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“Un nuevo sindicalismo”… piquetero


Junto con los mineros de la Codelco, otros sectores de trabajadores subcontratados han comenzado a organizarse y salir a la huelga. La huelga de los subcontratados forestales de comienzos de este año se caracterizó, también, por los piquetes y cortes de ruta. La represión, que asesinó al huelguista Rodrigo Cisterna y encarceló a decenas de trabajadores, no pudo impedir la victoria de los obreros, que ganaron, aquí también, su derecho a la negociación por sector con la empresa principal.

 


Las huelgas, que vienen en ascenso en los últimos dos años, están marcando el nacimiento de lo que el diario de la gran burguesía chilena, El Mercurio, define con preocupación como “un nuevo sindicalismo”. “La existencia de un sindicalismo más radical, con un discurso muy duro y usando la violencia como herramienta para arrancar sus metas, es otra de las consecuencias que quedó tras el mes de movilizaciones” (El Mercurio, 2/8). Para esta gente, cualquier método de lucha que anteponga la voluntad colectiva de los trabajadores en lucha sobre las empresas (e incluso sobre otros trabajadores aislados) es “violencia”.




Ese “nuevo sindicalismo” chileno tiene muchos puntos de contacto con el movimiento piquetero argentino. Se organiza “desde abajo” para romper las divisiones que la burguesía pretende imponer a los trabajadores (ocupados/desocupados; contratados/subcontratados); organiza a los sectores más sumergidos de la clase obrera; recurre a los métodos históricos de la acción directa; es repudiado y atacado por las direcciones burocráticas oficiales. Como lo hicieron los piqueteros argentinos, el “nuevo sindicalismo” de Chile abre la vía para el resurgimiento de las tendencias de lucha y clasistas en el conjunto del proletariado.




La aparición de este “nuevo sindicalismo” piquetero da cuerpo al “fantasma al acecho (de) la ira popular y la explosión social” que señala la corresponsal de Clarín (5/8).


 

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