Nos encontramos en el auditorio de la Universidad Tecnológica de Resistencia: el ingeniero Gualberto Venesia, vicegobernador de Santa Fe, se dirige al mapa de Sudamérica, toma el puntero con la decisión de un director de orquesta y comienza a trazar líneas, describiendo itinerarios y conexiones a lo largo de paralelos y meridianos. Su paroxismo planificador deja nombres de ríos: Paraguay, Paraná, Amazonas, Orinoco, Madeira, Tieté. El ingeniero Venesia está canalizando el mundo, pergeñando un gabinete del horror constructivo que enlaza el Río de la Plata con el Caribe, uniendo las aguas de los ríos sudamericanos y enlazándolas con corredores de autopistas y ferrocarriles. En alas de su fantasía, su codicia ingenieril mezcla Dulce con Salado (nuestros ríos norteños), viajando por cada línea azul que le ofrece el mapa. A Bolivia llega tanto por el Pilcomayo como por el Bermejo.
Con esta ponencia, el ingeniero Venesia, presidente del Comité Federal de la Hidrovía Paraguay-Paraná, cierra ante un pequeño grupo de funcionarios, escasos periodistas y algunos anhelados ecologistas, las Primeras Jornadas sobre políticas provinciales para la Hidrovía, que se reunió en Resistencia el 2 de abril de 1997. Lo acompañan los representantes de Buenos Aires, Entre Ríos, Formosa y Misiones, provincias que, junto a Corrientes, serán afectadas por las obras.
¿Qué es el proyecto Hidrovías Paraguay-Paraná (HPP)?
Esta obra comprende la construcción de una vía industrial navegable para embarcaciones de hasta 3,3 metros de calado, en un tramo fluvial de aproximadamente 3.400 km desde Puerto Cáceres, Brasil, hasta el Puerto de Nueva Palmira, en el Uruguay. Los gobiernos de la Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay se proponen hacer navegable este tramo durante las 24 horas del día los 365 días del año. La comunicación con Bolivia se establecerá a través del Canal Tamengo. El área de influencia de la HPP comprende una superficie de 720.000 km2, y una población de 40 millones de habitantes. Su financiación, que según el presidente argentino, Carlos Saúl Menem, ascenderá a 1.000 millones de pesos numerosos críticos del proyecto sostienen que excederá largamente dicha suma, será solventada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El proyecto será planificado e implementado por el Comité Intergubernamental de la Hidrovía Paraguay-Paraná (CIH), constituido en 1990 por los gobiernos de las cinco naciones mencionadas más arriba.
Los beneficios del proyecto, según el colorido prospecto que entrega el CIH a quienes encuentren el camino a una de sus dos únicas oficinas en el país (1), son:
1. Ahorrar costos de transporte mediante el uso de convoyes de barcazas de mayor tonelaje. Por ejemplo, los estudios de factibilidad económica estimaron que los costos de transporte para granos tal el caso de la soja, que en la actualidad ascienden a cerca de 0,0083 dólar por tonelada-kilómetro, se reducirán a 0,0059 dólar.
2. Mejorar las condiciones de seguridad en la navegación, reduciendo los riesgos de accidentes.
3. Reducir los tiempos de transporte.
Más abajo, el citado prospecto cita los principales productos y sus características: "en dirección Norte-Sur, son mercaderías a granel, tales como: algodón, pellets de soja, pulpa de papel, mineral de hierro, manganeso. En la dirección Sur-Norte, el principal producto es combustible".
El siguiente apartado del prospecto describe sucintamente el medio ambiente que atraviesa la Hidrovía, y el posterior habla de las condiciones humanas: "El CIH, conciente de la importancia de los aspectos sociales en todo emprendimiento de desarrollo, ha empeñado su voluntad política para garantizar un proceso de estudios transparente y participativo. Especial deferencia se ha tenido con organizaciones ambientalistas y representantes de pueblos indígenas que temen por efectos negativos a consecuencia de las obras en estudio. A los mismos se les ha garantizado el acceso a información, poniendo a su disposición los estudios de factibilidad y de impacto ambiental producidos por los consorcios consultores. Además, se ha programado una serie de reuniones públicas para presentar y discutir el avance de los estudios. De este modo, el proceso de estudios de la HPP se constituye en un ejemplo de un proceso de carácter participativo a escala regional".
Los lectores que descreen de aggiornamientos tan ambiciosos, se ven apoyados en su escepticismo por numerosas organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales, como la Coalición Ríos Vivos, las agencias estadounidenses USAID e International Rivers Network y la danesa Booth Ends.
Ríos Vivos
Ríos Vivos es una coalición integrada por 300 organizaciones ambientalistas, sociales e indígenas de la Cuenca del Plata (2), que se opone a la construcción de la HPP basándose en el principio fundamental de que la Hidrovía existe desde los tiempos en que la fundación de las ciudades del Litoral se hacía a lo largo de la ribera de los grandes ríos, partiendo desde el Paraguay.
En su boletín de comunicación de agosto de 1996, Ríos Vivos advierte que el proyecto HPP amenaza toda la Cuenca del Plata, tanto por los impactos en su medio ambiente como en las culturas y formas de sustento de las poblaciones ribereñas, agregando que las poderosas fuerzas económicas que impulsan este proyecto saben que si hoy los ríos ayudan a los pequeños productores y pescadores, la construcción de este enorme emprendimiento pondrá la navegación al servicio de los grandes exportadores, propulsores del voraz monocultivo agroexportador, que significa desmontar selva, envenenar aguas, destruir culturas y correr gente para sembrar unos pocos o incluso un sólo producto de exportación.
Visita a un hijo del río
Saliendo de Resistencia, nos dirigimos hacia la desembocadura del riacho Antequera, en el Paraná. En el camino, atravesamos un humedal de increíble verdor, plagado de garzas, biguás y de numerosas otras especies de aves endémicas: un espectáculo de una hermosura incomparable.
Nos detenemos al borde del riacho y hablamos con uno de los pobladores, que viven entre otras actividades de la pesca. Al hablar sobre el futuro que les depara la HPP, Manuel nos habla de sus temores, fundados en un conocimiento del río trasmitido de generación en generación: "Para nosotros éste es el fin, ya que cuando pasen los trenes de barcazas cada 45 minutos, el ruido y la marejada sobre las orillas impedirá el deshove de los peces. Además, sabemos que el dragado de los bancos de arena es algo de nunca acabar, ya que lo que se draga de un lado, vuelve a sedimentarse en otra parte del río. Van a tener que seguir dragando interminablemente".
Impacto ambiental
Entre las obras de gran impacto que impugna Ríos Vivos, se encuentran:
1. Los cambios en el régimen hidrológico, debido a las transformaciones en el uso del suelo.
2. La erosión de los suelos a consecuencia de la alteración de los patrones de escurrimiento superficial de las aguas, impidiendo el drenaje y afectando las condiciones de salinidad.
3. La alteración de los márgenes y estructuras costeros.
4. La modificación del régimen de erosión y sedimentación, debido al aumento del oleaje generado por las embarcaciones.
5. La captación y acumulación de sedimentos contaminados.
6. El aumento de riesgos de derrames de las cañerías de las estructuras de almacenamiento de combustibles para embarcaciones.
7. Las alteraciones de la producción pesquera, por modificaciones en la velocidad de escurrimiento de las aguas y por el aumento de la actividad humana.
8. El deterioro de la calidad del agua.
9. La pérdida de humedales, que dejarán de cumplir su función reguladora de las crecientes (absorben y despiden agua a la manera de una esponja) provocando inundaciones en regiones situadas aguas abajo. Las consecuencias del desecamiento de los humedales serían: la pérdida de la biodiversidad local, regional y global, en especial de la diversidad de peces; la disminución de la productividad biológica, la pérdida de las bellezas naturales y los cambios en los modelos de la cadena alimenticia. Uno de estos biotopos expuestos al peligro de desertificación es el Pantanal, situado en Brasil, el humedal más extenso del mundo.
Gran parte de las críticas de Ríos Vivos son compartidas por el documento "Lista de próximos proyectos de la banca multilateral de desarrollo con posibles motivos de preocupación ambiental", de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), de marzo de 1996.
Entre las obras más criticadas por las organizaciones ambientalistas e indígenas se encuentran la rectificación de meandros de los ríos, para evitar el desarmado de trenes de barcazas; la profundización del lecho del río en varias partes; la remoción de afloramientos rocosos y el cierre de afluentes laterales para mantener el volumen de aguas en el cauce principal.
Entre las obras proyectadas que más críticas suscitan se encuentra la construcción de una represa en el Paraná Medio, que podría terminar en una catástrofe ecológica y social de dimensiones parecidas a las de Yacyretá u otras similares. Nuevamente, se confirmaría la hipocresía de la afirmación aprendemos de nuestros errores, tan cara a quienes construyen megaproyectos socializando los costes y privatizando los beneficios a favor de las grandes empresas que lucran con la exportación de productos de escaso valor agregado, como la soja, que termina como alimento animal en Europa y en los EE.UU. No en vano, Cargill, la mayor comercializadora de productos agrícolas del mundo compró recientemente el 51% de las acciones de la terminal de exportación de soja y puerto de barcas en Puerto Aguirre, Bolivia. A este país y a sus vecinos les quedarán la expansión de la frontera agricolo-ganadera a expensas de los bosques y las selvas subtropicales, y la contaminación de las tierras con plaguicidas y fertilizantes.
Las objeciones de los críticos a la HPP no se limitan a cuestiones ambientales, sino que también cuestionan el remanido argumento de la creación de puestos de trabajo.
El señor Carlos Leoni, de Ríos Vivos, señala que en las regiones vecinas a Salto Grande y a Yacyretá, la terminación de las obras hizo aumentar el desempleo, agregando con incontrastable lógica que la racionalización de los puertos y la nueva forma de navegación mediante trenes de barcazas en el río Paraná derivará en un desmontaje de puestos de trabajo en la flota fluvial. Todo esto sin contar la desaparición de formas de vida tradicional, como es el caso de los pescadores.
Por otra parte, Ríos Vivos critica duramente que la misma consultora que realiza las obras y acciones de corto plazo, destinadas al mejoramiento de la navegabilidad, mediante la restauración de canales en el tramo Santa Fe-Corumbá/Puerto Quijano y la señalización entre Nueva Palmira y Corumbá, sea la misma que evaluará el impacto ambiental: el consorcio formado por Hidroservice Engenharia Ltda. (Brasil), Louis Berger Engineering Ltd. (EE.UU.) y Estudios de Ingenieria Hidráulica (Argentina).
Crítica fundamental: la falta de información y de participación de los afectados
Pese a la declaración de buena voluntad de la CIH, fueron necesarias muchas presiones de parte de Ríos Vivos y organizaciones ambientalistas extranjeras para que los realizadores del proyecto cambiaran una política de información que se limitaba a convencer a la opinión pública de las bondades de la megaobra, ocultando las críticas.
De esta manera, el CIH organizó el Primer Taller Indígena, reunido en la ciudad de Corrientes el 3 de abril de 1997. Al finalizar este taller se creó el Grupo de Trabajo Indígena, formado por un representante indígena de cada uno de los cinco países miembros del CIH.
Este grupo solicitó al CIH la formación de un Grupo Asesor de Pueblos Indígenas, entre cuyas funciones estarán la facultad de pronunciarse, en base a información suficiente, sobre el programa HPP y sobre sus acciones y políticas; el monitoreo y control de prevención de impactos ambientales, socioeconómicos, culturales y espirituales de los pueblos de la región; el establecimiento de mecanismos de consulta e intercambio de información con los pueblos indígenas que puedan resultar afectados, y la formación de equipos técnicos referidos entre otros temas a legislación, fondos de desarrollo y territorios indígenas.
Entre los indígenas representados en el Taller se encontraban los kaiowa-guaraní, nación que está sufriendo una ola de suicidios motivados en el temor a perder su base de sustento, ya que su territorio está siendo ocupado y degradado por los grandes plantadores de soja.
De cualquier manera, a esta apertura informativa se opone la escasa difusión que se le da a todo aquello que pueda dar por tierra a la HPP.
Informe de hidrólogos
El 27 de diciembre de 1996 fue dado a conocer un estudio realizado por el doctor Stephen K. Hamilton, de la Kellog Biological Station de la Universidad de Michigan, que concluye que incluso una pequeña variación en el nivel del río Paraguay, causada por la profundización o ampliación del río, podría secar extensas áreas del Pantanal.
Por otro lado, un grupo de hidrólogos estadounidenses y argentinos, reunidos en Buenos Aires a comienzos de este año, cuestionó los estudios del consorcio de consultoras designadas por el CIH, sosteniendo que los análisis hidrológicos de Louis Berger Associates e Hidroservice son "simplistas, por decir lo mejor", agregando que "no pudieron representar las complejas interacciones entre aguas superficiales y aguas subterráneas, su variabilidad temporal y espacial y las interacciones entre los niveles del río, depósito de agua subterránea, extensión de las inundaciones en la planicie inundable y los efectos sobre la flora y la fauna, cuya riqueza caracteriza al Pantanal".
Sin embargo, la Secretaría Ejecutiva del CIH, tan preocupada por un proceso "transparente y participativo", se limitó a publicar este informe en Internet, en lugar de cumplir su obligación de hacerlo llegar a la mayor cantidad de gente posible (ver recuadro).
Conclusiones
Es evidente que las instituciones interesadas en la realización de la HPP han asimilado las críticas que se le formularon, adaptando su discurso a esta nueva dialéctica. Ahora ellos también hablan de hidrovía natural y de adaptar la navegación al río y no el río a la navegación. Este cambio también se refleja en la participación de las comunidades indígenas en el nuevo Grupo Asesor.
Sin embargo, esto no significa necesariamente que los impulsores de la HPP dejen de presentar a ésta como un hecho consumado, ni que no intenten utilizar a las comunidades indígenas como coartada (el divisionismo y la corrupción no son ni nuevos ni impracticables para quienes detentan el dinero y el poder).
Para un proyecto político en el que la globalización está regida por los principios del crecimiento constante, de la apropiación privada de los beneficios, de la socialización de los costes y de la ficción del comercio libre, es muy escaso el margen de maniobra que queda para experiencias de desarrollo comunitario y para un mejoramiento de la calidad de vida sustentado en decisiones realmente democráticas, que vayan más allá de la acumulación de bienes materiales.
Pero para evitar que se haga realidad la terrorífica imagen del ingeniero Venesia conduciendo barcazas cargadas de materias primas ante orillas plagadas de depauperizados, toda la sociedad deberá participar de las decisiones sobre la HPP.
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Entrevista al Secretario Ejecutivo del CIH, Sr. Jesús González, después del Primer Taller Indígena
P: Sr. González, ¿se envía información a cada una de las comunidades afectadas?
J.G.: No. Después de este Taller vamos a centralizar la información en la Comisión Asesora, para que los responsables la lleven a las comunidades. Para esto pedimos la constitución de este grupo en el seno de la CIH.
P: ¿Con qué presupuesto cuenta el CIH para la información?
J.G.: Nosotros tenemos bancos de datos. Se han realizado los primeros estudios, que darán lugar a otros estudios puntuales de las obras. Estos estudios están en manos del PNUD, del BID y de la Secretaría Ejecutiva en Buenos Aires.
También esperamos ayuda de otras organizaciones internacionales, como la Unión Europea, que en julio enviará una gran delegación a Buenos Aires.
P: En caso de que las comunidades de afectados se opongan a toda la obra o a obras puntuales, ¿se suspenderán éstas?
J.G.: Sí. Nosotros sostenemos que la obra ya está hecha por la naturaleza. Lo que estamos haciendo es armonizar las reglamentaciones de los diferentes países. Si de los estudios y de las objeciones surge que no se puede hacer la HPP, no se hará, debiendo en este caso adaptarse las flotas. Pero para eso necesitaremos ayuda, porque nuestros países no lo pueden financiar.
Notas:
1. Dirección de la Secretaría Ejecutiva de la CIH: Reconquista 385, 2º Piso, Capital Federal.
2. Dirección: Oficina de CTERA (que forma parte de Ríos vivos), Rivadavia 3623, Capital Federal.