Apaguen la luz que vamos a votar el ajuste

Extraído de Prensa Obrera N° 511, 19/9/96


El jueves 12 pasado, un ‘apagón popular hizo descender el consumo normal de electricidad en un 60% — según lo que recogió el diario La Nación de una fuente ‘re-confiable’. Si se tienen en cuenta la iluminación pública, los servicios de emergencia y la actividad oficial, el dato indica que casi e| 90% de la población se movilizó en la protesta contra el gobierno.


 


Apenas 72 horas más tarde, el domingo 15, el “Chacho" Alvarez anunciaba, sin embargo, que el Frepaso daría el ‘quorum’ para la reunión parlamentaria que debe aprobar el ‘paquete impositivo’. Este paquete incluye un aumento del impuesto a los combustibles, una modificación del decreto que derogó las asignaciones familiares y los tickets-canasta (sin devolverlo perdido), el aumento de las contribuciones de los autónomos y la autorización para aumentar la deuda externa en 4.000 millones de dólares. El mismo día, Rodolfo Terragno anunciaba también la decisión de contribuir al 'quórum'.


 


“Aunque por elevación, la postura implica un fuerte respaldo a las decisiones presidenciales”. Así caracterizaba a las decisiones del Frepaso y de |a UCR el 'antimenemista' diario La Nación (16/9). Agregaba: “En el gobierno había anoche ánimos distendidos y rostros felices". Al día siguiente, un editorial de este diario apoyaba a estos mismos que ‘respaldaban decisiones presidenciales’, con el argumento de que |a asistencia al Congreso favorece “el equilibrio republicano". Claro que, en este caso, favorece más que nada a los banqueros internacionales a los que Argentina debe 100.000 millones de dólares. "La misión del Congreso, se deschava La Nación, es ejercer su función de cogobierno…”. A la hora de defender su bolsillo, los banqueros de la 'transparencia’ no se distinguen de los ‘corrompidos’.


 


Alvarez, ‘arrepentido’ de no haber votado la ‘ley de convertibilidad’, no quiere ‘arrepentirse’ de nuevo. Tres días le sobraron para consumar una de las más indignas traiciones que ya se cometieran en este país de políticos patronales y de burócratas sindicales desleales.


 


Al día siguiente del ‘apagón’, Alvarez había reclamado “la rediscusión del presupuesto 97, el problema de la políticas sociales, la negociación de los intereses de la deuda, la defensa del Banco Nación y Yaciretá, la exigencia de que haya una justicia independiente” (La Razón, 13/9). Precisamente porque en estos puntos no había nada sobre salarios, nada sobre convenios colectivos, nada contra la privatización de la salud, nada contra la ‘flexibilidad laboral'1, precisamente por esto, Alvarez decía que "Hay condiciones para que el gobierno cambie”. El programa de la Multisectorial también pide que “el gobierno rectifique el rumbo”. Pocos advirtieron, antes y después del ‘apagón’, que Alvarez y la Multisectorial no habían puesto al impuestazo en la 'agenda de discusión’ que estaban reclamando.


 


Los que 'arrugaron'—y algo más que el rumbo—fueron Alvarez y la Multisectorial, que decidieron dar marcha atrás en la política de no contribuir a la formación del quorum para votar el impuestazo. Probablemente, la decisión de no formar quorum, la habían tomado ‘apresuradamente’, porque descontaban que el peronismo sería perfectamente capaz de reunir a su ‘tropa’ y a la de los partidos provinciales para sacar el ‘paquetazo’.


 


Alvarez dice, sin embargo, que decidió cambiar el fusil de hombro ante las amenazas de Menem de gobernar por decreto. Esa amenaza, más antigua, no le había impedido, sin embargo, llamar al 'apagón'. No fueron las 'amenazas'de Menem, entonces, sino la amplitud que alcanzó el ‘apagón’, más allá de sus cálculos, y las movilizaciones ‘fuera de libreto' que se produjeron al margen del ‘apagón' (y la marcha de Suteba ese mismo día, así como las crecientes luchas populares), lo que 'convenció' a Alvarez a capitular. Es que un nuevo fracaso del gobierno en sacar el paquete, luego del ‘apagón’ y en vísperas de una huelga de 36 horas; esto sí que ‘amenazaba’ acabar con el menemismo.


 


Alvarez y Terragno; la UCR, el Frepaso y la Multisectorial (donde se encuentran el MTA de Palacios y el CTA de De Gennaro, e incluso el Mst y el Ptp); decidieron dar el quorum con absoluta claridad de que con ello reforzaban al gobierno ante la huelga de 36 horas y de que probablemente desmoralizaran a algunos trabajadores. Esta alevosía política contra el movimiento obrero es un retrato fiel de la hostilidad de los políticos patronales opositores contra cualquier levantada de cabeza de los explotados.


 


Ceder ante la amenaza de gobernar por decreto, significa que Menem podrá gobernar, no ya por decreto, sino con el mero amague de un decreto. Alfonsín usó la misma ‘defensa’ cuando firmó el ‘pacto de Olivos'—la ‘amenaza’ de Menem de un plebiscito y de desconocer a las ‘Instituciones’. Pero Alfonsín podía esgrimir una ‘coartada ’ que Alvarez y Terragno hoy no tienen: que en 1993, aunque no estuviera en su mejor momento, Menem estaba diez veces mejor que hoy. Terragno llegó a la presidencia de la UCR y Alvarez a subir hasta el 50% en la Capital, gracias a que denunciaron el “pacto de Olivos". Hoy, los dos, han agregado sus firmas al pie.


 


Alvarez y el Frepaso estaban en contra, hace tres años, de los ‘decretos de necesidad y urgencia’', ahora no se oponen ni a la amenaza de usarlos.


 


Alvarez y Terragno cedieron, sin embargo, ante la misma presión que cedió Alfonsín: la presión de los ‘capitanes de la industria’ y del ‘grupo de los Ocho', como lo deja testimoniado Clarín del lunes 16. Luego del “pacto de Olivos" estos mismos capitalistas le tributaron a Alfonsín un homenaje que lo dejó lagrimeando.


 


Es que ahora que le sacaron al ‘paquete’ una buena cantidad de cosas, los Macri y los Techint quieren, con el FMI, que el ‘paquete’ salga. Le sacaron el aumento del impuesto a la riqueza, le sacaron las exenciones al IVA, le metieron el aumento del financiamiento extranjero, le dejaron casi solamente el aumento del impuesto a los combustibles, sin que haya que co-participarlo con las provincias. Fuera del 'paquete' están imponiendo la liquidación de las indemnizaciones por despido y de la negociación colectiva de trabajo. Estas son las 'razones'del editorial de La Nación para reclamar el ‘equilibrio republicano'. “Suponiendo que las leyes pasen rápido, le decía el ecónomo menemista Guillermo Calvo a Noticias (14/9), va a haber una sensación de alivio muy grande”.


 


Pero la burguesía quiere ahora que el paquete salga, porque pretende, por sobre todo, valerse de los recursos del impuesto a los combustibles para restablecer los reembolsos a las exportaciones. El Cronista (17/9) dice que el PJ ofrece devolver estos reembolsos como 'carnada’ para que la oposición dé el 'quórum', lo que equivale a una pérdida fiscal de 600 millones de dólares.


 


La ‘ética’ ha sufrido un nuevo ‘arañazo’—y nuevamente de parte de los ‘éticos’, que viven de la frase vacía y de la pose, es decir que hacen de la ética carrerismo político. Pero en este caso hay una yapa. Porque ya está establecido que lo que el Congreso apruebe con el quorum de la UCR y del Frepaso, no se va a convertir en ley, va a quedar como papel, como ficción, como estafa—como una prueba miserable de la estafa que son el ‘equilibrio republicano’ y la democracia capitalista en general.


 


Ocurre que como el menemismo no tiene en Diputados los dos tercios de los votos que son necesarios para establecer que el impuesto a los combustibles no se coparticipará con las provincias, hará aprobar un proyecto de impuesto a los combustibles que deja en pie la coparticipación, con la única finalidad de que el Senado, donde el menemismo sí tiene esos dos tercios, pueda insistir con su propio proyecto de pacto fiscal que excluye la coparticipación, y convertir definitivamente al ‘paquete’ en ley sin la coparticipación.


 


La descomunal estafa que ya han anunciado la UCR y el Frepaso es, sin embargo, característica de un determinado período político, hunde sus raíces en él; no se trata de lamentarla sino de explicarla. El hundimiento del ‘plan Cavallo', el agotamiento del menemismo, la veloz recomposición de la lucha popular; todos estos factores reunidos, privan de espacio de acción a la charlatanería y al contorsionismo parlamentarista. A medida que la crisis se agrava, la propia presión social y política obliga a acciones claras y a una elección sin vueltas entre los campos en lucha. Por eso la ‘oposición’ ha salido al rescate del gobierno y a apoyar abiertamente el impuestazo del imperialismo, sin miramientos ni recato. LO MISMO HICIERON EN 1993 CUANDO VOTARON LA INTERVENCION MENEMISTA A SANTIAGO DEL ESTERO.


 


En apenas un par de horas se quebraron las ilusiones y las fantasías de los partidos izquierdistas y de los burócratas ‘combativos’ que entraron a formar parte de la Multisectorial.


 

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