Al Comité Político Nacional del Partido de la Refundación Comunista del 28 y 29 de junio de 2003
Luego de un dos años de movimientos, la derrota del referéndum, el agravamiento del escenario social y político, el propio modesto resultado del Prc en las elecciones administrativas han producido amargura y preocupación en nuestro partido. Esto exige, hoy más que nunca, respuestas reales y no propagandísticas: y sobre todo un verdadero balance y una nueva política en el terreno del relanzamiento de la oposición de clase y en ella, de la oposición comunista.
Por el contrario, el anuncio del giro hacia un acuerdo de gobierno con el Olivo va en un sentido exactamente opuesto a esta necesidad, es un nuevo factor de desorientación profundo de nuestro partido, una grave amenaza a su propio futuro.
Un verdadero balance del referéndum
El resultado negativo del referéndum no debe desesperar pero tampoco puede ser atribuido a una indiferenciada "crisis de la política". Más allá de las causas contingentes y ocasionales, está ligado a factores concretos de fondo y a responsabilidades políticas precisas que deben ser abiertamente señaladas y denunciadas.
a) El empeño abstencionista del centro liberal del Olivo, al lado de Berlusconi y Confindustria: que reveló, una vez más, la naturaleza de clase burguesa de esas fuerzas desmintiendo por sobre todo los así llamados "empeños de lealtad" hacia el Prc y su iniciativa referendista (anunciados con énfasis por Liberazione como "importantes resultados" del encuentro entre el Prc y Olivo del 6 de marzo).
b) La difusa rebeldía del grupo dirigente de la Cgil, que si bien ha declarado positivamente su "sí" en la gran mayoría de los casos, de las situaciones y sindicatos (en particular en los del empleo público) no la ha implementado en una batalla activa en los lugares de trabajo, sino que la ha acompañado con contratos de concertación y a la baja (ferrocarriles, escuelas) que han generado desorientación y desmoralización. Lo que nos reclama una vez más la exigencia de una batalla por una alternativa en la Cgil, que haga un balance a fondo de la trayectoria de "Cambiar el Rumbo" y de nuestra política sindical, que ha alcanzado el punto de máxima caída con el voto unánime a Cofferati en ocasión del último congreso de la Cgil.
c) Un cuadro político general contradictorio que, si por un lado registra un desencanto hacia Berlusconi por parte de sectores populares de su electorado, por el otro revela una crisis real de los movimientos de masas de los últimos dos años, en su conjunto y en su especificidad: lo que replantea un balance de la gestión político-sindical del conflicto social de estos años (ausencia de un programa unificador, huelgas parciales y aisladas, falta de decisión contra el gobierno) pero también un balance de la ausencia de nuestra propuesta alternativa a dicha gestión.
El profundo error de nuestro partido no reside en haber promovido el referéndum. Reside en haberlo concebido como un substituto institucional a una propuesta de acción en el terreno central de la lucha, e incluso como "única respuesta" a las políticas de Berlusconi y "único desenlace" posible de los movimientos de masas del último bienio. Esta posición ha estado doblemente equivocada: porque por un lado absolvió a las direcciones mayoritarias del movimiento obrero, cubriendo dicha política de dispersión y contención de los movimientos que se reflejó luego en los resultados del referéndum; y por otro lado, ha alimentado una falsa y peligrosa ilusión, destinada, una vez derrotado el referéndum, a multiplicar la confusión y la pasividad generando en la propia vanguardia la sensación de un vacío desprovisto de perspectiva. Es necesario sacar de esta experiencia una lección de fondo: ninguna batalla institucional puede sustituir una orientación de la perspectiva en el terreno de la lucha y una batalla por la dirección en este ámbito.
El voto administrativo del Prc
Paralelamente, el resultado electoral del Prc, nos dice que la estación de los movimientos no ha soplado, electoralmente, en nuestras velas sino en las del centro izquierda.
En el momento de máxima necesidad de una fuerza alternativa; en el momento en el que la crisis del cofferatismo plantea un amplio espacio para el Prc; en el momento en el cual la iniciativa del referéndum marcaba en cada caso una fuerte presencia del partido, el Prc ha registrado el dato de un sustancial estancamiento. Este hecho no puede ser eludido, debe ser explicado. La verdad es que la renuncia durante años a una batalla por una hegemonía alternativa en los movimientos, en nombre de una retórica movimientista, no sólo no le ha dado una perspectiva a los propios movimientos sino que ha dañado profundamente a nuestro propio partido, incluso en el terreno electoral. No se puede ser reconocido como fuerza alternativa en el terreno electoral si no se es reconocido sobre la base de una propuesta alternativa al interior de la lucha de las masas. No se puede echar raíces sociales en los lugares de trabajo y en las propias organizaciones de masas sin una batalla de caracterizaciones que le dé un sentido a la propia radicalización.
Todo esto le dio una enorme ventaja al Olivo: quien ahora puede trabajar desde una posición de mayor fuerza para tratar de subordinar a los movimientos en crisis a su propia hegemonía liberal, con un Prc que se dirige a la propia hipótesis de gobierno de alternancia.
Por una alternativa de clase a Berlusconi
Este cuadro general entonces nos exige un cambio general de rumbo en interés tanto de los movimientos como del Prc.
Es necesario superar el movimientismo acrítico e inconducente y encarar cada movimiento con una propuesta de unificación de las luchas con autonomía del centro liberal Olivo. Once millones de "sí" a la extensión del artículo 18 contra Berlusconi, Rutelli y DAlema son un punto de partida precioso para esta nueva política. Debemos asumir este campo social como un terreno de construcción de un polo de clase anticapitalista que se candidatee a la hegemonía sobre la base de las masas subalternas y que apunte a echar a Berlusconi por una alternativa de trabajadores con plena autonomía de las fuerzas liberales del Olivo. Sobre este terreno vamos a desafiar a la unidad de acción a todas las fuerzas del frente referendista a partir de la necesidad de una respuesta de lucha general y radical al ataque del gobierno sobre el trabajo, las jubilaciones, las libertades democráticas: una respuesta que no puede limitarse a las dos horas de huelga simbólica decididas por la Cgil -del todo risibles- sino que requiere la disposición de una verdadera prueba de fuerza y un desarrollo del movimiento sindical y de clase.
En cada movimiento y en las organizaciones de masas debemos plantear una propuesta de movilización general y unitaria que sume todas las reivindicaciones sociales y políticas de la oposición a Berlusconi que los movimientos expresaron en estos años. En este cuadro hay que ofrecer una propuesta de un programa de lucha unificador del movimiento obrero capaz de sumar alrededor de los trabajadores al conjunto del bloque social alternativo.
a) Retiro de las medidas gubernamentales de flexibilidad salvaje del trabajo y abolición del paquete Treu;
b) Defensa incondicional de las jubilaciones ante los nuevos ataques anunciados
c) Fuerte aumento salarial para el conjunto de los trabajadores en relación de dependencia;
d) Un verdadero salario garantizado para los desocupados sin contraprestación laboral.
e) Nacionalización sin indemnización y bajo control obrero de las industrias en crisis y que despiden, empezando por la Fiat.
Sobre la base de esta plataforma general, que parte de la oposición inmediata y radical a las mediadas de gobierno, debemos proponer en la Cgil y entre los trabajadores la construcción de una huelga general prolongada hasta derrotar a Berlusconi. A todas las fuerzas del frente referendista debemos reclamarles que no sacrifiquen la coherencia de una lucha verdadera en búsqueda de una compatibilidad con el centro izquierda. Porque, en oposición, solo una ruptura común con el centro liberal, puede liberar finalmente una oposición radical y de masas, determinada no sólo a participar sino también a ganar contra Berlusconi.
No al acuerdo de gobierno con el Olivo
Por el contrario, la nueva orientación del Prc hacia un acuerdo de gobierno con el Olivo, remueve de raíz las necesidades señaladas. En vez de luchar en los movimientos por su propia independencia de los liberales del Olivo, se pide a los movimientos que se integren a la negociación programática con el Olivo. En vez de luchar en los movimientos para superar cada una de sus ilusiones de poder influir al centro liberal, se alimenta en los movimientos esta ilusión sin futuro, incluso llegando a afirmar que el Olivo ya ha cambiado de "intenciones" y "cultura", gracias a la influencia contagiosa de los movimientos. Este planteo íntegro no se sostiene ni ante la evidencia ni ante la lógica. Lejos de haberse contagiado de los movimientos, el centro liberal del Olivo viene de cerrar una alianza con Confindustria contra los más elementales derechos laborales. Votó la expedición militar de Berlusconi en Irak. Pide un imperialismo europeo más fuerte dotado de un ejército propio. Reivindica junto a Rutelli la ampliación del gasto militar en el próximo presupuesto. Alaba a Fazio y Bankitalia sobre la cuestión de las jubilaciones. Renuncia a la batalla coherente contra el lodo Maccanico y avala las operaciones de Berlusconi contra el Corriere. Pero sobre todo trabaja por una alternancia liberal de gobierno sostenida por los poderosos a partir de la gran banca y por sectores de la gran empresa, contra el conflicto social y los movimientos.
Una perspectiva contra los movimientos y contra la construcción del Prc
Por esto, apuntar a un acuerdo de gobierno con el centro del Olivo significa ahora más que nunca contradecir totalmente todas las luchas y los movimientos de estos años y las propias razones de clase de nuestra batalla referendaria. Y más: significa de hecho co-responsabilizarnos por la derrota de los movimientos a favor de sus adversarios liberales. Es una perspectiva que vuelve a proponer el camino ya emprendido y ya fracasado de nuestro sostén al gobierno de Prodi del `96 al `98. Incluso lo agrava: tanto porque prevé nuestro ingreso directo al gobierno, y entonces, una mayor dependencia de las políticas del capital financiero, como porque contrasta más directamente con las potencialidades de la joven generación que se hicieron presentes en el movimiento de masas del último bienio.
Por otro lado esta perspectiva política milita contra la propia construcción del Prc
El sólo objetivo de una nueva perspectiva de gobierno con los liberales tiene como primer efecto la cancelación perjudicial y definitiva de cualquier posible batalla de hegemonía alternativa en los movimientos y en las organizaciones de masas, a partir de la Cgil: una batalla que por el contrario es decisiva para construir finalmente el Prc como partido arraigado entre las masas. Y sobretodo por conquistar aquel amplio sector de la vanguardia juvenil que es el ámbito mismo de un posible enraizamiento.
Por un Congreso extraordinario del Prc
Esta perspectiva no tiene un mandato real por parte del partido. El V Congreso del Prc, más allá de singulares formulaciones -por cierto significativas- en el texto de la mayoría, no tuvo en el centro del debate una perspectiva de gobierno con el Olivo. Incluso formalmente, la propia ruptura con el gobierno de Prodi ha sido celebrada como el comienzo de la verdadera refundación.
El nuevo giro, por lo tanto, debe ser suspendido en forma inmediata. Sólo el cuerpo de los militantes y afiliados al Prc puede decidir, democráticamente, el futuro del partido. Por esto es necesario abrir en forma inmediata el camino de un congreso extraordinario del Prc que le dé la palabra a todos los militantes y permita una confrontación paritaria de las posiciones.
Todos los militantes y afiliados del Prc deben poder decidir hoy, y no mañana, "con los hechos consumados", cuál es el futuro del propio partido. Debido a que esta confrontación, para ser libre, debe darse sin traba alguna, deben ser revocados los actos ya realizados en la perspectiva de gobierno con el Olivo: a partir de la derogación de las comisiones programáticas con Treu y Mastella formalmente estatuidas en el encuentro PRC-Olivo del 6 de marzo.