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“Nicaragua ¿Reforma o Revolución?”

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Este libro (2 volúmenes) es una recopilación de artículos y documentos sobre Nicaragua escritos por las distintas corrientes que componían el SU antes de 1979. La recopilación fue efectuada por la ex-fracción Bolchevique (corriente morenista) y el objetivo es tratar de mostrar, como se señala en la Introducción, que “entre todas las corrientes que, de una u otra forma con una y otra posición, intervinieron en el conflicto, hubo una cuyo pronóstico fue totalmente errado desde el comienzo", es decir el del SU (pág. 13). En cambio, la ex-fracción Bolchevique habría previsto desde 1977 el gran ascenso de masas que condujo a la insurrección, lo que le habría permitido trazar una intervención acertada, apoyando "sin condiciones la lucha del pueblo nicaragüense y del FSLN, denunciando implacablemente su programa de colaboración de clases" (pág. 15).


El 2do. volumen está casi enteramente consagrado a la formación de la Brigada Simón Bolívar, lo que es señalado como un acierto de la intervención morenista "en la guerra civil nicaragüense".


Lo primero que salta a la vista es la mala fe de los recopiladores, puesto que han ocultado los documentos fundamentales de la ex-FB, en donde se pronuncian inequívocamente por una política de colaboración con la burguesía. Reproducen, así, documentos y artículos anodinos del año 1977 pero no aparece el que publicaron en ‘‘Revista de América” de noviembre de 1977 (págs. 32 y 33) donde caracterizan del siguiente modo el frente del FSLN con la burguesía opositora: "Por la presencia en él de notorios personajes reaccionarios, por su ligazón con los planes de la Casa Blanca, el frente opositor tiende a constituirse en una especie de ‘‘Frente Democrático…” Sin embargo, esta definición no debe ocultar a los marxistas revolucionarios de Nicaragua que se trata de un fenómeno contradictorio. Regresivo en tanto hace parte de la estrategia mundial del imperialismo yanqui, pero enormemente progresivo en tanto puede llevar al fin de la dictadura somocista y a detonar —antes o después— un pujante movimiento de masas en el país” (subrayado nuestro). No debe sorprender que el morenismo oculte un texto en el que se dice la barbaridad de que un frente con el imperialismo yanqui puede ser progresivo.


El recopilador ridiculiza la posición de Fausto Amador, “principal vocero de la política del SU”, por criticar los métodos del FSLN y pronosticar, después de la derrota de la ofensiva del FSLN de mediados de 1978, que las masas nicaragüenses en lo inmediato no volverían a ponerse en acción. Pero ésta fue una apreciación compartida por la FB. En un informe interno de la ex-FB se dice textualmente: “Setiembre fue una aventura, caracterizada incluso militarmente por la precipitación y la improvisación … No puede excluirse, retrospectivamente, que esta aventura obedeciera a una presión externa con rasgos de provocación vehiculada por los gobiernos “democráticos” de América Latina y el ala abiertamente burguesa del FSLN. En setiembre, el imperialismo, por medio de Somoza, consigue imponer un sangriento margen de destrucción y desmoralización de las masas, corta el impulso ascendente, impone un reflujo, temporal, pero agudo”. Esto tampoco ha sido “recopilado” por el “recopilador”.


El "recopilador” señala que la corriente morenista fue la única que alertó contra la posibilidad de que, como resultado de la caída de Somoza, se formara un gobierno burgués. Pero en el libro no figura la declaración del PST argentino de junio de 1979 donde se saluda a los gobiernos de "México, Venezuela, Panamá y Costa Rica… como una gran ayuda para el derrocamiento del siniestro dictador", cuando estos gobiernos fueron los artífices del pacto de garantías del FSLN con la burguesía latinoamericana “democratizante”, que fue la base de la constitución del gobierno burgués.


El segundo volumen está consagrado a la Brigada Simón Bolívar, con relatos V supuestos testimonios, pero no se public3 lo fundamental, es decir, el balance que e PST colombiano escribió luego que fueran expulsados de Nicaragua. Este documento, aunque contiene también la cantinela del supuesto internacionalismo de la BSB, se ve obligado a reconocer que BSB estuvo disuelta políticamente en e Sandinismo. "¿Cómo nos veían los trabajadores…? -se pregunta el documento”… como los mejores del FSLN… No decíamos en forma sistemática, por lo menos 3 los sectores de vanguardia que ligábamos con nuestro trabajo, que el gobierno de Reconstrucción Nacional era burgués y el FSLN su principal sostén… siempre tuvimos tendencias a disolvemos en el FSLN…”.


Más importante es la conclusión del documento: plantea que lo correcto hubiera sido disolver formalmente la BSB, cuestión que no hicieron por "el inmenso factor propagandístico que significaba internacionalmente", esto es, para la labor faccional dentro del SU.


Se vuelve a insistir también en que la revolución nicaragüense permitió un nuevo reagrupamiento internacional del trotskismo, con la fusión del ex-Corci, la ex FB y la TLT.


Inútil es buscar en los dos volúmenes un texto común de estas tendencias sobre Nicaragua, y esto por la simple razón de que nunca pudieron llegar a un acuerdo sobre esa cuestión, lo que sirve para corroborar que se trató de un acuerdo oportunista y faccionalista. Basta señalar que se publican acusaciones a Fausto Amador, dirigente de la TLT, de ser un “colaborador de Somoza”, mientras que en la introducción se dice que con la TLT (cuyo principal dirigente era, precisamente, Amador) y el ex-Corci tuvieron un acuerdo principista sobre Nicaragua.


Lo que tenemos en estos dos volúmenes es la técnica del embuste para incautos, que es la que caracteriza al morenismo.

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