“Tuvo suerte y tuvo olfato y tuvo ganas. Escaló sobre la base de sus aptitudes para establecer relaciones y entrar rápido en espacios donde había cosas en juego. En el camino, dejó un tendal de promesas y de aliados que caían en la intrascendencia. Pero, casi siempre, leyó con certeza las coordenadas de una geografía de apellidos que le permitirían arribar rápido a la figura de poder.” (Genoud, pag.49)
El reciente libro de Diego Genoud, es un importante aporte periodístico que nos permite zambullirnos en la historia política de Sergio Massa, un auténtico carrerista de la política capitalista cuya historia nos habilita a comprender un escenario más amplio de muchos de los actuales dirigentes políticos quienes comenzaron a militar en el liberalismo de la UCeDé y hoy se encuentran en el macrismo y el peronismo. El autor nos grafica una cartografía de las relaciones de poder entre empresarios, medios de comunicación, la embajada de Estados Unidos y la iglesia católica en la carrera política de Sergio Massa.
Con suspicacia e ironía el autor relata cronológicamente los comienzos del actual ministro candidato del Peronismo, un militante liberal que supo construir relaciones desde su juventud que le permitieron ascender y relacionarse con importantes empresarios y políticos a nivel nacional e internacionales.
Su origen liberal
Sus comienzos arranca en la UCeDé, partido liberal dirigido por Álvaro Alsogaray, político de larga carrera como funcionario de la Revolución Libertadora, el gobierno de Frondizi y de la dictadura de Onganía, en la juventud liberal comenzó su camino ascendente rodeado de personajes como Eduardo Feimman. Desde sus comienzos Massa tenía claro el rol elemental de los medios de comunicación con quien comenzó a tejer amistades, debutando como invitado en “Tiempo Nuevo” de Bernardo Neusdtadt.
El proyecto de una derecha moderna perdió lugar en el espacio político con el ascenso de Carlos Menen, por lo que Massa supo dar el salto al peronismo, un pase orquestado por el burócrata sindical Luis Barrionuevo y la actual diputada de Juntos por el Cambio Graciela Camaño. En 1996 se integra al comité de campaña de Palito Ortega dirigido por Barrionuevo y compuesto por Jorge Capitanich, Diego Santilli y Horacio Rodríguez Larreta. Con 26 años, Massa es integrado a la lista de diputados provinciales por la primera sección electoral, ingresando por primera vez al poder legislativo.
Se banca con todos los medios y los empresarios
Quien banca a Massa y porque lo banca es un eje ordenador de este libro. Sergio Massa, como buen político del empresariado, siempre supo que el estado capitalista necesita de distintos medios de explotación indirectos para sostener la explotación de clase. Su amistad con los grandes medios está llena de negocios, acuerdos y concesiones. Ni bien asumió la intendencia de Tigre, entregó a Daniel Hadad, ex dueño de radio 10, la concesión de las cámaras de seguridad, a Sergio Szpolski le entregó la señalética del municipio y la revista Veredas de Tigre, y a Alberto Pierri le autorizó el cableado para su empresa Telecentro y le abrió la puerta al distrito cuando eliminó la exclusividad que tenía Cablevisión.
Su cartera de amistades incluye a Cristóbal López, dueño de acciones de Trilenium de Tigre, quien le ofreció a Massa financiar parte de su primera campaña presidencial; Raúl Olmos, presidente del grupo dueño de Crónica y BAE. En sus años como jefe de gabinete de Cristina Fernández, Massa heredó de Alberto Fernández la relación con Jorge Rendo, nexo principal con el grupo Clarín. Pero sin dudas, los grandes aportistas del proyecto del Frente Renovador fueron Daniel Vila y José Luis Manzano, dueños del grupo América y desde el 2022, de la distribuidora de Edenor.
De las grandes bancadas de Massa el más importante fue Jorge Horacio Brito, dueño del banco Macro e histórico presidente de la asociación de Bancos Argentinos (Adeba), quien fundó su primera financiera en 1976, convivió con todos los gobiernos y se acercó lo máximo que pudo a todos los presidentes. La alianza Brito-Massa se selló en los años en que estuvo al frente del Anses donde decidió transferir el pago de los jubilados a las sucursales de los bancos privados nacionales, en especial el Macro y Supervielle. En esos años además el banco Macro se convirtió en el sponsor de la camiseta Club Tigre. Tiempos donde Amado Boudou figuraba como tesorero del club, pero no firmaba los balances.
Un libro dedicado a un arribista del poder es un trabajo que nos permite recorrer las idas, vueltas, acomodamientos y rupturas de Massa según su conveniencia para avanzar en su carrera como político. Quizás uno de los momentos más épicos de ese camino fue cuando rompe con el kirchnerismo, formando el Frente Renovador teniendo como uno de sus principales socios políticos, a Joaquín de La Torre, el representante del fascismo clerical ex intendente de San Miguel, cuyo clan familiar sigue dirigiendo el distrito anti derecho. El triunfo de Massa sobre Cristina en el 2013 fue una muestra del corrimiento de gran parte de la burguesía argentina en apoyo a Massa, quien acumulo de su lado a Vila-Manzano, Paolo Roca, Alberto Pierri, Brito y José de Mendiguren, el petrolero Bulgueroni, el dueño de Pampa Energy, Marcelo Mindlin, David Martinez dueño del fondo Fintech, aquellos grandes dueños de la economía argentina a los que se refirió Cristina Kirchner como los titulares que orquestaron el triunfo de Massa.
“Como el banquero Brito, como el accionista principal de telecentro, como el multirrubro José Luis Manzano, Massa se inspira en esas criaturas anfibias del poder que habitan en la frontera porosa de la política y los negocios, hasta convertirse en parte del ecosistema.” (Genuoud, pag.122)
Quien supo interpretarlo como un carrerista inescrupuloso desde un principio de su relación, fue otro político capitalista profesional que transitó del menemismo al modelo de contención kirchnerista tras la crisis del 2001, como un buen camaleón al servicio de las necesidades del capital. Fue Néstor Kirchner quien decía que Massa era más hijo de puta que él: sostiene el autor que Kirchner siempre mantuvo una relación de desconfianza ante Massa.
El Miami de Tigre un modelo de especulación y segregación territorial
Afirma Genound que una de las pasiones de Massa además del poder y los negocios, es viajar a Miami donde se encontraba frecuentemente con sus amigos Horacio Rodriguez Larreta, Jorge Brito. Como gran político capitalista supo hacerse de las relaciones necesarias para mantener una vida burguesa volando en aviones privados del banco Macro desde el aeropuerto de San Fernando directo a Miami.
El poder que construyó desde la intendencia se explica en gran parte por los grandes negociados inmobiliarios que desarrolló imitando la arquitectura de Miami. En 2013, tres meses antes de romper con el Kirchnerismo, Massa convocó a cien desarrolladores inmobiliarios para invertir en Tigre. Ese mismo año el gobierno de Scioli aseguraba que Tigre destinaba el 40 % del territorio al 5% de la población. En el 2015 en el distrito se encontraban el 11 % de los barrios cerrados de toda la provincia. De las urbanizaciones de Tigre, la secretaría de planeamiento bonaerense solo tiene algunos datos ya que Felipe Sola como gobernador de la provincia de Buenos Aires firmó por decreto un convenio de descentralización de la aprobación de countries. La ley de hábitat sancionada en el 2012, que planteaba que los proyectos inmobiliarios de countries, hipermercados y clubes de campo que ocupen más de cinco mil metros cuadrados, tienen que ceder el 10 % de sus terrenos para loteos populares, nunca fue aplicada en el distrito con más proyectos inmobiliarios de la provincia.
El proyecto Miami tuvo como uno de los grandes inversores a quien luego iba a terminar siendo uno de sus asesores ad honorem de la jefatura de gabinete, Jorge O Relly, egresado de la misma escuela que Mauricio Macri, desarrollador inmobiliario, ex jugador de rugby y supernumerario del Opus Dei.
El Miami del conurbano se desarrolló a costa de las denuncias de las asambleas ambientalistas: los enormes barrios privados se construyeron sobre pantanos y humedales, las inundaciones son consecuencia de la transformación de arroyos y humedales. Tigre es el modelo de segregación territorial: grandes muros, barreras y guardias de seguridad dividen el tigre de la especulación, las viviendas vacías, y alquileres caros, del Tigre de los sectores populares sin urbanización.
Tolerancia Cero, la guerra contra los delincuentes
El Massa derechista el cual en tiempos de candidatos intenta matizar con otros discursos es unos de sus fuertes perfiles, que Diego Genoud nos refresca con su libro. Con su triunfo como intendente lo primero que hizo fue instalar quinientas cámaras de seguridad en el distrito, catapultando la idea de tolerancia cero a los delincuentes, junto a las cámaras creó la policía local, el COT. Con la agenda de tolerancia cero aparecieron las denuncias de vecinos quienes afirmaban que la policía perseguía a los pibes de los barrios pobres por portación de cara.
El carácter derechista de sus políticas de seguridad se profundizó con la presentación del proyecto de reforma del código procesal penal. El tigrense decía hablar en nombre de las víctimas y en contra de la llamada “puerta giratoria”, por lo que quería aumentar la velocidad de los juicios, cediendo poder de investigación a los fiscales y jueces, y endureciendo las penas para los extranjeros, para debatir el proyecto de reforma fueron parte de un plantel abogados de espurios antecedentes: defensores de la última dictadura, opositores a las leyes de aborto e identidad de género.
Los amigos de la embajada
Massa supo presentarse con todas las alas del poder imperialista, a través de operadores como Hadad y Manzano, llegó a senadores anticastristas como Robert “Bob” Menéndez. En el 2009, seis meses después de su renuncia a la jefatura de gabinete, ofició de anfitrión de una almuerzo con Vilma Martínez y Tom Kelly de la embajada yanqui, de esos encuentros los cables Wikileaks registran los dichos de Massa despotricando contra el kirchnerismo. O Reilly el especulador inmobiliario de Tigre, miembro del Opus Dei se transformó con la candidatura de Massa a presidente en el 2015, en el nexo con la embajada yanqui. En relaciones internacionales, Massa tomó posiciones proyanquis en relación con Venezuela reconociendo la presidencia de Juan Guaidó. Fue al acto de asunción de Donald Trump, pero también se fotografió en la movilización de mujeres contra el ascenso del derechista.
En su zigzagueo con el entonces presidente Mauricio Macri, votó en el congreso una lista de leyes durante los primeros dos años del gobierno, y co gobernando con María Eugenia Vidal desde la cámara diputados bonaerense, votando el presupuesto, la toma de deuda, la ley impositiva. Así el camaleón Massa pudo llegar a las grandes ligas de la élite financiera internacional, en su viaje a Davos junto a Mauricio Macri (después que este asumiera como presidente), Marcelo Mindlin, Julia Awada y un grupo de ministros y macristas, Massa se presentaba ante el gran capital financiero como el nuevo peronista moderno.
Fuera los políticos capitalistas
Con la crisis del gobierno macrista el arribista supo que tenía que ir corriéndose. A fines del 2016 se configuró el principio del Frente de Todos. Por primera vez desde la era de Macri presidente Juntos por el Cambio perdía en el congreso en la votación de la rebaja del pago de ganancias ante el bloque kichenerista, massista y el pj justicialista: el barco amarillo se empezaba a hundir.
La crisis de Juntos por el cambio avanzaba, y Massa tenía un doble frente para ir explorando un futuro acuerdo político, por un lado, sostenía alianzas con el PJ opositor de Pichetto, Schiaretti y Urtubey, y por su parte mantenía relaciones con Larreta y Vidal. Finalmente, esas posibilidades naufragaron, la avenida del medio no tenía lugar entre la polarización de Macri, Fernández- Fernández.
Con una nueva estrategia, a través de su nuevo aliado, Máximo Kirchner, vuelve al peronismo. Desde su lugar de presidente de la Cámara de Diputados, mantenía un perfil bajo, pero en paralelo a los fracasos de negociación de Martín Guzmán sobre la negociación de la deuda externa el entonces jefe de la cámara viajaba a Estados Unidos como un embajador paralelo, aprovechando su relación con la embajada. Con la agudización de la crisis del gobierno del Frente de Todo y el enfrentamiento entre los Fernández, Massa supo erigirse entre los escombros del gobierno apoyado fuertemente por la burguesía nacional y el FMI.
Como ministro-quasi presidente, Massa fue ungido por Cristina y Alberto Fernández para rescatar los acuerdos con el FMI que habían entrado en crisis bajo la gestión de Guzmán. En lugar de repudiarlos, Massa los avaló y renovó.
El tiempo de Massa empezaba una agenda que profundizaba los ataques al bolsillo popular, con achicamiento del gasto primario en el orden del 24,3 %, ajuste concentrado en la obra pública, las asignaciones familiares y por hijo, etc., junto con medidas acorde a la burguesía del agro negocio cediendo a la devaluación mediante mecanismos diferenciales como el dólar soja. Un modelo inflacionario que destruye las condiciones de vida de los sectores populares ante salarios que no aumentan al ritmo de la inflación. Los acuerdos establecidos con el FMI sostienen a Massa precariamente y lo llevan también a pagar “precios políticos” al imperialismo, como su alineamiento con la salvaje ofensiva sionista contra el pueblo palestino (promesa pública de declarar a Hamas como organización terrorista, etc.).
La hora de Massa, la hora del gobernar para sus amigos empresarios y la embajada yanqui
El trabajo de Diego Genound nos permite entender la naturaleza de un político capitalista, Sergio Massa es un modelo de pragmatismo al servicio de su propia carrera. El capitalismo para reproducirse necesita de un estado con funcionarios que a partir de la política hagan carrera con los sectores de poder sirviéndole a sus negociados y que a su vez ser políticos para los capitalistas los perpetúe en ese lugar de privilegio, una relación simbiótica al servicio del capital.
Leer a Diego Genoud, es una invitación a sacarnos a los políticos capitalistas de encima, para tal fin necesitamos construir una alternativa política de los trabajadores y los sectores populares de manera independiente a los partidos patronales y sus políticos para que de una buena vez por todas gobernemos para las mayorías trabajadoras.