Las declaraciones del obispo Musto (20/6), —acerca de que “no sea que por responder a las exigencias del FMI, estemos dejando a los trabajadores al margen de la vida” y a favor de que se declare una “moratoria al menos por un año”, han provocado en la izquierda democratizante un fervor clerical que raya en la histeria.
El caso quizás más extremo ha sido el del Mst, quien considera que “Ahora hasta la propia Iglesia, por primera vez desde 1983… reconoce la gravedad del tema de la deuda” (1), lo cual lo ha llevado —según afirma— a abandonar el planteo de no pago de la deuda/externa, para plegarse al de la Iglesia de moratoria por un año.
“Sin embargo, ante la emergencia y el resurgimiento de sectores que planteen la moratoria por un año, estamos a favor de la más amplia unidad de acción para exigir al gobierno que se suspenda ya por un año el pago de la deuda externa”.
A partir de aquí, el Mst llama a la Iglesia a la "unidad de acción” por la moratoria de la deuda externa por un año. Aunque los “curas… no vayan a impulsar una acción consecuente”, el Mst que —sí es "consecuente”— los llama “a generar una movilización” (2).
La Iglesia y la deuda
La posición de Musto y de los obispos que lo han apoyado, se limita a un planteo, renegociación del pago de la deuda externa, algo que ya ha hecho Cavallo, al contratar empréstitos por 7.000 millones de dólares para pagar el capital y los intereses de 1995, que equivalen a un monto similar.
La deuda externa, en realidad, se encuentra en una renegociación constante en lo que se refiere al capital, ya que, hasta la crisis mexicana, los vencimientos de capital de la deuda privada se renovaban en forma más o menos automática, en tanto que la pública se halla renegociada, en su mayor parte, en los términos del “plan Brady”, a un plazo de treinta años. En relación a los intereses, una renegociación significaría transformarlos en capital, con vencimientos escalonados, por los cuales habría que pagar nuevos intereses. Es a esta posición a la que ha adherido el Mst, quien propone un frente único a la Iglesia en los términos del programa de ésta.
La opinión de que la deuda externa no podría ser ya nunca más renegociada, al haberse transformado de créditos de los bancos en títulos que se negocian en las Bolsas, acaba de ser refutada por la renegociación de la deuda “titularizada" de Aeroméjico a través de un conjunto de bancos, demostrando que éstos siguen teniendo el comando de la deuda externa internacional.
Otra cosa que no se debe olvidar es que una renegociación entraña concesiones de orden político, como el compromiso de mayores privatizaciones o reducciones de salarios. A esto lleva la propuesta Musto-Mst.
Taparrabos
La demagogia de Musto, sin embargo, pretende encubrir el proceso político fundamental del momento, que es la completa entrega de la educación al clero, al igual que los medios de comunicación y los "programas sociales El Mst y la izquierda democratizante se han transformado en cómplices de ese encubrimiento. Lo muestra, más que nada, la negativa de denunciar al clero en relación a la ley de enseñanza superior y el apoyo dado a la “mediación” de Primatesta en la crisis cordobesa.
El clero, ha logrado imponer que en una docena de constituciones provinciales (Buenos Aires, Tucumán, Córdoba, Salta, etc.) se haya introducido el principio de la enseñanza religiosa. También ha logrado esto en la reforma de la Constitución Nacional, al incorporarle los Tratados Internacionales que así lo vehiculizan.
La izquierda democratizante no denuncia nada de esta realidad. Y esto viene ocurriendo desde el Congreso Pedagógico (1985) que fue copado por la Iglesia. En la actualidad, el conjunto de la izquierda —a excepción de la agrupación Tribuna Docente (PO e independientes)— se opone a que en las elecciones nacionales de la CTERA, la lista Rosa que se enfrenta a la dirección centroizquierdista de Maffei-Mary Sánchez, levante en su programa una crítica al avance del clericalismo. El programa de la Rosa carece de contenido político, pues no enfrenta la reforma educativa clerical y privatista.
El objetivo de los clericales
Uno de los propósitos del clero con sus críticas “sociales”, es además de la demagogia tan necesaria, obtener del gobierno menemista el control de una parte importante de la Acción Social. El PAMI, por ejemplo, entrega de su saqueado presupuesto unas cuantas decenas de millones de dólares a Cáritas para que se haga cargo de atender a los jubilados que el gobierno condena al hambre. La Iglesia quiere regimentar a las masas de hambrientos y desocupados que el capitalismo, en su crisis, está desahuciando. La reacción clerical esta realizando un trabajo sin precedentes de penetración en la educación, en la asistencia social, en los medios de comunicación y en la cultura. La curia acaba de realizar un congreso con ese fin, de las FM que están bajo su control. En educación, su avance es impresionante. (Acaba de disolver el Consudec para poner a los rectores de colegios religiosos bajo control directo del Episcopado).
Su intervención en el plano político también es creciente. A pesar de sus divisiones internas, mantiene incólume su defensa del régimen menemista. Viene de jugar un papel capital en la crisis cordobesa. ¿Por qué Primatesta salió a "mediar” entre Angeloz, Cavallo y las masas cordobesas? No sólo para defender el "orden” frente a las movilizaciones de las masas, sino también para tratar de resolver el cobro de los 75 millones de dólares que el gobierno de Angeloz le adeuda de subsidios a las escuelas católicas.
El cacareo contra la deuda, o la preocupación por la miseria de las masas que declama la Iglesia, es la gran demagogia social que encubre la creciente penetración clerical en todos los poros y cuya finalidad es enfrentar a las tendencias revolucionarias que pretenden acabar con el régimen de explotación capitalista. Por eso, la negativa de la lista Rosa a levantar un programa anticlerical, es una capitulación sin precedentes. El silencio frente a las maniobras reaccionarias de Primatesta en Córdoba es una vergüenza.
Lucha entre buitres
El tema de la deuda externa también refleja una disputa subalternas en tomo a la defensa del presupuesto del Estado destinado al clero, que podría quedar afectado por los planes de “ajuste” del Banco Mundial. El ex Consudec católico tuvo también enfrentamientos con las patronales ''laicas” de las escuelas privadas (el clero tiene exenciones impositivas y los privados no). Cuando Musto y otros obispos protestan contra las “exigencias del FMI”, le están advirtiendo contra una amenaza a los privilegios clericales. Se trata de una lucha entre buitres.
La religión es un asunto privado. Es necesario separar a la Iglesia del Estado. La Iglesia es una organización reaccionaria, puntal de la reacción política nacional e internacional.
Notas:
(1) Semanario Socialista, 22/6
(2) Semanario Socialista, 28/6.