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Informe sobre la situación internacional

Aprobada por el Comité Nacional del Partido Obrero (13/9/2025)

Informe sobre la situación internacional

Aprobada por el Comité Nacional del Partido Obrero (13/9/2025)

1. La situación internacional sigue dominada por los fuertes choques entre potencias cuyo motor principal es la ofensiva militar, diplomática y comercial de EEUU para tratar de remontar su declive como potencia hegemónica, y arrancar concesiones y someter a China, a Europa y a otros rivales. El brutal genocidio del pueblo palestino, que es el centro de la situación mundial no puede ser entendido fuera del impulso a este rediseño. No se trata de un problema de controlar la población palestina o reprimir a la resistencia armada, sino el plan de ampliar a Israel, con la anexión de Palestina y territorios de otros países como Líbano, Jordania y Siria, intentando al mismo tiempo aplastar rivales regionales como Irán y reorganizando la región en función de los intereses norteamericanos. Los acuerdos de Abraham, logrando un status quo de reconocimiento de Israel por Arabia Saudita y otros aliados árabes de EEUU, iban justamente en este sentido. El 7 de octubre fue un intento de la resistencia palestina de levantarse contra este avance, junto a la rápida absorción de Cisjordania. La brutalidad con el pueblo palestino no puede entenderse fuera de estos objetivos geopolíticos. No se trata por esto de únicamente extender las denuncias humanitarias sino de comprender cabalmente la estrategia imperialista.

2. El resultado de la guerra comercial general lanzada en múltiples frentes por Trump por el momento es disímil e inestable. Ha logrado imponer sus acuerdos arancelarios sobre Europa, y también Japón. Sin embargo, está prorrogando la aplicación de los aranceles a China, su principal rival y objetivo, sin lograr importantes modificaciones a su favor. Los aranceles contra India, por su comercio con Rusia han provocado un desplazamiento de esta a un entendimiento más cercano con China. Los ataques en este marco de Trump, no pretenden solo concesiones políticas (libertad de Bolsonaro en Brasil, ruptura de la importación de petróleo ruso por la India) sino concesiones económicas en todos los terrenos. En México busca condicionar la próxima negociación del tratado de libre comercio, instaurando libertades para el ingreso de capitales y productos yanquis (farmacéuticos, etc.). En Brasil anular el sistema nacional de pagos y crédito Pix en beneficio de las tarjetas y bancos norteamericanos. En la India, la apertura del mercado alimenticio a la producción agrícola yanqui. Lo central es que no solo no ha logrado relanzar la producción norteamericana con esta ofensiva, sino que está sigue teniendo muestras negativas, y hasta podría estar comenzando una recesión sin que haya logrado mitigar las tendencias inflacionarias. Por el contrario, los aranceles están provocando una disparada de los precios. De modo tal que se está abriendo paso una tendencia a la stagflation. La guerra arancelaria, entretanto, alimenta un cuadro de incertidumbre y dislocamiento de la economía mundial. Esto afecta a las propias corporaciones yanquis, cuya estructura de negocios está altamente integrada y se ven perjudicados por las barreras impuestas por el gobierno para ingresar a EEUU los bienes que fabrican en el exterior. Del mismo modo que los aumentos de los aranceles sobre los insumos redundan en un salto de los costos internos y afectan la rentabilidad de las empresas radicadas en el país. Las represalias comerciales adoptadas por China ya están agitando las aguas del sector agrario norteamericano frente al anuncio de Pekín de que pasaría a comprar la soja en Brasil en lugar de EEUU. Las represalias llegan al extremo de amenazar la paralización de la producción como ocurre con el freno dispuesto por Pekín al suministro de tierras raras, un material estratégico para varias industrias de punta en el cual es el principal proveedor mundial. Las tensiones que vienen escalando entre Trump y la Reserva Federal están directamente vinculadas a esta situación. La presión ejercida por el magnate para rebajar la tasa de interés está asociada al temor fundado de que la economía norteamericana evolucione hacia un colapso. La reducción de las tasas de interés no solo tiene como función evitar un párate de la economía, sino que apunta a desactivar la bomba de la deuda que ha crecido como bola de nieve y cuyo sostenimiento se está volviendo insostenible. La deuda pública asciende a la friolera del 120 por ciento del PBI y los intereses superan el presupuesto de defensa. A esto hay que sumar la deuda corporativa y del público general. Una parte de las empresas norteamericanas están seriamente comprometidas financieramente e incluso muchas de ellas revisten la categoría de “empresas zombis” y no pueden hacer frente a sus intereses con lo cual están bajo la amenaza de quiebras. El auge bursátil récord que existe crea un espejismo de que hay una onda ascendente, pero en realidad el boom obedece y está concentrado exclusivamente en las empresas líderes y en especial las llamadas 7 Magníficas del sector tecnológico. Pero inclusive, el ascenso de las acciones de estas tiene bases endebles desde el momento que las expectativas depositadas en un aumento de ganancias derivado de la incorporación de la inteligencia artificial no se han verificado. La rentabilidad está muy por debajo de los niveles de inversión. La realidad es que estamos frente a una burbuja especulativa que no tiene precedentes. Los precios han llegado a máximos históricos y valores récord sin parangón con el pasado. La reducción de la tasa de interés ha pasado a ser un imperativo no solo para Wall Street sino más de conjunto para círculos financieros y de negocios pues un estallido arrastraría la economía en su conjunto. La insistencia de Trump está vinculada a este hecho pero sus consecuencias podrían ser contraproducentes en otros planos. Una reducción de la tasa de interés reavivaría las tendencias inflacionarias. Aumentaría el costo de la deuda, entre ella de la deuda pública, y, simultáneamente, provocaría una salida de capitales invertidos en la deuda norteamericana frente a la caída de sus rendimientos y agudizaría las tendencias ya existentes a una desvalorización de los bonos del tesoro y a la propia caída del dólar que viene perdiendo terreno frente a otras monedas y activos, en especial el oro que ha alcanzado sus máximos históricos. El fenómeno inédito es que, a diferencia de otras crisis, los bonos del tesoro norteamericano hayan dejado de oficiar de “refugio seguro”. Entre los inversores empiezan a asomar dudas sobre la capacidad de pago de la deuda norteamericana lo cual ha llevado a que las consultoras internacionales hayan decidido bajarle la calificación de triple A que ostentaba. Sintetizando, los frentes de tormenta son múltiples y en muchos casos contradictorios. Esto nos habla del carácter explosivo de la situación y al mismo tiempo explica los choques, vacilaciones y divisiones en la propia clase capitalista sobre el rumbo a seguir. Este escenario, entretanto, está erosionando la base de apoyo del gobierno de Trump, lo que se traduce en una pérdida de popularidad entre la población y un distanciamiento en las filas de la clase capitalista, como quedó plasmado en la fractura con Elon Musk.

3. La ofensiva de Trump con el objetivo de reinstalar la dominación imperialista de EEUU, lleva inexorablemente a nuevos choques militares y a la tendencia a unir los conflictos en una guerra mundial. Los “acuerdos” que anunció tanto en Ucrania, como en Palestina, han sido espejismos. En el caso de Palestina hoy están apoyando la ofensiva de anexión de Israel (sin que esto impida choques parciales con Netanyahu que da muestras de independencia respecto a las negociaciones y planes inmediatos de EEUU) y en el de Ucrania, intentan avanzar en un acuerdo que incluya concesiones territoriales y económicas importantes a Putin y a los propios EEUU. Pero aparece bloqueado por la ventaja militar de Putin en el terreno, que no descarta lograr nuevos avances y hechos consumados de avances territoriales y por la presión del bloque de Europa que sostiene a Zelensky y que saldría muy golpeado de un acuerdo favorable a Putin. La UE y Zelensky reclaman “garantías de seguridad” en cualquier arreglo al que se arribara, que deberían estar respaldados no solo por la asistencia militar de la OTAN sino por la presencia permanente de tropas de Occidente en suelo ucraniano, lo cual es inaceptable para Moscú. Mientras tanto, los nuevos choques bélicos, que incluyen la presencia de drones rusos en Polonia y Rumania, derribados por aviones de EEUU y Europa, muestran que estamos muy cerca de un ingreso más directo de la OTAN en la guerra.

4. La apuesta de Trump a un régimen interno bonapartista está atada a la preparación para choques militares y la regimentación militar de su propio país. Esto une en estas horas su apoyo a la anexión militar de Gaza; el despliegue de buques de guerra al Caribe frente a Venezuela con la excusa del “narcoterrorismo” y el despliegue de la guardia nacional y hasta los marines en grandes ciudades gobernadas por el Partido Demócrata como Los Angeles, Washington DC y la amenaza de extenderse a Chicago. Este proyecto cuasidictatorial no es aún un hecho consumado. La dura represión y persecución, junto a la falta de una dirección consecuente, han hecho retroceder las masivas movilizaciones por Palestina o la resistencia a la persecución de migrantes que se vio en la pueblada de Los Angeles de junio. Pero estas tensiones pueden volver a explotar, incluso en una escala mayor. Mientras tanto se evidencia también choques significativos en la propia clase capitalista y el aparato del Estado, no superados, que incluyen fallos adversos para Trump en la justicia sobre temas tan caros a su plan político como las tarifas, el despliegue de las tropas a Los Angeles y la deportación de migrantes, mientras sigue la disputa por el control de la Reserva Federal.

5. La ofensiva militarista de Trump amenaza fuertemente con extenderse a América Latina. La instalación de una flota (incluyendo submarinos atómicos) en el Mar Caribe y frente a las costas venezolanas, las amenazas de invasión y el bombardeo de una lancha por la aviación yanqui. El traslado de tropas a Puerto Rico, volviendo a militarizar la isla. El estacionamiento de tropas norteamericanas en Panamá (donde han sido fuertemente reprimidas importantes huelgas). El anuncio de tropas en Ecuador, las negociaciones con Milei para avanzar en la instalación de bases aeronavales en Tierra del Fuego. Debemos encarar una campaña sistemática de denuncia de este avance militar imperialista.

6. El encuentro en China de Xi Jin Ping, Putin, Modi y Kim Jong con un enorme desfile militar subraya la rivalidad creciente con EEUU en el plano mundial. El carácter ofensivo de la política de Trump que intenta salvarse intentando una colonización de China (y del ex espacio soviético) no quita registrar el hecho del avance de China que es en sí mismo una crisis del actual sistema imperialista internacional, cuya crisis o reconfiguración es una función del periodo de guerras que se ha abierto. El avance de China ha socavado el sistema internacional del dólar sin lograr aún reemplazarlo por otro propio, cosa que no podría hacerse de forma gradual o indolora, si no como resultado de un choque de fondo. El debate promovido por la dirección nacional del PO sobre la caracterización del régimen y la sociedad China y su rol en el escenario mundial es clave, por todo esto. Elegimos darle un carácter público con la sólida base de que las distintas posiciones políticas coinciden en el carácter reaccionario del gobierno de Xi Jin Ping, contra cualquier embellecimiento que le pretenda descubrir un contenido anti-imperialista o progresivo a la China capitalista, y de conjunto de todo el proyecto BRICS, así como en la condena de las provocaciones del imperialismo yanki lanzadas desde Taiwan. Esto es un terreno de delimitación con las claudicaciones de gran parte de la izquierda del mundo, y alineado con el espacio internacionalista que venimos promoviendo.

7. La foto inmediata plantea un triunfo de Trump en todos los temas controvertidos con los líderes del bloque europeo. Estos han acordado las tarifas, el aumento de presupuesto militar obligatorio dentro de la OTAN y han comparecido junto a Zelensky a la Casa Blanca para gestionar negociaciones indirectas con Putin que los excluyen de la mesa. La heterogeneidad del bloque europeo les ha dificultado concertar un juego propio en estos meses de crisis internacional. Sin embargo, sería un error deducir de ahí que los conflictos han sido superados. Condiciones leoninas impuestas por una potencia contra otra fueron la fuente en el pasado para nuevos choques y guerras. La paz de Versalles y las indemnizaciones de guerra confiscatorias dispuestas contra Alemania fueron el combustible que alimento el enfrentamiento que termina de estallar en la Segunda Guerra . El potencial de un choque entre Europa y EEUU, o el resquebrajamiento de su actual bloque contradictorio entre campos rivales, está abierto. El recorrido a una tercera guerra mundial está llamado a transitar por crisis y realineamientos antes de llegar a una configuración definitiva de bloques. Por lo pronto, la necesidad de una infraestructura militar propia que le permita una independencia de EEUU es un debate abierto en la burguesía europea. También el hipócrita “reconocimiento” de parte de múltiples estados europeos de un supuesto estado palestino, cuyo eventual territorio está siendo reducido a escombros por las fuerzas sionistas que cuentan con financiamiento y pertrechos militares de los propios “reconocedores”, tiene también un sentido en esta diferenciación con respecto a EEUU, aparte de ser una respuesta a la presión política de las movilizaciones y denuncias en sus propios países, que por otra parte son duramente reprimidas y perseguidas en Alemania, Reino Unido y Francia. Una parte de la izquierda apoya directa o indirectamente esta presentación de un imperialismo “democrático” frente a los autoritarios o la ultraderecha, embelleciendo los gobiernos europeos del rearme militar, que han jugado un rol clave en las masacres en curso en Ucrania y Palestina.

8. Una muestra del rechazo de amplios sectores de las masas a esta agenda de guerras, ataques reaccionarios a las masas y derechización de la agenda política de la burguesía se está procesando mediante el apoyo a sectores reformistas que aparecen como la extrema izquierda del propio régimen político. Con sus divergencias expresan este fenómeno, en primer lugar Melenchon en las elecciones francesas del año pasado, la victoria del socialdemócrata musulmán Zohran Mamdani en la interna demócrata de Nueva York, la ruptura del Partido Laborista encabezada por Jeremy Corbyn y Zarah Sultana en Reino Unido, que alrededor de una plataforma difusa anti-austeridad y pro-Palestina reunió 600 mil adherentes y el resurgimiento electoral de Die Linke en Alemania, que incluyó el desarrollo de un ala izquierda contraria al voto de los presupuestos militares. Sin una intervención revolucionaria no habrá un resultado positivo de estas tendencias, que llevarán por sus medios inevitablemente a nuevas frustraciones y derrotas. El margen para el reformismo en épocas de guerras y convulsiones es inexistente como lo han mostrado con claridad las experiencias de Podemos, Syriza, el bloco de izquierda en Portugal, el Kirchnerismo en Argentina, Evo Morales en Bolivia, el colaboracionismo de Bernie Sanders y el DSA con Biden y un largo etcétera. Estos fenómenos, sin embargo, desmienten quienes describen la situación como la de un giro político a la derecha como tendencia única de la situación. La rápida crisis política, económica y derrota electoral de Milei tiene un alcance mundial por su rol de delfín de Trump para América Latina y figura internacional de la ultraderecha. En Bolivia, aunque el estallido del MAS tuvo una salida por derecha, fracasó el candidato directo apoyado por Trump y Milei. Las tendencias a la profundización de la crisis económica mundialmente están haciendo su trabajo de topo contra los regímenes que vienen aplicando medidas de ajuste contra sus pueblos (Gran Bretaña, etc.). En Francia cayó el primer ministro Bayrou y el 10 de septiembre se ha desarrollado una jornada de movilización nacional contra el presupuesto de ajuste de tipo mileista (jubilados, salud, etc.) que ha presentado Macrón. Esta movilización se convocó al margen de los sindicatos y presionando sobre ellos, movilizó a miles de trabajadores con la consigna “bloqueemos todo” y enfrentó un operativo de 80 mil policías que intentó infructuosamente impedir la jornada. Los trabajadores del mundo chocan contra los planes de ajuste. La lucha contra la guerra imperialista va unida a la lucha por la defensa de las conquistas de las masas y sus condiciones de vida.

9. La etapa política ha estado signada por una fuerte ofensiva represiva, militarista y de austeridad desde los gobiernos capitalistas contra las masas. La respuesta de las masas ha sido fuertemente condicionada por sus direcciones, al frente de sindicatos y de oposiciones burguesas que trabajan para subordinar las reacciones populares a los canales institucionales y electorales y vaciar a los sindicatos y organizaciones de masas de su potencial de organización y acción directa. Las luchas de masas existen como rupturas, en general limitadas en el tiempo o con luchas muy localizadas. Las huelgas generales han vuelto al escenario de Europa, pero no asistimos aún a verdaderos ascensos obreros contra el peso de la economía de guerra y la austeridad. La crisis capitalista y las ofensivas contra las masas generan importantes estallidos y rebeliones, que son una tendencia en la situación internacional, como hemos visto en Bangladesh, Sri Lanka, Kenia, ahora Indonesia y Nepal. Son choques muy violentos, pero con direcciones políticas muy débiles, inexpertas e improvisadas para enfrentar las maniobras de las fuerzas del Estado. No hemos registrado, sin embargo, una tendencia a los contagios como en ciclos de levantamientos en Latinoamérica o en Medio Oriente con la Primavera Árabe hace unos años. La ruptura de esta contención contra la clase obrera internacional y las masas es un punto nodal y para los revolucionarios no se trata solo de denunciarlo en un sentido teórico sino de aportar un canal de organización independiente, antiburocrático en estas masas, para preparar esa ruptura. Los nacionalismos burgueses y la centroizquierda tradicionales se han ido derechizando y corrompiendo. Han mostrado su completa falta de salida y las consecuencias de su integración al Estado y su defensa de la propiedad privada y la legalidad burguesa, que chocan hasta con la más elemental ilusión reformista que pretendan abrir. Es necesario apoyarse en las vanguardias obreras y juveniles que se destacan en sus luchas y movilizaciones contra la guerra, el sionismo y el ajuste. Es una oportunidad histórica para la estructuración de direcciones revolucionarias.

10. El principal fenómeno de movilización y radicalización de masas en esta etapa sigue siendo la extensión del movimiento contra el genocidio de Palestina. Con sus límites se han extendido movilizaciones masivas, bloqueos obreros y ocupaciones de lugares de estudio por decenas de países. Se trata del fenómeno de lucha antiimperialista más significativo desde la guerra de Vietnam. Particularmente en los países imperialistas que financian a Israel la prolongación del genocidio se ha ido transformando en una grieta política y social enorme, enfrentando a miles que denuncian al genocidio a persecución legal, expulsión de trabajo y lugares de estudio, deportación, censura, sin lograr tapar la extensión de la movilización. Es un movimiento complejo que incluye sectores pacifistas, partidarios de la salida frustrada de los “dos estados” y que toman distancia de la resistencia palestina actuante, así como de sectores campistas pro-Irán o Rusia, nacionalistas, islamistas, etc. Estas contradicciones se expresan en las fuerzas que se movilizan en Argentina y en el Comité por Palestina, como en todo el proceso internacional. Nosotros trabajamos por la extensión del movimiento, en el más amplio frente único, por la defensa de todos los perseguidos, y a la vez damos una lucha política permanente por el derecho al retorno, por la Palestina única, y por el apoyo incondicional a la lucha de la resistencia palestina. Al mismo tiempo, la campaña se une con la movilización política en Argentina y con nuestro planteo de “Fuera Milei” por el alineamiento del gobierno con el sionismo y el imperialismo y es un factor de denuncia y clarificación política con la oposición patronal cómplice y en particular del peronismo. (...)

11. La Conferencia Internacionalista de Nápoles fue un acierto y un avance de la política de reagrupamiento de una izquierda revolucionaria por la que venimos peleando en los últimos años. Como balanceamos en el periódico, las resoluciones políticas son un avance en las definiciones políticas comunes con un conjunto de organizaciones (...). Estas resoluciones no se limitaron a los puntos de Palestina y Ucrania, sino en caracterizaciones de fondo contrarias a los frentes populares de colaboración de clases, a la Unión Europea imperialista y los nacionalismos burgueses latinoamericanos. Estas resoluciones han sido publicadas por estas organizaciones y discutidas en presentaciones públicas, como lo hemos hecho ampliamente en Argentina. Este es el núcleo que quedó en hacerse cargo de publicar la página web de International Debates que se lanzará este mes y promover nuevas iniciativas, así como la de ir a un debate más amplio con estas corrientes. (...)

12. La agitación derechista contra los migrantes, punto central de la ofensiva de Trump y del desarrollo de la ultraderecha europea, es encarnado en Argentina por el gobierno Milei-Bullrich que ya ha modificado la reglamentación de las condiciones de estadía y documentación de migrantes y que ha promovido un crecimiento grande de las deportaciones. El PO y el Polo Obrero se destacan en la organización de una campaña de denuncia y movilización contra esta ofensiva reaccionaria, como parte central de nuestra práctica internacionalista. Impulsamos la extensión del movimiento de lucha de migrantes a todas las ciudades donde podamos organizarnos entre las comunidades afectadas.

13. La campaña de presentación de las conclusiones de Nápoles, con la venta del folleto impreso y actividades tanto presenciales como virtuales en Caba, Rosario, Córdoba, La Matanza, Neuquén y NOA, con una importante presencia de militantes y relaciones y en particular avidez de formarse frente al cuadro planteado por el genocidio en Palestina y el crecimiento del movimiento por Palestina en Argentina.

14. El debate sobre el carácter de China iniciado por la dirección con una serie de reuniones de discusión que dieron lugar a la preparación y publicación de 3 artículos con distintas posiciones es el punto de apertura de un debate público. Preparamos la salida de la EDM en papel N 62, donde completaremos estas posiciones con escritos de otros teóricos marxistas, incluidos compañeros de la TIR y el SEP. Proponemos realizar un seminario público de debate sobre la base de esta revista, el mes de Noviembre, con paneles de nuestros compañeros y con oradores invitados. Este debate debe ser procesado en los círculos y regionales, queriendo preparar la posibilidad de tomar resoluciones sobre el tema en el congreso del partido del año que viene.

15. Proponemos darle un carácter internacional al campamento de la juventud de Febrero. (...) Esto podría ser muy atractivo para su difusión en Argentina misma, al mismo tiempo que una oportunidad para profundizar los debates políticos con cuadros de estas organizaciones internacionalistas.

1. La situación internacional sigue dominada por los fuertes choques entre potencias cuyo motor principal es la ofensiva militar, diplomática y comercial de EEUU para tratar de remontar su declive como potencia hegemónica, y arrancar concesiones y someter a China, a Europa y a otros rivales. El brutal genocidio del pueblo palestino, que es el centro de la situación mundial no puede ser entendido fuera del impulso a este rediseño. No se trata de un problema de controlar la población palestina o reprimir a la resistencia armada, sino el plan de ampliar a Israel, con la anexión de Palestina y territorios de otros países como Líbano, Jordania y Siria, intentando al mismo tiempo aplastar rivales regionales como Irán y reorganizando la región en función de los intereses norteamericanos. Los acuerdos de Abraham, logrando un status quo de reconocimiento de Israel por Arabia Saudita y otros aliados árabes de EEUU, iban justamente en este sentido. El 7 de octubre fue un intento de la resistencia palestina de levantarse contra este avance, junto a la rápida absorción de Cisjordania. La brutalidad con el pueblo palestino no puede entenderse fuera de estos objetivos geopolíticos. No se trata por esto de únicamente extender las denuncias humanitarias sino de comprender cabalmente la estrategia imperialista.

2. El resultado de la guerra comercial general lanzada en múltiples frentes por Trump por el momento es disímil e inestable. Ha logrado imponer sus acuerdos arancelarios sobre Europa, y también Japón. Sin embargo, está prorrogando la aplicación de los aranceles a China, su principal rival y objetivo, sin lograr importantes modificaciones a su favor. Los aranceles contra India, por su comercio con Rusia han provocado un desplazamiento de esta a un entendimiento más cercano con China. Los ataques en este marco de Trump, no pretenden solo concesiones políticas (libertad de Bolsonaro en Brasil, ruptura de la importación de petróleo ruso por la India) sino concesiones económicas en todos los terrenos. En México busca condicionar la próxima negociación del tratado de libre comercio, instaurando libertades para el ingreso de capitales y productos yanquis (farmacéuticos, etc.). En Brasil anular el sistema nacional de pagos y crédito Pix en beneficio de las tarjetas y bancos norteamericanos. En la India, la apertura del mercado alimenticio a la producción agrícola yanqui. Lo central es que no solo no ha logrado relanzar la producción norteamericana con esta ofensiva, sino que está sigue teniendo muestras negativas, y hasta podría estar comenzando una recesión sin que haya logrado mitigar las tendencias inflacionarias. Por el contrario, los aranceles están provocando una disparada de los precios. De modo tal que se está abriendo paso una tendencia a la stagflation. La guerra arancelaria, entretanto, alimenta un cuadro de incertidumbre y dislocamiento de la economía mundial. Esto afecta a las propias corporaciones yanquis, cuya estructura de negocios está altamente integrada y se ven perjudicados por las barreras impuestas por el gobierno para ingresar a EEUU los bienes que fabrican en el exterior. Del mismo modo que los aumentos de los aranceles sobre los insumos redundan en un salto de los costos internos y afectan la rentabilidad de las empresas radicadas en el país. Las represalias comerciales adoptadas por China ya están agitando las aguas del sector agrario norteamericano frente al anuncio de Pekín de que pasaría a comprar la soja en Brasil en lugar de EEUU. Las represalias llegan al extremo de amenazar la paralización de la producción como ocurre con el freno dispuesto por Pekín al suministro de tierras raras, un material estratégico para varias industrias de punta en el cual es el principal proveedor mundial. Las tensiones que vienen escalando entre Trump y la Reserva Federal están directamente vinculadas a esta situación. La presión ejercida por el magnate para rebajar la tasa de interés está asociada al temor fundado de que la economía norteamericana evolucione hacia un colapso. La reducción de las tasas de interés no solo tiene como función evitar un párate de la economía, sino que apunta a desactivar la bomba de la deuda que ha crecido como bola de nieve y cuyo sostenimiento se está volviendo insostenible. La deuda pública asciende a la friolera del 120 por ciento del PBI y los intereses superan el presupuesto de defensa. A esto hay que sumar la deuda corporativa y del público general. Una parte de las empresas norteamericanas están seriamente comprometidas financieramente e incluso muchas de ellas revisten la categoría de “empresas zombis” y no pueden hacer frente a sus intereses con lo cual están bajo la amenaza de quiebras. El auge bursátil récord que existe crea un espejismo de que hay una onda ascendente, pero en realidad el boom obedece y está concentrado exclusivamente en las empresas líderes y en especial las llamadas 7 Magníficas del sector tecnológico. Pero inclusive, el ascenso de las acciones de estas tiene bases endebles desde el momento que las expectativas depositadas en un aumento de ganancias derivado de la incorporación de la inteligencia artificial no se han verificado. La rentabilidad está muy por debajo de los niveles de inversión. La realidad es que estamos frente a una burbuja especulativa que no tiene precedentes. Los precios han llegado a máximos históricos y valores récord sin parangón con el pasado. La reducción de la tasa de interés ha pasado a ser un imperativo no solo para Wall Street sino más de conjunto para círculos financieros y de negocios pues un estallido arrastraría la economía en su conjunto. La insistencia de Trump está vinculada a este hecho pero sus consecuencias podrían ser contraproducentes en otros planos. Una reducción de la tasa de interés reavivaría las tendencias inflacionarias. Aumentaría el costo de la deuda, entre ella de la deuda pública, y, simultáneamente, provocaría una salida de capitales invertidos en la deuda norteamericana frente a la caída de sus rendimientos y agudizaría las tendencias ya existentes a una desvalorización de los bonos del tesoro y a la propia caída del dólar que viene perdiendo terreno frente a otras monedas y activos, en especial el oro que ha alcanzado sus máximos históricos. El fenómeno inédito es que, a diferencia de otras crisis, los bonos del tesoro norteamericano hayan dejado de oficiar de “refugio seguro”. Entre los inversores empiezan a asomar dudas sobre la capacidad de pago de la deuda norteamericana lo cual ha llevado a que las consultoras internacionales hayan decidido bajarle la calificación de triple A que ostentaba. Sintetizando, los frentes de tormenta son múltiples y en muchos casos contradictorios. Esto nos habla del carácter explosivo de la situación y al mismo tiempo explica los choques, vacilaciones y divisiones en la propia clase capitalista sobre el rumbo a seguir. Este escenario, entretanto, está erosionando la base de apoyo del gobierno de Trump, lo que se traduce en una pérdida de popularidad entre la población y un distanciamiento en las filas de la clase capitalista, como quedó plasmado en la fractura con Elon Musk.

3. La ofensiva de Trump con el objetivo de reinstalar la dominación imperialista de EEUU, lleva inexorablemente a nuevos choques militares y a la tendencia a unir los conflictos en una guerra mundial. Los “acuerdos” que anunció tanto en Ucrania, como en Palestina, han sido espejismos. En el caso de Palestina hoy están apoyando la ofensiva de anexión de Israel (sin que esto impida choques parciales con Netanyahu que da muestras de independencia respecto a las negociaciones y planes inmediatos de EEUU) y en el de Ucrania, intentan avanzar en un acuerdo que incluya concesiones territoriales y económicas importantes a Putin y a los propios EEUU. Pero aparece bloqueado por la ventaja militar de Putin en el terreno, que no descarta lograr nuevos avances y hechos consumados de avances territoriales y por la presión del bloque de Europa que sostiene a Zelensky y que saldría muy golpeado de un acuerdo favorable a Putin. La UE y Zelensky reclaman “garantías de seguridad” en cualquier arreglo al que se arribara, que deberían estar respaldados no solo por la asistencia militar de la OTAN sino por la presencia permanente de tropas de Occidente en suelo ucraniano, lo cual es inaceptable para Moscú. Mientras tanto, los nuevos choques bélicos, que incluyen la presencia de drones rusos en Polonia y Rumania, derribados por aviones de EEUU y Europa, muestran que estamos muy cerca de un ingreso más directo de la OTAN en la guerra.

4. La apuesta de Trump a un régimen interno bonapartista está atada a la preparación para choques militares y la regimentación militar de su propio país. Esto une en estas horas su apoyo a la anexión militar de Gaza; el despliegue de buques de guerra al Caribe frente a Venezuela con la excusa del “narcoterrorismo” y el despliegue de la guardia nacional y hasta los marines en grandes ciudades gobernadas por el Partido Demócrata como Los Angeles, Washington DC y la amenaza de extenderse a Chicago. Este proyecto cuasidictatorial no es aún un hecho consumado. La dura represión y persecución, junto a la falta de una dirección consecuente, han hecho retroceder las masivas movilizaciones por Palestina o la resistencia a la persecución de migrantes que se vio en la pueblada de Los Angeles de junio. Pero estas tensiones pueden volver a explotar, incluso en una escala mayor. Mientras tanto se evidencia también choques significativos en la propia clase capitalista y el aparato del Estado, no superados, que incluyen fallos adversos para Trump en la justicia sobre temas tan caros a su plan político como las tarifas, el despliegue de las tropas a Los Angeles y la deportación de migrantes, mientras sigue la disputa por el control de la Reserva Federal.

5. La ofensiva militarista de Trump amenaza fuertemente con extenderse a América Latina. La instalación de una flota (incluyendo submarinos atómicos) en el Mar Caribe y frente a las costas venezolanas, las amenazas de invasión y el bombardeo de una lancha por la aviación yanqui. El traslado de tropas a Puerto Rico, volviendo a militarizar la isla. El estacionamiento de tropas norteamericanas en Panamá (donde han sido fuertemente reprimidas importantes huelgas). El anuncio de tropas en Ecuador, las negociaciones con Milei para avanzar en la instalación de bases aeronavales en Tierra del Fuego. Debemos encarar una campaña sistemática de denuncia de este avance militar imperialista.

6. El encuentro en China de Xi Jin Ping, Putin, Modi y Kim Jong con un enorme desfile militar subraya la rivalidad creciente con EEUU en el plano mundial. El carácter ofensivo de la política de Trump que intenta salvarse intentando una colonización de China (y del ex espacio soviético) no quita registrar el hecho del avance de China que es en sí mismo una crisis del actual sistema imperialista internacional, cuya crisis o reconfiguración es una función del periodo de guerras que se ha abierto. El avance de China ha socavado el sistema internacional del dólar sin lograr aún reemplazarlo por otro propio, cosa que no podría hacerse de forma gradual o indolora, si no como resultado de un choque de fondo. El debate promovido por la dirección nacional del PO sobre la caracterización del régimen y la sociedad China y su rol en el escenario mundial es clave, por todo esto. Elegimos darle un carácter público con la sólida base de que las distintas posiciones políticas coinciden en el carácter reaccionario del gobierno de Xi Jin Ping, contra cualquier embellecimiento que le pretenda descubrir un contenido anti-imperialista o progresivo a la China capitalista, y de conjunto de todo el proyecto BRICS, así como en la condena de las provocaciones del imperialismo yanki lanzadas desde Taiwan. Esto es un terreno de delimitación con las claudicaciones de gran parte de la izquierda del mundo, y alineado con el espacio internacionalista que venimos promoviendo.

7. La foto inmediata plantea un triunfo de Trump en todos los temas controvertidos con los líderes del bloque europeo. Estos han acordado las tarifas, el aumento de presupuesto militar obligatorio dentro de la OTAN y han comparecido junto a Zelensky a la Casa Blanca para gestionar negociaciones indirectas con Putin que los excluyen de la mesa. La heterogeneidad del bloque europeo les ha dificultado concertar un juego propio en estos meses de crisis internacional. Sin embargo, sería un error deducir de ahí que los conflictos han sido superados. Condiciones leoninas impuestas por una potencia contra otra fueron la fuente en el pasado para nuevos choques y guerras. La paz de Versalles y las indemnizaciones de guerra confiscatorias dispuestas contra Alemania fueron el combustible que alimento el enfrentamiento que termina de estallar en la Segunda Guerra . El potencial de un choque entre Europa y EEUU, o el resquebrajamiento de su actual bloque contradictorio entre campos rivales, está abierto. El recorrido a una tercera guerra mundial está llamado a transitar por crisis y realineamientos antes de llegar a una configuración definitiva de bloques. Por lo pronto, la necesidad de una infraestructura militar propia que le permita una independencia de EEUU es un debate abierto en la burguesía europea. También el hipócrita “reconocimiento” de parte de múltiples estados europeos de un supuesto estado palestino, cuyo eventual territorio está siendo reducido a escombros por las fuerzas sionistas que cuentan con financiamiento y pertrechos militares de los propios “reconocedores”, tiene también un sentido en esta diferenciación con respecto a EEUU, aparte de ser una respuesta a la presión política de las movilizaciones y denuncias en sus propios países, que por otra parte son duramente reprimidas y perseguidas en Alemania, Reino Unido y Francia. Una parte de la izquierda apoya directa o indirectamente esta presentación de un imperialismo “democrático” frente a los autoritarios o la ultraderecha, embelleciendo los gobiernos europeos del rearme militar, que han jugado un rol clave en las masacres en curso en Ucrania y Palestina.

8. Una muestra del rechazo de amplios sectores de las masas a esta agenda de guerras, ataques reaccionarios a las masas y derechización de la agenda política de la burguesía se está procesando mediante el apoyo a sectores reformistas que aparecen como la extrema izquierda del propio régimen político. Con sus divergencias expresan este fenómeno, en primer lugar Melenchon en las elecciones francesas del año pasado, la victoria del socialdemócrata musulmán Zohran Mamdani en la interna demócrata de Nueva York, la ruptura del Partido Laborista encabezada por Jeremy Corbyn y Zarah Sultana en Reino Unido, que alrededor de una plataforma difusa anti-austeridad y pro-Palestina reunió 600 mil adherentes y el resurgimiento electoral de Die Linke en Alemania, que incluyó el desarrollo de un ala izquierda contraria al voto de los presupuestos militares. Sin una intervención revolucionaria no habrá un resultado positivo de estas tendencias, que llevarán por sus medios inevitablemente a nuevas frustraciones y derrotas. El margen para el reformismo en épocas de guerras y convulsiones es inexistente como lo han mostrado con claridad las experiencias de Podemos, Syriza, el bloco de izquierda en Portugal, el Kirchnerismo en Argentina, Evo Morales en Bolivia, el colaboracionismo de Bernie Sanders y el DSA con Biden y un largo etcétera. Estos fenómenos, sin embargo, desmienten quienes describen la situación como la de un giro político a la derecha como tendencia única de la situación. La rápida crisis política, económica y derrota electoral de Milei tiene un alcance mundial por su rol de delfín de Trump para América Latina y figura internacional de la ultraderecha. En Bolivia, aunque el estallido del MAS tuvo una salida por derecha, fracasó el candidato directo apoyado por Trump y Milei. Las tendencias a la profundización de la crisis económica mundialmente están haciendo su trabajo de topo contra los regímenes que vienen aplicando medidas de ajuste contra sus pueblos (Gran Bretaña, etc.). En Francia cayó el primer ministro Bayrou y el 10 de septiembre se ha desarrollado una jornada de movilización nacional contra el presupuesto de ajuste de tipo mileista (jubilados, salud, etc.) que ha presentado Macrón. Esta movilización se convocó al margen de los sindicatos y presionando sobre ellos, movilizó a miles de trabajadores con la consigna “bloqueemos todo” y enfrentó un operativo de 80 mil policías que intentó infructuosamente impedir la jornada. Los trabajadores del mundo chocan contra los planes de ajuste. La lucha contra la guerra imperialista va unida a la lucha por la defensa de las conquistas de las masas y sus condiciones de vida.

9. La etapa política ha estado signada por una fuerte ofensiva represiva, militarista y de austeridad desde los gobiernos capitalistas contra las masas. La respuesta de las masas ha sido fuertemente condicionada por sus direcciones, al frente de sindicatos y de oposiciones burguesas que trabajan para subordinar las reacciones populares a los canales institucionales y electorales y vaciar a los sindicatos y organizaciones de masas de su potencial de organización y acción directa. Las luchas de masas existen como rupturas, en general limitadas en el tiempo o con luchas muy localizadas. Las huelgas generales han vuelto al escenario de Europa, pero no asistimos aún a verdaderos ascensos obreros contra el peso de la economía de guerra y la austeridad. La crisis capitalista y las ofensivas contra las masas generan importantes estallidos y rebeliones, que son una tendencia en la situación internacional, como hemos visto en Bangladesh, Sri Lanka, Kenia, ahora Indonesia y Nepal. Son choques muy violentos, pero con direcciones políticas muy débiles, inexpertas e improvisadas para enfrentar las maniobras de las fuerzas del Estado. No hemos registrado, sin embargo, una tendencia a los contagios como en ciclos de levantamientos en Latinoamérica o en Medio Oriente con la Primavera Árabe hace unos años. La ruptura de esta contención contra la clase obrera internacional y las masas es un punto nodal y para los revolucionarios no se trata solo de denunciarlo en un sentido teórico sino de aportar un canal de organización independiente, antiburocrático en estas masas, para preparar esa ruptura. Los nacionalismos burgueses y la centroizquierda tradicionales se han ido derechizando y corrompiendo. Han mostrado su completa falta de salida y las consecuencias de su integración al Estado y su defensa de la propiedad privada y la legalidad burguesa, que chocan hasta con la más elemental ilusión reformista que pretendan abrir. Es necesario apoyarse en las vanguardias obreras y juveniles que se destacan en sus luchas y movilizaciones contra la guerra, el sionismo y el ajuste. Es una oportunidad histórica para la estructuración de direcciones revolucionarias.

10. El principal fenómeno de movilización y radicalización de masas en esta etapa sigue siendo la extensión del movimiento contra el genocidio de Palestina. Con sus límites se han extendido movilizaciones masivas, bloqueos obreros y ocupaciones de lugares de estudio por decenas de países. Se trata del fenómeno de lucha antiimperialista más significativo desde la guerra de Vietnam. Particularmente en los países imperialistas que financian a Israel la prolongación del genocidio se ha ido transformando en una grieta política y social enorme, enfrentando a miles que denuncian al genocidio a persecución legal, expulsión de trabajo y lugares de estudio, deportación, censura, sin lograr tapar la extensión de la movilización. Es un movimiento complejo que incluye sectores pacifistas, partidarios de la salida frustrada de los “dos estados” y que toman distancia de la resistencia palestina actuante, así como de sectores campistas pro-Irán o Rusia, nacionalistas, islamistas, etc. Estas contradicciones se expresan en las fuerzas que se movilizan en Argentina y en el Comité por Palestina, como en todo el proceso internacional. Nosotros trabajamos por la extensión del movimiento, en el más amplio frente único, por la defensa de todos los perseguidos, y a la vez damos una lucha política permanente por el derecho al retorno, por la Palestina única, y por el apoyo incondicional a la lucha de la resistencia palestina. Al mismo tiempo, la campaña se une con la movilización política en Argentina y con nuestro planteo de “Fuera Milei” por el alineamiento del gobierno con el sionismo y el imperialismo y es un factor de denuncia y clarificación política con la oposición patronal cómplice y en particular del peronismo. (…)

11. La Conferencia Internacionalista de Nápoles fue un acierto y un avance de la política de reagrupamiento de una izquierda revolucionaria por la que venimos peleando en los últimos años. Como balanceamos en el periódico, las resoluciones políticas son un avance en las definiciones políticas comunes con un conjunto de organizaciones (…). Estas resoluciones no se limitaron a los puntos de Palestina y Ucrania, sino en caracterizaciones de fondo contrarias a los frentes populares de colaboración de clases, a la Unión Europea imperialista y los nacionalismos burgueses latinoamericanos. Estas resoluciones han sido publicadas por estas organizaciones y discutidas en presentaciones públicas, como lo hemos hecho ampliamente en Argentina. Este es el núcleo que quedó en hacerse cargo de publicar la página web de International Debates que se lanzará este mes y promover nuevas iniciativas, así como la de ir a un debate más amplio con estas corrientes. (…)

12. La agitación derechista contra los migrantes, punto central de la ofensiva de Trump y del desarrollo de la ultraderecha europea, es encarnado en Argentina por el gobierno Milei-Bullrich que ya ha modificado la reglamentación de las condiciones de estadía y documentación de migrantes y que ha promovido un crecimiento grande de las deportaciones. El PO y el Polo Obrero se destacan en la organización de una campaña de denuncia y movilización contra esta ofensiva reaccionaria, como parte central de nuestra práctica internacionalista. Impulsamos la extensión del movimiento de lucha de migrantes a todas las ciudades donde podamos organizarnos entre las comunidades afectadas.

13. La campaña de presentación de las conclusiones de Nápoles, con la venta del folleto impreso y actividades tanto presenciales como virtuales en Caba, Rosario, Córdoba, La Matanza, Neuquén y NOA, con una importante presencia de militantes y relaciones y en particular avidez de formarse frente al cuadro planteado por el genocidio en Palestina y el crecimiento del movimiento por Palestina en Argentina.

14. El debate sobre el carácter de China iniciado por la dirección con una serie de reuniones de discusión que dieron lugar a la preparación y publicación de 3 artículos con distintas posiciones es el punto de apertura de un debate público. Preparamos la salida de la EDM en papel N 62, donde completaremos estas posiciones con escritos de otros teóricos marxistas, incluidos compañeros de la TIR y el SEP. Proponemos realizar un seminario público de debate sobre la base de esta revista, el mes de Noviembre, con paneles de nuestros compañeros y con oradores invitados. Este debate debe ser procesado en los círculos y regionales, queriendo preparar la posibilidad de tomar resoluciones sobre el tema en el congreso del partido del año que viene.

15. Proponemos darle un carácter internacional al campamento de la juventud de Febrero. (…) Esto podría ser muy atractivo para su difusión en Argentina misma, al mismo tiempo que una oportunidad para profundizar los debates políticos con cuadros de estas organizaciones internacionalistas.

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