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La lucha de las mujeres en la era Milei

Argentina es un paĆ­s de referencia en el mundo por su tenaz y triunfante lucha por el aborto legal entre los aƱos 2018 y 2020. TambiĆ©n lo es por tener los niveles inflacionarios mĆ”s altos del mundo, un tema que convoca a economistas de todo tipo a investigar el fenĆ³meno. Finalmente el paĆ­s  tambiĆ©n estĆ” presente en los medios internacionales por el triunfo de un presidente que estĆ” dispuesto a concretar las peores barbaridades para responder al apetito econĆ³mico del FMI, de financistas, especuladores inmobiliarios y empresarios monopĆ³licos de diferentes rubros. 

En el marco de medidas econĆ³micas y de ā€œreestructuraciĆ³nā€ del Estado que son eminentemente medidas de transferencia de recursos a patronales y al FMI, el presidente ultraderechista Javier Milei encabeza una cruzada contra las mujeres y diversidades como parte de su maquinaria polĆ­tica para cumplir con sus objetivos estratĆ©gicos en beneficio del capital financiero y de grandes monopolios. Esta orientaciĆ³n no es la de un marginal de la polĆ­tica. Sus principales aliados son el imperialismo norteamericano, el genocida Israel, la derecha espaƱola de Vox, el presidente fascista de Ucrania, Zelensky y grandes empresarios como Ellon Musk. Luego del ascenso del movimiento de mujeres que logrĆ³ conquistas en Argentina y en el mundo y que emergiĆ³ como un factor de la realidad polĆ­tica de diferentes paĆ­ses, la polĆ­tica derechista tomĆ³ la forma de un contrapunto con este movimiento que polĆ­ticamente no se identificĆ³ con esas derechas. 

La derecha de los aƱos 80 tuvo una prĆ©dica bastante similar en muchos aspectos, con referencias como la de Ronald Reagan, de quien fuera asesor el economista Milton Friedman, un liberal de referencia para Milei (en homenaje a Ć©l uno de sus perros lleva el nombre Milton) y Margaret Thatcher, la primera ministra de Inglaterra que llevĆ³ adelante la Guerra de Malvinas, a la cual Milei tambiĆ©n dedicĆ³ palabras de admiraciĆ³n. En Argentina fue Menem quien recogiĆ³ el guante de esta orientaciĆ³n hoy reivindicada por Javier Milei. Todo el peronismo/kirchnerismo que gobernĆ³ con posterioridad, fue menemista en los 90 y acompaĆ±Ć³ aquel proceso privatizador.  Menem tuvo su propio perfil mileista, instalĆ³ el dĆ­a del no nato, inaugurĆ³ el Consejo Nacional de las Mujeres con una orientaciĆ³n catĆ³lica de derecha que se mantuvo con ese perfil hasta el gobierno de Cristina Kirchner, Ć©poca en la que estallĆ³ el primer ā€œNi Una Menosā€, prometiĆ³ vuelos a la estratĆ³sfera, se paseaba con famosos que alimentaron fuerte su costado farandulero, volĆ³ una ciudad como RĆ­o Tercero para ocultar el trĆ”fico de armas y se llamĆ³ a silencio ante el asesinato de su hijo. Y, por supuesto, llevĆ³ adelante una polĆ­tica de privatizaciones de empresas estatales, incluyendo el ingreso de la ā€œjubilaciĆ³n privadaā€, con su caudal de despidos y miseria que determinĆ³ la creaciĆ³n del movimiento piquetero de desocupados, protagonista de las luchas de los siguientes 25 aƱos.

Este espacio tuvo otras expresiones en AmĆ©rica Latina, como la de Fujimori, que dejĆ³ huellas importantes en el cambio de rĆ©gimen polĆ­tico y social del PerĆŗ y que hoy es tomado como referencia por quienes gobiernan la Argentina. La reacciĆ³n peruana tambiĆ©n tuvo graves consecuencias para el movimiento de mujeres: ese paĆ­s se convirtiĆ³ en la cuna del ā€œcon mis hijos noā€, una campaƱa internacional apalancada fuertemente desde sectores evangĆ©licos y catĆ³licos, contra ā€œla ideologĆ­a de gĆ©neroā€ y las instrucciones escolares tendientes a desarmar mitos y a proveer informaciĆ³n en el terreno de las relaciones humanas sexuales y de gĆ©nero y que ha permitido en muchos casos, liberar a niƱos del yugo del abuso intrafamiliar. 

La ā€œbatalla culturalā€ contra ā€œla ideologĆ­a de gĆ©neroā€

Aunque Javier Milei trabaja una agenda rabiosamente capitalista en nombre del ā€œliberalismoā€, ā€œlibertarianismoā€, ā€œanarcocapitalismoā€ y otros rĆ³tulos, algunos robados a corrientes que representan su opuesto, no se ha privado de plantear y repetir que estĆ” en contra del aborto legal, la perspectiva de gĆ©nero y de la igualdad salarial entre hombres y mujeres. A esto le suma su negacionismo sobre el cambio climĆ”tico y su intento de impugnar el rumbo que tomĆ³ la lucha por los derechos humanos en nuestro paĆ­s, que colocĆ³ al Estado genocida en el centro de la denuncia de quienes fueran las vĆ­ctimas de ese aparato criminal. En el terreno de las libertades, promueve el gatillo fĆ”cil y todo tipo de arbitrariedades de las fuerzas represivas del Estado. 

La ā€œbatalla culturalā€ (concepto robado al marxista italiano Antonio Gramsci) que Milei pretende encabezar, tiene todos los condimentos del predicamento de una clase social poderosa que busca enfrentar a los sectores populares detrĆ”s de teorĆ­as inventadas, principios que no son tales y un modelo social que permite un mayor dominio y control social de la poblaciĆ³n.  La Ć©pica de la ā€œbatallaā€ no cuenta cuando quien encarna esas posiciones reaccionarias y busca extenderlas a toda la sociedad, es quien detenta el poder econĆ³mico y el del aparato del Estado. La batalla contra la ā€œideologĆ­a de gĆ©neroā€, busca desatender una demanda concreta de discriminaciĆ³n, muerte y tutelaje que el rĆ©gimen capitalista le destina a las mayorĆ­as de las mujeres porque esta es una de las formas del control social. En nombre de la libertad y con fuertes frases contra el Estado, Milei usa a fondo el aparato del Estado que dice detestar para amordazar posiciones, digitar los precios de los salarios, atacar a individuos, impedir movilizaciones y muchas otras iniciativas en las que refuerza el poder del Estado frente a los individuos. El relato de Milei es puro verso que busca mantener en su campo a quienes ven la realidad muchas veces inventada a travĆ©s de redes sociales. El Estado es una herramienta de la clase social que lo domina, la clase capitalista y siempre lo ha sido. Milei intenta profundizar esta funciĆ³n. 

Milei niega la brecha salarial. Esta se deduce de una descripciĆ³n objetiva de la realidad, las mujeres econĆ³micamente activas, tomadas globalmente, ganan un 25% menos que los hombres segĆŗn el INDEC. Entre los deciles poblacionales mĆ”s empobrecidos la brecha asciende por encima del 40%.  En sus intervenciones pĆŗblicas, Milei ha tergiversado los datos con aires de acadĆ©mico indignado para sostener su tergiversaciĆ³n de la realidad. A modo de respuesta en varias oportunidades, incluido el debate presidencial,  afirmĆ³ que si la mujer ganara menos que el hombre los empresarios contratarĆ­an a mĆ”s mujeres. En todos los casos se riĆ³ satisfecho con su afirmaciĆ³n y casi nunca su interlocutor lo ubicĆ³ en la realidad. 

La distinciĆ³n de los roles sociales atribuidos a las mujeres de la clase trabajadora que llevan a constituir la brecha salarial, estĆ” bastante a la vista y no es de tan difĆ­cil comprensiĆ³n. El acceso al trabajo para las mujeres que tienen a su cargo el 75% de la tareas de cuidados domĆ©sticos y sobre las que recae la reproducciĆ³n de la fuerza de trabajo, es mĆ”s errĆ”tico, estĆ” sometido a esas tareas y tiene consecuencias directas ya sea porque el capital se aprovecha de estas vulnerabilidad o porque discrimina a las reproductoras al interior de las empresas. Las grandes fĆ”bricas, en las que prima el trabajo registrado y que escasean fuerte en nuestro paĆ­s, estĆ”n repletas mayoritariamente de hombres. Las mujeres son menos productivas de acuerdo a la concepciĆ³n del capital, faltan mĆ”s por tener a su cargo los cuidados familiares, se ausentan mĆ”s tiempo si deciden maternar y tienen menos tiempo para dedicarle a la formaciĆ³n que ciertas tareas requieren. Esto hace que incluso aquellas que logran ingresar a Ć”mbitos con derechos laborales, mejores remuneraciones y salarios en blanco no puedan acceder a las tareas mejor remuneradas. Por otra parte, el mercado laboral feminizado es precario y el que no lo es, tiene como caracterĆ­stica salarios menores (docencia). El peso de estos trabajos peor remunerados recae mayormente sobre las mujeres. La brecha estĆ” constituida por estos factores y no porque un patrĆ³n vaya a pagarle menos por la misma tarea a las mujeres (aunque incluso esto pasa en algunos casos de total arbitrariedad patronal).

El caso de las trabajadoras de casas particulares ilustra esta realidad de forma brutal. El 95% son mujeres y representan el 17% de la poblaciĆ³n femenina econĆ³micamente activa que tiene salarios que estĆ”n hoy significativamente por debajo de la lĆ­nea de indigencia. El contexto social las obliga a aceptar ingresos por $1500 la hora. En la Ćŗltima asamblea de trabajadoras de casas particulares del gremio SiTraCP, (Sindicato de Trabajadoras de Casas Particulares) que conformamos junto a compaƱeras militantes de la organizaciĆ³n social y piquetera Polo Obrero, una trabajadora contaba su caso: debĆ­a viajar desde la zona sur de Caba hasta Pilar, en la zona norte de PBA. Sus viĆ”ticos se incrementaron en la medida del tarifazo del 300% impuesto por Milei y su empleadora, accionista de un pool de empresas internacionales con radicaciĆ³n en argentina, no estĆ” dispuesta ni a pagarle un sueldo digno ni a registrarla. Esta realidad que se arrastra desde siempre es la que quiere negar Milei.

Esa regulaciĆ³n del Estado si la vemos

En el aƱo 2013 se aprobĆ³ la Ley de RĆ©gimen Laboral para trabajadoras de Casas Particulares. Dicho rĆ©gimen ha sido regulado desde entonces por un organismo (Consejo Nacional de Trabajo en Casas Particulares) con mayorĆ­a de representaciĆ³n del Estado que se encargĆ³ de establecer un techo salarial que mantuvo estos ingresos durante todos estos aƱos, en la lĆ­nea de indigencia. El funcionario a cargo de dicha ComisiĆ³n bajo el peronismo, Roberto Picozzi, sigue en funciones con esta gestiĆ³n y hoy opera como garante de la miseria salarial del Plan Milei como antes lo hacĆ­a con el gobierno peronista. Las funcionarias del ministerio de las Mujeres y Diversidades creado en 2019 y ahora disuelto por Milei, hablaron muchas verces sobre las ā€œtareas de cuidadosā€ pero jamĆ”s de las Trabajadoras de Casas Particulares, las mujeres que no tienen garantizados los cuidados de su propio nĆŗcleo familiar y deben vender su fuerza de trabajo a niveles de esclavitud para atender las tareas de cuidados de otros sectores sociales. 

La defensa propagandĆ­stica del Programa ā€œRegistradasā€ por parte del feminismo peronista que integrĆ³ el gobierno de Alberto FernĆ”ndez, Cristina Kirchner y Sergio Massa, (programa de subsidio patronal que se suponĆ­a impulsarĆ­a el incremento de la registraciĆ³n),  dejĆ³ en evidencia el desinterĆ©s por resolver la vulnerabilidad de estas mujeres frente a sus empleadores/as. En 2023 se alcanzĆ³ el nĆŗmero mĆ”s bajo de trabajadoras registradas desde 2019 (28566 registradas menos) frente a un crecimiento de 140 mil trabajadoras sin registrar. Desde las polĆ­ticas gubernamentales de quienes decĆ­an defender a las mujeres, sĆ³lo se tomaron medidas que empeoraron su situaciĆ³n, como el empobrecimiento que produjo el pago al FMI. Analizar estos casos nos permite entender mĆ”s de cerca por quĆ© ocurriĆ³ el advenimiento de un Milei al poder. Mantener en la indigencia el salario de las TCPs es una medida de regulaciĆ³n del Estado para que el salario general se mantenga bajo. Lo hizo Cristina Kirchner, lo hizo Mauricio Macri, tambiĆ©n Alberto FernĆ”ndez y hoy lo hace Javier Milei, todos usan el Estado para controlar un precio fundamental, el de los salarios a travĆ©s de un precio de referencia, el de las TCPs que incide en todos los demĆ”s precios. Esto vale para recordarles a los que plantean que Milei no interviene en los precios de la economĆ­a, que si lo hace, y lo hace para, por ejemplo, afectar la vida de las trabajadoras mĆ”s vulnerables. 

Con su mentira sobre la inexistencia de la brecha salarial Milei busca cumplir un objetivo polĆ­tico central: penetrar entre las masas con la idea de que las mujeres que luchan mienten para victimizarse y asĆ­ consigue educar a mĆ”s sectores bajo principios misĆ³ginos y fomentando el choque entre sectores sociales que debieran unirse contra sus polĆ­ticas hambreadoras.   

MƔs ataques a las mƔs pobres

Entre los hogares monomarentales de nuestro paĆ­s, los dirigidos por mujeres tienen a mĆ”s de 1.7 millones de niƱos entre los cuales el 70% era pobre hace un aƱo atrĆ”s y hoy lo es aĆŗn mĆ”s. Los hogares a cargo de mujeres son mĆ”s pobres. Aunque la realidad muestra esto, el gobierno acaba de dar de baja sin avisar el cobro de planes por parte de mujeres que cobran alimentos mediante embargos judiciales, una atrocidad conceptual y material. MĆ”s chicos estĆ”n cayendo aĆŗn mĆ”s en la indigencia como fruto de la decisiĆ³n de sacarles a sus madres un plan social de 70 mil pesos. Con estas medidas Milei busca ser el referente de una poblaciĆ³n educada en lo mĆ”s rancio de la reacciĆ³n contra las luchas de las mujeres, punto de vista que estĆ” muy presente entre sectores educados en el catolicismo, un lobista central de estas posiciones dentro del Ć”mbito de la justicia. Todas estas medidas cumplen centralmente una funciĆ³n polĆ­tica. Con los anuncios de los planes sociales que estĆ”n de baja, lo mĆ”s importantes es inocular en la poblaciĆ³n la idea de que los que se roban la plata del Estado son los pobres y no, por ejemplo, las exenciones impositivas de las que gozan los empresarios y que representan el 3% del PBI. 

El caso de los ataques a la poblaciĆ³n jubilada, tambiĆ©n tiene como centro de su acciĆ³n la acciĆ³n polĆ­tica de culpabilizar a las mujeres de haber trabajado toda una vida sin aportes. El financiamiento del rĆ©gimen de moratoria que permitiĆ³ que alrededor de 5 millones de mujeres accediera a una jubilaciĆ³n mĆ­nima e inferior a ella mientras paga su deuda de aportes, estĆ” compuesto por dos elementos centrales: el pago de las propias mujeres de los aportes no realizados y la redistribuciĆ³n de los ingresos jubilatorios sobre la base de los aportes de los activos y un complemento de recaudaciĆ³n fiscal que proviene mayormente de lo recaudado por IVA, un impuesto regresivo que pagan mayoritariamente la poblaciĆ³n trabajadora. En oportunidad de llevarse adelante por parte del gobierno de Cristina Kirchner seƱalamos que debĆ­an haber impulsado la reposiciĆ³n de aportes patronales o un impuesto especĆ­fico a los sectores que no pagaron aportes patronales y no a sus vĆ­ctimas, las trabajadoras precarizadas. El ataque de Miei a la moratoria, directamente intenta negar el derecho de una trabajadora o trabajador a que el Estado reconozca su responsabilidad sobre el trabajo no registrado y, definitivamente, en el campo de las trabajadoras de casas particulares esta responsabilidad salta a la vista. El Estado nuevamente estĆ” tratando de quedarse con los fondos del ANSES, una caja que no le pertenece, la propiedad privada de los trabajadores, el salario diferido de los que aportaron toda su vida, para darle negociados a los bancos y mostrar un equilibrio fiscal sobre la base del robo a los jubilados y jubiladas y el hambre del pueblo. No defienden la propiedad privada, solo a la de las corporaciones. 

No son cuestiones contradictorias las que representan los apetitos materiales de defensa de los grandes intereses capitalistas y las que construyen el mundo simbĆ³lico y las relaciones sociales. Se trata de polĆ­ticas complementarias. La decisiĆ³n de llevar a un plano superior el beneficio capitalista de una minorĆ­a social exige de parte de sus ejecutores implementar polĆ­ticas que dividan, contrapongan, enemisten a la clase social afectada por semejante transferencia de recursos de la clase trabajadora hacia un puƱado de capitalistas. 

Por su parte, el peronismo que ejecutĆ³ una polĆ­tica rabiosamente capitalista tambiĆ©n, lo hizo en nombre de la defensa de derechos para las mujeres y diversidades a las que finalmente condenĆ³ al hambre y a las que no asistiĆ³ en sus tareas de cuidados y esa defraudaciĆ³n terminĆ³ abriendo paso a un descontento social que decantĆ³ en el mileismo. 

Dijimos ā€œNi Una Menosā€

En el terreno de la aplicaciĆ³n de polĆ­ticas para enfrentar los femicidios, reclamo que fue el gran detonante del Ni Una Menos bajo el gobierno de Cristina FernĆ”ndez de Kirchner, y que dejĆ³ en evidencia la ausencia de polĆ­ticas de su gobierno, Ć©sta defraudaciĆ³n se vio con claridad. Como ningĆŗn otro gobierno lo habĆ­a hecho antes, el de Alberto FernĆ”ndez y Elizabeth Gomez Alcorta se alejĆ³ de las vĆ­ctimas de estos dolorosos casos, particularmente frente a aquellos que demandaban la denuncia de elementos del Estado como policĆ­as o funcionarios. El ā€œgobierno de las mujeresā€ dio la espalda a la sobrina de Alperovich que hoy se encuentra atravesando finalmente el juicio contra su tĆ­o abusador. TambiĆ©n lo hizo con la familia de Florencia Morales que fue asesinada por la policĆ­a de San Luis en plena pandemia y a la cual quien fuera luego la Ministra de las Mujeres y Diversidades y antes ministra del Ć”rea en la provincia de San Luis,  Ayelen Mazzina, siempre dio la espalda. Este feminismo estatizado y selectivo, abriĆ³ las puertas a intensas campaƱas en las redes que trataban de mostrar que lo de ellas era un curro y no un grupo que peleaba consecuentemente por las mujeres, y aunque los que armaban las campaƱas actĆŗan de igual manera, lograron su cometido. Las polĆ­ticas prometidas para evitar femicidios, que consistĆ­an en la formaciĆ³n en la educaciĆ³n formal, en la reforma feminista de la justicia y en otras promesas de ese tipo, nunca se materializaron y es lo que explica que desde entonces se hayan mantenido los casos de femicidios en nuestro paĆ­s. Impartir la Ley Micaela mientras se seguĆ­a designando a jueces y fiscales estructuralmente inscritos en los principios de la iglesia catĆ³lica o en un conservadurismo mĆ”s general que da la espalda a estas problemĆ”ticas, es por lo menos una burla a una lucha tan sentida.  En el camino de estas polĆ­ticas quedaron centenares de mujeres honestas y efectivamente preocupadas y abocadas a solucionarle los problemas a otras que tambiĆ©n vieron frustradas sus esperanzas de que desde el poder del Estado se pudiera cambiar las cosas. El #hay2019 generĆ³ esa expectativa que se vio frustrada rĆ”pidamente. 

Sobre esta defraudaciĆ³n calĆ³ hondo el discurso derechista y sobre ella hoy tenemos que enfrentar el envalentonamiento de una fracciĆ³n social que desprecia a las mujeres  y que en definitiva cultiva socialmente la violencia y el odio que traen consecuencias muy nocivas. 

Desde el Plenario de Trabajadoras intentamos hace aƱos instalar el debate al respecto de no luchar por organismos estatales que dependan de gobiernos, sino en poner en pie un organismo autĆ³nomo, que sea electo por las mujeres y que establezca polĆ­ticas concretas y sin seguir el libreto de ningĆŗn gobierno ajustador. La pelea por poner en pie un Consejo AutĆ³nomo de Mujeres y Diversidades es mĆ”s actual que nunca. 

ā€œAsesinas de paƱuelos verdesā€ 

No existe por parte de Milei ninguna convicciĆ³n doctrinaria ni razonamiento que lo lleve a oponerse a que las mujeres puedan decidir abortar si lo necesitan o lo desean. Tampoco estĆ” en sus planes eliminar las causas que fuerzan a mujeres a abortar, por el contrario sus polĆ­ticas tienden a incrementarlas: son causa de abortos los trabajos forzados, los trabajos precarizados, ya que las mujeres o deben ocultar sus embarazos o en muchos casos, los pierden como fruto de sus condiciones de trabajo. Nada de esto es del interĆ©s de Milei ni del amplio campo de los opositores a este derecho. Sus posicionamientos se han conformado sobre la base del oportunismo. Frente a la ola verde habĆ­a que construir un principio de divisiĆ³n social desarrollando a fondo la histĆ³rica posiciĆ³n de partidos tradicionales, iglesias y otras instituciones de poder contrarias al aborto legal.

Que Milei no es un defensor de la vida queda mĆ”s que claro. Las medidas econĆ³micas implementadas por Ć©l incrementaron la pobreza en 13 puntos en apenas dos meses, acumulamos 7 millones de indigentes, de los cuales mĆ”s de 4 millones son mujeres, recortĆ³ especialmente los medicamentos para enfermos de cĆ”ncer, recortĆ³ prestaciones y echĆ³ a trabajadores con discapacidades y la lista de acciones deshumanizantes sigue. 

En el terreno de los seres vivos que dice querer como si fueran sus propios ā€œhijosā€, los perros,  tampoco hay muestras de acompaƱar el pretendido principio de respeto a la vida desde la concepciĆ³n. Las tĆ©cnicas de clonaciĆ³n que el sujeto pagĆ³ (u$s 50 mil)  para conseguir copias de su perro Conan,  producen el descarte de decenas de embriones hasta conseguir su objetivo, sin que al interlocutor de perros muertos se le mueva un solo pelo ante semejante acto de ā€œdestrucciĆ³n masiva de vidaā€. La tĆ©cnica requiere tambiĆ©n de vientres subrogantes, perras hembras que estĆ”n sometidas al encierro y aleatoriamente a gestaciones impuestas para cumplir el capricho de preservar a una mascota. 

Tampoco su posiciĆ³n provendrĆ­a de su pertenencia al liberalismo, ya que aĆŗn los mĆ”s alocados autores a los que Milei rinde pleitesĆ­a, aquellos que plantean la posibilidad de la compra y venta de niƱos, el comercio de Ć³rganos y otras iniciativas de corte rabiosamente capitalista, defienden la prĆ”ctica del aborto. 

Murray Rothbard, uno de los economistas de referencia del presidente, escribiĆ³ que Ā«ningĆŗn ser tiene derecho, sin consentimiento, a vivir como parĆ”sito del cuerpo de otra personaĀ» y que por tanto la mujer tiene derecho a expulsar al feto de su cuerpo en cualquier momento.

La filĆ³sofa Ayn Rand, una referencia del liberalismo, argumentĆ³ que la nociĆ³n de que el feto tiene derecho a la vida es Ā«un sinsentido perversoĀ» y declarĆ³ Ā«un embriĆ³n no tiene derechos… un niƱo no puede adquirir ningĆŗn derecho hasta que ha nacidoĀ». TambiĆ©n escribiĆ³: Ā«El aborto es un derecho moral que deberĆ­a dejarse exclusivamente a discreciĆ³n de la mujer involucrada; moralmente, no se debe considerar nada mĆ”s que su deseoĀ».

Milton Friedman apoyaba el aborto legal y no creĆ­a en la existencia de Dios, aunque su seguidor en materia econĆ³mica decidiĆ³ tomar otro rumbo al respecto. 

En la intervenciĆ³n que el presidente Milei llevara adelante en el colegio catĆ³lico Cardenal Copello dos dĆ­as antes del DĆ­a Internacional de las Mujeres Trabajadoras, realizĆ³ un discurso ā€œantizurdosā€ frente a los jĆ³venes atribuyendo, una vez mĆ”s, una ideologĆ­a izquierdista a fracciones polĆ­ticas que no lo son y hablĆ³ de ā€œlos asesinos de paƱuelos verdesā€ frente a decenas de jĆ³venes, afirmando que podĆ­a explicar su posiciĆ³n contraria a la legalizaciĆ³n del aborto desde varias perspectivas, ā€œmatemĆ”tica, filosĆ³fica y liberal (SIC)ā€ dijo. La imposiciĆ³n de la ideologĆ­a ultraderechista que defiende parte del uso de su lugar como presidente (jefe del Estado) para adoctrinar a jĆ³venes bajo tesis falsas y acusaciones antojadizas. 

La aprobaciĆ³n del aborto legal en 2020, junto al acceso al conocimiento que se difundiĆ³ con la lucha, removiendo mitos e informaciones falsas y el acceso a mĆ©todos anticonceptivos, han hecho disminuir drĆ”sticamente lo que era la principal causa de muerte de mujeres embarazadas (conocida como muerte materna). La muerte y los asesinatos son patrimonio de aquellos que buscan hacer desaparecer este instrumento de acceso a la salud que se ha demostrado efectivo para evitarlos. En la etapa previa a su aprobaciĆ³n se calculaba que casi el 30% de las muertes maternas eran por abortos mal practicados en la clandestinidad. El presidente agita que el aborto es un ā€œhomicidio agravado por el vĆ­nculoā€ con pretensiones de originalidad. En este punto coincide con la vieja casta gobernante que se encargĆ³ desde siempre de colocar en el aparato judicial a muchos fiscales y jueces que han condenado por ā€œhomicidio agravadoā€, artĆ­culo 80 del cĆ³digo penal, a miles de mujeres en el paĆ­s a travĆ©s de los aƱos. Es tambiĆ©n la vieja casta polĆ­tica y sus socios clericales, la que colocĆ³ a estos  elementos en los hospitales pĆŗblicos que antes de la aprobaciĆ³n del aborto legal y en menor medida aun hoy, se dedican a perseguir a mujeres pobres para buscar aleccionarlas de que no se practiquen abortos. Esta acciĆ³n llegĆ³ a concretarse secuestrando a niƱas dentro de hospitales o fuera de ellos, denunciĆ”ndolas frente al poder judicial o directamente persiguiĆ©ndolas en sus entornos familiares. En el caso de la niƱa Lucia en TucumĆ”n, la actual Intendenta de San Miguel de TucumĆ”n de UniĆ³n por la Patria, Rossana Chahla, bajo la gobernaciĆ³n de Juan Manzur, extorsionaba econĆ³micamente a familias pobres para desanimarlas a que hijas menores violadas se practicaran abortos. Aunque estas prĆ”cticas fueron moneda corriente en clĆ­nicas privadas lo cierto es que estos sectores reaccionarios apalancados por el aparato del Estado, nunca se metieron con las mujeres de clases sociales altas. Milei atrasa, no representa ninguna orientaciĆ³n original y finalmente fomenta prĆ”cticas que termina repercutiendo en el incremento del gasto pĆŗblico que tanto dice querer disminuir, porque es ese sistema de salud el que recibĆ­a a las niƱas, adolescentes y mujeres con complicaciones por abortos clandestinos, que traen aparejados tratamientos largos y costosĆ­simos cuando lograban sobrevivir. El gasto del Estado es mayor con aborto clandestino que con aborto legal. 

El incremento del beneficio capitalista requiere de un verdadero plan de guerra contra los trabajadores. Durante el aƱo 2023, cuando la polĆ­tica econĆ³mica de Massa produjo el ingreso de 2 millones de personas a la pobreza, sumando 22 millones de pobres en el paĆ­s, la polĆ­tica gubernamental permitiĆ³ a los bancos obtener los mejores rendimientos de los Ćŗltimos 13 aƱos, apalancados en los beneficios de los bonos en pesos indexados. La polĆ­tica criminal de Milei estuvo precedida por un enorme beneficio que el gobierno peronista le habilitĆ³ a lo mĆ”s rancio de las patronales. Ahora Milei, el tirano ā€œanarco capitalistaā€, va por mucho mĆ”s. 

El presidente Milei asegura hablar con su perro muerto. Su basamento doctrinario religioso, compuesto incluso por la adhesiĆ³n a doctrinas contrapuestas, le permite tomarse licencias espirituales. El hombre no oculta su desinterĆ©s por los enfermos oncolĆ³gicos que no estĆ”n recibiendo medicamentos, ni tampoco la expulsiĆ³n de trabajadores con discapacidades del organismo que debĆ­a atender esa problemĆ”tica y menos para con las personas con SĆ­ndrome de Down, de quienes no ha tenido problema en burlarse, tampoco por aquellos que se inscriben entre el 15% de indigentes que no pueden comer y menos por las violencias especĆ­ficas que sufren las mujeres, claro. Una caracterĆ­stica que comparte con gran parte de los polĆ­ticos capitalistas. Sin embargo, como en todo, Milei exacerba lo peor del capital y se muestra dispuesto a llevarlo al paroxismo. Mientras que Marx tomaba la cita de Terencio Africano para describir el principio polĆ­tico y filosĆ³fico que lo regĆ­a, afirmando que ā€œNada de lo humano me es ajenoā€, Milei representa su opuesto: enaltece lo doctrinario que es lo opuesto al pensamiento crĆ­tico y libre y es profundamente insensible con los mĆ”s vulnerables. A Milei, todo lo humano le es ajeno. 

Iglesia y Estado, asuntos no tan separados

Milei ha elegido manipular el mundo religioso para entrar a sectores populares por esa puerta. En su viaje inaugural como presidente llorĆ³ escandalosamente frente al Muro de los Lamentos acompaƱado por sionistas que se encuentran ejecutando un genocidio en Palestina y luego se desarmĆ³ ridĆ­culamente frente al Papa Francisco al que habĆ­a calificado como ā€œla representaciĆ³n del maligno en la tierraā€. Mientras que quienes son sus aliados en el gobierno como el ā€œpadre del liberalismoā€ vernĆ”culo Benegas Lynch pertenece a una lĆ­nea interna de la iglesia catĆ³lica opositora al sector de Bergoglio, su punto de encuentro con el sector bergoglista es sin lugar a dudas su militancia contra los derechos de las mujeres. Fueron los ā€œcuras villerosā€ afines a Francisco los que encabezaron esta pelea junto a sectores evangĆ©licos reagrupados en ACIERA, que reagrupa a 15 mil templos en nuestro paĆ­s y segĆŗn ellos, administran 750 comedores populares en el paĆ­s. Estos sectores fueron todos largamente financiados por el gobierno de Alberto FernĆ”ndez. Las reuniones entre Aciera y el presidente comenzaron a darse antes de su triunfo definitivo en 2019. El peronismo, que sufriĆ³ un golpe de estado auspiciado desde la propia iglesia, se alimentĆ³ fuertemente de elementos catĆ³licos de diferentes expresiones.

Otra realidad que antecede al arribo de Milei al poder es el desfinanciamiento de la ESI, la sistemĆ”tica subejecuciĆ³n de ese magro presupuesto, mientras financiaban a estos sectores que representan la reacciĆ³n polĆ­tica para las mujeres y diversidades. Para Francisco, una persona trans o gay, puede recibir bendiciones pero no dejarĆ” de ser un pecador. Se trata del mismo estatus que le da a los pedĆ³filos a los que protege fuertemente. No olvidar que es responsable de varios casos de encubrimientos de curas pederastas en nuestro paĆ­s y en el mundo. El mĆ”s escandaloso y conocido ha sido el de Grassi, quien aĆŗn hoy con condena firme de la Corte Suprema sigue detentando potestades sacerdotales. Uno de los casos mĆ”s recientes de encubrimiento fue el del ex obispo de OrĆ”n Gustavo Zanchetta a quien a pesar de sus denuncias (hoy condenado) fue ascendido y cobijado dentro del propio Vaticano. 

El gobierno de Milei hoy ha elegido subsidiar exclusivamente a los sectores religiosos para que continĆŗen con la tarea de administraciĆ³n de comedores populares. Como  ocurriera con otras experiencias polĆ­ticas en AmĆ©rica Latina, el empoderamiento econĆ³mico de estos sectores a los que el peronismo designĆ³ con cargos de funcionarios y hasta les permitiĆ³ manejar el aparato educativo y de salud de provincias enteras como ocurre en Chaco, los llevarĆ” a una confluencia polĆ­tica en breve tambiĆ©n. Lula fue el gran impulsor del trabajo territorial de los sectores evangĆ©licos en los 90 en Brasil, esos mismos sectores que luego le sirvieron de plataforma polĆ­tica y popular al ultraderechista Bolsonaro.  Todos han sido protectores de la fuerte influencia que tiene la iglesia catĆ³lica en la Argentina, en algunos casos funcionando como un Estado dentro de un Estado como se puede ver en el sector educativo, manteniendo de su mano principios totalmente atrasados y reaccionarios. De la vereda de enfrente de cada lucha que dio la mujer en nuestro paĆ­s, siempre se encontrĆ³ a la Iglesia CatĆ³lica, fuera cual fuera el ala polĆ­tica que la controlaba. Los principios reaccionarios que defiende Milei estĆ”n fuertemente presentes en la prĆ©dica de gran parte del sector clerical de nuestro paĆ­s. Como muestra estĆ” el obispo de Salta, Mario Cargnello, un propagandista de los principios mĆ”s reaccionarios y un protector de un rĆ©gimen que maltrata, empobrece y hasta violenta sexualmente a integrantes de pueblos originarios como si fueran material de descarte. Hoy Catamarca estĆ” conmocionada con los casos de curas abusadores, largamente protegidos por el poder polĆ­tico provincial. Fueron 5 los curas denunciados durante aƱos. Hoy despuĆ©s de 10 aƱos estĆ” ocurriendo el juicio contra uno de ellos, Rasgido. Antes habĆ­a sido condenado Juan de Dios Gutierrez, no sin otros capĆ­tulos de encubrimientos varios por parte del clero y del Estado.  

La fuerte presencia de estos sectores en el Estado se materializa de varias maneras, en todos los casos obstaculizando el acceso a la atenciĆ³n a la justicia por parte de funcionarios, jueces y fiscales. En todo el paĆ­s las secretarĆ­as o direcciones de NiƱez estĆ”n en manos de elementos clericales que se manejan en base a la doctrina reaccionaria de la iglesia. El caso mĆ”s escandaloso de los Ćŗltimos tiempos y que se llego a conocer fue el de la Secretaria de NiƱez de Santa Fe y su involucramiento en la obstaculizaciĆ³n de abortos para menores violadas. Los juzgados de familia estĆ”n tambiĆ©n fuertemente integrados por estos grupos y los juzgados penales tambiĆ©n. Desde ellos se hostiga, persigue y desanima la acciĆ³n de madres protectoras que denuncian a progenitores abusadores o violadores de sus hijos. Con la llegada de Milei al poder este sector se envalentonĆ³ y serĆ”n muchos mĆ”s los padecimientos de las madres protectoras. Pero en todos los casos hablamos de un cuadro de agravamiento de una situaciĆ³n precedente que ya era tambiĆ©n terriblemente grave. Entre el rechazo a la educaciĆ³n sexual cientĆ­fica y laica y la persecuciĆ³n en el plano del poder judicial, cada vez se facilita mĆ”s la acciĆ³n de los abusadores y se trabaja menos para hacerla retroceder. Bajo la era Milei esto promete empeorar fuertemente. La necesidad de organizarse y enfrentar este fenĆ³meno se hace imperioso. El ministerio de Mujeres y Diversidades del gobierno anterior, prometiĆ³ un cambio en la justicia que nunca ocurriĆ³ y el espacio polĆ­tico peronista siguiĆ³ encumbrando como jueces a personajes fuertemente asociados a estas prĆ”cticas tan nocivas para las mujeres y lxs niƱxs que necesitan protecciĆ³n. 

Trabajadoras registradas, barriadas, narcos y mujeres

El blanco mĆ”s vulnerable de toda esta historia son las mujeres que deben parar la olla con trabajos sĆŗper precarios, que viven hacinadas y cuyos barrios estĆ”n a merced del crecimiento narco. El proyecto Milei amenaza con profundizar la precariedad de estos sectores y la iniciativa de dolarizaciĆ³n de la economĆ­a y lo que esta fracciĆ³n polĆ­tica representa socialmente, sin lugar a dudas abre el escenario al crecimiento del narco, que hacen estragos en los paĆ­ses dolarizados ya que allĆ­ se evitan el paso de blanqueo de sus superganancias. Este cuadro de situaciĆ³n es uno de los que fomentan casos de inseguridad y seduce a una juventud sin futuro a tener ingresos que no consiguen de otra forma. 

Las mujeres de las barriadas ven en esta etapa el agravamiento de su cuadro de situaciĆ³n sin que desde los sectores sociales y sindicales que debieran organizar la lucha haya ningĆŗn tipo de respuesta. 

La acciĆ³n de movimientos sociales antes incorporados al Estado que integran las centrales sindicales como la CGT y la CTA, ha sido inexistente hasta ahora. Algunos de sus dirigentes se aseguraron cargos en el gobierno de la provincia de Buenos Aires sin que esto signifique ningĆŗn tipo de soluciĆ³n a las grandes carencias de sus representados. 

La tregua de las direcciones sindicales, que no ponen en pie planes de lucha y paros que realmente se propongan tener continuidad hasta derrotar a Milei y todo lo que representa, afecta no solamente la vida de las y los trabajadores registrados, sino tambiĆ©n la de aquellos que no cuentan con esas herramientas sindicales. 

En esta etapa desde la asunciĆ³n del gobierno de Milei el lugar de la lucha callejera y de la rebeliĆ³n a las medidas econĆ³micas y represivas, fue ocupado por la izquierda y por el movimiento piquetero combativo. La jornada de lucha del 20 de diciembre fue clave para desafiar esas polĆ­ticas reaccionarias que abrieron paso al cacerolazo posterior y la puesta en pie de asambleas barriales que son la base de una lucha fundamental para derrotar al gobierno. Junto a la exigencia a la CGT para que ponga en pie un paro y plan de lucha genuinos, la conformaciĆ³n de asambleas barriales, auto convocatorias sindicales y estudiantiles son claves para derrotar el plan Milei. 

El ajuste que expropiĆ³ el paƱuelo verde

SegĆŗn Ayelen Mazzina, la Ćŗltima funcionaria a cargo del Ministerio de Mujeres y Diversidades, la medida de cerrar el ministerio es eminentemente polĆ­tica e ilustra esta afirmaciĆ³n en un hecho que es a su vez una denuncia contra sĆ­ misma y su gobierno: el Ministerio de las Mujeres y Diversidades tenĆ­a un presupuesto totalmente inocuo. Desde la defensa de la perspectiva de gĆ©nero, la diatriba choca con la realidad: el gobierno destinĆ³ sus fondos a polĆ­ticas totalmente nocivas para con las mujeres como al de pagar al FMI. 

ā€œEl gasto del Ministerio representa el 0,2% del presupuesto total y su planta el 0,54%. Es decir, por cada cien pesos que gasta el Estado, dos centavos son para el Ministerio”, decĆ­a la ex ministra en diciembre para el medio Feminacida. 

Bajo el gobierno de Mauricio Macri cuando el organismo del estado que se ocupaba de las polĆ­ticas de gĆ©nero era el Instituto Nacional de Mujeres y Diversidades, a cargo de la militante radical Fabiana TuƱez, se comenzĆ³ a implementar el procedimiento de colocar en el presupuesto ā€œetiquetas de gĆ©neroā€. El Ministerio de economĆ­a a cargo de MartĆ­n GuzmĆ”n dio continuidad a esta polĆ­tica creando una direcciĆ³n de gĆ©nero a cargo de la economista feminista Mercedes Dalessandro. Desde ese lugar se impulsĆ³ con pasiĆ³n el acuerdo con el FMI que empobreciĆ³ a millones de mujeres, que las volviĆ³ mĆ”s vulnerables y sujetas a violencias especĆ­ficas mientras se colocaban en el presupuesto etiquetas de gĆ©nero a polĆ­ticas de dudosa eficacia en ese terreno. En mayo de 2020 impulsaron desde el gobierno el apoyo de feministas al acuerdo con el FMI en el que firmaron funcionarias, escritoras, artistas y otros sectores. Se tratĆ³ de un sector social que dio la espalda a las mayorĆ­as populares para cumplir los designios del imperialismo, tratando de mentir a la gente con que no se hacĆ­a con el hambre del pueblo. El hambre llegĆ³ y finalmente fue castigado con el voto el incumplimiento de las promesas de atenciĆ³n a las mujeres y su uso para maquillar un ajuste feroz que tuvo a las mujeres como parte de las mĆ”s afectadas por el ajuste. El impacto que estas polĆ­ticas han tenido sobre la juventud estĆ” a la vista. 

El Plan AcompaƱar nunca pasĆ³ de ser un paliativo econĆ³mico insuficiente y limitado en el tiempo, que llegĆ³ a 300 mil personas en tres aƱos en un paĆ­s en el que el gobierno se fue habiendo dejado a mĆ”s de 3 millones de mujeres en la indigencia y millones mĆ”s en la pobreza. En todos los barrios se conoce el limitadĆ­simo cupo de este programa, que quedĆ³ enteramente en manos de intendentes y organizaciones oficialistas. SirviĆ³ (?) para hacer creer a integrantes de otras clases sociales que se hacĆ­a algo por las mujeres mĆ”s pobres (mientras se las empobrecĆ­a), pero las mayorĆ­as que estaban siendo empobrecidas supieron muy bien que esa polĆ­tica no atacaba la violencia de gĆ©nero y era extremadamente insuficiente. De estas estafas se alimentĆ³ el mileismo, que las atacĆ³ como mujeres de clases medias altas, que vivĆ­an de ā€œbrunch en brunchā€  sin hacer nada efectivo. El objetivo de la crĆ­tica era negar la realidad de las mujeres y a su vez mostrar al Ministerio como un curro y lo lograron. Como la crĆ­tica partiĆ³ de una percepciĆ³n cierta sobre la falta de efectividad y de polĆ­ticas concretas que llegaran a las mujeres, para superar a Milei necesitamos no repetir fĆ³rmulas fallidas. El Consejo AutĆ³nomo de Mujeres y Diversidades es una propuesta hecha por nuestra organizaciĆ³n que debemos revisar a la luz de estas experiencias.  

Por su parte en el terreno de la vida de la poblaciĆ³n travesti trans las cosas se van a poner realmente mĆ”s horribles aĆŗn si no salimos a combatir con fuerza al mileismo. El caso de Celina Esteban recientemente expulsada del Hospital Luis Bonaparte en nombre de que el DNU eliminĆ³ el cupo laboral trans, es una muestra. El hostigamiento hacia ella, que es jefa de residentes de enfermerĆ­a del Santojanni, no empezĆ³ ahora ni mucho menos. En parte los incumplimientos frente al prometido cupo laboral han sido mayoritarios en el difĆ­cil mundo travesti – trans de nuestro paĆ­s, integrado de forma absoluta y contundentemente mayoritaria por personas de la clase trabajadora. Los cupos se prometieron pero no se cumplieron, llegaron a un grupo reducido y mayormente asociado al peronismo. Esto tambiĆ©n estuvo a la vista de todo un sector que procesĆ³ estas promesas incumplidas de maneras diversas. Los recortes en el Ć”rea de salud para tratamientos hormonales formaron parte tambiĆ©n de la rutina del ajuste anterior y finalmente tambiĆ©n pagaremos el costo de que hayan entregado a la presiĆ³n de iglesias y sectores reaccionarios la no aplicaciĆ³n amplia y efectiva de la educaciĆ³n sexual en las escuelas y universidades, que es una de las formas de cultivar una sociedad que no sea educada en el sometimiento, el odio a la diversidad y otros principios que esos sectores defienden. 

A este cuadro hay que agregarle los ataques generales a las condiciones de vida de la clase trabajadora, las promesas de reformas laborales que apoya todo el arco polĆ­tico desde Cristina Kirchner en su carta de 33 pĆ”ginas, hasta el propio Milei. Esa es la burguesĆ­a que habla en boca de todos sus polĆ­ticos. Frente a estos ataques que se unen a la liquidaciĆ³n de los ingresos mediante la inflaciĆ³n, el nuevo ataque a las jubilaciones y los recortes a la asistencia social los sectores populares no encuentran organizaciones de masas que salgan a contrarrestar un ataque histĆ³rico y por eso deberemos construir nuestra propia salida. Este es el claro caso de la tregua en que estĆ” sumida la direcciĆ³n de la CGT y de la CTA. En este terreno son los derechos de las mujeres trabajadoras los primeros en declinar luego de la licuaciĆ³n salarial general. 

Las direcciones sindicales se negaron a parar el 8 de marzo, se resisten a poner en pie un plan de lucha y siguen estirando la situaciĆ³n como si no estuviera teniendo consecuencias concretas sobre la vida de las mujeres y del conjunto de la clase trabajadora el plan implementado hasta ahora. Esta casta sindical empresarial estĆ” atada a sus propios compromisos e intereses y dan la espalda al conjunto de los trabajadores. La pĆ©rdida de licencias especiales, la idea de la esencialidad educativa solo destinada a impedir los paros docentes, la no aplicaciĆ³n de las licencias por violencia de gĆ©nero, el cierre de jardines maternales y la no aplicaciĆ³n de las leyes que regulan la materia, como lo es la tardĆ­a reglamentaciĆ³n de la Ley de Contrato de Trabajo, todo este cuadro se pagarĆ” caro si no paramos la mano a los apetitos empresariales que se expresan desde el gobierno de Milei. 

En el terreno de la Cultura la organizaciĆ³n de ā€œUnidxs por la Culturaā€ representa un gran paso adelante de parte de los trabajadores y artistas, y tambiĆ©n pone de relieve la inacciĆ³n de las organizaciones gremiales del sector que no han atinado siquiera a llamar a un paro o a protestar de alguna manera. AquĆ­ tambiĆ©n no solo estĆ” en juego el financiamiento de la actividad sino el contenido de la misma ya que ā€œla batalla culturalā€ del mileismo ataca en forma reaccionaria la creaciĆ³n artĆ­stica y trata de imponer la ā€œestĆ©ticaā€ de las corporaciones mercantilistas/financieras.

Los ataques a nuestro movimiento necesitamos encararlos no solo con lucha sino con la elaboraciĆ³n de una intervenciĆ³n que en ningĆŗn caso puede dejar trascender que volver al gobierno del 45% del peronismo unificado pueda ser nuestra soluciĆ³n. De esa forma solo estaremos ignorando quĆ© condiciones se dieron en determinados sectores sociales para llegar a votar a un elemento lumpen, solitario y hasta desquiciado, que presenta sus ataques contra los sectores populares como un pasaporte a una futura felicidad que nunca llegarĆ”. 

El gobierno de Milei acusa al peronismo de promover vagos, corruptelas y mĆ”s. Y lo encuadra en el rĆ³tulo genĆ©rico de las ā€œizquierdasā€ y los ā€œzurdosā€. Y el peronismo dice que lo de ellos es ā€œestado presenteā€. El relato se construye planteando que la izquierda es Cuba y Venezuela, responsable de dictaduras sangrientas y que desde Davos, pasando por los keynesianos hasta el Partido Obrero, serĆ­an todos zurdos, colectivistas y comunistas. Esta operaciĆ³n polĆ­tica no cae en el vacĆ­o. Antes, el chavismo y el kirchnerismo se habĆ­an apropiado en gran medida de la idea de que ā€œa la izquierda de ellos estaba la paredā€ como alguna vez seƱalĆ³ Cristina Kirchner y esta apropiaciĆ³n de una identidad que en el pasado estaba asociada a corrientes anticapitalistas, socialistas y revolucionarias, que lograron con la ayuda de la capitulaciĆ³n polĆ­tica de sectores antes de izquierda, como el llamado PCR o el PC, o el PCCE, toda la izquierda que se sometiĆ³ al peronismo y se incorporĆ³ con armas y bagajes al Estado capitalista disfrazado, que se volvieron fondomonetaristas con un poco de retĆ³rica y no mucho mĆ”s.  

Desde la izquierda no pudimos canalizar el descontento social. Los encasillamientos intencionales de las fuerzas polĆ­ticas actuantes desde el poder del Estado y esta debilidad la estamos pagando el conjunto de las y los trabajadores con mĆ”s pobreza, precarizaciĆ³n laboral y una sociedad lumpenizada presa de narcos en las barriadas mĆ”s humildes y sin perspectivas generales para nuestra juventud. Llegamos hasta acĆ” como consecuencia de polĆ­ticas capitalistas que hicieron crecer el acaparamiento de riquezas por parte de una minorĆ­a social en casi 10 puntos en los Ćŗltimos 15 aƱos. Casi el 60% de la riqueza nacional la acapara una minorĆ­a social que no supera el 10% de los argentinos.  Esto representa una transferencia de recursos de los trabajadores hacia la burguesĆ­a de dimensiones impactantes. Mientras que en los Ćŗltimos dos aƱos, luego del extenso sufrimiento de la pandemia, la Argentina crecĆ­a econĆ³micamente, todo ese crecimiento iba a parar a las arcas de empresarios y financistas. Las superganancias de los bancos en 2023 son la muestra de que Milei es el producto de una ambiciosa polĆ­tica capitalista que antes que Ć©l tuvo sus representantes en los anteriores gobiernos que les dieron el poder a un puƱado de empresarios y ellos lo estĆ”n usando para digitar polĆ­ticas que hundan mĆ”s aĆŗn el salario de los trabajadores y los derechos de las mujeres y las diversidades. Una sociedad asĆ­ no tolera un movimiento polĆ­tico liberador como lo es el movimiento de mujeres que abraza la causa de las mayorĆ­as de las mujeres y que no solo mira a un sector social minoritario como hacen aquellas que militan en el feminismo estatizado o las feministas liberales.  

Necesitamos imprimirle a este movimiento una impronta de independencia total de aquellos sectores polĆ­ticos que nos llevaron hasta acĆ”. Necesitamos abrir debates polĆ­ticos para que se abra paso la perspectiva socialista entre las mujeres. Necesitamos abrir un debate sobre el rol material e histĆ³rico del Estado capitalista para no engaƱarnos con eslĆ³ganes vacĆ­os sobre su presencia o ausencia. Necesitamos organizarnos sobre una perspectiva independiente en un Consejo AutĆ³nomo que no dependa de gobiernos sino de la construcciĆ³n y discusiĆ³n propias de nuestro movimiento.  Esta semblanza es un aporte en esa perspectiva. Sin someter nuestras aspiraciones a una perspectiva general socialista, anticapitalista, contraria a la deshumanizaciĆ³n, a la destrucciĆ³n ambiental, al colonialismo, al genocidio en Palestina y en cualquier parte del mundo, nuestras aspiraciones se verĆ”n frustradas. Ā”LevantĆ©monos para enfrentar ya estas polĆ­ticas y sus consecuencias!


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