1. El Partido de los Trabajadores nace para organizar a los trabajadores del campo y de la ciudad en un agrupamiento político independiente de la burguesía, de los partidos burgueses y del Estado capitalista. El PT llama a todos los explotados a engrosar sus filas y proclama su objetivo de defender los intereses y las reivindicaciones de los más diversos sectores de la mayoría nacional oprimida y de impulsar su combate.
Sin embargo, el PT no se caracteriza como un frente amplio e indiferenciado de todos los estratos populares: se define como un partido obrero, porque inscribe en su programa que la satisfacción de las aspiraciones más elementales del conjunto de la población trabajadora es imposible en los marcos de la sociedad capitalista y del Estado burgués, o sea, proclama la abolición de la propiedad privada capitalista. A estos objetivos históricos, que son los objetivos del proletariado, el PT trata de incorporar las reivindicaciones parciales y transitorias, que, dentro del Estado burgués, contraponen el pequeño propietario al gran monopolio, el trabajador autónomo a las grandes corporaciones industriales y comerciales. Omitir -en nombre de la necesidad de defender los intereses comunes de las diversas clases explotadas- que la plena satisfacción de estos intereses sólo es posible con la expropiación del capital, significa colocar al PT a remolque de la burguesía, de una propuesta que no sobrepasa los límites del Estado capitalista y que siembra la ilusión de que es posible satisfacer las aspiraciones de la mayoría oprimida con una mudanza en la forma del Estado. El PT debe rechazar esta concepción y llamar a todos los explotados a asumir el programa y la estrategia de la clase obrera, por la transformación socialista de la sociedad. En sus filas no caben los patrones ni los elementos vinculados a la política patronal. Lo contrario sería subvertir el carácter del partido: sólo entre trabajadores y explotados el PT puede discutir las características y los principios de su programa y de su actividad.
2. El nacionalismo burgués ya demostró su impotencia para arrancar al país del atraso y miseria en que vive. No fue capaz de realizar la revolución agraria y promover la unidad y la independencia nacional. La burguesía nacional es una clase históricamente caduca, definitivamente incapaz de llevar a cabo las tareas democráticas de la nación oprimida: esto es el balance de la Revolución del 30 y del varguismo. Sólo la clase obrera -como dirigente de la mayoría explotada de la nación- puede cumplir las tareas democráticas pendientes en este país semicolonial. Por eso el PT debe combatir las concepciones de conciliación de clases y denunciar implacablemente toda tentativa de subordinar al proletariado y las masas al nacionalismo burgués o pequeño burgués.
Una de las formas con las que se ha intentado combatir la independencia obrera es integrando el PT en un frente burgués de oposición, junto a otros partidos opositores, en una reedición del viejo MDB. Participar en un frente de este tipo significa renunciar a los objetivos estratégicos de la lucha proletaria, significa subordinar el PT a las propuestas de la burguesía, que busca remodelar el Estado capitalista de forma de preservarlo frente al embate del movimiento de masas. Con los partidos burgueses que se reclaman de la oposición y de la democracia, el PT debe firmar meros acuerdos prácticos para la movilización efectiva y no les debe prestar ninguna solidaridad política. Al contrario, debe denunciar su cobardía congénita en la lucha por las libertades democráticas y declarar que el objetivo del PT no es la democracia burguesa sino el socialismo. Frente a la huelga de San Bernardo, los partidos burgueses declararon que la solución para las huelgas era una reformulación de la Justicia del Trabajo, mientras trataban de armar un esquema de cooperación con el gobierno para evitar que la huelga provocase una explosión social generalizada contra la dictadura. Ese es el horizonte de la burguesía democratizante: recauchutar los métodos de dominación del Estado burgués. El PT debe combatir esta perspectiva. ¡No al frente democrático burgués!¡Por un Frente Único Antiimperialista que rompa el sometimiento de las masas explotadas a la burguesía nativa, por la expropiación del gran capital agrario, imperialista y nacional! La táctica del frente único antiimperialista se contrapone al frente democrático burgués: coloca en primer plano la independencia política de los trabajadores. La propuesta de un frente democrático burgués -o frente amplio de oposiciones- es bastante antigua, y los trabajadores brasileños ya tuvieron oportunidad de experimentarlo. Fue levantado y defendido históricamente por el PCB, habiendo culminado con el golpe militar de 1964, que encontró el movimiento de masas atado de pies y manos para enfrentar la reacción. El sometimiento de los trabajadores a la dirección de la burguesía nacional y “democrática” -base de la propuesta de “frente amplio"- sólo puede llevar a la derrota, pues la burguesía nacional, en los momentos decisivos, considera la reacción y el imperialismo como un mal menor frente a la proyección revolucionaria de la movilización de las masas. Por el frente único antiimperialista, alianza de clases interesadas en la liquidación de la opresión imperialista, bajo la hegemonía del proletariado: esta es la táctica que el PT debe defender e incorporar a su programa.
3. El PT no sólo no debe confundir la lucha democrática de los trabajadores con la defensa estratégica de la democracia burguesa, sino que debe combatirla abiertamente. El programa del PT debe combinar la lucha democrática y socialista en un único movimiento; la estrategia del PT es el socialismo y no la democracia burguesa.
La lucha democrática del PT es un medio para oponer el movimiento de los trabajadores a la burguesía y para elevar la conciencia de clase de las masas, en la perspectiva de la destrucción del Estado burgués. Es en función de esto que el PT combate por las libertades democráticas, por el derecho irrestricto de organización y manifestación para toda la población.
Está comprobado históricamente que la democracia burguesa en los países atrasados es una utopía. Los regímenes políticos en los países atrasados pueden llegar a adoptar una fachada parlamentaria pero no llegaron ni llegarán nunca a instituir un régimen de democracia burguesa. La base de ésta es el pleno cumplimiento de las tareas nacionales que la débil burguesía nacional es incapaz de desarrollar y que resueltas por el proletariado -como vanguardia de la nación oprimida- conduce no a la democracia burguesa, sino al gobierno obrero y campesino y al Estado obrero basado en la expropiación de la burguesía.
4. El método de lucha propio de los trabajadores es el de la acción directa, el de las huelgas, el de las movilizaciones de masas. Sobre esta base, la intervención parlamentaria del PT debe caracterizarse por lo siguiente: a) utilización de la tribuna parlamentaria para denunciar el arbitrio de la dictadura actual y denunciar la hipocresía de la democracia burguesa; b) coordinación de la acción directa de las masas y subordinación a ésta como estrategia de lucha de los explotados. En ningún caso el PT debe considerar el parlamentarismo como forma política que resolverá los problemas de los explotados. Por lo tanto en ninguna circunstancia la lucha parlamentaria podrá sustituir los métodos de acción propios de la clase obrera.
La cuestión agraria y la alianza obrero-campesina
El campesinado y los trabajadores del campo representan la mayor parte de las masas explotadas del Brasil. Son los principales aliados de la clase obrera en la lucha por terminar con el régimen de explotación. En las últimas décadas se profundizó el proceso de expulsión de los campesinos de sus tierras y la penetración de gran capital nacional y extranjero en el campo. Bajo el régimen de concentración de la propiedad, se perpetúan las más arcaicas relaciones de producción precapitalistas, que someten a millones de trabajadores al hambre y al desempleo, a la inestabilidad en el trabajo, al atraso cultural y a las terribles represiones de los terratenientes, capataces y fuerzas policiales.
Frente a esta situación el PT debe luchar por la nacionalización de las tierras y por el trabajo colectivo en la agricultura.
La expropiación de las tierras de los latifundarios y de las empresas capitalistas no se extiende, sin embargo, a los pequeños propietarios. En este sentido el PT levanta la consigna de Tierra para quien la trabaja. Bajo el gobierno obrero y campesino, la pequeña burguesía rural y urbana tendrá condiciones más favorables de crédito, de compra y venta, condiciones que no pueden existir bajo el dominio de los monopolios.
La lucha antiimperialista
La lucha antiimperialista del PT tiene como objetivo conquistar de hecho la independencia nacional y el socialismo. La lucha por el socialismo es inseparable de la lucha por la expulsión del imperialismo y por la solución de las tareas nacionales y democráticas pendientes. No habrá in* dependencia nacional y revolución agraria mientras no sean rotos todos los vínculos de dependencia político-económica con el capital internacional.
Para acabar con la opresión nacional de las metrópolis imperialistas, para acabar con el atraso semicolonial y para poner los medios de producción en las manos de las masas oprimidas, el PT debe levantar el siguiente programa antiimperialista y anticapitalista:
-ruptura de los acuerdos secretos y de todos los pactos con el imperialismo;
-desconocimiento de la deuda externa;
-expropiación de las empresas imperialistas y del gran capital nacional;
-nacionalización del comercio exterior;
-abolición del secreto comercial en las empresas nacionales y extranjeras;
-expropiación y nacionalización de los bancos y de los seguros y creación de un banco estatal único;
-control obrero de la producción.
Asamblea Constituyente democrática y soberana
El PT debe levantar la reivindicación de una Asamblea Constituyente democrática y soberana para centralizar el movimiento de las masas cuya aspiración es acabar con la dictadura militar. La burguesía, por su lado, trata de atraer a las masas para el parlamentarismo dentro de ciertos límites, límites que pueden servir para desviarlas de su lucha revolucionaria. Por esto la burguesía concibe a la Asamblea Constituyente de un punto de vista formal: enmendar la constitución actual dentro de un cuadro de compromiso con la dictadura. En oposición a esto, la consigna de Constituyente debe ser levantada en contraposición al régimen actual: libertar irrestricta de organización para todos los partidos políticos y organizaciones populares, libertad de manifestación y movilización para los sindicatos sin ningún tipo de injerencia estatal, con el fin de toda la legislación represiva, con el voto para los analfabetos, soldados y marineros. Levantando consecuentemente las banderas democráticas, el proletariado y las masas enfrentarán a los explotadores en su conjunto y construirán sus propias organizaciones, abriendo el camino para imponer su propio poder, para imponer el gobierno obrero y campesino. Es con esta perspectiva y subordinada a su acción directa, que los trabajadores deben luchar por las reivindicaciones de democracia política y Asamblea Constituyente.
Por la independencia de los sindicatos del Estado
El PT lucha contra la integración de los sindicatos al Estado y contra la colaboración de clases practicada por las direcciones sindicales “pelegas" (burocráticas). En el actual período, los sindicatos subordinados al Estado y burocratizados están en flagrante contradicción con el ascenso de las masas, que tratan de recuperarlos para la lucha de clases. La independencia sindical y la democracia sindical son dos banderas centrales para el PT. Entendemos la independencia sindical no como una reforma de la CLT concedida por el gobierno o por el parlamento, sino como la soberanía de las decisiones colectas de los trabajadores, contrapuesta a la intervención estatal. Las consignas son; ñera la subordinación obligatoria a las decisiones del Tribunal del Trabajo, fuera la intervención a los sindicatos, que éstos funcionen al margen del ministerio de trapío, aboyándose exclusivamente en la organización de los trabajadores y en sus asambleas soberanas.
El PT lucha por un sindicalismo independiente y de masas, organizado a partir de los lugares de trabajo. Es preciso superar la contradicción entre las grandes concentraciones obreras en los centros fabriles Y la ausencia casi completa de organizaciones masivas y unitarias de las masas trabajadoras. Los movimientos huelguísticos iniciados en 1978 se expandieron nacionalmente en 1979 y en este momento tuvimos un combativo movimiento de 40 días de huelga en el gran San Pablo, intentado casi todo el tiempo por asambleas masivas. Para derrotar al gobierno Centralizado, impedir las represalias y garantizar cualquier acuerdo colectivo, es necesario estructurar las comisiones de fábrica y los cuerpos de delegados sindicales, por sección, centralizados en los sindicatos y bajo soberanía de las Asambleas ferales. Es en esta batalla que el PT lucha por la creación de una Central Obrera independiente, organizada a partir de Confesos de delegados de fábrica, elegidos sus locales de trabajo y con mandato sus asambleas. Resta todavía afirmar que el PT trabajará por la preparación y organización de los movimientos huelguísticos, defendiendo la formación de los comités de huelga, comités de defensa contra la represión y por piquetes.
Mejores condiciones de vida y de trabajo
El eje que centró las recientes luchas obreras fue: fin del control del gobierno sobre los salarios y mejores condiciones de trabajo, quebrar uno de los pila.es del "milagro brasileño”, -la miseria salarial. El PT inscribe en su programa este objetivo de la lucha de los trabajadores: recuperar la pérdida del poder adquisitivo de los asalariados y combatir el conjunto de medidas antiobreras, dirigidas a mantener la superexplotación. Como los salarios no tuvieron un significativo aumento, como el costo de vida ha crecido violentamente como el paquete antiobrero de Delfim descarga la crisis económica sobre los asalariados, como está intacta la ley antihuelga que impide cualquier negociación colectiva con los empresarios, el PT levanta las siguientes banderas: o abajo el plan antiobrero de Delfim; o aumento salarial de emergencia y escala móvil de salario; o salario mínimo de Cr. 12.000 (actualizado en cada momento); o escala móvil de horas de trabajo; o estabilidad en el empleo; o contratos colectivos de trabajo negociados, sin restricciones, entre sindicatos y patrones.
La reivindicación de aumento salarial de emergencia y escala móvil de salario es la respuesta de los trabajadores frente a la brutal carestía, que se aproxima a la tasa del 100 por ciento anual de aumento de precios. La escala móvil de salarios debe asegurar el aumento automático de salarios junto al aumento de los precios de los artículos de primera necesidad. Al mismo tiempo, es necesario defender, contra el desempleo, la escala móvil de horas de trabajo, es decir, que el trabajo disponible sea repartido entre todos los trabajadores existentes y que así se determine la duración de la semana de trabajo, sin perjuicio salarial.
La reivindicación de contratos colectivos de trabajo busca romper la división y el aislamiento de la lucha por fábrica, volcando todo el peso de los trabajadores para la negociación colectiva de la categoría. La discusión de los contratos colectivos trata no sólo de salario, sino también del conjunto de las condiciones de trabajo: estabilidad en el empleo, mínimo salarial, mínimo profesional, ritmo de producción, accidentes de trabajo, etc. Plantea una serie de defensas de clase estructuradas contra la dictadura patronal. Por esta misma razón, los trabajadores no pueden discutir una vez por año el contrato de trabajo, sino que deben fiscalizar cotidianamente su cumplimiento en cada fábrica, a través de sus propias organizaciones.
La lucha por un PT de clase es la lucha por imponer la dirección de la clase obrera del movimiento de los explotados, a través de la propia experiencia de las masas. Para esto, es necesario enfrentar a la burguesía en todos los terrenos, y combatir la dominación que la burguesía pretende imponer sobre las diversas capas de la población trabajadora. Asentar sólidas organizaciones de masas, que arranquen a los explotados de la influencia burguesa, es un elemento imprescindible para el desarrollo de un partido de clase que se pretende erigir como dirigente de la movilización de la mayoría nacional explotada.
Por una juventud de masas del PT
La juventud estudiantil y trabajadora ocupa el primer puesto en el combate antidictatorial y antiimperialista. Romper la manipulación de la juventud por la burguesía, organizar los secundarios, los universitarios, la juventud trabajadora en una gran organización de masas: junto a la clase obrera, por el socialismo. Esta es la propuesta que el PT debe plantear a la juventud. El PT debe combatir la política me pretende convertir la juventud en masa de maniobra de la burguesía democratizante, la que busca el compromiso con el gobierno militar y no la movilización revolucionaria para acabar con la dictadura. No a las juventudes burguesas. ¡No a la juventud del PMDB! Por una juventud e masas del PT, que formule un programa de combate y de clase para la juventud. El PT debe convocar a todas las organizaciones' estudiantiles y juveniles que apoyan el PT a realizar una Conferencia
Nacional para discutir las bases y el programa de esta organización de la juventud: contra la discriminación salarial de los jóvenes, contra la rotatividad en el empleo, por el derecho de la juventud a la educación y por el libre ingreso a la universidad por la autonomía universitaria y por la escuela única, laica, estatal y gratuita, por el pago integral del salario durante el servicio militar, etc.
Por una organización de mujeres del PT
Acompañando el ascenso obrero, la mujer trabajadora salió a la lucha, se incorporó al combate de las masas y levanta sus propias reivindicaciones frente a la superexplotación que sufre bajo el capitalismo. La burguesía trata de desviar a la mujer trabajadora de la lucha común con los trabajadores, presentándoles los problemas de su explotación como un mero problema de sexo, exaltando el feminismo, que no cuestiona las bases de la sociedad capitalista. Romper esta falsa perspectiva, convocar a las mujeres a organizarse en el partido de los trabajadores para acabar con la explotación capitalista. El PT debe impulsar la construcción de una organización masiva de mujeres del PT y discutir las reivindicaciones específicas que conciernen a su combate: por la equiparación salarial con los hombres, por el derecho a la maternidad y al amparo legal de la madre soltera, por guarderías obligatorias en los lugares de trabajo, por la garantía en el empleo para las mujeres gestantes, etc.
Formar las fracciones sindicales del PT
Es en el movimiento sindical donde el PT debe enraizarse. Un PT obrero, de masas, es inconcebible separado del desarrollo de un movimiento sindical independiente. El movimiento sindical, a partir del ascenso, choca con la regimentación y la subordinación al Estado de los sindicatos, contra los '‘pelegos” agentes de la dictadura. Es contra los ''pelegos’1 y los patrones que comenzaron a surgir las oposiciones sindicales y el propio movimiento del PT. El PT sólo puede crecer extendiendo este movimiento y centralizándola formando poderosas fracciones sindicales, destinadas a barrer el "peleguismo”, por un sindicalismo de masas, apoyado en las comisiones de fábrica y en los cuerpos de delegados, por sindicatos independientes de la burguesía y del Estado, por una Central Obrera Independiente. Es necesario convocar a todas las Corrientes y militantes sindicales que están en el PT a organizar Conferencias en los Sindicatos para discutir este programa, centrado en barrer el "peleguismo”, destinado a combatir toda la política de sustentación a los Joaquines y Cía. (pelegos), y que debe incorporar las reivindicaciones específicas de cada sindicato. ¡Fuera los “pelegos”! ¡Abajo el control estatal sobre los sindicatos! ¡Por la libertad y la democracia sindical! ¡Por una nueva dirección para el movimiento obrero!
Convocar un Congreso obrero de delegados de fábrica
La huelga de los metalúrgicos no fue derrotada por la represión, sino por el cansancio, aislamiento y por el hambre. Los trabajadores recularon, pero el recule es transitorio: la tendencia del ascenso obrero no fue quebrada y el plan de hambre del gobierno llevará a las masas rápida-mente a nuevos combates. La lección de San Bernardo es clara: la dictadura no retrocederá a no ser ante la extensión y generalización del movimiento de masas. No se trata de entrar en compás de espera. Es hora de organizar a la clase para los inevitables combates que vendrán: el PT debe convocar un Congreso obrero, un congreso de delegados de fábrica que rompa con la actual estrechez organizativa de los sindicatos y estructure una red organizada de la clase para imponer, mediante su acción directa, las reivindicaciones fundamentales de todos los trabajadores: por el aumento salarial, por el salario mínimo de Cr l 2.000, por la estabilidad en el empleo, por la Central Obrera Independiente. Que se exija un pronunciamiento de todos los sindicatos que se declararon solidarios con San Bernardo, que el PT tome la iniciativa y pase a organizar el Congreso de delegados de fábrica.
Los partidos burgueses tratan de esterilizar la lucha de los obreros proponiendo que esperen sentados una reformulación de la legislación del trabajo, una nueva forma más flexible de control. El PT debe responder organizando la clase obrera e imponiendo esa organización contra la dictadura: las comisiones de fábrica, los cuerpos de delegados, los comandos de huelga, las asambleas soberanas. No existe otro camino. La emancipación de loa trabajadores será obra de los trabajadores mismos.
15/5/80