La poderosa lucha del movimiento estudiantil en Grecia

Reportaje a Mikel Muca, alumno de Informática en la Universidad de Macedonia en Salónica y activista del NAR

Durante nueve semanas seguidas, los centros de estudiantes de Grecia, después de celebrar sus asambleas generales (semanales), siguen ocupando la mayoría de las universidades. Miles de estudiantes protestan cada semana en toda Grecia contra un proyecto de ley para crear universidades privadas. Mikel Muca es estudiante de Informática en la Universidad de Macedonia en Salónica y activista del NAR, la organización comunista revolucionaria griega. Procede de una familia de inmigrantes albaneses en Grecia y trabaja como repartidor de comida a domicilio para sufragar los gastos de sus estudios. Es uno de los miles de estudiantes que se movilizan en Grecia porque saben que si se crean universidades privadas, si se privatiza completamente la educación, la mayoría de ellos no podrá recibir una educación.

¿Cuáles son los puntos principales de la reforma educativa que se acaba de votar y a quién beneficia?

Mikel: El gobierno de Nueva Democracia promueve un plan educativo total para reestructurar la educación en una dirección reaccionaria. 

Se trata de un programa educativo global que se extiende a todos los niveles educativos, desde la escuela primaria hasta la universidad. Es también un intento de inscribir las propuestas del FMI, la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) y los tratados de la Unión Europea (UE) en la educación griega, un programa de corte político neoliberal-neoconservador. El carácter exclusivamente público y gratuito de la enseñanza superior está inscrito en el “artículo 16” de la Constitución griega. Como resultado de grandes luchas del pueblo y de la juventud, el “Artículo 16” no fue abolido a pesar de los esfuerzos de varios gobiernos pasados. Ahora, es la UE la que convierte la Constitución del país en papel mojado, invocando la Directiva de la UE de “libertad de circulación de capitales y empresas”, que garantiza que los acuerdos internacionales y la legislación europea prevalezcan sobre la Constitución griega. El objetivo principal es la privatización de la educación, que presupone la desfinanciación y devaluación de las escuelas y universidades públicas, una práctica que afecta, en general, a todas las estructuras del Estado del bienestar (por ejemplo, la sanidad). La desfinanciación es un requisito previo para la implicación directa del sector empresarial en la educación pública (institutos, universidades privadas, programas de posgrado de pago) y su transformación en un campo de lucro para el capital. 

La privatización también está transformando las propias instituciones educativas públicas, que pasan a ser públicas de nombre, pero en la práctica funcionan como empresas públicas que buscan maximizar sus “beneficios”, al igual que las empresas del sector privado. Este proyecto educativo conduce a la intensificación de las desigualdades educativas de clase con el fin de garantizar la reproducción sin problemas de la división capitalista del trabajo. El paso a las universidades privadas es un claro indicio de la naturaleza de clase de esta política educativa, que va en contra de los hijos de la clase obrera. El gobierno está intensificando esencialmente la competencia entre instituciones, ya que ahora pone a las universidades privadas en la carrera por la financiación. Al mismo tiempo, crea titulaciones de varias velocidades, atacando directamente los derechos profesionales y laborales de los jóvenes trabajadores, con el objetivo de crear una mano de obra barata y flexible, exacerbando las barreras de clase en la educación y el trabajo. Además, la creación de universidades privadas socava las bases mismas de la gratuidad de la enseñanza, ya que en cualquier momento se pone en cuestión la subvención estatal que asegura la gratuidad de la matrícula. Por último, se trata de un proyecto profundamente antidemocrático y conservador. Esta particular política educativa está sellada por el autoritarismo, ya sea en forma de autoritarismo administrativo, pero también de violencia policial, con la presencia de la policía en el interior de los campus universitarios. El modelo de “liberalización” de los bienes sociales no es un fenómeno nuevo. Al fin y al cabo, fue la coronación de los imperativos del memorándum UE-FMI, con el consiguiente saqueo del patrimonio público. La sanidad, la electricidad, los transportes, todos los sectores públicos han sido degradados a lo largo del tiempo por todos los gobiernos 

¿Cuál es la situación del movimiento estudiantil y cuáles han sido los principales hitos de estas semanas de lucha?

Mikel: Las grandes movilizaciones a escala nacional a las que asistimos hoy no surgieron de la nada. En noviembre de 1973, los estudiantes de la Universidad Politécnica de Atenas se declararon en huelga, ocuparon el edificio y protestaron contra una junta militar patrocinada por Estados Unidos y la Otan. El 17 de noviembre, el gobierno envió un tanque que se estrelló contra las puertas de la Politécnica, imponiendo la ley marcial. Decenas de personas murieron y cientos resultaron heridas por el ejército, la policía y francotiradores. 50 años después, el levantamiento juvenil de la Universidad Politécnica sigue teniendo una influencia decisiva en la formación de la moderna corriente revolucionaria de nuestro país. En la memoria histórica colectiva, el Levantamiento de la Universidad Politécnica sigue calentando la conciencia de los jóvenes luchadores que buscan formas de enfrentarse a los nuevos problemas sociales. 

El movimiento estudiantil fue una verdadera pesadilla para la vida política de Grecia, consiguiendo bloquear muchos proyectos de ley reaccionarios con movimientos enormes y duraderos (1979-80, invierno 1990-91). En 2006/2007 más de 400 facultades universitarias fueron cerradas durante meses por los estudiantes, anulando las reformas constitucionales que permitían la creación de universidades privadas y las tasas de matrícula. El movimiento estudiantil de 2006-2007 que salvó el Artículo 16 fue uno de los mayores momentos del movimiento estudiantil y un ejemplo duradero que alimenta nuestra lucha actual. Fue una lucha iniciada por las fuerzas de la izquierda anticapitalista, consiguiendo que el resto de fuerzas militantes se posicionaran en este sentido. Durante seis meses consiguió mantener las ocupaciones, creando una grieta en la política burguesa porque consiguió llegar a amplios sectores de la población. Las imágenes victoriosas colectivas de la lucha de aquel periodo son importantes para reconocer la dinámica para que la lucha de hoy también pueda salir victoriosa. Hoy, la voz estudiantil vuelve a hacerse oír con más fuerza en todos los rincones de Grecia, afirmando que los planes de la burguesía serán derribados. Los jóvenes comprenden que el gobierno está bajo presión y ven en esta lucha la perspectiva de la victoria, por eso miles de estudiantes participan en las asambleas generales de las organizaciones estudiantiles. 

Los jóvenes se movilizan porque saben que si se crean universidades privadas, si se privatiza completamente la educación, la mayoría de los niños de Grecia no podrán recibir educación. Al mismo tiempo, se movilizan por mucho más, porque se dan cuenta de que ahora podemos ganar mucho más luchando por una auténtica educación pública gratuita para todos. Durante nueve semanas seguidas, desde principios de 2024, los centros de estudiantes siguen ocupando la mayoría de las universidades griegas. Miles de personas protestan cada semana (todos los jueves) en más de 20 ciudades de toda Grecia. El 20/02, se organizó una manifestación central de campesinos en Atenas para apoyar su lucha. Los centros de estudiantes también acudieron para mostrar su solidaridad con los agricultores y sus reivindicaciones. 

El 28 de febrero se convocó una huelga general, al cumplirse un año del accidente ferroviario con 57 víctimas, en su mayoría estudiantes. Un crimen del capitalismo y del transporte privatizado para el que todavía no ha habido verdadera justicia. Decenas de miles de trabajadores y estudiantes protestaron por justicia para las víctimas, contra las privatizaciones, así como por mejores condiciones de trabajo y aumentos salariales. Miles de estudiantes protestaron durante dos días seguidos, el 28 y el 29 de febrero. La coordinación de las asambleas generales de los sindicatos de estudiantes en cada ciudad de Grecia, decidió convocar una protesta a nivel nacional el 08/03/2024, ya que el proyecto de ley de educación fue presentado al parlamento griego para su votación. Los estudiantes de secundaria y los profesores, siempre que el personal académico participe en las concentraciones y se solidarice con los sindicatos estudiantiles. El movimiento estudiantil militante tiró a la basura la ley de universidades privadas a pesar de que se aprueba en el parlamento. Un palpitante río juvenil de unas 30.000 personas inundó el centro de Atenas durante la votación en el Parlamento. A pesar de los esfuerzos de la policía por disolver la manifestación, atacándola en la plaza Syntagma con gases lacrimógenos y bastonazos, no lo consiguieron. Los estudiantes consiguieron reagruparse frente al Parlamento. Se celebra entonces una Asamblea General. Por la noche hubo otra manifestación masiva en la que se unieron el movimiento estudiantil y el feminista. El proyecto de ley para la creación de universidades privadas fue aprobado con 159 votos de los diputados de Nueva Democracia y un diputado del partido neonazi “Espartanos”. 129 diputados votaron en contra y 11 estuvieron “ausentes”. La única alianza social y política del gobierno son los neonazis, lo que indica la naturaleza reaccionaria no sólo de la nueva ley, sino de la política general apoyada por el capital y la UE en Grecia.

¿Cuáles son los debates entre las diferentes corrientes del movimiento estudiantil?

Mikel: El gobierno y los medios de comunicación consideraban a los jóvenes una generación “amortizada”, “desvinculada”, de TikTok e Instagram, incapaz de comprometerse con cuestiones sociales más amplias. 

Sin embargo, resultó ser todo lo contrario.  En la primera etapa, desempeñó un papel importante el hecho de que la política de las fuerzas burguesas fuera derrotada en las asambleas universitarias, logrando convencer a los estudiantes de lo que realmente estaba en juego en relación con la creación de universidades privadas. Mi universidad (una universidad de economía empresarial) era un bastión de la organización estudiantil Nueva Democracia, tenían mayoría absoluta en la asociación elegida. Pero cientos de estudiantes se movilizaron dentro de las asambleas generales -cada semana y durante la ocupación- derrotando al aparato burgués y burocrático. Un elemento decisivo fue que se puso de manifiesto que la privatización de los bienes sociales es un problema global que no se limita a la educación, sino que afecta a muchos otros ámbitos. La vida de los jóvenes ha cambiado radicalmente, y la pobreza obliga a la mayoría de ellos a realizar trabajos precarios y flexibles para sobrevivir. Sin embargo, no fue sólo uno de los poderes burgueses el que se vio “sacudido”. Algunas organizaciones dentro del movimiento estudiantil, por ejemplo las Juventudes del KKE (Partido Comunista de Grecia) también parecían sorprendidas, ya que también forman parte de la burocracia. Su lógica es reducir las luchas educativas a resistencias individuales sobre la base de reivindicaciones defensivas, sin tener en cuenta el panorama general, es decir, la contribución de la escuela/universidad capitalista y la investigación científica a la formación de una mano de obra flexible diversificada que responda al despotismo capitalista contemporáneo y la transformación de las instituciones educativas y el propio conocimiento científico en campos de rentabilidad para el capital. La propuesta política de izquierda anticapitalista se formuló dentro del movimiento y desempeñó un papel importante.

Es esa propuesta política que desde el inicio planteó la necesidad de que la lucha de los estudiantes y trabajadores de la educación se intensifique, se profundice y se una, con una lógica de lucha prolongada y subversiva, de asambleas de masas y de revitalización de la participación activa en el movimiento. De manera que se pudieran bloquear los exámenes a distancia (virtuales), que el Rectorado de la Universidad Nacional de Atenas se transformara en un centro de lucha los días de la aprobación de la ley, que hubiera una Asamblea General Coordinadora común, que hubiera marchas conjuntas de estudiantes y trabajadores. Estas acciones no fueron aceptadas por algunas fuerzas políticas del movimiento, incluido el KKE. Sin embargo, el movimiento es un organismo “vivo” que rechaza y acepta diferentes líneas por fase y período, la “batalla” de la hegemonía fue determinada por la movilización real. Es preciso un enfoque político superior que muestre que las cosas pueden cambiar y cambiarán realmente mediante conquistas en el presente que garanticen un mejor nivel de vida. Todo lo anterior no puede suceder a menos que encontremos nuevas formas de lucha y nuevas estructuras dentro del movimiento que puedan liberarse de la burocracia.

¿Cuáles son las tareas y los desafíos políticos de ahora en adelante?

Mikel: En un análisis superficial, la “batalla” por aprobar o no el proyecto de ley parece haberse perdido. 

No se ha conseguido una de las principales reivindicaciones del movimiento. Pero la “guerra” no está decidida, y la “victoria” del gobierno sólo puede calificarse de pírrica. El movimiento por la educación universitaria, por tanto, consiguió inicialmente aislar a Nueva Democracia y agrietar el campo político burgués, golpeando también la argumentación del gobierno. Aunque, desde el punto de vista de la izquierda anticapitalista, no había ninguna ilusión de que lo anterior fuera suficiente para cambiar las correlación negativa, la presión política ejercida por el movimiento y las grietas que creó en el bloque burgués son elementos cualitativos que no deben subestimarse. Sobre todo cuando la “grieta” en el sector de la educación sigue abierta. La experiencia demuestra que ninguna cuestión puede resolverse a menos que esté vinculada a objetivos que amenacen los principales pilares de la dominación burguesa. La lucha por la defensa del carácter público de la educación y por una educación al servicio de las necesidades sociales y colectivas de la mayoría sólo puede combinarse con la lucha por la emancipación y la no explotación laboral. 

Un programa educativo anticapitalista lucha por la eliminación de los exámenes filtro que obstaculizan la asistencia a la universidad pública de los hijos de la clase obrera y lucha por la existencia de asignaturas científicas universales con derechos profesionales garantizados para sus graduados. Insiste en el carácter genuinamente público de la universidad frente a la privatización, ya sea directa o indirecta. Del mismo modo, concibe la investigación científica desde el punto de vista de las necesidades sociales colectivas y no desde el punto de vista del servicio a los intereses empresariales y militares (existen Fondos de Investigación patrocinados por la Otan en las universidades griegas, que promueven la maquinaria de guerra). Sobre la base de la lógica anterior, la lucha del movimiento estudiantil contra la creación de universidades privadas es capaz de contraatacar. Si el gobierno y el sistema pasan a la ofensiva queriendo imponer la dominación de lo privado y del lucro, las fuerzas combativas del movimiento y de la izquierda anticapitalista deben contraatacar y dejar claro que el carácter exclusivamente público y no mercantil de la educación es una necesidad de los trabajadores y de la juventud. Además, el movimiento debe exigir la duplicación de la financiación estatal de las escuelas públicas, la abolición de todas las tasas de matrícula en la universidad pública (casi todas las carreras de posgrado ya las tienen) y el fin de la dependencia de las escuelas de los proyectos y la investigación de la UE y las empresas.

El movimiento estudiantil lucha por abolir la policía universitaria y los consejos disciplinarios estudiantiles.  Exigimos que se garanticen medidas para dar apoyo a los más vulnerables en su posibilidad de aprendizaje. El objetivo de la educación inclusiva es “hacer que todos los niños aprendan”, no certificar a los que no pueden para excluirlos.  Que un movimiento social “gane” o no, no se juzga con la primera “tirada de dados” ni viene determinado únicamente por lo que ocurra dentro del parlamento, especialmente cuando se lleva a cabo en condiciones políticamente tan adversas.  Las movilizaciones de las semanas pasadas no fueron un “intento desesperado” de tumbar la ley sin profundidad ni continuidad, sino el comienzo de una lucha aún más amplia en defensa de la educación pública. 

Para las próximas semanas está prevista una nueva ronda de asambleas generales en las facultades universitarias, ya que el movimiento estudiantil no va a entregar sus armas de lucha porque el gobierno haya aprobado el proyecto de ley en el parlamento. La lucha continúa.


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