Introducción
Dejen de lado el sĆmbolo del dios de los blancos que nos ha causado tantas penas, y escuchen la voz de la libertad que habla en el corazón de todos nosotros.
Arenga del sacerdote vudú Boukman en la Gran Insurrección del Norte, verano de 1791
āNeg rich se milat. Milat Pāv, se nĆØgā (El negro si es rico es mulato y el mulato si es pobre es negro)
Manifiesto del general haitiano Dessalines
Sin dudas, la independencia de HaitĆ, la opulenta colonia francesa del Caribe conocida en esos tiempos como Saint-Domingue, constituye una de las problemĆ”ticas mĆ”s interesante de la historia americana. No sólo porque HaitĆ fue la segunda colonia americana en independizarse, despuĆ©s de las trece colonias inglesas conocidas como Estados Unidos, sino que ademĆ”s fue la tercera repĆŗblica del mundo moderno, ademĆ”s de la primera revolución libertadora de AmĆ©rica Latina y la primera repĆŗblica negra.
Para focalizar el caso, es importante aclarar que a diferencia de los procesos de independencia americanos, que en su mayorĆa fueron orientados por grupos criollos pertenecientes a las clases dominantes, la independencia haitiana fue sobre todo una consecuencia de la participación de los sectores populares, tanto de los mulatos como de las masas esclavas, negras y de origen africano.1Para focalizar el caso, es importante aclarar que a diferencia de los procesos de independencia americanos, que en su mayorĆa fueron orientados por grupos criollos pertenecientes a las clases dominantes, la independencia haitiana fue sobre todo una consecuencia de la participación de los sectores populares, tanto de los mulatos como de las masas esclavas, negras y de origen africano. En esta experiencia se entremezclaron la revolución social y la lucha anticolonial por la independencia contra tres potencias europeas: Francia, Inglaterra y EspaƱa. En esta experiencia se entremezclaron la revolución social y la lucha anticolonial por la independencia contra tres potencias europeas: Francia, Inglaterra y EspaƱa.
Como bien seƱalan Cardozo y PĆ©rez Brignoli, HaitĆ es el Ćŗnico caso donde el fin de la esclavitud fue el resultado directo de una revolución social y nacional, entre 1789 y 1804. Ninguna otra revuelta de esclavos, en toda la historia del continente, pudo forzar la reorganización de la sociedad global y construir una nueva nación. La revuelta de esclavos constituyó el nĆŗcleo del proceso haitiano de independencia y abolición, pero no la Ćŗnica fuerza en acción, el resultado de la lucha se debió en gran medida a una complicada red de divisiones, alianzas y procesos sociales, tanto a nivel local como metropolitano2.Ciro CARDOSO y HĆ©ctor PĆREZ BRIGNOLI, Historia Económica de AmĆ©rica Latina, Barcelona, CrĆtica, Vol. 2., 1979, p. 23.Es ademĆ”s un proceso de mediana duración; en poco mĆ”s de tres dĆ©cadas, la sociedad haitiana fue un laboratorio de diferentes proyectos societales, tanto en la construcción de un rĆ©gimen polĆtico como en la organización de un sistema socioeconómico. Si bien no es posible conocer en profundidad los modelos polĆticos propuestos por los generales negros de la lucha independentista (Toussaint Louverture y Jean-Jacques Dessalines), en poco tiempo se produjo el contraste entre un gobierno de republicanismo radical como el de Alexander PĆØtion y el reino autocrĆ”tico de Henri Christophe.
El historiador haitiano Joachim Benoit, apunta a la complejidad de la gestación y consolidación del nuevo rĆ©gimen: ānacieron los grupos sociales cuya relación de fuerzas constituyó la base de esta evolución: estudiando sus preocupaciones y caracterĆsticas propias āy en particular el modo de apropiación y de explotación de los bienes heredados de la Ć©poca colonial ā es como se podrĆ” apreciar la amplitud del movimiento que dio origen a la nación haitianaā.3Joachim BENOIT, āLa estructura social de HaitĆ y el movimiento de la Independencia en el siglo XIXā, Secuencia, MĆ©xico, nĆŗm. 2, 1985, p. 172.
En lo referente a la organización de un sistema económico, en un par de dĆ©cadas se implementaron varios proyectos, comenzando por los intentos de sostener una economĆa exportadora basada en la producción azucarera de las grandes haciendas sostenida desde el control y el disciplinamiento estatal (Toussaint Louverture, Dessalines, y con mayor Ć©xito el monarca Henri Christophe), la repĆŗblica campesina de pequeƱos y grandes productores libres de republicano PĆØtion, sin olvidar ademĆ”s el experimento desarrollado en los enclaves cimarrones de las montaƱas controlados por el caudillo Goman, donde predominaba la agricultura de subsistencia y el rechazo a cualquier forma de control del trabajo humano.
Es por ello que los autores marxistas (Lepkowski) y tambiĆ©n de historia social (Benoit, Louis-Juste) coinciden en destacar la importancia de la cuestión campesina como estructurante en la conflictividad social de la nueva nación, mĆ”s precisamente la lucha por el control de los recursos productivos agrĆcolas y la distribución de la riqueza social, entre las Ć©lites (blanca, mulata y negra) y las enormes masas campesinas.
En su gĆ©nesis, el movimiento campesino haitiano expresó el deseo de emancipación de los esclavos de Santo Domingo, explotados, dominados y humillados por el sistema capitalista dependiente de HaitĆ. La repĆŗblica campesina de Goman (1807-1820) y la insurrección campesina de 1843 son emblemĆ”ticas en ese sentido: el libre desarrollo de todos los campesinos representó el horizonte de su lucha, la que reivindicaba el derecho a la tierra, a la educación escolar de los niƱos campesinos y a la justicia social en el intercambio social. La organización comunitaria de la solidaridad revela el deseo de realización, de libertad y de igualdad por parte del movimiento social.4Jean Anil LOUIS-JUSTE, āDesarrollo comunitario y crisis agraria: metamorfosis del movimiento campesino haitianoā, OSAL,Buenos Aires, CLACSO, aƱo VIII, nĆŗm. 23, abril 2008, p. 78.
Las preguntas orientadoras para entender este proceso social, tan rico y complejo a la vez, podrĆan ser: ĀæPor quĆ© el proceso de independencia haitiana, aconteció en forma tan precoz y disruptiva? ĀæCuĆ”les fueron sus principales actores sociales? ĀæCómo se articuló la revolución social con la lucha por la independencia? ĀæCómo explicar el violento intervencionismo de las potencias coloniales contra la pequeƱa colonia? ĀæQuĆ© proyectos de organización polĆtica y socioeconómica estuvieron en disputa? ĀæCómo explicar el prolongado enfrentamiento entre las Ć©lites mulatas y negras, y a la vez de esta clase dominante con las masas campesinas?
OrĆgenes y desarrollo de Saint- Domingue
Los primeros pobladores de HaitĆ, ocupante de la parte occidental de La EspaƱola o Hispaniola, eran cazadores, recolectores y pescadores, llegados aproximadamente en el 7000 A. C. Al arribar los europeos, la isla se encontraba ocupada por los pueblos taĆno, caribe y arawak y dividida en los llamados Cacicazgos de Quisqueya. Se desconoce con exactitud la cantidad de población de la región, aunque fuentes estiman a la misma en algunos cientos de miles a finales del Siglo XVI.
La llegada de Cristóbal Colón a la isla se produjo durante el primer viaje del descubrimiento de AmĆ©rica en diciembre de 1492. Se estableció un pequeƱo fuerte con parte de la tripulación, denominado Ā«La NavidadĀ» y la población local fue esclavizada para trabajar en las plantaciones y en las minas. Se produjeron varios intentos de rebelión seguidos de represiones brutales. La introducción de enfermedades europeas, para las cuales los indĆgenas no tenĆan defensas, sumada a hambrunas, matanzas y las terribles condiciones de los indĆgenas esclavizados, condujeron a un descenso abrupto de la población que se considera virtualmente extinta a mediados del Siglo XVII.
En los primeros años la colonia mostró un gran auge, pero con las conquistas españolas en el continente americano, en especial en las regiones de México y Perú, entró en una larga decadencia, en la que la zona occidental de la isla fue progresivamente abandonada.
Las islas del Caribe sufrieron al inicio del Siglo XVI un proceso por el cual las potencias europeas en expansión, EspaƱa y Portugal, les impusieron una nueva denominación, como consecuencia de los conflictos entre potencias coloniales, (por ejemplo, Francia e Inglaterra rechazaban el Tratado de Tordesillas de 1494) y de los tratados establecidos entre las mismas. Los franceses comenzaron a colonizar la zona occidental de la isla que habĆa sido descuidada por los espaƱoles. En 1697 por el Tratado Rį»·swijk se formaliza la cesión de esta región a Francia. La parte francesa tomó el nombre de Saint-Domingue, aunque el 1Āŗ de enero de 1804 los comandantes militares del ejĆ©rcito insurgente y triunfante de los antiguos esclavos negros deciden denominar como HaitĆ a la ex – colonia.5Guy PIERRE, āEn torno al nombre de una nación: HaitĆā, JosĆ© Carlos CHIARAMONTE, Carlos MARICHAL y Aimer GRANADOS (compiladores), Crear la nación. Los nombres de los paĆses de AmĆ©rica Latina, Buenos Aires, Sudamericana, 2008, p. 286. El tĆ©rmino es de origen taĆnoy en forma originaria se escribĆa Ayti, aunque en escritos de Ć©poca apareciera tambiĆ©n como Hayti.6La extensión de este paĆs caribeƱo es de 27750 km2, comprendiendo la parte occidental de la isla, que incluye dos penĆnsulas (Saint-Nicholas y Tiburón), con predominio de superficie montaƱosa, aunque con cuatro importantes planicies. La parte oriental de la isla, de colonización espaƱola, tiene una superficie de 48745 km2. Saint-Domingue abarcaba tambiĆ©n algunas islas, de las cuales las mĆ”s importantes son las de Tortuga y GonÄve.
La isla prontamente se transformó en la principal colonia francesa y, posiblemente la mĆ”s rica colonia del mundo, gracias a la proliferación de plantaciones de azĆŗcar, cafĆ©, y otros productos como aƱil y algodón. El sistema de plantaciones estuvo basado en el uso de gran cantidad de esclavos, que viviendo y trabajando en penosas condiciones morĆan rĆ”pidamente lo que obligaba a masivas importaciones de nuevos esclavos. Tanto que en las Ćŗltimas dĆ©cadas de la colonia, los plantadores importaron hasta 30000 esclavos por aƱo.7Frank MOYA PONS, Ā«La Independencia de HaitĆ y Santo DomingoĀ», Leslie BETHELL (ed.), Historia de AmĆ©rica Latina, Barcelona; CrĆtica, Vol. 5,p. 124. La sociedad se organizaba en diferentes grupos basados en una fuerte y rĆgida estratificación social que era determinada en base a la pureza racial y el poder económico.
ĀæCómo funcionaba una gran plantación, la unidad productiva hegemónica de Saint-Domingue? El modelo arquetĆpico de la gran plantación colonial (Grandā Case) era el siguiente: la propiedad pertenecĆa al Procureur, el cual, por lo general, era un comerciante o hacendado acaudalado, que la mayorĆa de las veces era absentista ya que residĆa en ParĆs o en la capital colonial Puerto PrĆncipe. A continuación, venĆa el GĆ©rant, administrador o gerente, el cual sĆ vivĆa en la propiedad y se encargaba de dirigir tanto los trabajos del campo como del ingenio y de la producción en general. DespuĆ©s encontramos al personal jerĆ”rquico cómo mayorales, jefes y oficiales, encargados tanto de asegurar la productividad del ingenio como de imponer la rĆgida disciplina laboral.
Las relaciones entre los plantadores y los esclavos se regĆan por el Código Negro (Code Noir), un compendio de leyes redactado en 1685, firmado por el rey francĆ©s Luis XIV y vigente en las colonias francesas hasta 1848. En el mismo no sólo se legalizaba la esclavitud, el tratamiento de seres humanos como propiedad mudable, sino la marcación, la tortura, la mutilación fĆsica y el asesinato ante los intentos de rebelión contra el inhumano sistema.8Susan BUCK-MORSS, Hegel y HaitĆ, Buenos Aires, Norma, 2005, p. 27.
Los trabajadores se dividĆan en esclavos de primera y segunda banda. El primer grupo lo integraban los esclavos mĆ”s fuertes que realizaban los trabajos mĆ”s duros y rigurosos, tanto en el campo como en el proceso industrial del azĆŗcar, y muchas veces trabajaban un turno diurno y otro nocturno. Los esclavos de segunda banda eran mĆ”s dĆ©biles fĆsicamente, realizaban tareas de menor exigencia fĆsica, aunque no siempre exentas de calificación. Los infantes y las mujeres realizaban trabajos considerados ligeros y complementarios. AdemĆ”s, se encontraban los esclavos domĆ©sticos que comprendĆan a criados, sirvientas, cocineras y personal dedicados a atender a las familias de propietarios y administradores, pero que tambiĆ©n incluĆan a artesanos, barberos y esclavos de oficio como costureras, talabarteros, etc.
Durante el perĆodo estudiado, fase final de la colonia y comienzos de la post-independencia, el territorio de la colonia se dividĆa en tres regiones, a partir de determinadas caracterĆsticas socio-productivas y climĆ”ticas, pero tambiĆ©n caracterizadas por la influencia del rĆ©gimen de propiedad y uso de la tierra. La región, conocida como Norte, consistĆa en amplias llanuras, fĆ©rtiles y costeras, de clima continental, de buenas comunicaciones e infraestructura de transportes (red plantación/ciudad/puerto). AllĆ predominaba el cultivo de la caƱa de azĆŗcar (especĆficamente de la producción del azĆŗcar refinado), pero tambiĆ©n del cafĆ©, con enormes plantaciones, que utilizaban gran cantidad de mano de obra esclava. Era la provincia mĆ”s antigua y próspera, con mayor densidad demogrĆ”fica, y donde se encontraba mĆ”s polarizada la relación plantador blanco/esclavos negros.
La región Oeste, comprendĆa el valle de Artibonite, que tenĆa una parte importante de llanura, aunque no tan fĆ©rtil como la norteƱa ya que requerĆa de sistema de riego permanente. TambiĆ©n producĆa azĆŗcar, aunque de rendimiento inferior al norte, con importantes cultivos de aƱil y algodón. Predominaba el latifundio esclavista como unidad productora.
Finalmente, la región Sur, que fue la Ćŗltima en ser colonizada, ya que sus tierras no eran muy fĆ©rtiles y se encontraba menos comunicada que el resto del territorio. Era la mayor productora de algodón. Sin embargo, su producción era la mĆ”s diversificada, tanto por el rĆ©gimen de propiedad existente como por los cultivos desarrollados. Se encontraban fincas medianas donde se producĆa aƱil, pero tambiĆ©n fincas mĆ”s pequeƱas donde se combinaba el cultivo del algodón con el aƱil, de cafĆ© con cacao, o solamente de cafĆ©. AdemĆ”s se podĆan encontrar cultivos de alimentación como yuca, patata, Ʊame, sorgo, arveja, chĆcharo, banano y maĆz, ademĆ”s de aves de corral y cerdos.9Tadeusz LEPKOWSKI, HaitĆ, La Habana, Casa de las AmĆ©ricas, Tomo I, 1968, p. p. 42-52.Las actividades agropecuarias se desarrollaban de dos formas: las parcelas que los esclavos cultivaban en las grandes plantaciones pero tambiĆ©n las pequeƱas propiedades de los libertos. Y esta quizĆ”s era la caracterĆstica distintiva de la región Sur, existĆan numerosos propietarios mulatos (gens de colour) de pequeƱas, grandes e inclusive grandes propiedades. Si bien la tierra era menos fĆ©rtil que en otras regiones, los cuidados y trabajos de estos campesinos permitĆan obtener buenos rindes.
También debe mencionarse el último espacio, que estaba constituido por ciertas lindes de los cordones montañosos, lugares inaccesibles y poco fértiles, pero donde los cimarrones, esclavos fugados, desarrollaban cultivos de subsistencia.
Un anƔlisis de la estructura social de Saint-Domingue
Para las vĆsperas del comienzo de la insurrección esclava la población de Saint-Domingue se calculaba en 530000 personas, de las cuales un poco mĆ”s del 80 % eran esclavas, las libertas rondaban las 28000 y toda la población blanca era cercana a las 40000 personas. A continuación, describirĆ© las principales caracterĆsticas de estos grupos sociales.
Los grands blancs o grandes plantadores blancos: este grupo estaba conformado por los funcionarios del gobierno francĆ©s y los dueƱos de las grandes plantaciones. Ćstos eran la cĆŗspide de la pirĆ”mide social de la colonia, tambiĆ©n fueron conocidos como la burguesĆa colonial esclavista. Este grupo no tenĆa mĆ”s de 5.000 a 8.000 integrantes, los mĆ”s adinerados vivĆan gran parte del aƱo, inclusive gran parte de sus vidas, en la metrópolis francesa. En ParĆs conformaban el exclusivo e influyente Club Massiac.
Los petits blancs o blancos pobres:este grupo estaba formado por blancos que no poseĆan tierras y que trabajaban en tareas comerciales y artesanales., aunque tambiĆ©n incluĆa a soldados y tenderos Era un grupo muy conflictivo porque tenĆan fuertes recelos de los mulatos a quienes consideraban inferiores pero que muchas veces poseĆan fortunas muy superiores. Su nĆŗmero era de 35.000 personas.
Los affranchi o mulatos:en su mayorĆa eran mulatos libertos, hijos de plantadores blancos y esclavas negras, aunque incluĆan a algĆŗn negro liberado. Su nĆŗmero era de aproximadamente 28000 personas Se encontraban muy influenciados por la vida, las costumbres y la cultura francesas. Algunos desempeƱaban variadas profesiones y oficios como comerciantes, administradores, transportistas, etc. Muchos de ellos eran dueƱos de tierras, inclusive de plantaciones esclavistas y poseĆan la cuarta parte de la tierra para 1789. Sin embargo, la administración colonial, ante la presión de la minorĆa blanca, habĆa sancionado leyes que les impedĆan el ascenso social y polĆtico. TenĆan vĆnculos con los liberales franceses, tanto que en ParĆs habĆan organizado la Sociedad de Amigos de los Negros, que en verdad defendĆa los intereses de los mulatos que deseaban adquirir una ciudadanĆa integral idĆ©ntica a la de los blancos.
Los esclavos: se calcula que su nĆŗmero era cercano al medio millón de personas, superando a los blancos en una proporción de mĆ”s de 20 a 1. Cerca del 80 por ciento trabajaba en las plantaciones y tenĆan dos orĆgenes: los bozales, africanos que en su mayorĆa habĆan sido esclavizados de adolescentes, aculturados e instruidos para el trabajo de plantación; y los criollos, nacidos en la plantación de padres africanos. No obstante, los orĆgenes de los africanos eran muy variados, ya que pertenecĆan a muy diversas etnias con costumbres y lenguajes muy diferentes. Esto contribuyó a la construcción de una cultura sincrĆ©tica, con los diferentes aportes africanos y de la occidentalización impuesta por los plantadores franceses blancos. Tanto la lengua nacional (el crĆ©ole) como la religión vudĆŗ expresan ese sincretismo.
Los cimaroons o negros cimarrones: quizĆ”s no tan significativos desde el aspecto cuantitativo ni desde lo económico, pero sĆ desde lo polĆtico y simbólico. El tĆ©rmino se aplicaba a los esclavos que huĆan de sus dueƱos y que muchas veces se refugiaban en las montaƱas, ya sea en forma solitaria o formando pequeƱas comunidades. AĆŗn cuando su nĆŗmero permaneció limitado, su importancia fue fundamental, ya que estos fugitivos, rondaban las plantaciones para proveerse de vĆveres y alentando a los esclavos a rebelarse. El mĆ”s ejemplo mĆ”s notable fue el del africano Mackandal y sus brigadas que durante el perĆodo de 1751 a 1758, atacaron a las plantaciones, matando blancos y alentando a los negros a sublevarse. Finalmente fueron capturados y ejecutados, pero su memoria, y especialmente sus tĆ”cticas de resistencia guerrillera, ejercieron gran influencia en los hechos posteriores.
Para dimensionar los excelentes rindes de la colonia francesa basta mencionar un sólo dato: la utilidad anual promedio que generaba la producción azucarera de Saint-Domingue era del orden del 8 al 12 %, mientras que, en Jamaica, la mĆ”s productiva de las colonias inglesas, apenas llegaba a un 4 %. Herbert Klein seƱala que la colonia francesa, ademĆ”s de ser la mayor productora de azĆŗcar de AmĆ©rica estaba por convertirse en la mayor abastecedora de cafĆ© del mundo. āLas exportaciones sumaban dos tercios del valor total de las mercancĆas remitidas por las Indias Occidentales francesas, y en volumen superaban los envĆos de las Antillas espaƱolas e inglesas sumados. MĆ”s de 600 barcos por aƱo llegaban a sus puertos para cargar azĆŗcar, cafĆ©, algodón, especias, aƱil y cacao destinados al mercado europeoā.10Herbert KLEIN, La esclavitud africana en AmĆ©rica Latina y el Caribe, Alianza, MĆ©xico, 1986, p.45.
Si bien la colonia era próspera y eficiente, la mĆ”s rica del mundo y la que aportaba el principal ingreso externo a la nación francesa, ya comenzaban a vislumbrarse ciertos problemas de sustentabilidad, de acuerdo a los relatos de los viajeros extranjeros y administradores mĆ”s agudos. En primer lugar, se preveĆa un agotamiento de la tierra debido a que tanto el aƱil como la caƱa de azĆŗcar son cultivos que extraen muchos nutrientes del terreno de cultivo. Ya comenzaba disminuir el rendimiento productivo, de hecho la producción cafetalera habĆa comenzado a tensionar la hegemonĆa del azĆŗcar, sin que se estableciera ninguna medida de cuidado o regeneración. En segundo lugar, se percibĆa que la estructura social de la colonia era tan artificial como inmersa en profundas contradicciones sociales y raciales. Algunas de las reflexiones de los crĆticos apuntaban al peligro que significaba la desproporcionada población esclava con relación a la considerada libre. Para comparar: en otro espacio antillano donde predominaba la gran plantación azucarera y esclavista como Cuba, la población esclava era del 36 % en el aƱo 1846.11Rebecca SCOTT, Emancipaçâo Escrava en Cuba. A transiçâo para o trabalho livre 1860-1899, Campinas, Editora da UNICAMP- PAZ E TERRA, 1991, p. 26. Inclusive en la esclavista capitanĆa de Minas, en el Brasil colonial, la población esclava apenas superaba la mitad de la población total en el aƱo1776.12Boris FAUSTO, Historia concisa de Brasil, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2003, p. 50.
Revolución social y guerra anticolonial (1791-1798)
La Revolución Francesa de 1789 tuvo un fuerte impacto sobre la sociedad racista y esclavista de la colonia. Inicialmente, la igualdad entre los hombres proclamada por la revolución no sólo no se aplicaba a los esclavos, sino tampoco a los mulatos ni a los negros libres. Las luchas internas entre monÔrquicos, girondinos y jacobinos y las guerras contra otras naciones se sumaron a las ya fuertes contradicciones de la sociedad colonial, aunque los sucesos externos impactaban en ella con cierto retraso debido a las demoras en las comunicaciones.
La primera tensión polĆtica evidente en la estructura local fue el conflicto entre los grandes propietarios y comerciantes de la colonia y los funcionarios de Ć©sta. Los propietarios querĆan independizarse y los segundos continuar su vĆnculo con Francia. La Sociedad de Amigos de los Negros, que tuvo un importante papel en las discusiones sobre la abolición de la esclavitud, estaba formada por un grupo bastante heterogĆ©neo de mulatos instruidos e influyentes, movidos por ideologĆas e intereses diferentes, pero bien relacionados con los diversos grupos liberales de ParĆs. Si bien planteaban llevar la esclavitud a su fin, sus acciones polĆticas se orientaban mĆ”s a lograr equiparar sus derechos con los de los ciudadanos blancos, beneficio que el Código Negro imperante en las colonias les negaba. Para ejemplificar: en 1790 la asamblea colonial de Saint-Domingue extendió los derechos polĆticos a los blancos pobres pero excluyen a los mulatos, evidenciando que la exclusión polĆtica se fundamentaba en la cuestión racial.
La acción de la Sociedad de Amigos de los Negros, tuvo una fuerte influencia en los acontecimientos de la colonia. Su acción causó temor y recelo entre los propietarios de esclavos, al tiempo que alentó las esperanzas de igualdad de mulatos y negros. Esos deseos de igualdad de los mulatos motivaron el primer intento de rebelión. Un grupo de los mismos, liderados por Vincent Ogé y Chavannes, a fines de octubre de 1790 se manifestó frente a la Asamblea de Port-au-Prince exigiendo iguales derechos para mulatos y negros. El reclamo fue duramente reprimido, incluso con una serie de ejecuciones.
Las tensiones surgieron tambiĆ©n entre los petits blancs o patriotas y los grands blancs, ya que mientras los primeros se resistĆan al avance de los derechos de los mulatos e insistĆan en continuar su vinculación a la metrópolis; los segundos, en cambio, comenzaban a vislumbrar la posibilidad de una autonomĆa āo independencia al estilo de Estados Unidos-, que les permitiera mantener el sistema esclavista, la base de la economĆa latifundista de explotación.
Sin embargo, las principales tensiones se venĆan acumulando en la base de la sociedad colonial, ya que los esclavos y esclavas negras comenzaron a ser permeados por las ideas de igualdad, libertad e independencia que circulaban por las bocas de sus patrones y administradores blancos y mulatos. A la vez, los esclavos percibieron la fractura del bloque dominante: las tensiones entre metrópolis/colonia, plantadores blancos/blancos pobres y terratenientes/administradores coloniales.
Sin duda, fue la Gran Insurrección del Norte la que comenzó el proceso revolucionario y evidenció que serĆa imposible restituir el sistema esclavista, o al menos intentar hacerlo sin diezmar a las masas negras insurreccionadas. En agosto de 1791 el sacerdote vudĆŗ Boukman convocó a una asamblea con 200 delegados de plantaciones norteƱas, donde se coordinó la insurrección de los esclavos contra sus amos. A los pocos dĆas, estalló la rebelión en la región norteƱa, donde predominaban las grandes plantaciones azucareras. En una gran movilización de masas, decenas de miles de esclavos se sublevaron, liderados por Boukman y exterminaron a la mayorĆa de la población blanca, destruyendo a las haciendas, los ingenios y a casi toda la infraestructura relacionada con el sistema esclavista. Inicialmente, la insurrección abarcó la parte central del Norte, alrededor del Cabo, con base en las parroquias de LimbĆ©, Dondon y Ouanaminthe.
El ejĆ©rcito de esclavos insurrectos era superior a los 30000 combatientes, aunque no todos ingresaban al combate en forma simultĆ”nea. Si bien la rebelión fue reprimida, con la ejecución de su lĆder, la lucha continuó y comenzó a extenderse a las regiones Oeste y Sur. En estas regiones no se produjo una insurrección esclava generalizada pero sĆ luchas entre blancos (realistas/republicanos) y entre Ć©lites latifundistas (blanca/mulata). En poco tiempo, se impuso el grupo mulato de orientación republicana, que logró seducir y controlar a las masas negras e inclusive despuĆ©s de la abolición consiguió que gran parte de las mismas volvieran al trabajo en las plantaciones.
Mientras tanto, el gobierno metropolitano, ahora a cargo de los republicanos, intentaba dar respuesta a la conflictiva situación de la colonia. A comienzos de 1792 la Asamblea Nacional Francesa decidió otorgar la ciudadanĆa a los hombres libres de color, o sea a la población mulata, muy influyente en la región sur. Para aplicar esta y otras medidas envió a tres comisarios civiles, encabezados por el jacobino LĆ©ger-FĆ©licitĆ© Sonthonax y acompaƱados de una fuerza de 6000 hombres. La medida contó con la fuerte oposición de los pobladores blancos, tanto de los plantadores como de los mĆ”s pobres. Para derrotarlos, el astuto Sonthonax movilizó a los mulatos y, con la ayuda de este grupo y de las tropas leales, logró controlar tanto a los blancos como a las masas esclavas.
Sin embargo, sucesos externos aumentarĆan las tensiones en la sociedad isleƱa, ya que en febrero de 1793 Francia declaró la guerra a Gran BretaƱa y el rey Luis XVI fue ejecutado. HabĆa comenzado el gobierno de la Primera RepĆŗblica Francesa. Ambos hechos tuvieron un fuerte impacto en la colonia. Los plantadores y funcionarios realistas se sublevaron liderados por el general Galbaud, jefe de las fuerzas en Le Cap. Ante el peligro realista, Sonthonax, moviliza a la población mulata pero tambiĆ©n a 10000 esclavos a los que otorgarĆa la libertad a condición de que integraran el ejĆ©rcito republicano.13Existe evidencia para afirmar que la decisión de abolir la esclavitud en la colonia fue una decisión personal del comisario Sonthonax, el mĆ”s jacobino y pragmĆ”tico de los funcionarios enviados por la Republica. Ya que esta medida no estaba contemplada en las órdenes emitidas desde la metrópolis y que ademĆ”s fue resistida por otros comisarios, funcionarios coloniales y militares franceses de la colonia. Como bien apunta Moya Pons, los franceses hubieran sido derrotados si el comisario civil (Sonthonax) no se hubiera excedido en sus poderes nominales, al liberar a las masas esclavas y movilizarlas ante el avance de los ejĆ©rcitos enemigos.14MOYA PONS, Ā«La Independencia de HaitĆ y Santo DomingoĀ», op. cit, p. 127. Las tropas realistas fueron derrotadas pero la liberación de tan alto nĆŗmero de esclavos irritó a los mulatos, muchos de los cuales eran propietarios de estos trabajadores.
Ante esta situación, en vĆsperas de una inminente invasión por parte de los ingleses, el funcionario Sonthonax buscó ampliar el apoyo de las masas negras, para lo que el 29 de agosto de 1793 decretó la emancipación general de los esclavos en el norte de Saint-Domingue, medida que rĆ”pidamente se extendió a toda la colonia. Ante los hechos, el 4 de febrero de 1794 la Convención Nacional Francesa declaró abolida la esclavitud de los negros en todas las colonias francesas, aunque en la prĆ”ctica sólo se liberaron las masas esclavas de la isla caribeƱa.
Otras potencias europeas colonialistas como Gran BretaƱa y EspaƱa observaban a la rica colonia de Saint-Domingue como un apetitoso botĆn ademĆ”s de la oportunidad de privar a la enemiga Francia de una de sus mayores fuentes de recursos. Los primeros enviaron en 1794 una poderosa expedición de decenas de miles que ocuparon Port-au-Prince y otros puntos costeros. EspaƱa, por su parte, intentó ganarse el favor de los esclavos prometiĆ©ndoles la liberación, y atacó la colonia desde la parte oriental de la isla. Los principales dirigentes de la rebelión de esclavos pasaron a luchar por el bando espaƱol.
La dominación francesa de colonia estaba en su punto crĆtico, ya que esta se encontraba invadida por la Marina britĆ”nica y por las tropas espaƱolas a las que se habĆan unido numerosos pobladores franceses de orientación monĆ”rquica. Las fuerzas francesas fueron derrotadas en las ciudades costeras por los ingleses y en gran parte del interior por las tropas espaƱolas.
Empero, la situación cambiarĆa de rumbo a mitad de ese aƱo (1794), gracias al caudillo y militar negro Toussaint Louverture, quien hasta el momento luchaba para el bando espaƱol, pero que, ante la influencia de los comisarios y oficiales franceses, decidió cambiarse al bando francĆ©s. El ejĆ©rcito que estaba a su mando, de carĆ”cter multirracial puesto que estaba conformado por soldados negros, mulatos e incluso algunos blancos, atacó a sus antiguos aliados y les arrebató una decena de ciudades. En un aƱo, y gracias a su hĆ”bil manejo de la situación, rechazó a los espaƱoles hasta la frontera oriental de la isla y consiguió derrotar a sus antiguos jefes, que habĆan permanecido leales a EspaƱa.
La lucha contra los britÔnicos resultó, sin embargo, mÔs complicada. Toussaint no pudo echarlos ni del Norte ni del Oeste. En el Sur, el general mulato André Rigaud lograba contenerlos, pero no era capaz de rechazarlos. Gracias a las armas y pertrechos llegados con la comisión de Sonthonax y Laveaux en mayo de 1796, Louverture, que contaba con un ejército de 51000 soldados, entre ellos 3000 blancos, reemprendió la lucha contra los britÔnicos y obtuvo diversas victorias, aunque ninguna de ellas decisiva.
Las tropas inglesas, debilitadas ante la resistencia de los lugareƱos y por las enfermedades tropicales que le habĆan ocasionado numerosas bajas, (cerca de 25.000 soldados) y ante la amenaza de un contraataque de Toussaint en Jamaica, decidieron negociar. El conflicto concluyó cuando a fines de agosto de 1798, los britĆ”nicos, a cambio de concesiones comerciales prometidas por el gobierno de Louverture, se retiraron de la isla.
En los aƱos posteriores se percibe claramente el enfrentamiento entre las Ć©lites locales que participaron en la lucha anticolonial. Por un lado, la rama mulata, integrada en gran medida por los affranchi, muchos de ellos propietarios en la región sureƱa y en menor medida en el oeste. Por lo general, eran instruidos, y partidarios del republicanismo francĆ©s, por ejemplo, AndrĆ© Rigaud y Alejandro SabĆ©s (PĆØtion). Si bien tenĆan conocimientos polĆticos y experiencia militar, respondĆan a una clara polĆtica y estrategia de los intereses de los propietarios agrĆcolas sureƱos, aunque muchos de estos sólo poseĆan fincas pequeƱas y medianas. La otra rama conocida como negra estaba integrada por ex āesclavos ānegros de talentoā, dotados de inteligencia y gran iniciativa como Toussaint Louverture, Dessalines e incluso Henri Christhope. Su ascenso se debĆa tanto a su talento y capacidad como a su audacia en el plano militar y polĆtico, logrando imponerse a las masas inorgĆ”nicas. En general, los integrantes de las dos ramas fueron excelentes administradores y organizadores de la producción, tanto que Joachim Benoit considera que formaron una verdadera aristocracia. Para ambos grupos la independencia presuponĆa sustituir la dominación francesa por la propia.15BENOIT, āLa estructura social de HaitĆ yā¦ā, op. cit. p. 173 y 174.
Expresión de este conflicto entre las dos ramas es la denominada Guerra de los Cuchillos, acontecida entre junio de 1799 y marzo de 1800. Se trata de una revuelta de los generales negros: Toussaint Louverture y los generales Jean-Jacques Dessalines y Henri Christophe, contra los generales mulatos como André Rigaud y Alexander Pètion, entre otros. Estos últimos fueron derrotados y, con otros dirigentes mulatos, se exiliaron a Francia.
Los generales negros y mulatos y las masas insurrectas habĆan logrado abolir la esclavitud, extender los derechos de los ciudadanos en forma universal y alcanzar una independencia de facto, pero se encontraban con un paĆs destruido en el sistema económico y productivo y que a la vez estaba aislado comercial y diplomĆ”ticamente del contexto mundial.
A continuación, analizaremos el proyecto económico que Toussaint Louverture intentó implementar para reconstruir y reactivar la economĆa nacional, si bien es pertinente apuntar que este experimento sólo duró un aƱo y medio en el sur, y un lustro en las zonas norte y oeste. El caudillo gobernante consideraba a la agricultura como base de la vida nacional y deseaba que la isla recuperara su supremacĆa como la mayor exportadora azucarera del mundo. ConcebĆa a la producción agropecuaria con un carĆ”cter latifundista y basada en el trabajo disciplinado e intensivo de importantes colectivos humanos, por lo que intentarĆa establecer un sistema de gran propiedad, inclusive restituyendo propiedades a plantadores blancos, no tanto asĆ a los mulatos y obligando a trabajadores negros a volver a las plantaciones, aunque no como esclavos sino como asalariados. De hecho, se habĆa establecido una alianza entre los terratenientes blancos y los nuevos terratenientes negros.
Otra medida que apuntaba a consolidar la propiedad latifundiaria consistĆa en impedir la venta de propiedades menores a 50 carreaux (56,5 hectĆ”reas) y obligan a los trabajadores dispersos o fugados a volver a las haciendas.16El carreaux es una medida de origen francĆ©s cuya unidad equivale a una hectĆ”rea y trece Ć”reas. Se establece un dispositivo laboral de caporalismo agrario,17Se entiende por caporalismo, a un sistema de trabajo que era controlado por agentes denominados como caporales. Los mismos imponĆan el ritmo del trabajo y castigaban, muchas veces aplicando la violencia fĆsica, a los trabajadores lentos o remisos. donde a los trabajadores de las haciendas, que ya eran libertos conocidos como cultivateurs (cultivadores) y, se les prohibĆan el libre desplazamiento, el vagabundeo, las costumbres incivilizadas y se los sometĆa a un fuerte control en las haciendas a travĆ©s de un sistema militarizado.
Muchas de estas normativas, junto con el pensamiento polĆtico de Louverture se expresan en el Reglamento publicado el 12 de octubre de 1800. En el mismo se establecĆa el culto a la producción agrĆcola como fundamento de toda riqueza y se expresaba que la libertad debĆa ser unida al trabajo intensivo para asegurar el bien pĆŗblico. Se organizaba a los trabajadores en forma militar, exigiĆ©ndoles obediencia jerĆ”rquica. Se perseguĆa a los desertores y ociosos. Tanto la reconstrucción económica (plantaciones, infraestructura de transporte, ingenios, etc.) como el desarrollo y producción agrĆcola recaĆa sobre los Inspectores AgrĆcolas, que por lo general eran militares.
AdemĆ”s, se mantenĆa el sistema de reparto de ganancias establecido por Sonthonax que consistĆa en repartir la producción de la siguiente manera: un cuarto para el Tesoro PĆŗblico, un cuarto para el propietario, un cuarto para el arrendatario y el cuarto restante para los trabajadores campesinos. En la prĆ”ctica, al implementarse estas medidas, los agricultores que legalmente eran libres pasaron a un sistema de trabajo coactivo, que mezclaba elementos feudales, militares y paternalistas.18LEPKOWSKI, HaitĆ, op. cit, p. p. 70-80.
Con estas medidas, el gobierno logró ciertos Ć©xitos en la reconstrucción de la economĆa exportadora, mĆ”s allĆ” de una importante sangrĆa humana que constituĆan los campesinos que se fugaban hacia las zonas montaƱosas, para engrosar las comunidades cimarronas. El nuevo gobierno, si bien no pudo recuperar la producción del aƱil y del azĆŗcar a los estĆ”ndares pre-insurrecionales, sĆ logró que aumentara la producción cafetalera.
Sin embargo, fue en los aspectos polĆticos y sociales donde la reconstrucción louvertiana encontró mĆ”s resistencias, que iban desde los desposeĆdos productores mulatos del sur hasta los descontentos esclavos del norte, que se indignaban al volver al trabajo forzado en las plantaciones. En poco tiempo, acontecerĆa una rebelión de negros del Norte que fue duramente reprimida por el gobierno.
A principios de 1801, el gobierno de Louverture invadió la parte espaƱola de la isla, que en 1795 habĆa sido cedida a Francia por el Tratado de Basilea, aunque en la prĆ”ctica la administración francesa era casi inexistente. El Oriente isleƱo es anexado, con escasa resistencia de las comunidades locales. A continuación, el gobierno haitiano tomó algunas medidas de carĆ”cter económico-social como la de liberar a los esclavos, aunque debĆan seguir trabajando en las haciendas y la de fomentar el cultivo de productos exportables (caƱa, cafĆ©, algodón y cacao) en desmedro de la tradicional producción dominicana consistente en la ganaderĆa hatera y en el corte de caoba.19Juan BALCĆRCEL y Manuel GARCĆA, La Independencia Dominicana, Madrid, Mapfre, 1992.
En mayo del mismo aƱo, se propuso un Proyecto de Constitución por la cual la colonia, aun proclamĆ”ndose parte integral de Francia, tendrĆa un gobierno que gozarĆa de una enorme autonomĆa y otorgĆ”ndose a sĆ mismo el gobierno vitalicio. Las medidas represivas del gobierno, mĆ”s otras como las gestiones para que regresen los blancos huidos, en muchos casos odiados plantadores esclavistas, debilitaron el apoyo de la población negra y mulata al rĆ©gimen de Louverture. Esta situación facilitó la posterior invasión francesa, ya que el gobierno de Napoleón Bonaparte rechazó el proyecto de constitución del gobierno isleƱo y decidió enviar una fuerte expedición militar para reconquistar la isla y a la vez reestablecer al sistema esclavista.
La guerra de independencia (1802-1803)
El cónsul Napoleón Bonaparte, gobernante de la metrópolis francesa, deseaba establecer un gran imperio colonial en AmĆ©rica para lo cual se hizo ceder el enorme territorio de Luisiana por parte de EspaƱa e intentó recuperar el control total de su principal colonia: Saint-Domingue. En enero de 1802, arribó a la colonia una fuerte expedición militar de 24000 hombres, al mando del general Charles Leclerc, cuƱado de Napoleón. En la misma regresaban Rigaud y PĆØtion, los lĆderes mulatos expulsados por Louverture.
En un primer momento, los franceses consiguieron el acatamiento de una parte de los haitianos bajo falsas promesas de no reinstaurar la esclavitud y de respetar los grados militares de los haitianos. Controlaron tambiĆ©n el este de La EspaƱola por un perĆodo de seis aƱos hasta ser expulsados por un grupo de dominicanos quienes bajo el mando de Juan SĆ”nchez RamĆrez reincorporaron la parte oriental al dominio de EspaƱa.
Toussaint Louverture, con parte del ejército haitiano, se replegó a zonas mÔs recónditas y seguras, donde aplicó la tÔctica bélica de tierra quemada, consistente en arrasar los recursos e infraestructura bÔsica. AdemÔs, firmó un pacto de amistad con Gran Bretaña. Mientras tanto, otro general negro, Henri Christophe incendió Le Cap ante la llegada de los invasores. Las ciudades de Port-de-Paix, Saint-Marc y Gonaïvescorrieron igual suerte. A pesar de esto el ejército rebelde tuvo varios reveses: Toussaint fue vencido en Ravine-à -Couleuvres y Dessalines fracasó contra Port-au-Prince. En poco tiempo la parte española de la isla se entregó al ejército francés y el 2 de mayo de 1802, Toussaint Louverture ofreció su capitulación a cambio de quedar libre y de que sus tropas se integraran al Ejército francés.
Prontamente, las promesas francesas fueron desenmascaradas al llegar noticias de la reinstauración de la esclavitud en otras colonias como Guadalupe y con la captura y deportación de Toussaint- Louverture a Francia dónde murió encarcelado. A pesar de la pĆ©rdida de su lĆder, gran parte de los oficiales y tropas haitianas, avezados en las luchas contra ingleses y espaƱoles, intuyeron que seguirĆan la misma suerte y comenzaron a rebelarse o a desertar hacia las zonas rebeldes.
La polĆtica de sangre inaugurada por Leclerc hizo ver a los oficiales de color que no habĆa seguridad para ellos junto a los franceses, por lo que terminaron desertando, encabezados por PĆØtion y Clerveaux. Los generales negros Henri Christophe y Dessalines no tardaron en unĆrseles. Desde ese momento las bandas que merodeaban por los campos tuvieron lĆderes y se inició la verdadera guerra de liberación.
Alexander PĆØtion, decidió reconocer a Jean-Jacques Dessalines como general en jefe de los rebeldes y Ć©ste hecho hizo que la mayorĆa de los jefes de bandas se agruparan alrededor de este Ćŗltimo. A fines de 1802, Dessalines, asistido por Christophe y PĆØtion tomó la dirección de la lucha por la independencia, radicalizando el legado de Louverture. De esta forma se logró la unidad de las masas negras y mulatas para combatir a la invasión francesa y obtener la independencia, frustrando cualquier intento de restaurar la esclavitud. Esta alianza se expresó en el Congreso de Arcahaie donde militares y propietarios, tanto negros como mulatos, acordaron acciones en conjunto para lograr la independencia. Si bien, como apunta Joachim Benoit, para ambos grupos la independencia presuponĆa sustituir la dominación francesa por la propia.20BENOIT, āLa estructura social de HaitĆ yā¦ā, op. cit., p. 173.
Hasta 1803, el Sur habĆa asistido a los acontecimientos sin tomar parte de la rebelión, aunque el general Dessalines desplegaba una actividad extraordinaria desde fines del 1802, por todo el Noroeste y la región Oeste. La lucha se generalizó contra el ejĆ©rcito cada vez mĆ”s reducido de Rochambeau, (general a cargo tras la muerte de Leclerc) y luego de una serie de exitosas campaƱas (JĆ©rĆ©mie, Jacmel, etc.), en octubre de 1803 el ejĆ©rcito haitiano logróocupar la capital y asegurarse el control de la zona de Los Cayos.
La campaña de reconquista del ejército de negros y esclavos culminó el 18 de noviembre de 1803 con la decisiva victoria haitiana en la Batalla de Vertierres, que obligó a las tropas francesas a rendirse. El 4 de diciembre, Rochambeau capituló en el MÓle Saint-Nicolas, culminando de este modo la guerra de independencia.
Primeros aƱos de vida independiente (1804-1806)
El 1 de enero de 1804, Jean- Jacques Dessalines proclamó la independencia desde la ciudad de GonaĆÆves. De esta forma HaitĆ, se convirtió en el primer Estado independiente de AmĆ©rica Latina. El lĆder fundante de esta nación, un esclavo nacido en una plantación del Norte, quedó como jefe del recientemente fundado estado haitiano. La joven nación, despuĆ©s de las luchas de la independencia, se encontraba nuevamente devastada, prĆ”cticamente sin actividad productiva importante, con las haciendas y la infraestructura bĆ”sica destruidas y con una población que habĆa descendido a la cifra de 300.000 habitantes.
DespuĆ©s de su primer aƱo de mandato, Dessalines se proclamó a sĆ mismo Emperador del paĆs con el nombre de Jacques I (Jacobo I), dando lugar al Imperio de HaitĆ. El emperador dio a su gobierno una fuerte impronta nacionalista, pero al mismo tiempo buscó consolidar su poder personal creando un Estado autocrĆ”tico. Por los escasos datos disponibles, pero tambiĆ©n por lo breve y accidentado del gobierno de Jacques I, es difĆcil caracterizar al modelo socioeconómico que Ć©ste intentó implementar en el devastado territorio isleƱo.
Jacques I tuvo que construir una polĆtica económica a partir de las siguientes contradicciones: la oposición entre los oficiales del ejĆ©rcito y los propietarios de tierras que se disputaban la posesión de las mismas y la lucha entre trabajadores agrĆcolas y pequeƱos campesinos, que deseaban la parcelación de las tierras y producir en forma autónoma y las Ć©lites privilegiadas que defendĆan al sistema de latifundio con la utilización del trabajo forzado de las masas campesinas.
Si bien, de facto, la independencia habĆa disuelto las propiedades de los colonos blancos quedando las mismas en manos del estado (en muchos casos, por las matanzas de blancos fomentadas o toleradas por las autoridades), Dessalines profundizó esta situación, invalidando los contratos de arriendos, donaciones y ventas inmobiliarias realizadas antes de su gobierno. Como se estableció en el ArtĆculo 12 de la Constitución de 1805: āNingĆŗn blanco, sea cual fuere su nacionalidad, pisarĆ” este territorio como amo o propietario ni podrĆ” en lo sucesivo adquirir aquĆ propiedad (ā¦) Toda propiedad que haya pertenecido a un francĆ©s blanco queda confiscada a favor del Estado sin apelación y por virtud de leyā.21LEPKOWSKI, op. cit., p. 97.
En esta legalización de una situación de hecho, se estima que un porcentaje de 66 al 90 % de las tierras agrĆcolas se convirtieron en propiedad estatal, con el nombre de Dominio Nacional (Domaine National). Y, si bien la expropiación y nacionalización de las tierras y propiedades de la clase dominante, de los grandes plantadores esclavistas y su posterior distribución a la población negra y mulata, ha generado ciertos juicios históricos que lo reivindican como un intento de profunda reforma agraria, en la prĆ”ctica, muchas de estas medidas estuvieron orientadas a una continuidad de los modelos de producción agropecuaria propuestos por LĆ©ger-FelicitĆ© Sonthonax y especialmente por Toussaint Louverture.
¿En qué se fundamentan esas continuidades?
El gobierno estableció un sistema de arriendo, por cinco aƱos, a aquellos que ofrecĆan las mejores condiciones. Obviamente, los beneficiados fueron los mulatos enriquecidos y los oficiales del ejĆ©rcito del emperador. En los arriendos de primera categorĆa, o sea de las haciendas mĆ”s grandes y productivas, se beneficiaron los generales, coroneles, oficiales y funcionarios del gobierno, en su mayorĆa negros. Para los arriendos de segunda categorĆa, haciendas mĆ”s pequeƱas, por lo general en las zonas oeste y sur, los propietarios, oficiales y funcionarios del gobierno, en su mayorĆa mulatos.
En sĆntesis, se aspiraba a construir una sociedad con dos estamentos superiores, militares y funcionarios, que conformaban la Ć©lite propietaria de la tierra, y los agricultores y soldados como el estamento inferior o mano de obra. Por ello se impuso un sistema de trabajo rĆgido y militarizado, donde las haciendas eran dirigidas por generales y altos oficiales, que a la vez, eran propietarios y arrendatarios. Se mantuvo la restricción a la movilidad de los campesinos, se persiguió la vagancia, se obligó a la población a los trabajos comunitarios, entre otras prĆ”cticas coercitivas. AdemĆ”s, se continuó con el sistema de reparto de ganancias implementado por Sonthonax y Louverture. Si bien muchas veces las partes del propietario y del arrendatario correspondĆan a la misma persona, tambiĆ©n sucedĆa a menudo que el propietario, no tributaba la parte que le correspondĆa al estado, situación que en poco tiempo generó una rĆ”pida y pingüe acumulación para la Ć©lite administradora, en desmedro de los campesinos que realizaban el trabajo mĆ”s arduo y productivo.
Sin embargo, hacia 1806, se produjo una crisis de exportación, ya que tanto Francia, EspaƱa y Estados Unidos prohibieron el comercio con HaitĆ, que se quedó sin mercado para sus exportaciones. Esta situación solo se destrabarĆa a fines de ese aƱo cuando se reestablecieron los vĆnculos con Inglaterra, y los Estados Unidos flexibilizaron sus medidas de bloqueo.
La situación de bloqueo debilitó la relación de Dessalines con las Ć©lites mulatas, ya resentidas porque algunos de sus integrantes habĆan perdido o temĆan perder sus tierras ante la confiscación estatal y otros consideraban haber recibido menos que la Ć©lite negra.22Si bien muchos autores sostienen que el complot organizado por la Ć©lite mulata contra Dessalines se originó por los temores de pĆ©rdidas de tierras ante una reforma agraria, Tadeusz Lepkowski sostiene que el recelo mulato se debĆa ante la implementación de una nueva ley de herencia por parte del gobierno imperial. La misma podrĆa invalidar muchas de las posesiones mulatas, tanto legales como de facto, que usufructuaban como hijos ilegĆtimos de los plantadores blancos. La rebelión estalló en el sur, en octubre de 1806. El monarca fracasó en movilizar tanto al ejĆ©rcito como a las masas campesinas y fue asesinado por un complot militar, que varios autores adjudican a los generales Henri Christophe y Alexander PĆØtion. Los instigadores del complot, debido a sus divergencias, libraran luchas por el liderazgo que desembocaron en la división del territorio desde 1806 y una guerra declarada como tal, hasta 1810.
La construcción de dos experiencias polĆticas y económicas (1806- 1820)
Henri Christophe, un antiguo esclavo y soldado de las luchas contra los franceses, estableció en el norte el Estado de HaitĆ, territorio que en el aƱo 1811 se transformarĆa en el Reino de HaitĆ, al tiempo que se proclamaba rey con el nombre de Henri I. En el sur en cambio, se desarrollaba una experiencia polĆtica de carĆ”cter republicano con la presidencia de otro militar proveniente de las luchas de la independencia anticolonial, el mulato Alexander PĆØtion.23La RepĆŗblica de HaitĆ, brindó amplio apoyo en armas y dinero a Simón BolĆvar, a cambio de la abolición de la esclavitud en los territorios que fueran liberados. El presidente Alexander PĆØtion estaba convencido de que sólo la independencia de toda AmĆ©rica garantizarĆa la de HaitĆ, acosada por las potencias europeas y por Estados Unidos. Sin embargo, la nación haitiana no fue invitada al Congreso Anfictiónico de PanamĆ” (1825-1826) convocado por el libertador grancolombino. Pero las diferencias entre el reino norteƱo de HaitĆ, gobernado por un rey y una nobleza mayoritariamente negra y la repĆŗblica sureƱa de las Ć©lites mulatas no sólose fundamentaban en el rĆ©gimen polĆtico; tambiĆ©n desde lo socioeconómico es evidente la construcción de sistemas diferentes.
En el primer caso, el rĆ©gimen de Christophe intentó reconstruir el modelo de economĆa de plantación latifundista de productos exportables, con ciertas continuidades con respecto al sistema de Dessalines pero tambiĆ©n con algunas diferencias. La visión de Cristophe era mĆ”s compleja, al menos en un par de aspectos. Para empezar, concebĆa a la sociedad a construir con una mayor cantidad de sectores sociales: una nobleza y oficialidad militar (propietarios de haciendas), otro estrato conformado por soldados (podĆan poseer propiedades, pero mĆ”s pequeƱas), comerciantes y artesanos (desarrollaban oficios y actividades en forma libre), y agricultores (la mano de obra forzada de las haciendas). El monarca expropió y recuperó tierras y haciendas que en unidades de grandes extensiones le fueron otorgadas a una casta de nobleza que se conformó a partir de jefes y oficiales militares, en su mayorĆa negros, aunque se encontraban entre ellos algunos mulatos, que le eran afines.
Si bien compartĆa la idea de Dessalines de construir un sistema de producción latifundista de productos exportables, Henri Christophe se diferenciaba del primero al poseer un espĆritu mĆ”s modernizador, por lo que consideraba prioritario implementar las siguientes medidas: actualizar la infraestructura productiva existente, por ejemplo, reconstruyendo y mejorando los sistemas de transporte y comunicación; diversificando la producción de productos exportables (ademĆ”s del azĆŗcar aumentar la producción de cafĆ© y de maderas preciosas como la caoba) y realizar otras innovaciones como fomentar el cultivo de cereales para alimentación y el uso del arado.
En lo social, se reimplantó un rĆ©gimen forzado de trabajo sobre los agricultores o campesinos, inclusive mĆ”s duro que los anteriores, como se expresa en el Código Rural de 1812, con una jornada laboral extendida de 11 a 13 hs, con la obligación de permanecer en la plantación y una división interna del trabajo, tan rĆgida como rigurosa. A eso se le sumaba la obligación del campesinado de participar, ciertos dĆas en la semana, de la construcción de grandes obras pĆŗblicas como fortificaciones, caminos e inclusive de la ciudadela de La FerriĆŖre y el palacio de Sans Souci. El control sobre la productividad y disciplina de la mano de obra estaba a cargo de Inspectores de Agricultura, en su mayorĆa militares que pertenecĆan a la casta dominante.
Desde la perspectiva económica, el modelo económico implementado fue exitoso, aumentó la producción agropecuaria en general, se mejoró y modernizó la infraestructura bĆ”sica y el Estado comenzó a enriquecer sus arcas. El anĆ”lisis desde una perspectiva social es muy diferente, ya que los campesinos eran conscientes de que trabajaban mĆ”s tiempo que antes, con un rĆ©gimen mĆ”s brutal y seguĆan percibiendo sólo la cuarta parte de lo producido.
Los campesinos disconformes, o bien huĆan hacia las montaƱas donde se dedicaban al cultivo de vivres (alimentos) o cruzaban hacia el territorio republicano. Si bien al final de gobierno el monarca implementó la distribución de tierras en los estamentos medios del ejĆ©rcito y soldados afines al gobierno (Decreto del 16/07/1819), copiando la metodologĆa del vecino gobierno republicano, estas reformas llegaron muy tarde. En 1820 se derrumbarĆa el Reino del Norte, ante una rebelión militar, en cuya base estaban los campesinos, pero tambiĆ©n funcionarios del rĆ©gimen. El decepcionado Henri Christophe se suicidó.
El modelo económico-social implementado por el republicano Alexander PĆØtion tuvo una evolución diferente. El rĆ©gimen presentaba inicialmente el ejercicio de una división de poderes, donde las medidas a implementar debĆan ser consensuadas entre le presidente y el Senado. Este Ćŗltimo, muchas veces fue la herramienta de la oligarquĆa mulata para recuperar sus tierras, inclusive con la oposición manifiesta de PĆØtion. Un claro ejemplo, es una ley de abril del 1807 donde se intenta regimentar las relaciones agrarias e impedir el desarrollo de minifundios, ya que se prohibĆa la venta de tierras no menores a 10 carreaux.
Ante estas resistencias terratenientes y tambiĆ©n por la presión de la clase popular campesina, el presidente PĆØtion disolvió al Congreso y estableció una dictadura reformista. A fines de 1809 comenzó la distribución de tierras pertenecientes al patrimonio nacional en pequeƱas parcelas. En dos decretos (30/12/1809 y 22/10/1811) se estableció la entrega de tierras a militares, medida que a la vez aseguraba la lealtad de las tropas a su gobierno. La extensión de la parcela estaba de acuerdo al grado, por ejemplo, los coroneles obtenĆan una plantación grande de cafĆ© o azĆŗcar, los jefes 35 carreaux, los tenientes 25 y los soldados parcelas menores a 5 carreaux. TambiĆ©n se incluyó en el reparto a administradores, funcionarios estatales y a algunos campesinos.
En otra medida importante, modificó los porcentajes en el reparto de la producción agrĆcola: mientras el estado, el propietario y el arrendatario se quedaban con la mitad de lo producido, los trabajadores campesinos, quiĆ©nes debĆan recibir las herramientas del propietario, lograban la mitad de la producción. AdemĆ”s, se implantó el acortamiento de la jornada laboral, la protección de las trabajadoras embarazadas, etc. El Estado cumplió la función de regulador de la economĆa, auxiliaba a los campesinos en Ć©pocas de malas cosechas o calamidades naturales y, ademĆ”s compraba los excedentes de cafĆ© y azĆŗcar para sostener el precio, lo que generó un crecimiento de la deuda estatal y desfinanciamiento de la hacienda pĆŗblica.
Si bien algunas de las medidas implementadas por el presidente fueron de un intenso reformismo, tanto que algunos autores hablan de la primera reforma agraria realizada en AmĆ©rica, la polĆtica del caudillo mulato apuntaba a construir una nación campesina de ciudadanos libres, aunque de economĆa capitalista. En sĆntesis, un sistema económico-social donde pudieran convivir la gran propiedad latifundista (plantaciones orientadas a la exportación) con la pequeƱa y mediana propiedad (en algunos casos para exportación, pero tambiĆ©n orientada a la producción alimentaria local); aunque sin alterar la dinĆ”mica capitalista de la producción agropecuaria.
Por eso, si bien las medidas buscaban diversificar la producción y uso de la tierra, tampoco querĆa eliminar o disminuir la mano de obra de las plantaciones; en la prĆ”ctica, los pequeƱos campesinos y jornaleros rurales, fueron los sectores sociales menos beneficiados en estas distribuciones de tierras.24Ćdem, p. p. 108-113.
Esta experiencia tuvo sus lĆmites, ya que no logró reactivar a una escala competitiva la producción azucarera. En parte debido a la competencia de Cuba y de las antillas holandesas, pero tambiĆ©n a la resistencia campesina. Ya que los cultivadores se orientaron mayormente hacia la producción de la agricultura de subsistencia o de mercado interno, resistiendo tanto la producción de cultivos exportables como el trabajo en las haciendas. El sistema laboral implementado por el gobierno republicano evidenció que cuando no existĆan castigos fĆsicos ni coacción sobre los campesinos, los mismos abandonaban las haciendas y se orientaban hacia la agricultura de alimentos bĆ”sicos o desarrollaban experiencias alternativas como la comunidad de Grande Anse. Como bien seƱala Moya Pons, āmientras PĆØtion habĆa creado un campesinado libre y propietario pero habĆa debilitado al Estado, Christophe habĆa enriquecido al Estado pero las masas habĆan quedado sujetas al peonajeā.25MOYA PONS, Ā«La Independencia de HaitĆ y Santo DomingoĀ», op. cit, p. 135.
Joachim Benoit sostiene que el impacto social de estas medidas de distribución de tierras para la clase campesina fue limitado, tanto en la repĆŗblica de PĆØtion como en el reino de Christophe, ya que las dos terceras partes de los cultivadores no accedieron a ninguna forma de propiedad. En los relatos de viajeros de Ć©poca se apuntaba que predominaba el sistema de colono aparcero, aunque con mejores beneficios para los que producĆan cafĆ© que los especializados en la caƱa de azĆŗcar.26BENOIT, āLa estructura social de HaitĆ yā¦ā, op. cit., p. 74 y 175.
Queda por analizar el experimento cimarrón que aconteció en las montaƱas de Grande Anse. El mismo surgió cuando un grupo de trabajadores agrĆcolas de la parroquia de JĆØrĆ©mie encabezados por Goman, huyeron de las haciendas en Ć©poca de Dessalines, y al poco tiempo construyeron una comunidad de producción agrĆcola y diversificada, de carĆ”cter anti-excedentaria. Si bien el enclave cimarrón fue hostigado por los terratenientes mulatos vecinos, pudieron sobrevivir hasta 1820 debido a la resistencia de los piquets, guerrilleros armados con viejos fusiles de chispa, a los que el gobierno republicano optó por aislar en lugar de intentar su eliminación.
El presidente Alexander PĆØtion falleció en 1818 y el general Jean Pierre Boyer fue electo presidente de la repĆŗblica. Ante el suicidio de Henri I, reconquistó el norte del paĆs en 1820 y posteriormente ocupó la parte espaƱola en 1822, consolidando la repĆŗblica y unificando la isla hasta 1844. En pocos aƱos, hacia 1826, la repĆŗblica haitiana obtuvo el reconocimiento de Francia a cambio de 150 millones de francos-oro y el levantamiento del bloqueo económico con el pago de la elevada suma antes referida. Casi simultĆ”neamente, el gobierno de Boyer publicó un Código Agrario donde se volvieron a establecer dispositivos coercitivos para disciplinar a las masas campesinas buscando aumentar la productividad de las haciendas agrĆcolas.
En lo diplomĆ”tico, la tierra de los jacobinos negros permaneció aislada por bastante tiempo. El Vaticano la reconoció despuĆ©s de sesenta aƱos de la independencia, y Estados Unidos lo hizo tardĆamente, durante la presidencia de Abraham Lincoln. ReciĆ©n en 1870 se acreditó un diplomĆ”tico venezolano en la repĆŗblica de HaitĆ, la primera representación diplomĆ”tica de AmĆ©rica Latina.
Consecuencias de la Revolución
Susan Buck-Morss propone una interesante hipótesis donde argumenta que la abolición de la esclavitud en la colonia de Saint-Domingue no fue solamente una consecuencia de las ideas o de las acciones revolucionarias acontecidas en la metrópolis francesa, sino que los propios esclavos tomaron en sus propias manos la lucha por la libertad, no a travĆ©s de reclamos, sino de una revuelta violenta y organizada.27BUCK-MORSS, Hegel y HaitĆ, op. cit, p. 34
HaitĆ fue la segunda colonia americana en independizarse, despuĆ©s de los Estados Unidos. Se la considera, asimismo, la primera repĆŗblica negra del mundo y una de las pocas rebeliones de esclavos culminada con Ć©xito. El sistema de trabajo esclavo, base de la economĆa de plantación, productora de azĆŗcar, aƱil y otros productos para el mercado externa, fue abolido y nunca mĆ”s reimplantado en toda la isla, aunque los sistemas de trabajo de la post-independencia por lo general se inclinaron a imponer sistemas de servidumbre forzada, con una rĆgida división del trabajo y control militar de la mano de obra. Los blancos, con muy pocas excepciones, fueron exterminados o expulsados del paĆs por lo que Ć©ste quedó habitado y gobernado por negros y mulatos.
La economĆa de las plantaciones, sin su sustento en la esclavitud, cayó bruscamente (a pesar de diversos intentos de reactivarla mediante trabajos forzados remunerados) siendo sustituida mayormente por una economĆa de subsistencia, algunos autores hablan de economĆa campesina reconstituida al estilo africano.
La nación haitiana sufrió un largo perĆodo de aislamiento internacional promovido, fundamentalmente, por las potencias europeas y los Estados Unidos que no admitĆan la existencia de una nación gobernada por ex-esclavos, lo que implicaba una amenaza para sus propios sistemas esclavistas. AdemĆ”s, la Revolución Haitiana tuvo consecuencias en toda la zona del Caribe, con un gran impacto en el sistema esclavista predominante en la región antillana. Hacia la tercera dĆ©cada del Siglo XIX los ingleses y holandeses abolieron la esclavitud en sus colonias, los franceses lo harĆan una dĆ©cada despuĆ©s.
Las consecuencias internas de la Revolución Haitiana son bastante complejas de evaluar. Mientras que para Joachim Benoit el caso evidencia cómo pudo sustentarse y construirse un proyecto de Estado- nación, ya que a pesar de una profunda división entre dos clases sociales con intereses opuestos, la aristocracia (mulata y negra) y el campesinado, ambas estaban determinadas a mantener la independencia nacional. Para Tadeusz Lepkowski, nos encontramos en una sociedad en transición y transformación en varios planos: de una población con predominio de esclavos a otra de campesinos libres, de africanos de tribus diversas a una sociedad nacional haitiana, de un modelo de producción de monocultivo latifundista a otro mÔs diversificado, y principalmente de un sistema de trabajo coactivo o forzado (esclavitud, servidumbre) a otras formas de explotación mÔs encubierta y flexible de la mano de obra campesina.
Para finalizar, consideramos adecuada una reflexión de Eduardo Grüner, quiĆ©n considera que todavĆa no se ha justipreciado debidamente el impacto de la revolución haitiana en el continente americano pero tampoco en el europeo, ya que fue la revolución haitiana la que obligó a Robespierre a abolir la esclavitud en 1794, despuĆ©s de tres aƱos de sangrienta lucha y dos centenas de miles de muertos. Es decir: fue la Revolución Haitiana la que obligó a la Revolución Francesa a ser consecuente con sus propios principios de libertad universal.28Eduardo GRĆNER, La oscuridad y las luces. Capitalismo, cultura y revolución, Buenos Aires, Edhasa, 2010.
Publicado originalmente en el Anuario del Centro de Estudios Históricos «Prof. Carlos S. A. Segreti», ISSN 1666-6836, Vol. 10, Nº 1 10, 2010, pÔgs. 53-72.
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