A la compañera Vilma Plata
Compañera:
Desde la cárcel, donde he sido recluido como consecuencia de la lucha universitaria por acabar con la ley de reforma educativa y con todas las leyes malditas, escribo estas líneas sorprendido por las cosas que señala la compañera en su carta al Tribunal Moral Internacional.
1) Me sorprende que la compañera V. Plata, a la que considero una luchadora, se preste al juego de G. Lora, que ha buscado colocar una cortina de humo al decir que se trataba de un trabajo “clandestino”; G. Lora ha intentado, con ese argumento, impedir que se le descubra la calumnia que realizó.
Si no sería una simple cortina de humo, pido a la compañera V. Plata que explique lo siguiente:
¿Por qué no se aceptó la constitución de un Tribunal dentro del POR con los compañeros que participaron en ese trabajo o mediante la Comisión de Control, como señalan los propios estatutos del POR? En el POR, el militante no tiene derecho a la defensa, contra toda la tradición del bolchevismo. En cualquier momento podrá echarla también a Ud., como ya la ha amenazado, cuando aceptó la posibilidad de candidatear. ¿No caerá ud. misma víctima de la guillotina de G. Lora ?
El Tribunal Moral Internacional ha analizado con detalle la acusación de G. Lora y para ello no necesitó abrirla seguridad del Partido a nadie, como venía pregonando G. Lora, ni mostrar ante el mundo entero el supuestamente gigantesco aparato del partido.
2) Además, G. Lora acusó a Bacherer de “trabajar con los servicios de inteligencia del imperialismo”. Sin embargo, tampoco presenta pruebas. Se trata de una nueva calumnia, más grave aún que la anterior. Suponemos que no nos dirán que esto también es 'clandestino’. Ya está establecido que la ‘política’ de G. Lora no es más que una montaña de calumnias, al más puro estilo stalinista. Esos métodos los repudio como auténtico seguidor del gran León Trotsky.
3) El Tribunal Moral Internacional ha demostrado definitivamente que son falsas las acusaciones de G. Lora contra J. P- Bacherer. Por ello que G. Lora pasará ala historia del movimiento obrero como un calumniador, pero más grave que eso es que él ha sido el principal causante de la degeneración del Partido Obrero Revolucionario, que se ha convertido en una secta inoperante.
Convoco a V. Plata a sacudirse de su sometimiento ovejuno y servil a G. Lora. Es una conducta que no corresponde a una revolucionaria que entrega su vida con coraje a la causa revolucionaria. Esa conducta le hace daño al partido y a la revolución proletaria en Bolivia.