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Tres años de combates de clase en Neuquén


Las movilizaciones de Rincón de los Sauces, la huelga docente de 37 días, la pueblada de Cutral Co. La Argentina ha sido sacudida por una serie de grandes combates de los trabajadores de Neuquén.


 


Estas luchas no fueron espontáneas, no surgieron de la nada. Son producto de la debacle del régimen provincial y de la miseria que éste genera sobre la población trabajadora, y de la experiencia de lucha que las masas trabajadoras han ido acumulando.


 


Las corrientes de izquierda coinciden en rechazar la teoría de la espontaneidad con relación a estos grandes combates de las masas. Y ahora, ante la reiterada persistencia y reproducción de los mismos, hasta la burguesía tiende a reconocer que no se trata de un rayo en el cielo sereno de la revolución productiva menemista.


 


Para los científicos, no existe la generación espontánea en la investigación. Nada surge de la nada. Hay causas que determinan efectos. En el análisis social es necesario vislumbrar, en la acción de las masas, no sólo las causas objetivas que las empujan a intervenir en forma decidida, revolucionaria, sino también la evolución subjetiva que dichas masas van experimentando.


 


Pero se trata de ser serios, científicos, y no amoldar la presentación de los hechos a la interpretación previa que uno quiere deducir.


 


Para el Ptp, por ejemplo, que rechaza la teoría de la espontaneidad ("se … equivocan quienes sostienen que la pueblada fue producto de un movimiento espontáneo, sin dirección política, y sin contenido y fuerza de nuestra clase obrera" (1), han sido decisivas en la génesis del primer cutralcazo (junio de 1996) … "la huelga larga de 1957" o "las luchas del Chocón en 1970", o más recientemente hace unos años, la lucha de los obreros de la construcción de Piedra del Aguila, o la huelga petrolera (rápidamente abortada por la burocracia) contra la privatización de YPF en 1991. Y en forma casi inmediata a la pueblada, estaría la actividad de una "multisectorial". La memoria selectiva y prejuiciosa intenta así ocultar las grandes movilizaciones de los desocupados, que recorrieron la provincia durante más de un año antes del cutralcazo (y en las cuales también participaron los desocupados de Cutral Co).


 


El Pts, por su parte, sí hace un culto a la espontaneidad. Incapaz de explicarse el desarrollo de la lucha de clases, en un folleto que acaban de presentar (2), se preocupa por "la relación entre las acciones espontáneas de las masas y el desarrollo de la conciencia revolucionaria y la construcción del estado mayor de la revolución obrera y socialista, es decir, el partido obrero revolucionario" (pág. 5). Para el Pts, los fogoneros surgieron de pronto, "no esperaron la orden de ningún burócrata, de ningún dirigente, ni de De Gennaro ni de Miguel ni de Palacios para luchar contra las condiciones de ignominia" (pág. 7), desconociendo que el corte de la ruta 22, en Cutral Co, tuvo lugar bajo la jornada provincial que convocó el gremio docente y otros sectores del movimiento sindical. El Pts aconseja, luego, para "superar el espontaneísmo (…) saber retroceder y esperar, desarrollar una organización independiente…", etc. (pág. 23). Con estrategas así…


 


Es necesario analizar concretamente la situación neuquina. La génesis de sus luchas, las batallas políticas y programáticas que se libraron, y los problemas que se presentan.


 


I La lucha de los desocupados


 


La tasa de desocupación oscila, en los pueblos de Neuquén, entre el 20 y el 30 por ciento, producto de la crisis de las finanzas provinciales; del virtual vaciamiento del Banco Provincia a manos de un grupo de monopolios; de la privatización de YPF (cuyos nuevos dueños se dedican al saqueo directo, echando obreros a la calle, agotando los pozos y deteniendo casi por completo el trabajo de exploración), y de la paralización de la construcción tanto en materia de grandes obras hidroeléctricas (Picún Leufú) como de cualquier otro emprendimiento.


 


Esta situación llevó a que comenzaran a constituirse "Comisiones de Desocupados" en todas las localidades, que se movilizaron hacia los municipios reclamando asistencia frente a la catástrofe social. Se cortó la ruta 22 en Senillosa, en una histórica pueblada. En Centenario, la comisión de desocupados ocupó la intendencia. Se instaló un campamento frente a la gobernación por varias semanas, en reclamo de apoyo a los desocupados. Las centrales sindicales se vieron entonces obligadas a convocar a una movilización para el 9/8/95. Para poner fin a un estado de rebeldía provincial, el gobierno de Sobisch (ala blanca del oficialista Movimiento Popular Neuquino Mpn) sacó, la noche previa, la ley 2128, que otorgaba un subsidio de 200 pesos a los jefes de familia desocupados. Primero intentó financiar el subsidio con una reducción solidaria de salarios de los trabajadores estatales. Finalmente, tuvo que crear un Fondo de 1.500.000 pesos por mes.


 


Pero luego lo cajoneó, pensando que había logrado contener al movimiento. Ante un recrudecimiento de las movilizaciones por el pago del subsidio, Sobisch reglamentó la ley: dejó afuera del subsidio a los extranjeros (muchos residentes chilenos), a los solteros, a las mujeres: sólo se otorgaba a los jefes de familia. Y constituyó una comisión conjunta con la Iglesia y las centrales sindicales para administrarlo.


 


Subsidio al desocupado o trabajo para todos


 


La Cta, la Iglesia y algunas organizaciones de izquierda se oponían a reclamar un subsidio para los desocupados. Pedían, en cambio, trabajo, porque el "trabajo dignifica al hombre". Apoyaban la "contraprestación laboral" que plantearía el gobierno, a cambio de 200 pesos de subsidio. El PO se había pronunciado por un subsidio de 600 pesos para todos los desocupados, sin discriminaciones de ningún tipo y sin contraprestación laboral. Los capitalistas y su Estado deben hacerse cargo de la crisis, sosteniendo en la emergencia a los trabajadores que ellos desocuparon. La posición de la Cta y el centroizquierda permitía a la burguesía usar la contraprestación laboral con sus bajos salarios de 200 pesos, para incrementar la competencia entre trabajadores, buscando una reducción del salario de los trabajadores no desocupados.


 


"El Frente de Izquierda (alianza del PO, Mas e independientes para las elecciones provinciales del 8/10/95) debe luchar por un subsidio de 600 pesos para todos los desocupados, financiado con un impuesto al gran capital", decían los volantes distribuidos en las manifestaciones (3).


 


Se constituyó la Coordinadora de Desocupados, con la presencia de una veintena de barriadas de Neuquén Capital, que organizó una movilización con la presencia de más de 3.000 desocupados y sus familias el 6 de setiembre, reclamando "trabajo para todos con sueldos dignos", y para paliar la situación, "subsidio de 500 pesos sin discriminación".


 


Elecciones y provocación


 


Sobisch no pagó la segunda cuota del subsidio, que debía cobrarse el 30 de setiembre. Era evidente que, arrancado con la presión de la movilización, y ante la inminencia de las elecciones provinciales, el gobierno pensaba levantarlo después. Frente a las bicicleteadas respecto a la fecha de pago, la Coordinadora de Desocupados convocó a una marcha a la Casa de Gobierno para el 2 de octubre.


 


Más de 1.000 desocupados y sus familias marcharon desde las barriadas. Ingresaron a la gobernación, y una delegación de 8 miembros fue recibida por ministros y funcionarios. La Coordinadora de Desocupados presentó carpetas con proyectos de trabajo, petitorios y reivindicaciones. Jorge Mora, dirigente de la Coordinadora y del PO neuquino uno de los 8 integrantes de la comisión, cuenta: "en mitad de la reunión, en un cuarto intermedio, se desencadenó un estudiado operativo represivo. Palos, balas de goma, gases, dentro y fuera de la Casa de Gobierno, se descargaron sobre los desocupados y sus familias. El gobierno había montado una provocación". Que rápidamente fue instrumentada por los medios de comunicación y todas las fracciones de la burguesía y la burocracia contra el movimiento de los desocupados.


 


Esa tarde fue detenido, en la desconcentración, Horacio Panario (militante del Mas, de la Coordinadora y candidato por el Frente de Izquierda), y se inició una batida policial por los barrios contra los activistas de la Coordinadora.


 


Todos los candidatos menos los del Frente de Izquierda (Mas-PO) se solidarizaron con el gobierno, contra la "subversión" protagonizada por los desocupados y en "defensa de la democracia". Escenas de la violencia de los marginales y la izquierda eran repetidas en forma machacona por la TV.


 


Los principales candidatos de los partidos de izquierda estaban con pedido de captura. El PO planteó un "recurso de amparo", reclamando la suspensión de los comicios frente a la proscripción de hecho y de derecho en que se encontraba una parte del pueblo neuquino, lo que fue desestimado con un alegato anticonstitucional por la justicia del Mpn. En esas condiciones, Felipe Sapag, el candidato de la fracción amarilla del Mpn, logró imponerse en las elecciones por casi el 55% de los votos (duplicando los votos recibidos el 14 de mayo en las elecciones nacionales). Captó los votos de todos los partidos (Pj, Frepaso, Ucr) presentándose por un lado como antimenemista, considerando a Sobisch un infiltrado de Menem en el Mpn, pero al mismo tiempo como un seguro contra el caos. Sin embargo, un amplio sector de las masas votó en blanco (el 10% en la provincia, que en localidades como San Martín de los Andes creció al 20%), evidenciando una extendida desconfianza. "Sapag se sentará entonces en el gobierno sobre un barril explosivo. Su discurso demagógico no tiene ninguna sustentación y deberá rápidamente aplicar la política de ajuste, pero en condiciones en que un amplio sector popular no fue cautivado por sus promesas" (4).


 


Se había montado la provocación contra la izquierda y los desocupados para "quebrar el movimiento en lucha en ascenso de los desocupados … quebrar lo que puede ser la columna vertebral de un movimiento de resistencia contra el ajuste que se viene en la provincia y que pondrá a Sapag a la altura de Massaccesi, con el remate de EPEN (empresa de electricidad) y el Banco Provincia, la anulación del Estatuto del Docente y del empleado público, el desmantelamiento de la salud y la educación públicas, impuestazos y la mayor desocupación" (5).


 


La defensa del movimiento de los desocupados


 


El movimiento sindical hizo causa común con la democracia sapagista contra los desocupados y el subsidio que habían obtenido con su movilización. El Comité (gobierno, Iglesia, Cgt, Cta) que por ley estaba encargado de distribuir los subsidios, denunció con nombre y apellido a "activistas que no respetan el estado de derecho", pidiendo que se actuara contra ellos "en forma inflexible". La pastoral de la Iglesia se opuso "a seguir ampliando el subsidio. La solución es el pleno empleo para todos" (6). "Aten (el sindicato de los docentes neuquinos) rechaza cualquier tipo de violencia" y la conducción izquierdista de Aten Capital, dirigida por Liliana Obregón, salió a defender en solicitadas "la resolución del plenario de secretarios generales de nuestro gremio … en el que se resolvió rechazar el proyecto de ley de subsidio exigiendo … las medidas tendientes al pleno empleo y a mantener la dignidad del trabajador…". Esta directiva reclamó la renuncia de algunos de sus miembros por haber apoyado la movilización de los desocupados, a la que calificaba de "hecho aventurero, que provoca el rechazo de los trabajadores organizados".


 


Sectores de la izquierda también se pasaron de bando, llamándose a silencio. El Ptp neuquino sacó un comunicado, deslindando que su dirigente, Mario Cambio, hubiera participado de la manifestación del 2 de octubre. Hizo lo imposible por eludir el tema en los organismos donde tenía cierta influencia. Tiscornia, secretario general de Adunc (sindicato de los profesores universitarios) se negó a que el sindicato saliera en defensa de los desocupados perseguidos. Sí lo hizo la lista Naranja. En aquellos días, la Coordinadora de Desocupados se reunía en las facultades para ampararse en la autonomía universitaria contra las persecuciones policiales. Por primera vez, un congreso de la Conadu rechazó pronunciarse contra la persecución a los desocupados neuquinos, gracias a la abstención de dirigentes del Ptp.


 


Pero el movimiento de los desocupados se fue reconstituyendo. Unos días después de la represión, bajo el estado de sitio, se realizó un acto de repudio del que estuvo ausente la totalidad de la izquierda (salvo el PO). La izquierda (Mas, Mst, etc.) boicotearía, de ahí en más, a la Coordinadora de Desocupados, presionada por la propaganda burguesa. La Coordinadora convocó a reuniones, jornadas y petitorios por sus reclamos y por la libertad de Panario. Una movilización a una Asamblea de Aten Capital logró aislar a la directiva, capitaneada por los bolcheviques-clasistas (ligados a la secta denominada Partido Bolchevique de la Argentina), y obtener, por amplia mayoría, el apoyo de los docentes a la lucha de los desocupados. Se empezaba a romper el frente burocrático-burgués-gubernamental contra la organización independiente de los desocupados. La juventud acompañó, a fines de noviembredel 95, con un festival al que concurrieron más de 500 compañeros. Todo esto, veremos luego, fue echando las bases para constituir un movimiento clasista en diferentes sectores del movimiento obrero (docentes, docentes universitarios, desocupados, estudiantes secundarios, etc.).


 


El PO fue, en este período, el único partido de izquierda que batalló junto a los desocupados por defender su organización y programa.


 


¿Sapag no es Menem?


 


La dirección (mayoritaria en la provincia) de la Cta estableció una tregua con Sapag. El PO había denunciado esta tendencia antes de las elecciones del 8/10. Un periódico de Ate Neuquén planteaba: "(a) los gobernadores que asuman a partir del 10 de diciembre les quedará por decidir si enfrentan a Cavallo, o ajustan al pueblo … De ahí que sea necesario articular una unidad con el conjunto de los sectores sociales que sufren el ajuste…". La estrategia de la Cta era la articulación con los empresarios y el gobierno sapagista. Entre De Gennaro y Sapag se estableció una tregua de 180 días, que el nuevo gobernador usó para lanzar una serie de ataques contra los trabajadores: no pago de horas extras, anulación de subsidios y bonificaciones salariales, reducción salarial de estatales y docentes, etc. Las primeras reacciones de Ate y la Cta fueron de apoyo: "algunos aspectos … son justos, mientras otros no lo son, motivo por el cual habría que discutirlos en mesa paritaria" (7). Julio Fuentes, de Ate, declaró que "no está en desacuerdo con los decretos … porque frente al descalabro existente el gobierno necesita una norma ordenatoria" (8).


 


La reacción vino de abajo. Comenzaron las movilizaciones de estatales y principalmente docentes. La Cta se vio obligada a convocar a una movilización. A pesar del saboteo de su dirección, más de 1.500 trabajadores se concentraron. La adhesión de la Coordinadora de Desocupados fue saludada por un masivo aplauso. Los dirigentes de la Cta que hicieron uso de la palabra fueron silbados por su contemporización con Sapag. "Teníamos razón", decía un volante de la Coordinadora de Desocupados. El sapagismo debutó con un menemazo. Quienes el 2 de octubre los habían tildado de marginales, lúmpenes, violentos, pensaban que Sapag asumía con gran apoyo popular y que a través de una acción populista iba a aislar a los estatales, si se atrevían a movilizarse, del resto de la población.


 


"La estrategia del Cta (la articulación) no tiene nada que ver con la perspectiva de una salida obrera a la crisis. Poner en pie Asambleas Populares como la de Centenario … es la tarea" (9).


 


La entrega del plan de lucha


 


Al calor de la lucha comenzaron a reunirse masivos plenarios de delegados y activistas, y se avanza programáticamente. Se aprobó, por ejemplo, la exigencia de la libertad de Panario. Pero la directiva de la Cta sacó un comunicado sustituyendo esta consigna por "la inmediata elevación a juicio de la causa en que está procesado Panario", agregando a continuación que esto "no implica ni un aval a los disturbios (sic) producidos en la Casa de Gobierno el pasado 2 de octubre ni un intento de interferir en el trabajo de la justicia" (10). Es decir, que lo volvía a mandar en cana.


 


Más de 4.000 personas se concentran el 22 de febrero. Sapag maniobra y devuelve algunas bonificaciones a estatales, dejando a los docentes más golpeados con la rebaja salarial. Frente a ello, "La directiva de Aten Capital ha planteado el no inicio normal, es decir que propicia el inicio de clases anormal " (11).


 


El 27 de febrero se realizó una masiva Asamblea con 500 docentes en Aten Capital, que debía votar la modalidad del no inicio. La directiva (integrada por el Mas, bolcheviques y Mst) había desarrollado previamente una encuesta en las escuelas. No les importó que la encuesta había sido realizada sólo entre 300 docentes y que en la asamblea había muchos más. Para la directiva, la "mayoría" se había pronunciado por un paro de 24 horas, contra la moción de diversos activistas en favor de un plan de paros progresivos. Por 196 a 176 triunfó la posición de la directiva. Muchos activistas denunciaron que en realidad había triunfado la moción de paros progresivos, desconfiando del conteo realizado oficialmente por la directiva, que apenas anunció su triunfo levantó la Asamblea. Liliana Obregón volvió a oponerse a la moción de apoyar el reclamo de los desocupados por un subsidio de 500 pesos.


 


La movilización en ascenso reúnió, en la segunda quincena de abril, a más de 5.000 manifestantes, que cortaron la ruta por unas horas. Diputados del Frepaso prometieron proponer una ley que derogara los decretos antisalariales (ya en abril del 96, ¡hace un año!, habían prometido la ley, promesa que volverán a sacar a flote en la gran huelga docente de 97). Sapag, ante la inminencia de un paro de 48 horas, convocó a una "mesa de diálogo" para embretar a la burocracia. Y, simultáneamente, sacó la ordenanza 1070, por la cual redujo el subsidio al desocupado de 200 pesos mensuales… a ¡150! Esto produjo, en Cutral Co, la segunda ciudad de la provincia, una Asamblea Popular con más de 500 asistentes, que obligó al Concejo Deliberante a declarar el "rechazo total" al decreto provincial.


 


Los desocupados se ponen de pie


 


El 1º de Mayo, más de 1.500 compañeros, entre trabajadores, desocupados y una gran columna de la Coordinadora de Estudiantes Secundarios (CES), se concentraron frente a la Legislatura. Abrió el acto Jorge Mora, de la Coordinadora de Desocupados, quien denunció la rebaja del subsidio al desocupado y demostró que "los únicos subsidiados son los empresarios, ya que los compañeros de la 2128 deben trabajar para recibir los míseros 150 pesos" y que, por lo tanto, se "trata de un salario en negro para chantajear al resto de los trabajadores y presionar a la baja salarial del conjunto". El reconocimiento de un orador de la Coordinadora de Desocupados por parte de los gremios, reflejaba la reconstrucción del movimiento en base a las asambleas barriales y a las movilizaciones que se iban desarrollando.


 


En Cutral Co y Zapala se hicieron movilizaciones contra la rebaja de la 2128 y en reclamo de más subsidios.


 


En este marco, se convocó al Primer Congreso de Desocupados de Neuquén, convocatoria impulsada por la Cta y por la Coordinadora de Desocupados en forma conjunta. Pero, como diría Jorge Mora días antes del Congreso del 24 de mayo, "mientras que para la Cta este Congreso no es para discutir los problemas de fondo, sino una instancia para formar su propio reagrupamiento de desocupados y lograr una base que pierde cada día en los gremios estatales, para la Coordinadora de Desocupados no solamente significa un paso muy importante para fortalecer a los desocupados. Este Congreso debe votar la lucha contra la rebaja en la 2128 … por la apertura del empadronamiento en la 2128 sin discriminación … seguro mínimo de 500 pesos a todos los desocupados a partir de los 16 años … Libertad a Panario y a los compañeros presos y perseguidos, movilizados el 2 de octubre" (12).


 


El Congreso reunió a unos 200 delegados en representación de la Coordinadora de Desocupados de Neuquén, y de las comisiones de desocupados de Loncopué, El Huecú, Chos Malal, San Martín de los Andes, Cutral Co, Senillosa, Junín de los Andes, Plottier, Centenario y la Mesa Directiva de la Cta local. Es decir, una amplia representatividad. Fue un congreso ampliamente democrático y muy disputado. La Mesa de la Cta venía dando un giro: días antes, se había retirado de la Mesa que dirigía el comité de la 2128, presionada por las movilizaciones y pronunciamientos, y también porque el gobierno la obligaba a implementar la rebaja del subsidio, la discriminación en el reparto del mismo, etc. El anuncio de la Mesa de la Cta, de su retiro, fue recibido por el Congreso con un aplauso cerrado de todos los delegados, que mostraban así su rechazo al participacionismo sindical.


 


Pero la Cta planteó, como proyecto de resolución del Congreso, "exigir la desgravación impositiva, de créditos, etc., a las actividades que generen una efectiva contratación de nuevos puestos de trabajo". Se colocaba así al servicio de las patronales, no de los trabajadores desocupados. No figuraba en el borrador presentado por la Cta, el seguro a todos los desocupados, ni la exigencia de la libertad de Panario y Christiansen (que se había entregado a la justicia unos meses antes).


 


El Congreso, luego de un fuerte debate, aprobó reivindicar un seguro mínimo al desocupado de 500 pesos sin discriminaciones, para todo mayor de 16 años. Se exigió que la "contraprestación laboral" que plantea la 2128, incluyera cargas sociales, aguinaldo y vacaciones, y el pase a planta permanente de todos los beneficiarios que cumplen tareas tanto "en el Estado como en la actividad privada". Esto significaba, en la práctica, la liquidación de la 2128. Fue derrotado un sector minoritario del Congreso (el llamado POR lorista) que no "quería mejorar la 2128" y que hasta propuso derogarla, haciendo causa común con el gobierno sapagista. También se superó el planteo de la Cta, de bregar por "una justa reglamentación de la contraprestación".


 


Decenas de intervenciones plantearon la lucha por la libertad de Panario, lo que obligó a la Cta a declarar, en la segunda sesión del congreso, su acuerdo con esta consigna. Se votó la unidad de los trabajadores ocupados y desocupados, "rechazando los decretos de rebajas salariales a los compañeros docentes y estatales", y se planteó, contra los despidos masivos, el "reparto de las horas de trabajo sin disminuir el salario".


 


Finalmente, se votó una marcha provincial "contra el hambre y la desocupación" para el 21 de junio.


 


Prensa Obrera nº 496 (30/5/96) caracterizó que "el Congreso cerró la etapa de reflujo en el movimiento de los desocupados, que se inició con la represión del 2 de octubre del año pasado". ¡El 21 de junio estallaba el Cutralcazo!


 


Primera entregada de la lucha docente


 


Miles de trabajadores participaban en las marchas docentes. Los reclamos de "parar la provincia" dominaban las marchas. La incorporación de grandes columnas de estudiantes secundarios, impulsada por la flamante CES, evidenciaba la radicalización y el apoyo popular. Pero las medidas de lucha votadas por Aten eran espaciadas, y la directiva había anunciado en varias oportunidades su voluntad de "negociar"; es decir que no luchaba por la derogación de los decretos antisalariales. Tribuna Docente fue la única corriente que planteó, desde el inicio, que se vote un plan de lucha de paros crecientes hasta la huelga general. Esta posición fue creciendo en las Asambleas. En la última, la propuesta de un paro de 72 horas y luego la huelga general recibió más de 40 votos, contra 140 por un paro limitado de 48 horas, que impulsó la mayoría de la directiva de Capital. El Mst planteó la moción más derechista: discontinuar la lucha con dos semanas de asambleas y jornadas de esclarecimiento, "para luego retomar con más fuerza". Sacó 10 votos. La propuesta de la burocracia provincial de paro "sin fecha" obtuvo… 2 votos. En Centenario triunfó la propuesta de Tribuna Docente. Finalmente, la directiva provincial decidió una "tregua" para entrevistarse con Sapag, lo que éste consideró "una buena señal". Terminó entregando el conflicto por una restitución ultramínima de los descuentos salariales, en contra de las aspiraciones de la base. Las directivas de Aten (Capital y provincial) mostraron la hilacha de lo que harían, en mayor escala, frente a la gran huelga docente del 97 y el segundo Cutralcazo. Ante las puertas del primer Cutralcazo fue entregada la lucha docente. Pero una vanguardia desarrollará una experiencia y se reagrupará. En las elecciones que se realizaron a principios de diciembre, en Aten Capital, la Rosa, que había ganado dos años antes con casi el 60% de los votos, retuvo la dirección, pero con sólo el 32%, mientras que la Blanca sacó el 30% y la Marrón, reagrupamiento clasista que rompió con la Rosa por sus traiciones ante la lucha de los desocupados, alcanzó el 10% de los votos.


 


El crecimiento de las tendencias clasistas


 


La cuestión de los desocupados fue una divisoria de aguas en la lucha de clases neuquina. El inicio de un nuevo ascenso de las luchas docentes y estatales reforzó el desarrollo de las tendencias clasistas.


 


En noviembre del 95 triunfo la Lista Naranja en las elecciones de Adunc. Desplazó a Luis Tiscornia, principal dirigente del Ptp local, que había asumido en 1991 la secretaría general de la mano del menemismo (Tiscornia fue candidato a diputado nacional por el menemismo). En el 93, aunque ya antimenemista, fue reelegido con los votos oficialistas, manteniendo un acuerdo con el menemismo en la universidad. Un ejemplo de ello fue la Asamblea Universitaria, que reeligió rector de la universidad al menemista Bohoslavsky. Los sectores de la lista del Ptp votaron, en cada asentamiento, a favor de los consejeros que, a su vez, votaron a Bohoslavsky, mientras que Tiscornia se… abstuvo. Como minoría, la Naranja libró un importante combate contra la Ley Universitaria menemista (Asambleas de la Resistencia, etc.), que impidieron la reducción presupuestaria, el despido de docentes, etc. Por denunciar el "Censo Estudiantil" y llamar a boicotear el mismo, Silvia Mansilla, de la Naranja, fue querellada penalmente por el rector menemista. Un hito determinante fue la toma de la Universidad, en el marco de la lucha nacional contra la ley universitaria. En Neuquén la toma fue en serio. Tiscornia y el enviado especial de la FUA, Slonimsky, miembro del CEPA (corriente universitaria del Ptp), desviaron el objetivo de la toma la lucha por la derogación de la ley universitaria detrás de que el Consejo bohoslavskysta "se pronunciara" por el rechazo a la ley.


 


Pero el punto más importante fue la actitud asumida frente a la represión a los desocupados. Mientras Tiscornia se desmarcaba públicamente de "los acontecimientos acaecidos el 2 de octubre", la Naranja puso a Adunc a disposición de los luchadores perseguidos. El 24 de noviembre triunfó la Naranja en todos los asentamientos de la universidad del Comahue, evidenciando el giro que se está produciendo entre los explotados de la zona.


 


Los secundarios también se ponían de pie. La juventud fue un puntal en la lucha de los desocupados. Cuando comenzaron las movilizaciones docentes, lentamente se iban integrando columnas de estudiantes secundarios a las marchas. El 22 de marzo, más de 100 estudiantes de 18 colegios decidieronconformar la CES, "en función de la problemática de la provincia y, fundamentalmente, por el tema del conflicto docente". Así lo afirmaba Sergio Carozo, uno de los impulsores, en un reportaje (13). Se enfrentaron a una serie de sectas (particularmente, el Mus del Ptp) que querían conformar un organismo burocrático, alejado de la participación directa y la movilización de los chicos. El gobierno pretendió romper este principio de organización y lanzó una serie de provocaciones contra activistas estudiantiles. Pero esto, en lugar de hacer retroceder al movimiento, lo galvanizó. Masivas marchas de repudio culminaron con una gran marcha de más de 1.500 estudiantes, que fue recibida por el ministro de gobierno provincial, a quien se le dejó un petitorio con las reivindicaciones del estudiantado. La Coordinadora se pronunció de entrada por la libertad de Panario y el apoyo a la lucha de los docentes y desocupados. La juventud será un aporte importante. Entre los futuros piqueteros de Cutral Co, y en todas las movilizaciones que se desarrollarán, los jóvenes de los barrios y los colegios ocuparon un papel de primer orden.


 


II El Cutralcazo


 


El 21 de junio, la ruta 22 fue cortada por los piqueteros de Cutral Co y Plaza Huincul. Precedida por movilizaciones de los desocupados y numerosos reclamos, la gota que rebalsó el vaso fue el anuncio de Sapag de que se derogaba el acuerdo con la Agrium canadiense para establecer una planta de fertilizantes. Sapag negaba el seguro a los desocupados en nombre de conseguir nuevas fuentes de trabajo. Pero ahora se les cerraba esta pequeña posibilidad.


 


Tenía como antecedente directo la Asamblea Popular de 500 compañeros realizada semanas antes, y a la que el gobierno había hecho oídos sordos. Ahora, la Asamblea contaba con la presencia de más de ¡5.000 vecinos!


 


Justo se dio el 21, día fijado para la movilización por el Congreso Provincial de los desocupados. A pesar de la escasa propaganda, se reunieron frente al monumento a San Martín más de 300 desocupados, provenientes de los barrios de la Capital, de Centenario, Plottier, Senillosa y San Martín de los Andes. Colectivos que venían de Zapala, Loncopué y El Huecú se sumaron al corte de Cutral Co.


 


Los hechos son de sobra conocidos. El pueblo, en las barricadas, rechazó la carga de la gendarmería y obligó a Sapag a bajar a negociar hasta las barricadas mismas, luego de que éste hubiera desahuciado públicamente al movimiento. Los piqueteros obligaron a Sapag a dar importantes concesiones: se reconectó la luz y el gas a los desocupados, se otorgaron centenares de subsidios a desempleados (en muchos casos, se devolvieron los 50 pesos que se habían descontado de la 2128), se aprobó la realización de urgentes obras públicas (hospital, etc.) y se estableció el compromiso de que el importante yacimiento de gas de El Mangrullo fuese explotado por el Estado, quedando su producido para las dos ciudades. También se impuso que no se aplicaría ningún tipo de persecución penal a los protagonistas de la pueblada, lo cual era un verdadero triunfo democrático, luego de los procesos en marcha contra Panario y Christiansen.


 


En la semana que los piqueteros controlaron la ruta y las ciudades, hicieron una revolución: impusieron su orden contra los intendentes y la policía; implantaron la Asamblea Popular, es decir, el principio de la soberanía directa del pueblo, y abrieron un camino para todos los explotados de Neuquén y del país. El Cutralcazo fue un factor activo en la caída de Cavallo un par de meses después. Agotado el régimen, la insurgencia de las masas planteaba la necesidad de un cambio tanto a nivel nacional como provincial.


 


Las consecuencias del Cutralcazo


 


Para rechazar a la gendarmería se decretó un paro y se marchó a ocupar los puentes que unen a Neuquén con Cipolletti. El Cutralcazo no fue un hecho aislado.


 


El triunfo de la pueblada despertó la conciencia y movilización de los explotados de toda la provincia. En Chos Malal, Senillosa, Plottier, se salió a reivindicar iguales derechos a los obtenidos por Cutral Co y Plaza Huincul.


 


La dirección de la Cta, en lugar de impulsar la realización de Asambleas Populares en todos los pueblos, y un Congreso Provincial de dichas asambleas, presentó ante la Legislatura un proyecto "para la creación de un Consejo Económico y Social … destinado a analizar y buscar salidas consensuadas a la situación de crisis que atraviesa la provincia" (14), que estaría integrado por el gobierno, los gremios y las organizaciones empresarias. Asustada por la belicosidad de los desocupados y los trabajadores, la Cta quería consensuar en un organismo corporativo con las patronales y su Estado. Pero el bien común es entendido de distinta manera, según la clase desde la que se lo mire. "Las reivindicaciones no se consensuan, se arrancan. Por eso, hace falta la lucha" (15).


 


Inmediatamente después de levantado el corte, el movimiento de los piqueteros comenzó a ser expropiado. En un reportaje publicado en las páginas del Prensa Obrera nº 502 (11/7/96), un piquetero de base se quejaba: "el problema ahora es que no tenemos informes de la comisión de 17 piqueteros designada … el temor es que usen a los 17 como amortiguadores. Por eso entre los compañeros se está planteando que hay que convocar a una nueva Asamblea Popular, para que se informe qué es lo que se está negociando y cuáles son los resultados. Los compañeros designados tienen que sentir la presión y saber que o pelean por los puntos que fueron mandatados o se elige a otros".


 


Con la provincia en estado de virtual rebelión, Sapag dio un conjunto de concesiones para frenar la rebeldía en desarrollo en los municipios. Pero como editorializó el diario Río Negro (21/7): "nada que se haga en este plano alcanzará, porque tan pronto se entrega un subsidio acá, se levanta otra población allá".


 


Un giro impuesto por la crisis


 


La profundidad de la crisis y la fenomenal movilización de los explotados llevó a Sapag a adoptar un conjunto de medidas preventivas del estallido de nuevas rebeliones.


 


A través del decreto 1840 declaró "la emergencia ocupacional", para "hacer respetar a rajatabla las 8 horas de jornada laboral" (declaraciones del ministro de gobierno, 26/7/96). Era un límite que se les imponía a las patronales petroleras, de la construcción y de los supermercados, donde es habitual la jornada de 10 a 12 horas. Estas a veces pagan las horas extras, pero la mayoría abona algún "incentivo a la productividad", o directamente pagan en negro. Con esta medida se pretendía obligar a una mayor contratación de mano de obra.


 


Sapag también anunció una ampliación de la recaudación impositiva sobre las grandes empresas que explotan los hidrocarburos en la provincia. Pretendía elevar la alícuota que tributan por Ingresos Brutos. Aplicó una tasa al gas que se ventea (se tira al aire), lo que evidencia que los privatizadores no han cumplido con una serie de obras. Y propuso un control más efectivo de los volúmenes extraídos para verificar el correcto pago de las regalías. Porque en la actualidad, son las mismas empresas las que declaran cuánto volumen extraen, falseando las cifras y pagando menos regalías que las que legalmente corresponde.


 


Amenazó con aplicar impuestos a las tierras improductivas.


 


La reacción del gran capital


 


Estas medidas (o propuestas de medidas) fueron resistidas por el gran capital. Se oponían a la limitación del horario de explotación de sus trabajadores. Porque si bien Sapag proponía la reducción de la jornada a 8 horas con su correspondiente reducción salarial, las patronales no querían perder su derecho a defender la jornada laboral flexible, de acuerdo a sus necesidades de producción. Las grandes cámaras patronales realizaron un simposio semiclandestino (no publicitado) en Neuquén y decidieron resistir. Aunque el decreto de Sapag no hacía otra cosa que "aplicar la jornada de trabajo establecida en la ley 11544, la que regirá en la provincia … teniendo presente lo dispuesto en el art. 4º, último párrafo de la mencionada normativa nacional que dispone: para acordar estas autorizaciones (de trabajo suplementario) se tendrá en cuenta el grado de desocupación existente". Hay que tener en cuenta que la ley 11544 se sancionó en 1929, en medio de la crisis mundial.


 


En un paper repartido por abogados a sueldo entre los grandes capitalistas, se reconocía que "en los hechos, el trabajo suplementario fue realizado sin que los empleadores solicitaran la correspondiente autorización administrativa previa. Esa práctica generalizada y la falta de imposición de sanciones por parte de la autoridad de aplicación, hicieron que la exigencia legal quedara prácticamente olvidada y sin aplicación. De todos modos, es necesario recordar que la exigencia legal está plenamente vigente". Los abogados patronales plantearon que el decreto sapagista se contraponía a las tendencias menemistas nacionales a la flexibilización laboral. E idearon como estrategia que las empresas que tuvieran domicilio en la Capital prepararan "una acción meramente declarativa ante la Corte Suprema de Justicia", cuyo propósito sería "obtener una sentencia que declare la inconstitucionalidad de la norma cuestionada".


 


Los otros problemas también fueron cuestionados por los barones del petróleo. Han saboteado (y no es la primera vez) las licitaciones para contratar sistemas de medición de los hidrocarburos extraídos (sobre los cuales deben pagar regalías). Y rechazaron los intentos de aplicar una "tasa ambiental" al gas que se ventea y desperdicia por falta de inversiones.


 


Girando en el vacío


 


Sapag tiene que gobernar bajo la presión de los monopolios nativos y extranjeros más poderosos que operan en el país, por un lado, y de las masas trabajadoras más belicosas de la vida nacional, por el otro.


 


Frente a la incomprensión de los poderosos y aprovechando la tendencia de la burocracia centroizquierdista a un acuerdo social, el viejo mandatario antiobrero volvió a enfrentar a los desocupados. "Ni los 100 que prometí ni ningún subsidio" (16), fue la respuesta de Sapag a los desocupados que habían ocupado la intendencia de Chos Malal, demostrando que es un demagogo mentiroso. Igual respuesta les dio a los desocupados de El Huecú. En Plottier, el intendente, en un acto con la presencia de Sapag, rechazó los reclamos de la comisión de desocupados y acusó a Norberto Calducci, dirigente del PO neuquino, de agitador social, y dijo haberlo denunciado al Ministerio del Interior.


 


Luego del Cutralcazo, asustado por la envergadura de la acción de las masas, Sapag amagó con tomar algunas medidas que podían lesionar los intereses de los monopolios, para intentar algún equilibrio y evitar ir en flecha hacia un estallido generalizado en la provincia. Pero la oposición del gran capital lo llevó de vuelta a su posición inicial. Incluso, la donación de los yacimientos de gas de El Mangrullo para las comunas de Cutral Co y Plaza Huincul quedó bloqueada en la legislatura. Sapag, interesado en llegar a un acuerdo con Pérez Companc, empezó a maniobrar para conformar una empresa mixta con participación minoritaria del Estado.


 


Sapag pensaba enfrentar la situación social con una "red de contención" al estilo de las manzaneras de Duhalde, usando a la militancia del Mpn y a punteros a sueldo, distribuyendo bolsones de comida, etc.


 


El camino de la acción directa


 


El triunfo de Cutral Co, factor importante del ascenso obrero nacional, que cobró impulso con la caída de Cavallo y los paros nacionales de agosto-setiembre del 96, tienen su correlato en una intensa movilización de los explotados de la provincia, y en una creciente división de la burguesía neuquina.


 


La CES organizó su Primer Congreso provincial, con delegaciones de numerosas ciudades de Neuquén y Río Negro. Consolidó su liderazgo y votó un programa de lucha por las reivindicaciones estudiantiles y junto a los explotados de la provincia.


 


Los docentes y estudiantes universitarios declararon el boicot a la Asamblea Universitaria, que iba a adecuar los estatutos de la universidad del Comahue a la ley menemista. Se formaron masivos piquetes, asambleas, marchas y concentraciones, que lograron impedir que se reúniera dicha Asamblea.


 


Desde Senillosa, el 10% de la población activa se movilizó sobre Neuquén y le impuso a Sapag un triunfo popular: lo obligó a renunciar a disminuir el salario de los municipales, se obtuvieron subsidios por gas y luz para desocupados, etc.


 


Esto incentivó el reinicio de la movilización de estatales y docentes, porque vencía a fin de año el decreto de reducción salarial. Luego de masivos paros, marchas y ocupaciones de la Legislatura, se pasa a archivo la ley sapagista, que pretendía institucionalizar los descuentos salariales. "Si no aflojan ya, la provincia les vamos a parar", o la consigna de las movilizaciones, que presionó y obligó a los diputados opositores a rechazar la ley antisalarial. Estos opositores (Blancos sobischistas del Mpn, Ucr, Frepaso) son los mismos que, semanas antes, habían votado el presupuesto que legalizaba los descuentos salariales del 96. Esto constituyó una derrota política importante para Sapag.


 


En Las Lajas, cerca de la cordillera, los vecinos cortan la ruta a lo Cutral Co, para impedir el traslado de un cuartel que da trabajo a unas 1.200 personas. Los aparatos de contención tradicionales burocracias sindicales, partidos, Iglesia se encuentran en bancarrota. No cumplían su rol amortiguador. Los explotados se verían obligados a marchar a la acción directa, a chocar en forma abierta con el Estado, para reclamar por sus reivindicaciones.


 


La división burguesa volvió a manifestarse en el juicio a Panario y Christiansen en noviembre del 96. El ex ministro de gobierno de Sobisch, Luis Sapag, declaró en el juicio y con un año de demora que no había habido delito de ningún tipo en la manifestación del 2 de octubre del 95. Pero fue él quien había armado los operativos represivos contra los desocupados en aquella oportunidad. Para este giro, obraron dos factores: a) el crecimiento de la conciencia y movilización democrática. Unos días antes se realizó un acto con más de 500 asistentes y con la adhesión formal de todas las centrales sindicales, organismos de derechos humanos, etc. (todos aquellos que en 1995 habían salido a acusar a los desocupados y a defender la "democracia" del Mpn); la situación era insostenible para una condena; b) la lucha entre la camarilla blanca (Sobisch) y la amarilla (Sapag) del Mpn, que llevó a los primeros a desairar al gobernador, que había pedido, días antes, las máximas penas contra los acusados.


 


La libertad decretada por el tribunal constituyó una victoria extraordinaria.


 


III La Huelga General docente y el segundo Cutralcazo


 


La Cámara Contratista de la Construcción había apoyado abiertamente el proyecto de ley sapagista de reducción de salarios, con el argumento de que "no haya sectores privilegiados". Lo que estaba en juego era en qué se volcaban 65 millones de pesos del presupuesto provincial: si en subsidios para la patria contratista y los banqueros, o en salarios para los trabajadores.


 


A pesar de que la legislatura presionada por la movilización de los trabajadores terminó rechazando la ley antisalarial, los estatales y docentes cobraron a fines de enero igualmente con descuento. Sapag prorrogó el presupuesto 1996 y alegó no contar con fondos para restituir los descuentos.


 


Encima, puso en marcha por decreto una serie de medidas acordes con la Ley Federal de Educación del menemismo, que significaban el cierre de talleres, fusiones de grados, etc., dejando a centenares de docentes en la calle.


 


Al inicio del ciclo lectivo se realizó, en Aten Capital, una masiva asamblea con la asistencia de 1.000 docentes. Una inmensa mayoría reclamaba que se votara una lucha consecuente: la huelga general por tiempo indeterminado. Liliana Obregón, la secretaria general, que venía vacilando sobre la actitud a adoptar, se adaptó al clima beligerante. Se hizo una "autocrítica" sobre la debilidad de la lucha del año pasado y prometió "no repetir la misma historia". Por amplísima mayoría se votó el paro por tiempo indeterminado. La excepción fue un dirigente del Mst, integrante de la directiva docente, que con una serie de argumentos extorsivos y dilatorios (descuentos, etc.), mocionó contra el paro por tiempo indeterminado y a favor de un paro de 72 horas. Quedó totalmente aislado. San Martín de los Andes también votó el paro general. En Centenario, donde se había votado una medida similar, la directiva convocó a nueva asamblea y, en acuerdo con el Mst, logró cambiar por un paro de 72 horas, ganando por sólo ¡4 votos! 


 


Aun así, la directiva provincial Azul Celeste, en el plenario provincial, tuvo que votar la original medida de un paro por 15 días. Indicaba el temor de los dirigentes de la Cta de marchar a la huelga general. Alentaba a Sapag a esperar un camino de negociación, como el que le había permitido zafar el año pasado.


 


La necesidad de la huelga general y el rol de la Cta


 


La huelga docente se desarrolló rodeada por la solidaridad popular. Se constituyeron Coordinadoras de Padres, que fueron importantes para enfrentar la "red de contención social" de los punteros rentados del Mpn en las barriadas. La CES secundaria convocó al paro y al boicot a los pocos profesores carneros. Las marchas de apoyo se fueron nutriendo crecientemente. Los docentes de Río Negro también estaban de paro general y había una tendencia a la confluencia.


 


En Rincón de los Sauces, las familias de los petroleros cortaron las rutas en una pueblada a lo Cutral Co, contra la depredación ecológica de las petroleras que envenenaban el agua.


 


Los trabajadores de la cooperativa eléctrica se movilizaron contra el anuncio de su expropiación-privatización.


 


Y lo fundamental, los trabajadores estatales también estaban perjudicados por los descuentos salariales.


 


Pero la Cta evitaba cuidadosamente unificar todas estas luchas en una huelga general provincial y regional. De vez en cuando, obligada por la presión, lanzaba un paro aislado de 24 horas, pero bloqueaba todo intento de deliberar en común y marchar hacia la huelga general.


 


El rol de las multisectoriales


 


La Cta, en lugar de buscar la coordinación y centralización de los sectores en lucha, convocando, por ejemplo, a un congreso regional con representantes de los pueblos en lucha, buscó la formación de multisectoriales con los partidos patronales, las cámaras empresarias, la Iglesia y las fuerzas vivas. El rol de estas multisectoriales era tratar de mediar entre el gobierno y los huelguistas. Se proponía limar la fuerza de la huelga en favor del diálogo.


 


Denunciando este objetivo de las multisectoriales, "El PO reclamará en sus reuniones una adhesión incondicional a la lucha de los docentes y otros sectores de los explotados, y el llamamiento a la huelga general a nivel provincial" (17); nuestro Partido intervino en las multisectoriales, logrando abortar las maniobras derrotistas.


 


La Cta se dedicó entonces a alentar reuniones con los políticos opositores, quienes planteaban "su compromiso" de hacer votar una ley en la legislatura, restituyendo los descuentos salariales… si se levantaba la huelga.


 


Sobre esta "base", las directivas de Aten y de la Cta comenzaron a hacer una campaña para señalar que el problema central eran los decretos del 2 de enero, que ponían en marcha la reforma educativa, reclamando la reincorporación de los cesantes y la reapertura de los talleres.


 


El papel de la curia


 


"Hay que defender cotidianamente la democracia sin esperar al día anterior a la revolución…", decía la declaración del Episcopado de la Iglesia Católica Argentina. Sobre la base de esta orientación nacional intervino la Iglesia en la huelga neuquina. Al principio se sumó a las movilizaciones, porque los ataques de Sapag afectaban también a los talleres que la Iglesia maneja en muchas barriadas. Pero cuando Sapag insinuó retrotraer estas medidas, devolviendo subsidios a la escuela pública de "gestión privada", el obispo Radrizzani salió a mediar: "le pedía al gremio docente el inmediato levantamiento de las medidas de fuerza y la recuperación de las actividades pedagógicas. En tanto, le solicitaba al gobierno que derogue el decreto 525, las resoluciones del Consejo de Educación, el no descuento de los días del paro y… discutir el aspecto salarial en la legislatura". Los trabajadores debían levantar su lucha, pero el salario sería discutido por la Legislatura ¿Era esto igualitario?


 


Cuando la lucha llegó a picos decisorios como en la toma de los puentes, la curia se jugó al máximo para desmovilizar e impedir la resistencia popular. Karlic, el presidente del Episcopado, definió que "tenemos que llevar adelante la transformación educativa como una política de Estado" (18).


 


La Ctera tomó nota de esta orientación de la curia. Aunque nacionalmente se vio obligada a acompañar con medidas solidarias aisladas las gigantescas luchas de Río Negro y Neuquén, se negó a organizar un plan de lucha nacional continuado hacia la huelga general. En su lugar metió la "carpa" frente al Congreso, para hacer lobby en alianza con la Ucr y el Frepaso por una ley de financiamiento educativo (¿para mejor financiar la ley educativa menemista?).


 


El pueblo toma los puentes "La calle no se deja hasta ver la solución"


 


El lunes 24 de marzo, un paro general provincial apoyó la marcha de más de 10.000 docentes, estudiantes, padres y vecinos, que culminó con la ocupación de los puentes que separan Río Negro de Neuquén. Se paralizó por completo a la provincia, creando un vacío de poder. Se repetía lo de Cutral Co, pero ahora en la Capital y diversas ciudades del interior (Centenario, etc.). La toma de los puentes pasó de simbólica, como pretendían las directivas de Aten y la Cta, a permanente, impuesta por la presión del activismo y las masas, que se volcaban en apoyo a las barricadas. El gobierno estaba contra la pared, la huelga general se extendía casi automáticamente. Sapag mandó llamar a la gendarmería de Menem. O capitulaba frente a los reclamos o se marchaba a una pueblada en la Capital de Neuquén. La burguesía estaba muy nerviosa. El bloque legislativo de la Ucr sacó una declaración (26/3) planteando "que es imperiosa la restauración de la paz social", y denunciando "que las medidas de acción directa instrumentadas por los trabajadores de la educación, consistentes en el corte de puentes de acceso y rutas nacionales, obliga a la participación del Gobierno Federal, quien debe velar por el cumplimiento de la Constitución y las Leyes, adoptando medidas incluso drásticas", en lo que era un llamado al desalojo con la gendarmería. Luego proponía "una mesa de concertación", en la que los docentes debían "suspender las medidas de acción directa" y el gobierno provincial "la suspensión de los decretos … que han iniciado esta situación". Las direcciones de Aten y la Cta se movilizaron temerosas de las consecuencias políticas de esta ocupación, tratando de llegar a un "acuerdo", el que se concretó en la noche del martes 25. Según el diario Río Negro (27/3), "Sapag y Figueroa creyeron que la paz volvía al hogar". El primero se comprometía a "abrir una mesa de negociación a partir del lunes, a cambio de un levantamiento inmediato de los cortes de ruta y puentes… María Eugenia Figueroa pareció confiada en que el plenario de Aten aceptaría la propuesta gubernamental. La ilusión de un acuerdo comenzó a deshacerse antes de llegar al puente, donde la propuesta fue recibida con el rechazo de un cántico que decía la calle no se deja hasta ver la solución…".


 


"Diversos grupos de delegados y activistas nos concentramos frente al colectivo donde sesionaba el plenario provincial de Aten presionando contra el levantamiento de la ocupación y la huelga", nos cuenta Silvia Cochet, dirigente de Tribuna Docente y de la Lista Marrón. La directiva tuvo que ceder.


 


Mientras los puentes siguieran ocupados, sería difícil lograr imponer un "acuerdo" que no diera satisfacción a los reclamos de la huelga. El pueblo apoyaba la lucha. Entonces se montó un amplio operativo político para lograr el desalojo de los puentes. Dirigentes de Aten se esmeraron en plantear que la ocupación era simbólica y que no se iba a resistir en caso de intervención policial para desalojarlo. Esta declaración pública era en sí misma una incitación al desalojo policial, toda vez que se daba garantías de que no habría reacción de los ocupantes. "No resistir", "pacífico", eran las consignas que se lanzaban mientras los gendarmes se aprestaban. Los diputados opositores del Mpn blanco y del Frepaso fueron a las barricadas para "colaborar en la organización … Y sobre todo pusieron énfasis en no responder con violencia" (19). El obispo Radrizzani también jugó el mismo papel apaciguador de la resistencia. Es interesante el diálogo que mantuvo con la jueza minutos antes del desalojo y que reprodujo el Río Negro: "Ellos (por los manifestantes) no quieren actuar con violencia", dijo el obispo. La jueza le respondió: "Eso ya me lo había dicho el diputado Forni que no va a haber violencia por parte de ellos, tampoco habrá violencia por la nuestra".


 


La gendarmería avanzó segura de que no iba a encontrar resistencia, como en Cutral Co meses antes.


 


Igual tuvo que echar gases para desalojar. Sectores activistas querían resistir. Un grupo de docentes de la lejana Las Lajas, reporteado por el PO (24/4), declaró: "viajamos un grupo importante, dispuestos a quedarnos y enfrentar a la gendarmería. Fuimos todo el tiempo al frente y creemos que el puente no había que entregarlo. Allí comenzamos a ver que la conducción gremial no se estaba jugando a fondo". Los jóvenes del barrio Sapere (vecinos del puente) estuvieron hostigando por horas a los gendarmes con piedrazos.


 


Desocupados los puentes en la madrugada del jueves 27, por un instante Sapag respiró aliviado. Creía que la crisis se había superado, que los docentes se dispersarían y que el desaliento se impondría.


 


Pero al abandonar los puentes, el activismo se esforzó porque se realizaran asambleas y se marchara sobre la casa de gobierno. A la tarde se reunió la asamblea más masiva que se recuerde en la historia de Aten (1.800 docentes), la que ratificó el paro por tiempo indeterminado. En toda la provincia (y en el país) crecía la bronca, fomentada por las imágenes de los gendarmes desalojando y gaseando a los maestros en los puentes. La Ctera tuvo que convocar a un paro nacional para el lunes 31. ¡Ese día marcharon 20.000! Sapag estaba aislado y derrotado políticamente. Las campañas lanzadas por los medios de difusión, acusando a "cuatro locos zurdos", fueron respondidas por "cientos de compañeros, padres y gran número de estudiantes secundarios (que) cantaban Felipe, no seas gil, esos pocos de mierda, ya somos 20 mil…" (20).


 


Con esta manifestación de fondo, los dirigentes de Ctera, Aten y la Cta entraron a negociar con el gobierno. "Con aire triunfal Figueroa y Obregón salieron de la Gobernación y dijeron por los altoparlantes que el gobierno flexibilizó su postura ante la fuerza de nuestra lucha. Con el acta acuerdo en la mano volveremos a las asambleas para responder esta nueva propuesta, pero ya hemos conseguido gran parte de nuestro reclamo…" (21). La directiva de Aten llamó a desconcentrar para discutir en las asambleas del día siguiente en cada localidad. Pero la reacción fue casi unánime: la manifestación no se disolvía hasta conocer los términos del "acuerdo". Sapag proponía "revisar" las medidas que ponían en marcha la ley federal de educación en la provincia; pagar la mitad de los días de huelga (el resto a negociar) y que los descuentos salariales fueran discutidos por la legislatura. Numerosos sectores reclamaron el "programa del puente": pago integral de los días de huelga; recuperación de los descuentos salariales y derogación de todas las reformas antieducativas. "Que Sapag firme todo, nada de pasarle la pelota a la Legislatura". Hasta la 1 de la mañana, miles se quedaron frente a la Gobernación para controlar que no fueran traicionados.


 


La Cta no pudo hacer pasar este acuerdo.


 


Sapag respondió llamando a que los padres se organizaron para "irrumpir" en los colegios y obligar a los docentes a dar clases. Quiso volcar a los militantes del Mpn y a sectores de los desocupados de la 2128, organizados por sus punteros manzaneros a la tarea fascista de chocar con los huelguistas. Pero no pudo mover a nadie.


 


Aten tuvo que convocar a una nueva jornada de movilización, para el miércoles 9, pero en cada localidad, "marchando sobre las rutas". Se venía el


 


Cutralcazo II


 


En Cutral Co y Plaza Huincul, el pueblo salió a la calle al llamado de Aten. Sólo que los desocupados y la juventud de estas ciudades no hicieron una pueblada simbólica, como pretendía la directiva de la Cta, sino que constituyeron barricadas y bloquearon las rutas.


 


La gendarmería los desalojó recién en la madrugada del sábado, pero al perseguirlos dentro de la ciudad, provocó una rebelión de todo el pueblo trabajador. Más de 15.000 personas se enfrentaron a los gendarmes y a la policía provincial, haciéndolos huir. Sobre el pavimento quedó el cadáver de María Teresa Rodríguez y decenas de heridos. El pueblo de Cutral Co quedó dueño de la ciudad y la ruta. Se volvieron a instaurar las barricadas y se formó una Asamblea Popular, que se transformó en el gobierno real de la zona.


 


…Y la capitulación de Aten y de la Cta


 


Ante esta insurrección popular, la directiva de Aten le dio la espalda. "El corte no tenía apoyo gremial en Neuquén", afirmaba Río Negro (12/4), refiriéndose a la actitud asumida por las direcciones sindicales. Porque en la base el apoyo era total. En el centro de Neuquén se cortó la avenida Oloscoaga, con la presencia activa de estudiantes secundarios, padres y docentes, y a pesar del boicot de la dirección burocrática, que acompañó las críticas macartistas de Sapag. La Figueroa salió a decir que los fogoneros de Cutral Co estaban "al margen de los maestros y los padres de los alumnos, no pertenecen a nuestra organización, ni a ninguna otra organización reconocida" (22).


 


En la noche del sábado el mismo día en que Cutral Co hizo huir a la gendarmería y que caía Teresa Rodríguez, y mientras 15.000 personas se manifestaban ante la Casa de Gobierno, la directiva de Aten se entrevistó con Sapag y elaboró un "acta" para "solucionar el conflicto". Cuando informan a la muchedumbre el contenido del acta, los directivos fueron silbados y abucheados al grito de "traidores" por importantes sectores. La gente no llegó a escuchar los términos del acta, el repudio respondía a que los dirigentes de Aten se habían sentado a negociar mientras había heridos, detenidos y lucha contra la gendarmería.


 


A partir de allí, las directivas de Aten Capital y Provincial trabajaron activamente para levantar cuanto antes la huelga general. Violentaron las normas de la democracia sindical, y encabezaron a los carneros para forzar esta decisión. Ya sin pudor, los dirigentes burocráticos querían beber hasta la última gota el trago de la entrega del conflicto. La que se destacó sobremanera fue la directiva de Aten Capital. Liliana Obregón volvía a repetir las infamias antiobreras que había volcado contra los desocupados en octubre del 95. Refiriéndose a los fogoneros planteó: "no estamos ante una pueblada, sino ante la acción de un puñado de marginales fuera de control". Se opuso a levantar el reclamo de "Fuera la gendarmería de Cutral Co" porque era "irreal".


 


Dejaba solos a los insurrectos de Cutral Co y, además, entregaba las reivindicaciones centrales recuperación de los descuentos salariales, derogación de los decretos antieducativos, pago del 100% de los días caídos que animaron la huelga durante 37 días. La recuperación salarial quedaba en manos de la legislatura, sólo se pagaba el 50% de los días caídos y los decretos antieducativos eran imprecisamente rectificados, pero no derogados. Tribuna Docente sacó de inmediato una declaración pública denunciando los términos capituladores del acta (ver apéndice al final).


 


Nuevamente, cuando Sapag estaba groggy, las burocracias de la Cta y Aten le tiraron la esponja para salvarlo. Los burócratas centroizquierdistas y seudoizquierdistas se asustaron de la reacción popular y de sus consecuencias. Afirmaron que aceptaban el acta "en defensa de las instituciones democráticas". Liliana Obregón declaró "que los sindicatos no desean la intervención federal de la provincia" y "que en ningún momento los reclamos de los trabajadores de la educación estuvieron destinados a poner en tela de juicio la gobernabilidad de la provincia" (13/4). Colocaban la defensa de las instituciones estatales por encima de la lucha de clases de los trabajadores, que eran sacrificados en el altar de la democracia.


 


El ministro del interior, Corach, se encargó de señalar que "no existen condiciones para una intervención federal y los problemas de Neuquén los tiene que resolver Neuquén, bien que con más gendarmes si hacen falta" (ídem).


 


La huelga docente más combativa de la historia nacional había sido entregada. Desde el comienzo se planteó como un conflicto político contra el Estado provincial. Estuvo a punto de hacerle morder el polvo al sapagismo, pero la dirección centroizquierdista se asustó de cuán lejos había sido llevada y se empeñó a fondo en desviar la lucha de las masas y salvar el "orden".


 


A los fogoneros se les birló la victoria


 


Los fogoneros obligaron al Estado a recular. Pero a ellos se les birló la victoria. Recibieron una cantidad de subsidios al desocupado y algunos puestos de trabajo transitorios que sirven de paliativo coyuntural a la miseria existente, pero las reivindicaciones centrales (el "fondo de reparación histórica", el aumento y cobro directo de las regalías, etc.) quedaron desdibujadas. Incluso, la cesión del yacimiento de gas de El Mangrullo (planteada desde el primer Cutralcazo) se ha convertido en una transferencia a los cuestionados Concejos Deliberantes, sustrayéndoselo de todo control popular. La Comisión que negoció con el gobierno fue "llevada" a jugar un rol protagónico, desmontando la existencia de la Asamblea Popular que dirigió la pueblada. Las fuerzas vivas (diputados, concejales, empresarios) coparon la comisión, encargada de que se cumplan los acuerdos comprometidos con el Poder Ejecutivo.


 


Muchos fogoneros se sienten avasallados y es evidente que, en poco tiempo, si no cambia la situación, habrá nuevos estallidos populares en la zona.


 


IV Para salvar a los trabajadores y a la Provincia, hay que golpear al gran capital


 


Las huelgas, puebladas, manifestaciones y luchas que recorren Neuquén de un extremo al otro, son manifestaciones de la rebelión contra la explotación y depredación de los pulpos, que se llevan la principal riqueza provincial: el gas y el petróleo.


 


Desde que el gobierno menemista privatizó YPF y "desreguló" al capital privado la explotación de los hidrocarburos, la producción se ha multiplicado varias veces. De Neuquén sale el 40% del petróleo y el 75% del gas. En 1986, Neuquén aportaba 3.600.000 metros cúbicos y "actualmente es la mayor productora con 16 millones" (23). Las ganancias de los pulpos petroleros también se han optimizado, pero sobre la base de que están usando a fondo las reservas exploradas con el dinero de la YPF estatal. Por eso, los monopolios han puesto el grito en el cielo cuando un proyecto de ley de hidrocarburos (que se está por aprobar en el Senado) autorizaba al Estado a fijar una "reserva estratégica". Los monopolios no invierten en la exploración y detección de reservas, la parte más costosa del negocio. En pocos años de privatización, éstas han caído ¡de 30 a 7,5 años! Es una depredación salvaje de un recurso no renovable. The Wall Street Journal ha señalado que "YPF necesita fortalecer sus inversiones, especialmente en el área de exploración", porque "sus campos de petróleo y gas en la Argentina muestran señales de agotamiento".


 


Esto va acompañado de mínimas inversiones en las obras de infraestructura, lo que ha llevado a desastres ecológicos de primera magnitud por usar materiales baratos (caños plásticos en lugar de caños de acero, etc.). Y esto no le ocurre sólo a YPF en Rincón de los Sauces, sino a Total en la reserva de la comunidad mapuche Painemil, a Pluspetrol en las chacras de Plottier, a Bridas en Plaza Huincul.


 


Los trabajadores son superexplotados: son comunes las jornadas de 12 horas diarias, 14 días corridos por un salario de 1.100 pesos mensuales. La gran mayoría trabaja en negro. Según el Río Negro (30/1), sobre 6.000 trabajadores petroleros de Rincón de los Sauces, ¡la mitad cobra su sueldo en negro! Las "tercerizaciones" con subcontratistas permiten esta superexplotación sin ningún tipo de registro.


 


Pero los monopolios no sólo se roban las riquezas y dejan miseria, sino que imponen su ley. Después del pataleo (amenaza de desabastecimiento) para modificar el punto de "reservas estratégicas" en la ley que trata el Senado, las petroleras han cambiado de actitud. Según El Cronista (1/4), han decidido apoyar este proyecto consensuado (UCR-PJ), con el compromiso de Roggero, titular de la comisión en la Cámara de Diputados, de aprobarlo sin modificaciones y luego, con un decreto regulador, atenuar el texto de ley.


 


Sapag ha sancionado decretos, como el 1840, que establece la jornada máxima de 8 horas, que las empresas no cumplen. En Rincón del Sauce, el municipio votó el año pasado la ordenanza 412, que establecía multas a las empresas que contaminaran, dado el creciente envenenamiento de sus aguas. Pero los Pérez Companc presionaron para que la Secretaría de Energía obligara a levantar dicha ordenanza sin haberla aplicado nunca, y a pesar de los desastres ecológicos que ya están sucediendo.


 


Por otra parte, los ingresos por regalías han sido utilizados para sanear el Banco provincial, que había sido saqueado por los pulpos amigos y familiares del sapagismo. Según el economista radical-menemista López Murphy, "la relación reservas/producción ha ido cayendo en la zona. El rasgo más importante … es que extrayendo un recurso agotable la inversión real es hoy inferior a la de 1983… Para ponerlo en perspectiva la inversión real excedía en 30% las remuneraciones en 1983 y al presente es un tercio de ellas … a pesar del dramático ajuste realizado" (24).


 


Pero la voracidad de los pulpos no tiene límites. La intención de YPF es "iniciar el Plan Mega (para exportar gas natural a Chile)" (25). El propio Sapag reconoce "que si se aplica este plan tal cual están pensando será la ruina para Cutral Co y Plaza Huincul. Si se llevan el gas más rico va a ser una catástrofe. Esta materia prima la tienen que dejar en la provincia para que se radiquen emprendimientos productivos, para que crezca la región. Todo lo demás son paliativos" (26). Esto ya está en marcha. Según El Cronista (12/5), empresas integrantes de Gas Andes "se disponen a tender un segundo gasoducto, que unirá directamente el yacimiento neuquino de Loma de la Lata con la ciudad chilena de Concepción". La burguesía se niega a industrializar la materia prima en la región y reserva a los neuquinos un futuro de mayor miseria, una vez que deje secos los pozos.


 


Los pulpos no pagan siquiera sus impuestos. Las regalías son arbitrariamente fijadas por ellos mismos, toda vez que el Estado no controla exactamente cuánto se produce. Ahora Sapag se ha dado cuenta que estas empresas no pagan el impuesto inmobiliario. "El gobierno aumentará la presión fiscal sobre la actividad energética cuando incorpore a las empresas petroleras y a las generadoras de energía en el padrón de los contribuyentes del impuesto inmobiliario" (27). Duro con los trabajadores, ¿podrá tocar el bolsillo de los ricachones?


 


La salida pasa por revertir la privatización menemista de los recursos energéticos que ha llevado al despilfarro, la descapitalización, la destrucción del medio ambiente y el empobrecimiento general de la zona.


 


Los explotados neuquinos tienen un programa para revertir esta situación:


 


Seguro al desocupado de 500 pesos sin discriminaciones ni contraprestación laboral. Incorporación de los trabajadores de la 2128 a los planteles permanentes.


 


Subsidio para consumo de gas y luz a familias de desocupados y de bajos ingresos.


 


Jornada de 8 horas para los petroleros, supermercados, construcción y todos los sectores sin disminución salarial. Derogación y pago retroactivo de los descuentos salariales a los docentes y estatales. Pago íntegro de los días de huelga.


 


Derogación de todos los decretos y leyes que implementan la reforma educativa menemista. Aumento del presupuesto educativo y de salud.


 


Control obrero sobre las petroleras e hidroeléctricas, para fijar normas de seguridad y sobre lo que realmente deben pagar y adeudan por impuestos y regalías.


 


Fondo de reparación histórica sobre la base del incremento en las regalías, para industrializar la zona y dar trabajo.


 


Cárcel a los asesinos de Teresa Rodríguez y a los represores del pueblo trabajador. Anulación de las causas penales a los luchadores del pueblo.


 


Asambleas Populares en cada municipio. Congreso Provincial de representantes de las Asambleas, para elaborar un plan de emergencia frente a la crisis y unificar la lucha de los trabajadores y explotados.


 


El deber de un partido obrero es seleccionar, en la vasta experiencia de lucha que están procesando los explotados neuquinos, lo mejor que han dado. No esperar el desarrollo de la lucha espontánea, sino mejorar y hacer consciente, a través de una lucha política, el programa que irá formando la conciencia revolucionaria de las masas en el próximo período.


 

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