Buscar
Close this search box.
Polémica

El imperialismo ¿introduce algún cambio sustancial en la ley del valor trabajo?

En la edición digital de nuestra revista En Defensa del Marxismo (5/1/2025) publicamos una nota de Carla Goldberg: “LA LEY DEL VALOR TRABAJO BAJO EL IMPERIALISMO. Un aporte dialéctico de Lenin a la teoría de Marx en El Capital”.

A continuación publicamos una nota de Norberto Calducci polemizando con la escrita por Carla Goldberg.

La reciente nota de Carla Goldberg en En Defensa del Marxismo sobre un aporte dialéctico que habría hecho Lenín a la teoría marxista desarrollada en El Capital sobre el valor trabajo, me condujo a algunas reflexiones y conclusiones que se me presentan como equívocos en la autora de la nota. Siempre es auspicioso enriquecer, desarrollar en vivo el marxismo y alejarlo de toda concepción dogmática.

Pero para eso no alcanza con realizar afirmaciones, hay que fundamentarlas debidamente.  No veo que este sea el caso.

Paso por alto la parte de la nota dedicada a la dialéctica y la contradicción. 

Quiero centrarme en que la compañera Goldberg considera que “la existencia o no del monopolio” está determinada por la posibilidad del monopolio de ser fijador y no tomador de precios. Situación esta última que considera típica del período de la libre competencia. 

En su obra “El imperialismo….”,cuando Lenín resume la definición de imperialismo dice “es la fase monopolista del capitalismo”. De ninguna manera considera la posibilidad de fijar o no precios. 

Luego agrega cinco “rasgos muy importantes” de esta fase capitalista, y en ninguna menciona lo de fijador o tomador de precios. Lenín sí realiza una mención a la fijación de precios: “En la medida en que se fijan, aunque sea momentáneamente, precios monopolistas”, dice en un frase dentro de un contexto. Lenín lo hace en relación a que eso provoca la pérdida del incentivo a la innovación, al progreso técnico y por lo tanto abre la tendencia al estancamiento y la decadencia. Nunca le otorga un rasgo determinante.

E incluso relativiza el poder de fijar precios, al limitar ese poder del monopolio a “momentos”, es decir, bajo determinadas circunstancias y contextos históricos. Un caso muy ilustrativo es el precio del barril de petróleo o de los comodities en general. Ningún monopolio puede fijar siempre y bajo cualquier circunstancia “precios monopolistas”. Si ocurriera, desmentiría lo que afirmamos acerca que el monopolio no elimina la competencia, ni las crisis. Será monopolista, pero no deja de ser capitalismo.

Es la evolución de esas crisis del propio régimen de los monopolios (la “particularidad” del capitalismo actual), la que ignorando “el carácter de fijador de precios” del monopolio, los derrumba o catapulta, según la ocasión. Y la base material de esa crisis no es otra cosa que la tendencia decreciente de la tasa de ganancia, es decir, algo que surge de la “vieja” fórmula de Marx que tiene plena vigencia en la era de los monopolios.

Por lo tanto hablar de “las nuevas formas que opera la ley de valor trabajo”, que es el motivo de un artículo que tiene como objetivo mostrar “los distintos rasgos distintivos de la economía imperialista”, adjudicando a Lenín una teoría en “contradicción” con la planteada por Marx en El Capital, esa sería la contradicción en sí. Algo que parece reconocer la autora cuando en la misma frase que afirma lo anterior, reivindica que “la tesis del imperialismo es el resultado de la aplicación de la ley del valor, engendrada en ella y parida al calor del más consecuente método marxista”.

O sea acá debía acabar la nota. Sin embargo avanza. Entonces hay algo más en el tintero.

Reitero, la autora dice que se propone “presentar las contradicciones que existen entre la ley del valor trabajo tal como fue concebida en El capital y la que presenta Lenin en El imperialismo, pero lo hace mostrando hasta qué punto la tesis del imperialismo es el resultado de la aplicación de la ley del valor, engendrada en ella y parida al calor del más consecuente método marxista.

No hay contradicción alguna entre la ley del valor trabajo expuesta por Marx de la tomada como base por Lenín en su obra. Lo que sí es una contradicción flagrante de la autora es que afirma que “la tesis del imperialismo es el resultado de la aplicación de la ley del valor, engendrada en ella y parida al calor del más consecuente método marxista”.

Por lo tanto no se aprecia la contradicción que menciona que es el objeto del artículo. La autora puede argumentar a su favor que ella limita dicha contradicción a que la ley “opera” bajo “nuevas formas” en la fase imperialista. Pero afirmar lo contrario sería contradecir la esencia de la obra de Lenín, tal cual es que el imperialismo es una “particularidad” del capitalismo, su fase superior y su período de decadencia, crisis, convulsiones y revoluciones. Obvio que “opera” bajo otras formas, sino seguiríamos en el capitalismo de libre cambio.

Lo que me lleva a la conclusión que hay una gran confusión en el artículo. Porque la autora citando lo que califica una obra de Testa que califica de brillante, y precisa la palabra “forma” que utiliza, dice que se refiere a que un cambio de una “forma de reparto de la plusvalía a otra implica un cambio decisivo en el sistema capitalista que afecta a toda su estructura”. Al precisar sus términos, la autora dice que lo que cambiaría sería “la forma de reparto” de la plusvalía, y esto debido que el monopolio con su “predominio impone la fuerza como forma de reparto de la plusvalía”.

Pero este aspecto de la imposición de la fuerza, la violencia como método de generación y reparto de la plusvalía está explícito en la obra de Marx como inherente al capital: “el capital viene al mundo chorreando sangre y lodo por todos los poros, desde los pies a la cabeza”. Y es reiteradamente expuesto en la obra de Lenín para la fase imperialista.   

Cuando se adentra un poco más en las precisiones, Goldberg afirma que “La cuestión de los precios es insoslayable”, por lo que “Vale la pena detenerse en estos dos cambios respecto del funcionamiento y la dinámica del capitalismo: el pasaje del monopolio de tomador a fijador de precios y las modificaciones en el reparto de la plusvalía a partir del dominio del monopolio”.

Lenín lo expresa así: ”Los cárteles pactan entre ellos las condiciones de venta, los plazos de pago, etc. Se reparten los mercados. Deciden la cantidad de productos a fabricar. Fijan los precios. Reparten los beneficios entre las distintas empresas, etc. “. Es decir, la fase monopolista implica una serie de cambios respecto al período de librecambio. Todo eso es la fase monopolista. 

Centrarse en el tema de los precios y el reparto de plusvalía, es partir del mercado (distribución de los productos y circulación-cambio). Es al menos dejar en una posición subordinada el momento de producción de plusvalía. Se pasa de largo un concepto central del marxismo: el valor no surge de la circulación sino de la producción, y si en el mercado, la circulación de valores se intercambian entre sí en determinadas proporciones, sería una unilateralización centrar como esenciales dos cambios que introduce el monopolio en la circulación. El monopolio también introduce cambios esenciales en la producción, ¿porqué no considerar éstos como punto de análisis de los cambios que introduce el monopolio y que afectan “toda su estructura”.

Por ejemplo si hablamos de precios, que no es lo mismo que valor, no podemos perder de vista que “el valor del dinero no puede surgir de la circulación. El dinero entra en la circulación con valor, mejor dicho, como encarnación del valor. A su vez, las mercancías llegan al mercado con un precio, que deberá realizarse, o no, en la venta”, lo que Marx llamó “el salto mortal”. (Tomado de Rolando Astarita, EDM N.º 43). 

El dinero entra en la circulación y expresa los precios de las mercancías, solo porque encarna valor del trabajo social abstracto, algo que surge del proceso de producción y extracción de plusvalía, y es lo que permite que las mercancías puedan intercambiarse en determinadas proporciones, mediadas por lo que llamamos precio. Nos extraviamos si partimos del mercado y los precios

En mi opinión ésta es la madre del borrego, aparece lo que quedó en el tintero.

La autora luego se refiere al papel del mercado diciendo que “la extracción de la plusvalía y su transformación en ganancia no depende exclusivamente de lo que pase en la esfera productiva, sino también de la forma en la cual ésta se distribuye”.

Acá vemos un error conceptual: Una cosa es la extracción de plusvalía y su transformación en ganancia (la realización del valor de la mercancía), lo que es común a toda fase capitalista extractora de plusvalía, y otra decir que esto se altera porque se produce alguna intervención en el mercado (en este caso los monopolios como fijadores de precios), que es como dice la autora “la forma en la cual esta (la plusvalía) se distribuye”. La distribución de la plusvalía en el mercado, las proporciones que se apoderan unos y otros capitalistas, siempre ha sido desigual, y obviamente en la fase monopólica, éstos están en mejores condiciones de quedarse con gran parte de la torta de plusvalía extraída. Pero eso no afecta directamente la “extracción de plusvalía” ni su “transformación en ganancia”.

De las 20 empresas con mayor capitalización bursátil en el mundo las 10 primeras poseen una capitalización bursátil de entre 1 y 3,5 billones de dólares cada una (billones en nuestros términos: millón de millones), pero solo una ínfima minoría posee fábricas o “producen” bienes tangibles, el resto son tecnología de sistemas, finanzas, y prácticamente todas ellas tienen gran parte de su capital bursátil en manos de fondos de inversión como Black Rock, Vanguard, J-P. Morgan y otros, los más grandes del mundo. Esta claro que estos fondos de inversión se apropian de la mayor parte de la plusvalía extraída a nivel planetario. Pero eso confirma el nivel de concentración y parasitismo del capital monopolista, y confirma plenamente a Marx y Lenín, sin ninguna contradicción entre ambos.

Han cambiado las formas de apropiarse de la plusvalía y los apropiadores, el capital llamado ficticio se ha expandido a niveles siderales, pero esto no altera directamente el mecanismo capitalista de generación  de plusvalía. Este sigue siendo el que Marx expresó en una fórmula tan sencilla como bella. Tan sencilla y bella como la fórmula de Einstein. Por supuesto.

Y no es que considere que el mercado no afecta a la producción. Marx lo ha dejado muy claro. El denominó distribución y cambio-circulación a dos “momentos” que se ubican, esquemáticamente hablando, entre la producción propiamente dicha y el consumo, y que la autora resume en el término “mercado”.  Marx afirma que todos esos “momentos” están relacionados e imbricados entre sí. 

Por lo que al afirmar que la fase monopolista del capitalismo ha introducido un cambio sustancial en el cambio-circulación, a partir de la imposición de precios, debe explicar cómo eso ha impactado en los demás “momentos”, en especial en la producción propiamente dicha. La autora dice que el cambio en la “forma de reparto de la plusvalía… afecta a toda la estructura” del capitalismo y la ley del valor trabajo.

No aparece claramente planteado en su artículo cómo sería esa afectación. Ese planteo sería, si puede demostrarlo un gran aporte.

Pero lo que sí es seguro es que partir del “mercado” no sería un planteo afín a Marx, pues este dice que si bien los “momentos” están relacionados, no es menos cierto que el “momento” determinante es la producción material, propiamente dicha. O sea donde se genera la plusvalía que es la base material de la ganancia. Los momentos que siguen están determinados por ese “momento” y no al revés.

Como dice Lenín en su obra, a veces se tapa el bosque con el árbol. De tanto sobrestimar la particularidad, se termina perdiendo de vista lo general. Y Lenín es muy claro. Cuando hace un “balance”, “un resumen” de lo dicho sobre el imperialismo, afirma que:  “El imperialismo surgió como desarrollo y continuación directa de las características fundamentales del capitalismo en general. Pero el capitalismo solamente se convirtió en imperialismo capitalista cuando su desarrollo alcanzó un grado muy alto, cuando algunos de los rasgos fundamentales del capitalismo comenzaron a convertirse en su contrario, cuando tomaron forma y se revelaron las características de la época de transición del capitalismo a un sistema económico y social más elevado. Desde una perspectiva económica, lo esencial de este proceso es la sustitución de la libre competencia capitalista por el monopolio capitalista”. 

Lo “esencial”, que cambia “rasgos fundamentales del capitalismo” hasta convertirlos “en lo contrario”, es de una “perspectiva económica”, según Lenín, la “sustitución de la libre competencia”. Muy claro.

O sea el dominio determinante de la producción propiamente dicha sobre el mercado o el cambio-circulación. Determinación que alcanza hasta el consumo. ¿De qué otra manera podría anular la libre competencia sino es con la conformación del monopolio?.

Con lo cual en tanto la fase capitalista monopólica no altere algo sustancial en la producción que genera plusvalía, en lo sustancial para el marxismo rige la ley de valor trabajo tal cual la han planteado Marx… y Lenín.

Temas relacionados:

Artículos relacionados