Esta colaboración enviada por Facundo Miño el 14/01/2024 para la edición digital de En Defensa del Marxismo analiza los aspectos militares del proceso de ofensiva y contraofensiva entre Rusia y Ucrania y sus consecuencias para ambos bandos.
Parte I: Introducción y particularidades de la guerra.
Tras 6 seis meses de contraofensiva ucraniana sobre el corredor terrestre de la región de Zaporiyia, anexada por Rusia en la primera etapa de la guerra iniciada el 22 de febrero de 2022, el fracaso de la OTAN es de envergadura.
La entrevista a Zaluzhny, comandante en Jefe del Ejército Ucraniano en The Economist, que tanto revuelo generó, respecto a un “punto muerto” del conflicto, no es tal. Como veremos, la tendencia presente es, a mediano plazo, hacia el colapso ucraniano,salvo que se produzca una intervención directa de mayor envergadura por parte de la OTAN.
El objetivo declarado de la contraofensiva era, en una primera etapa, llegar a la ciudad de Tokmat, que sería, la mitad del trayecto del corredor terrestre, para luego de ahí avanzar derecho a Crimea y Mariupol en dos vectores de ataque cortando el corredor. Así, partiendo el corredor terrestre ruso en dos, se vería impedido el suministro Jerson y a Crimea.
Es decir que, de parte de Ucrania, se puso en juego un objetivo estratégico. Y desde ahí hay que medir entonces el grado del fracaso y sus consecuencias nacionales e internacionales.
La guerra puede ser larga. Como veremos en los próximos capítulos, la típica guerra de maniobras mecanizadas de la segunda guerra mundial, donde la artillería y la aviación táctica daban el apoyo para el rompimiento de las líneas de defensa, ya no es posible desarrollarla.
La vuelta a una guerra de trincheras del tipo de la primera guerra mundial, se da entonces, primeramente, porque del lado ucraniano y del ruso, los territorios se encuentran fuertemente minados. Asimismo, la abundancia de armas anti-tanque, junto el desarrollo tecnológico de los drones que, con sus funciones de vigilancia y ataque, convierten a los vehículos de desminado y a los blindados en blanco fácil para la artillería y de los mismos drones, cambiaron la ecuación.
Sin embargo, que uno de los contendientes, Ucrania, haya dilapidado una fuerza considerable de su capacidad de combate en Zaporiyia, como le pasó anteriormente en Bakhmut y más atrás en Mariupol, cambia el escenario en curso colocando la iniciativa en Rusia, en el entendimiento de que se avanza más decididamente a un punto de inflexión, aunque con claros límites.
Como veremos en profundidadmás adelante, Ucrania no solo debe mendigar (pues no tiene dinero) munición y equipamiento en el mercado mundial, sino que además debe competir por esos suministros, ya de por sí escasos, con Taiwán, Israel y Corea del Sur. Como iremos analizando, se están acumulando enormes contradicciones contra Ucrania, sin que ello necesariamente abra grandes perspectivas para Rusia.
Antes de pasar al meollo del asunto, como autor del artículo quiero dejar sentado que el presente análisis se hizo a partir de analizar los mapas de guerra publicados por Ucrania y Rusia. Por el análisis de 2 años de partes de guerra. Hemos elegido citar solamente medios pro-Otan, para darle a la presente superioridad rusa la mayor objetividad posible.
Parte II: Balance de la contraofensiva.
A diferencia de la última ofensiva ucraniana exitosa de septiembre de 2022 en Kharkiv, donde se combinó el avance sorpresa y una débil preparación de la defensa rusa, por la que ucrania cosechó una importante victoria táctica que le permite hasta hoy bombardear sistemáticamente los Oblast rusos fronterizos de Belgorod, Briansk y en menor medida Kursk, (léase líneas de suministro, depósitos y población civil), está vez no hubo ninguna sorpresa para el ejército ruso.
Se trató de la contraofensiva más anunciada de la historia militar moderna dado que, lo que sería la ofensiva de primavera terminó siendo de verano. La ofensiva, tuvo un eje principal en el corredor terrestre y uno secundario, pero de envergadura, en Bakhmut.
La OTAN armó hasta los dientes a Ucrania para acometer este intento. Complejos HIMARS, todo tipo de tanques, IFVs y APCs y, fundamentalmente, una provisión excepcional de munición de 155mm extraída de Corea del Sur.
Luego de meses de choques con las tropas rusas, donde Ucrania no pudo sobrepasar la primera de las tres líneas defensiva del complejo “Surovikin”, el ejército ruso hizo público que engañó a Ucrania y la Otan.
No hubo una defensa basada en la ocupación de líneas de trinchera bien fortificadas, lo cual hubiera colocado como blanco fácil por el fuego de artillería y drones de ataquea la infantería, sino que hubo una defensa elástica, donde a partir de pequeñas escuadras de alta movilidad a través de túneles y posiciones de tiro conectadas con las trincheras, se derrotaron diariamente a las columnas ucranianas.
Esto se combinó con un importante fuego de artillería colocado en posiciones fortificadas sobre el terreno con elevaciones, el cual aumentó sus índices de efectividad sobre la base de un mayor despliegue de drones de vigilancia, así como también con la colocación de mayor cantidad de complejos de guerra electrónica. El campo minado fue fatal para las columnas ucranianas.
Pero, fundamentalmente, la estandarización y producción en cadena de bombas planeadoras de 250, 500 y 1500 Kg, le permitió tener a Rusia, en esta parte del frente, una amplia superioridad aérea.
Esta superioridad aérea en la zona de la contraofensiva, claro está, no sólo se estableció por el uso sistemático de la aviación táctica, sino también por el despliegue de helicópteros de combate que, con sus avanzados misiles guiados, se cargaron APCs e IFVs (blindados de transporte de infantería) y todo tipo de tanques (Leopards, T-72 modernizados, T-64, etc).
Básicamente, Rusia condujo al ejército ucraniano a donde pretendía que Ucrania avanzara, en un remake de las tácticas defensivas soviéticas. Así, de una simple apreciación del mapa de Robotino/Verbove, el principal vector de la contraofensiva fallida, más aún si se mira un mapa topográfico, se puede ver que los ucranianos entraron en una bolsa de fuego sin superar la zona táctica de la defensa.
Los rusos colocaron regimientos de fusileros motorizados a defender las zonas bajas, en tanto que los paracaidistas (VDV), que son las tropas más experimentadas de dicho ejército, defendieron las alturas de los laterales que jamás entregaron, aplicando un gran fuego de artillería a las tropas ucranianas que avanzaban sobre Robotino.
Asimismo, en el norte del frente, las ganancias territoriales ucranianas de los primeros meses de la contraofensiva, sobre las localidades adyacentes a Bakhmut, Andreevka y Klichivka, que ponían a la propia Bakhmut bajo la posibilidad de caer un cerco, se están evaporando al momento de escribir estas líneas. Porque, luego de que Ucrania avanzó a un enorme costo de pérdida de equipo y mano de obra, cuando tenía en ese frente una importante superioridad numérica sobre el ejército ruso, ahora es Rusia quien está contraatacando y recuperando territorio.
En este contexto, lo único positivo para Ucrania en esta contraofensiva, es que, con la provisión por parte de la OTAN de drones acuáticos de superficie junto al envío de los misiles Storm Shadow, para lo cual se modificaron los aviones SU-24M de la fuerza aérea ucraniana, pudieron pasar de los ataques con drones al uso de material pesado sobre Crimea y la infraestructura de la flota del Mar Negro.
Así, Rusia debió retirar gran parte de la flota en dirección a Krosnodar, lo cual le permitió a Ucrania establecer un corredor marítimo unilateral, fuera del esquema de granos que ambas partes habían fijado con Turquía y que los rusos habían dado por concluido, para el traslado de grano y otros menesteres. Sin embargo, la aviación naval rusa ha intensificado su patrullaje y, si bien hubo un desplazamiento de la flota, lo cierto es que sigue ubicada en posiciones donde tienen bajo rango tiro a la mayoría del suelo ucraniano con misiles de crucero.
Rusia, claro está, sufrió bajas en su acción defensiva, pero nada en comparación al desgaste ucraniano. Es que, las bajas (que no fueron asimétricas), además no hay que medirlas en términos meramente numéricos, sino que deben contrastarse con la tasa de reposición de tropas y con la capacidad demográfica de reserva de cada contendiente. Así, 100mil pérdidas de Rusia no equivalen a 100mil de Ucrania.
Las estimaciones militares de manual, establecen que el que ofende (ataca), debe, como mínimo, superar al defensor en una proporción de 3 a 1, ello porque quien defiende en posiciones fortificadas tiene menos bajas que quien ataca. Sin embargo, aunque no haya cifras claras, hay estimaciones serias que dan cuenta que Ucrania perdió alrededor de cien mil tropas solo en el vector de Zaporiyia, una cifra que supera, por ejemplo, a las 70mil bajas de EEUU en los 10 años de guerra en Vietnam.
Naturalmente, el fracaso ucraniano ha acicateado las tendencias al recorte de envío de armamento y asistencia a Ucrania. La derrota, asimismo, insufla las contradicciones internas entre el mando militar y el político en la pelea mutua por despegarse de la responsabilidad de la derrota, donde se ponen en la cancha asesinatos, carpetazos y conspiraciones, como ya se comentó en Prensa Obrera. La perspectiva de una escalada derivaría, inevitablemente, en golpes y autogolpes que medrarían aún más contra el esfuerzo de guerra ucraniano.
Parte III: Las Razones materiales del fracaso de la contraofensiva, que marcan lo que viene.
“Putin parece estar ganando la guerra en Ucrania… por ahora”, titula The Economist, a regañadientes, en un artículo del 30 de noviembre.
Si tomamos el fracaso de la contraofensiva con la consecuente destrucción de tropas y equipo ucraniano, sumado a la dificultad de reclutar tropas, y se lo contrasta con el avance de producción militar rusa y su mayor ritmo de formación de unidades de infantería y brigadas, se entiende por qué, otra vez, hay un cambio de la iniciativa estratégica en la guerra, ahora a favor de Rusia, lo cual se ve en todas las direcciones del frente.
Ucrania está en una situación extremadamente crítica. Ahora mismo, cada desplazamiento de tropas para frenar una embestida determinada, supone el avance de Rusia en el lugar que trasladó tropas para tapar huecos. ¿Cómo se explica esto?
Suministros y poder de fuego
Diversas fuentes otanistas han tenido que reconocer que ahora Rusia produce 7 veces más cantidad de municiones de artillería que la OTAN en su conjunto. Recientemente, el Wall Street Journal publicó un artículo donde afirman que en el verano de 2023 Ucrania lanzaba por día 7000 municiones de artillería de 155mm y de morteros de 122mm, en tanto que Rusia 5000. Actualmente, de acuerdo al periódico, Rusia lanza 10000 por día y Ucrania 2000.
Una relación similar existe en producción de drones, pero de 6 a 1. En materia de guerra electrónica, hay un consenso cada vez más extendido respecto a que Rusia es el ejército del mundo más poderoso en esta materia.
En artillería, además, la cuestión no es solo la diferencia de producción, sino que, del lado de la OTAN y sus existencias, “El fondo del barril ahora es visible”, dijo (…) el almirante Rob Bauer de los Países Bajos, presidente del Comité Militar de la OTAN y funcionario militar de mayor rango de la OTAN, sobre las reservas de municiones de Occidente durante una discusión en el Foro de Seguridad de Varsovia”. (CNN 4/10/23)
En materia de drones, la cosa es peor. “Los cielos sobre el campo de batalla ahora están llenos de drones rusos. Alrededor de Bakhmut, los soldados ucranianos estiman que Rusia está desplegando el doble de drones de asalto de los que puede Ucrania”.(The Economist, 23/11).
Y no se trata de cualquier dron. Los Lancet, la munición merodeadora rusa, están haciendo las veces de contrabatería en profundidad con una altísima efectividad, cargándose desde radares hasta piezas de artillería de todo tipo. Para peor, del lado ruso se está progresivamente equipando a los drones con visión térmica, lo cual hace que los desplazamientos nocturnos y las rotaciones de personal de Ucrania sean más peligrosos que durante el día.
En la misma línea, la prensa alemana dice que “Rusia está por delante de Ucrania en la carrera de drones: desarrolla sus modelos y aumenta los volúmenes de producción”(Der Spiegel 1/1/24) “Existe una verdadera carrera armamentista en el ámbito de los vehículos aéreos no tripulados, y Kiev la ganó al principio, pero la situación ha cambiado. Rusia no sólo ha aumentado la producción de drones, sino que también está creando modelos especiales, por ejemplo, con cámaras termográficas, que son especialmente útiles en invierno, con pocas horas de luz.” (Idem)
Y no solo es que Rusia tiene líneas fortificadas con concreto, también las tiene con guerra electrónica: “El creciente éxito ruso en la guerra con drones se explica en parte por la densidad de sistemas ew (eletronicwar) que puede desplegar, gracias a esos años de inversión. (..) los rusos están desplegando un importante sistema ew cada 10 kilómetros a lo largo de la línea del frente. Piensan que, entre muchos sistemas rusos de guerra electrónica, el shipovnic-aero, montado en un camión, está resultando especialmente mortal para los drones ucranianos.
El sistema tiene un alcance de 10 kilómetros y puede tomar el control del dron, adquiriendo al mismo tiempo las coordenadas del lugar desde donde se pilotea, con una precisión de un metro, para transmitirlas a una batería de artillería.” (The Economist, 23/11)
Esto último de la guerra electrónica, tiene sus consecuencias en el campo de batalla ya que “Ucrania descubrió en marzo que sus proyectiles Excalibur guiados por gps comenzaron repentinamente a desviarse del objetivo, gracias a la interferencia rusa. Algo similar empezó a suceder con las bombas guiadas jdam-er que Estados Unidos había suministrado a la fuerza aérea ucraniana, mientras que los cohetes de largo alcance gmlrs lanzados por Ucrania también empezaron a errar sus objetivos. En algunas áreas, la mayoría de las rondas gmlrs ahora se desvían.” (The Economist, 23/11)
“Tanto Rusia como Ucrania han mantenido sólidas escuelas de I+D para la guerra electrónica que se establecieron en la época soviética, pero el gobierno ruso ha invertido mucho en nuevos equipos durante más de una década.” (Financial Times 7/1/24). FT escribe sobre dos sistemas avanzados: “Field-21”, que puede bloquear un área de 150 km, y los sistemas móviles “Murmansk”. “El problema es que los rusos son capaces de desplegar sistemas de guerra electrónica en la mayor parte del frente, hasta el nivel de pelotón“.
Y no solo eso, la NASA exhibió fotografías de Crimea donde a sus satélites les fue imposible captar el suelo debido a los complejos de guerra electrónica allí apostados. Por ello, es que periódicamente la OTAN despliega drones militares en el mar negro, que se despliegan desde suelo rumano.
Finalmente, resta agregar que mientras la producción de misiles de la OTAN se encuentra baja, el Secretario General de la OTAN Stoltemberg afirmó que Rusia acumuló una importante reserva de misiles para la campaña de invierno, ello, claro está, sin detener su producción diaria (larazón.es 15/11/23).
Naturalmente, Rusia no está produciendo misiles, drones y complejos de guerra electrónica con inmensas factorías que desmantelan semiconductores de lavadoras y heladeras… Es obvio que, siendo el mayor productor de drones en el mundo, China auxilia a Rusia comerciando drones y componentes para su producción, así como también provee de chips y semiconductores. En menor medida, también hay un ingreso de estos componentes por Turquía y Kazajistán.
Esos misiles y drones rusos, que son mitigados en parte por la defensa aérea provista por la OTAN, en especial el sistema Patriot, van a entrar en mayor cantidad y profundidad, ya que “los funcionarios de la Casa Blanca y el Pentágono han advertido que Estados Unidos pronto no podrá mantener las baterías Patriot de Ucrania abastecidas con misiles interceptores, que pueden costar entre 2 y 4 millones de dólares cada una”. (New York Times 6/1/24).
El reclutamiento
La cuestión de la reposición de tropas es finalmente la última cuestión capital. Hasta ahora, la única ventaja ucraniana fue el exceso de “carne de cañón”. Sin embargo, del lado ucraniano ahora se avanzó decididamente en el reclutamiento de mujeres para la primera línea, el promedio de edad de las tropas es demasiado elevado para el combate y son muy comunes los videos en redes que captan a las oficiales de reclutamiento cazando jóvenes en las calles de los distintos oblast gobernados por el régimen de Kiev.
El asesor presidencial de Ucrania, Podolyak, manifestó a la prensa que la movilización “será difícil”. Y que “se modificará el componente propagandístico de los procedimientos de movilización”. Básicamente, dijo que van a privatizar el servicio de reclutamiento en empresas “especializadas” en la materia, que reforzarán el reclutamiento y la violencia sobre la población para movilizarla forzadamente.
Es que, por ahora, quienes estaban dispuestos a ser movilizados en la primera etapa de la guerra ya murieron o están imposibilitados. “De los 200.000 militares de las Fuerzas Armadas de Ucrania desde 2022, casi todos han muerto o han resultado heridos, los civiles están luchando”, dijo el Comandante de la misión de entrenamiento de la OTAN en Ucrania, Teniente General alemán Marlow al periódico suizo Neue ZürcherZeitung (30/12/23).
“Deben ser justos con la contraofensiva. De los 200.000 soldados profesionales disponibles en febrero de 2022, la gran mayoría ya ha caído o ha resultado herido. La abrumadora cantidad de soldados de las Fuerzas Armadas de Ucrania en la línea del frente hoy son civiles o, en el mejor de los casos, reservistas”, añadió Marlov.
Las agencias de reclutamiento están hartamente sospechadas de corrupción, ya que realizan grandes negocios porque hay una población dispuesta a pagar un gran precio por no ser movilizados.
Ucrania avanza hacia una movilización general, más adelante desarrollaremos esta cuestión. Porque Ucrania está muy lejos de haber agotado sus reservas y, sin embargo, hay un pueblo que evita enlistarse por la salida clandestina del país y todo tipo de fraudes. Hay una contradicción muy fuerte porque además de la resistencia social a una nueva movilización forzada, no se cuenta con los recursos económicos para movilizar 500mil tropas.
Del lado de la UE, recientemente, funcionarios alemanes, deslizaron frente a su disminución de suministros, la posibilidad de formar 10 brigadas de combate con los 220mil ucranianos que huyeron de la matanza y que lo propio podría hacerse en distintos países de UE con otros 400mil refugiados.
Del lado ruso, se aprecia la formación de nuevos ejércitos, no solo para intervenir en Ucrania sino también para ser desplegados en la frontera con Finlandia, junto a Suecia. Las estimaciones, luego de la movilización parcial de agosto de 2022, dan que actualmente Rusia tiene 500mil tropas en Ucrania y que todos los meses se incorporan 20mil voluntarios que firman contrato con el ministerio de Defensa.
Recientemente, Putin ha firmado un decreto para elevar los efectivos del ejército ruso a los 2,2 millones, de los cuales 1,3 millones serían militares. (Europa Press,1 de diciembre). Se trata, sin lugar a dudas, de un problema para la OTAN y para Ucrania. Pero un problema relativo, porque es una fuerza que, con mucho, podría ocupar la mitad de Ucrania. Es decir, que la oligarquía rusa comandada por Putin y compañía no tiene intenciones de una derrota total del régimen de Kiev y la OTAN, y como veremos en próximos capítulos, lo mismo ocurre del otro bando.
Es claro, sin embargo, para los choques que se vienen, que la moral no es la misma de un lado y del otro. Porque por más que del lado ruso se produzca una movilización por un impulso económico, ciertamente tendrán la moral más elevada que aquellos ucranianos que son arrastrados al frente por la fuerza.
Parte IV: La dinámica de la guerra, el imperialismo y la oligarquía rusa.
En los capítulos anteriores nos referimos al cambio de dinámica de la guerra en razón de la densidad de campos minados en territorios como los del este ucraniano, que son hartos llanos y carecen de defensas naturales, pero también debido al desarrollo tecnológico de los drones, la guerra electrónica y la munición anti-tanques.
Sin embargo, esa caracterización es correcta, pero incompleta. Porque más allá de los avances técnicos y las incapacidades actuales para obtener una ventaja decisiva, lo cierto es que las clases en pugna no quieren/no pueden, desarrollar operaciones de carácter estratégico que cambien el curso de la guerra en un sentido definitivo, por lo menos por ahora.
Rusia, el frente interno
Rusia puede haber molido al ejército ucraniano en su fallida contraofensiva, pero si no tiene una fuerza lo suficientemente numerosa y equipada para hacer valer esa situación, logrando objetivos estratégicos, como podrían serlo Dnipro, Poltava, Sloviansk y Odessa, que son los principales hubs del ejército ucraniano contra Donbas, Ucrania puede volver a recomponer sus fuerzas con el apoyo del imperialismo mundial y el reclutamiento forzoso de su población, para volver a acometer.
Recientemente, Dimitri Medvedev declaró, en sintonía con distintos mensajes de la diplomacia rusa respecto a que cualquier negociación sería sobre la base de la capitulación de Ucrania que, respecto a lo territorial, a las ciudades mencionadas en el párrafo anterior se debía agregar a Kiev como parte de las apetencias territoriales del Kremlin. Es decir que Putin fija como objetivo llevar la frontera de Ucrania a la margen occidental del río Dniper. Es cuestionable que con las fuerzas actuales pueda lograr tal cometido.
La cuestión actual es que, Rusia tiene abundancia de munición de artillería y misiles, al punto que, en distintos sectores del frente se utiliza a mansalva para objetivos menores como una media escuadra de infantería y también se están realizando los ataques aéreos más masivos de la guerra en todo el suelo ucraniano. Asimismo, la introducción de cierta munición iraní y norcoreana, a la que Rusia está echando mano, aumenta más esta ventaja y tiene alcances geopolíticos, como veremos más adelante en el próximo capítulo.
Sin embargo, el momento actual, que muestra a una Rusia que crece en producción, suministros y reposición de tropas, no debe hacernos perder de vista que el ejército ruso entró con enormes falencias a la guerra con Ucrania y que, a su vez, más aún ahora con la inclemencia del invierno, se ve una gran crisis de su infraestructura, por ejemplo con la caída masiva del suministro eléctrico y de calefacción en Moscú y distintas regiones del país.
En cuanto al intento de ingresar en febrero de 2022 con una columna masiva de blindados a Kiev, sin haber establecido líneas de suministros, sin haber realizado una demolición previa de la defensa aérea (aunque sí se cargaron a gran parte de la fuerza aérea), fue fácilmente derrotado con drones y con misiles stinger y los javelins provistos por la OTAN.
El objetivo, claro está, no era una ocupación militar de Ucrania, sino un golpe de Estado realizado por un asalto del ejército ruso, para cambiar al régimen en Kiev por uno prorruso.
Así, ante el fracaso del asalto a Kiev, Putin no solo se encontró frente a la incompetencia de su propio servicio de inteligencia, sino también con una guerra para la cual el Estado ruso no estaba del todo preparado. Y no estaba del todo preparado porque, mientras el fracaso en el norte era total, en el sur habían logrado llegar desde Rostov y Crimea hasta Jersón, superándolo varios kilómetrosmucho más allá del Dnieper.
En el camino, la cúpula corrupta del Kremlin tuvo que ir removiendo a distintos mandos corruptos e incompetentes que generaron pérdidas enormes de personal y de equipo e incluso de territorio. Tuvo que equipar a un ejército con terribles problemas de suministros, con soldados sin chalecos antibalas. Tuvieron que poner a punto su moderna aviación, con una gran flota de aviones multipropósito, bombarderos estratégicos e interceptores, pero sin grandes capacidades misilísticas para una guerra prolongada, y totalmente carente de bombas guiadas de planeación.
Así, durante la primera mitad de la guerra, era normal ver a un bombardero Sukoi soltando una mina explosiva contra una posición defensiva, cual bombardero de la 2da guerra mundial. Es decir que colaban un avión y su tripulación a posiciones dentro del rango de la defensa antiaérea, para atacar un mero objetivo táctico.
También, Rusia entró a la guerra con una prácticamente nula incorporación de drones de combate a sus operaciones. Por el contrario, Ucrania, hizo estragos en la primera etapa de la guerra con distintas gamas de drones, y el dron turco Bayraktar, hoy neutralizado y pasado al olvido, supo ganarse la atención de la comunidad de inteligencia de ambos lados.
La movilización parcial y el reclutamiento masivo de Wagner en las cárceles se dieron en un momento desesperado para el ejército ruso. Con un ejército agotado, que debía contener un frente más allá de sus posibilidades. Con la pérdida de Kharkiv y la retirada de Jersón. Así, con el Grupo Wagner reclutando carne de cañón en las prisiones y la movilización parcial, se estabilizó el frente y el reclutamiento por contrato suministró, por ahora, las necesidades de reposición de tropas.
En el plano económico, Rusia fue privada de activos depositados en el sistema financiero europeo y de EEUU por unos u$s300mil millones, fue expulsada del mercado energético europeo con el cierre de gran parte de gasoductos y oleoductos, así como con la voladura de los North Stream.
Tuvo que ir tomando medidas para movilizar la producción militar y sortear las sanciones en materia de bienes tecnológicos críticos a través de triangulaciones con China, Turquía, Kazajstán y Marruecos.
Claramente, esta faceta de las triangulaciones estaba prevista de antemano dado que, incluso de prosperar el putch sobre Kiev, las sanciones lloverían sobre Moscú. En ese contexto, las triangulaciones fueron efectivas en materia de volumen, pero obviamente suponen un sobre costo para la economía y, sobre todo en materia de chips chinos, que no siempre son todos de óptima calidad.
Así, en tanto Rusia debe orientar sus exportaciones de crudo y gas a China, India y Turquía, con un precio de descuento, cuando estos países lo revenden luego a un sobreprecio en el mercado europeo, se refuerza la dependencia de la industria rusa respecto de los bienes críticos que debe importar de estos países.
Si bien es cierto que Ucrania depende 100% de la financiación de la OTAN, no solo para su esfuerzo de guerra, sino también para el financiamiento del aparato del Estado, incluyendo el pago de las jubilaciones, Rusia, como se ve, tampoco goza de una total autonomía para desarrollar su guerra industrial contra el complejo militar de la OTAN.
Si bien el campo de la información en Rusia es bastante cerrado, han surgido noticias respecto a que la Federación Rusa tiene enormes problemas con la producción de máquinas-herramientas, las cuales importaba previo a la guerra casi en su totalidad de Europa, principalmente Alemania y, que ahora, se provee en un 90% de China, Japón y Corea del Sur.
En otro extremo, las sanciones empiezan a mostrar su cara en el campo de la aviación civil. Habiendo cortado los lazos con Boing y las distintas compañías occidentales, Rusia no tiene forma de mantener su flota, en cuanto a repuestos y reparaciones. Debe sufrir una importante cantidad de desperfectos y cancelaciones.
La respuesta del gobierno ruso, dada la importancia que tiene para la logística la aviación en el país con mayor extensión territorial del mundo, es la de impulsar la producción nacional de sus aviones. Sin embargo, a la proyección de producir 1000 aviones para 2030, las estimaciones debieron reducirse a los 500. En ese contexto, Rusia combina una complicada producción nacional con la canibalización de su flota para utilizar repuestos para reparaciones.
No pareciera, de momento, que China cerrase el grifo de la triangulación y el comercio con Rusia. Si esto ocurriera, el gobierno de Putin podría encontrar su colapso económico y tener que virar las operaciones militares en otro sentido.
¿Qué tenemos de la relación económica chino-rusas? Alexander Firanchuk, Investigador principal de RANEPA (Academia Rusa de Economía Nacional y Administración Pública bajo la presidencia de la Federación Rusa), nos dice en un monitoreo realizado en diciembre pasado que, “En enero-octubre de 2023, las importaciones chinas de productos rusos ascendieron a 106,3 mil millones de dólares (+13% en comparación con el período correspondiente en 2022 y +69% en relación con 2021), de los cuales el 70% fueron combustibles fósiles, es decir, 81,8 mil millones de dólares. En este caso, desde marzo de 2022, el petróleo ruso se suministra a China con un descuento, que en el verano de 2022 fue del 16%, y a finales de año cayó al 4-9%. (https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=4677161)
Respecto a las ventajas de China por los precios con descuentos, indica que, “Debido a la introducción de un embargo sobre el suministro de petróleo ruso en mayo de 2023, el descuento volvió a aumentar hasta el 11% y luego ascendió al 4% en septiembre-octubre. Como resultado, estimamos el descuento total para enero-octubre de 2023 en 3.700 millones de dólares y en 5.300 millones de dólares para marzo-diciembre de 2022. En cuanto a las exportaciones de productos chinos a Rusia, la categoría “Maquinaria, equipo y vehículos ” (excluido el producto grupos) representa más de la mitad de las importaciones procedentes de China (61%)” (Ídem).
Así, si bien “Rusia, a pesar de las sanciones, aumentó la extracción de petróleo en 2023 por segundo año consecutivo y está cerca de un récord para todo el período postsoviética” (Bloomberg 11/1/24), lo cierto es que esto se hace a importantes precios de descuento para la exportación.
Y, tomando la participación de los distintos países hostiles a Rusia con el comercio exterior chino, advierte: “En 2022, China se convirtió en el principal socio comercial de Rusia, por delante de la Unión Europea. Según la Administración General de Aduanas de China para enero-octubre de 2023, la participación de China en el comercio con Rusia se puede estimar en un 32% (41% en las importaciones y 26% en las exportaciones rusas).
“A finales de año, el volumen de negocios comercial con China se estima en 225 mil millones de dólares (+22% para 2022 y +60% en relación con 2021). Para China, Rusia es un socio menos importante en el volumen de negocios comercial general (3,9% en enero-noviembre de 2023): los productos rusos representan solo el 5,1% de las importaciones totales de China, mientras que el mercado de ventas ruso representa el 3,3% de las exportaciones de China.”
En contraste con este porcentaje aún bajo de volumen comercial entre Rusia y Rusia, el analista dice “el volumen de negocios comercial de China están firmemente ocupadas por países hostiles a Rusia: la UE (13,2%), Estados Unidos (11,2%), Japón (5,4%), Corea del Sur (5,2%), Taiwán (4,5%). y Australia (3,9%). Teniendo en cuenta su participación en el volumen de negocios comercial y el mayor grado de intercambiabilidad de los bienes primarios en comparación con los bienes industriales, se puede decir que la dependencia de China del suministro de bienes industriales de países hostiles excede significativamente su dependencia de la importación de materias primas rusas. Por lo tanto, existen riesgos de sanciones secundarias que afecten el comercio mutuo entre China y Rusia, especialmente si se aplican contra empresas individuales.”
Este señalamiento último, y la dureza de los números, son un importante argumento, pero ello no puede dejar perder de vista que, si bien Rusia tiene una menor participación en el comercio con China en relación a los países de la Otan y sus aliados, lo cierto es que ninguno de ellos es proveedor militar de China, ni tampoco realiza ejercicios militares conjuntos en el océano pacífico.
Así, aunque el grifo de la triangulación y el comercio con China, y en parte también con India, no pareciera que vaya a cerrarse para Rusia en lo próximo, para la oligarquía rusa todo esto de la “operación militar especial” resultó fatal. Le confiscaron sus activos en el extranjero y fueron expulsados de posiciones del mercado mundial que ya tenía consolidada en una posición de bajo orden, como un medio para garantizar su existencia parasitaria en la vida social de Rusia.
La mejor explicitación de este descontento de la oligarquía, fue el motín de Prigozine, que, lejos de expresar un ala patriótica militar, tuvo detrás a distintos sectores de la oligarquía rusa descontenta. Claro está que, quien inició un amotinamiento y una marcha a Moscú concomitantemente con el lanzamiento de la contraofensiva ucraniana, no actuaba por una guerra total por el triunfo de Rusia, sino por la derrota de Rusia ante la contraofensiva ucraniana.
Para desgracia de Prigozine y sus mecenas, el inicio de la contraofensiva fue el momento de mayores bajas para Ucrania, puesto que se basó en el ingreso de masivas columnas de Leopards 2, Bradleys, Challengers y todo tipo de vehículos blindados, que fueron destruidos en la línea de contacto. El dueño de Wagner, no logró apoyo de los servicios de inteligencia, ni tampoco en las tropas que estaban defendiendo el corredor terrestre. Incluso, muchos Wagner desertaron de la “marcha de la justicia a Moscú” y hoy están acoplados, para terror de los ucranianos, a las fuerzas chechenas e incluso a la guardia nacional.
Que Prigozine haya fungido de traidor, no debe hacernos creer que el bando de clanes que están detrás Putin, Shoigu y Gerasimov representan la guerra total contra la OTAN, ya que expresan la política de buscar un acuerdo con el imperialismo mundial, para repartirse a Ucrania, recuperar los activos financieros congelados al Estado ruso y los oligarcas y remover las sanciones económicas. Golpean para negociar, como la burocracia sindical peronista de la década del 60.
Justamente, los sectores políticos nacionalistas rusos, que son perseguidos por el gobierno y cuentan con detenidos por sus reclamos de movilización general y sus críticas por una tibieza del mando político militar, consideran, ciertamente con un grado verosímil de realismo, que no es posible llegar a ese tipo de compromiso con EEUU.
Así, la derrota del motín de Prigozine y su posterior asesinato en un avión con el resto de la plana mayor del Grupo Wagner, sin posteriores consecuencias sociales y políticas, sumado a la derrota de la contraofensiva ucraniana, el actual avance táctico en todo el frente (que podría ser considerado operacional si se toma de conjunto) y el aumento de la producción militar e industrial, le han dado una cierta estabilidad a Putin, al punto que decidió presentarse para las elecciones de marzo de 2024, algo que no estaba confirmado y que se tuvo en duda por un considerable tiempo.
Sin embargo, también cometeríamos un error si apreciáramos la actual fotografía dentro de Rusia sin ver la situación más de conjunto. Objetivamente, las sanciones tienen un peso en la economía Rusia. El aumento de la producción vino de la mano con una fuerte alza de la inflación, algo que el Banco Central Ruso combate a la argentina, elevando la tasa de interés, actualmente al 16% anual.
Asimismo, debe tenerse en cuenta que Rusia, si bien tiene una población sensiblemente superior a la ucraniana, lo cierto es que el actual desarrollo industrial le genera una falta de mano de obra que es compensada parcialmente con la inmigración de ex – repúblicas soviéticas. Naturalmente, estamos hablando de un país que sufrió pérdidas por decenas de millones de personas producto de las guerras imperialistas, las guerras civiles, las purgas estalinistas y la disolución de la URSS.
En este cuadro, es claro que, una nueva movilización, aunque sea parcial, podría generar una crisis social, como lo fue la primera, donde muchos jóvenes en edad de reclutamiento abandonaron el país con destino a Georgia, Turquía y otros países limítrofes.
Por eso, y a un gran costo económico, Rusia sigue movilizando voluntarios por contrato a una tasa de reposición superior a las pérdidas, pero que, ello solo le permite mantener un nivel de tropas orientado a no superar cierto umbral de paridad con la OTAN, y que a su vez profundiza la contradicción entre las necesidades de mano de obra para la industria y para el frente en un efecto de tijeras.
Aun así, es harto evidente que, de un lado, el ejército Ucrania se contrae tanto en equipo y suministros, así como también en reposición de tropas en un claro sentido negativo, mientras que, del lado ruso, el ejército se expande, se crean líneas de suministro más estables con vías férreas, se construyen hospitales y se expande la producción, es decir lo necesario para profundizar la guerra de desgaste en el invierno.
Sin embargo, habrá que ver hasta cuánto dan estos recursos rusos. Es claro que el Kremlin no ha querido recurrir a una nueva tanda de movilización, por lo menos hasta las elecciones presidenciales de marzo de 2024. Los movilizados cubren las necesidades del frente, pero habrá que ver si efectivamente lo pueden hacer en el marco de una futura ofensiva que supondrá un número mayor de bajas a las actuales.
Una nueva movilización sería un fuerte punto de apoyo para el ejército ruso, pero a la vez tensaría aún más las contradicciones sociales. Pero, con la postergación de la movilización, las tropas contratadas no alcanzan para una rotación de las tropas de la movilización parcial, lo cual ha comenzado a generar protestas y movilizaciones de las esposas de los soldados movilizados en la última movilización parcial.
Uno que dio la nota (reaccionaria), fue el diputado de la Duma Estatal por el Partido Comunista de la Federación Rusa y miembro del Comité de Defensa, Víktor Sobolev, que llamó a las esposas de los movilizados a dejar de organizar protestas callejeras y a pedir una rotación de militares en la zona del Distrito Militar del Norte. “La indignación de las mujeres es bastante comprensible, pero el problema es muy grave. Evidentemente, no se puede hablar de ninguna rotación en un futuro próximo y, en general, este no es un problema que deba resolverse en mítines, plazas y calles“, señaló el parlamentario estalinista.
Circulan estimaciones de que, entre ellas del ex ministro de Defensa -de la RPD- Igor Girkin (quien se encuentra detenido por el gobierno de Putin) respecto de que, sin una nueva movilización, y con un rearme de la OTAN mediante, Ucrania podría volver a recuperar la iniciativa en el próximo verano. Así las cosas, de no producirse un colapso ucraniano, se plantea que la crisis social que se vive en Ucrania por la movilización, se traslade, parcialmente, a Rusia por una nueva ola movilizadora.
Recientemente, la inteligencia ucraniana informó que Rusia tendría 460mil soldados en combate (debe tener otra cantidad similar para la logística y el mantenimiento), siendo que las brigadas se encuentran en promedio al 96% de su capacidad de combate, lo cual le permite, por ahora, evitar la movilización. Estas informaciones indican que no son ciertas las estimaciones de la propaganda ucraniana respecto a decenas de miles de bajas en Adviidka.
No parecieran ser ciertas. De hecho, recientemente, la ex vice Ministra de Defensa de Ucrania, Ana Maliar, se quejó de que los rusos aplican una guerra de desgaste, cuidando al grueso de sus tropas comprometiendo solo pequeñas escuadras o compañías, frente a las cuales las FFAA de Ucrania se ven obligados a comprometer munición como si se tratara de una compañía. “Su objetivo ahora es agotarnos tanto como sea posible. Para que no podamos preparar equipos y estemos mentalmente destrozados. Actúan de tal manera que no tenemos tiempo de recuperarnos” (El Mundo 14/1/24).
Resulta saludable escuchar que luego de un año, aparezca un primer cuadro ucraniano advirtiendo que los rusos están en una guerra de desgaste donde están moliendo ya al tercer ejército ucraniano, obviamente teniendo pérdidas, pero no tan comprometidas como las ucranianas. Por ello, en esta lógica de bajas, que se condice más con la dinámica del conflicto donde no existen masivos combates encarnizados de tropas, sino que el 80% de las bajas se produce exclusivamente por fuego de artillería, drones y minas, da una comprensión más clara de quién tiene más y menos bajas. Descartando las minas, pues generan bajas en quien avanza (y menormente en quien retrocede por minado remoto), si le aplicamos la relación que hay en munición de artillería, ataque de aviación y drones, es claro que Ucrania se está deshilachando.
Rusia, el frente externo
No resulta muy difícil trazar una línea paralela entre las vicisitudes que atravesó Rusia en el frente de batalla desde febrero de 2022 hasta la situación actual y lo que le ocurrió en el plano internacional. Pero si, hay que hacerlo marcando una diferencia sensible: mientras que el ascenso de la curva favorable para Rusia en el teatro de operaciones se ha vuelto apreciable, en materia internacional, y más aún en lo relativo a los países de la OTCS y limítrofes otrora “neutrales”, el retroceso ruso no encuentra todavía un punto de recomposición y estabilización.
Es precisamente en este punto, que se puede observar más nítidamente que la ofensiva rusa sobre Ucrania forma parte de una compleja operación defensiva en la que Rusia viene perdiendo frente a la OTAN. En concreto, Rusia está librando una guerra imperialista defensiva contra un imperialismo Yanky que lo está corriendo de sus posiciones de influencia periférica (imperialista), guerra en la cual EEUU lo está cercando por múltiples flancos a partir de su poderío económico y su diplomacia, en tanto que Rusia se expande y crea, lentamente, una zona de colchón sobre Ucrania, derrotando militarmente a la OTAN.
Pero tampoco, ello puede ir disociado de lo que las verdaderas clases en pugna están dispuestas a poner en juego. Así como Rusia no desplegó los medios para tomar Kiev, aplastándola en una semana, pese a poder haberlos reunido, por ejemplo, desarrollando un bombardeo con armas tácticas nucleares en todos los puentes sobre el río Dnieper, la OTAN tampoco buscó y busca una derrota de Rusia en toda la línea.
Sin embargo, es claro que la OTAN no solo está cercando a Rusia,con las posiciones de las distintas oleadas desde 1997 que prácticamente no dejó afuera a un solo país europeo del ex – pacto de Varsovia, sino que también lo está desplazando de distintas zonas que históricamente estuvieron bajo la férula de la oligarquía del Kremlin.
El ingreso de Finlandia a la OTAN, país que luego de la guerra con la URSS en 1939 mantuvo neutralidad con Rusia, y que en lo próximo acabará de cerrar la totalidad de sus pasos fronterizos con Rusia, no solo implica una importante prolongación de la frontera con la OTAN, lo que no solo pone en jaque a San Petersburgo, sino fundamentalmente que dicho país se transformó en un ariete del imperialismo yanki para poner tiro de fuego a la flota rusa del Báltico apostada en Kaliningrado. En caso de guerra, la flota del báltico rusa debería movilizarse a toda velocidad a San Petersburgo, con pronóstico reservado de sobrevivencia.
Por esta razón, es que Rusia viene desarrollando hace tiempo la ruta del mar del norte, e incluso le ha cedido parte de este tránsito a China. La ruta del Ártico, donde los rompehielos atómicos rusos abren el camino facilitado por el deshielo acelerado por el calentamiento global, da paso a la marina mercante china por una ruta que representa enormes ventajas de tiempo de recorrido en relación al canal de Suez. Rusia, acompaña el desarrollo de esta vía de navegación con la militarización del mar del norte. Aparece así, como la única vía para que Rusia contrarreste el dominio otanista en el Báltico.
Y, con el ingreso formal de Finlandia a la OTAN, que tras cartón vino con un acuerdo con EEUU para la instalación de 15 bases militares conjuntas, Rusia se dispuso a crear el distrito militar de Leningrado, en cual debería tener en lo próximo unas 50mil tropas mínimo apostadas en la frontera. Un esfuerzo adicional de guerra.
Cierto es que Rusia viene hace tiempo desarrollando la ruta del mar del norte, así como también la explotación de importantes yacimientos gasíferos en la zona (en alianza con Total y otras petroleras internacionales), al compás de un desarrollo militar en el Ártico. Del mismo modo, la OTAN ya viene realizando importantes ejercicios militares conjuntos en el mar del norte, con base en Noruega.
A este reforzamiento sobre el cerco de la OTAN sobre Rusia, debemos agregar, como dijimos, el retroceso en sus áreas de influencia históricas. Ucrania no es el único país que pugna con Moscú para salir de su férula a partir de una asociación con la OTAN y la Unión Europea o eventualmente con China.
Merecería un capítulo especial la histórica situación de alianza/rivalidad de Turquía con Rusia, por lo cual, para no irnos por las ramas, nos limitaremos a lo puntual de la guerra. Turquía es en materia militar, el segundo ejército más numeroso de la OTAN, una posición de avanzada contra Rusia y de control en medio oriente. Al mismo tiempo, tiene importantes contradicciones con EEUU, el principal país de la OTAN.
Turquía controla el Bósforo, principal salida marítima de Rusia. Al mismo tiempo, ejerce una importante influencia, incluso con organizaciones regionales, sobre los distintos estados turcomanos que integraron la URSS. Tienen incluso una organización regional de Estado turcomanos.
En Armenia, una zona histórica de influencia rusa, avanzó una pinza de la OTAN. Por un lado, Azerbaiyán, armada e instigada por Turquía, que barrió a los armenios de Nogorno Karabaj, y del otro, la OTAN que colonizó a las clases dominantes armenias que capitularon y desarrollan una abierta retórica antirrusa con la finalidad común de expulsar al contingente de paz ruso, que no solo le quitaría el papel de árbitro (cada vez menor) en el terreno, sino cerraría definitivamente la posibilidad de establecer un corredor terrestre de Rusia con Irán.
La permanencia de Armenia en la OTCS, dado que no participó de los últimos ejercicios, pareciera estar más motivada por transmitir información militar a EEUU que por una necesidad de defensa nacional.
En Kazajstán, la situación rusa es de retroceso. Sin embargo, resulta poco plausible que aquí la OTAN consolide una posición, puesto que, geográficamente, la república kazaja se encuentra entre Rusia y China. Es posible que con las presiones sobre los rusoparlantes y el proceso de “desrusificación” con el cambio de nombres ciudades y calles, Kazajstán consiga una mejor posición para negociar con Rusia la necesaria renovación de su sistema energético. Sin embargo, la dirección es clara, recientemente, el gobierno kazajo dio de baja la totalidad de las señales de medios de comunicación rusa.
Asimismo, Kazajstán firmó contratos de provisión de blindados y artillería con Turquía por varios millones de dólares. Más allá del negocio de la compra de armas, donde los burócratas gobernantes muerden su parte… ¿Para combatir con quién requieren de ese equipo militar?
Moldavia también necesitaría artículo especial, sin embargo, podemos resumir lo siguiente. La retirada rusa de Jerson, volando los puentes sobre el Dnieper, cuando Surovikin asumió el control de las operaciones y se estaba desarrollando la exitosa contraofensiva ucraniana sobre Kharkiv, supuso abandonar el objetivo de Odessa, por un futuro indeterminado y, por lo tanto, una unificación territorial con Transnistria.
Desde allí, se reforzó una tendencia anti-rusa más enconada y en pos de meter a Moldavia en la OTAN y en la Unión Europea. A la resolución que impulsaron y lograron que se vote en 2018 en la Asamblea General de las Naciones Unidas, reclamando la retirada del contingente militar ruso en Transnistria y la resolución del Parlamento Europeo de marzo de 2022 que reconocía a Transnistria como una región moldava ocupada por Rusia, ahora se añade que las autoridades pro OTAN de la primera ministra Maia Sandu (ciertamente de doble nacionalidad con la rumana), han prohibido al principal partido de la oposición, Shor, pro-ruso.
Desde el inicio de la guerra con Ucrania, Moldavia terminó de romper con Rusia. Canceló los contratos de provisión de gas con Rusia, al costo de hundir a su población en la miseria, pues cambió contratos baratos por otros provistos desde Europa a un costo más elevado. Abrió su mercado a la importación masiva de productos agrícolas ucranianos, arruinando a su débil sector agrícola.
El gobierno avanza a una unificación nacional con Rumania, cuyo idioma ha sido reconocido como el oficial del Estado, como un doble paraguas de ingreso a la OTAN y la UE, aunque a costa de la disolución nacional.
Por último, todavía es muy reciente, pero el servicio de inteligencia de Transnistria publicó que se produjeron tiroteos en la frontera con Ucrania y que dos ciudadanos fueron secuestrados hacia el lado ucraniano. Si bien ya hubo mucha propaganda de guerra el año pasado en torno a una invasión de Ucrania a Transnistria, básicamente para apoderarse de un gran arsenal heredado de la URSS allí apostado, habrá que ver si el episodio se refirió a un enfrentamiento con fuerzas especiales del GUR ucraniano o a un simple incidente con contrabandistas ucranianos.
Las pérdidas de zonas de influencia de Rusia solo son comparables con las de otro miembro de la OTAN, Francia, en el continente africano. Allí, el que ganó a expensas de Francia fue China, y Rusia entró como socio segundo orden.
Contradictoriamente, el retroceso de Rusia en relación a su histórica área de influencia fronteriza, vino aparejado de un reforzamiento de sus alianzas con China, Irán, Corea del Norte, India (con quien tienen una histórica relación militar desde la URSS), Arabia Saudita y los demás países de los Brics. De momento, Rusia estaría aprovechando para el esfuerzo de guerra su papel de proveedor de energía barata a sus nuevos socios. El perdedor es Europa y principalmente Alemania, cuya ventaja económica comparativa era la asociación de su alta productividad del trabajo a la provisión estable, abundante y a bajo costo de la energía rusa.
Este acercamiento de Rusia con China, Irán y Corea del Norte tuvo también su correlato en el plano militar.
Como se mencionó, la provisión de drones y piezas para drones FPV de parte de China, juega un papel fundamental. Más aún, la exportación de chips y semiconductores.
La provisión iraní de drones Shahed-136 fue un factor estratégico para Rusia. No solo eso, en estos momentos se empieza a apreciar una producción en cadena de estos drones dentro de Rusia, y ahora mejorado, el Shahed 238 o Gerán III, por una propulsión a reacción, la cual les da mayor velocidad y un poco menos autonomía de vuelo. El dron pasa a una velocidad máxima de 200km a 600km. De ese modo, ya no son óptimas las defensas antiaéreas con ráfagas de ametralladora, se tienen que derribar con misiles antiaéreos o con guerra electrónica.
Se trata de un dron que Rusia adoptó con el nombre de la flor Geranio y que recientemente China presentó su propia versión, a la que llamó Girasol. China la exhibió con una lanzadera múltiple. Rusia también recientemente exhibió su lanzadera, a la que le agregó un sistema de navegación de IA para realizar ataques automatizados en enjambre.(https://galaxiamilitar.es/un-video-muestra-una-replica-china-del-uav-irani-asombrosamente-igual-al-shahed-136/)
La prensa occidental ha dejado trascender que este acuerdo militar con Irán iba de la mano de una entrega de una veintena de aviones multipróposito SU-35, que se cubrirían de un contrato que Egipto canceló con motivo de la invasión sobre Ucrania. Todavía no hay pruebas de dicha transferencia.
Con Corea del Norte, la cuestión avanzó también. A los envíos de municiones de artillería que ya se venían reportando el año pasado, ahora se suman los reportes del envío de misiles balísticos. Por lo pronto, luego de dos intentos fallidos norcoreanos de poner en órbita un satélite de observación militar, a poco tiempo de la visita de Kim a Vladivostok, Corea del Norte logró con éxito el despliegue de su primer satélite militar y ya colocó su segundo.
EEUU ha salido a declarar que en los bombardeos masivos rusos sobre Ucrania del 29/12/23 al 2/1/2024, Rusia utilizó el misil balístico norcoreano, que es una réplica del Iskander ruso y que en las redes social llaman jocosamente “KimIskander”. (Infobae 4/1/24)
Si bien es cierto que esta puede ser una propaganda del gobierno del partido demócrata de EEUU en su interna por el suministro de armas a Ucrania con el Partido Republicano, lo que también es real es que, de ser veraces estas afirmaciones, implicarían un problema geopolítico para EEUU y para Ucrania en materia de suministros, puesto que ya no solo debería competir por el suministro de materiales con Israel y Taiwán, sino también con Corea del Sur.
Es que Corea del Sur presumió siempre de su defensa aérea provista por EEUU, en el sentido abierto de que tenía la capacidad para derribar el 100% de lo que le arroje Corea del Norte. Como dijimos, la contraofensiva ucraniana se pudo realizar, básicamente, por una importante transferencia de artillería de 155mm de Corea del Sur. Así, si fuera cierta la utilización de dicho misil norcoreano, y si más aún si damos crédito a los lugares de lanzamiento y de impacto informados por la propia prensa occidental, los ataques rusos recorrieron sobre el sistema Patriot, Nasams e Iris-T de Ucrania, en una distancia muy superior a la trayectoria que deberían volar en la península de Corea.
Así las cosas, ante el aumento de las tensiones actuales en la península de Corea, respecto de las cuales ya hubo recientemente una escaramuza con fuego de artillería sobre el mar, EEUU debería reforzar la defensa aérea del Sur, justamente en momentos que existen confirmaciones por la prensa occidental respecto a que en los bombardeos del 29/12/23 al 2/1/2024,Rusia no solo se cargó sistemas Patriots, Nasams e Iris-T, sino que también lo hizo con depósitos de munición de estos sistemas. También hay que reponer la munición de artillería surcoreana enviada a Ucrania. Y los “KimIskander” pueden ser cargados con ojivas nucleares.
Si ya dijimos más arriba que hay información respecto a que se cerraría el grifo de misiles para los complejos antiaéreos Patriots, esto último significa un nuevo clavo en el ataúd de Ucrania.
Ucrania, los límites de la movilización general y la perspectiva de la catástrofe
Ucrania se encuentra sumida en una crisis de poder. El país se encuentra loteado por Black Rock, los distintos servicios de inteligencia de la OTAN, políticos burgueses corruptos y los batallones neonazis. El pueblo trabajador es carne de cañón del imperialismo mundial y, también de Rusia.
Lejos está Ucrania de haber acabado su potencial de reclutamiento. Los datos demográficos dan cuenta que, al ritmo actual de bajas, todavía hay un largo trecho para cumplir la máxima de pelear “hasta el último ucraniano”.
Sin embargo, la moral es muy baja. Esto se expresa en el éxodo constante que obligó a la guardia fronteriza a reforzar los controles en bosques y pasos fronterizos para evitar una deserción masiva. Se calcula que, por lo menos hasta que se reforzaron recientemente los controles, se iban por vías ilegales más de 10mil hombres por mes, el equivalente a dos brigadas bajo los estándares de la OTAN. Respecto a las bajas, están en una proporción de 2 a 1 en relación a la reposición de tropas, que se estima en un reclutamiento de 10mil soldados por mes.
El New York Times, o el “New Orc Times” (como ahora lo llaman los medios ucranianos asignándole un carácter prorruso, porque la propaganda de guerra ucraniana dice que los rusos son orcos), tituló el 9/1/2024 que Ucrania se encuentra frente a las “Las puertas del infierno”.
“Las fuerzas ucranianas están sufriendo grandes pérdidas. En los últimos meses, casi todos han resultado heridos o han escapado milagrosamente, dijeron los soldados.” En otro tramo del artículo que entrevista de primera mano a personal militar, “el comandante de reconocimiento de la 117.ª brigada dijo que hay suficientes armas, las Fuerzas Armadas de Ucrania no tienen suficiente personal”.
Además, marca que la utilización de drones, se debe a la falta de artillería “Las Fuerzas Armadas de Ucrania suelen utilizar drones en lugar de artillería, porque cada vez hay menos proyectiles, pero solo uno de varios vehículos aéreos no tripulados alcanza el objetivo y muchos se pierden debido a la interferencia”. Y, agrega que el “uso masivo por parte de Rusia de drones kamikaze FPV, obliga a las Fuerzas Armadas de Ucrania a abandonar sus equipos y actuar a pie”
El número de heridos graves en las Fuerzas Armadas de Ucrania “ha aumentado un 30% en las últimas semanas”(ABC News 9/1/24). En este artículo, también se entrevista a personal médico de primera mano salteando a las relaciones públicas del gobierno de Kiev. “Nuestro hospital, situado a varias horas del campo de batalla, recibe diariamente entre 40 y 100 militares gravemente heridos. Mi equipo realiza entre 50 y 100 operaciones quirúrgicas en un día. Muchos de estos procedimientos son amputaciones”, dijo a ABC News el médico jefe del hospital. Mechnikov en Dnepropetrovsk Sergey Ryzhenko. Según él, desde febrero de 2022, sólo en su hospital se han realizado amputaciones a más de 3.000 militares.
Pareciera, además, que en los bombardeos de fin de año, Rusia se cargó gran parte de la industria de guerra que Ucrania comenzó a instalar en el último año. “Ucrania perdió empresas que podrían producir los misiles más poderosos del país debido a un ataque con misiles rusos”, – dijo recientemente el exjefe de las Fuerzas Especiales de las Fuerzas Armadas de Ucrania, general Krivonos.
Para una doble confirmación, dijo el coronel Ants Kiviselg, jefe del Centro de Inteligencia de Defensa de Estonia: “En todo el país fueron atacados instalaciones de infraestructura eléctrica, portuaria y ferroviaria, aeródromos militares, almacenes de armas y munición, instituciones educativas militares y empresas de la industria de defensa involucradas en la producción y reparación de armamento” (eer.ee 12/1/24)
Respecto a la responsabilidad del gobierno ucraniano en los ataques rusos, el ex Jefe de las Fuerzas Especiales dijo, “Nuestro gobierno filtra datos sobre empresas que eran capaces de producir armas poderosas”. “Nadie es responsable de los daños causados a estas empresas”, se queja Krivonos. “Los funcionarios de Kiev sólo piensan en cómo permanecer en sus oficinas y ganar elecciones.”
El General, aunque pueda estar disgustado por su despido, tiene razón. Ucrania no se está guiando por los principios de la ciencia militar, sino por una agenda de relaciones públicas tendiente a obtener ayuda internacional. Así, por ejemplo, llega un parlamentario alemán que se saca una foto en la nueva fábrica de artillería y los rusos no tardan mucho tiempo en ubicarla. Son muchos los incidentes en ese sentido. La contraofensiva es la mayor de todas ya que, como dijimos, fue la más anunciada de la historia militar moderna.
Lo mismo se aprecia en el terreno. La táctica de no entregar un centímetro de territorio, porque ello haría que Ucrania pierda la ayuda internacional, no sólo ha liquidado a las mejores fuerzas profesionales de Ucrania en Bakhmut y en la contraofensiva sobre el corredor terrestre, sino que, además, al final de cuentas, terminó dando por cerrada la ayuda de EEUU, la que, claro está, se puede volver a reanudar.
En ese contexto, el pase a la defensiva es patente. “Ucrania está construyendo barricadas y cavando trincheras, centrando su atención en la defensa”, (Reuters 11/1/24). “Mientras las tropas se mueven, puedes prescindir de las fortificaciones, pero cuando las tropas se detienen, es necesario cavar inmediatamente en el suelo”, (Oh, ¡vaya obviedad!), dijo a la publicación un ingeniero del ejército ucraniano cerca de Kupyansk.
La publicación informa que las fortificaciones se están realizando en las regiones orientales de la región de Donetsk, así como en las regiones de Jarkov, Sumy, Chernihiv, Kiev, Rivne y Volyn. Un ingeniero militar con distintivo de llamada “Lagarto” dijo que primero colocan “dientes de dragón”, luego bobinas de alambre y luego minas, si se usan. “Creo que la mayoría de estas barreras deberían haberse construido mucho antes, tal vez en la primavera. Lleva demasiado tiempo” (resaltado nuestro), dijo.
Como fuere, solo la frontera con Bielorrusia implica una longitud de 700km. De hecho, se ha reportado que en esa zona Ucrania plantó 500mil minas. Vale decir que solo en un sector acotado del corredor terrestre Rusia colocó 420mil. Es posible que haya huecos y no solo por las minas sino fundamentalmente por la falta de tropas.
El problema es que Ucrania necesita los 500 mil movilizados que reclamó Zaluzhnyno ya no para acometer una nueva ofensiva en el verano o en el 2025, sino para pasar el invierno en las fortificaciones que tardíamente están construyendo. La amenaza de Zaluzhnya a los parlamentarios de que mandaría a los hijos de los diputados al frente si no votaban la ley de movilización, resultaron ser un exabrupto innecesario.
Como ya dijimos, las dificultades para movilizar son enormes. Hace tiempo que circulan a mansalva las imágenes de los oficiales reclutadores moliendo a palos a transeúntes. Abundantes videos viralizados de redadas en el transporte público, bares, gimnasios, natatorios y centros comerciales.
Las excusas para evadir el reclutamiento, que van de matrimonios falsos, certificados de discapacidad comprados hasta el soborno, son una constante. “Los ucranianos pagan cinco mil dólares para evitar la movilización”–(Times 11/1/2024) Según el Times, desde el inicio de la guerra, el servicio fronterizo ucraniano ha detenido a más de 17 mil ciudadanos que intentaban salir ilegalmente del país. Si atraparon a esa cifra, cuántos serán los que habrán logrado escapar.
El repudio popular a los oficiales de reclutamiento cada vez es mayor. Por ello, la ley sobre la movilización total en Ucrania no ha podido ser aprobada a la primera. La Rada Suprema de Kiev está buscando una oportunidad para retrasarla todo lo posible en el tiempo. Entre las principales observaciones figuran la posibilidad de tramas de corrupción, así como la ausencia de plazos para el despido de reclutas en caso de movilización total.
El jefe de la facción ucraniana “Siervos del Pueblo”, David Arakhamia (el mismo que hizo público que Boris Jonhson torpedeó las negociaciones de paz en marzo de 2022 en Estambul), afirmó que el repudiado proyecto de ley sobre movilización, y que fue discutido confidencialmente con los militares, fue retirado para su revisión (Kiev Independent 11/1/2024).
Es que, en concreto, el proyecto convertía a toda la población de entre 18 y 60 años en militares. Sin embargo, mientras la ley no se vota, el gobierno aplica de hecho un reforzamiento del reclutamiento forzoso amparándose en la ley marcial y, por consiguiente, en la suspensión de las garantías constitucionales.
En este sentido, Arakhamia declaró que “Entendemos la petición del mando militar y estamos dispuestos a atenderla. Pero no todas las normas pueden ser apoyadas. Algunas disposiciones violan directamente los derechos humanos. Otras no están formuladas de forma óptima. Esto se dijo abiertamente al mando militar.” (Kiev Independent 11/1/2024)
La contradicción para Ucrania es de envergadura. Porque, el actual ritmo de reposición de tropas -que ciertamente se trata de soldados que son enviados al frente sin ningún tipo de entrenamiento, algo que también brota a borbotones en la prensa occidental- es menor al de bajas en combate. Entonces necesita movilizar tropas, pero se trata de tropas movilizadas forzadamente y que por lo tanto entrarán al combate con una moral baja. Y, aun así, Ucrania necesita movilizarlos para sostener la línea de contacto.
Este panorama es el que explica que “por primera vez, el Ministerio de Defensa compró 50 mil conjuntos de uniformes femeninos, 100 mil almohadillas eléctricas, 15 mil auriculares activos“, como escribió el Ministerio de Defensa de Ucrania, RustemUmerov, en su página de Facebook.
En este cuadro, el impulso movilizador aún tiene que superar el escollo de la financiación, ya que los gastos del presupuesto estatal de Ucrania para 2023 duplicaron los ingresos. De acuerdo a una publicación del Ministerio de Finanzas de Ucrania en Telegram, los ingresos fueron de 1,66 billones de grivnas y gastos de 3,03 billones de grivnas, un déficit: 1,36 billones de grivnas frente al déficit previsto de 1,83 billones de grivnas. Además, también informó que, en 2023 la cantidad de ayuda financiera occidental a Ucrania se redujo casi tres veces.
Asimismo, una parte considerable de los envíos de armas fue para la corrupción del gobierno. El Pentágono no controló adecuadamente el suministro de armas a Ucrania, desaparecieron armas por valor de mil millones de dólares, – ello surge del informe del inspector general del Departamento de Defensa de EEUU que citó el New York Times. El departamento “no pudo contabilizar adecuadamente el envío de casi 40.000 armas: drones kamikaze, MANPADS y dispositivos de visión nocturna. Ahora los funcionarios temen que las armas hayan sido robadas o entregadas a contrabandistas”.
Y claro, se menciona poco, pero cómo olvidar los videos posteados por el brazo militar de Hamas, en los primeros días posteriores al 7 de octubre, donde lo troleaban a Zelensky agradeciéndole por las armas suministradas.
En este cuadro de derrota de la contraofensiva, de baja moral para el reclutamiento, de la eliminación con bombardeos de gran parte del nuevo complejo militar impulsado con el apoyo de la OTAN y la corrupción del régimen (que a su vez es un factor adicional de desmoralización de las tropas), era previsible que ocurriera el corte total de la asistencia financiera y militar de EEUU a Ucrania. “La ayuda que estábamos proporcionando hasta ahora se ha detenido por completo”, afirmó John Kirby, en una rueda de prensa. (Infobae 12/1/2024).
El corte de la ayuda de EEUU no se da sólo en la que brinda el Pentágono y el complejo militar industrial, sino que también los neonazis estadounidenses ya no consideran que apoyar a Ucrania enviando mercenarios sea una causa digna. De acuerdo alThe Guardian del 11 de enero, desde el comienzo del conflicto en Ucrania, muchos miembros del movimiento clandestino de ultraderecha en los Estados Unidos han estado disuadiendo a sus camaradas de participar en la guerra.
También registra que el líder de la red neonazi Tribu Sangre, el ex marine Christopher Pohlhaus, en noviembre de 2023, en un mensaje de audio en Telegram, prohibió a los miembros de su movimiento luchar en las filas de las Fuerzas Armadas de Ucrania. En su opinión, el grupo neonazi utilizará todo el dinero y los recursos disponibles para organizar sus manifestaciones en su país de origen. Aunque antes pensaba de otra manera, considerando necesario ayudar a Ucrania.
Además, uno de los fervientes inversores de último momento, Suecia, que provee sus Leopards, IFVs y munición, afirmó, a través de su Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas que, “el precio de la munición necesaria para las operaciones militares en Ucrania ha aumentado entre 5 y 10 veces en comparación con lo que era antes del conflicto”.Y claro, el intento de rearme de Europa y el suministro a Ucrania ha producido una gran escasez de munición, trayendo como resultado el encarecimiento para armar a Ucrania.
Respecto al material suministrado por la OTAN, debemos marcar en este momento que los tanques Abrams no aparecieron en combate. Seguramente para no exponerlo a lo que fue expuesto es Leopard 2. Y es importante marcarlo, porque estos tanques se vendieron en la prensa como un gamechangger para Ucrania.
Los tanques no solo fueron dados de baja por drones FPV, minas y misiles anti-tanques. Sus prestación y mantenimiento es crítico. “Una comisión de Alemania, que visitó un centro de reparación de Leopards en Lituania, quedó desagradablemente sorprendida por la cantidad de equipos que fallaban debido a defectos.”(Der Spiegel 4/1/24)
El periódico agrega que, continúan los problemas logísticos y la falta de piezas de repuesto: incluso en Lituania, lejos del frente, los mecánicos tienen problemas a la hora de reparar los Leopard. Un oficial alemán admitió que los tanques alemanes se desgastan mucho más rápido en condiciones de combate. Son muchos quienes afirman que el mismo destino correrán los aviones F-16.
En este cuadro general, no es de extrañar que se diga que “Ha llegado el momento de negociar sobre Ucrania”, como lo afirmó el Ministro de Defensa italiano (Reuters 10/1/2024). Además, habrá elecciones en gran parte de Europa y en EEUU, donde los derechistas de AfD de Alemania y Trump, partidarios de terminar la guerra, tienen grandes chances de triunfar. Es probable que cada vez, y con mayor fuerza, se empiecen a escuchar voces en ese sentido.
Es probable que Ucrania reciba algo de ayuda de la Unión Europea 2024, salteando el veto de Hungría, y también lo es que llegue algún fondo de EEUU. El reciente convenio de garantías de seguridad y asistencia Ucrania con Inglaterra, por $2500 millones de dólares, apunta a presionar a EEUU para que los republicanos aflojen el grifo para drenar recursos hacia Ucrania.
Como fuere, como ya se dijo, se prevé que la recuperación de los stocks de la OTAN se comience a ver recién en 2025.
Parte V: Winter is coming. El Avance táctico ruso
“En diciembre, la Academia de Ciencias Militares que depende directamente del Ejército Popular de Liberación (AMS) completó una simulación sobre el conflicto de Ucrania, lo que resultó en un hallazgo sorprendente, según fuentes cercanas al gobierno chino. La guerra llegará a su fin alrededor del verano de 2023, según indicó la simulación, y Rusia tendrá la ventaja.” El contexto fue el plan de paz chino que no concitó mayor interés. “Después de escuchar la predicción de la AMS, Beijing elaboró una propuesta de paz a tiempo para el primer aniversario de la guerra. Su objetivo es lograr tres objetivos, incluido el restablecimiento de las relaciones con Europa.” (Nikkei9 de marzo de 2023).
El pronóstico chino no fue del todo acertado, como se ve (tampoco lo fueron las simulaciones de EEUU para la contraofensiva del corredor terrestre). En contraste, “según Michael Kofman (miembro senior de Carnegie Endowment), hoy no hay “un punto muerto duradero sobre el terreno“, porque “no hay una paridad clara” entre las dos partes.
De cara al futuro, Kofman predice que para 2024 Rusia tendrá una ventaja concreta, aunque no decisiva, en municiones de artillería y en la producción de drones de largo alcance y misiles de crucero. También espera que los ataques rusos a la infraestructura estratégica ucraniana sean más intensos este invierno que el pasado. “Ucrania se está quedando sin sus suministros bastante limitados de hombres, armas y municiones, y Occidente no puede proporcionarle lo que necesita. Esta no es una fórmula para un punto muerto, sino para un colapso o una capitulación final de Ucrania“. (La Prensa 7/1/2024)
Ese futuro que predice Kofman, ya se ve, incipientemente, en la captura rusa de Marinka, que lentamente se está expandiendo, en el avanzado proceso de cerco sobre Advidka, en la presión rusa sobre Kupiansk, en Bakhmut donde las tropas rusas avanzaron y tienen visual del principal hub ucraniano en la zona, Chasiv-Yar. Se ve en el empuje ruso sobre Liman y Robotino. En Krinky, la cabeza de puente que abrió Ucrania en la orilla rusa del Dnieper, el panorama para los marines ucranianos es desolador.
En este cuadro, donde el ejército ucraniano se encuentra muy justo con el frente actual, una ampliación de Rusia abriendo 1 o 2 frentes, puede resultar profundamente crítico para el bando de la OTAN.
La OTAN espera recuperar ciertos estándares de producción, pero recién para 2025, tarde. Por ello, en 2024 veremos hasta qué punto las posibilidades del ejército ruso, ahora que la iniciativa pasó a él, son capaces para generar un punto de ruptura en el frente.
Pero, claro está, el desenlace en el teatro de operaciones no solo se da en el campo de batalla sino también en la arena internacional, para lo cual habrá que ver la evolución de la crisis capitalista, de los procesos electorales polarizados en medio mundo imperialista y el desarrollo de las distintas guerras imperialistas.
En este cuadro tan denso de despliegue militarista de la OTAN y ruso, donde lo que se puso en juego fue mucho, es claro que cualquier corte de la asistencia militar de EEUU y la OTAN, podría significar el colapso de Ucrania.
Pero, un colapso ucraniano, no necesariamente derivaría en un avance en profundidad ruso. Por otro lado, cualquier negociación de paz, de la cual se habla bastante, no resolvería la cuestión, sino que sería un “Minsk 3”, una pausa para generar las bases de un nuevo redespliegue de la industria militar que primero reponga los stocks vaciados de la OTAN y que luego permita desarrollar una regular producción para retomar la guerra.
The Telegraph publicó recientementesobre un posible ataque del ejército ruso a la región de Jarkov. El autor, dijo que el 7 de enero, en Navidad, Rusia intensificaría los ataques a la infraestructura y más, y el 15 de enero lanzaría una ofensiva a gran escala en la región de Jarkov. La invasión, veremos si se produce, los bombardeos empezaron en la fecha indicada.
El Instituto para la Guerra (ISW, un thinkthank de la OTAN) precisó un poco más la cuestión y afirmó que Rusia busca crear en Jarkov una “zona de amortiguamiento” de 15 kilómetros. Agregan que “las fuerzas rusas también pueden intensificar sus esfuerzos para tomar Kupyansk en las próximas semanas.”. También, podría haber incursiones rusas por el lado de Sumy un poco más al norte.
Rusia tendrá 5millones de municiones para la campaña 2024. Su aviación, básicamente los SU-34 y SU-35, está empezando a ser adaptada para el bombardeo 24X7 con bombas de 1500kg.
Sus interceptores Mig-31 mejorados, con los nuevos misiles hipersónicos aire-aire, X-37, están haciendo estragos en lo que queda de la aviación ucraniana y harán lo propio con los F-16. También están cargados con misiles hipersónicos Khinzal, que no pueden ser interceptados por ningún sistema antiaéreo actual, y que cada vez están jugando un papel mayor en los bombardeos rusos.
Pero, fundamentalmente el ejército de Putin puede desplegar su aviación, porque “Rusia neutraliza los restos de la aviación de las Fuerzas Armadas de Ucrania con aviones A-50U”, (Revista Military Watch 12/1/24). Las Fuerzas Armadas rusas, como se indica en la publicación, están utilizando cada vez más sus sistemas de guía y detección de radar de largo alcance “radar volador” A-50U para desactivar aviones enemigos.
“El agotamiento de la defensa aérea ucraniana, del que hablan mucho las fuentes occidentales, expone a las unidades de aviación tripuladas restantes a un riesgo cada vez mayor”, señalan los autores de la publicación.
Así las cosas, como ya dijéramos, Rusia tiene mucho tiempo disponible para agotar aún más a Ucrania en una guerra de desgaste, por la cual destruye progresivamente más que lo que la parte ucraniana puede reponer, sin comprometer un gran número de fuerzas. Por lo menos, está posición se mantendrá durante todo 2024, hasta que a 2025 la OTAN recupere sus índices de producción, medianamente a la altura de una guerra de desgaste como la actual.
Es probable que Rusia ponga en el campo de operaciones nuevas armas en el en este 2024: el tanque de última generación Armata-14, el Avión más avanzado ruso SU-57 que ya participó furtivamente sin dejar rastro para la OTAN (lo cual generó preocupación), nuevos sistemas autopropulsados de artillería y mejorados complejos lanzallamas de letal munición termobárica.
Todo indica que, durante el presente invierno, el ejército ruso intentará abrir algún nuevo frente, desgastar más aún a Ucrania y preparar una ofensiva de primavera verano. Veremos, porque las cuestiones señaladas de los drones, los campos minados y la vigilancia satelital de la OTAN, hacen muy difícil una ofensiva en profundidad.
Ya vimos que las simulaciones de Inteligencia Artificial de EEUU fracasaron al planear la contraofensiva ucraniana y que las de China fallaron para determinar el curso del conflicto a fines de 2023. Para no hacer futurología, mejor esperaremos a que se desarrollen los acontecimientos próximos y los comentaremos.
Parte VI: Guerra a la guerra, por una Federación de Repúblicas Socialistas Soviéticas en la Ex URSS
El ejército ruso, objetivamente se encuentra en una conflagración abierta con el imperialismo mundial hegemónico de EEUU y sus aliados. Putin durante años intentó evitar el choque, incluso propuso en varias oportunidades la incorporación de Rusia a la OTAN. Pero la OTAN no es un lugar donde Rusia tenga cabida sino el instrumento para colonizar a Rusia y todos los ex – Estados Obreros o estados que expropiaron al capital.
Pero el ejército ruso, más allá de que algunas unidades utilicen banderas rojas y que ante cada ciudad liberada se despliegue la bandera roja de la victoria, no es el Ejército Rojo. No lo es, porque defiende otros intereses sociales.
Mientras que el ejército Rojo era la defensa armada de la dictadura proletaria y era un ejército de liberación que podía intervenir militarmente para defender una revolución proletaria en otra parte del mundo, como pensó Preobrajensky, citado por Pierre Broué en su libro sobre la Revolución Alemana, imaginando una eventual intervención del ejército Rojo contra un ataque de la Francia imperialista y Polonia ante el triunfo de la revolución proletaria en Alemania, el Ejército Ruso de Putin interviene en la situación internacional para defender los intereses de la oligarquía rusa que se robó el patrimonio público de los trabajadores de la Unión Soviética. Actúa en medio oriente apoyando a dictadores reaccionarios como Al Asad en Siria.
En este cuadro, en Ucrania, el ejército ruso no tiene más remedio que recurrir al clásico “bombardear-maniobrar-rodear-destruir”. Claro está, en principio, ello se debe a la importante fortificación que tienen las ciudades ucranianas desde 2014. Pero el resultado es que las conquistas territoriales de Rusia son ciudades que están igual o más destruidas que Gaza. Mientras que el Ejército Rojo era un ejército que al avanzar encontraría el apoyo de los obreros, el ejército de Putin debe avanzar sobre tierra arrasada.
Naturalmente, este carácter destructivo y reaccionario de la guerra rusa no puede llevarnos a un apoyo de Ucrania, como hace una importante porción de la izquierda mundial. Ucrania, como vimos, se ofreció como vehículo para un ataque proxi de la OTAN a Rusia, que, de prosperar, concluiría con el ingreso del país a la OTAN y la Unión Europea para ser un nuevo punto de apoyo para presionar a Rusia cercándola. Es decir que, cuando cierta izquierda envía dinero, gazas y curitas a Ucrania, está apoyando la lucha de la oligarquía ucraniana para ingresar a la OTAN y a la Unión Europea imperialista, para terminar de vender el país en favor de esos intereses imperialistas.
Claro está, ni Rusia ni EEUU quieren avanzar en un conflicto abierto bilateral. Si ello ocurriera, no hay ningún elemento que permita afirmar que las hostilidades se llevarían adelante con armas convencionales. Por el contrario, la conflagración seguramente terminaría rápidamente con una destrucción mutua garantizada a partir de un amplio ataque nuclear mutuo, con la consiguiente destrucción del mundo y de su población. Tanto Rusia como EEUU poseen sistemas para destruirse mutuamente en caso de ataque nuclear, no importa quién tira primero.
El Estado Ruso sigue defendiendo la perspectiva de la coexistencia pacífica, o mejor dicho una adaptación del “socialismo en un solo país” que sería “el robo de la propiedad pública por oligarcas rusos sin la injerencia de la OTAN”. EEUU no quiere ir más allá de una conflagración dentro de Ucrania. Por eso, cada vez que algún misil o dron se desvió hacia Polonia, nunca estuvo en cuestión la aplicación del artículo 5 del Estatuto de la OTAN.
En ese cuadro, Rusia y Estados Unidos continúan informándose mutuamente sobre los lanzamientos previstos de misiles intercontinentales, así como de misiles balísticos lanzados desde submarinos (SLBM). Sobre esto habló el comandante de las Fuerzas de Misiles Estratégicos (RVSN), el coronel general Sergei Karakaev, en una entrevista con el periódico Krasnaya Zvezda. “La Federación Rusa informa a la parte estadounidense con al menos 24 horas de antelación sobre cualquier lanzamiento previsto de misiles balísticos intercontinentales (misiles balísticos intercontinentales) y SLBM. Los Estados Unidos de América también proporcionan información similar”, dijo. Como dijo anteriormente Karakaev, la Federación de Rusia informa a los Estados Unidos sobre todos los lanzamientos de misiles con al menos 24 horas de antelación, de conformidad con el acuerdo de 1988 entre la URSS y los EE.UU. y en el marco del Tratado sobre la Reducción de Armas Estratégicas Ofensivas. “Dicha notificación indica la fecha prevista de lanzamiento, el lugar de lanzamiento y el área donde caerán las ojivas”, dijo.
Por su parte “Estados Unidos no enviará armas de largo alcance a Ucrania por temor a ataques nucleares rusos” – The Sunday Times (14/1/24) Asimismo, el diario agrega que Alemania argumenta que es necesario limitar el alcance de los misiles para que las Fuerzas Armadas de Ucrania no puedan utilizarlos para atacar a la Federación Rusa, ya que Scholz también tiene mucho miedo de una escalada por parte de Rusia.
De todo lo expuesto, surge la política revolucionaria para el presente estadio, no debe ser la de apoyar a uno u otro bando, sino la lucha por la unión de la clase obrera de Rusia y Ucrania para derrocar a los gobiernos de la guerra imperialista, para expulsar a la OTAN, terminar con la camarilla nazi de Kiev y con la nomenclatura de Putin que representa la burocracia estalinista que se apoderó del patrimonio público con la restauración capitalista, para poner en pie gobiernos de trabajadores que forjen una Federación de Repúblicas Socialistas Soviéticas de Rusia, Ucrania y todos los países de la ex – Unión Soviética.
Esos gobiernos obreros podrán establecer un avanzado sistema económico asociando la industria rusa al agro ucraniano. Podrán establecer un Ejército Rojo de tal magnitud que socavaría los pilares del poder capitalista mundial, disuadiéndolo de atacar con armas a la Federación de Repúblicas Socialistas Soviéticas y que a su turno serán la estocada final de la clase obrera para tomar el poder en Alemania, Francia, Inglaterra y de cualquier clase obrera que tome el país en su país.
Ciertamente, bajo gobiernos de trabajadores, los ejércitos rusos y ucranianos, con el complejo militar industrial del primero detrás, podrían ir al auxilio de la clase obrera que tome el poder en su país en cualquier lugar del mundo y podrían ser el factor de fuerza que impida la destrucción nuclear de la humanidad en el marco de una tercera guerra mundial imperialista.
(14/01/2024)