Frank García Hernández es un reconocido activista cubano, historiador y miembro del concejo editorial del blog Comunistas. Frank fue detenido en las protestas del pasado julio y expulsado de su trabajo en teleSUR. También tuvo que enfrentar acusaciones de “actividad contrarrevolucionaria” por parte de miembros de la burocracia del Partido Comunista de Cuba, las cuales tuvieron que ser, posteriormente, retiradas por falta de pruebas.
Entrevista realizada a fines de noviembre de 2021 en Cuba por Guillermo Kane.
Las “Tareas de ordenamiento”
-¿Cuál ha sido el impacto de las medidas económicas adoptadas por el gobierno de Miguel Díaz-Canel, presentadas como “Tareas de ordenamiento”?
-Creo que ellos mismos están decepcionados. Ellos evidentemente no esperaban el resultado catastrófico que han tenido, al punto de que tuvieron que sacar al burócrata que lo implementó, Marino Murillo, que estaba al frente de la Comisión de Implementación de los Lineamientos del partido, esos lineamientos son como la línea política-económica del Partido Comunista, que tenían pensado aplicarla hasta 2030. Esta comisión debía existir hasta 2030 y se disolvió ahora, en 2021, evidentemente ante el fracaso de la tarea de ordenamiento. Sin embargo, la destitución de Murillo y la disolución de la Comisión de Implementación de los Lineamientos no implicó que se revertieran las medidas, que no se tocaron, salvo alguna que otra, como cierta disminución de precios en los comedores de atención a las familias desvalidas, principalmente ancianos.
El impacto del desastre que provocó la tarea de ordenamiento hizo que la inflación ascendiera a 6.900%, tenemos hiperinflación. Tenemos, entonces, un alza de precios, provocada por el mismo Estado. La idea de fusionar, de unificar la tasa cambiaria provocó también un alza de precios en el sector estatal, que se hizo desmedida, como en el transporte público, que en La Habana subió el 500%, y esto estimuló también el ascenso de los precios del sector privado y sobre todo en el mercado negro. Esto impacta muy negativamente en la familia trabajadora cubana porque la misma crisis económica, que es muy grande, es muy grande también el mercado negro, que es el tráfico de comida principalmente o productos de aseo, básicos, que escasean, que a la vez se acaparan en la tiendas MLC.
Estas tiendas en moneda libremente convertible (MLC), que fueron aplicadas antes que las tareas de ordenamiento, son una revisión de las tiendas de recuperación de divisas, aplicadas por Fidel en diciembre del ’93, después de la despenalización del dólar. La idea de su introducción era captar las divisas que llegaban a las familias a través de las remesas de los cubanos emigrados. Lo que sucedió fue que como Cuba está realmente bloqueada, los dólares cubanos no los quería el Club de París, a quien le debemos una suma millonaria y se le está pagando puntualmente; no los quería ni Rusia ni China porque están desmontando el dólar de sus economías, y Estados Unidos persigue a las empresas que usen los dólares cubanos. Por lo tanto, aunque parezca mentira, de pronto, el gobierno cubano tuvo un sobreexcedente de dólares, algo que no previó, y prohíbe entonces que se depositen dólares en efectivo en los bancos. A la vez, Estados Unidos bloquea las remesas hacia Cuba y esto provocó que las tarjetas en moneda libremente convertibles, respaldadas en dólares, este dólar digital se separara del dólar en cash.
Valor de uso, valor de cambio, economía política marxista. ¿Quién quiere el dólar en cash? Los que van a viajar, es decir disminuye el uso del dólar; el dólar que está en la tarjeta MLC, ¿quién lo quiere?, todo el mundo para poder comprar en las tiendas MLC. Entonces, fracasó la tarea de ordenamiento en su idea principal que era la reunificación de la tasa cambiaria; ahora, hay una moneda digital que solamente existe en el mercado negro, que tiene una tasa cambiaria diferente a la del dólar, muy por encima de la del dólar en efectivo, y que solamente puede desaparecer esa moneda si desaparecen las tiendas MLC. Entonces, tienes el impacto en la clase trabajadora de la inflación más el desabastecimiento de las tiendas MLC, más que al no entrar los 4,5 millones de turistas que hacían falta en 2020 para crecer un 1% del PBI, en 2020 se desploma el PBI menos 11%. Y este año, a esta altura, la isla había recibido 190 mil turistas. No hay que ser especialista en economía para poder comparar si un país para que crezca un 1% en el PBI necesitaba 4,5 millones de turistas y sólo recibió en ese año 190 mil turistas, la economía colapsa por completo.
Y lo grave es que el colapso no solo es a nivel nacional sino a nivel internacional. En la década de los ’90, con el Período Especial, sucedió que la crisis era cubana. Perdimos el 85% de nuestros socios comerciales, pero fue nada más reorientar el mercado hacia América Latina y Europa, fomentar el turismo. La recuperación tardó alrededor de 5 años y ya se empezaba a sentir un alivio. Dependemos de la recuperación del mercado internacional, de la reactivación de la industria del turismo; es decir, la crisis económica, siendo muy optimista, se va a mantener dos años.
Al no entrar divisas al país, el Estado no tiene cómo comprar los alimentos que importaba, porque se había cometido el gravísimo error de que el 85% de los alimentos que consume Cuba son importados. No hay dinero, no hay cómo comprar alimentos, está el bloqueo imperialista, que es real; entonces, el gobierno cubano se encuentra en una crisis de desabastecimiento crítica, a esto se le suma que lo poco que hay no se está distribuyendo bien porque una parte está en las tiendas MLC y están vendiendo productos básicos como pollo, aceite, frijoles, entonces, el desabastecimiento crece. Y a esto, pongámosle las tareas de ordenamiento, que fue el alza de los precios en todo el sector público, aunque hubo un alza salarial, ésta no se sintió nada más que quizá los primeros dos meses. En resumen, el impacto de las tareas de ordenamiento en la mesa de la familia trabajadora cubana el impacto del desabastecimiento, el impacto de los precios altos, el desabastecimiento provocado por la crisis económica, provocado por las sanciones, pero a la vez por los precios altos por la inflación que provocó las tareas de ordenamiento.
Las protestas del 11 de Julio
-¿Qué significado político tienen para vos las jornadas que tuvieron lugar el 11 de julio y cuál es el escenario político que ha quedado configurado?
-Hay que hablar de una Cuba antes y después del 11 de julio. En el segundo pleno del Partido Comunista, celebrado en octubre pasado, el compañero presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez y primer secretario general del PC de Cuba decía que el 11 de julio no fue un quiebre o una ruptura de la clase trabajadora con la Revolución Cubana, más o menos citando directamente, y sí de un triunfo de la revolución porque los revolucionarios habían salido a la calle y aplastado las manifestaciones contrarrevolucionarias. Y realmente, si el gobierno ha creído en este discurso, no entendió la gravedad de lo que sucedió el 11 de julio. El 11 de julio tuvieron lugar las protestas antigubernamentales más grandes que ha vivido Cuba desde el triunfo de la Revolución Cubana. No solamente en cantidad aquí, en La Habana, en una marcha pacífica que logró reunir entre 3 y 5 mil personas, que es una cifra que puede ser minúscula en otro país, pero en un país donde no ocurre ninguna protesta es exuberante. No solo estuvo esta marcha, sino que sucedió prácticamente a nivel nacional.
Estas protestas del 11 de julio hablan de un quiebre de la legitimidad política del gobierno cubano o, al menos, una disminución muy grande. El origen de las protestas en San Antonio de los Baños se debe a todo esto que estaba hablando de lo del impacto de las Tareas de Ordenamiento, al impacto de la crisis económica debido a la ausencia de turismo, a la crisis mundial, al bloqueo, y se sumó la crisis sanitaria generada por el coronavirus. Se dispara la cifra del coronavirus y hay una situación que produjo un shock en el imaginario del pueblo cubano muy fuerte, prácticamente colapsa el sistema de salud cubano y el gobierno decide que la mayoría de los que estaban contagiados con coronavirus se quedaran en su casa. Eso provocó un shock bien grande porque hubo personas que agravaron su salud estando en su casa, y en el pacto social que se había hecho básicamente entre la clase trabajadora cubana y el gobierno, uno de los puntos que era inamovible era la salud. En este caso, en cierta manera el gobierno se desentendía de algo tan grave como el coronavirus, digo de cierta manera, y a ello se le agregaron los cortes de electricidad, que fue casi como el detonante de las protestas.
La visita del presidente Díaz-Canel a San Antonio de los Baños en medio de las protestas, previo al estallido de las protestas a nivel nacional, provocó más protestas, le lanzaron botellas de plástico, lo cual en cualquier país habla de una disminución muy grande de la popularidad, de la aceptación y de la legitimidad política del presidente. Hasta el momento habían sido focos de protesta, focos en Palma Soriano, algunos focos en La Habana, y cuando el Presidente hace una alocución a nivel nacional, a las 16 horas, hace un llamamiento a que los revolucionarios comunistas, cito, salieran a la calle a combatir a la contrarrevolución y termina con la frase “la orden de combate está dada”. Esto fue interpretado por muchas personas, por miles de personas, como una orden de combate entre cubanos. En lo personal, no me llama la atención el discurso cuando estoy dirigiéndome a las protestas porque lo que hizo fue seguir el mismo guión de lo que hubiera hecho Fidel.
Esto habla de que hay un quiebre de la legitimidad política del gobierno cubano, porque este discurso, dicho por Fidel, no hubiera generado el rechazo que generó. Muchos de los que estuvieron detenidos conmigo me decían, y después conversando con otras personas, que lo que les provocó salir a las protestas fue este llamado de Díaz-Canel, es decir la orden de combate estuvo dada para ambas partes. Por lo tanto, para nosotros, las protestas del 11 de julio tienen la significación política de la ruptura entre una minoría muy considerable de la clase trabajadora cubana y el gobierno cubano. No me atrevo a decir cifras, si mayoría o no, porque no hay encuestas sociológicas por las cuales podamos decir “es mayoría, es 60, 70%”, sino que es un importante sector. Sería irresponsable de mi parte decir que es mayoría, porque aunque las protestas tuvieron un carácter popular, no fueron mayoritarias, eso hay que tenerlo bien claro.
Las protestas tampoco fueron convocadas ni dirigidas por la contrarrevolución. La contrarrevolución no tiene ese poder de convocatoria. Y este es un error que ha cometido el gobierno y han cometido determinadas izquierdas a nivel internacional, diciendo que las protestas fueron contrarrevolucionarias y manejadas por la contrarrevolución. No puede, no hay ninguna organización ni un grupo de organizaciones que puedan llevar adelante estas protestas. Por ejemplo, estuvo en el 15 de noviembre, convocada originalmente para el 20 de noviembre, por Archipiélago y después los grupos de la contrarrevolución, como el Consejo para la Transición Democrática, que se unen a la convocatoria. Ellos no comprendieron el origen, la causa de las manifestaciones del 11 de julio y lo que hicieron fue un llamado desde su propio discurso contra la violencia política en abstracto, contra la represión en abstracto, y esto no fue lo que provoca la movilización del 11 de julio. La contrarrevolución no entendió qué fue lo que movilizó a las mayorías, a quienes salieron a protestar el 11 de julio, los 5 mil manifestantes que hubo en La Habana, no tenemos la cifra de cuánto ha sido a nivel nacional, no salieron por el motivo que se ha inventado. Prácticamente, la contrarrevolución ha querido pensar que salieron para derrocar al gobierno, no salieron por eso, pudiéramos decir que incluso fue una manifestación reformista.
De los que hablé en prisión, casi ninguno quería la caída del gobierno, la consigna que los movilizó fue “queremos medicamentos y alimentos”. El empleo extendido de las consignas derechistas “patria y vida”, y “libertad y democracia” de manera abstracta la intentó canalizar la derecha, pero eso no fue lo que movilizó a las miles de personas. Claro que estuvo presente la contrarrevolución y un pequeño sector de la intelectualidad crítica y disidentes que sí pedían la libertad de expresión.
Allí hay un detalle muy interesante y es que si bien ha crecido la burguesía, como la burguesía es sociedad civil, ésta se ha expandido, y allí hay un sector de la intelectualidad que tiene mucha fuerza, que son los artistas plásticos y los periodistas que trabajan en medios de prensa privados. Estos artistas plásticos son independientes del Estado, del gobierno, son autosustentables, entonces por eso me asombra que el principal grupo de la oposición cultural que nació y que está prácticamente desaparecido, empezara por el sector de las artes plásticas, el Movimiento San Isidro y posteriormente el 27 de Enero. Esto provocó que sí hubiera un sector de la intelectualidad, esta disidencia intelectual en las manifestaciones exigiendo algo que es necesario para la existencia de la intelectualidad que es la libertad de expresión, con la llegada de la burguesía en Europa en el inicio del capitalismo, la intelectualidad prácticamente deja de tener los mecenas feudales.
Entonces, la composición de los manifestantes el 11 de julio era mayoritariamente trabajadores, desempleados, casi todos jóvenes, una alta presencia de afrodescendientes, lo que sucedió en La Habana. Esto es muy importante porque en los barrios populares viven muchos afrodescendientes, producto de una especie de segregación económica y racial, y las protestas empiezan en barrios populares de La Habana vieja, colonial, donde salían los vecinos y usaban botellas de agua y alentaban a salir y se iban incorporando según avanzaba la marcha. Todo lo contrario a quienes salieron a defender al gobierno, llegaban en ómnibus desde otros lugares donde todos eran blancos. Esto es un análisis racial que hay que tener en cuenta, que puede que no se entienda en Argentina, pero aquí sí. La universidad, por ejemplo, de La Habana se ha blanqueado, como decía el Che, “hay que crear una universidad de negros, mulatos”, porque antes de la revolución era una universidad sólo de blancos, y ha habido un retroceso en este aspecto. Entonces, además de estos manifestantes jóvenes afrodescendientes, se incorporó también un sector de la oposición cultural.
Los antecedentes de noviembre
Yunior García es detenido en las protestas del 11 de julio. Hasta ese momento el principal grupo de oposición cultural, el 27N, que se conforma a partir de las protestas del 27 de noviembre, estaba dirigido de forma asamblearia por mujeres, no había una figura decisiva. Ellas fueron siendo detenidas paulatinamente y a casi todas sus líderes nos las dejaban salir de casa y otros pudieron decidir ser representantes del 27N. Yunior García que era un personaje secundario del 27N que no estaba detenido en la cárcel, igual que quien termina siendo su segundo, Leonardo Fernández Otaño, y preparan una protesta frente al Instituto Cubano de Radio y Televisión para pedir 10 minutos de audiencia nacional en la televisión. No creo en ingenuidades políticas, evidentemente no les iban a dar los 10 minutos. Si bien eso fue un tiro casi suicida para el 27N, porque evidenció que las protestas estaban por un lado, 3 mil, 5 mil personas de reclamos populares y este grupo de intelectuales pequeño-burgueses haciendo un reclamo descolocado completamente, cuando el 27N pudo ponerse al frente de las manifestaciones populares. Esto fue un suicidio político para el 27N que supo aprovechar muy bien Yunior García Aguilera, porque aparece el segundo pedido, donde Yunior se catapulta, aparece en la escena pública con mucha fuerza, él y Leonardo Fernández Otaño, un confeso católico anticomunista, líder de una organización juvenil católica.
A partir de ahí, Yunior monta Archipiélago, que inicialmente era una especie de Frente Amplio de intelectuales. Él no se va a dedicar a reconstruir el 27N sino a crear su propio grupo de oposición cultural. Cuando Yunior García convoca la manifestación pacífica hubo muy buena aceptación entre la intelectualidad y la izquierda crítica porque estaba cumpliendo los requisitos legales, a diferencia de otras protestas, parecía que no se le iba a decir que no, porque estaba yendo a pedir autorización al gobierno. Sucede que no hay una legislación de manifestaciones y no se sabe dónde se va a pedir el permiso para la manifestación, y él tuvo la buena de idea de ir al gobierno provincial y a la intendencia municipal de La Habana vieja. Inmediatamente se le une el Consejo para la Transición Democrática. Yo agradezco que haya hecho explícito su programa neoliberal, reducido especialmente a devolución de las propiedades de la burguesía antes del ’59, recortes de empleos estatales, poca presencia del Estado en la economía y privatización, y un vínculo directo con Estados Unidos.
Esto hace que de manera pública o no pública, un buen sector de la intelectualidad cubana pasara a retirarle su apoyo a Yunior García y evidencia en la carta de él, la convocatoria, que era contra la violencia política en abstracto, que no supieron comprender el origen popular de las manifestaciones. A raíz de mi primer artículo sobre el 20N, cuando hablo de los diez puntos reivindicativos inmediatos para las mayorías de la clase trabajadora cubana, ellos se sienten cuestionados y lo incorporan a su discurso. Cuando publicamos mi artículo en Comunistas, “10 puntos reivindicativos para las mayorías”, ellos lo incorporan pero en una declaración, nada menos que personal, y continúan con este llamamiento en abstracto contra la violencia política.
Emplean un término interesante, liberal, “Marcha cívica por el cambio”, como la bautizan, y sucede algo muy interesante y es que la convocatoria a la marcha de Archipiélago y Yunior García era prácticamente desconocida, más allá de las redes sociales, las oposiciones y la intelectualidad. Aquella marcha va a ser magnificada por el gobierno a partir del segundo pleno del congreso del PC, va a ser atacada por el Presidente directamente y por la prensa a partir de ahí.
A pesar de las críticas que se le pueden hacer a la forma en que manejó el gobierno cubano la marcha del 15 de noviembre, sucede que el secretario del Departamento Ideológico del Comité Central del PC cubano devela una conversación que tuvo Yunior García con un líder contrarrevolucionario en el exilio. Yunior protesta y le exige a Rogelio Polanco, jefe de ese departamento, que ponga la conversación completa, que había sido evidentemente editada, pero los cuestionamientos que generó en la mayor parte de la izquierda crítica y la intelectualidad era qué estaba haciendo Yunior García hablando con un político de la contrarrevolución miamense. Más allá de lo que estaba hablando, la pregunta era por qué estaba hablando y de manera tan sostenida durante casi media hora. Aquello restó también apoyo y empieza una campaña de magnificación por parte del gobierno de la marcha y empieza a difundir la versión mediante la prensa nacional de que la marcha era violenta, algo completamente distinto a la convocatoria, que era a una marcha pacífica. Genera un estado de opinión que la marcha era violenta, conduce a que el Partido oriente a que los centros de trabajo tienen que estar protegidos por los militantes del Partido ante eventuales ataques de los manifestantes el 15 de noviembre y se generó una tensión a nivel nacional para con un suceso que se presentó de manera desmedida.
A mi consideración, esto fue una especie de estrategia de magnificación de un enemigo interno del gobierno para disuadir todo tipo de protestas venideras y presentarlo como la derrota y la parálisis de cualquier protesta que pudiera suceder, incluso con origen popular. Como sabemos, Yunior García termina huyendo a España de manera imprevista, descoloca a quienes le estaban apoyando, y el gobierno, a pesar de los cuestionables métodos de represión que desarrolló, termina ganando.
Aquí hay que hacer un análisis interesante, comparativo entre el 15 de noviembre y el 11 de julio de cómo el gobierno manejó la represión. Primero, no hubo corte de internet a nivel nacional y no hubo represión violenta, como sí sucedió con las manifestaciones del 11 de julio. Esta vez, la forma de contener la manifestación fue deteniendo a los manifestantes en las casas, a quienes estaban convocando y hacer escraches fuertes, que fueron muy condenados en su totalidad, generó intimidación y provocó el fin del 15N. Hay que hacer la comparación, algunos grupos trotskistas del exterior entendieron que la protesta del 15 de noviembre iba a tener un carácter popular. Pero no se parecía en nada la convocatoria del 15N con lo sucedido el 11 de julio porque, entre otras cosas, no hubo una convocatoria para el 11 de julio, no había un programa para ese día, por lo tanto, no había ninguna organización encabezando, fue espontáneo.
El proceso de restauración capitalista
-¿Qué caracterización tenés del régimen político y la forma de gobierno en este momento en Cuba?
-Evidentemente, hay un sector importante de la burocracia que está enfocado hacia el dengxiaopingnismo, por decirlo así, hacia las reformas chinas, específicamente hacia el doi moi, la reforma vietnamita, debido a la similitud de una economía que empieza a unirse al libre mercado. Ahí hay un gran problema y es que la clase trabajadora cubana no es sometida como la vietnamita y china, ni tenemos la cantidad de fuerza de trabajo como para llevar adelante la industria vietnamita y tenemos un gran bloqueo. Estados Unidos levantó el bloqueo a Vietnam y echó adelante la economía con las transnacionales. Entonces, esta va a ser una gran dificultad por parte del gobierno cubano para implementar el “doi moi tropical”, carente de fuerza de trabajo, que se someta a salarios paupérrimos, como sucedió en Vietnam durante mucho tiempo y como sucedió con la clase trabajadora china.
Siempre digo que en el caso cubano hay un factor político-cultural muy importante, y es que desde que nació el Estado cubano, el 10 de abril de 1869, con la República en Armas, siempre el Estado cubano ha sido republicano, nunca el pueblo cubano ha entendido y ha asumido un monarca, a un ciudadano por encima de ellos, por encima del pueblo, de la ciudadanía, y eso provoca un espíritu ciudadano que no es el mismo que existe en China, de asumir cierto sometimiento. El ejemplo más claro de la apertura de la legalidad constitucional de las reformas que empezaron a aplicarse en 2013 es la Constitución de 2019. La Constitución de 2019 se hizo a través de un referendo y un amplio debate ciudadano, desde la segunda mitad de 2018 y después fue sometido a un referendo y aprobado con más del 85% de la ciudadanía. El único referendo que tuvo la clase trabajadora china fue Tiananmen, y sabemos cómo terminó. Son dos escenarios completamente diferentes, ahora lo que sí es cierto es que hay un sector muy importante de la burocracia que tiene intenciones restauracionistas por la vía china, no por la vía soviética. Sería un despropósito entender al gobierno cubano como si estuviera desarrollando una perestroika, porque la burocracia no quiere perder el poder político y económico, como sucedió en la Unión Soviética. En todo caso, lo que estamos viendo es un gobierno que está aplicando medidas cada vez más parecidas al gobierno chino en el plano de la represión y que está chocando con una sociedad civil en expansión, que no existió en China a pesar de que se expandió la burguesía china.
Con la expansión de la sociedad civil en Cuba a raíz del renacimiento de la burguesía cubana, con la cultura ciudadana que hay detrás aparece una especie de resistencia ciudadana, organizada o no, ante la coacción de derechos civiles. Entonces, es un escenario diferente al que va a tener que asumir esta burocracia que está dirigiendo un proceso que lleva hacia lo que algunos denominan con el patético oxímoron que es socialismo de mercado o el que es real que es el capitalismo de Estado.
No podemos hablar todavía de capitalismo de Estado ni de una dictadura capitalista, como dicen algunos grupos trotskistas, porque el sector de la economía privada todavía es muy débil, no tiene casi impacto en el PBI y tiene poca presencia en los medios de producción, es poco propietaria de los medios de producción. Una burguesía esencialmente que solo tiene presencia en el sector de servicios de la hotelería. Hay que ver qué va a suceder ahora con la implementación de la ley que legisla y estimula a las pequeñas y medianas empresas. Algo que sí preocupa a muchos es que en el momento en que en la Constitución del ’19 se le dan derechos constitucionales a la burguesía, reconociéndose la propiedad privada, se la fortalece constitucionalmente. La forma de implementación del sector privado es completamente diferente a como lo entendió Fidel. Él lo entendió como un retroceso, como algo nocivo para el socialismo, y ahora el gobierno ni siquiera se cuestiona, es táctico y estratégico para el gobierno la expansión del sector de la economía privada, asiste a la burguesía.
Sin dar tanta vuelta, entendemos como burguesía a aquella clase social poseedora de medios de producción, que compra fuerza de trabajo para generar plusvalía. Desde el momento en que se legisla y se constitucionaliza el sector de la economía privada, la burguesía como clase, una burguesía que tenga vida política durante 30 años, que es el promedio de vida útil de una Constitución, en 30 años, una burguesía con ese respaldo político va a ser muy difícil de desaparecer y va a ir ganando cada más espacio en la economía, y ahí hay un impacto directo del renacimiento de la burguesía en la conciencia de la clase trabajadora cubana, principalmente en la juventud habanera, principalmente universitaria, que trata de reproducir los niveles de consumo de la burguesía. Una burguesía con alta presencia de artistas, lo cual la hace atractiva a la juventud universitaria cubana, cada vez más desmovilizada, con un discurso anquilosado de la burocracia y quizá de la última parte por la propaganda estadounidense. Es más bien la desmovilización que está viviendo la juventud cubana como producto de una errada política propagandística de la burocracia y el renacimiento de la burguesía en Cuba, específicamente en La Habana.
-¿Bajo qué condiciones se desarrolla el trabajo asalariado en la isla?
-Hay que definir dos sectores en la clase trabajadora cubana que tienen condiciones de trabajo asalariado por completo diferentes. Más allá de que los sindicatos en el sector estatal están bastante disminuidos, con casi nula capacidad de autodeterminación y de acción, la clase trabajadora cubana había conquistado grandes derechos: la licencia de embarazo, jubilación. Cosas que parecían elementales, pero que son decisivas para el bienestar de la clase trabajadora cubana.
Cuando nace esta nueva burguesía, los trabajadores del sector de la economía privada carecen de todos estos derechos. La mayoría son contratados por un contrato verbal, no tienen derecho a la licencia de maternidad, tienen una jubilación muy precaria, no tienen derechos a licencias por problemas de salud ni a vacaciones, y el sindicato que inventó el gobierno cubano que reúne a muy pocos trabajadores del sector de la economía privada, es un sindicato donde está la burguesía y los trabajadores a la misma vez, algo impensable. Y es que el Estado empleó desde el inicio el eufemismo de sindicatos para los trabajadores por cuenta propia. El trabajo de estos empleados es, por ejemplo, de una persona que compra su propia mercancía, la transforma y la vende. En el sector de la economía privada, la burguesía es completamente diferente, los intereses de la burguesía son completamente diferentes de la clase trabajadora que contrata. Entonces, las condiciones son muy diferentes en el sector de la economía privada y la estatal.
Desde Comunistas hemos llamado varias veces al derecho a huelga en el sector de la economía privada porque están esos trabajadores se desempeñan bajo relaciones de producción capitalistas y, por tanto, tienen todo el derecho a enfrentarse al capitalismo y a exigir sus derechos. A la misma hora, la mayoría de estos trabajadores están despolitizados, como había dicho de la desmovilización que existe en buena parte de la juventud cubana. Entonces, estamos ante dos sectores con condiciones laborales diferentes.
Lo que sí impacta muy negativamente en los dos sectores de la clase trabajadora es todo el desabastecimiento y la crisis económica desde el inicio del coronavirus. Una crisis progresiva. Cuando llega la crisis del coronavirus ya había una crisis económica, desde septiembre/octubre, dada principalmente por las sanciones de Estados Unidos que habían estado asfixiando al país, especialmente en el acceso al combustible. Ya había un retroceso considerable en la economía nacional en 2020. En 2019, el PBI había crecido sólo el 0,5% y la tendencia era a ir disminuyendo. Aunque no es una cifra que recoja la totalidad de la situación de la economía cubana y la situación de la clase trabajadora cubana, es un indicador a tener en cuenta.
Opositores revolucionarios, opositores contrarrevolucionarios y persecución política
-Nos contabas sobre sectores de la disidencia en la isla. ¿Podrías precisar cuáles son las tendencias que existen en la disidencia cubana hoy?
-La oposición sigue estando capitalizada por la derecha, la contrarrevolución, lleva décadas organizada, tiene el apoyo financiero y logístico de Estados Unidos. Ahora, como estamos en un escenario político completamente diferente, ha nacido una especie de oposición cultural, nucleada en el sector de las artes plásticas. Cuando empezaba a caracterizar en la pregunta anterior a la burguesía que renació, también decía que un importante sector de esa burguesía provenía de artistas plásticos que habían acumulado capital en la venta de sus obras de arte. Todo ese sector que orbita en torno de esa burguesía, curadores, especialistas en obras de artes, no tiene un vínculo salarial con el Estado, por lo tanto, les es mucho más fácil constituirse en sociedad civil en el reclamo por los derechos de libertad de expresión. Y hay algo muy importante para entender también, por qué hay un importante sector de la intelectualidad se ha vuelto cada vez más crítica.
Hay que entender que los reclamos de la libertad de expresión contra la censura son algo intrínseco de la intelectualidad. La burguesía exige libertad de mercado para poder existir y la intelectualidad, libertad de expresión para poder existir. Si la intelectualidad y los artistas no se expresan, no existen; hay una motivación económica que no se hace explícita pero está, que arranca desde del nacimiento del capitalismo, donde intelectuales y artistas dejan de tener los mecenas aristocráticos y tienen que vivir de los ingresos salariales. Esto es algo de que estamos viendo en Cuba, una especie del renacimiento del capitalismo, a veces muy parecido al nacimiento del capitalismo en Europa. Tenemos una clase trabajadora trabajando bajo relaciones capitalistas de producción, sin ningún derecho, sin sindicatos; estamos viendo también cómo esta intelectualidad crítica tiene un importante sector en el periodismo no oficial, debido a que esos periodistas no tienen tampoco vínculo orgánico con el Estado, ya que su salario depende directamente de prensa no oficial autofinanciada, pero financiada principalmente por Usaid y la NED1USAID: Agencia de Estados Unidos para el desarrollo internacional; NED: Fundación Nacional por la democracia. Agencia estatal y ONG norteamericanas que financian políticos afines en el exterior para impulsar la política imperialista.. También reciben financiamiento de otras instituciones no precisamente vinculadas con Estados Unidos y el imperialismo. Entonces, tenemos la oposición contrarrevolucionaria, tenemos esta nueva oposición cultural que nació el 27 de noviembre a raíz de las protestas frente al Ministerio de Cultura y podríamos estar hablando también de una incipiente oposición de izquierda, que no se asume como tal, sino como una izquierda crítica con el gobierno, pero leal, una oposición leal desde el socialismo crítico.
-¿Qué sectores existen en esta izquierda crítica, qué coincidencias y qué diferencias podés encontrar?
-Esta izquierda crítica tiene un mapa que oscila desde una socialdemocracia cada vez más hacia el centro hacia un marxismo revolucionario. Partiendo de la socialdemocracia pudiéramos ubicar al colectivo de la Joven Cuba. Quisiera agregar un análisis muy similar a cómo nace y se constituye a partir de 1949 el trotskismo en Reino Unido, eran diferentes publicaciones, empezó con The Millitant, con International Socialists, en estos grupos, estas revistas van a dar paso a grupos y organizaciones políticas que incluso derivarán en tendencias del trotskismo internacional, con presencia actual en la familia trotskista, ese devenir político ha sucedido también en la izquierda crítica.
La Joven Cuba nació como un blog autónomo y ha ido generando un colectivo de intelectuales críticos en torno de ellos, que podríamos ubicarlos en la socialdemocracia o en un socialismo que apuesta radicalmente por la aplicación de las medidas dengxiaopingnistas, del falso socialismo de mercado. A la vez, está La Trinchera, también un medio de prensa dirigido por el joven economista Miguel Hayes, tiene una postura de crítica directa a la forma en que el gobierno está dirigiendo la economía nacional, sindicándolo de capitalismo de Estado y de traición a todo intento de construcción del socialismo. Sin embargo, las respuestas que dan antes ellos, son paradójicamente la aplicación de medidas de línea china. Después podríamos encontrar al socialismo republicano, de algunos intelectuales como Julio César Guanche y Julio Fernández Estrada, que aunque no tienen colectivos, podemos ubicarlos allí debido a sus afiliaciones y reivindicaciones, principalmente ciudadanas, a la vez que vindican el imaginario y la tradición socialista cubanas, principalmente de todas las disidencias socialistas del siglo XX y la Revolución Cubana en su inicio. Después estaríamos nosotros, Comunistas, de un marxismo revolucionario asumido, como lo dice nuestro nombre, y como tal, seríamos el ala más radical, más revolucionaria de esta panoplia de izquierda crítica.
Otro colectivo que ya no forma parte de la izquierda crítica, sino adocenado, con vínculos directos con la burocracia serían La Tiza y el Proyecto Nuestra América, que cada vez osciló más hacia la burocracia, pero los ubicaría en una izquierda no abiertamente oficial pero con vínculos con la burocracia y con un discurso completamente oficialista que ha ido perdiendo cada vez más todo sentido de crítica. Eso lo que vemos de la izquierda crítica. Las oposiciones, mayoritariamente controladas por la contrarrevolución, existe una oposición de centro en torno al 27N y una disidencia cultural que no se asume como oposición, es heterogénea, que cada vez más va aumentando.
-¿Qué planteo político distingue al grupo Comunistas en particular?
-El principal planteo político que distingue a Comunistas es el enfoque de clase, es abiertamente marxista en los análisis que parten de Comunistas. Los otros colectivos no asumen tan abiertamente ni se indican como marxistas. En la página web La Trinchera, inicialmente titulada “un blog de jóvenes marxistas cubanos”, el coordinador Miguel Hayes suprimió esto en aras de tener un amplio abanico de redactores, desde la disidencia de derecha hasta socialistas revolucionarios.
Una diferencia, por ejemplo, que tenemos con Reclamo Universitario, un colectivo que se autodenomina socialista pero no lo hace tan explícitamente. Nosotros sí lo hacemos y vindicamos las figuras de Trotsky, Che Guevara, Rosa de Luxemburgo, Kollantai, Gramsci, Fidel Castro, y a pesar de que nos han tildado de trotskistas, cosa que no nos molesta para nada, siempre decimos que no somos trotskistas porque no tenemos una preeminencia de Trotsky sobre los otros marxistas que hemos asumido. Tampoco creemos que somos eclécticos, como han habido otros señalamientos, diríamos en todo caso, si nos vamos a centrar en solo una figura, que somos marxistas. Sin Marx no podemos entender nada ni hacer ningún análisis de ninguna sociedad. Por eso estudiamos El capital volumen 1 casi al dedillo y a partir de ahí todas las derivaciones que continuaron todos estos marxistas que he dicho y otros intelectuales marxistas que han continuado los aportes como Alex Callinicos, que estudiamos bastante; Tariq Ali; Löwy, Toussaint, Florestan Fernandes de Brasil.
Esta acepción esencialmente marxista es lo que nos hace diferentes y hay un detalle interesantísimo y es que somos el único colectivo que insiste en el internacionalismo proletario; los otros colectivos se quedan en el análisis del país. Nosotros estamos a disposición de la revolución mundial, no solamente de la familia trotskista sino de cuanto movimiento de izquierda revolucionaria precise de nosotros, de nuestra solidaridad. Es un eje central el internacionalismo proletario en Comunistas, que es algo del cual carece toda esta otra izquierda crítica.
-¿Cómo actúan políticamente en la isla las potencias imperialistas? Mencionaste que tenían incidencia sobre algunos sectores, ¿cómo se corporiza esa acción política?
-Principalmente, de la Embajada de Estados Unidos y algunas embajadas de la Unión Europea. Estados Unidos financiando directamente a grupos contrarrevolucionarios, como es la Unión Patriótica de Cuba, supuestamente patriótica, la Unpacu, y determinados medios como Intermedia, como El Toque, que son importantes medios de expresión no oficiales, que se reclaman como medios de prensa independientes, y no lo son debido a que reciben financiamiento directo de Estados Unidos. Esto aparece en uno de los episodios del podcast Estación La Habana- Buenos Aires. El periodista Michel González Rivero ratifica a todos estos medios de prensa como medios no oficiales, pero que no pueden ser medios de prensa independientes. Esa es la presencia de Estados Unidos principalmente en la campaña para destruir la revolución. Pero yo siempre cito a Fidel en su último discurso, en el aula magna el 27 de noviembre de 2005, cuando decía que quienes podíamos destruir la revolución era desde adentro. En ese momento, él se está dirigiendo no solo a los estudiantes universitarios sino que se refiere a un grupo de dirigentes que estaban presentes, como indicándoles a ellos “ustedes, los dirigentes cubanos, son quienes realmente pueden destruir la revolución”, es algo en lo que siempre hago énfasis.
Quien puede destruir el Estado no capitalista, por decir de cierta manera, es la propia burocracia, es quien tiene una fuerza efectiva para desmontar las conquistas del socialismo y el Estado no capitalista, que sería complejo hablar de un Estado obrero en Cuba, no considero que lo haya. La clase trabajadora no tiene una capacidad de decisión real, política, efectiva, por lo tanto, no creo que sea un Estado obrero como tampoco creo que sea un sistema socialista porque, como decía el Che, en el discurso de Argel, no porque lo diga el Che sino porque realmente es un hecho, se puede hablar de socialismo cuando se eliminó todo tipo de explotación del ser humano por el ser humano, él emplea “al hombre” pero lo actualizo ahora desde un enfoque real de género. Se puede hablar de construcción del socialismo cuando se está desmontando esta explotación del ser humano por el ser humano y no se puede hablar de construcción de socialismo cuando avanza la explotación del ser humano por el ser humano; entonces, esto es lo que estamos viviendo: un avance de la burguesía y las medidas recientes que ha tomado el gobierno, ni de lejos se puede hablar de que sean medidas socialistas, las tareas de ordenamiento no son medidas socialistas ni de lejos. Algunos economistas se han atrevido, como el economista Miguel Hayes, a calificarlas de neoliberales o filoneoliberal.
-¿Qué medidas políticas se plantean para ganar a los trabajadores a enfrentar este avance de la restauración capitalista que describís?
-Cuesta mucho trabajo que nuestro medio de prensa, Comunistas, logre un impacto directo en la clase trabajadora. Primero, somos muy pequeños, algo muy importante es que no recibimos ni queremos recibir ningún financiamiento de ningún tipo. A su vez, las condiciones políticas son muy difíciles porque no podemos llegar a ningún centro de trabajo a repartir nuestros volantes, que no los tenemos tampoco, a repartir nuestra prensa, y el impacto que tenemos es el de las redes sociales. A pesar de este limitado impacto, hemos ido generando conciencia en un interesante sector de la juventud cubana y la misma crisis económica y política que estamos viviendo esencialmente desde el 27 de noviembre hasta acá, ha provocado que emerjan nuevos actores, personalidades de la joven izquierda crítica, inspirados en nuestro discurso y acercándose, queriendo colaborar con Comunistas. Nuestro impacto sería más bien dado entre la juventud y la intelectualidad crítica, aunque tenemos conocimiento de que nos leen en determinados sectores de la clase trabajadora más amplia, pero cuesta mucho trabajo llegar por las condiciones políticas de represión, de coacción, de llegar a las fábricas directamente, dar nuestro mensaje a las fábricas. Sin embargo, así y todo, un medio de prensa posicionado, como lo es Tremenda Nota, que tiene financiamiento, se paga, tiene un equipo de redacción, profesional, su alcance por artículo oscila entre 1.000, 1.500. Comunistas, siendo prácticamente artesanal, sin ningún financiamiento, hemos logrado que los artículos no bajen casi de 1.000, estamos oscilando de 700 a 1.500, a veces 2.000, y es de manera artesanal prácticamente. El 70% de las visitas que recibimos son de Cuba.
-¿Han habido, fuera de las protestas que tuvieron impacto internacional, otras muestras de este ánimo de lucha de los trabajadores y los jóvenes cubanos?
-Lo que te decía es que no es una crisis económica solamente, la diferencia entre la crisis del Período Especial en los ’90 y la crisis que estamos viviendo ahora es que no había una crisis de legitimidad política, sí hubo una crisis política en el sentido de que se cae la Unión Soviética, caen todos los paradigmas, el marxismo-leninismo pro soviético, que eran hegemónicos en la sociedad cubana, en la intelectualidad en la política cubana, se tienen que reconfigurar todos estos paradigmas marxistas, pero el gobierno tenía una alta legitimidad. Estamos hablando de un Fidel Castro, de una legitimidad total, con el capital político proveniente de la Revolución Cubana y ahora estamos hablando de un gobierno que, quizás, uno de los mejores ejemplos de que ha tenido una decreciente popularidad es la explosión social del 11 de julio, que eran que los manifestantes no representan la mayoría de la clase trabajadora habla de un punto de inflexión.
Esta crisis económica, principalmente esta crisis política, tiene como detonante los sucesos del 27 de noviembre de 2020, y ha generado un acercamiento espontáneo. No quiero ser presuntuoso, pero junto al discurso de Comunistas ha generado un acercamiento de no pocos jóvenes hacia la lectura de clásicos del marxismo, esencialmente Marx, Trotsky y Che Guevara. Esto habla de que hay un sector de la juventud cubana, y algo muy importante que es que los jóvenes que se están acercando a Comunistas, que están interesados por La revolución traicionada, en el caso de Trotsky; El capital volumen 1 de Marx, son jóvenes que ya escapan de la esfera intelectual, estamos hablando del estudiante de Medicina, Alejandro Estévez; Dalton Liebknecht, que es como firma su pseudónimo, que es un trabajador de una termoeléctrica; de trabajadores de las provincias orientales, todos jóvenes, que empiezan a unirse, a adoptar públicamente un discurso marxista orgánico. Si bien hemos ido superando estos límites del estudiantado, aunque no de la manera que quisiéramos.
Pero esto lo genera esencialmente la crisis política. La crisis económica hasta qué punto lo genera no sé, pero ahora la crisis es política y todo el impacto que es algo contradictorio, el gobierno cubano durante 60 años ido creando conciencia política, y esa conciencia política, esta propaganda, mal que bien, transformó a la clase trabajadora cubana y eso también puso una semilla en la juventud desde la izquierda crítica marxista, que ve que hay una disparidad entre el discurso socialista y el discurso actual oficial.
La Revolución Cubana, el “socialismo en un sólo país” y los gobiernos nacionalistas
-¿Qué balance hacés de la política del gobierno cubano de alianza con los gobiernos nacionalistas o centroizquierdistas en América Latina?
-Yo siempre quiero recordar que el gobierno revolucionario cubano al inicio de la revolución, cumplía los requisitos que caracterizaban al trotskismo. Por eso, el Partido Obrero Revolucionario Trotskista cubano, que se reconstituye en 1960, tiene una vida fuerte hasta 1965, aunque nunca pasó de cien militantes, y prácticamente nula hasta que desaparece en 1973. Yo digo que estas condiciones que propicia la Revolución Cubana, su programa político, cumplía con el programa político básico del trotskismo, era la revolución mundial, el enfrentamiento, la burocracia soviética y la aplicación del socialismo en Cuba. El ejemplo de revolución mundial es que si estamos de acuerdo o no en los métodos, trató de apoyar y estimular todo movimiento de liberación nacional en América Latina, principalmente en Asia y África. La guerra fría hay que entenderla en dos períodos: antes y después de la Revolución Cubana. Después de la revolución estamos asistiendo al levantamiento del Tercer Mundo, organizado y estimulado, de manera directa o indirecta, por la Revolución Cubana, del quiebre casi ya perpetuo del discurso pro soviético de los partidos comunistas que vindicaban una y otra vez la coexistencia pacífica, a partir de la Revolución Cubana eso se va a quebrar completamente. Van a nacer una serie de agrupaciones de la izquierda marxista, tanto por la vía armada o no, en buena medida no solo por un apego al discurso socialista sino por algo bien práctico, si no hay una revolución mundial o al menos una revolución en el área regional, un gobierno socialista no puede existir.
Esto es algo que va a tener muy claro el gobierno revolucionario, encabezado por Fidel Castro y el Che Guevara, y el mejor ejemplo es que cuando esto fracasa, no le queda otra a Fidel Castro que plegarse a la Unión Soviética. Económicamente teníamos un doble bloqueo. Estados Unidos con un bloqueo fortísimo, casi todos los gobiernos de América Latina habían roto con nosotros y debido a la política revolucionaria que tenía el gobierno cubano, la Unión Soviética había ido cortando cada vez más el apoyo a Cuba, principalmente después de la llegada al poder de Brezhnev, en 1964, con el golpe palaciego a Nikita Kruschev.
Cada vez que hubo un resurgimiento, que afloraba una especie de avance de la revolución, del gobierno revolucionario, en América Latina, el discurso del gobierno revolucionario se radicalizaba. Con el triunfo de la Nicaragua sandinista en 1979, la Nueva Joya en Granada; el casi triunfo del FLN en El Salvador, el gobierno cubano, por otros motivos, vuelve a retomar a partir de 1986 un discurso que se apartó, ya no crítico, pero que sí se apartó del discurso soviético. A la vez, hay que entenderlo debido a que Fidel y el gobierno revolucionario se oponían a la línea perestroiquera de Gorbachov, y también la Unión Soviética que retira de manera silenciosa, no lo hace público, el apoyo militar a Cuba. Esto aumenta la radicalización del gobierno cubano y el apoyo total, el estímulo para las guerrillas para crear gobiernos revolucionarios que pudieran ayudar a la radicalización y al avance de la Cuba socialista. Estamos hablando de algo pragmático: la economía socialista en un mundo capitalista no puede existir.
De una u otra manera, va generando políticamente una burocracia que va haciendo una serie de concesiones porque es prácticamente imposible su existencia, aún más en un país tan pequeño como el nuestro, tan pobres en sus recursos naturales, de una manera u otra va pactando con las transnacionales, es casi una trampa. Debido a ello, y principalmente porque el discurso de la Revolución Cubana que tenía un eje fundamental en el nacionalismo, en la imagen de Martí, va a provocar que tras la caída de la Unión Soviética, el retroceso total de los movimientos de liberación de las guerrillas en América Latina, la caída del gobierno sandinista, el gobierno cubano se reformule y llegue como un discurso central un socialismo con una amplia base política de nacionalismo. Por lo tanto, no va a ser difícil encontrarse en los nuevos gobiernos nacionalistas que irían naciendo. La llegada al poder de Hugo Chávez al gobierno en 1999 va a estar respaldado abiertamente, con fuerza, por Fidel Castro y va a recibir con honores militares y presidenciales a Hugo Chávez, cuando todavía no era presidente e incluso había salido recientemente de la cárcel tras la intentona de golpe militar del 4 de febrero. Cuando llega la Revolución Bolivariana al poder, llamado Socialismo del Siglo XXI, una especie de avance de la izquierda nacionalista en el continente, lo que ahora se ha dado en llamar pink tide (ola rosa) desde Europa, y el gobierno revolucionario entendió en estos gobiernos nacionalistas de izquierda como una especie de réplica de la revolución mundial, al menos regional que necesitaba.
El gran problema es que los nacionalismos de izquierda tienen una gran limitante, que llegan hasta un punto y no van más allá, y en algún momento caen. Debido a estas limitaciones políticas de ese nacionalismo de izquierda y, por tanto, al apoyarse el gobierno cubano en estos nacionalismos de izquierda que estaban condenados a desaparecer, a salir del gobierno, la economía cubana, que había florecido con el apoyo del chavismo, con esta columna vertebral en Venezuela con Chávez, Ecuador con Correa, Brasil con Lula, el kirchnerismo, Bolivia con el MAS, en algún momento, muy efímeramente, en Paraguay con Lugo y después está el sistema político triste que ha llevado adelante Ortega en Nicaragua, en algún momento Honduras con Zelaya, y en San Vicente y las Granadinas con Ralph Gonsalves, pero esto estaba llamado a colapsar debido a la conciliación de clase de los nacionalistas, y van a caer.
Y, actualmente, lo que estamos pagando en buena medida es el error político de haber apostado todo por estos nacionalismos de izquierda de manera acrítica. Era lógico que había que apoyar a todos estos gobiernos nacionalistas de izquierda, pero al ser acríticamente fue un error garrafal, no se estimula su radicalización hacia una izquierda socialista, y va a ser casi imposible por un discurso limitado, como el peronismo que, de una manera u otra, siempre va a tender hacia la derecha. Lo fundamental para comprender es que la principal figura de la Revolución Cubana, Fidel Castro, va a tener puntos muy similares con determinados nacionalismos prerrevolucionarios, pre-Cuba revolucionaria. Uno de los principales referentes de Fidel Castro es Lázaro Cárdenas, un general anti-imperialista, que expropió a las petrolíferas, a empresas de Estados Unidos, pero con la limitación de la conciliación de clases de no desmontar el capitalismo. El Movimiento 26 de Julio tenía inicialmente un discurso muy similar al del peronismo, que decía “ni marxistas ni yanquis, peronistas”, ese va a ser su eje en los primeros años de su existencia y en el ’59, donde había un discurso anticomunista pero nacionalista en el gobierno revolucionario cubano.
Entonces, esta semilla política hace que se entienda perfectamente por qué el apoyo a los gobiernos nacionalistas de izquierda y no al estímulo a la revolución mundial; aunque yo siempre digo que ante la crítica de que Cuba apostó por el socialismo en un solo país, se hizo porque no quedó más remedio, fue completamente diferente al origen de la adopción del socialismo en un solo país de Stalin en la Unión Soviética, que simplemente apuesta por que no continuara la revolución cuando podía hacerlo, y en este caso, después del ’71 de determinadas crisis políticas, a Cuba como que le queda casi muy difícil la situación económica y política, y no se apuesta explícitamente por el socialismo en un solo país porque el gobierno cubano nunca fue estúpido, como la línea de Enver Hoxha, apostando en Albania por la autarquía cuando no se podía. En todo caso, el error que podemos ver es que la apuesta no terminó siendo con la revolución mundial o al menos regional y sí con los nacionalismos de izquierda.
Perspectivas revolucionarias en América
-En el blog Comunistas han comentado favorablemente el desarrollo del Frente de Izquierda en Argentina. ¿Qué es lo que les ha llamado la atención?
-Primero, sinceramente, nos llamó la atención de manera asombrosa que se aunaran los trotskistas en un frente único. Son históricas las desavenencias en el trotskismo y cuesta trabajo ver en algún momento en la historia un frente único de organizaciones trotskistas. Lo segundo es que no solamente se agrupan en un frente único sino que logran avanzar y grande. Ese millón trescientos mil votos a nosotros nos asombró mucho. Comunistas hizo un saludo de manera colectiva y yo de manera personal, porque no existe un avance del trotskismo en toda la historia, además con cuatro diputados. Siempre hay que tener una gran alerta de no quedarse en la cuestión electoral, hay que tenerlo en cuenta. Yo no voy a hablar más al respecto porque no quiero parecer tener una posición soberbia; lo sí digo y creo que lo vi en algún número de En Defensa del Marxismo, donde Solano o Pitrola advierten de preocupantes tendencias dentro del FIT-U que tienden a que termine siendo un frente electoralista, como ha sucedido en otros intentos, en Europa principalmente, de determinadas organizaciones marxistas que han terminado siendo electoralistas. Repito, esto es algo que lo hago con un respeto total. Y nos llamó la atención el avance que han tenido.
Como siempre, en lo personal y en lo colectivo, como Comunistas nunca, al menos al inicio en las Paso, no llamábamos a votar por el FIT-U sino por toda la izquierda marxista, tanto también por Política Obrera y por otras organizaciones que no estaban dentro del FIT-U, que creíamos que también podían recabar apoyo, y como izquierda marxista que son, comulgamos con ellas. No nos limitamos a ninguna tendencia, a ningún partido, lo que ponemos siempre como condicionante es que son marxistas, son revolucionarios, son anticapitalistas, son anti-imperialistas, entonces los apoyamos. No podemos apoyar a una organización conciliadora de clases por mucho que se reclame de izquierda, como lo es el peronismo, como es el Frente de Todos, no podemos estar con ellos. Y por el mismo punto, no podemos estar abiertamente con el PSA, con el PCR y con el PC Congreso Extraordinario y con el partido de Juan Marino, que a pesar de que se vindican marxistas, tienen una política de conciliación de clases muy preocupante, por lo tanto, sí damos el apoyo y nos dio una gran alegría el avance del FIT-U.
-El Frente de Izquierda convocó el año pasado a una primera Conferencia Latinoamericana y de Estados Unidos, de la izquierda y el movimiento obrero. ¿Qué opinan de esta iniciativa y de la posibilidad de acciones de frente único de la izquierda que se reivindica revolucionaria en el continente?
-En aquel momento, Comunistas envió un saludo discreto a aquel congreso. Nosotros siempre hemos apoyado por una línea unitaria, ese es el motivo por el cual tenemos relaciones con casi todas las tendencias a nivel internacional, tendencias trotskistas y con las cuales no tenemos relación es debido a que ellos, por su propia cuenta, nos han atacado y algunos han roto relaciones con nosotros sin siquiera tenerlas, pero la condición unitaria, que nos enseñó la Revolución Cubana, hace que no tengamos ningún problema con mantener relaciones directas, como puede ser con los Marx-21, con los cuales tenemos excelentes relaciones hasta diferentes organizaciones del FIT. Y por tanto, este tipo de congresos, que ni siquiera abarcarían nada más al trotskismo sino a todo un amplio espectro de la izquierda revolucionaria a nivel continental, y que sería excelente a nivel internacional, nos parece excelente y estaríamos dispuestos a colaborar en todo sentido apoyando al llamamiento, incluso nosotros mismos podemos adherir al llamamiento de ustedes y lanzar nosotros también un llamamiento para la incorporación.
Notas:
1. USAID: Agencia de Estados Unidos para el desarrollo internacional; NED: Fundación Nacional por la democracia. Agencia estatal y ONG norteamericanas que financian políticos afines en el exterior para impulsar la política imperialista.