Elecciones en Chile: Se desintegra la Concertación


La socialista Michelle Bachelet ganó la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Chile, con el 46% de los votos. La Concertación obtuvo, además, el 52% de los votos para parlamentarios, la mayoría de los cuales pertenecen al Partido Socialista. La Democracia Cristiana (el otro partido de la Concertación) sólo logró seis bancas. Dentro de los límites políticos del proceso chileno podría decirse que el electorado se inclinó hacia la izquierda.


 


Crisis política


 


El resultado electoral diseña un principio de crisis política, en la medida en que ha puesto en cuestión el sistema electoral binominal establecido en la Constitución por Pinochet -y religiosamente mantenido desde entonces por los “demócratas”- que impide cualquier representación parlamentaria fuera de la alternancia derecha-Concertación.


 


Los resultados electorales muestran el agotamiento de este sistema, pues la Democracia Cristiana se ha derrumbado y el PS concentra la mayoría de los diputados de la Concertación. En la DC existe una corriente que quiere libertad para hacer frentes con la derecha, lo que obligaría al PS, eventualmente, a reconstruir con el PC una suerte de Unidad Popular. Esta tendencia explica que la candidata Bachelet haya sido dejada virtualmente sola por las jerarquías del gobierno frente al desafío de la segunda vuelta de las elecciones.


Así, en el país donde todos dicen que “no pasa nada”, las elecciones han dejado al descubierto un principio de crisis del régimen político.


 


Crisis social


 


La campaña electoral estuvo dominada, en parte, por las manifestaciones de la crisis social. El crecimiento de la miseria, la concentración de la riqueza y el fracaso del régimen previsional fueron los principales temas en debate. Chile registra los mayores índices de diferenciación social, de horas trabajadas y de consumo de drogas psicotrópicas de América Latina.


 


De los siete millones de afiliados al régimen previsional privado, apenas aporta la mitad (el resto son desocupados o trabajadores en negro). Los que se jubilan, cobran una miseria. Una masa creciente de los jubilados del sistema privado no llegan a cobrar la jubilación mínima establecida por el Estado en un nivel de miseria. El Estado se ha comprometido a pagar a cada jubilado del sistema privado un subsidio equivalente a la diferencia entre el haber que le paga el fondo privado y la jubilación mínima de ley. Como los que deberán reclamar esa diferencia crecen sistemáticamente, una fracción creciente de las finanzas públicas debe ser destinada a la financiación de las jubilaciones… privadas. Distintas proyecciones estiman que, en pocos años, el déficit previsional podría ser explosivo. Sin embargo, el “secreto” del “milagro chileno” radica en este saqueo a los trabajadores, porque ofreció a los capitalistas una masa de capital gratuita que se acerca a los cien mil millones de dólares.


 


Cualesquiera sean las ilusiones que algunos sectores populares albergan en Bachelet, su eventual gobierno será una agencia del imperialismo, al igual que sus antecesores, aunque deberá lidiar con condiciones de crisis social y políticas completamente nuevas.


 

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