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Revolucionarios en “dulce espera” o un Evo Morales a la Casa Blanca


Sección preparada por la Comisión Internacional del Comité Nacional del Partido Obrero


Según Econoticias, Bolivia será gobernada a partir del próximo 22 de enero por un aliado de Bush: Evo Morales. ‘Washington (…) parece listo para trabajar y colaborar con Evo y el MAS. esperando que el nuevo Lula de los Andes tenga éxito y larga vida” (http://www.econoticiasboli-via.com/documentos/notadeldia/elec27.html).


 


No parece ser esa la opinión del propio Bush. Alguien que habitualmente presenta crudamente los puntos de vista de la camarilla de la Casa Blanca, la editorialista Mary Anastasia O’Grady, dice claramente (The Wall Street Journal, 23/12) que “la elección de Evo Morales como presidente de Bolivia es otra mala noticia para la libertad en América Latina”. La editorialista dice que en Bolivia ganaron Chávez y, peor todavía, Castro; no Bush. Cegada con Morales, Econoticias ni siquiera percibe el derrumbe político de Bush.


 


¿Aquí no ha pasado nada?


 


Según el portal que oficia como vocero de la izquierda abstencionista (la que se abstiene de participar no en las elecciones sino en todo el proceso político boliviano), Bush habría “cambiado de estrategia”, aunque no ofrece ninguna prueba de ello.


 


“(Bush) viró hacia el primero (Morales), abandonando al segundo (Quiroga)”, dice Econoticias. El representante en Internet del sector más parasitario e impotente de la izquierda boliviana declara que en Bolivia no ha pasado nada: antes gobernaba un aliado de Bush; ahora gobierna otro: todo sigue igual.


 


Contra la opinión de Econoticias de que nada ha cambiado, el voto masivo por Morales abre una nueva etapa política: agotada la política de conciliación y maniobras, “la nueva etapa es un tránsito hacia la victoria de una revolución social o la recuperación plena del poder por parte del imperialismo” (Prensa Obrera, 22/12).


 


“Nuevo Lula”


 


Econoticias dice que Morales es “un nuevo Lula”. Pero para esto Morales debe llegar primero a los acuerdos estratégicos con el imperialismo (que armó Lula) y con las petroleras, que han puesto sus propias condiciones para la explotación de los recursos bolivianos. Su programa, ciertamente, no tiene nada de revolucionario pero choca con el planteo de los pulpos de mantener el “statu-quo”. Es decir que un acuerdo obligaría a Morales a renunciar, en lo fundamental, a su propio programa nacionalista burgués, de cara a las masas movilizadas que lo votaron.


 


Esta capitulación no le alcanzaría, entonces, para ser “un nuevo Lula”. Debería, además, derrotar a las masas, haciéndoles aceptar la renuncia al programa por el cual votaron. Es lo que logró Lula, pero porque antes había impuesto un gran reflujo a los trabajadores brasileños.


 


En resumen, Morales hará todo lo posible para gobernar como un “nuevo Lula”, pero para ello deberá pasar la prueba de las crisis políticas y de la lucha de clases. Este es el punto que obliga a los revolucionarios a tener una política concreta -no palabrerío.


 


¿"Sindicalismo combativo”?


 


Cuando Evo Morales -al aplicar “las mismas políticas antinacionales y antipopulares de siempre”- muestre “su verdadera cara (…) se reactivará con fuerza la rebelión” bajo la dirección del “sindicalismo combativo” que, por ahora, “espera que se disipe la fiebre electoral”. Aquí está todo: Econoticias se ha puesto en estado de “espera”


Los dirigentes de la COB, de la Federación Minera, etc., hablan frecuentemente de “combates”… pero siempre para el futuro. Porque, en la realidad, han sido absolutamente incapaces de organizar un solo combate desde hace mucho tiempo. Ellos mismos lo dicen cuando afirman, en la declaración de El Alto, que en mayo-junio establecieron un “cuarto intermedio”. Y la “tregua” sigue: primero la extendieron a 90 días después de las elecciones; luego la alargaron a 180 días. Ahora, una parte de estas direcciones -precisamente, las juntas vecinales de El Alto de las que tan elogiosamente habla Econoticias- acaba de levantar incluso la “tregua”, indefinidamente y sin condiciones.


 


Econoticias está a la “espera”. Es decir, en la más completa parálisis. Aquí sí tiene razón cuando dice que no ha pasado nada: los “combativos” dormían la siesta antes de las elecciones; continúan durmiéndola después.


 


Crisis mundial


 


La victoria de Evo Morales en Bolivia no le ha dado, por ahora, un nuevo aliado a Bush. Lo que ha hecho es poner en evidencia la inadecuación de su política con respecto a América Latina, que ya no está gobernada por sus aliados (los Menem, los Sánchez de Lozada o los Quiroga). Mostró su debilidad internacional; la misma que muestra en Medio Oriente (¡el fracaso de la ocupación de Irak!) y aun en los propios Estados Unidos.


 


La crisis política que está provocando en los Estados Unidos la debilidad internacional de Bush plantea la emergencia de un cambio de régimen en Washington. Si la crisis se profundiza, más que un aliado de Bush en el Palacio Quemado… es probable que veamos a un aliado de Evo Morales en la Casa Blanca.


 

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