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La estrategia imperialista para América Latina


Huracán Ramírez es ex Secretario General de la Central Obrera de Bolivia (Cob) y miembro de la Oposición Trotskista


 


 


"Hombres, ¡no celebréis todavía la derrota de lo que nos dominaba hasta hace poco! Aunque el mundo se alzó


y detuvo al bastardo, la perra que lo parió está otra vez en celo". 


Bertolt Brecht


 


(La increíble ascensión de Arturo Ui)


 


Sí, es verdad, la cita parece una premonición antes que una excelente pieza de la literatura universal. Sin embargo no es así; algunos revolucionarios que habían visto, en medio de la algarabía generalizada, no sólo la emergencia del socialismo en nuevos países, tras la derrota del fascismo sino también riesgos, así sean distantes, de una reanimación de los elementos más crueles del capitalismo, son un acierto que nos sirve para que la desesperanza no nos haga creer que lo que hoy pasa es algo inexplicable e irreversible.


 


No pocos de los que se preciaban de izquierdistas y revolucionarios se han perdido en las encrucijadas de la vida ante la agresiva globalización de !a economía. Otros, borrachos con el embrujo de una democracia que consideran sinónimo de libertad plena para los trabajadores, un espacio mayor y mejor para luchar, un abrirse de los senderos de la patria para avanzar hacia el destino histórico de los pueblos, se han incorporado entusiastamente a la estructura de los partidos y gobiernos neoliberales. Otros, ante el oportunismo institucionalizado, han hecho de la decepción una forma de vida. Es que los desafíos que se nos presentan ahora no sólo son novedades inexistentes en los manuales que se acostumbraba aprender de memoria, son verdaderos hechos desconcertantes.


 


Sin embargo, eso que es considerado como modernización, globalización, etc., nos deja hambre, miseria y desocupación.


 


¿Habrá otra forma más cruel de ensañamiento contra los seres humanos? La economía de libre mercado y la democracia controlada, que han logrado carta de ciudadanía, han fabricado estereotipos que, una vez convertidos en propaganda, han servido de argumento para destruir todo. Se ha hablado de achicar el Estado, para que éste ya no se ocupe de la producción y sólo han convertido al Estado en un brutal represor del pueblo que no moderniza nada, mas por el contrario, retrocede en el tiempo a los momentos en los que la crisis social provocaba tantos desocupados que, para enfrentarlos, tuvieron que inventarse hasta guerras entre los dioses que exigían a los mortales obras monumentales, para demostrar sumisión y fe a ellos, materializados en pirámides y esfinges que se pueden explicar sólo por la utilización de millones de hombres para construirlos; pero sólo gracias a la coerción.


 


Debemos convencernos de que el enemigo ha cambiado en sus formas de opresión y explotación y, para cambiar, ha aprendido de sus fracasos. Eso es ahora lo que nosotros debemos aprender y emprender los nuevos desafíos; porque mientras hay quienes han decidido dejarse estar y otros han capitulado, las masas de trabajadores están en plena lucha.


 


Y los que queremos ser parte de esa lucha debemos proponernos estar a la altura del sacrificio de los pueblos, de los trabajadores empobrecidos, de las masas embravecidas y la incorporación en esa lucha no debe ser testimonial, también debe ser de un esfuerzo por saber lo que ocurre; pero no como un formalismo sino en todos sus aspectos, para la reflexión. Aquí va uno bastante rudimentario, intentando evaluar una parte de lo que es el enemigo contra el que la izquierda debe enfrentarse.


 


Su significación va más allá del formalismo diplomático y tiene múltiples aspectos para la reflexión que, a esta hora, deja todavía sentir sus importantes rescoldos.


 


La estrategia de dominación de Estados Unidos


 


Economía de mercado, democracia controlada, recesión económica, déficit creciente de la balanza comercial, déficit fiscal, restricciones del gasto público, concentración del poder, empresarios ejerciendo el poder estatal, quiebra inducida de empresas del Estado, privatizaciones, desocupación, congelamiento de salarios, privatización de los servicios de educación y de salud, corrupción, movilizaciones, marchas de protesta, bloqueos, huelgas. Tal es, (más o menos) el panorama actual de nuestro país (1) que se repite con más o menos virulencia por los cuatro costados del planeta.


 


Hace algo más de una década, este azote se gestó en el vientre de los capitales que decidieron sembrar los países pobres con la deuda externa, no hubo uno solo que resista tentación tan sensual, que invitaba a conocer los placeres de la bonanza de hoy, aunque hubiese hambre mañana.


 


A esto se agregaba la derrota norteamericana en el Vietnam y el surgimiento de nuevos países con revolución triunfante, Nicaragua: el imperialismo estaba presenciando el desmoronamiento de la doctrina de seguridad nacional. La derrota en los campos político y militar obligó a la administración Reagan a modificar las formas de aplicación de lo que ellos llaman la estrategia de contención del comunismo y preservar su patio trasero para si, bajo el eufemismo de "América para los americanos"; es decir, una nueva política interamericana, formulado en lo que se conoce como los documentos Santa Fe I y II.


 


La nueva estrategia de dominación imperialista propone una directriz para después de las derrotas. Su objetivo esencial: contraatacar y destruir, no sólo a los peligros que se ciernen sobre América Latina o, mejor, los intereses imperialistas en América Latina, sino ir más allá, destruir lo que consideran la madre de los males: el peligro comunista, bautizado así por ellos mismos. Esta estrategia de dominación imperialista fue desarrollada, en sus diferentes aspectos, por varios de sus estrategas, formando un conjunto único; una especie de Mein Kampf made in USA, que estructura, resume, recomienda y señala tareas, dirigidas a ejecutarse a lo largo y ancho del planeta. Prioriza tareas en aquellos puntos vitales del continente latinoamericano para controlarlos sin compartir con nadie ese privilegio. La geoestrategia aplicada en el planeta, en el continente y en nuestro propio país, permite a los norteamericanos desplegar a plenitud la estrategia de dominación imperialista.


 


Si bien no debemos confundir la estrategia con la geoestrategia, como lo recomienda el capitán de navío Ismael Schabib, "así como a la geopolítica se la confunde con la geografía política". La geoestrategia "es la ciencia relativamente joven de las relaciones entre la estrategia y la geografía. "Además éstos vinculan la estrategia con la política que reaccionan una sobre otra por su intermedio", como lo señala Pierre Célelier. No queremos, de ningún modo, presumir de expertos en el tema. Lo que nos preocupa es que justamente Bolivia, nuestra patria, es uno de esos puntos geoestratégicos importantes de América Latina, según los planes yanquis.


 


Limpiar de estorbos a Bolivia y el continente y preparar el copamiento militar de esos puntos geoestratégicos ya son un drama que se ha vivido en América Latina. Así, por ejemplo, en el documento "Una nueva política interamericana para los años 80", más conocido como Santa Fe I señala que: "Maurice Bishop tomó el poder en Granada en marzo de 1979. El nuevo aeropuerto de Bishop está siendo construido por cubanos. Este campo aéreo domina el profundo canal acuático que corre a lo largo de la isla de Granada a través del cual pasa el 52% de todo el petróleo importado por EE.UU. Los buques tanques de Arabia y América Latina entran al Caribe y dejan el petróleo en las refinerías de las Bahamas y las Vírgenes, Trinidad, Aruba, Curazao, para ser procesado y transportado por barcos a EE.UU. Además, más de la mitad del aluminio importado por EE.UU. desde el Caribe viene de Jamaica".


 


La moraleja es que aquel pequeño país, con no más de cien mil habitantes, fue invadido por el ejército más poderoso del planeta porque su régimen era un estorbo para el control de aquel profundo canal acuático por el que pasan las materias primas que EE.UU. utiliza; pero, el ejemplo de Panamá es el más importante, porque en torno del general Antonio Noriega la propaganda del imperialismo ha creado toda una leyenda negra dirigida a la aplicación de las "recomendaciones" del Comité de Santa Fe. Veamos lo que dice ese documento: "El canal de Panamá juega también un papel vital en el abastecimiento del petróleo de EE.UU. Panamá está bajo control del ala izquierda del régimen militar, el cual, según la CIA, fue el intermediario en la transferencia de armas de Cuba y EE.UU. a los sandinistas en la conquista marxista de Nicaragua en julio de 1979". Esto significa que la invasión a Panamá y el apresamiento de su presidente no fue porque los norteamericanos quieren limpiar el continente de narcotraficantes sino de enemigos peligrosos para los fines de dominación imperialista.


 


Pero, hay más. Panamá, en la geoestrategia yanqui, es la línea de partida para ambos océanos, es la Ilave para tener el cetro que convierte en amo de los océanos Pacífico y Atlántico a quien controle ese punto geográfico.


 


Toda la política exterior yanqui, apunta, pues, a objetivos concretos señalados por la estrategia de dominación imperialista.


 


El conjunto de esta estrategia expuesta y fundamentada en varios documentos elaborados por los estrategas norteamericanos son una unidad tenebrosamente armoniosa, que pretende responder a todos los problemas que la doctrina del "Cordón Sanitario" (etapa inicial de la estrategia yanqui) o que la Doctrina de la Seguridad Nacional no tomaron en cuenta; es su propósito corregir aquello en que se equivocaron, bajo un solo principio: el desempeño hegemónico de EE.UU. en el mundo.


 


Los componentes de la estrategia de dominación imperialista son políticos, económicos, militares e ideológicos.


 


La evaluación que ha efectuado de su política exterior, en las últimas décadas, ha Ilevado al gobierno norteamericano al convencimiento de que la política del garrote fracasó estrepitosamente, porque la Doctrina de Seguridad Nacional, concepción con la que convirtieron a los ejércitos en los gendarmes de sus propios pueblos, no logró frenar los procesos revolucionarios, más por el contrario, los avivó. Por eso, en su fuero interno, considera que si no hubiesen impuesto a un Batista, no habría triunfado la Revolución Cubana; si no hubiesen impuesto a la familia de los Somoza, no habría habido tampoco revolución sandinista. De ahí que la propuesta política fundamental de los EE.UU., es la instauración de gobiernos democráticos en América Latina, apropiándose así de las banderas por las que el pueblo luchó.


 


Sin embargo, esa democracia es tan ajena y diferente a la que el pueblo buscó (y busca) con su lucha, porque la democracia expresa los intereses de aquellas clases y grupos sociales que la ejercen; y, en el caso concreto que hoy tocamos, allá donde volquemos los ojos, la democracia la ejercen los empresarios ligados al capital transnacional; ellos son los únicos beneficiarios.


 


Por tanto, la nueva forma de aplicación de la estrategia yanqui en el plano político, entraña toda un concepción teórica y práctica de la democracia, apunta a la instauración y consolidación de un régimen democrático que garantice, no sólo la consolidación del gobierno temporal (aquel que en Bolivia cambia cada cuatro años) sino del gobierno permanente; es decir, del Estado en su conjunto.


 


El documento Santa Fe II sostiene que "lo más importante es que el régimen latinoamericano es estatista por hábito, aun cuando esté dirigido por representantes electos democráticamente"; por eso no es casual que a esa apreciación se sume el criterio de que "si un gobierno electo no está acompañado por un cambio de régimen y un cambio en la cultura política, entonces EE.UU. y América Latina se separan aún más". Más adelante continúa: "los norteamericanos han tendido a creer que las elecciones democráticas no son suficientes para establecer actitudes democráticas en el gobierno permanente (es decir el Estado) y promover una mejoría en las relaciones entre EE.UU. y América Latina. Sin embargo, es convincente el hecho de que aún cuando se hayan instalado formas democráticas en América Latina (es decir gobiernos surgidos de elecciones) el patrón del estatismo no ha sido alterado". En el afán de imponer una forma de la democracia (al estilo norteamericano), los estrategas del imperialismo recomiendan, aumentar su presupuesto para Ilevar a cabo la "guerra cultural", dirigida a todas las instituciones del Estado, como ser las fuerzas armadas, el parlamento, el poder judicial, la burocracia, etc. Pero, también a las organizaciones del pueblo, como los sindicatos, organizaciones educativas, la iglesia y, desde luego, los partidos políticos, trabajo en el que incluyen a los grupos empresariales y comerciales.


 


La democracia controlada y la democracia de masas


 


En verdad, se proponen cambiar aquello que Caspar Weinberger, secretario de Defensa de EE.UU. de la Administración Reagan, Ilamó las seis pulgadas que van de oreja a oreja, es decir la forma de razonar y comprender los hechos.


 


La democracia controlada es parte de la estrategia global estadounidense donde se debe votar cada cuatro o cinco años. Se ha Ilegado a confundir el acto electoral con la democracia. Y donde ese mecanismo incorpora a alguna izquierda, con el convencimiento de que lo hacen para fortalecer ese proceso, porque si no tuviesen espacio en él, la democracia sería débil; y hay quienes se han incorporado en los actos electorales con el convencimiento de que en el parlamento hacen oposición al modelo; otros, con el argumento de ganar espacios de poder, como si el poder pudiera conquistarse por pedazos.


 


A esta altura, en Bolivia, como en otros países, la trama en la que a nombre de la democracia se resguarda privilegios, prebendas y excedentes para un pequeño grupo de beneficiarios se ha desnudado y la casta empresarial que convirtió a la democracia en su casamata institucionalizada ha quedado convertida en una farsa. Es que la democracia es utilizada como un artificio que sirve para encubrir lo que se ha marginado, principalmente a aquellos que sacrificaron su existencia para materializar la democracia a la que tanto aspiraban.


 


La democracia, luego de un período de ejercicio, se ha sacado los pudorosos tules que la encubrían y se muestra como un sistema político que expresa el poder que se materializa en la promulgación de leyes que favorecen determinados intereses; muchas veces, la democracia ha tenido que aplastar las libertades democráticas que difícilmente las masas pueden defender.


 


Este sistema político ha servido para despojar al país de las empresas de propiedad estatal, se han creado artificios legales que permiten que se hablen de millonarias inversiones que deben ingresar en Bolivia; sin embargo, uno de esos artificios que se denomina Ley de Capitalización de las empresas del Estado ha logrado que las multinacionales se apoderen de sectores estratégicos de la economía, como simple acto de pillaje.


 


La democracia controlada por el imperialismo es parte de la estrategia global estadounidense, donde cada cinco años debemos votar dos veces. Y, hay que decirlo con claridad, quienes creen que en el parlamento hacen oposición al modelo con su participación democrática se engañan o, mejor, engañan al pueblo, porque esa participación coadyuva la aplicación de la estrategia imperialista en nuestra patria. En este juego, los partidos de la oligarquía, ni duda cabe, están en su sopa, defendiendo sus intereses y los de sus amos.


 


Durante la visita de Fidel a Bolivia, se habló mucho de la falta de democracia en Cuba, algunos izquierdistas, incluso, se atrevieron a manifestar su solidaridad con Cuba, condicionada a que se instituya una democracia en la isla parecida a la fabricada por Estados Unidos y consumida también por Bolivia. Es que nuestros izquierdistas se encuentran cómodos, maquillando a Doña Democracia de una supuesta participación popular, para ocultar la verdad tras los afeites, de la que la mayoría del pueblo está marginada.


 


Algunos izquierdistas, en los procesos electorales que se han dado, aceptan como partidos mayoritarios sólo a aquellos que logran importantes porcentajes de votación. Esta forma de razonar enajenada acepta que los que no pueden ingresar en las campañas electorales con los millonarios recursos que dilapidan los partidos empresariales son la expresión de la minoría. El respaldo popular y la legitimidad del proyecto político no es el resultado aritmético de una votación.


 


Los partidos que están en el gobierno y aquellos otros con representación parlamentaria son los partidos de la minoría, porque su proyecto político expresa los intereses de un pequeño grupo oligárquico ligado al imperialismo y, si han sido convertidos en el receptáculo de los votos, es gracias a la magia de la televisión y la millonaria propaganda que ha convertido a verdaderos don nadie en política, en hombres capaces, inteligentes y honestos.


 


Esa millonaria propaganda puede hacer creer que hay aparecidos y esos izquierdistas que aceptan ser una representación de la minoría quizá tengan razón, porque tal vez, en su fuero interno, están aceptando voluntariamente ser nada para el pueblo, ya que no expresan los intereses reales de las masas; y, por tanto, tienen que vivir pegados al cuerpo de la oligarquía de la que se alimentan para sobrevivir políticamente. La democracia o, si se quiere, una de las expresiones de la democracia que es el derecho de elegir y ser elegido no funciona igual para todas las clases. En el fondo, en las elecciones como las que se dan en nuestro país, el candidato es el que pide que voten por él; para eso promete cielo y tierra; él se autonomina, se autoproclama y gasta millonadas para tratar de ser presidente, parlamentario o munícipe.


 


El imperialismo no puede ayudar a que el pueblo tenga su democracia, porque ésta no va sola, debe tener su correlato con los objetivos estratégicos de cada clase, sector, grupo social, etcétera.


 


En la democracia controlada, la necesidad de consolidar los regímenes democráticos es para imponer un modelo económico acorde con los intereses del imperialismo. No es que este problema haya sido incorporado recién por los EE.UU. en su polítíca para América Latina. No, todo lo contrario. La defensa del estilo de vida norteamericano es la causa de sus propias pesadillas y de las medidas económicas que ha impuesto para todo el mundo. No está de más recordar que el modelo "desarrollista" que predominó después de la Segunda Guerra Mundial es de factura norteamericana, fue una de las formas de desviar el descontento de las masas que se habían alzado en armas en casi todos los países del continente (El Salvador, revoluciones demócratico-burguesas en Bolivia, Guatemala, Nicaragua, etc.), en la búsqueda de industrialización y desarrollo económico independiente. La expresión político-ideológica del "desarrollismo" vino asociada con los regímenes populistas, como forma de dominación política de las débiles burguesías protegidas por el mismo padre del neoliberalismo: el imperialismo.


 


El documento Santa Fe II, a lo largo del capítulo "Estrategia económica", efectúa una serie de formulaciones, en las que combina argumentos sobre la democracia y el neoliberalismo. Todas las medidas económicas, como la privatización, la recompra de la deuda externa, la venta de activos de las empresas del Estado, la liberalización de barreras arancelarias, la inversión extranjera, etc., son recetas de su vademécum.


 


Este documento, sin ningún tapujo, señala que "la política económica de EE.UU. debe estar relacionada con un apoyo al régimen democrático". Más adelante añade: "EE.UU. debería estimular, tanto a través de programas públicos como privados, el desarrollo de la empresa privada en América Latina y hacer intentos por acelerar la privatización de las industrias paraestatales".


 


Podríamos afirmar que lo anotado líneas arriba es parte de un plan del gobierno boliviano, pero no es así, todas son propuestas que contiene el documento del gobierno estadounidense Ilamado "Estrategia para América Latina en la década de 1990".


 


La propaganda bien montada para catapultar la política de privatizaciones da la apariencia de que las preocupaciones de los gobiernos que se suceden en nuestro país son motivadas por la necesidad de resolver los graves problemas de la economía boliviana, a la que concurre el gobierno norteamericano con su auxilio para que un país pobre, como el nuestro, no vea agravada su situación, manteniendo empresas (como ellos sostienen) en quiebra y que se mantienen gracias al sacrificio del resto de la población. Empero, esto no es así, sucede todo lo contrario. El general Fred F. Woerner, ex comandante en jefe de Comando Sur de los Estados Unidos, en una intervención ante el Comité de Apropiación y el Subcomité de Defensa del Senado Norteamericano, sostiene lo siguiente: "Los Estados Unidos dependen de América Latina para su bienestar económico en, al menos, tres formas:


 


a) "Las materias primas tales como el antimonio, el manganeso y el estaño, 96% de nuestra bauxita y 40% de nuestro petróleo (que incluyen nuestra reserva estratégica total) provienen de América Latina".


 


b) "El acceso comercial para las exportaciones estadounidenses es una continua preocupación; nuestras exportaciones anuales a América Latina (valuadas en 33 mil millones de dólares) igualan a nuestras exportaciones a Europa".


 


c) Las oportunidades de inversión abundan en un área cuya población se espera crezca a 549 millones para fines de siglo, 20% de nuestra inversión extranjera total y 72% de toda la inversión estadounidense en el tercer mundo está en América Latina, una región con un enorme potencial de crecimiento.


 


Las afirmaciones del general norteamericano no requieren comentarios; los norteamericanos, si no controlan en forma total y absoluta el continente latinoamericano, no tendrían acceso a las materias primas, las cuales son cínicamente consideradas como suyas; tampoco tendrían mercado para sus exportaciones y, en cuanto a los requerimientos de inversión, la urgencia es para los norteamericanos que, de no ser Latinoamérica, se quedarían con la millonada del 72% de su dinero para invertir en el Tercer Mundo, paralizado y sin la posibilidad de succionar las ganancias de nuestro continente, excedentes que son fruto del sudor de los trabajadores que tienen salarios de hambre.


 


La intervención del general Fred Woerner ante la Comisión del Senado fue efectuada el 4 de febrero de 1988, cuando él tuvo que justificar el presupuesto que se asignaba para el Comando Sur. El mencionado militar justificaba su presupuesto demostrando que hay motivos suficientes para defender la zona de la cual él era responsable en el plano militar; por tanto, las acciones que señala para ser efectuadas tienen su razón de ser, no son acciones típicamente militares, se propone continuar defendiendo el coto privado del imperialismo yanqui, desalentando las acciones que supuestamente se realizan en contra de EE.UU. Las tareas que él se encarga de señalar, consisten en "actividades que abarcan (desde) la asistencia para la seguridad, ejercicios de entrenamiento combinado (por ejemplo los BOL-USA) apoyo en inteligencia, intercambio de oficiales, acción cívica (tan conocida en nuestro país), operaciones psicológicas, construcciones de ingeniería, ejercicios médicos y desarrollo de infraestructura".


 


El componente militar, por tanto, es parte esencial de la estrategia yanqui. En Sudamérica, es quizá Bolivia el país de más alto riesgo al que los estrategas yanquis, prácticamente han cuadriculado; en todo el territorio están en un proceso de copamiento militar de las zonas más importantes. Toda asistencia militar, los BOL-USA, etc., por su importancia son las acciones prácticas para consolidar su presencia en este punto geoestratégico de la que depende la mayor parte del continente.


 


La nueva Doctrina, Ilamada indistintamente Guerra o Conflicto de Baja Intensidad, utiliza diferentes medios y formas de aplicación, en cada una de sus etapas de desarrollo. Así por ejemplo, en la tarea preventiva, el objetivo es consolidar la hegemonía y el control de determinado punto geoestratégico. En este período, una de las tareas principales es el servicio de inteligencia. El personal dedicado a esta tarea (que actúa vía Embajada estadounidense) monta todo un aparato de información y espionaje. Se recoge y procesa información sobre la policía, el ejército, el sistema judicial, la prensa, el gobierno, la universidad, los sindicatos, los partídos políticos, los dirigentes locales, el funcionamiento económico, la iglesia, las costumbres y tradiciones, etcétera.


 


Con toda la información procesada, preparan profesionales para las diferentes actividades que desarrollan utilizando técnicas adecuadas para cumplir diferentes funciones, como la acción cívica, la propaganda, el control de la población, el relacionamiento con los sindicatos, los políticos, etcétera.


 


En nuestro país se los ha visto actuar en el último tiempo con todo desparpajo, entrometiéndose, incluso, en problemas de carácter público. Sin embargo, no se quedan ahí; en la fase de alta probabilidad del conflicto (como ellos mismos lo definen) el objetivo está dirigido, fundamentalmente, a "destruir en sus comienzos la articulación del movimiento popular, antes de su consolidación" para lo que se utilizan los medios y formas adecuadas para este propósito.


 


Contención-Intervención


 


Para Reagan, la Doctrina de los Conflictos de Baja Intensidad (CBI) incorpora las elecciones como parte integrante de la estrategia militar y no como componente de los procesos civiles, porque el objetivo de la extinción del peligro comunista o de la subversión se debe cumplir lo más rápido posible, al más bajo costo y con un mayor alcance,


 


La diplomacia, como ahora vemos y oímos, es también parte de esta concepción, porque la coerción diplomática ayuda a ganar gobiernos de los países de América Latina para esta guerra de baja intensidad, convirtiéndolos en anfitriones de las fuerzas que operan en los países por cuenta del gobierno norteamericano. Sólo de esa forma pueden aplicarse algunas tareas a plenitud, sin mediatizaciones ni prohibiciones diplomáticas, como, por ejemplo, las "operaciones psicológicas dirigidas a condicionar a la opinión pública, en favor de las labores de contrainsurgencia". También se efectúan acciones para crear la conciencia represiva en las fuerzas policiales, como entre la tropa de las FF.AA. El objetivo es que las masas no se conviertan en otro ejército. A esto se agrega, las operaciones terroristas y antiterroristas que ellos mismos preparan y ejecutan; la creación de escuadrones de la muerte, las intimidaciones, desapariciones, asesinatos selectivos, infiltraciones en los movimientos insurgentes y revolucionarios y las organizaciones populares. También ejecutan tareas en el plano de la campaña ideológica dirigida a cambiar los valores políticos, morales, sociales y culturales de la población, para que el individualismo sea moneda corriente en nuestro país como en todos los países dependientes.


 


La totalidad de la estrategia norteamericana tiene dos obietivos:


 


Primero. Defensa y garantía de la supervivencia de los Estados Unidos de Norteamérica como nación hegemónica de la humanidad.


 


Segundo. Defensa del sistema de vida norteamericano que no es otro que el capitalismo que se nutre de los países dependientes. Este, al que le hemos hecho un rápido repaso, es el imperialismo yanqui de carne y hueso; el enemigo de los pueblos.


 


El imperialismo: Dominación y crisis


 


La estrategia de dominación del imperialismo yanqui en su búsqueda desesperada por ser el único gendarme del planeta, ha logrado imponer un mundo unipolar, donde el único dueño y señor del universo son los EE.UU. de Norteamérica; pero, para preocupación de éste, los problemas que tiene que resolver y el sistema de vida que defiende no gozan de buena salud. El alborozo con el que presenciaron la caída del muro de Berlín les duró muy poco; todo aquello que lograron imponer para que todos los países del mundo adoptaran la economía de mercado y las democracias controladas, se les ha convertido en un boomerang que no pueden esquivar.


 


Lo que lograron es que la economía de mercado, tan santificada por los gobernantes y los líderes criollos del neoliberalismo, se convierta en la causa principal que agudizó la crisis del capitalismo. Como si se tratara de una epidemia internacional, afecta la economía de todos los países por igual y sin discriminar a ninguno. Algunos expertos que analizan la economía internacional aseguran que se trata de una recesión parecida a la Gran Depresión del año 29, con la diferencia de que es una depresión contenida en sus efectos, porque se los puede postergar (pero sólo postergar) utilizando algunos mecanismos económicos. No se puede pensar que a esta recesión le siga inmediatamente la reanimación de la economía mundial, porque esos mecanismos que son utilizados para atenuar los efectos de la crisis no están atacando la raíz del mal sino, por el contrario, continúan operando con aquellos instrumentos que provocaron. Los esfuerzos de "buscar competitividad", bajando costos de operación y produciendo a gran escala, sin tomar en cuenta que los stocks de casi todos los productos han crecido, dejando a éstos sin movimiento, ya no son la resolución. La recesión en la producción se ha presentado con sus efectos en cadena; la industria automotriz en proceso de paralización provoca también la recesión de otros rubros como de las materias primas que utiliza.


 


Los países más poderosos, que vieron alentadas sus expectativas de mayores ganancias, decidieron renunciar a los controles que se instituyeron para la economía, particularmente desde finales de la Segunda Guerra Mundial. Para decirlo gráficamente: permitieron que el caballo galopara, sin bridas y sin jinete, hasta que se desbocó y, finalmente, éste está a punto de reventar.


 


Aquello que sirvió de incentivo para acelerar el crecimiento económico ahora ya no funciona igual; se ha convertido en una traba que lo inmoviliza.


 


La crisis del capitalismo se ha profundizado por la acción del neoliberalismo. Ha provocado que países, antes unidos por un solo Estado y una misma economía, terminen desmembrados y enfrentados en guerras fratricidas entre hermanos.


 


Los hechos son dramáticos. A la matanza, en Europa Oriental, le acompañan los millones de trabajadores lanzados al paro forzoso.


 


La recesión económica que los países más poderosos están viviendo podría convertirse en una depresión sin precedentes, tal como señala y gráfica con innumerables ejemplos Raquel Gutiérrez, en su libro "Apuntes sobre la crisis actual del capitalismo mundial", como también los varios artículos de revistas especializadas en el tema.


 


Los países que inspiraron el neoliberalismo son los más golpeados por la crisis; por ejemplo, la deuda externa norteamericana es la más grande del planeta; sólo los intereses de esa deuda alcanzan a la astronómica cifra de 320 mil millones de dólares. Si lo comparamos con nuestra deuda, en sólo los intereses, es 100 veces más grande que toda nuestra deuda acumulada.


 


El déficit fiscal ha Ilevado a algunos Estados federales, como California, a una total iliquidez, al extremo de que no tengan para cubrir los sueldos de sus empleados públicos. Además pretendieron rebajar los sueldos, hasta en un 14%, para los profesores en 1995.


 


Las devaluaciones provocan grandes pérdidas a las empresas, en algunos casos, Ilevándolas al borde de la quiebra. La revista The Economist informa que las empresas más grandes de EE.UU., en sólo medio año, perdieron 500 millones de dólares como promedio cada una. Empresas que eran consideradas el símbolo del capitalismo norteamericano como la Ford, la General Motors y la Chrysler, sencillamente ya no existen por el cierre definitivo de operaciones.


 


Igual suerte puede correr una mayoría de las empresas, porque la crisis de sobreproducción las ha obligado a achicar sus operaciones, como a las industrias del acero y el hierro; la química básica y la propia agricultura en casi 50%. Esta última ha echado el grito al cielo luego de aprobado al Tratado de Libre Comercio porque empeorará su situación.


 


Todo el desastre provocado por el neoliberalismo lo sufren los trabajadores. El despido es moneda corriente en los países altamente desarrollados; en un solo año, el paro forzoso ha hecho naufragar los fondos que fomentaban el subsidio de desocupación.


 


El informe de la OIT, "El empleo en el Mundo 1996/97", señala que "la situación del empleo en el mundo no mejora". Para rematar con escalofriantes cifras que demuestran el desastre mundial al que arrastró la globalización neoliberal a toda la humanidad: la Unión Europea tiene una tasa de desempleo del 11,3%; el 22% en España; 14,5%, en Bélgica; 12%, en Francia y en Italia. En el mundo, según el informe de la OIT para 1995 fue de 645 millones de parados y para 1996 la cifra de desocupados alcanza la astronómica cifra de 1.000 millones de seres humanos sin derecho a trabajar.


 


Las empresas que presumen de liderazgo en el sistema capitalista, como la Bayer Hoecht Basf de Alemania, la Toyota y Honda en el Japón, han echado a la calle a la mayor cantidad de sus trabajadores y un portaestandarte del capitalismo mundial, como General Motors, despidió 250.000 personas entre 1978 y 1993. La U.S. Steel, 100.000, entre 1980 y 1990. La General Electric, 170.000, entre 1981-1993 y la AT&T, 180.000, de 1981 a 1988. Ante esta quemante realidad, ¿qué moral puede tener el gobierno de un país que permite que 10 millones de sus habitantes coman basura, disputándosela con los perros?


 


Europa, prácticamente, se ha convertido en el receptáculo de la desocupación. Esta situación ha Ilevado a grandes masas a movilizaciones que no se veían desde la Segunda Guerra Mundial. El Japón también y de manera inexorable se precipita en la tormenta de la crisis económica. En este último país, la industria automotriz ha bajado su producción en 15% en un solo año, de esta situación no se salva ni siquiera la industria de la electrónica que sufre un proceso acelerado de obsolescencia prematura por la constante renovación y mejora de los modelos y sistemas.


 


El líder cubano, en la clausura de Foro de San Pablo, al calificar el carácter de la economía de libre mercado, señaló categóricamente: "El neoliberalismo no es una teoría de desarrollo, el neoliberalismo es la doctrina del saqueo total de nuestros pueblos, el neoliberalismo no promete nada, porque incluso en los países desarrollados y superdesarrollados, el neoliberalismo no ha resuelto nada y están cambiando gobiernos porque no han podido resolver, ni siquiera, el problema del desempleo".


 


Cada una de esas palabras se sienten como en latigazo en el rostro del imperialismo, las cicatrices con que lo deja marcado nos dan fuerzas y esperanzas para el futuro.


 


Los organismos internacionales también han Ilegado al convencimiento de que la miseria, el hambre, las agresiones militares y policíacas contra el pueblo son una bomba de tiempo. La preocupación por la situación pronta a estallar los ha obligado a tomar decisiones y recomendar a los gobiernos atender los problemas sociales, la creación de fuentes de trabajo, la salud y la educación; pero, esas preocupaciones no significan que el FMI y el BM se hayan sensibilizado ante el drama, y sienten que el piso donde están parados empieza a temblar, poniendo en riesgo todo; es que no se puede obligar indefinidamente a toda la humanidad a vivir en un mundo plegado de hambre, miseria y desocupación. Los imperios más crueles y brutales se han derrumbado como castillos de naipes por la protesta de los pueblos.


 


Por eso, los desafíos que los revolucionarios tenemos que enfrentar deben resolver los desafíos de una nueva doctrina de dominación imperialista que ha puesto a su servicio todos los organismos internacionales, los gobiernos, la democracia controlada, etc. La estrategia imperialista no puede ser enfrentada con los puestos coyunturales que, en definitiva, terminan deglutidos por el enemigo, se requiere una respuesta también estratégica que está lejos de la improvisación y del repete de las viejas fórmulas que enfrentaban otras armas y otra forma de dominación.


 


De ningún modo se propone que sea el laboratorio ubicado en una campana de cristal la que resuelva todo (en el momento en que escribimos estas líneas, hay dos combativas manifestaciones, magisterio rural y otra de los despedidos corazón del tráfico vehicular de la ciudad de La Paz) estamos obligados a responder a los requerimientos de la lucha por cada batalla y con los cañones del enemigo apuntando en contra nuestra. La respuesta del momento requiere de un destino: la nueva estrategia de poder popular.


 


La Paz, mayo de 1997


 

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