La lucha contra la opresión y el abuso de las mujeres en Grecia y los Balcanes


Buenos días, desde Grecia. Esperamos que ustedes se encuentren bien. Las mujeres fueron y aún son las víctimas de la violencia pública y doméstica a escala internacional. La violencia contra las mujeres es un fenómeno político e histórico y tiene su origen en la estructura de clases de la sociedad, en la propiedad privada y en la división del trabajo, tal como se desarrolla a través de todas las formas de dominación de clase.


 


Pero en la sociedad industrial capitalista tiene nuevas extensiones. El hecho de que la mujer ingrese en puestos públicos y salga de las tareas domésticas no significa necesariamente que haya ganado una posición igual a la de los hombres.


 


La mujer trabajadora, en el capitalismo, trabaja duro dentro y fuera del hogar.


 


En la época de la globalización, el abuso sexual de las mujeres toma nuevas dimensiones cualitativas y cuantitativas. La industria del sexo sostiene la economía de algunos países. Hay ciudades enteras en muchos países en Asia y América, cuyo principal recurso económico se basa en la industria del sexo. Además de las mujeres, los niños son también víctimas de esta explotación.


 


Los beneficios del tráfico internacional de esclavos ya ha superado el del mercado de la droga.


 


Una de las contradicciones de la globalización es que mientras por un lado libera la economía de las barreras nacionales, por el otro intensifica los nacionalismos, creando fortalezas contra refugiados e inmigrantes.


 


Las mujeres del mundo son víctimas del barbarismo del capitalismo y de las guerras imperialistas. Son quienes se transforman en refugiados. Son quienes han sido violadas, quienes mueren de hambre. Son quienes se transforman en las principales víctimas de la violencia estatal. Son quienes sufren la opresión de la familia y en sus trabajos. Trabajan duro fuera del hogar y tienen salarios inferiores que sus colegas masculinos. Trabajan duro en el hogar por nada.


 


Al lado de la mayoría trabajadora oprimida, pobre y peor pagada que trabaja bajo la autoridad del empleador y el Estado, está la esposa, más oprimida y pobre, porque ella está oprimida por todos los que oprimen a su esposo y también por él. E incluso si ella parece emancipada, toma el rol del oprimido, el débil, la víctima. El peso de la tradición heredada es, a veces, insoportable.


 


En Grecia, las investigaciones sobre la violencia contra la mujer nunca se han llevado a cabo de forma sistemática. Unas pocas investigaciones aisladas dan resultados pobres y no comparativos. Por lo tanto, no tenemos un panorama claro de la extensión, la severidad y las consecuencias del fenómeno. Sin embargo, su extensión va más allá de cualquier dato que tengamos.


 


Legislación


 


La legislación griega tiene disposiciones referidas a delitos contra las libertades personales y determinaciones sexuales, en general. Así todo tipo de violencia contra las mujeres está cubierta por las disposiciones generales de la ley civil y penal. Hay muy pocas disposiciones específicas acerca de la violencia contra las mujeres.


 


Por ejemplo, la violación de una mujer por parte de su esposo no se considera delito. No hay disposiciones específicas contra el acoso sexual en el trabajo. Hasta 1984, la violación era un delito solamente si la víctim a presentaba una queja contra el delincuente.


 


El abuso sexual de las mujeres por parte de las redes de traficantes se ha incrementado dramáticamente por no estar bajo disposiciones legislativas específicas.


 


Servicios


 


En Grecia no hay suficientes dependencias para las mujeres víctimas de la violencia. Solamente dos centros de recepción en Atenas, que proveen de apoyo legal y psicológico.


 


Hay solamente un hospedaje, fundado en 1993, que ofrece alojamiento en forma temporal, pero su capacidad es sólo para 11 mujeres. Estos son servicios estatales.


 


Hay pocas organizaciones de mujeres y organizaciones no gubernamentales que ofrecen apoyo legal y socio-psicológico. La colaboración de todos los servicios no es sistemática y está basada principalmente en iniciativas y sensibilidades individuales.


 


Como resultado, las mujeres víctimas y que sufren privaciones en Grecia, nunca saben dónde dirigirse por ayuda, con un incierto resultado.


 


Desempleo en Grecia


 


El desempleo en Grecia es oficialmente del 11%. Los índices de desempleo entre las mujeres son más altos que entre los hombres (15,4% a 6,7%).


 


El número de mujeres que se gradúan en las universidades es el doble que el de los hombres, pero el desempleo de estas mujeres es el doble que el de los hombres con el mismo nivel educacional (8,9% a 4,1%).


 


También el trabajo part-time golpea mucho más a las mujeres (7,4%) que a los hombres (2,4%).


 


Las llamadas "igualdades" están ausentes. Las mujeres en Grecia tienen los trabajos peor pagos y en las condiciones más inciertas. También raramente ellas son promovidas a puestos de dirección de la misma forma que sus colegas masculinos. En el sector privado, los derechos de las mujeres son más vulnerables.


 


Abuso sexual de las mujeres en Grecia


 


El colapso de los regímenes de los países del este europeo y la total disolución de su infraestructura social y económica llevó a millones de personas a la pauperización y la inmigración. La mayoría de los refugiados e inmigrantes en todo el mundo, no sólo en Europa, son mujeres y niños.


 


En Grecia, los refugiados e inmigrantes son al menos un millón. La mayoría de ellos proviene de Europa del Este y los Balcanes. En estas condiciones el tráfico, el abuso sexual y la compulsión a la prostitución, se incrementan dramáticamente.


 


Europol da un número de 300.000 mujeres por año, solamente de Europa Central y del Este. A escala internacional, las Naciones Unidas estiman este número en 4 millones por año. Los beneficios del tráfico internacional de esclavos son de 5 a 7 mil millones de dólares por año y se viene multiplicando desde 1990.


 


Grecia es el punto de cruce de la transferencia y destino de estas mujeres. Las víctimas tienen una edad de entre 8 y 41 años y son trasladadas por dos tipos de redes de traficantes: unas para pedofilia y otras para la prostitución. El precio de una mujer es de 3.000 dólares…


 


La situación empeora año a año. Durante 1990, alrededor de 2.100 mujeres fueron forzadas a la prostitución en Grecia, mientras que diez años después, durante el 2000, ¡este número llega a 19.400! El 4,5% de ellas son adolescentes. Los beneficios de las redes de tráfico en Grecia en el año 2000 fueron de 135 millones de euros, siete veces más que los del año 1990.


 


Las principales redes de tráfico están en Ucrania, Rusia, Albania y Balcanes. Estas redes cuentan con la colaboración de la policía y las autoridades griegas en muchas formas y en diferentes niveles: para dar licencias de entrada y residencia, para dar visa, para apoyar a los clubes nocturnos, etc. Sin esta colaboración es imposible la actividad de las redes de traficantes en el país.


 


Estas mujeres son llevadas con sus proxenetas, con contratos, y son forzadas a trabajar más de 18 horas por día, sin derecho a tener el dinero que ganan. Pasan las fronteras, en forma legal o ilegal, como artistas o turistas.


 


La corrupción de la policía griega no es un fenómeno marginal sino una situación intrínseca. Hay muchos casos de policías involucrados en las redes de traficantes, desde suboficiales a oficiales jefes, que usualmente salen a luz en los medios de comunicación.


 


¿Qué sucede si una mujer, forzada a la prostitución, pide ayuda? De acuerdo con el informe de Iniciación Femenina contra la Compulsión a la Prostitución, las mujeres extranjeras arrestadas en una operación policial, quedan detenidas en las estaciones policiales por varios días, o meses, en condiciones terribles y son preparadas para su expulsión. Cuando ese día llega, se les hace abordar trenes u ómnibus y a menudo, tan pronto atraviesan las fronteras, los traficantes que las están esperando, las hacen regresar, con diferentes nombres pero a la misma actividad.


 


Aquéllas que han tratado de escapar de las redes de traficantes y los acusan tienen un tratamiento similar. Si tratan de dirigirse a otras personas, como periodistas, etc., están en grave peligro de confrontarse nuevamente con la policía.


 


Las mujeres que piden ayuda a organizaciones antirracistas o feministas tienen mejor suerte. Estas organizaciones hacen un esfuerzo para proveer hospitalidad, pasaporte y pasaje aéreo a las mujeres que desean regresar a su hogar en su país de origen.


 


El informe antes mencionado de Iniciación Femenina contra la Compulsión a la Prostitución fue entregado al Parlamento griego en 1999, pero la mayoría de los legisladores lo ignoró. Hasta el día de hoy no ha cambiado la forma en que son tratadas estas mujeres víctimas.


 


La lucha contra la opresión y el abuso de las mujeres


 


El abuso y la opresión de mujeres no es sólo un error o un incidente marginal del sistema, a ser corregido. Está basado en la explotación y la opresión social. Desde este punto de vista, la lucha contra el abuso y la opresión de la mujer es también una lucha contra las condiciones y los términos que crean esa opresión. Esto no nos permite decir que haya que esperar la transformación revolucionaria de la sociedad para resolver la cuestión de la mujer. Es un error que nosotros, como marxistas, a menudo cometemos: no a la lucha contra la situación actual de las mujeres, pensando que será resuelta por la transformación radical de la sociedad.


 


Al mismo tiempo que luchamos por derrocar la dominación de clase, debemos luchar cada día por todos los temas que conciernen a esta dominación. Desde esta percepción consideramos que el simposio es muy importante y también es muy importante nuestra participación. El simposio tiene lugar en un momento crucial, cuando los Balcanes y el Medio Oriente son sacudidos por las guerras imperialistas, y en un país como Turquía, que se desangra por una crisis política, social y económica.


 


Uno de los objetivos del Centro Socialista Balcánico Cristian Rakovsky es unificar la lucha de las mujeres en toda la región de los Balcanes, contra esta red de opresión y contra todo tipo de opresión, con una perspectiva revolucionaria basada en la unidad de los pueblos de los Balcanes.


 


Las mujeres son la parte más oprimida de la sociedad, y exactamente por esto, la más revolucionaria. La historia tiene ejemplos para dar. Durante la Revolución Española y la guerrilla griega, las mujeres tomaron las armas, fueron a las montañas y estuvieron al lado de los luchadores, de igual a igual, por primera vez en sus vidas. Sólo la revolución y la lucha les dieron la oportunidad de escapar del amo patriarcal, del amo esposo, del matrimonio compulsivo. Ellas condujeron sus vidas y su propia supervivencia en forma revolucionaria más que cualquier otro luchador.


 


La mujer no puede liberarse a sí misma a menos que toda la sociedad sea liberada. Por otra parte, no hay revolución real sin la liberación de la mujer. La real liberación de las mujeres de la malla de poder es imposible sin el derrocamiento de un sistema que alimenta la explotación del hombre por el hombre y se alimenta de ella.


 


(*) Intervención de Maria Chlorou, en representación del Centro Socialista Balcánico Cristian Rakovsky, en el Simposio contra la violencia y la discriminación contra la mujer, organizado por el Centro de Solidaridad de la Mujer de Sahmaran, en Estambul (Turquía), entre el 11 y 12 de octubre de 2003).


 

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