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Defendamos la Intifada del pueblo palestino contra el terrorismo y la ocupación del Estado sionista

Declaración de la IV Internacional (Refundación)


* Abajo el imperialismo y el sionismo.


* Por una República de Palestina libre, democrática, laica y socialista.


* Por los Estados Unidos Socialistas de Medio Oriente.


 


I


 


Después de la fraudulenta negociación del 'cese del fuego' en Sharm el Sheikh y de la Cumbre Arabe, el régimen sionista del general Ehud Barak lanzó la segunda etapa de su guerra de agresión contra la oprimida y rebelada población palestina. El heroico pueblo palestino no debe quedar solo frente al terrorismo del sionismo imperialista.


 


Hacemos un urgente llamado a la clase obrera internacional y a todas sus organizaciones y fuerzas, a todas las masas oprimidas del mundo y a sus movimientos populares, particularmente llamamos a la juventud radicalizada que ya ha probado su internacionalismo militante en las batallas contra el FMI y el capitalismo mundial en Seattle, en Washington, en Melbourne y en Praga, a movilizar todas sus fuerzas en una acción de solidaridad con la lucha del pueblo palestino por libertad y justicia.


 


Después de la provocación de Ariel Sharon del 28 de setiembre, las protestas de masas, la masacre y el ascenso de una nueva Intifada popular en la Palestina ocupada, toda la escena política internacional ha cambiado dramáticamente. En una movilización popular sin precedentes, cientos de miles e incluso millones de personas han manifestado en todo el mundo árabe y musulmán, desde Marruecos, Egipto, Jordania, Siria, Irak e incluso Arabia Saudita y Kuwait, hasta Irán, Filipinas, Indonesia, y también en Francia y en los propios Estados Unidos.


 


Esta causa no es sólo la causa de la emancipación nacional de los pueblos árabes y musulmanes oprimidos por los Estados Unidos y el imperialismo europeo con la ayuda de las clases dominantes locales. Es también nuestra causa, la causa de todos los oprimidos y explotados por un sistema social históricamente decadente y bárbaro, el capitalismo mundial. Es la causa de la clase obrera y de todos los que luchan por la emancipación humana universal. ¡Hoy, todos somos palestinos!


 


II


 


Los guerreristas del régimen sionista, en el Partido Laborista y en el Likud, están cerrando filas, formen o no un "gobierno de unidad nacional", para imponer a sangre fría un plan totalmente descabellado. El ataque contra las áreas residenciales palestinas por el ejército israelí y las bandas de colonos-pogromistas de extrema derecha tienen más específicamente como objetivo aterrorizar y "transferir" ("limpieza étnica") masivamente a la población con el pretexto de "proteger" los asentamientos judíos de la guerra. Los pocos palestinos que queden, vivirán en "cantones" controlados por fuerzas militares israelíes fuertemente armadas y administrados por una "Autoridad Palestina" brutal y corrupta. Esta es una versión de la llamada "nueva" o "unilateral" o "solución final" de la cuestión palestina, adelantada luego del colapso del "plan de paz" de Clinton/Barak de julio de 2000. Inevitablemente, este "plan de paz" fracasará como el anterior.


 


Barak ha invertido el viejo refrán "si quieres la paz, prepara la guerra"; él quiere la guerra y la prepara hablando del "proceso de paz".


 


Las "negociaciones" de Camp David entre Clinton, Barak y Arafat condujeron a un "plan de paz" equivalente a una provocación abierta. El "plan" redujo al 20% de la Palestina histórica el área bajo el mando de la Autoridad Palestina reconocida por los "acuerdos de Oslo" y dejó en manos del Estado sionista más del 10% de las más fértiles tierras de la Ribera Occidental y el control sobre el 93% de las fuentes de agua. El 80% de los asentamientos de los judíos israelíes en los Territorios quedó en su lugar y fueron establecidos nuevos asentamientos en Gaza, que ha sido dividida en tres partes, para hacer más fácil su control por el ejército israelí. No se reconoció el derecho al retorno de los refugiados palestinos. Jerusalén, incluyendo la parte de la ciudad con una mayoría árabe y palestina, permanecía bajo soberanía israelí.


 


El "acuerdo de Oslo", de 1993, había alcanzado el clímax de su absurdo con el "plan de paz" de Camp David 2000: fue propuesta, con la arrogancia de un conquistador, la creación de artificiales "bantushanes" palestinos, completamente controlados por los servicios de seguridad israelíes. Al mismo tiempo, fue establecida la legitimidad del Estado sionista como el gendarme oficial e indisputado del imperialismo en los campos petroleros del Medio Oriente, con la "buena voluntad" de los gobernantes árabes y de Arafat.


 


El "plan de paz" es el real "casus belli", la causa de las masacres y del levantamiento popular.


 


La provocación fracasó. La explosión popular después de la masacre de civiles se hizo incontrolable. No sólo se rebelaron los palestinos de los territorios bajo la Autoridad Palestina, incluyendo las milicias Tanzim de la Al Fatah de Arafat, sino también aquellos que viven en la propia Israel, incluyendo las grandes ciudades donde judíos y palestinos viven juntos, como Jaffa, Haifa y Acco, e incluso los beduinos en Rahat y en toda Galilea. La segunda Intifada comenzó en una escala incomparablemente superior a la anterior.


 


III


 


El llamado "proceso de paz" iniciado en Oslo en 1993 fue una maniobra imperialista de los Estados Unidos y el sionismo para enfrentar la revolucionaria Intifada popular de 1987/93, para desviar y "secuestrar" al movimiento nacional palestino a través de su dirección histórica.


 


La maniobra imperialista agravó todas las contradicciones en Israel y entre la población palestina. Polarizó la sociedad israelí ya en crisis, profundizando todas las divisiones entre los diferentes segmentos, entre religiosos "fundamentalistas" y "post-sionistas" laicos, entre los guerreristas y el campo pro-Oslo, como dramáticamente lo demostró el asesinato de Rabin. En el otro lado, las espantosas condiciones sociales de los palestinos en los Territorios se deterioraron aun más, con el establecimiento de un régimen de apartheid que produjo una brecha creciente entre la población frustrada y la corrupta Autoridad Palestina, colaboradora de la Shin-Bet (servicios secretos del Ejército sionista) y la CIA.


 


La conspiración contra la Intifada de 1987/93 fracasó completamente. Ha conducido finalmente a la actual y revolucionaria segunda Intifada y al total colapso de la estrategia imperialista de los Estados Unidos en el Medio Oriente en el período de la posguerra fría y posguerra del Golfo.


 


IV


 


El imperialismo ha reorganizado su estrategia para sacar todas las ventajas del colapso del stalinismo, de la implosión de la Unión Soviética y del giro abierto de la élite burocrática gobernante hacia la restauración capitalista.


 


El colapso del llamado "campo socialista" ha cerrado el espacio para las maniobras entre el imperialismo y el Kremlin tradicionalmente utilizadas por el nacionalismo burgués y pequeñoburgués en los países árabes y en el "Tercer Mundo". Esta bancarrota del nacionalismo radical en favor de un acomodamiento a los intereses imperialistas se ha convertido en una tendencia mundial, de América Latina a Sudáfrica, de Irlanda a Palestina.


 


La estrategia norteamericana en Medio Oriente en la última década ha tenido dos grandes objetivos: la destrucción de Irak como centro de resistencia a los planes estadounidenses en la región y la sujeción del movimiento nacional palestino por medio del fraudulento "proceso de paz" iniciado en Oslo. El imperialismo ha fracasado totalmente en lograr ambos objetivos.


 


Cerca de una década después de la Guerra del Golfo, a pesar de la incesante guerra de "baja intensidad", de los ataques aéreos y de los enormes sufrimientos de la población iraquí como consecuencia de las sanciones impuestas por el imperialismo, Irak sigue siendo un factor incontrolable.


 


Ahora, la segunda Intifada le da un golpe mortal a la conspiración del "proceso de paz" de Oslo/Camp David y desestabiliza totalmente al conjunto del Medio Oriente.


 


¡Después de una larga pausa, la revolución árabe está en marcha nuevamente!


 


V


 


La nueva explosión política en esta región estratégicamente crucial, rica en petróleo, intensifica enormemente la crisis mundial del capitalismo.


 


El precio del petróleo ya se había ido a las nubes en 1999. Hay una analogía entre este fenómeno y la cuadruplicación del precio en 1973. La guerra de Yom Kippur en 1973 dio el ímpetu para una respuesta a las potencias imperialistas de Occidente. Se convirtió en el detonante de una serie de explosiones revolucionarias en Europa (la caída de los gobiernos derechistas en Gran Bretaña y Alemania, de las dictaduras de Grecia, España y Portugal, etc.), en Africa (Etiopía, Angola, Mozambique, etc.) y en todo el mundo.


 


La crisis asiática (de 1997/98) marcó un nuevo punto de inflexión.


 


Esta es la fuerza conductora detrás de la nueva ola internacional de luchas, de América Latina a Palestina y de Seattle y Praga a Melbourne y Seúl. La clase dominante lo sabe muy bien.


 


Ahora, los regímenes reaccionarios árabes tienen temor de usar el "arma del petróleo" contra el imperialismo, a pesar de los llamados de los palestinos.


 


No se trata sólo de una repetición de la tradicional actitud cobarde que los gobernantes árabes siempre han demostrado hacia la causa de la emancipación nacional de los palestinos y de todos los pueblos árabes. Es un reconocimiento de que la lucha popular por la emancipación nacional de la opresión sionista-imperialista está íntimamente conectada a la lucha por la emancipación social de todas las parasitarias élites burguesas, las monarquías y los emiratos en el mundo árabe.


 


VI


 


La nueva Intifada le da un poderoso golpe a la capitulación de la dirección burguesa y pequeñoburguesa del movimiento de liberación nacional palestino. Esta dirección ha perdido el control, al menos por el momento, sobre el nuevo levantamiento popular, incluyendo las fuerzas "leales" de Tanzim-Al Fatah.


 


Nadie entre los palestinos cree que Arafat puede cambiar su curso político bajo la presión popular. Sus fuerzas de seguridad todavía operan en conjunto con los servicios de seguridad israelíes y la CIA. Hay una profunda crisis y vacío de dirección en el movimiento palestino que el fundamentalismo islámico intenta llenar. Pero el camino hacia una Palestina libre no puede ser el camino del oscurantismo del Afganistán de los talibanes.


 


El fundamentalismo islámico es una forma de nacionalismo, abierto a la manipulación imperialista por su propio oscurantismo y odio al socialismo, que divide a las masas oprimidas según líneas religiosas. Esta forma atrasada de nacionalismo revive hoy por la crisis del propio nacionalismo, moderado o radical, que es orgánicamente incapaz de resolver el problema nacional en la época del imperialismo.


 


La actual rebelión palestina es el resultado de las heridas y las frustraciones generadas por Oslo, y Oslo es el resultado de la bancarrota del nacionalismo. Dentro de Israel, la dirección tradicional de los árabes "israelíes" también muestra su incapacidad para conquistar la igualdad para los palestinos que en 1948 permanecieron dentro de las fronteras del Estado sionista.


 


La victoria es una tarea estratégica. Sólo una nueva estrategia revolucionaria, que vaya más allá de los límites del nacionalismo laico o religioso, puede conducir a las masas oprimidas a la victoria.


 


Esta estrategia y organización tiene que ser internacional en su naturaleza y horizontes, en la medida en que los factores principales y las fuerzas conductoras determinan que la cuestión palestina y la de todo el Medio Oriente son internacionales.


 


VII


 


Para una nueva estrategia revolucionaria por la liberación de Palestina es crucial encontrar las vías y los medios para la unidad de bases entre el pueblo palestino y los trabajadores, jóvenes e intelectuales judíos que se oponen a la barbarie sionista.


 


Esto parece extremadamente difícil. La mayoría del pueblo judío en Israel y en la Diáspora ven, como en el pasado, el "enemigo" en el "lado árabe". La izquierda sionista (Meretz, el movimiento "Paz Ahora") toma igual distancia entre las víctimas y sus carniceros, considerando responsables de la masacre tanto al Ejército israelí como a los palestinos. Sólo una valiente minoría de la izquierda en Israel (el "Bloque por la Paz", "los Hijos del País", el Partido Comunista, el Comité de Acción por una República Democrática y Laica, los Militantes por la IV Internacional, etc.) han organizado manifestaciones contra la ocupación y la guerra, en solidaridad con el pueblo palestino.


 


Pero, incluso como una minoría, este movimiento hacia una unidad de bases judeo-palestina está vivo, lucha y puede crecer. El brillante ejemplo del soldado israelí Noam Kuzar, que fue llevado a una corte marcial y sentenciado a prisión por negarse a participar en la represión de la población palestina en Jericó, lo demuestra. El padre de Noam, orgulloso de su hijo, dijo que "su familia recibe muchos mensajes de apoyo y solidaridad, incluyendo el de padres que no quieren que sus hijos arriesguen sus vidas en una misión sin sentido para reprimir la rebelión de un pueblo".


 


El Ejército israelí, con toda su capacidad destructiva, puede derrotar a los ejércitos regulares árabes pero nunca podrá derrotar a los "Davids" palestinos armados sólo con piedras. Como demuestran los ejemplos anteriores de la Intifada de 1987 y el sur del Líbano, el rechazo generado entre la población civil judía y entre los soldados por la masacre de civiles y niños es devastador para los planes del sionismo.


 


Incluso la inestable mayoría que hoy es hostil a la "amenaza y violencia árabe" está en una impasse: saben que el "proceso de paz" está muerto y al mismo tiempo reconocen que la solución militar del problema es imposible. Un genocidio, una "Shoah" para los palestinos, no es una opción. Tienen que buscar la vía para crear condiciones de cohabitación pacífica, cooperación y mutuo respeto.


 


Más aún: el sionismo prueba una vez más que es el mejor aliado del antisemitismo. La nueva masacre del pueblo palestino llega en un período de crecimiento de la extrema derecha y el antisemitismo, en particular en Europa. El antisemitismo siempre crece en los períodos de profunda crisis económica y social del capitalismo. Los crímenes del sionismo ayudan a los antisemitas y a los fascistas a diseminar sus inmundicias contra los judíos. Ya hubo ataques antisemitas en Francia y Gran Bretaña como consecuencia de los recientes acontecimientos en Palestina. El Frente Nacional de Le Pen aprovechó la oportunidad para disfrazarse de "amigo de los palestinos" atacando objetivos judíos. La organización fascista rival de Bruno Megret llamó a los judíos de Francia a un frente común "contra la amenaza árabe".


 


Esta división del trabajo entre los racistas prueba indirectamente la verdad de este principio básico: No se puede luchar contra el antisemitismo capitulando ante el sionismo, ni se puede luchar contra el sionismo sin luchar contra el antisemitismo.


 


VIII


 


El marxismo ha insistido siempre en que el sionismo no es la solución a la cuestión judía, al problema de la persecución de los judíos en la sociedad de clases, particularmente en la época de la decadencia imperialista. Los grandes revolucionarios León Trotsky y Rosa Luxemburgo incluso pronosticaron que llevaría a una trágica trampa histórica tanto a los judíos como a los árabes en Palestina. Ahora más que nunca, desde los tiempos de la Gran Depresión, la emancipación del pueblo judío de la discriminación y de la persecución, en el mundo capitalista desgarrado por la crisis, depende enteramente de la revolución socialista mundial y de la emancipación humana universal. Desde este punto de vista, podemos decir sin duda alguna que el judío no puede ser libre en una sociedad donde el palestino es un esclavo, un refugiado en el exterior o un "ciudadano" de tercera clase en un Bantushtan "en casa". La emancipación del pueblo judío depende hoy de la emancipación nacional del propio pueblo palestino.


 


La verdadera solución a la presente impasse no puede ser la renovación de otra forma de las mismas e hipócritas "negociaciones de paz" entre el régimen sionista y sus secuaces en la Autoridad Palestina bajo el auspicio del imperialismo norteamericano; la repetición de un juego de guerra llamado "proceso de paz".


 


No hay paz bajo el imperialismo: para alcanzar la paz, las masas primero tienen que liberarse ellas mismas de la tiranía imperialista. Los trabajadores judíos y palestinos tienen que tomar su destino en sus propias manos. Tienen que unirse y luchar contra las masacres sionistas, la ocupación y la guerra. Tienen que ganar mutua confianza en luchas comunes de solidaridad. Tienen que ganar y compartir su futuro.


 


No hay futuro en el establecimiento de un régimen de apartheid con Bantushtans ahora llamados "cantones". No hay futuro incluso con la partición, con una "solución de dos Estados", como reclaman algunos sectores de la izquierda israelí, tanto en su forma "burguesa democrática" levantada por el Partido Comunista, como en la versión 'socialista' de la partición en "una Israel socialista junto a una Palestina socialista", proclamada por los partidarios del CWI en el grupo "Maavak Sotzialisti" (Lucha Socialista). La igualdad entre judíos y árabes palestinos sólo puede ser establecida en una República independiente, democrática, laica y socialista en el territorio histórico de Palestina, sin ninguna discriminación étnica o religiosa para sus habitantes. Este territorio auténticamente liberado puede y debe convertirse en la piedra angular de la liberación y reorganización de toda la región, de abajo a arriba, en unos Estados Unidos Socialistas del Medio Oriente.


 


IX


 


Esta audaz perspectiva histórica tiene que ser llevada adelante por la vanguardia de la clase obrera en la región e internacionalmente como un vínculo vital entre el movimiento popular antimperialista en el Medio Oriente y la lucha internacional por el socialismo. Pero esto significa, en primer lugar, que esa vanguardia tiene que organizarse en una organización internacional de combate -una Internacional Obrera Revolucionaria.


 


Para llevar adelante este urgente objetivo histórico, fue lanzado hace unos pocos años nuestro movimiento por la refundación de la IV Internacional.


 


Es muy importante que el Comité de Acción por una República Laica y Democrática luche hoy a la vanguardia del combate por la solidaridad con el levantamiento palestino. De sus filas surgió el grupo de Militantes por la IV Internacional, que apoya la inmediata refundación de la IV Internacional y tomó parte en la movilización contra el FMI y el Banco Mundial en Tel Aviv en apoyo a la movilización de Praga.


 


Llamamos a los luchadores de vanguardia de la clase obrera judía y palestina, de la juventud militante y de la intelectualidad a formar parte del nuevo movimiento por una República laica y democrática y contra el apartheid, que pusieron en pie el Movimiento "Hijos del País", el Movimiento Anti-apartheid, el Comité de Acción por una República Laica y Democrática y el grupo de Militantes por la IV Internacional, y a unirse a la lucha por la solidaridad contra las masacres sionistas y en defensa del levantamiento popular de los palestinos oprimidos, como primer paso hacia la construcción de una organización obrera y socialista de árabes y judíos en Palestina.


 


* Basta de masacres sionistas contra el pueblo palestino. Fuera la ocupación y la guerra de agresión.


 


* Abajo el sionismo y el imperialismo.


 


* Fuera las tropas y bases militares norteamericanas del Medio Oriente y del Mediterráneo Oriental.


 


* Por una República Palestina libre, independiente, democrática, laica y socialista.


 


* Por los Estados Unidos Socialistas del Medio Oriente.


 


 


Adelante por la Internacional Obrera Revolucionaria, la IV Internacional refundada.


 


Octubre de 2000

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