Resolución sobre las tesis programáticas
1La Comisión Internacional caracteriza que el documento "Borrador de Tesis Programáticas para la Refundación la IV Internacional"1 presentado al debate del XIV Congreso del Partido Obrero, constituye una contribución a la actualización del programa revolucionario del proletariado internacional.
I Proponemos al Congreso que vote elevar el "Borrador de Tesis…" al Congreso Mundial por la Refundación de la IV Internacional en nombre del Partido Obrero
II Proponemos al Congreso que vote mandatar al próximo Comité Nacional a:
a) Realizar una amplia difusión del documento y organizar su debate colectivo mediante la realización de charlas, cursos, artículos en la prensa y la revista;
b) Convocar a una Conferencia Extraordinaria del Partido Obrero para su discusión y aprobación;
c) Considerando que "las particularidades nacionales desempeñan un papel excepcional en la estrategia de los partidos revolucionarios" (punto 31 del "Borrador de Tesis…"), presentar, a la brevedad posible, un documento equivalente sobre la Argentina.
2La utilización por parte de las burocracias china y cubana de un código penal que establece medidas represivas extremas, incluida la pena de muerte, contra los delitos comunes e incluso contra los opositores políticos, no encontrándose esos países en una situación de guerra civil, no constituye en manera alguna una defensa de la revolución sino de los intereses de las burocracias gobernantes y una intimidación al pueblo que debe ser denunciada sistemáticamente.
La intimidación contra el pueblo busca bloquear el desarrollo de una revolución política contra la burocracia; en esta misma medida, favorece la restauración del capitalismo en estos países, cuyo actor principal junto con el capital mundial es la burocracia estatal.
3Ratificamos la caracterización de reaccionarias de las guerras entre las naciones oprimidas y el llamado a la confraternización, a la unidad y al combate común de los pueblos contra las burguesías locales y el imperialismo.
En particular, denunciamos que ante el temor de un nuevo levantamiento popular, la burguesía boliviana ha reflotado la agitación chovinista sobre la cuestión marítima. Señalamos que el atraso y la miseria de Bolivia no son la consecuencia de su enclaustramiento continental sino del saqueo imperialista, con la complicidad de la propia burguesía boliviana. Denunciamos que para los explotadores bolivianos, la reivindicación de la salida al mar está ligada a la exportación del gas, es decir a una nueva entrega nacional a cambio de sus jugosas "comisiones".
Frente a la campaña chovinista de la burguesía boliviana, planteamos Fuera Mesa; estatización sin pago y bajo control obrero de la industria petrolera/gasífera, la minería y la banca; unidad de los pueblos de Bolivia, Chile y toda América del Sur contra el imperialismo y las burguesías locales. La resolución progresiva de la reivindicación marítima de Bolivia, que favorezca los intereses de los pueblos explotados de Bolivia y de América Latina, sólo puede tener lugar en el cuadro de la unidad socialista de América Latina. Los gobiernos obreros y campesinos de Bolivia, Chile y Perú establecerán un plan común para la explotación de los recursos del mar y de las riquezas de la región en beneficio del desarrollo económico, social y cultural de todos los pueblos.
4El derrocamiento de un gobierno (insurrección popular) es inconcebible sin la organización de ese derrocamiento. Si no se organiza el derrocamiento, lo máximo que puede ocurrir es que otros miembros del poder establecido lo reemplacen. Pero si de lo que se trata es de derrocar el poder oficial, el derrocamiento de ese poder tiene que ser una actividad organizada.
La toma del poder es una tarea concreta, no es un resultado derivado, automático o espontáneo, de otras tareas. El levantamiento de los trabajadores debe ayudar a la tropa a acometer la desestabilización de las fuerzas armadas. Un pueblo que desarrolla enormes sacrificios y va a la lucha hasta las últimas consecuencias corre el riesgo de sufrir una derrota descomunal si no es capaz de producir el desenlace de la lucha, la derrota del enemigo.
Ese desenlace, o sea, la organización de la toma del poder, es un arte o una técnica, tiene reglas, requiere disciplina, requiere de un trabajo previo. Una actividad organizada para tomar el poder en un momento culminante requiere de un partido político de la clase obrera. La finalidad estratégica del partido revolucionario es la lucha por la conquista del poder político.
La estructuración de un doble poder no resuelve la cuestión de la toma del poder; la exacerba. El doble poder no es un objetivo estratégico; lo es el gobierno obrero y campesino. El desarrollo de un doble poder ha sido, en la historia revolucionaria, la variante más frecuente; pero no es una ley absoluta de ese desarrollo. Los límites del doble poder y el que históricamente tienen todas las organizaciones populares, sólo pueden ser superados por un programa y un partido, o sea por la organización política conciente.
En el caso particular de Bolivia, señalamos que la reivindicación de la COB de la disolución del parlamento y su reemplazo por un Asamblea Popular no es un planteo de poder. Al contrario, es un planteo de co-poder con el régimen democratizante proimperialista (ya que no reclama el derrocamiento del gobierno), en el que la Asamblea Popular se reduciría a "controlar" al Ejecutivo, es decir que ésta tendría como misión ser el "comisario político" del gobierno burgués. El "co-poder" que plantea la COB una Asamblea Popular al lado de un gobierno burgués reproduce, de una manera empeorada, la experiencia de la Asamblea Popular de 1971, para cuya mayoría, nacionalista y democratizante, había que cogobernar con el Presidente, el general Torres, y convertir a la Asamblea Popular en el parlamento que le faltaba a éste. A diferencia del planteo de la COB, sin embargo, la Asamblea Popular de 1971 sí planteó el gobierno obrero y campesino, aunque sólo de un modo formal. Luego del golpe militar de Banzer, sus exponentes reconocieron que no se habría producido el armamento de las masas algo que nunca habían intentado
En oposición a este co-poder, planteamos: Fuera Mesa, el parlamento y los jueces de la burguesía, la disolución de las fuerzas armadas y los organismos represivos y su reemplazo por el armamento del pueblo, una Asamblea Popular Constituyente convocada por las organizaciones populares en base a u programa de reivindicaciones transitorias, gobierno obrero y campesino.
5El levantamiento en curso en Irak es una manifestación del completo empantanamiento de la ocupación imperialista y del fracaso de los planes de "redibujar el mapa político del Medio Oriente" emprendido por el imperialismo norteamericano.
La crisis desatada por la guerra y por el empantamamiento de la ocupación ya no se refiere, solamente, al enfrentamiento entre los imperialismos norteamericano y europeo. Ha creado una crisis política mayúscula dentro de la burguesía y el Estado norteamericanos e incluso, dentro del propio gobierno de Bush. Las acusaciones públicas de Richard Clarke, un ex jefe de los servicios de inteligencia, contra Bush por haber "despreciado" la "amenaza terrorista" y utilizarla como excusa para la invasión de Irak son una aguda manifestación de esta crisis en el corazón del régimen político, los servicios de inteligencia y el Ejecutivo. Otra manifestación son las declaraciones del senador Kennedy acerca de que "el problema es Bush", en lo que constituye una versión imperialista de la vieja consigna internacionalista de que "el enemigo principal está en nuestra propia casa".
Ratificamos la necesidad y la obligación de utilizar las crisis políticas creadas por las guerras imperialistas en las metrópolis y el repudio popular a la masacre para organizar y movilizar a las masas para acabar con las guerras mediante el derrocamiento de los gobiernos imperialistas por la revolución proletaria.
6Destacamos la caracterización de la restauración capitalista como un proceso inacabado, transitorio y contradictorio como una de las claves de la caracterización de la presente etapa histórica.
En particular, señalamos las propias contradicciones que el proceso de la restauración capitalista crea a cada paso. En Rusia, por ejemplo, la apropiación de los principales activos y yacimientos petroleros y minerales por una oligarquía altamente concentrada, salida de las entrañas de la propia burocracia gobernante, es una manifestación del proceso de la restauración y, al mismo tiempo, entra en contradicción con su ulterior desarrollo. Esto en la medida en que:
a) bloquea el desarrollo de una clase media capitalista, base del desarrollo de una acumulación y desarrollo capitalista al interior de Rusia;
b) es un factor de agudos choques con el capital externo, sin cuyo concurso el proceso de la restauración es inviable;
c) tiene un carácter marcadamente parasitario y saqueador, en la medida en que se concentra en la explotación de las rentas extraordinarias provenientes de recursos naturales como el petróleo;
d) es un factor de choques con la burocracia gobernante (como lo puso en evidencia la confiscación parcial por parte del gobierno de Putin de las petroleras Yukos y Sibneft) y, también, de bloqueo a la continuación del proceso de las privatizaciones (gas, electricidad, oleoductos).
7Destacamos como un importante aporte del "Borrador…" la caracterización de los distintos fenómenos políticos y sociales desarrollados bajo la común denominación de la llamada "integración europea".
El fracaso de la Unión Europea en la constitución de un capital europeo como medida de defensa frente a los capitales norteamericanos y japoneses que caracteriza el "Borrador…", se manifiesta, por ejemplo, en la elevada integración de la industria armamentista británica (la principal del país) con la norteamericana y con el Pentágono, en la elevada penetración de los fondos de inversión norteamericanos en las principales industrias españolas (Repsol, Telefónica, Endesa) y en los acuerdos entre la Fiat (el principal grupo capitalista italiano) y la General Motors para la compra de la primera por la segunda. El gobierno francés, por su parte, está bloqueando la fusión del pulpo farmacéutico Aventis con el suizo-alemán Novartis con el argumento de que "el interés nacional de Francia" requiere que los centros de investigación y producción de vacunas de Aventis "permanezcan bajo el control de Francia".
Otra manifestación de este fracaso es la no inclusión de Gran Bretaña, bajo la directa presión norteamericana y aún contra la voluntad de importantes sectores de la burguesía británica, en la moneda común europea.
8Destacamos la caracterización que realiza el "Borrador…" acerca del carácter central que tiene la participación en las elecciones y la lucha parlamentaria como un factor que permite desarrollar una vasta agitación política revolucionaria entre las más amplias masas, educar a la vanguardia obrera en la lucha política y organizar independiente a los explotados; y del carácter subordinado de la lucha parlamentaria a la acción de las masas.
9Saludamos la lucha que desarrolla el Partido de los Trabajadores del Uruguay contra el futuro gobierno del Frente Amplio-Encuentro Progresista, al que caracterizamos como un gobierno burgués, antiobrero y proimperialista.
En particular, saludamos la campaña política que desarrolla el PT y de la cual su representante dio un amplio informe en la Comisión por la formación de un frente electoral de la izquierda clasista uruguaya que reagrupe políticamente a la vanguardia obrera en oposición al Frente Amplio, incluso antes de que éste llegue al gobierno.
El punto central en Uruguay no pasa, desde un punto de vista revolucionario, por las ilusiones que aún despierte el FA (sometido al Encuentro Progresista con blancos y colorados), sino por la desilusión acelerada que sufre el centroizquierdismo latinoamericano, y el inevitable impacto que esto tiene en la legión de activistas y de luchadores populares. La izquierda uruguaya desprecia olímpicamente los dos factores que van a desgastar rápidamente al gobierno frenteamplista: el fracaso del centroizquierdismo latinoamericano y la emergencia de crisis financieras aún más violentas que las del pasado reciente. El PT de Uruguay apoya su delimitación del proimperialista FA-EP en esta perspectiva y se dirige a la vasta masa de militantes de izquierda y luchadores populares que son ya obligados, por estas circunstancias, a plantearse un enérgico realineamiento político.
El Partido Obrero y la IV Internacional respaldan, con todas las medidas a su alcance, la lucha del Partido de los Trabajadores del Uruguay.
10Señalamos como otro de los aportes fundamentales del "Borrador…" la caracterización precisa que realiza acerca de la crisis de la dirección del proletariado en la actual etapa histórica, consistente en la ruptura de la continuidad política y organizativa del internacionalismo proletario y del retroceso de la conciencia socialista de la clase obrera como consecuencia de las derrotas sufridas por la clase obrera, la colonización de los llamados "partidos tradicionales" por el imperialismo y el resurgimiento de direcciones nacionalistas pequeño burguesas en sus formas más atrasadas e incluso reaccionarias.
La combinación excepcional de factores que se presentan en la actual etapa histórica la crisis del capitalismo que amenaza a la humanidad con un retroceso civilizatorio, la tendencia de las masas a la rebelión, y la ausencia de una dirección política en el plano internacional plantean la oportunidad histórica de la refundación de la Internacional Obrera, que se desprende, no de preceptos ideológicos sino de la naturaleza de la propia situación. La tarea de refundar el internacionalismo obrero y la IV Internacional debe ser entendida como una tarea práctica concreta, con sus correspondientes consecuencias y conclusiones organizativas.
11Ratificamos el planteo formulado en el "Borrrador…" acerca de la validez de levantar, frente a los gobiernos de izquierda, la consigna de fuera los ministros capitalistas. Esta consigna expresa, de una manera práctica, el reclamo de que los partidos que se reclaman de los trabajadores rompan con la burguesía, y forma parte integral de la concepción de la consigna del gobierno obrero (u obrero y campesino) como una consigna transicional, cuyo objetivo consiste en la movilización sistemática de las masas para la revolución proletaria.
"La acusación principal que la IV Internacional lanza contra las organizaciones tradicionales (…) es que no quieren separarse del semicadáver político de la burguesía (…) La reivindicación dirigida sistemáticamente a la vieja dirección: "rompan con la burguesía, tomen el poder" es un instrumento extremadamente importante para descubrir el carácter traidor (de estas direcciones) (…) Nosotros exigimos a todos los partidos y organizaciones que se apoyan en los obreros y campesinos, que rompan políticamente con la burguesía y tomen el camino de la lucha por el gobierno obrero y campesino…" (Programa de Transición).
"Esta consigna (gobierno obrero) significa, antes que nada, una política que consiste en desenvolver en las organizaciones tradicionales de las masas y en aquellas que éstas crean en el curso de sus luchas, la comprensión de que está planteada una cuestión de poder y que la satisfacción real e integral de las aspiraciones populares exige la toma del poder por los trabajadores. Cuando en el curso de la propia lucha y como consecuencia de la experiencia de esa lucha, esas organizaciones conquistan una posición de autoridad política de conjunto, el gobierno obrero es la reivindicación que dirigimos a esas organizaciones para preparar la lucha directa por el poder político. La posibilidad, sin embargo, de que las direcciones tradicionales encaren esa lucha por el poder es remota o excepcional, incluso bajo una presión revolucionaria de las masas (…) En este sentido, la reivindicación del gobierno obrero es el método del cual se vale la IV Internacional, no para añadirle una nueva oportunidad de vida a las viejas direcciones, sino para conquistar la dirección de las masas y las organizaciones de su combate para la vanguardia revolucionaria" (Borrador…).
12Ratificamos la vigencia y validez de las consignas "que el PT rompa con la burguesía" y "fuera los ministros capitalistas" frente al gobierno encabezado por Lula.
La situación brasileña se caracteriza por el hecho de que un partido que invocaba el nombre de los trabajadores no ha formado un gobierno de trabajadores sino, por el contrario, el gobierno de mayor concentración burguesa de la historia del país, que gobierna para la burguesía y el imperialismo y contra las mayorías explotadas.
¿Qué les decimos a las masas que votaron por Lula? Que la satisfacción de la más elemental de sus reivindicaciones es incompatible con el gobierno de la burguesía. Por eso reclamamos que el PT rompa con la burguesía, eche a los ministros de la burguesía del gobierno (lo cual incluye también a los elementos burgueses del PT). Es decir, una política que reivindique la expulsión de los banqueros, industriales y latifundistas del gobierno, como una consigna transicional en la agitación y la propaganda.
Si el desenvolvimiento de la crisis capitalista y el descontento y la movilización popular fuerzan una crisis política en el gobierno de Lula, provocando la expulsión de los ministros capitalistas y del vicepresidente, se plantea en Brasil la cuestión del poder político: frente a ella planteamos la convocatoria de una Asamblea Constituyente sobre la base de un programa de reivindicaciones transicionales. Si, por el contrario, frente a la crisis y la presión de las masas, Lula refuerza su alianza con el capital, se va a desarrollar una lucha frontal contra el gobierno, la cual en su desarrollo, planteará también la cuestión del poder político.
13Denunciamos que los movimientos nacionalistas que libraron en el pasado luchas por la emancipación de sus países bajo tutela colonial están entregados al más abyecto colaboracionismo con el imperialismo, que los ha cooptado como factores de contención en sus áreas de influencia (es el caso, especialmente, del CNA en toda el África subsahariana, o de Khadafi en el Gran Magreb y en Medio Oriente).
Esto ha llevado al derrumbe de estos movimientos, históricamente laicos (en su mayoría) y progresivos, abriendo cauce particularmente en África y en casi toda Asia a las tendencias "islámicas". Esta envoltura religiosa significa una involución ideológica y es el resultado, transitorio, de un conjunto de factores: las traiciones de las direcciones históricas y las presiones contradictorias del propio imperialismo y las masas. De un modo general, cuando estos movimientos llegan al poder, se someten a las reglas del "orden" internacional imperialista.
La IV Internacional distingue claramente entre la retrógrada dirección clerical de estos movimientos, a la que combate, y la resistencia nacional anticolonial-antiimperialista, a la que presta un incondicional apoyo; y se empeña en construir secciones de la IV Internacional en estos países para disputar la dirección de las masas a estas direcciones.
Denunciamos particularmente el daño que a la lucha nacional del Kurdistán hacen las direcciones nacionalistas burguesas, comprometidas con la ocupación imperialista de Irak.
Comisión Internacional del XIV Congreso del Partido Obrero
Aprobado en el plenario del XIV Congreso, por amplia mayoría (sin votos en contra y con 2 abstenciones)
Notas:
1. Ver en la presente edición de En Defensa del Marxismo, "Tesis Programáticas, para la IV Internacional", pág. 5