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Uruguay: La situación política


El reguero de paros parciales y totales que se desarrollaron el 1ro de mayo y que abarcaron a importantes gremios, fábricas, bancos, oficinas y facultades, representa la primera resistencia generalizada a la dictadura militar. Esto revela que están en desarrollo los primeros pasos de un proceso de recuperación del movimiento obrero y de las masas, luego de la derrota de junio del 73.


 


Los paros del 1° de mayo, con todas las características de desarticulación que aún evidenciaron, tienen la enorme importancia de haber echado por tierra los objetivos del gobierno de borrar esta fecha clasista. Contra los propósitos del gobierno, el 1° de mayo no pasó desapercibido en el país, hubo lucha, hubo paros, y donde no se alcanzó a organizados hubo repudio silencioso y masivo a siete años de gobierno antiobrero.


 


Y esto a pesar de las amenazas previas lanzada por los militares y la represión tanto durante el 1° de mayo como en los días previos, que dejaron el saldo de numerosos compañeros y activistas detenidos.


 


Es que el régimen militar ha concitado el odio de toda la población trabajadora a través de siete años negros de hambre, miseria, desocupación y represión, como nunca se había visto en este país. El régimen, atrás de su fortaleza aparente, es débil, porque no ha logrado granjearse el a- poyo de ningún sector de las masas.


 


Esta es la principal razón de la impasse de la dictadura, que está empantanada en la búsqueda de un nuevo esquema institucional continuista, mientras crecen los desacuerdos interburgueses en torno al plan económico entreguista en vigencia.


 


Pasados ya los momentos más difíciles de miedo y desmoralización, los trabajadores y el pueblo han iniciado el camino que debe conducir al derrocamiento de la dictadura.


 


El incipiente movimiento de las masas ha puesto a la orden del día la tarea central de poner en pie a sus organizaciones para motorizar esta perspectiva. Llamamos a todas las fuerzas políticas que se reclaman de la clase obrera y el pueblo, a todas las corrientes sindicales y activistas independientes al frente único, a la unidad de acción POR LA RECONSTRUCCION DE LA CNT Y DE LOS SINDICATOS, por la reconstrucción de la FEUU y de los gremios estudiantiles, en contraposición a todos los designios dictatoriales.


 


Para acometer esta tarea el movimiento obrero necesita dotarse de una clara estrategia política de independencia de clase.


 


Por una Asamblea Constituyente democrática y soberana


 


La dictadura militar con su cronograma político busca preservar las conquistas contrarrevolucionarias implantadas desde 1973. Con la reforma constitucional, con la ley sindical, con el estatuto de partidos políticos, el gobierno quiere institucionalizar la regimentación a fondo de toda la vida política del país y fundamentalmente borrar toda presencia política y sindical de la clase obrera organizada.


 


Los partidos burgueses tradicionales se han colocado en un cuadro de subordinación a la dictadura militar. La reciente declaración conjunta de los principales líderes blancos y colorados así lo atestigua, en la que lo único que reclaman es que se apruebe el estatuto de partidos que ha preparado el gobierno. Con esto, los partidos tradicionales reafirman que son in-capaces de apartarse de la regimentación dictatorial. Es que los partidos patronales indudablemente quieren recuperar sillones en el parlamento y puestos en los ministerios, desde donde puedan volver a su vieja profesión de engañar al pueblo con monsergas y discursos “democráticos”. Por esto tienen contradicciones con el pesado aparato de la dictadura militar. Pero tienen un acuerdo fundamental con ésta, y es la de garantizar que la clase obrera no levante cabeza. Por eso aprueban que esta dictadura repudiada, no elegida por nadie, saque una ley sindical régimentadora que, entre otras cosas, institucionaliza la ilegalidad de la CNT y prohíbe la organización sindical de los empleados públicos. A los partidos patronales, que gustan de calificarse de “democráticos”, no se les ocurre plantear la total libertad de asociación para la clase obrera, y se han limitado a reclamar que la ley, regimentadora y antisindical, alga ya. El PDC, que en otros tiempos posaba de “izquierdista”, ha declarado por boca de Terra que apoya el Monograma militar y para eso se ha lanzado a la construcción de una central sindical paralela, la ASU, con el visto bueno de los milicos.


 


En síntesis, los partidos burgueses, aunque de palabra dicen a veces estar en contra de la dictadura, buscan el acuerdo con ella, buscan la participación en el cronograma político, que siga el COSEN A, que siga el ESMACO, que sigan los torturadores, que siga todo el andamiaje represivo policíaco-militar, pero adornado con floreos parlamentarios y con instituciones “democráticas”. En definitiva, que algo cambie para que todo siga igual.


 


Contra esta perspectiva de continuismo y recambio burgués, el movimiento obrero debe levantar la estrategia del derroca-miento revolucionario de la dictadura mediante la movilización de las masas. Ni dictadura militar, ni dictadura disfrazada con ropajes “democráticos”. La democracia política sólo puede asentarse en la destrucción de todo el andamiaje represivo estatal que se vino montando inclusive desde mucho antes del golpe de junio del 73. Con esta perspectiva el movimiento obrero debe llamar a todas las fuerzas que se reclaman democráticas a la movilización contra la dictadura y su cronograma continuista, contra el estatuto de los partidos (por la total libertad de organización política), contra la ley sindical (por la reconstrucción de la CNT y los sindicatos, la FEUU y los gremios estudiantiles y todas las organizaciones de las masas), por la libertad de todos los presos políticos, gremiales y conexos y la investigación y castigo de los crímenes y torturas, por el derrocamiento de la dictadura y la imposición de una Asamblea Constituyente democrática y soberana.


 


El frente antifascista es una estrategia de derrota


 


El Partido Comunista y la dirección de la CNT han delineado la estrategia del frente antifascista que significa la subordinación de la clase obrera a la burguesía. ¿Por qué? Porque con esta orientación se pretende que la clase obrera se adapte a los planteos de los Batlle, de los Pereira y de los Terra. Que la clase obrera sirva de furgón de cola de los burgueses democratizantes para “presionar” por una apertura política regimentada y conducida por la actual dictadura, donde la clase obrera pierda toda fisonomía propia. En definitiva, que la clase obrera abandone sus propias banderas de lucha democráticas y antiimperialistas y se diluya en el frentismo de colaboración de clases.


Oponemos a la estrategia del frente antifascista, de subordinación a la burguesía, la del FRENTE ANTIIMPERIALISTA que busca transformar a la clase obrera en el caudillo nacional de todas las masas explotadas para dirigir la lucha revolucionaria contra la dictadura militar. Al frente antiimperialista la clase obrera participa con sus propias banderas de clase y pone en primer lugar, no los conciliábulos por arriba, sino la organización y acción directa de las masas. Llamamos a los partidos obreros y de izquierda a formar un frente antiimperialista para poner en pie las organizaciones de las masas, y luchar por el conjunto de sus reivindicaciones y por la convocatoria de una


 


Asamblea Constituyente democrática y soberana.


 


Esta es la tarea central de la estrategia del frente antiimperialista: poner en pie a las organizaciones de la clase obrera y de las masas. Una de las consecuencias más nefastas de la línea del frente antifascista es que deja de lado esta tarea central por las necesidades del acuerdismo con los burgueses “opositores”. Es que la reconstrucción de la CNT choca contra todo el cronograma militar y la perspectiva de los supuestos “aliados”. No se trata de plantear la participación obrera en la elaboración de la ley gubernamental o de hacer la vista gorda a intentos regimentadores como el de la ASU, como viene haciendo la dirección de la CNT y el PC. Se trata de poner en pie a la CNT y los sindicatos con una política de independencia de clase. Llamamos a la dirección de la CNT y a todas las corrientes del movimiento obrero a abandonar toda perspectiva de subordinación a la burguesía, y al frente único para lanzar una gran campaña sindical nacional por la construcción de Comités de Base de la CNT, fabriles y sindicales, que encaren la elaboración de petitorios por aumento salarial y pliegos de reclamos por todas las conquistas avasalladas en estos 7 años de dictadura militar.


 


La puesta en pie de la CNT y de los sindicatos con una política de independencia de clase, la reconstrucción de la FEUU y de todas las organizaciones de las masas, es la condición para que el proletariado pueda acaudillar a toda la nación oprimida contra la dictadura y es la tarea central que ha puesto a la orden del día la movilización del 1° de mayo.


 


Por eso llamamos al frente único, a la unidad de acción, a todas las fuerzas que se reclaman obreras y democráticas: POR LA RECONSTRUCCION DE LA CNT Y DE LOS SINDICATOS, con una política de independencia de clase. Por la construcción de Comités de Base de la CNT. Por una campaña sindical nacional de presentación de petitorios y pliegos de reclamos.


 


– Por la reconstrucción de la FEUU, de los gremios estudiantiles y de todas las organizaciones de las masas.


 


– Contra toda regimentación política dictatorial, fuera el estatuto de partidos y la ley sindical. Total libertad de organización sindical y política.


 


– Por la libertad de todos los presos políticos, gremiales y conexos. Por la investigación de todos los crímenes y torturas y el castigo de sus responsables.


 


– Abajo la dictadura y su cronograma continuista. Por una Asamblea Constituyente democrática y soberana.


 


– Por un gobierno obrero y campesino.


 

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