Buscar
Close this search box.

El planteamiento educativo de “La libertad avanza”

Milei privatizador y ajustador

Como parte del programa presentado por La libertad Avanza (LLA) en la justicia electoral y de las declaraciones del propio Javier Milei, se ha difundido el sistema de “vouchers” (ticket o comprobante en inglés) como la medida principal de este partido a aplicar en la educación. Sin embargo, cuando una indaga en el conjunto de medidas, llega a la conclusión de que estamos, como en otros planos de su propuesta, ante otra ofensiva a la educación pública y a sus trabajadores.

En el presente artículo, intentaremos demostrar que el programa para el área educativa de la LLA no solamente avanzaría en una completa privatización del sistema educativo, admitiendo que actualmente el sistema está en crisis y que en ciertos distritos hay una fuerte presencia de educación privada financiada por el Estado1En algunos distritos la educación privada representa un porcentaje importante de la oferta educativa, como CABA, Pcia de Bs As, Córdoba, Santa Fe. A su vez, por el subsidio estatal que les destina el Estado a las escuelas de gestión privada: el 70% de las escuelas privadas reciben subsidio estatal, sin los cuales no podrían funcionar., sino también, ante un avance en materia de eliminar conquistas laborales para la docencia, entre otros aspectos reaccionarios que esta fuerza postula en su carrera a la presidencia.

De los nueve puntos que se conocen de la plataforma electoral, podemos observar una mezcla improvisada de formulaciones que hacen al financiamiento, a los contenidos educativos. Entre ellos la negativa a que se enseñe educación sexual integral, y a los derechos laborales de la docencia. 

Escribimos este aporte como parte de una tarea militante que tenemos que dar para combatir el ascenso de estos partidos de ultraderecha en la Argentina.

Del financiamiento

El más difundido de los planteos, repetido como mantra por los simpatizantes de Milei, es el del ticket educativo o voucher. En su plataforma, no explican cómo funcionaría, por lo que debemos entender que quieren reemplazar directamente el presupuesto destinado a la educación, aunque sea el ya limitado que destina el gobierno nacional y el de las provincias, y cambiarlo por un sistema de cheques o ticket por familia para que cubra el costo de la escuela a la que, supuestamente, elijan éstas. Veamos.

El primer punto dice “sistema de voucher educativo” y el segundo “descentralizar el sistema educativo entregando el presupuesto a los padres, en lugar de dárselo al Ministerio, financiando a la demanda”2Ver en página 9 https://www.electoral.gob.ar/nuevo/paginas/pdf/ON%20135%20LA%20LIBERTAD%20AVANZA%20PLATAFORMA.pdf.

Con descentralización educativa se refieren a que el Estado nacional no tenga responsabilidad económica alguna sobre el sostenimiento de la educación. Esto está en línea con lo que sucede actualmente, dado que las provincias son las que, finalmente, están a cargo de las escuelas y de sus docentes. 

En este sentido, la evidencia demuestra que hay diferencias académicas y de recursos según la provincia en la que se estudie. Esta tendencia, que se inicia aproximadamente a fines de la década del 50´del siglo pasado y da un salto entre los años 70´y, sobre todo en los 90´, profundizó la desigualdad entre provincias “más pobres y más ricas”. 

En efecto, fue Carlos Menem, el ídolo de Milei, quien terminó de liquidar lo que quedaba de escuelas a cargo del Estado nacional con una transferencia total de establecimientos y de docentes a las provincias, profundizando la fragmentación del sistema educativo. Todo esto, en sintonía con las recomendaciones de los organismos de crédito internacional3Pronko, Marcela La demolición de derechos: un examen de las políticas del Banco Mundial para la educación y la salud 1980-2013, Edunlu,2016..

Luego de la transferencia, el Estado nacional fue poniendo parches, por ejemplo, en materia salarial, con “incentivos”, que demuestran esta política de diferenciación dentro del sistema educativo y que ningún gobierno posterior revirtió. La Ley de Educación Nacional sancionada en el año 2006 bajo el kirchenrismo que, supuestamente, es presentada como una superación de la Ley Federal de Educación del menemismo, no toca este punto central.

Al colocar el énfasis en la descentralización, LLA confirma que quiere profundizar esta línea de desfinanciamiento, pero, de ningún modo, viene a traer un planteo novedoso.

Tampoco es muy nueva la historia de estos cheques o tickets impulsada y que Milei popularizó durante la campaña electoral.

De alguna manera, fue Milton Friedman quien en un ensayo titulado “El papel del gobierno en la educación” de 1955 el que introdujo esto, aunque hay diversas modalidades que toman el esquema de financiar la demanda como una vía para privatizar la educación, como por ejemplo en E.E.U.U, donde se fueron extendiendo con fuerza modalidades inspiradas en este planteo, desde la década del ’80. 

Para resumir, sería algo así como: otorgar un ticket con un valor monetario por hija/o con los que se abonaría el costo de la escuela, sea pública o privada. La escuela debería arbitrar los medios para captar alumnos, cubrir las necesidades básicas, los salarios docentes y, si le queda resto, brindar otros servicios, convirtiendo básicamente a la escuela en una empresa con fines de lucro. Según los requisitos que cumpla dicha escuela, de la matrícula de inscriptos, de su ubicación, serán los servicios que pueda brindar, es decir, a mayor alumnado, mayor dinero recibirá. 

Obviamente, como los liberfachos agitan el ajuste del denominado gasto fiscal, en materia de salud y educación, aun gastando el magro presupuesto que se le asigna hoy a la educación, por ejemplo, en CABA, el bono que se le otorgaría a una familia sería más que básico. No alcanzaría a cubrir ni el costo de una institución privada4Un informe de AxE (Argentinos por la Educación) del mes de marzo de 2023 calculaba que con el presupuesto actual de CABA por alumno/a se podría otorgar  un supuesto ticket equivalente a $30.000. Es decir, que no llegaría cubrir la cuota de una institución privada.. Por encima de eso, las familias deberían cubrir el resto de los recursos necesarios para que funcione una escuela. 

Por otro lado, otra idea que rodea todo esto sería una supuesta “libre elección” de la familia5En las ideas de Milei y los autodenominados libertarios el sujeto es abstracto, ahistórico, no está determinado por las relaciones sociales que le impone el sistema económico en el que vive, el sistema capitalista, en donde los trabajadores tienen su fuerza de trabajo para ofrecer y los capitalistas la compran. En su pensamiento el individuo, en este caso una familia obrera o una familia burguesa tienen las mismas oportunidades y sería el “mercado” el que regularía todo. Más allá de los matices entre las corrientes identificadas con estas ideas, lo que nos interesa destacar acá es que es falaz la idea de la libre elección, como se puede entender con esta sencilla aclaración sobre la naturalización que hace Milei sobre el lugar que ocupa cada individuo en la producción capitalista. Se puede consultar para ampliar los matices y polémicas¿Liberales? Acerca de la política y la teoría en los libertarios argentinos. Mauricio Torme ,Universidad de Buenos Aires https://publicaciones.sociales.uba.ar/index.php/hicrhodus/article/view/7308/6215, afirmando que se podrá enviar al estudiante tanto a una escuela pública o privada, cuestión que suena a verso, como demostramos más arriba, toda vez que lo que valga el ticket o voucher será para cubrir algo muy básico. Bajo las actuales relaciones sociales que impone el sistema capitalista, no hay libertad de elegir. En la Argentina del 60% de pibes pobres, el resultado será que este ticket o cheque dependerá del ingreso de cada familia, como en el mercado en general al momento de adquirir o comprar un bien.

Dicho de otro modo, si ya la actual escuela pública expresa las diferencias de clase según la provincia, el barrio o la escuela a la que se asiste, la pregunta que nos hacemos es ¿cómo este sistema puede mejorar la actual situación? La respuesta se repite en todos los estudios internacionales que demuestran con evidencia que la familia pobre dependerá de la plata que pueda poner sobre el ticket que le otorguen para que la escuela sea mejor.

Y hay más: muchos especialistas advierten que ésta podría ser una forma mediante la cual distintas empresas, ONG’s y fundaciones, se metan directamente en el desarrollo de este sistema para “complementar” los recursos que una escuela pueda recibir vía estos estudiantes-tickets.

Según algunos estudios, no hay modelos voucher “puros” como los que propone Milei acá. Hay experiencias en EEUU en la década del 80´del siglo pasado y concesionadas, con muy malos resultados académicos y donde lo que prima es la búsqueda de matrícula escolar a cambio de recursos, dado que, en última instancia, lo que se busca es aumentar las ganancias.

Otra versión de este sistema serían las escuelas chárters, donde se le otorga a un particular la concesión de una “escuela autónoma” y un subsidio para sostenerla, pero abriendo la posibilidad a colocar aranceles para conseguir recursos. También, es algo más parecido a una empresa que a una escuela.

Incluso se suele equiparar este tipo de propuesta a la experiencia chilena. Allí, básicamente se municipalizó la educación, recibiendo las escuelas subsidios por alumnos y financiamiento de las familias y de particulares, generando desigualdades tan marcadas entre municipios, que produjo una rebelión educativa en los últimos años en Chile6Ver artículo de Prensa Obrera “El fracaso del sistema Voucher en la educación Chilena” de Pablo Heller en reclamo del fin de este sistema de privatización.

Otro caso fue Suecia que, también, estableció sistemas parecidos en la década del 90´, cuyos resultados tampoco convencen, porque se generó una segregación social entre escuelas que atienden a la población inmigrante y a las que, finalmente, seleccionan a los estudiantes mediante filtros, como ser las listas de espera, de sectores privilegiados7Ver artículo sobre esta experiencia en: https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/vouchers-educativos-las-lecciones-que-dejan-suecia-y-chile-sobre-el-sistema-que-quiere-implementar-nid30082023/.

Quizás, el caso menos documentado sea el de Nicaragua, que tuvo una experiencia piloto en la década de los 90´del siglo pasado hasta el 2007. Se establecieron “escuelas autónomas”, también con un sistema de capitación según matriculados y ubicación geográfica, cuyos resultados fueron terribles para las familias pobres que no podían afrontar los pagos adicionales que necesitaban las escuelas para poder funcionar8En síntesis, fue un fracaso total y hay pocos estudios que refieran al tema. La información la tomamos de Morduchowicz, A. economista y especialista en financiamiento educativo. Luego del fracaso de dicha experiencia, se volvió al sistema tradicional de financiamiento estatal.

Según las palabras de Martín Krause, quien sería el encargado de ocupar el área de educación con Milei, “y en definitiva, al final del camino ningún subsidio, cero financiamiento”, refriéndose a un sistema de voucher como transición a un sistema 100% privado y sin subsidios.

En síntesis, la privatización total del sistema educativo es el planteo de Milei, reduciendo al máximo el ya magro presupuesto destinado a la educación, en función de otras orientaciones del Estado capitalista en su fase actual, como lo es el pago de la deuda externa.

¿Quién adoctrina a quién?

Asimismo, otro de los puntos de la plataforma se refiere a los contenidos curriculares. Dice: “Enfoque pedagógico por habilidades”, en contraposición a la construcción de conocimientos como centro y función de la escuela. 

Esto es un copie y pegue de lo que promueve la reforma 2030, firmada por todo el Consejo Federal de Educación en el año 20179Los objetivos y lineamientos de la Secundaria Federal 2030 fueron acordada por el Consejo Federal de Educación a través de la Resolución 330/17., es decir, por los ministros de educación de todas las fuerzas políticas, fundamentalmente por el macrismo y el peronismo y que se aplica en la ciudad de Buenos Aires desde el año 2018. Es decir, se adapta la educación a las necesidades de un mercado laboral que requiere mano de obra descalificada, de saberes superficiales, cambiantes, al servicio de la reforma laboral que los capitalistas se encuentran aplicando ya de hecho y que pretenden meter a fondo.

Este punto, además, está contenido en la LEN y, con las particularidades de cada país, es una tendencia mundial. Milei no sólo no inventa nada, sino que viene a profundizar la descalificación de la formación de la fuerza de trabajo para las necesidades cambiantes de una economía mundial en crisis, que no puede absorber trabajadores con cierta formación para el tipo de trabajo que pueden desempeñar -precario, temporal, flexibilizado, cuando no la desocupación crónica-. Por esto, tenemos las pasantías truchas que usan a los estudiantes como mano de obra barata, en Argentina, en Italia y en otros países latinoamericanos, como parte de la escuela media o secundaria que no apuntan a ninguna formación más o menos general como en otro momento histórico. Como dicen las leyes educativas vigentes, “habilidades” en reemplazo de conocimientos.

Por otro lado, el punto siete del programa dice “eliminar la obligatoriedad de la educación sexual integral en todos los niveles de enseñanza”.

Esto representa un retroceso de lo conquistado por la lucha de las mujeres y diversidades sexuales y de género, siendo que aún queda mucho por reclamar en relación con su aplicación efectiva y sin injerencia de las iglesias. 

La asociación de LLA con las iglesias evangélicas y católicas no es exclusiva de esta fuerza política, dado que el Estado financia actualmente a estas instituciones enemigas de los derechos de las mujeres. Sin embargo, dentro del programa de Milei, han hecho del discurso reaccionario que generó la “ola verde” todo un eje. 

A tal punto que en recientes declaraciones se han manifestado por la derogación del aborto – hasta por un plebiscito contra la ley de interrupción legal del embarazo-, por la continuidad del financiamiento de las iglesias, cuando el lema de esta fuerza sería el recorte del gasto, dejando bien en claro el contenido de los intereses para los que quiere gobernar.

Milei, que presenta a la escuela pública como adoctrinadora, al referirse a la “ideología de género” apunta a la lucha de las mujeres y diversidades sexuales y de género, pero no critica a la escuela privada, que en su mayoría es confesional10Recordemos que la Ley de Educación sexual integral tiene la prerrogativa que le dio el kirchnerismo a las iglesias con el artículo 5°, de impartir contenidos según su “ideario institucional” y contenidos pre científicos sobre la sexualidad, entre otros temas.. Y justamente, porque lo que quiere defender Milei es a las Iglesias, para perpetuar así la subordinación de las mujeres al servicio de un régimen social de explotación. 

Ésta es una ofensiva similar a la que sucedió en Brasil con Jair Bolsonaro, cuando el ministro de educación Weintraub, Abraham decretaba en 2019 la prohibición de la “ideología de género”, a la que asociaba de forma confusa y abstracta con la identidad de género, que refiere a la percepción psicológica que un individuo tiene sobre sí mismo en cuanto a su propio género. 

Cuando Milei dice que la escuela o la universidad adoctrinan, lo hace para engañar respecto a los contenidos educativos que, como sabemos, no los diseñan ni la docencia ni los estudiantes, sino el propio Estado, que no es neutral en absoluto. 

La escuela capitalista reproduce la cultura dominante, cuyo ideal pedagógico es en definitiva adaptar al individuo a las condiciones de la sociedad explotadora. Lo que no quiere decir que, a su vez, sea un ámbito donde a fuerza de luchas de estudiantes y docentes se hayan conquistado algunas reivindicaciones; como la extensión de la escolaridad, el acceso a diferentes niveles educativos, el desarrollo de ciertas corrientes pedagógicas críticas, la libertad de cátedra, el acceso docente por concurso público, lo que garantiza pluralidad ideológica, la democratización de ciertos ámbitos de decisión, el derecho a la organización sindical y estudiantil. Todas reivindicaciones que el Estado ha tenido que conceder a lo largo de la historia reciente.

En resumen, lo que Milei quiere es imprimirle su orientación, sus propios contenidos. Quiere que la escuela enseñe negando el terrorismo de Estado, como lo expresó en oportunidad del aniversario del 24 de marzo de 1976, presentando un proyecto en la Legislatura porteña para establecer como teoría oficial la teoría de los dos demonios. Quiere que se enseñe en la noción religiosa y medieval. Quiere profundizar las investigaciones y la ciencia en función de las limitadas necesidades de las empresas. Quiere prohibir y perseguir la organización estudiantil y gremial. Quiere desestimular la solidaridad colectiva, fomentar el individualismo, el respeto a la propiedad privada, típicos valores burgueses en una etapa de decadencia del sistema social.

A tal punto pretende direccionar los contenidos, que llega a plantear en los ítems 4 y 9 de su programa una educación -pretendidamente- al servicio de las necesidades del país, donde define incluso qué profesiones estudiar11En el punto 9 de su plataforma dice “las profesiones que necesita el país (ingenieros, informáticos.” Página 9 de la plataforma de la LLA..

Como se puede observar las libertades que pregonan estos liberfachos son las de seguir sometiendo a las mujeres, a los trabajadores en su conjunto, para explotar mejor a las mayorías populares.

Los derechos laborales de la docencia

Cuando Milei dice que la educación y los dirigentes sindicales son los responsables de la crisis educativa, explota la campaña de desprestigio que se ha desarrollado contra la escuela pública y sus docentes desde hace años.

Desde el discurso de Cristina Fernández de Kirchner, cuando atacó a los docentes en una inauguración de las sesiones del Congreso, donde dijo que los docentes trabajaban poco, hasta Mauricio Macri o la ministra de educación porteña Soledad Acuña que acusó a los estudiantes de profesorados de vagos, zurdos y viejos, entre otros discursos. Más recientemente, en el debate televisivo de los candidatos a presidente, donde estaba Milei, el ministro de economía y candidato de Unidad por la Patria, Sergio Massa dijo que, frente a la mala situación educativa, con él terminarán los paros docentes. De aumentar el presupuesto educativo y los salarios ni hablemos, ¿no?

La base para que Milei profundice esta campaña está. Dicha operación intenta invertir el orden de las responsabilidades del hundimiento de la educación, en sus trabajadores y no en los gobiernos. 

El punto referido a los derechos laborales es claro: “Modificación del estatuto docente. Reveer la posibilidad de eliminar licencias injustificadas. Posibilidad de despido”.

En consonancia con su programa de eliminación de indemnización por despido sin causa, por la reforma de los convenios de trabajo o el ataque a las jubilaciones y salarios, el punto ocho plantea que el marco que regula la carrera docente, una suerte de convenio colectivo de trabajo, se elimine y no rija derecho alguno para la docencia. Es decir, pretende avanzar definitivamente en la contratación precaria, sin límites ni ataduras para explotar a las y los trabajadores en mejores condiciones.

La carrera docente en la actualidad se organiza según estatutos provinciales, por lo que debería ser, al igual que toda la propuesta de Milei, avanzando sobre legislaciones jurisdiccionales, algo anticonstitucional, tal como lo han advertido especialistas en dicha materia.

El sueño de todos los capitalistas es que haya “libertad” para contratar y despedir al trabajador de la educación, como pasa en las escuelas privadas, donde reina el despotismo de la patronal. La campaña contra los paros docentes busca demonizar a quienes denuncian las malas condiciones educativas o salariales.

Como en otros terrenos, Milei, se vale de este tipo de maniobras que empalman con la crisis que han generado todos los gobiernos en materia educativa, para descargar un mayor ataque. 

¿Cómo llegamos hasta acá y cómo nos organizamos?

 Hoy, el 75% del financiamiento educativo está a cargo de las provincias. De conjunto, desde el 2014 al 2021, las 24 jurisdicciones redujeron sus presupuestos.

Carecemos de informes globales que discriminen en detalle el efecto de esta disminución de los presupuestos educativos, pero citemos lo evidente: crisis de infraestructura escolar, disminución de recursos educativos como libros y dispositivos tecnológicos, falta de cargos docentes y profesionales, sin creación de unidades educativas ni asistencia alimentaria y material, por mencionar lo más relevante.

Quizás, la pandemia fue la que puso de manifiesto de forma más cruda la crisis de la educación pública, respecto a la falta de recursos, en contraste con el enorme esfuerzo y creatividad que desplegaron las y los docentes. 

La desconexión con la escuela de aquellas familias que no tenían acceso a computadoras e internet fue total. Por más esfuerzos que la docencia y las familias hicieran, millones de pibes y pibas se quedaron sin acompañamiento virtual, que era lo que se podía realizar en ese momento dado el aislamiento derivado de la epidemia de covid.

En consecuencia, la desigualdad social preexistente se profundizó. La escuela pública fue vista por una parte de la población como ineficaz para atravesar la situación. Más de 1,5 millones de estudiantes se desvincularon. 

Las luchas docentes que reclamaban por la distribución de computadoras y wifi, o por condiciones para las aperturas posteriores, con recursos, fueron tenaces, pero aisladas conscientemente por la CTERA, que no movió ni un dedo y abandonó a la docencia a su suerte, bancando al ministro de educación Nicolás Trotta. 

El tema educativo es motivo de debate permanente. Tanto el macrismo como el kirchnerismo lo explotan demagógicamente. Pero la realidad es que la escuela, durante las últimas décadas ha ocupado un lugar más asistencial que de construcción de conocimiento. 

Las razones de la crisis son múltiples y exceden los propósitos de este artículo: falta de financiamiento, reformas curriculares que degradaron los contenidos a enseñar, la superexplotación docente que cobra salarios magros, el vaciamiento de recursos educativos y, la pobreza generalizada que complejizan la tarea pedagógica. Este es el caldo de cultivo donde pueden crecer fenómenos como los de la LLA.

En la lucha cotidiana por seguir defendiendo la educación pública para que no siga retrocediendo frente a los embates de los gobiernos, debemos explicar que lo que quiere aplicar Milei, de llegar a la presidencia, empeorará la situación.

Corresponde hacerlo desde una posición independiente políticamente de los que nos vienen gobernando.

Además, debemos plantear un programa para la educación al servicio de los trabajadores, con medidas inmediatas y concretas, para debatir cómo le daríamos una salida: aumento del presupuesto educativo, sistema educativo único, laico, derogación de las leyes antieducativas, fin del financiamiento a la educación privada y confesional, enseñanza de educación sexual laica y científica, escuelas de jornada completa con artes, deportes, acceso a la cultura, entrega de dispositivos y libros, jornada laboral docente al costo de la canasta familiar por un cargo, sistema de becas y comedores universales, entre otros puntos inmediatos que hoy son el centro del debate entre las familias y la juventud.

Peleamos por todos estos recursos sosteniendo que es necesario revalorizar el rol transformador que tienen las y los docentes para desarrollar una pedagogía que pueda abrir debates, preguntas y brindar conocimientos y herramientas a las y los estudiantes para analizar críticamente el mundo que los rodea y transformarlo de raíz. En unidad con las y los estudiantes y familias de las escuelas públicas, para cuestionar la formación al servicio de un sistema de explotación y opresión. Una educación ligada a la experiencia de las luchas de clases. Una pedagogía para la emancipación de la clase trabajadora.

Poniéndonos a la cabeza contra el programa reaccionario de Milei, impulsando el frente único en los sindicatos y centros de estudiantes contra el ascenso de la ultraderecha, denunciando la actual situación de crisis de la educación y sus responsables, los que nos vienen gobernando hace décadas, oponiendo un programa de salida a la crisis educativa, podremos dar batalla contra esta nueva ofensiva del capital contra las y los trabajadores.


Amanda Martín es docente y secretaria adjunta del sindicato Ademys (CABA)

Temas relacionados:

Artículos relacionados