Compañeros:
Hemos considerado con sumo interés vuestro análisis sobre la evolución política de la Liga Comunista Revolucionaria, principal sección del SU, en la revista "Lutte de Classes" del pasado 20 de febrero del corriente año. Importa destacar dos aspectos íntimamente vinculados de la caracterización que formulan sobre el significado del "cambio de nombre" de tal organización, con el propósito declarado de abandonar su definición de "comunistas".
Primero y sin medias tintas: "política y moralmente la Liga ya no está en una organización que se reivindique partidaria del comunismo" y hasta cierto punto se ha transformado en … anticomunista puesto que se propone, según Uds. lo señalan, "abrir" la organización a "actores del movimiento de masas" que "no sólo no se reivindican comunistas" sino que "son adversarios del comunismo" y que incluye a "políticos arribistas en lo que concierne a ciertos dirigentes".
Segundo: el hecho de que Uds. informan que no se trata de un fenómeno políticamente novedoso, puesto que domina toda la política de la LCR desde mucho tiempo atrás. "Hace años agregan Uds., que la dirección de la LCR proclama a los cuatro vientos que la referencia al comunismo es inadecuada, contraproducente y propone en consecuencia desembarazarse de ella". Citan al respecto la fórmula acuñada al comienzo de los 90, por la propia Liga, de "construir un partido no delimitado programáticamente", lo que constituye una contradicción en sus términos y la regresión a un tipo de movimientismo pre- bernsteiniano. La Liga, postula que la ausencia de programa se refiere explícitamente, conforme Uds. lo indican, a que sus miembros no deben compartir "un acuerdo completo ni sobre la interpretación del pasado ni sobre la visión del mundo".
No es necesario abundar más para señalar que la caracterización de la LCR así expuesta es una confirmación de nuestro propio planteo de que el Secretariado Unificado se ha transformado en una organización extraña al programa trotskista y de la IVª Internacional y, por eso mismo, imposible de "ser reformada" y que debe ser "políticamente derrotada" en la tarea de proceder a la refundación de aquélla. Las comillas corresponden exactamente a la declaración que le entregamos a Uds. en la reunión que realizamos en París en marzo de 1997 y en la cual les trasmitimos por escrito la propuesta de un trabajo conjunto en pro de una Conferencia Mundial para, precisamente, proceder a la refundación de la IVª Internacional.
Es, además, la misma caracterización que Uds. rechazaron dos meses después, en mayo de 1997, cuando tuvieron la muy correcta actitud de respondernos por escrito, declarando vuestra oposición a que las organizaciones que se reclaman del trostkismo trazaran tal frontera de delimitación política. Es por esa misma razón que Uds. nos atribuyeron arbitrariamente el propósito de armar un bloque sin principios que, en nombre de formulaciones "muy generales" sirviera apenas para "condenar al SU", amalgamando grupos que "no tienen entretanto una política mejor" (esto último afirmado sí en términos "muy generales" y sin precisión). La arbitrariedad consistía en adjudicarnos a nosotros una caracterización política que, en verdad, era de Uds. y que no establecía ninguna diferencia de principios entre quienes se proclamaban formalmente del movimiento cuartainternacionalista. Todo indica que la apreciación que desarrollan, ahora, respecto a la LCR, confirma nuestro punto de vista de marzo del 97. Nos parece, en consecuencia, que los problemas involucrados en nuestra propuesta, deben ser examinados a la luz de esta nueva realidad.
Para esto, no obstante, es necesario, superar una limitación insalvable, contenida en la mencionada respuesta de Uds. de mayo del 97. En la misma Uds. consideran lo que nosotros denominamos "bases para la discusión de la refundación de la IVª Internacional", a saber: "1) la actualidad de la lucha por la revolución socialista mundial y la dictadura del proletariado, 2) la reafirmación de la caracterización de los Frentes Populares como un bloque con la burguesía que condena al partido del proletariado a ser un apéndice del capital, 3) la necesidad de la revolución social y política en la antigua URSS, Este europeo, China, Indochina, Corea del Norte y Cuba, 4) la elaboración de una estrategia anticapitalista basada en el método y en las reivindicaciones de transición"; Uds. consideran insistimos como "muy generales". Pero evitan clarificar si son correctos o no, si deben ser ampliados y desenvueltos o no, corregidos o no; es decir, en nombre de la "generalidad" de los puntos que consideramos como "base para la discusión", omiten pronunciarse al respecto.
Vuestra carta indica que la posibilidad de un pronunciamiento sobre estos puntos solo sería conducente en otras condiciones internacionales, por ejemplo, en circunstancias "de un ascenso general de las luchas obreras y de un giro a la izquierda (de la situación mundial)". La función de semejante reparo nos parece un recurso, una "fuite en avant", en relación al debate de principios que planteamos desarrollar en común y que evita definir el tipo de relaciones concretas que pueden establecerse entre organizaciones revolucionarias sobre una base de principios. Esto nos parece la mejor prueba de la "voluntad real" de establecer un "cuadro político común" que Uds. reclaman, pero de manera puramente "general", es decir, abstracta o meramente subjetiva como una suerte de expresión de deseos. De todas maneras, también todo esto puede ser examinado objetivamente a la luz de una nueva realidad, puesto que junto a esta carta les estamos enviando las declaraciones conjuntas que las organizaciones firmantes hemos acordado en nuestras reuniones de San Pablo y Buenos Aires. Estas expresan de forma mucho más amplia el significado preciso del momento actual de la lucha de clases internacional, en el cual juzgamos como imprescindible la tarea que les proponemos encarar en común, sobre lo cual hemos avanzado considerablemente y con propuestas que importarían una nueva apreciación de vuestra parte.
Sobre esta base, reivindicamos nuestros procedimientos de transparencia y delimitación política, esperando poder desarrollar la tarea que nos hemos propuesto. Reclamamos un contacto directo entre vuestra organización y una delegación de las organizaciones firmantes para discutir la iniciativa que aprobamos en la reunión de Buenos Aires, por una campaña para concretar la convocatoria de una Conferencia Internacional Obrera y de la Izquierda Clasista.
Saludos revolucionarios.
Aprobada en la reunión internacional realizada en Buenos Aires entre el 27 y el 30 de mayo de 1998.
Oposición Trotskista Internacional Partido Revolucionario de los Trabajadores (Grecia) Partido Obrero (Argentina) Asociación Marxista Revolucionaria Proposta (Italia) Partido de la Causa Operaria (Brasil) Oposición Trotskista del POR (Bolivia) Partido de los Trabajadores (Uruguay) Liga Trotskista (Estados Unidos) Colectivo En Defensa del Marxismo (España)