que llamamos “de economía planificada” que se desarrollaron durante el S XX a partir de la revolución bolchevique de 1917, las que han denominado también del “socialismo real”, no eran sociedades capitalistas porque, si bien en ellas subsistían las categorías mercantiles de la producción, el mercado libre de fuerza de trabajo había sido abolido por la imposición del derecho universal al trabajo. Este es un elemento decisivo porque la eliminación del mercado libre de fuerza de trabajo presionaba en favor de un salario regulado por su valor y, con esto, por la regulación de toda la economía por el valor de la fuerza de trabajo. Tal cosa es incompatible con el funcionamiento del régimen social capitalista regido, como dijimos, por la producción de la ganancia capitalista como norma vertebradora de la economía.

Por supuesto que en la dinámica de la lucha de clases la clase obrera puede imponer en su favor, dentro de sociedades capitalistas, distorsiones de este tipo en el mercado libre de fuerza de trabajo. En Italia hasta hace pocas décadas no existía el despido sin causa. Pero esta distorsión no implicaba la abolición del mercado libre de compra venta de fuerza de trabajo y con él, la del beneficio capitalista como forma de renta de la clase capitalista y, por lo tanto, como motivo propulsor de la producción social. En sentido inverso, en el proceso restauracionista en China la burocracia del PCCH ha mantenido la vigencia del hukou3Sistema de registro de hogares en China que vincula a las personas con su lugar de nacimiento y define su acceso a servicios y beneficios sociales. El hukou clasifica a los individuos como rurales o urbanas, lo que determina su acceso a educación, atención médica, vivienda y trabajo. con el fin de distorsionar el mercado libre de trabajo, abaratando los salarios y facilitar las condiciones del proceso de restauración del capitalismo. 

En las sociedades “planificadas” la finalidad concreta de la producción social era el cumplimiento de las metas de un plan económico nacional previamente establecido, y la “renta burocrática”, por así decir, que la burocracia dirigente usufructuaba, si bien consistía en una deducción del valor social general producido por la clase trabajadora, no era captada bajo la forma de la ganancia capitalista sino bajo la forma de ingresos salariales privilegiados combinados con prebendas en el usufructo de la infraestructura social de la que el estado obrero era propietario. Ese ingreso privilegiado era producto del mantenimiento, como señaló Trotsky en La revolución traicionada, de las “normas burguesas de reparto”. 

Las categorías de renta son el factor esencial a la hora de determinar las clases, tal como afirma Marx en el capítulo inconcluso del Volumen III de El Capital: las clases se determinan por “la identidad de sus rentas y fuentes de renta”.4Marx, Karl: El Capital, Vol III, pág. 817, FCE, México, 1973, VIII T VIII, pág. 1124. SXXI Editores, España. 2017. Se trata del último capítulo LII inconcluso. Con “identidad de sus rentas” es evidente que Marx se está refiriendo al nivel, al rango de magnitudes de valor dentro del cuál se ubican los niveles de renta de un grupo social. Pero es indudable que entre nivel y fuente de renta hay una relación estrechísima, aunque pueda haber excepciones: la fuente de renta de un jugador de fútbol de la primera división es el salario, pero la magnitud de valor de esa renta es mucho mayor que la del salario medio. Por otra parte, el valor del salario oscila entre un poco más o un poco menos que la suma de valor de los medios de vida necesarios para la reproducción del obrero y su familia. ¿A qué clase pertenece el jugador del ejemplo? Por su fuente de renta al proletariado, por su nivel de renta, a la burguesía. Por eso, de la categoría de renta cuya producción es el motivo propulsor del funcionamiento económico de una sociedad dada es de lo que debe deducirse el carácter de clase de tal sociedad. Abolida la ganancia capitalista como motivo propulsor en las sociedades planificadas, la burocracia obtenía sus ingresos bajo la forma de salarios y prebendas: no constituía, por lo tanto, una clase aparte del proletariado. Pero el nivel de las rentas que disfrutaba y que defendía para sí misma chocaba con su “naturaleza salarial”, separando cada vez más sus condiciones de vida de las del proletariado y sentando las bases del desarrollo de un interés de grupo diferenciado: el de garantizar la estabilidad y el nivel de esas rentas. 

Esa contradicción entre el nivel y el carácter de las rentas burocráticas es la que propulsó el mecanismo restauracionista que Trotsky describió como “contradicción entre la propiedad estatizada y la vigencia de las normas burguesas de reparto”. La estabilidad definitiva de la renta burocrática y de sus niveles dependía de la restauración de la propiedad privada de los medios de producción, porque el nivel y la estabilidad de las rentas es siempre una función de la propiedad de los medios de producción. Si la abolición, como producto del desarrollo de las fuerzas productivas en el proceso de transición al socialismo, de las normas de reparto burgués y del conjunto de las categorías mercantiles era el objetivo de la revolución socialista, la supervivencia de aquellas normas de las que dependían el nivel y la estabilidad de la renta burocrática se fue convirtiendo en el interés de la burocracia. Para garantizar esa estabilidad y ese nivel se encontraba en la transformación de su carácter: de salarios en ganancia capitalista, lo que exigía la restauración de la propiedad privada de los medios de producción y la restauración del régimen social capitalista. 

La restauración en Rusia

El proceso de restauración se inicia en Rusia a partir de la muerte de Lenin y las luchas que conducen a la derrota de Trotsky y de la Oposición de Izquierda. La troika primero y Stalin- Bujarin después prolongan la NEP de 1921 hasta que la “crisis de las tijeras”, como Trotsky había previsto, hace estallar la alianza obrero- campesina y Stalin impone la colectivización forzosa. En el curso de estas luchas internas se imponen además los rudimentos del cálculo económico como sistema de organización de la economía soviética. Ese sistema, que establecía una estructura económica basada en la rentabilidad individual de las unidades productivas en el marco del plan nacional, en oposición al planteo de Oposición de Izquierda que promovía la anulación de la ley del valor y de la circulación mercantil en la esfera de la industria estatizada.5La polémica por la organización de la economía soviética que enfrentó a los economistas y ex miembros prominentes de los llamados “comunistas de izquierda”, Evgueny Preobrazhensky en representación de la Oposición de Izquierda y Nikolai Bujarin como representante de la troika preestalinista, fue uno de los episodios más importantes de la OI en defensa de la continuidad de la política revolucionaria internacionalista alrededor de la cual se estructuró el bolchevismo desde sus orígenes. Una estructura económica similar a la planteada por Preobrazhensky, y a la que llamó “sistema presupuestario de financiamiento”, promovió el Che en contra de la introducción del “cálculo económico” en Cuba cuando ocupó el cargo de Ministro de Industria. Según Orlando Borrego, número 2 del Che en el ministerio, el Che y su equipo habían estudiado a fondo esta polémica: Che: el camino del fuego, Ediciones Imagen Contemporánea, La Habana, 2001.

Tal sistema representaba un retroceso en el proceso de la transición al socialismo muy por detrás incluso de la propia NEP, pero no implicaba la restauración de la ganancia capitalista como factor propulsor de la producción social. La burocracia stalinista librará todavía su combate restauracionista contra Trotsky y la Oposición de Izquierda en nombre de la construcción burocrática del socialismo y del socialismo en un sólo país, y prolongará su dominio sobre la sociedad soviética en tales condiciones hasta la disolución de la URSS del estado obrero. Mediante la disolución y la apropiación privada de la propiedad estatal durante la crisis definitiva del estado obrero en el período 1989- 91, la burocracia cumplió con el objetivo de garantizar la estabilidad y el nivel de sus rentas convertidas ahora con la restauración de la propiedad privada en ganancia capitalista. 

La disolución de la URSS dio paso a la instauración de un estado burgués forjado por las franjas de la burocracia que, con Boris Yeltsin a la cabeza, se metamorfosearon en una burguesía que confiscó los restos de la infraestructura construida por el estado obrero. Una neoburguesía, como podríamos llamarla para distinguirla de las burguesías surgidas de la maduración del proceso de transición del feudalismo al capitalismo en Europa o de la consecuente expansión comercial del viejo continente, surgida del desmoronamiento de formaciones sociales “postcapitalistas”, de este proceso de crisis y ruina social que explica en gran medida los rasgos gangsteriles que la caracterizan. 

Con Yeltsin, el nuevo estado se asoció al capital imperialista en un proyecto que promovía la transformación de Rusia en una semicolonia, Esa política expresaba las condiciones de crisis y derrumbe social que atravesaba el país, pero no podía expresar duraderamente el poderío que, a pesar del retroceso económico y social, el armamento nuclear, la infraestructura espacial e incluso energética proporcionaban a la burguesía restauracionista, lo suficientemente poderosa como para desafiar el proceso de recolonización imperialista. 

Pero aun con el retroceso económico que representó la destrucción de entre un 30 y un 50% de la fuerza productiva de la economía soviética, el poderío militar y tecnológico de Rusia no podía más que resultar incompatible con el intento de imponer un régimen político de sometimiento nacional como el que representaba Boris Yeltsin, cuyo desplazamiento no se produjo a través de ninguna lucha nacional sino de un recambio de camarillas después de que nombrara al propio Putin como Primer Ministro en 1999. Es decir: a la disolución de la URSS le siguió una primera fase de alineamiento político con el imperialismo yanqui, la fase “yeltsinista”, que duró hasta que esta neoburguesía de magnates cobró conciencia del poder que representaban en sus manos, aunque fuera muy dañada, las infraestructuras bélica y tecnológica heredadas del período soviético. De aquí el reemplazo de Yeltsin por Vladimir Putin y su proyecto de reconstrucción imperial. Putin representa el proyecto de transformación de Rusia en potencia capitalista mundial. 

El imperialismo de la Rusia restaurada parece reproducir aquel aspecto “mixto” con el que Lenin lo describiera en las primeras décadas del SXX: «enredado, por así decirlo, en una red particularmente tupida de relaciones precapitalistas» (El imperialismo fase superior del capitalismo), “En Rusia, el imperialismo capitalista de novísimo tipo se ha puesto plenamente de manifiesto en la política zarista con respecto a Persia, Manchuria y Mongolia; pero lo que prepondera en Rusia es el imperialismo militar y feudal” (El socialismo y la guerra), o …en Rusia, el monopolio de la fuerza militar, de un territorio inmenso o de facilidades especiales para despojar a los pueblos alógenos, a China, etc., en parte complementa y en parte sustituye el monopolio del capital financiero más moderno.” (El imperialismo y la escisión del socialismo). La restauración devolvió a Rusia a la posición relativa que ocupaba entre las potencias imperialistas antes de la revolución bolchevique, pero ahora contando con un poderío militar y tecnológico que no podría haber conquistado sin la ruptura de las cadenas del sometimiento nacional y la implantación de una economía planificada mediante la revolución proletaria eran una condición. 

El paso del proyecto de sometimiento imperialista representado por Yeltsin al proyecto imperialista dirigido por Putin no fue producto de lucha nacional alguna, sino de un recambio de camarillas. Si Putin hubiera sido el líder exitoso de la lucha antiimperialista contra el cipayo Yeltsin, nos encontraríamos ante una infracción a la teoría del imperialismo y a la teoría de la revolución permanente: la burguesía nacional de un país atrasado habría encabezando una lucha triunfal contra el imperialismo. ¿Cómo se explicaría de lo contrario el cambio si Putin no encabezó ni podía encabezar ninguna lucha nacional por la independencia de la nueva Rusia capitalista respecto al imperialismo occidental?: pues se explica porque Rusia ya era independiente. El nuevo estado burgués heredó, junto con la infraestructura soviética, la independencia nacional conquistada por el proletariado revolucionario en 1917. 

Por eso es incorrecto lo siguiente: “Ambos casos son distintos pero comparten que tuvieron una primera etapa de restauración capitalista plenamente dominada por el imperialismo yanqui y europeo, pero también un momento de ruptura y el establecimiento de gobiernos bonapartistas que chocan con el imperialismo”.6Guillermo Kane: “Algunas notas sobre el carácter del estado en China y en Rusia”, EDM, Mayo 2024 De haber habido un “dominio pleno” del imperialismo yanqui bajo Yeltsin, aunque en gran medida el ex primer ministro puede considerarse un agente suyo, habría que admitir que Putin, Medvedev y su camarilla liberaron a la nueva Rusia del imperialismo. El proyecto de sometimiento colonial que promovió el ciclo yeltsinista era sencillamente incompatible con el poderío militar y el desarrollo tecnológico heredados por lo la burguesía de magnates postsoviética., junto con la independencia nacional conquistada por la revolución bolchevique. Eso es lo que explica el recambio camarillesco del yeltsinismo y el advenimiento del régimen bonapartista con que Putin pretende conducir a los magnates rusos al destino capitalista imperial al que aspiran. El “choque con el imperialismo” que señala Guille es en realidad un choque interimperialista, con un imperialismo ruso con las características que hemos citado de Lenin.7En cuanto a la caracterización de bonapartismo, es correcta a mi entender en el caso de Putin pero más problemática a la hora de reflejar las características de los gobierno chinos, aunque el actual de Xi Jinping ha concentrado cargos y poderes de un modo que no tiene precedentes desde Mao. Sin embargo, la gigantesca maquinaria del PCCH y sus niveles parece demasiado gigantesca y sofisticada como para dar espacio al bonapartismo. Sin embargo, los choques de la burocracia del PCCH con franjas de la burguesía “privada” favorecen un grado de concentración personal del poder que podría tender a estabilizarse.

La raíz de este error se encuentra, a mi entender, en la identificación del proceso de restauración capitalista con el intento de recolonización de los ex estados obreros por el imperialismo. La restauración no podría según ese punto de vista completarse sin la recolonización de China y Rusia. El imperialismo y no la burocracia, contra lo que sostenía Trotsky, es en ese concepto erróneo el agente propulsor fundamental del proceso de restauración capitalista. La consecuencia política inevitable es la de asignar a la burocracia todavía un rol históricamente progresivo, limitante del proceso de restauración capitalista.

La restauración en China

Las reformas de Deng abrieron el país al gran capital extranjero un mercado de 1300 millones de habitantes que era una gigantesca válvula de salida a la crisis mundial que se extendía desde principios de los ‘70 (o fines de los ‘60 según algunos autores). La propia mecánica de la crisis capitalista determinó la necesidad de penetrar en ese gigantesco mercado aceptando las condiciones que imponía al capital imperialista la burocracia restauracionista del PCCH. 

De la mecánica objetiva de la crisis capitalista fue producto la conducta subjetiva del gran capital imperialista que buscaba en el proceso de reconversión de la economía planificada china en economía capitalista un enorme campo de inversión y beneficios que funcionara como una salida al estancamiento y la recesión de los ‘70 y ‘80. El capital imperialista aceptó las condiciones de transferencia recnológica, inversión y reinversión que impuso la burocracia del PCCH aunque sus efectos se le volverían en contra 4 décadas después. ¿Qué burgués podría haber previsto hace 40 años un mundo inundado de celulares y automóviles eléctricos chinos? ¿Y qué burgués, aun habiéndolo previsto, podría negarse a (parafraseando la crítica de Engels a la socialdemocracia alemana de fines del S XIX) “sacrificar las ganancias presentes para evitar las posibles pérdidas del futuro”? Al contrario: lo que imaginaron y se propusieron fue la subordinación y recolonización de ese espacio económico que había conquistado la independencia con la revolución del ‘49. 

Aunque predomina la idea de que la modernización de la economía china y la adquisición de sus principales conquistas tecnológicas es producto de la apertura iniciada por Deng Xiaoping, la verdad es que las bases no sólo de la industria pesada sino también del poder nuclear y de la industria aeroespacial fueron establecidas durante el período maoísta. Sobre tal base, la burocracia del PCCH pudo negociar con el capital imperialista las reformas restauracionistas sin tener que someterse a sus dictados, imponiendo exigencias de transferencia tecnológica y tasas de inversión y reinversión con las que ni siquiera pueden soñar no sólo las burguesías de los países atrasados, sino incluso las de los países capitalistas avanzados. 

La ausencia de un momento de ruptura, como en Rusia, del estado obrero chino, en qué momento exactamente el plan fue reemplazado por la ganancia capitalista como resorte propulsor fundamental de la producción no es fácil de establecer y es, por lo tanto, algo opinable. Después del ‘78 los planes quinquenales pasaron sugestivamente a llamarse “Directrices”, y fijan para las empresas privadas metas indicativas. En 1990, no casualmente poco después de la masacre de Tienanmen, la inauguración de las bolsas de Shangai y Shenzen puede resultar un indicio de la generalización de la producción mercantil a gran escala y de la progresiva difusión de la ganancia capitalista como motivo propulsor de la inversión y la producción. Luis Oviedo señalaba a fines de los ‘90 que “El ritmo de la economía china está dictado por las Bolsas de Shangai, Shenzen y, sobre todo, de Hong Kong”.8Luis Oviedo: op. cit. Tales bolsas hoy son la tercera y quinta bolsa del mundo en capitalización bursátil, y la de Hong Kong es la octava. Juntas sumaron una magnitud de valor de capitalización bursátil en 2024 de U$S 15,5 billones, la cuarta parte de los más de U$S 60 billones que suman la NYSE y el NASDAQ de EEUU, pero 3 veces la capitalización de las bolsas que les siguen, las de Tokyo y Londres.9Ver: https://www.ig.com/es/estrategias-de-trading/-cuales-son-las-bolsas-mas-importantes-del-mundo–200703

Capitalismo, estado y capitalismo de estado en China

A medida que el capitalismo se desarrolla en China emergen las contradictorias consecuencias económicas que provoca la acción de sus leyes. Tasas de inversión altísimas que superan el 40% y que son las que explican a largo plazo el fenomenal desarrollo de la economía china, hoy son la base de una tendencia a la sobreproducción de la que por ejemplo la crisis inmobiliaria que condujo a la liquidación de Evergrande fue una clarísima muestra. El aumento de la composición orgánica del capital determina la caída de la tasa de beneficio y de la tasa de crecimiento, que de un 14,2% en 2007 para empezar a descender casi en forma continua hasta el 5,2% en 2023, exceptuando el rebote post pandemia del 8,4% de 2021. Desde el 2012, las tasas de crecimiento no superan el 8%,10Ver: https://data360.worldbank.org/en/indicator/WB_WDI_NY_GDP_MKTP_KD_ZG?country=CHN&view=trend y desde 2022, el 6%

Esta caída de la tasa de crecimiento ha hecho que el pronóstico del evento conocido como “punto de intersección”, es decir el momento en que el PBI chino alcanzará al de EEUU, se haya pospuesto. En 2020, el Centre for Economics and Business Research (UK) previó que el PBI chino superaría al de EEUU en 2028, en 2022 pospuso esa superación para el 2036, a causa de la reducción de la tasa de crecimiento, y en enero de este año, al 2038.11Ver: https://cebr.com/blogs/we-forecast-that-china-will-be-the-worlds-largest-economy-for-only-21-years-before-the-us-overtakes-again-in-2057-and-by-2081-india-will-have-overtaken-the-us-how-does-this-affect-geopoliti/ Pero esto no impide considerar a China una economía capitalista avanzada: no está a la vista la hipótesis de que Japón o Francia superen a EEUU, y sin embargo no tenemos dudas de que son economías capitalistas avanzadas e imperialistas.

Las empresas estatales, si bien han disminuido su nivel de participación en el PBI a cifras que oscilan entre el 25 y 30% según distintas fuentes, continúan jugando un papel económicamente decisivo, especialmente en el terreno militar y espacial. Su lógica de funcionamiento es una lógica claramente capitalista, y eso no ha cambiado bajo el gobierno “izquierdista” de Xi Xinping: “5.412 empresas que cotizan en las bolsas de valores de Shanghai, Shenzhen y Beijing generaron ingresos operativos combinados de 71,98 billones de yuanes (unos 9,99 billones de dólares) y un beneficio neto de 5,22 billones de yuanes en 2024 [unos de los U$S 400 mil millones NdelA]”.12Ver: https://spanish.news.cn/20250509/2305c4f453fd423b84ba59953676eb15/c.html Aunque el plan yo no es el orientador del funcionamiento de la economía nacional, el nivel de intervención y de dirigismo del PCCH y del estado tanto respecto al capital privado nacional como al extranjero es indudablemente fundamental. China es un capitalismo de estado. Pero: ¿Quién dirige el capitalismo de estado en China? ¿Cuál es la naturaleza de clase del estado chino que dirige la economía capitalista? Perfectamente podría tratarse de una economía capitalista de estado dirigida por un estado obrero que promueve la transición hacia el socialismo. Tal cosa, como sostenía Lenin, era probablemente la URSS en tiempos en que se adoptó la NEP: “He dicho antes que nuestro capitalismo de Estado se diferencia del capitalismo de Estado, comprendido literalmente, en que el Estado proletario tiene en sus manos no sólo la tierra, sino también las ramas más importantes de la industria. Ante todo, hemos entregado en arriendo sólo cierta parte de la industria pequeña y media; todo lo demás queda en nuestras manos.”13V.I.Lenin: “Informe al IV Congreso de la IC”, 13-11-22, Obras Completas T XLV, Progreso. Moscú, 1973.

Como se ve Lenin diferencia entre un capitalismo de estado al que llama familiarmente “literal”, se entiende que dirigido por un estado burgués, y un capitalismo de estado “proletario”. Es decir: el capitalismo de estado en la Rusia soviética era para él un capitalismo de estado cualitativamente diferente al “literal” porque estaba dirigido por el proletariado y, por lo tanto, podía representar una fase del proceso de transición al socialismo. No es por lo tanto el peso de la propiedad estatal en la economía, que por supuesto es conditio sine qua non para definir a una economía como capitalismo de estado, lo que define para Lenin su progresividad histórica, sino el carácter de clase del “estado propietario”. No lo dice, pero podríamos afirmar que estaría de acuerdo con el uso del concepto “capitalismo de estado proletario”. Sin embargo, también es verdad que no usa ese término que parece al alcance de la mano, y es posible que hubiera alguna razón por la que pensara en no hacerlo. 

Otras citas de Lenin, todas de los últimos meses de su vida, refuerzan esta idea suya: “Nuestro capitalismo de Estado difiere en forma muy esencial del capitalismo de Estado en los países que tienen gobiernos burgueses, precisamente porque nuestro Estado no está representado por la burguesía, sino por el proletariado, que ha logrado conquistar la plena confianza del campesinado.”14V.I.Lenin: “A la colonia rusa en América”, en Idem. «‘El capitalismo de Estado -dijo Preobrazhenski15Preobrazhensky en ese momento formaba parte junto a Bujarin de los “comunistas de izquierda” que se oponían a la NEP y la demonizaban justamente como “capitalismo de estado”. A esa crítica está respondiendo Lenin. – es capitalismo, y sólo así se lo puede y debe interpretar.’ Afirmo que eso es puro escolasticismo. Hasta ahora nadie pudo escribir un libro de este tipo sobre el capitalismo porque es la primera vez en la historia de la humanidad que lo vivimos. Hasta ahora, todos los libros más o menos útiles sobre el capitalismo de Estado que han aparecido han sido escritos en momentos en que las condiciones y la situación eran tales, que el capitalismo de Estado era capitalismo.”16V.I. Lenin: “Informe del CC al XI Congreso, 28-03-22”, Op. Cit.

¿Puede equipararse al proceso de reformas iniciado hace casi 50 años por Deng a la NEP dirigida por Lenin y Trotsky? ¿Se trata de una NEP de 50 años de duración en la que no se ha hecho más que retroceder hacia la consolidación de relaciones de producción capitalistas? ¿Es una economía planificada burocratizada del tipo de la economía soviética entre el triunfo de Stalin y la disolución de 1991? Para responder a eso hay que responder que clase social tiene el poder en China, donde el poder político y el control absoluto de la economía está en manos de la burocracia del PCCH. Pero la burocracia del PCCH no es una clase y, por lo tanto, esta comprobación no nos permite constatar el carácter social y económico del régimen chino. 

En el estado obrero burocratizado soviético la burocracia usurpaba el poder de las masas proletarias para beneficiarse del mantenimiento de las normas burguesas de reparto. La subsistencia de esa fuente de desigualdad entre las condiciones de vida de la burocracia y las de las masas trabajadoras en general y su antagonismo con un régimen basado en la propiedad estatizada de los medios de producción era, según el análisis clásico desarrollado por Trotsky, el factor propulsor del proceso de restauración capitalista. En la URSS esta contradicción fue la base de la crisis política que condujo a la quiebra del estado obrero burocratizado. 

En China, en cambio, las reformas de Deng iniciaron el camino de la restauración capitalista sin alterar sustancialmente la forma del estado. La burocracia del PCCH in toto llevó a cabo este proceso conservando la forma y la estabilidad del estado obrero burocratizado, aunque cambiando su contenido social mediante una especie de metamorfosis inversa, en la que lo que se transforma es el contenido mientras se conserva la forma: la burocracia mantuvo intacta la envoltura del estado burocrático para reconvertirse en neoburguesía sin destruirlo. Se trata de un proceso largo y complejo que se desarrolló a partir del ‘78 con sus testaferros, familiares y propiedades clandestinas al estilo cubano, en gran medida imitación del más sofisticado proceso chino pero mejor conocido por nosotros. En cualquier caso, el Congreso del PCCH de julio de 2001, presidido por Hu Jintao, reformó los estatutos del partido para permitir el ingreso de empresarios privados, y en 2007 se legalizó la propiedad privada.17Es un hecho que debe ser remarcado justamente porque es la prueba de la voluntad de parte de la burocracia de consagrar jurídicamente su acceso a la propiedad: “burgués no sólo hay que serlo sino también parecerlo”, bien podrían decir Xi y sus secuaces.

Naturalmente, al lado de las franjas de la burocracia que se han metamorfoseado en burguesas, surgió también una burguesía promovida por el propio proceso de reformas que, como ya dijimos, se encuentra asociada a ese proceso y sometida a la supervisión del PCCH. Está claro que su relación con el estado burgués chino y la burocracia que lo dirige es compleja. Empresarios como Jack Ma (Ali Babá) y Ren Zhiqiang (Beijing Huayuan Group) han ido a la cárcel por criticar al régimen o promover la liberalización de la economía. Pero otros grandes empresarios privados tienen inmejorables relaciones con el PCCH: «Debemos seguir las orientaciones del secretario general Xi Jinping, centrarnos en las industrias reales, concentrarnos en nuestros negocios principales y dedicarnos a utilizar nuestras industrias para contribuir a la prosperidad de la nación y hacer realidad el sueño de una China próspera», expresó Wang Chuanfu, presidente de BYD, principal productora mundial de automóviles eléctricos, «Estoy muy emocionado. Siento la preocupación, el apoyo y el interés que el secretario general Xi y el Comité Central del PCCh tienen por las empresas privadas y los empresarios. Estamos decididos a introducir en nuestros productos las últimas tecnologías, como la IA, y potenciar la influencia mundial de los productos fabricados en China», indicó Lei Jun, presidente de Xiaomi Corporation.18Ver: https://espanol.cgtn.com/news/2025-02-19/1892185876726874114/index.html

Jack Ma y Zhiqiang representan dos actividades (comercio y construcción) golpeadas por el “proceso de desacople” post 2008. BYD y Xiaomi en cambio forman parte de la vanguardia tecnólogica china y mundial. Si las perspectivas del capitalismo chino no estuvieran limitadas por el límite irreductible de la crisis y la decadencia capitalista general, indudablemente Chuanfu y Jun representarían, mucho más que Jack Ma y Zhiqiang, a la burguesía imperialista china del futuro.

La economía capitalista china

El consenso alrededor del llamado proceso de “desacople” de la economía capitalista china respecto al capital imperialista sostiene que, especialmente a partir del estallido de la crisis capitalista mundial en el 2008, se aceleró decisivamente el proceso de transformación progresiva de China en potencia económica capitalista en los planos financiero, tecnológico y militar. Incluso, la supremacía militar yanqui es todavía indudable, pero la distancia se ha acortado mucho. El presupuesto militar chino se ha multiplicado por 15 entre el año 2000 y el 2023, y ha pasado de representar una décima parte a alrededor de un tercio del presupuesto yanqui.19Ver: https://www.iiss.org/publications/the-military-balance/2025/defence-spending-and-procurement-trends/

Sin embargo, el ascenso económico, premisa del desarrollo del poderío militar que China debe construir para afrontar la lucha por la hegemonía, se ve entorpecido por el propio desenvolvimiento, que ya señalamos, de las tendencias al estancamiento y la crisis que brotan dialécticamente del desarrollo capitalista. El aumento de la composición orgánica del capital, determinado por el crecimiento de la composición técnica, provoca la caída de la tasa de ganancia y la reducción de la tasa de crecimiento. La tasa de crecimiento de la economía china se ha reducido desde tasas promedio anuales del 10% a menos alrededor del 5% desde el estallido de la crisis. En cuanto a la tasa de ganancia, el siguiente cuadro muestra la evolución de los márgenes bancarios, deducción de la ganancia capitalista general y que, por lo tanto, reproduce su evolución: 

Fuente: https://www.bloomberg.com/news/articles/2024-10-30/grandes-bancos-chinos-registran-ganancia-pese-a-menores-margenes

El sistema bancario chino atraviesa perturbaciones que han producido la absorción de decenas de pequeños bancos e incluso la quiebra de grandes como el Zhongzi,20Ver: https://www.ft.com/content/875eb566-969c-40e4-8f21-11533bc2eb03 uno de los llamados “bancos en las sombras”. Las causas de esta crisis se encuentra en la sobreproducción especulativa de viviendas, que produjo la quiebra de Evergrande, en la presión del estado chino para financiar el consumo y la producción estancados en relación a las históricas tasas de crecimiento y en el ofrecimiento de rendimientos claramente especulativos.21“Un producto de Zhongzhi visto por el Financial Times ofrecía una rentabilidad del 8 %.” señala el artículo. Cómo se ve además en el gráfico anterior, la morosidad se ha más que duplicado en forma casi inversa a la caída de los márgenes de ganancia. La sobreproducción ha saturado al mercado interno y la banca estatal reduce las tasas de interés para alimentar la expansión de la economía mediante un instrumento claramente keynesiano. Cómo se deduce de todo esto, en la economía china la planificación no parece cumplir ningún papel real, independientemente de los “planes quinquenales” y las presiones de la burocracia.

La sobreproducción no aqueja sólo al sector de la vivienda. China es el principal fabricante de automóviles eléctricos del mundo y será este año el primer país en el que la cantidad de tales vehículos superará a la de automóviles con combustibles hidrocarburíferos. Pero el mercado chino es incapaz de absorber su producción, y esto ha provocado el desplome de los precios empujado por BYD y la caída de las acciones de las empresas automotrices por la esperada caída de las ganancias. Esta caída además presiona sobre los precios de los mercados europeo y estadounidense.22Ver: https://cincodias.elpais.com/companias/2025-06-02/las-marcas-de-coches-chinas-se-despedazan-en-el-mercado-local-con-ofertas-imposibles-y-dejan-en-fuera-de-juego-al-resto.html

Rasgo característico de toda economía capitalista avanzada en la que se ha saturado el mercado interno, la sobreproducción, es un fenómeno que aqueja a la economía china de un modo general: “Las industrias chinas que experimentan un más exceso de capacidad son el acero, el cemento y la maquinaria de construcción, debido a la contracción estructural de la demanda provocada por el desplome del mercado inmobiliario chino, que dura ya varios años, según la EIU. La presión del exceso de capacidad es más leve en la maquinaria eléctrica, incluidas las baterías y los paneles solares, el sector automovilístico y el farmacéutico. Sin embargo, la utilización de la capacidad y la rentabilidad subyacente ‘probablemente seguirán siendo peores que la norma anterior a la pandemia’ a lo largo de 2024 en una serie de sectores, dijo la EIU. Este es especialmente el caso de la energía solar, las baterías y las turbinas eólicas, donde ‘el exceso de oferta en ciertas partes de la cadena de suministro se une a una demanda aún por materializar’, según el informe. Los productores de estos sectores aumentaron la oferta debido a las previsiones ‘muy optimistas’ tras el anuncio del presidente chino, Xi Jinping, de un objetivo de neutralidad de carbono para 2020 y la crisis energética europea de 2022. Este artículo, especialmente la parte que remarcamos en el texto, es muy ilustrativo en la medida en que describe una economía gigantesca regida por la lógica de la ganancia capitalista como motivo propulsor de la producción y en cuyo funcionamiento por el contrario no aparece ningún elemento de planificación que limite el fenómeno de la sobreproducción capitalista. Este artículo, especialmente la parte que remarcamos en el texto, es muy ilustrativo en la medida en que describe una economía gigantesca regida por la lógica de la ganancia capitalista como motivo propulsor de la producción y en cuyo funcionamiento por el contrario no aparece ningún elemento de planificación que limite el fenómeno de la sobreproducción capitalista.23Ver: https://www.bloomberglinea.com/2024/04/15/el-exceso-de-capacidad-industrial-en-china-alcanza-su-punto-maximo-economist-intelligence-unit/. EIU son las siglas de The Economist Intelligence Unite, una unidad de The Economist que ofrece pronósticos y asesoramiento económico. En relación a la cuestión de la sobreproducción, un rasgo de la economía capitalista china que refuerza la idea de este carácter anárquico pero que merece un análisis más profundo que el que podemos hacer en este trabajo, es el de la superposición de inversiones municipales, provinciales y nacionales, que provoca un gran despilfarro de recursos y agrava el fenómeno sobreproductivo.

Fuente: Bloomberg

Los indicadores de la OIT sobre la productividad del trabajo en China parecieran contradecir la idea de una China capitalista avanzada: se ubican muy por debajo de la media del G7 y de las economías de altos ingresos del Sudeste Asiático, e incluso debajo de la media mundial. Pero llaman la atención algunos hechos: la productividad laboral de China según la OIT también se encuentra por debajo de países como Cuba, Costa Rica, República Dominicana, etc. y de la media de ¡África..! Es evidente que tal indicador no da cuenta acabada de la realidad, por las razones que sea. De hecho, Macao se halla muy por encima de la media, y de la de todos los países del G7, y la productividad de Hong Kong supera al Japón. La productividad laboral en el corazón productivo de la economía china tiene que ser muy superior a la que señalan las estadísticas, probablemente en un intermedio entre las de Macao y Hong Kong:

PB 2025 por hora trabajada(en dólares constantes 2021)
Macao (China)92
Francia82,2
EEUU81,8
Alemania80,5
Media G774,9
Media SE Asiático72,6
Reino Unido69,5
Hong Kong (China)68,3
Japón53,7
Costa Rica30,3
Rep. Dominicana27,6
Cuba24,7
Media África23,2
Media mundial20,9
China19

Fuente: elaboración propia sobre datos de OIT24Ver: https://ilostat.ilo.org/es/topics/labour-productivity/

En cualquier caso, la tasa de crecimiento de la productividad laboral en China es muy superior al del resto de las economías capitalistas avanzadas aún según Michael Roberts, ferviente defensor de la idea de una China en transición al socialismo “cercada” por el imperialismo y todavía relativamente atrasada:

Tasa anual de crecimiento de la productividad del trabajo %25Ver: https://thenextrecession.wordpress.com/2025/03/08/two-sessions-china/ 

Muy consistente en cambio con nuestra hipótesis de una China capitalista avanzada son los siguientes datos objetivos que proporciona también Roberts en el mismo artículo: “China también supera a los Estados Unidos en densidad de robots industriales, con 470 robots instalados por cada 10.000 empleados en 2023 en comparación con 295 en los Estados Unidos. China también está a punto de igualar a los EEUU en patentes con su participación global aumentando del 4 % en 2000 al 26 % en 2023, mientras que la participación de Estados Unidos cayó más del 8 %. Y la producción de semiconductores de China es una cuarta parte de la producción mundial en comparación con el 16 % en los Estados Unidos y el 7 % en Europa”:

Participación en la producción global de semiconductores %26Idem.

En cuanto a la cuestión tan difundida acerca del atraso de China en relación a EEUU, Taiwán y los Países Bajos en materia de tamaño y sofisticación de los semiconductores, y a las consecuencias de las recientes sanciones de EEUU, y que es motivo de polémica (aunque aún un veredicto negativo al respecto no podría enviar a China al club de naciones semicoloniales) remito a estos dos recientes artículos: Restofworld.org y Hpcwire

China en el mundo

En 3 de los últimos 6 años, en el balance de los flujos de Inversión Extranjera Directa en China la exportación de capitales bajo esta modalidad ha superado al ingreso de capital extranjero. En 2019 y 2021 además el saldo importador del flujo de IED ha sido apenas de U$S 2 mil y 4 mil millones, y aunque en 2022 fue de U$S15 mil millones, el flujo saliente solamente de 2024 ha sido de U$S 46 mil millones, que más que duplica el volumen del flujo importador de los tres años citados. Además, en relación a 2019, el crecimiento de la IED saliente ha oscilado entre un piso del 11,5% en 2020 a un techo de 30% en 2021 y 2023, con un crecimiento del 19% en 2024:

Flujos de IED en China, EEUU, países imperialistas y principales países de los BRICS 2019- 24. Elaboración propia en base a Informe UNCTAD Anexo Tabla 1 pág. 267.27Ver: https://unctad.org/system/files/official-document/wir2025_en.pdf

Lo fundamental es que, aun teniendo en cuenta el impacto de las medidas arancelarias de Trump en 2018 y el de la pandemia de Covid en 2020- 22, el volumen de IED saliente en el período sólo es superado por el de EEUU y Japón, supera al de Alemania, Francia y Reino Unido, y está muy por encima de los volúmenes de IED salientes de los principales países de los BRICS. Además, tanto India como Brasil presentan flujos de IED entrante muy superiores a los de IED saliente, y en Rusia los flujos superiores de IED saliente 2022- 24 se explican por la caída abrupta de la IED entrante como consecuencia de la Guerra de Ucrania. Es decir: los flujos de IED de China son los de un país capitalista avanzado. 

Güney Işıkara y Patrick Mokre, en un trabajo presentado en junio de este año en la Conferencia anual de la Asociación de Economía Heterodoxa en Londres, estimaron las transferencias de valor hacia los países avanzados en el período 1995- 2025 en unos € 70 billones, (¡una cifra que representa alrededor del 70% del PB mundial de 2024!): “Las transferencias están distribuidas de manera muy desigual: Japón, Estados Unidos y China son los mayores receptores netos, mientras que México, Indonesia y Rusia son los mayores donantes netos (…) Entre 1995 y 2020, China pasó de ser una economía emisora de transferencias a una receptora, el dominio de Estados Unidos y Japón disminuyó.”28Ver: https://thenextrecession.wordpress.com/wp-content/uploads/2025/06/ahe2025-mokre-1.pdf

VCC flujos producto de mayor Composición Orgánica, RSV flujos producto de diferencias en la tasa de plusvalor.29Idem.

Cómo se ve, China ha capturado € 18,63 billones de los casi € 70 billones calculados por los autores, apenas por debajo de EEUU y un 40% por encima del siguiente, Japón. Y se ha transformado en receptor neto de esos flujos, mientras que sus socios de los BRICS Brasil, Rusia e India, como México y Korea, continúan siendo emisores de esos flujos de valor. Se trata de una evidencia, a mi juicio, incontrastable. Más aun: cómo en buena parte del período China fue emisora de tales flujos, la magnitud de valor real recibida tiene que haber sido mucho mayor que la que refleja el cuadro para poder compensar el período de pérdidas:30Ibidem.

Por último, y para cerrar la primera parte de estos apuntes, esta cita “neutra”, descriptiva de las prácticas financieras del estado chino como prestamista: “Los tipos de interés chinos son del mismo orden de cifras [de los del BM], incluso si una parte son concedidos a tipos concesionales de un poco menos del 3%. En comparación con los tipos de interés aplicados por los prestamistas privados en los mercados financieros, durante la decena de años de quantitative easing [flexibilidad NdelA] desde 2012 a 2022, los tipos chinos eran iguales o un poco superiores. A partir de 2022, con el abandono por la FED, el BCE y el Banco de Inglaterra de esta política en beneficio del quantitative tightening [endurecimiento NdelA], se asistió a un fuerte aumento de los tipos de interés. La parte de los créditos chinos concedidos a tipos de interés fijos se hace, por lo tanto, a tipos inferiores a los del mercado. Pero, atención, una parte importante de los préstamos chinos es con un tipo de interés variable y, en ese caso, siguen la evolución de los tipos de interés dictados por los bancos centrales occidentales31Eric Toussaint: “Preguntas y respuestas sobre China como una potencia acreedora de primer orden” https://www.cadtm.org/Preguntas-y-respuestas-sobre-China-como-una-potencia-acreedora-de-primer-orden

 Cómo se ve, el imperialismo chino no es mejor ni peor que el tradicional, y no tiene por qué serlo. Simplemente es imperialismo. Una serie de casos nacionales que analizaremos en la segunda parte de este trabajo consideramos que terminarán de probar nuestra hipótesis. 

Una consideración final en esta primera parte. El ascenso de China a la categoría de potencia imperialista se produce en el contexto del proceso de declinación general del capitalismo imperialista y como un elemento de ese proceso de decadencia en el que se ve subsumida su economía y que tal ascenso no puede contrarrestar. A 45 años del inicio del proceso de restauración, la incorporación de China al mercado mundial capitalista no ha podido conjurar el fantasma de la crisis internacional. Xi Xinping bien podría, como Macbeth, preguntarse: “¿Habré llegado a la cima de la montaña para rodar por la vereda opuesta…?”

Temas relacionados:

Artículos relacionados