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50 años del Villazo: cuando se quiso poner en pie un reagrupamiento clasista nacional contra el Pacto Social

La Huelga general que enfrentó al gobierno de Perón, la burocracia sindical, la patronal y el Ejército

El 16 de marzo se cumplió el 50 aniversario del Villazo, la heroica lucha de los obreros metalúrgicos de Villa Constitución (ciudad del sur de Santa Fe) que le infringió una dura derrota a la burocracia sindical de la UOM, a la patronal y al gobierno de Perón.

La lucha antiburocrática de los obreros de Villa comenzó por el reconocimiento de sus comisiones internas, la defensa de la organización de base y por reivindicaciones salariales y laborales y acabó por convertirse en una rebelión obrera y popular que puso en jaque el Pacto Social de Perón y fue un impulso para todo el movimiento obrero.

Fue acompañada por todo el movimiento obrero de la zona, defendida en las barriadas, apoyada por los pequeños comercios, imprimiéndole un carácter popular y convirtiendo a las comisiones internas metalúrgicas en vanguardia de la Ciudad de Villa Constitución.

 El 16 de marzo de 1974, una masiva movilización de metalúrgicos y el pueblo de Villa Constitución festejaron el triunfo de lo que fue conocido como el primer Villazo, al ser aceptadas las demandas obreras. El impacto de la lucha y del triunfo del Villazo tendrá una enorme implicancia para el movimiento obrero combativo y en especial para el clasismo de todo el país. Fue un duro golpe a la política del Pacto Social del presidente Juan Domingo Perón y la derrota de la burocracia sindical del gremio más importante del momento: la UOM.

Hoy, 50 años después, los obreros de Acindar enfrentan un nuevo intento de la patronal de atacar sus condiciones de trabajo, con el parate forzoso de la planta, el despido de contratados y otras medidas anti obreras. Las fábricas metalúrgicas sufren un convenio salarial devorado por el proceso inflacionario, mientras que el gobierno de Milei intenta aplicar un plan de guerra contra los trabajadores. que incluye un proceso de privatizaciones.

A finales del Año pasado, comenzó luego de muchos años de lucha el juicio por los asesinatos del Villazo perpetrados por la parapolicial Alianza Anticomunista Argentina (AAA). La causa tiene enorme importancia, ya que atestigua los asesinatos ejecutados durante el gobierno peronista y el apoyo de la empresa Acindar (dirigida por Martínez de Hoz, quién sería el ministro de Economía del golpe de 1976) para cometerlos.

El presente artículo no solo pretende realizar una reseña histórica que reivindique esta gran lucha obrera, analizar su alcance, la posición de las organizaciones que intervinieron y los límites de aquel proceso. Se trata también de aportar a un debate en el movimiento obrero de los métodos y la política que tenemos que llevar adelante para derrotar la actual ofensiva de Milei, superando la parálisis de la burocracia sindical, que hoy como ayer, es un obstáculo a vencer para el triunfo de la lucha de la clase obrera.

Los orígenes del Villazo

Los primeros procesos de organización de la vanguardia, que luego recuperará las internas de las principales fábricas metalúrgicas de Villa Constitución y de la propia seccional local de la UOM, comenzaron sobre finales de la década del 60. A partir de la comisión interna de Acindar, la planta más importante de la ciudad y una de las más grandes de la UOM del país, empieza un proceso de reclamos obreros que se profundizarán cuando la dirección nacional del gremio, que encabezaba Augusto Timoteo Vandor, interviene la seccional.

Una nueva camada de trabajadores expresa su descontento con la directiva nacional e incluso contra la directiva local. En las elecciones de delegados de 1968 surgen nuevos activistas y empiezan a conformarse agrupamientos que luego desembocarán en la conformación de la Lista Marrón, que será la dirección del Villazo de 1974 y 1975. En esa elección y con el surgimiento de una nueva camada de delegados se forma el GODA (Grupo de Obreros de Acindar), que luego dará lugar a la formación del GOCA (Grupo de Obreros Combativos de Acindar), al MRS (Movimiento de Recuperación Sindical) y el Movimiento Metalúrgico 7 de Septiembre (en alusión al Día del Metalúrgico) y, finalmente, a la Lista Marrón. Estos agrupamientos expresan un proceso de organización del sindicalismo combativo que encarará diversos reclamos sindicales contra la patronal y la propia burocracia.

Una de las primeras experiencias de lucha que anticipan el triunfo del Villazo de 1974 es el conflicto que se desarrolla en Acindar en 1970. Frente a un reclamo contra el incremento de los ritmos de producción y por distintas reivindicaciones laborales, la empresa expulsa a 40 trabajadores, entre ellos, todos los miembros de la Comisión Interna y 14 delegados de base.

La respuesta obrera se hace sentir con asambleas por turno, generales y con la conformación de un comité de lucha, que luego se replicará en ambos Villazos. La lucha de los trabajadores de Acindar recoge el apoyo de la población, anticipando la unión que se gestará en los Villazos del ´74 y ´75, entre los obreros metalúrgicos y la población de la ciudad. El conflicto de 1970 no logra vencer a la patronal y se termina por aceptar las indemnizaciones. Sin embargo, será una escuela de formación para esa nueva camada de activistas recientemente surgidos, que tendrá un rol de dirección en 1974, en el primer Villazo.

El ascenso obrero abierto por el Cordobazo

Este proceso en Villa se desarrolla en el marco de un ascenso de las luchas del movimiento obrero que tendrá su máxima expresión en el Cordobazo de 1969. Una huelga general, que se convierte en una rebelión obrera con apoyo juvenil y del conjunto de los explotados, que toma la Ciudad de Córdoba y hace retroceder a las fuerzas de seguridad, hiriendo de muerte a la dictadura de Onganía. El papel central en esta rebelión lo jugaron las organizaciones clasistas, antiburocráticas y no el peronismo. Este ascenso del clasismo dará lugar a procesos como el de SITRAC-SITRAM y la conformación de los sindicatos clasistas, experiencias que van a influir en el proceso de los Villazos.

Con el Cordobazo, se producirán también los Rosariazos y varios “Azos” más, en rebeliones que recorrerán las distintas provincias. La burguesía buscará frenar este ascenso revolucionario recurriendo a la figura del proscripto Juan Domingo Perón que se encontraba en el exilio. El regreso de Perón en 1972, convenido con la dictadura de Alejandro Agustín Lanusse (1971-1973), anticipará el desembarco de 1973 que dará lugar al acontecimiento conocido como la Masacre de Ezeiza, que expondrá crudamente, con decenas de asesinatos de la izquierda peronista (JP, etc.) a manos de fuerzas parapoliciales y de patotas sindicales, cuál era el objetivo real del operativo retorno. El General Perón volvía para reventar el proceso de radicalización (y ascenso de masas protagonizado por la clase obrera a partir del Cordobazo) y para recomponer el “orden” del Estado capitalista.

La vuelta de Perón forzará la “renuncia” (golpe) del presidente peronista Héctor Cámpora, y con ella la convocatoria a nuevas elecciones que consagrarán en septiembre de 1973 a la fórmula Perón-Perón en el poder. Como bien caracterizó, oportunamente, Política Obrera (PO), organización antecesora del Partido Obrero: “Perón regresaría al país, no para liquidar definitivamente a la reacción antiobrera sino para impedir que las masas concreten su victoria en un nuevo régimen gubernamental, el gobierno obrero”.1PO N° 134

El ascenso de las luchas del movimiento obrero pretendió ser enterrado con una ofensiva reaccionaria lanzada por el tercer ciclo de Perón en el poder. Con su asunción se llevará adelante un operativo de reacción política, principalmente en Córdoba, cuna del ascenso obrero de la época. En febrero de 1974 se lleva adelante un golpe policial/parapolicial para destituir al gobernador peronista, Obregón Cano, vinculado a la “Tendencia” y Montoneros orquestado y convalidado por el gobierno nacional de Perón. PO lo caracterizo como un anti- Cordobazo (Ver EDM 25-2-2024).

El gran mérito del primer Villazo -que culminó en el triunfo de la huelga de los metalúrgicos- fue contrarrestar con una gran victoria obrera este proceso reaccionario que impulsaban Perón y la burocracia sindical.

Comienza el Villazo

A comienzos de 1974, la UOM nacional convoca a elecciones de seccionales en todo el país dejando por fuera de la convocatoria a Villa Constitución dando cuenta así del temor de Lorenzo Miguel -sucesor burocrático de Vandor, asesinado por la guerrilla en 1969- al desarrollo antiburocrático que ya se extendía por varias plantas metalúrgicas de Villa. En Acindar, el peso de los delegados combativos era notorio y Alberto Piccinini ya era un referente de la planta luego de obtener la victoria en las elecciones de comisión interna un año atrás. La UOM envía interventores a la fábrica para desconocer el resultado electoral y la masa obrera repudia a los interventores en la planta. Si bien Acindar era la vanguardia, el movimiento antiburocrático se extendía a otras importantes plantas: Marathon y Metcon y talleres Villber, etc.

Las elecciones de la UOM no solo excluyen a Villa del proceso electoral que se desarrolla en todo el país sino que también prohíben la participación de listas opositoras en varias seccionales, adelantando el resultado de unas elecciones fraudulentas. Son pocas las seccionales que logran sortear las proscripciones y presentar listas opositoras: La Matanza, Morón y Capital.

En Villa, la UOM también interviene la seccional con representantes directos de Lorenzo Miguel. Como parte de esta ofensiva, la UOM expulsa a toda la comisión interna de Acindar electa recientemente y a otros siete delegados desatando el primer gran conflicto que inaugurará el Villazo. Las patronales se niegan a reconocer a las nuevas internas y en algunos casos, como en Marathon, los despide.

Como respuesta se convoca inmediatamente a la huelga por tiempo indeterminado en Acindar y la lucha se extiende a las otras plantas. Se produce la ocupación de la fábrica incorporando la toma de rehenes de la patronal como método de lucha. Se reclama contra la expulsión sindical, por el cese de la intervención y por la convocatoria a elecciones de seccional. Se desenvuelve una lucha abierta entre el activismo antiburocrático surgido recientemente y la burocracia de Lorenzo Miguel, que cuenta con el respaldo del gobierno de Perón y de las patronales.

Aparte de Acindar, hay asambleas obreras masivas en el resto de las plantas y en los talleres. Las tomas de fábrica se expanden de Acindar hacia Marathon, Metcon y Villber. En algunas plantas se expulsa físicamente a las comisiones internas burocráticas y se eligen nuevas representaciones. Las mujeres juegan un enorme papel en la huelga, formando sus comisiones, son las encargadas de juntar comida y difundir entre la población de Villa Constitución el conflicto obrero. La lucha gana la simpatía de trabajadores de otros gremios de la Ciudad: la textil Silsa y otros establecimientos textiles, junto a portuarios y ferroviarios, declaran el paro en solidaridad con la lucha de los metalúrgicos. En Rosario empiezan a desarrollarse también movimientos huelguísticos en ATE y hay expresiones de solidaridad con la lucha obrera en localidades cercanas como Pavón y Arroyo Seco.

La huelga que comienza los primeros días de marzo de 1974, no solo se hace fuerte en Villa sino en toda la región y genera un impacto nacional. Se llevan adelante acciones solidarias en Rosario, en el Cordón de San Lorenzo y empieza a ser un punto de referencia del activismo metalúrgico y más en general del activismo antiburocrático del país. En Rosario se conforman comités de apoyo en las universidades, colegios y en distintos gremios de la ciudad. La Unión de Juventudes por el Socialismo, la expresión juvenil de PO, organizará mesas redondas en su local con la comisión interna de Acindar entre las que participará el propio Piccinini.

El apoyo que se genera a través de la huelga y la fuerza de los trabajadores metalúrgicos va en aumento. La burocracia sindical y las empresas no tienen otra opción que asumir la derrota y aceptar las demandas de la huelga. Así, el primer Villazo culminaba en un triunfo, asestando una derrota significativa a la burocracia de la UOM, de las más fuertes y represivas del momento, a las patronales y a la ofensiva reaccionaria del gobierno de Perón con su política de Pacto Social. La lucha que comenzó como una lucha defensiva contra las expulsiones, terminó por convertirse en un polo de atracción para la lucha del movimiento obrero argentino por sus reivindicaciones.

El triunfo de los obreros metalúrgicos de Villa Constitución es festejado por la población Villense. El 16 de marzo se convoca a una movilización de festejo que reúne frente a la Plaza San Martin de Villa Constitución a 12.000 personas, prácticamente la mitad de los habitantes en aquella época.

Se conquista la convocatoria a elecciones de internas en 45 días y 120 días para la seccional del sindicato, el cese de cualquier represalia al movimiento huelguístico y el pago de los días de huelga.

Los alcances del triunfo

El triunfo obtenido contra las patronales y la burocracia sindical de la UOM convirtió a la huelga de Villa Constitución en un faro para todo el movimiento obrero combativo del país. La conquista de la huelga arremetió un duro golpe a la política de Pacto Social de Perón, que con la prohibición de las paritarias y un supuesto congelamiento de precios, pretendía contener el proceso de lucha del movimiento obrero. Esta política antiobrera era complementada con la persecución al activismo clasista y antiburocrático y hasta con la aniquilación física del mismo.

Desde 1973 entrará en escena el accionar de la Alianza Anticomunista Argentina (AAA) provocando atentados y asesinatos contra militantes de izquierda y del peronismo (JP, etc.), obreros antiburocráticos y clasistas. Fueron creadas por el propio Perón y organizadas desde el Ministerio de Bienestar Social, con López Rega, donde eran reclutados y armados ex agentes o policías en actividad que llevaban adelante un terrorismo anti-obrero, tendiente a aniquilar a la vanguardia fabril, (lo que sería el anticipo del terrorismo de Estado del golpe militar de 1976). El triunfo obrero de Villa Constitución fue una respuesta contundente a esta ofensiva reaccionaria.

La gran victoria de Villa tuvo enorme impacto entre el activismo clasista y antiburocrático del país. Entre los activistas del gremio metalúrgico y sectores del movimiento obrero en lucha y la juventud: vieron en Villa la posibilidad concreta de llevar al triunfo sus reclamos, sobre la base del desarrollo de la democracia obrera y con los métodos de acción directa, históricos, de la clase.

El auge de luchas no se limitaba solo a Villa Constitución. Importantes procesos de transición se desarrollaban en el movimiento obrero que hacía su experiencia de lucha con el gobierno peronista. En los mismos días que los obreros de Villa festejaban su triunfo, en la zona norte de la provincia de Buenos Aires las y los trabajadores de PANAM van a la huelga con los mismos métodos que en Villa Constitución y obtienen un importante triunfo. Debido el despido de activistas se lleva adelante un paro con ocupación de la fábrica, se destituye a los delegados sindicales burocráticos y se conforma un comité de lucha. La huelga gana la simpatía de los vecinos de la zona, asestándole una derrota a la patronal imponiendo las reivindicaciones obreras. Política Obrera jugará un rol dirigente en el conflicto desde adentro y desde afuera. También participarán apoyando la huelga el PST (Partido Socialista de los Trabajadores, antecesor del MAS) y la JTP (Juventud Trabadora Peronista).

El Plenario Nacional de Villa Constitución

El triunfo de Villa debía defenderse para que se cumplan los compromisos asumidos. Podía servir también para el desarrollo de una lucha común por las demandas obreras contra el Pacto Social y por la recuperación de las organizaciones obreras.

El 20 de abril de 1974, un mes después del triunfo de la huelga, el Comité de Lucha de Villa Constitución convoca a un Plenario Nacional Clasista en el Club Riveras del Paraná. Del plenario participarán los metalúrgicos de Villa y también las distintas expresiones nacionales del movimiento obrero antiburocrático y del clasismo. El plenario se convoca bajo los siguientes puntos: 1) Solidaridad con la lucha de los obreros metalúrgicos de Villa Constitución, 2) Por la democracia sindical, contra la burocracia y la Ley de Asociaciones Profesionales, 3) Contra la ley de Prescindibilidad, 4) Contra el congelamiento salarial, por un salario mínimo de $250.000 y la constitución inmediata de las paritarias, 5) Contra el matonaje sindical, por el castigo a los responsables de atentados y asesinatos cometidos contra las organizaciones y activistas obreros y populares. Con estas consignas y la firma de las comisiones internas de Acindar, Marathon y Metcon se conoce la convocatoria.

El plenario suscita el entusiasmo de la vanguardia y los trabajadores antiburocráticos del país. Era una oportunidad, no solo para rodear de solidaridad a Villa y garantizar el efectivo cumplimiento de las actas, sino también para unificar la lucha del movimiento obrero, en una coordinación nacional, que actuara como una dirección efectiva clasista y antiburocrática para enfrentar a la burocracia sindical y recuperar las organizaciones obreras, para derrotar la ofensiva del gobierno de Perón con el Pacto Social y la acción de las AAA.

Unos 5000 trabajadores concurren al plenario en el Club Riveras del Paraná.

Desde el punto de vista de su masividad superará experiencias anteriores como la acontecida con el Congreso del SITRAC-SITRAM en Córdoba (1971). Las principales figuras del sindicalismo combativo estarán presentes. Participarán los protagonistas del Villazo con Piccinini como referencia, concurrirá Agustín Tosco (Luz y Fuerza Córdoba), René Salamanca (SMATA- Córdoba), Alfredo Ferraresi (Farmacia) y numerosos contingentes de delegados, comisiones internas, agrupaciones clasistas y organizaciones de izquierda de todo el país.

Además de los sectores sindicales, las organizaciones políticas que participan del plenario son el Partido Comunista, Peronismo de Base, el PRT, PCR, PST y PO, entre otras. La primera ausencia notoria es la de la JTP, orientada por Montoneros, que decide no concurrir al plenario saboteándolo. Esta posición motivada por la subordinación a Perón va a servir para condicionar a varias de las organizaciones presentes y a dirigentes sindicales en relación a los límites de las resoluciones del plenario. La JTP era la organización sindical de mayor peso en el país entre los obreros combativos, aunque no así en Villa Constitución donde no jugó un rol dirigente del conflicto.

La lucha política en el Plenario

Además de la solidaridad por el cumplimiento efectivo de las actas obtenidas con el triunfo del Villazo, el plenario transcurrió alrededor de un debate político de fondo que hacía a la perspectiva abierta por el triunfo en Villa Constitución. La lucha política mayor se dio en relación al planteo impulsado por las delegaciones sindicales del PST y PO para que el plenario conformara una Coordinadora Nacional Clasista que actuase como dirección del proceso de auge de las luchas obreras del país.

Con estas posiciones las delegaciones sindicales orientadas por estas corrientes concurrieron con debates previos en sus fábricas y mandatos de base como se reflejó en los mandatos de la gráfica Editorial Abril (de la puerta de la planta salió un micro que se llenó con obreros de la misma), Miluz, Panam, Matarazzo, Ema, entre otras.

El dirigente de la Comisión Interna de Miluz y de Política Obrera, Jorge Fischer, intervino en el plenario planteando: “Lo primero y fundamental es la construcción de una coordinadora nacional de todas las fuerzas sindicales presentes. Esto es decisivo, porque el mejor programa de lucha es irrealizable si las fuerzas que deciden levantarlo no coordinan sus esfuerzos, no se unifican en las mejores tradiciones de la democracia sindical” (…)2PO N° 192.. Acto seguido presentó cuáles eran las tareas de la coordinadora: “Ante todo rodear la lucha de ACINDAR, de PANAM y de todas las comisiones internas combativas que la burocracia y el gobierno intentan golpear. En segundo lugar ir sentando los pasos para la construcción de un gran movimiento sindical clasista, mediante la discusión democrática de los programas y las perspectivas que plantearan todas las corrientes antiburocráticas”.3PO N° 192. En su intervención concluyó con la propuesta de realizar un acto del 1° de mayo: “El plenario debe convocar a un gran acto unitario el 1° de mayo que reafirmará el programa de lucha de los trabajadores y que plantee a todos los trabajadores que el festival de Perón y Gelbard (a realizarse el 1° de mayo) no es su cita, que su cita está con los que luchan codo a codo con ellos contra la patronal, el gobierno y la burocracia”.4PO N° 192.

El debate respecto a la coordinadora contrapuso las distintas estrategias políticas de las corrientes presentes y el valor que cada una de ellas le dio al propio plenario. El Partido Comunista primeramente había atacado la realización del plenario. En un volante repartido en Villa Constitución el 15 de abril, señalaba: “No nos parece conveniente la realización del plenario, su realización en la actual situación distraerá la atención del gremio, de la tarea fundamental que es su propia movilización. Finalmente concurrió pero… para torpedearlo desde adentro y limitarlo a una acción de solidaridad con los obreros de Villa, en nombre de que había ausencias importantes que impedían otro tipo de debates y resoluciones. Posiciones similares desenvolvieron Tosco, Salamanca y la propia dirección de Villa Constitución en boca de Piccinini. El PRT también rechazo el planteo de la Coordinadora (fue muchas veces desautorizado durante el proceso del Villazo por su política de acciones putchistas que sustituían la acción obrera yendo a contramano de las resoluciones de las asambleas y el comité de lucha).

En la previa al plenario, el comité de lucha de Villa puso toda su energía en intentar conquistar el apoyo de la JTP y el PC al plenario. Nuevamente se reiteraba lo sucedido en 1971 en Córdoba cuando esas dos organizaciones “sabotearon la formación de un movimiento clasista en Sitrac-Sitram”.5PO N° 192.

El intento por atraer a la JTP al plenario derivó en que las comisiones internas de Villa amputaran del programa de convocatoria conceptos “molestos” para la organización orientada por Montoneros. Se eliminó la palabra clasista, al igual que cualquier alusión a desenvolver la lucha contra el Pacto Social. Pese a estas concesiones, la JTP no asistirá y criticará que el congreso no estuviera limitado al gremio metalúrgico y que no se inscribiese en los 18 años de lucha del movimiento peronista. El Partido Comunista también condenará al plenario diciendo que “distrae la atención del gremio”.

El boicot de estas corrientes fue la justificación para que las agrupaciones de Tosco y Salamanca rechazaran el planteo de la coordinadora e impidieran que el plenario fuera un salto en la organización clasista del movimiento obrero en el país. Al igual de lo ocurrido un año atrás, cuando Tosco coqueteó con ser el candidato central de una fórmula que expresaría una política de independencia al peronismo (en las elecciones nacionales de 1973) y que terminía por declinar, debido a la subordinación de la JTP y el rechazo del PC, nuevamente el seguidismo a la política de estas corrientes se tradujo en el rechazo a formar la coordinadora. Esta política llevaba a la parálisis que se expresará en forma notoria en el golpe del Navarrazo, el anti-Córdobazo, siendo Tosco y Salamanca responsables, desde la izquierda, de la pasividad del movimiento obrero frente a semejante ataque.

Piccinini, principal dirigente del Villazo, también rechazó el planteo de la coordinadora: “Sabemos que hay muchas intenciones buenas, que se quieren formar frentes o coordinadoras, pero eso no sale de un día para el otro (…). Este plenario está llamado para consolidar el triunfo de Villa Constitución (…). Por eso pedimos que no se busque dividir a la clase obrera de Acindar”.6Villazo, la gran gesta obrera en Villa Constitución, pág. 40, Octavio Crivaro. Por su parte, los delegados del Movimiento Sindical de Bases, orientado por el PRT, llamaban “a no cometer los errores del Sitrac-Sitram”, despreciando una de las experiencias más importantes del movimiento obrero antiburocrático.

El plenario transcurrió atravesando esta polémica entre los que querían limitar su desarrollo a un plenario de solidaridad con Villa y quienes entendían que la mejor manera de asegurar el triunfo de los obreros de Villa y de impulsar todas las luchas que se estaban desarrollando era poner en pie una Coordinadora Nacional Clasista, que las unificara y las dotase de una dirección capaz de enfrentar a la burocracia sindical, al Pacto Social de Perón y a las bandas armadas que avanzaban en su escalada contra el activismo obrero y las organizaciones revolucionarias.

No se trataba de una polémica más. Fue el debate central que atravesó el plenario. Los cánticos expresaban esta lucha política: “es la hora de la coordinadora” se coreaba, mientras que los que rechazaban este planteo contestaban “No rompan más las bolas, con la coordinadora”.

En definitiva, lo que estaba en juego era si el alza de luchas del movimiento obrero antiburocrático, que tuvo al Villazo como máxima expresión en aquel momento, permitía un nuevo salto en calidad con la conformación de una dirección independiente de la burocracia sindical, que enfrentara la ofensiva del gobierno de Perón y abriera un curso de independencia política para el movimiento obrero combativo.

El motivo central de por qué las corrientes de Tosco, Salamanca, el PRT y el PC, rechazaban el planteo de la Coordinadora, estaba determinado en última instancia por la subordinación al peronismo. El seguidismo de estas corrientes a la política del nacionalismo burgués, frustró como tantas otras veces, la posibilidad de que el Plenario de Villa se erigiera como una dirección efectiva del movimiento clasista y antiburocrático.

Finalmente, el plenario se limitó a la aprobación de un texto de apoyo a las luchas de Villa y del resto del movimiento obrero y a una cantidad de reclamos referidos al salario, las condiciones de trabajo y las libertades democráticas. Se pronunció contra la burocracia sindical, la Ley de Asociaciones Profesionales, por la libertad de los presos y el castigo contra los responsables de atentados contra las organizaciones populares. Sin embargo, no adoptó ninguna resolución concreta en torno a una medida de acción ni a su propia continuidad.

Para muchos activistas que participaron el Plenario en el Club de las Riveras terminó en una frustración. Así caracterizó Política Obrera el balance del plenario en su periódico: “El plenario convocado por las Comisiones Internas de Acindar, Metcon y Marathon, suscitó una enorme expectativa en la masa trabajadora. A diferencia de su gran antecedente histórico, el congreso de SITRAC-SITRAM realizado en agosto de 1971, la vanguardia obrera y de la juventud atraída por el plenario de Villa Constitución era menos avanzada políticamente y menos propensa a grandes debates teóricos pero mucho más amplia. (…) se reflejó en una mayor participación de las bases, como lo revelaron las asambleas de sección y de fábrica, los debates en numerosos cuerpos de delegados y los mandatos firmados por los obreros de muchas fábricas (…). El plenario de Villa resultó, sin embargo, una completa frustración y no le llegó ni a los tobillos al de Sitrac-Sitram”.7PO N° 192

El 1 de Mayo de 1974

Apenas 10 días después del Plenario en Villa tendrá lugar el 1° de Mayo 1974, acto que pasó a la historia por el ataque de Perón y el retiro de Montoneros, la JTP y las agrupaciones bajo su influencia, de la Plaza de Mayo. Ese acto continuará lo que comenzó con la Masacre de Ezeiza, reafirmando que la vuelta de Perón tenía como objetivo liquidar cualquier expresión que pusiera en cuestión la “normalización” del Estado capitalista.

Política Obrera fue la única organización que concurrió al Plenario de Villa proponiendo un acto independiente del 1° de Mayo, contraponiendo un acto unitario de los luchadores al festival de los explotadores que llevó adelante el gobierno. No solo lo propuso, sino que había reservado la Federación de Box para la realización del mismo. El rechazo a la realización del acto se expresó entre quienes se oponían al planteo de la coordinadora, pero también por parte del PST. Al igual que el PC, el PST había convocado a su propio acto para el 30 de abril. No se trataba solo de una posición sectaria. Evitaba contraponerse al acto del gobierno con un acto de los trabajadores y los luchadores. Política Obrera concurrirá al acto en la Federación de Box el 1° de Mayo que será impedido por fuerzas policiales. En la calle Castro Barros, del barrio de Almagro, se improvisará una intervención de Jorge Altamira, dirigente del PO, debido al impedimento de las fuerzas represivas de realizar el acto.

Los acontecimientos del 1° de Mayo en la Plaza de Mayo corroborarán la justeza de la posición política de desarrollar un acto de los luchadores y del clasismo. El acto oficial donde Perón hará uso de la palabra servirá para cerrar filas con la burocracia sindical, los explotadores y la derecha peronista.

El Bloque de los 8

En los mismos días que se desarrollaba el Villazo e importantes luchas del movimiento obrero, el gobierno de Perón convoca a distintas fuerzas políticas a reuniones para emitir una serie de declaraciones que apuntaban a sustentar un compromiso político de todas ellas para defender al gobierno, apoyando el proceso de “Institucionalización” del régimen. La reunión agrupaba a los partidos burgueses y en términos generales expresaba el programa del GAN (Gran Acuerdo Nacional) armado por la dictadura de Lanusse.

Formaron parte la UCR, Partido Intransigente (PI), Udelpa y demás partidos patronales. También lo integró el Partido Comunista, que por ese entonces reclamaba el ingreso al gobierno de Perón bajo el llamamiento a conformar “una coalición democrática”. Así lo señalaba en su prensa (“Nuestra Palabra”, 20 de marzo): “un frente nacional que sostenga a un gobierno de amplia coalición democrática es la exigencia de la hora (…). Para ello, primero es necesario desplazar a los sectores derechistas del gobierno e ir reemplazándolos por auténticos demócratas e ir produciendo cambios sustanciales en su propia composición”. Los “auténticos demócratas” a los que hacía referencia el PC eran los representantes de los partidos de la burguesía que descargaban un plan económico contra los trabajadores, que convalidaban los golpes y la ofensiva reaccionaria del gobierno.

La sorpresa será la incorporación del PST al bloque de los 8. A pesar de proclamarse un partido defensor de la independencia política de los trabajadores, en los hechos el PST se inscribía en la línea del “frente popular”, uno de los últimos recursos de la burguesía contra la posibilidad del desarrollo revolucionario. Las justificaciones del PC y el PST para conformar un bloque con los partidos de la burguesía se presentaba bajo distintos argumentos. El PST trató de justificar su ingreso al bloque de los 8 como una reunión para acercarle a Perón planteos socialistas. De más esta señalar que puede ser completamente pertinente que un partido revolucionario se reúna y mantenga un debate con un presidente burgués, lo que no tiene justificación es conformar un bloque con los grandes partidos de la burguesía cuyo objetivo es la “institucionalización” y la defensa del propio régimen burgués. Incluso, intentó presentar la reunión como una conquista de las luchas populares abiertas por el Cordobazo, cuando en realidad se trataba de lo contrario, una política de la burguesía de cooptación de los partidos obreros para sofocar ese proceso.

Veamos cómo comenzaba la declaración que lleva la firma de todos los integrantes del Bloque de los 8 que se reunieron con Perón: “Los aquí presentes en la entrevista con el presidente de la Nación, han reiterado el propósito fundamental de no ahorrar actitudes y esfuerzos para mantener y consolidar el proceso de institucionalización del país, en el régimen de la democracia y en la práctica de la convivencia y el dialogo constructivo”.8Avanzada Socialista N° 97, PST.

Lo que el PC y el PST entendían como una declaración en defensa de las libertades democráticas era todo lo contrario. Se trataba de la defensa de un régimen cuya institucionalización avasallaba y atentaba contra aquellas libertades, era la institucionalización del gobierno de las AAA. Lo que para el PST eran tendencias contradictorias al interior del gobierno (las bandas fascistas y un peronismo democrático) eran dialécticamente tendencias complementarias para sofocar el ascenso revolucionario. Los partidos patronales que componían el bloque habían acompañado, para citar solo un ejemplo, el golpe contra Obregón Cano en Córdoba.

El 29 de junio, ante la licencia tomada por Perón por motivo de su enfermedad, Isabel Martínez de Perón asume la presidencia. El Bloque de los 8 emite un nuevo comunicado expresando que: “Los partidos políticos que firman esta declaración, consecuentes con su actitud de apoyo al proceso de institucionalización del país y respeto a la libre expresión de la voluntad popular, ratifican hoy su vocación de servir de la manera más clara y concreta al funcionamiento de los mecanismos legales de continuidad constitucional”.9Diario La Opinión, 30 de junio de 1974. Unos días después, luego de la muerte de Perón el 1° de julio de 1974, el bloque emite un nuevo comunicado que es más claro aun en los propósitos de este reagrupamiento.

Mientras el PST levantaba en Villa Constitución el planteo correcto de la Coordinadora Nacional Clasista, en su intervención política nacional se integraba a una tentativa de frente popular cuyo propósito era la colaboración de clase (en la perspectiva de contener procesos como los de Villa Constitución).

La ofensiva contra el triunfo de Villa

Como era de esperar, el plazo de convocatoria a elecciones de delegados en 45 días y 120 días para la seccional del sindicato, no se cumplió. La UOM intentará una nueva ofensiva contra la democracia obrera y el activismo. Esta situación abrió una nueva lucha en Villa por el cumplimiento de los compromisos asumidos en el Acta.

Los activistas de Villa responden con la convocatoria a asambleas masivas y se votan medidas de lucha para presionar por el cumplimiento del acuerdo. Votan trabajar a reglamento y dejar de hacer horas extras. También medidas de paros por turno en solidaridad y en repudio a los asesinatos criminales de las AAA (como en el caso de los compañeros del PST en la llamada Masacre de Pacheco, etc.).

Finalmente se logra llevar adelante la elección de delegados y comisiones internas en todas las fábricas que quedan en manos del activismo antiburocrático. El 3 de junio se realiza una asamblea general de metalúrgicos convocada por las internas de Acindar, Marathon y Metcon. La asamblea es masiva, con la concurrencia de 3500 metalúrgicos. Se denuncian los incumplimientos por parte de la UOM del acta aceptada y a los interventores de la seccional, reafirmando la lucha por la convocatoria a elecciones para recuperar la seccional en manos de los trabajadores. También reclaman un aumento salarial de $ 50.000 y el retiro de la policía de las plantas. Por último, se vota un comité de lucha inter fabril.

Derrotar a Villa Constitución se convierte en un asunto de Estado. El gobierno, ahora bajo la tutela de Isabel, avanza en los ataques y atentados contra el activismo de Villa. Se produce un atentado con bombas que vuela el local de la sede del sindicato portuario, lugar de reunión de la Lista Marrón. La respuesta la dan 5000 trabajadores de las fábricas de Acindar, Marathon y Metcon, que paralizaron la Ciudad y se movilizaron acompañados del pueblo de Villa para repudiar el atentado. “Un problema de origen sindical, la recuperación de la organización gremial, se transforma así en un reclamo democrático de toda la población”.10PO N° 204 Esos mismos días, Ortega Peña (Peronismo de Base), ex diputado y abogado de los obreros del Villazo, es asesinado junto a tres militantes de la JP.

El Gobierno de Isabel profundizará la escalada represiva contra el activismo obrero. Se profundizan las provocaciones del gobierno nacional, el ataque a las libertades democráticas y la acción criminal de las AAA. La ilegalización de las huelgas, la intervención de los sindicatos, el nombramiento de figuras derechistas al mando de la universidad, la prohibición de las manifestaciones y la represión policial abierta.

El 28 de septiembre de 1974, el Congreso sancionará una nueva ley “antisubversiva”, se restauran los métodos represivos que superan incluso a los de la dictadura de Onganía. “Cercena el derecho a la actividad política, la libertad de prensa, anula el derecho a huelga sancionando prisión para los huelguistas, reflota la repudiada ley de 4144 de residencia (expulsión de extranjeros), etc., etc.”.11PO N° 210 Los partidos burgueses opositores, integrantes del Grupo de los 8, la UCR entre otros, aprobaron el tratamiento sobre tablas en la Cámara de diputados de la Ley, y en el Senado no presentaron objeción a su tratamiento.

El gobierno afronta su crisis con una etapa de mayor represión. En el marco de esta escalada represiva se realizan nuevas reuniones del Bloque de los 8, bajo el nombre ahora de “reunión de los 9”. El momento político es de un terrorismo antiobrero desenfrenado que cobra día a día nuevas vidas de militantes, donde los atentados contra los locales sindicales, de las fuerzas de izquierda o de la JP, se vuelven habituales. El agrupamiento de los partidos de la burguesía (UCR- UDELPA-UDELPA LN-PSP-PI-PRC), junto al PC y PST, que conformaban el grupo de los 9, se reúne con Isabel Martínez de Perón y funcionarios del Gobierno.

“Los nueve” se constituyeron en la práctica como un bloque político y en sus declaraciones tuvieron como eje la defensa de la institucionalización y del régimen burgués. En Avanzada Socialista, el periódico del PST, se analiza el balance de la reunión con Isabel y se transcribe la intervención de Juan Carlos Coral, dirigente del PST, que acudió a la reunión. En esas páginas, se presenta a la reunión como de condena a las AAA y publican fragmentos en su prensa de las intervenciones de todos los partidos del grupo de los nueve, como si fueran ellos los garantes de la defensa de las libertades democráticas. Coral comenzará sosteniendo: “Hemos celebrado también, sin reservas, esta disposición para el diálogo que caracteriza al gobierno peronista en la etapa actual”.12AS N° 127 Acto seguido, denunciará la contradicción del gobierno, entre el diálogo y los sucesos de ataques y atentados contra el activismo obrero, para concluir: “no reaccionamos (frente a los atentados) con impulsos subjetivos, no respondemos con lavenganza personal, ni nos incorporamos a ninguna campaña internacional de desprestigio del gobierno (…). No confundimos la aptitud dialoguista, los atributos democráticos de este Gobierno, con la presencia arrogante, despótica, autosuficiente de los generales que gobernaron el país antes de 1973”.13AS N° 127

Y concluye su intervención sosteniendo: “Por eso, a pesar de los ataques, persistimos en el esfuerzo por preservar esta dificultosa experiencia de soberanía popular, este Gobierno sigue siendo considerado como propio por los trabajadores argentinos”. Sin medias tintas, el PST integrado al frente popular, caracterizaba como “dialoguista” y llamaba a preservar con “esfuerzo” al gobierno de Isabel, López Rega y las AAA. Días después de la reunión, la cual fue caracterizada por el PST como “positiva”, Isabel dispondrá el estado de sitio: la llamada “Institucionalización” -apoyada por todos estos partidos- buscará imponerse mediante la militarización. Los partidos burgueses opositores justificaron y apoyaron el estado de sitio, al igual que la CGT y las 62 organizaciones. La excusa era presentarlo como una medida, no contra los trabajadores, sino contra los que atentan contra las instituciones. La realidad era muy distinta.

El 13 de diciembre de ese año, serán secuestrados de la puerta de la fábrica Miluz (gremio de la pintura) en la cual trabajaban, Jorge Fisher y Miguel Ángel Bufano. Jorge era secretario general de su fábrica y miembro del Comité Central de PO, Miguel Ángel era reconocido activista de la misma fábrica y dirigente de PO. Los cuerpos de los compañeros fueron encontrados con más de 40 balas en un basural de la zona sur.

La conquista de la Seccional

Finalmente en noviembre de 1974 se desarrollarán las elecciones seccionales de la UOM de Villa Constitución arrancadas con el triunfo del Villazo. Se presentarán solo dos listas, la Lista Rosa, de la burocracia sindical de Lorenzo Miguel, y la Marrón, de los protagonistas del Villazo.

Las elecciones se desarrollan bajo el estado de sitio dispuesto por Isabel Perón y en el marco de una escalada represiva del Gobierno, donde avanza a riendas sueltas el accionar de las AAA. Este accionar clandestino se complementa con las leyes anti-subversión y el encarcelamiento de militantes y luchadores. En este contexto tienen lugar las elecciones de la seccional en Villa con la presencia de patotas que buscan intimidar a los obreros en función de favorecer a la lista de la burocracia.

El programa de la Lista Marrón estaba centrado en las reivindicaciones sindicales como el aumento de salarios y la defensa de las paritarias, congeladas por el Pacto Social. Se definían a sí mismos como “defensores de la democracia obrera, anti patronales, antiburocráticos y anti imperialistas”. No adoptaban un posicionamiento más general con relación al gobierno peronista y a su política de Pacto Social. La lista de la burocracia sindical realizará su campaña buscando mostrarse como los verdaderos representantes de Perón, tratando de explotar a su favor las conquistas obtenidas como resultado de la generosidad del gobierno y atacarán a la Marrón con una política macartista, tildándolos de comunistas. Sin embargo, los obreros de Villa habían vivido una experiencia muy fuerte con el Villazo, como para dejarse engañar de esa manera.

El resultado de la elección es contundente en favor de los protagonistas del Villazo. La lista Marrón obtiene 2623 votos, el 64%, mientras que la Lista Rosa consigue 1473 votos, el 36%. El apoyo en las plantas metalúrgicas a La Marrón es aun mayor que el reflejado en el resultado electoral, cerca de 2000 jóvenes trabajadores no pudieron votar debido a que el gremio venía de años de intervención y no estaban afiliados, la inmensa mayoría de éstos habían sido participantes del Villazo. La mayoría de los votos obtenidos por La Marrón los aporta Acindar, la fábrica más grande y la vanguardia de la lucha de los metalúrgicos de Villa. En Metcon también triunfa La Marrón, mientras que en Marathon gana la lista de la burocracia.

Con este resultado, Piccinini se convierte en el nuevo secretario general de la UOM de Villa Constitución y la burocracia de la UOM sufre una nueva derrota, cuyo impacto trasciende al propio gremio. El gobierno peronista es otro de los grandes derrotados: se refuerza la lucha antiburocrática en distintos gremios en todo el país, en oposición a la burocracia sindical integrada al Estado. Es un respaldo importante a la organización de las coordinadoras que empiezan a desarrollarse en la zona Oeste y Norte del Gran Buenos Aires y en Berisso, Ensenada y La Plata.

Con la conquista de la seccional, la dirección electa se propone reorganizar la CGT de Villa con sindicatos como la Fraternidad, la Unión Ferroviaria y del gremio estatal que fueron aliados de la nueva conducción en todo el proceso del Villazo.

Se prepara la represión contra Villa Constitución

El gobierno despliega todo su arsenal represivo mientras se profundiza su crisis y el Pacto Social se va volviendo inaguantable para el movimiento obrero. El 5 de febrero de 1975 el gobierno pone en marcha en la provincia de Tucumán el “Operativo Independencia” para “aniquilar a la subversión”, militarizando con el Ejército la provincia y desenvolviendo un ataque feroz contra los trabajadores tucumanos. Un ensayo de una escalada represiva mayor para hacer frente a la crisis social y del propio gobierno. En ese marco, se desatará una embestida represiva para descabezar a la reciente seccional electa de la combativa Villa Constitución.

El 21 de febrero de 1975 una movilización de 4000 metalúrgicos organizada por la seccional recuperada reclamará por la libertad del delegado Osvaldo Fanessi, apresado meses antes, acusado de acciones “subversivas”. La marcha se organiza con el abandono de los puestos de trabajo.

La seccional recuperada de la UOM, en manos de La Marrón, desarrolla una campaña por paritarias y un salario mínimo de $ 525.000, junto a la anulación de las cláusulas antiobreras. El programa con el cual se propone la reorganización de la CGT regional incluye la convocatoria a paritarias, la reincorporación de todos los despedidos, la defensa de la democracia sindical y las organizaciones obreras. También integra los reclamos de los jubilados y de los obreros rurales.

El 20 de marzo comenzará el anti-Villazo. El operativo llamado “Serpiente Roja del Paraná”, desatando una verdadera cacería contra dirigentes y trabajadores de Villa Constitución que serán encarcelados y militarizando la Ciudad. Ejército, prefectura, policías y matones de las AAA y de la burocracia, buscaron aterrorizar a los trabajadores y derrotar a la conducción combativa de Villa. La excusa era, como siempre, la denuncia de un “complot subversivo” contra el Gobierno. Se calculan en más de 6000 los efectivos que desplegó el Gobierno en Villa Constitución. Se clausura el local de la UOM y se allanan las casas de obreros y activistas. Son encarcelados cientos de dirigentes obreros, activistas y trabajadores de la ciudad del sur santafesino. A pesar de las detenciones de casi la totalidad de sus dirigentes, los obreros se reúnen en las plantas y resuelven una huelga de brazos caídos por la libertad de sus compañeros. Se forma también un comité de lucha que integrarán una segunda línea de activistas entre los que se encontraban Pacho Juárez (PST), Zenón Sánchez (PRT), Victor Paulón (proveniente del peronismo), Raúl Horton (Montoneros), entre otros. La huelga empieza a extenderse a otros gremios y se forman comités barriales en una ciudad conmocionada por la militarización. Entre el 20 de marzo y el 22 de abril habrá 3 compañeros asesinados por la AAA, un trabajador portuario, un metalúrgico y un diariero. Luego del 22 de abril y hasta el cierre del conflicto habrá dos nuevos asesinados.

Así comienza el segundo Villazo, una huelga de dos meses, que nuevamente contará con el apoyo masivo de la Ciudad en lucha heroica contra las patronales, el gobierno de Isabel, la burocracia y las fuerzas represivas.

El segundo Villazo

Frente al desarrollo de la huelga, el Ministerio de Trabajo exige su levantamiento catalogándola como “ilegal”. El comité de lucha, la nueva dirección que se hará cargo del conflicto dada la detención de los dirigentes de la UOM local, resuelve su continuidad desafiando al Gobierno. La huelga comienza con la permanencia en las plantas, para luego continuar fuera de ellas, cuando la policía logra desalojarlas el 26 de abril. El comité de lucha resuelve proseguir y prepararse para una huelga prolongada, poniendo en pie el fondo de huelga.

Los dos reclamos centrales eran la libertad de los presos, detenidos en la cárcel de Coronda, y la devolución de los sindicatos. Una vez que la huelga continúa fuera de las plantas, la organización barrial empieza a jugar un papel preponderante. Las patronales intiman mediante telegramas por la vuelta al trabajo, los trabajadores del correo se niegan a entregarlos en solidaridad con los metalúrgicos. En los barrios se forman retenes para alertar de la presencia de fuerzas policiales o de las patotas de los fachos.

Se realizan reuniones de multipartidarias, donde se integran partidos burgueses junto al PC, PST y Vanguardia Comunista. Emiten declaraciones de apoyo, pero no realizan ninguna acción de movilización o de entrega de fondos a los trabajadores.

El gobierno pretendía descabezar a la dirección de Villa rápidamente asestándole un duro golpe, con las detenciones y la militarización. El golpe en Villa pretendió ser aleccionador para todo el movimiento obrero del país buscando acallar las luchas y reclamos. Sin embargo, la huelga en Villa se mantenía y hasta se extendía hacia otras localidades, profundizando la crisis del Gobierno.

El 20 de abril se producirá un paro general en toda Villa Constitución y el 22 un acto masivo en apoyo a la lucha: 7000 compañeros se congregaron al llamado del comité de lucha; el comercio, las oficinas públicas, los bancos y las fábricas pararon el 100 por cien”.14PO N°227 La manifestación sufre una nueva represión y se convoca a un nuevo paro, esta vez de 48 horas: “Los comercios volvieron a cerrar sus puertas, no atendieron los bancos ni las oficinas públicas, en las escuelas no se dictaron clases y hasta el expendio de combustible se limitó drásticamente”.15Diario La Nación, 25-4-1975 La huelga se extendió a localidades aledañas incorporando a gran parte de la zona que va desde Rosario a San Nicolás. A la par del crecimiento de la respuesta obrera, la represión y el terror también se incrementaban. La represión en el acto se da con gases y balas, varios trabajadores son baleados. Incendian la casa de Piccinini y el depósito de bienes del comité de lucha. Los detenidos en Coronda son trasladados al penal de Rawson, para alejarlos del vínculo con el resto de los dirigentes y con sus propias familias.

Los huelguistas responden con medidas tendientes a la auto defensa. Se instalan piquetes de custodia en los depósitos de víveres y durante la noche en los barrios se realizan apagones para evitar la entrada de bandas armadas enviadas por el gobierno. Las multipartidarias con los partidos burgueses no han instrumentado ninguna medida de apoyo, han servido para entretener y evitar que se concrete una verdadera unidad de acción entre las organizaciones que realmente impulsan el triunfo de Villa Constitución.

Pese a la lucha heroica de los trabajadores, la extensión de la huelga empieza a sentirse fuerte habiendo transcurrido ya 50 días desde el inicio del conflicto. A su vez, las expresiones de solidaridad en otros gremios no han podido torcer el aislamiento más general del proletariado, motivado por el control de la burocracia sindical de las organizaciones obreras. El 1° de Mayo el comité de lucha convoca a acciones en Villa Constitución, una delegación de 8 compañeras y compañeros de PO y la Unión de Juventudes por el Socialismo son detenidos en Villa y localidades aledañas y alojados en la cárcel de Coronda y otras dependencias policiales en Rosario. El propio 1° de Mayo detienen a Victorio Paulón y Zenón Sánchez, miembros del comité de lucha y dirigentes de la huelga.

Se levanta la huelga

Luego de dos meses heroicos de huelga, el comité de lucha propone levantarla. La experiencia de lucha de los trabajadores de Villa Constitución había sido formidable, se formaron comisiones barriales que repelían los ataques de los fachos y defendían a los trabajadores, comisiones de mujeres para el sostenimiento de la huelga, se había concretado una huelga general en Villa, paralizando la ciudad, y acciones de solidaridad en vastos sectores del movimiento obrero. La huelga no logró ser derrotada con las detenciones, la militarización y la represión como pretendió el Gobierno cuando imaginó un conflicto de rápida resolución.

Villa Constitución había desplegado una enérgica lucha que le propició una derrota política al Gobierno que fracasó en el intento de quebrar la resistencia obrera con el terrorismo estatal y paraestatal. Más dura aun fue la derrota de la burocracia sindical de la UOM desprestigiada, no solo en Villa, sino en el gremio metalúrgico. La huelga de Villa Constitución ganó un lugar destacado en la historia del movimiento obrero argentino.

La huelga de Villa debió enfrentar al conjunto de la burguesía, del Gobierno, del ejército y de la burocracia sindical: “Por todo esto, por el nivel alcanzado en el agrupamiento de clase producido con Villa, contra el gobierno “popular” de los capitalistas, la huelga general significa un avance estratégico del proletariado en el camino de su plena independencia y unidad clasista”.16PO, N° 230 La huelga refluyó y terminó siendo derrotada sobre la base del desgaste y el hambre, luego de dos largos meses de extraordinaria lucha, al amparo de la conducta colaboracionista de la burocracia sindical peronista con Isabel y su despliegue creciente del terrorismo de Estado, antesala del golpe del ´76. Pero el “triunfo” del gobierno fue pírrico.

Desde el levantamiento de la huelga hasta el golpe militar genocida, la represión continuará y se cobrará la vida en Villa de 14 militantes y activistas obreros. El dominio de la burocracia de los sindicatos evitó que el movimiento obrero se movilizara de conjunto en apoyo a Villa, a pesar de las acciones de solidaridad desplegadas en muchos gremios. Tampoco colaboró el rechazo de diversas corrientes políticas y sindicales (Tosco, Salamanca, PC, JTP, etc.) al planteo de unificar y dotar de una dirección clasista a luchas como las de Villa, a través de la conformación de una Coordinadora Nacional Clasista, que hubiera servido como un polo de dirección para todo el movimiento antiburocrático argentino. Menos aun sirvieron las ilusiones en el propio gobierno de Perón e Isabel, o la ausencia de un posicionamiento claro sobre el papel que venía a jugar el peronismo luego del Cordobazo, que hubiera preparado políticamente a los obreros para las batallas que debieron enfrentar. Las multipartidarias impulsadas por el PC y el PST junto a los partidos de la burguesía jugaron un rol político de confusión, conciliación y desmovilización, impidiendo que se concretara un frente de los partidos combativos que pudiera actuar con medidas concretas y en forma común en apoyo a la huelga y al proceso general de resistencia.

A los pocos días del levantamiento de la huelga de Villa Constitución, la clase obrera irrumpirá con todas sus fuerzas desarrollando la huelga general política más importante de su historia, en las jornadas conocidas como la huelga general de junio y julio de 1975 contra el plan económico del ministro de Economía Celestino Rodrigo y contra la política de Isabel y López Rega. El “Rodrigazo” con su devaluación del 160% y una duplicación del precio de los combustibles, generó un aumento descontrolado de los precios y la carestía para los trabajadores. El plan económico de Rodrigo revelaba el fracaso del Pacto Social de Perón y se manifestaba en su esencia como un verdadero plan de guerra contra los trabajadores.

Esa enorme huelga general, no decretada por la CGT, tiene como centro al Gran Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. La iniciativa la toman las internas antiburocráticas y las coordinadoras Inter fabriles, derrotando a la camarilla del gobierno y provocando la eyección de López Rega y la imposición de los reclamos salariales de los trabajadores.

A la luz del balance se puede afirmar que efectivamente “era la hora de la coordinadora”.

Las lecciones del Villazo, así como del Cordobazo, son un punto de partida de los nuevos desafíos de la clase trabajadora en Argentina, que hoy tiene como tarea central preparar la huelga general para derrotar y acabar con el gobierno de Milei.


Bibliografia

  • Periódicos Política Obrera 1974 y 1975.
  • Periódicos Avanzada socialista 1974 y 1975.
  • Entrevista a Pacho Juárez, miembro del Comité de Lucha y militante del PST.
  • Clase contra Clase, “Argentina entre 1952 y 1976, el quinto relato”. Leonidas “Noni” Cerutti.
  • Villazo, La gran gesta obrera en Villa Constitución, Octavio Crivaro.
  • El Peronismo Armado, Alejandro Guerrero.
  • Insurgencia obrera en la Argentina 1969-1976, Ruth Werner- Facundo Aguirre.
  • Folleto “El Cordobazo y el Partido Obrero”.
  • Los días Salvajes, historias olvidadas de una década crucial 1971-1982, Marcelo Larraquy.

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