En la nota de La Maga donde se reportea a Fermín Chávez, éste asume desembozada defensa de López Rega.
Refiriéndose al poder que detentaba en esa época, Chávez dice: “No fue tanto. No hay que exagerar. Le adjudican cosas que no son. Yo le puedo asegurar porque estuve en la casa da Gobierno de asesor de gabinete del Ministro del Interior en toda esa etapa, y muchas de las cosas que se le atribuyen no son ciertas, inclusive las Tres A”.
Para protegerlo ante las evidencias Chávez plantea: “El problema de López Rega era su ignorancia” y que “Él tenía una enorme voluntad de poder, cosa que no tenían otros”.
La apología del siniestro personaje concluye con una mentira que vale más que mil palabras para caracterizar al propio Chávez, al admitir que López Rega mato gente, “Pero del movimiento obrero, no”. De qué está hablando este mascarón del PTP.
Fisher, Bufano, Salamanca, Atilio López y cientos de luchadores obreros asesinados desmienten al impostor.
Los dichos de Chávez alcanzarían para que cualquier corriente política que se declarara de los trabajadores, de izquierda o simplemente democrática, no abrigara la más mínima ilusión sobre tal personaje. A menos que coincida con sus posiciones.
Fermín Chávez es una confirmación del más agudo estado de descomposición del ala nacionalista (sic) del peronismo.