Bolivia: ¡Viva la huelga de Siglo XX!


En la primera semana de noviembre ha tenido lugar en Siglo XX la huelga general de 48 horas en protesta por el asesinato de dos o más obreros en Huanuni, donde también se ha registrado un paro de labores.


 


En Huanuni un trabajador había sido victimado por un elemento uniformado. Los obreros se apresuraron en responder con un paro de labores, calificado por el Ministerio del Interior como intrascendente. Los organismos de represión han procedido a la captura de los activistas considerados como los más peligrosos.


 


Este hecho adquiere enorme significación porque constituye un anuncio de las futuras batallas que librará el proletariado contra la dictadura. El gobierno, con su típica mentalidad policial, considera que puede aplacar la tormenta en sus gérmenes procediendo a la captura y alejamiento de los centros de trabajo de los elementos más avanzados de la clase. La experiencia se encargará de demostrar que por cada obrero de avanzada capturado aparecerán decenas. Lo sucedido demuestra que los trabajadores están convencidos que sólo ellos y utilizando la acción directa pueden acabar con el estado de persecución que actualmente soportan.


 


Los trabajadores de Siglo XX no han necesitado asambleas y ni siquiera de una dirección legalizada que coordinen sus movimientos. Si se exceptúan algunas escuelas y un pequeñísimo grupo de obreros, el paro ha sido total y desafiante. 


 


Este acontecimiento cobra enorme importancia porque está mostrando el camino por el que seguirá la evolución de la clase obrera. Los abusos y excesos del gorilismo despierta la gran resistencia en el seno de los explotados y, en determinadas condiciones, se convertirá, como prueban Siglo XX distritos, en poderosa palanca que empuje a los mineros trabajadores en general a ganar las calles.


 


La noticia de dos u ocho muertos en manos de elementos uniformados electrizó a todo el distrito y casi automáticamente se pasó al paro. Los mineros estaban extremadamente molestados por el toque de queda que acarrea una serie de abusos (multas, apresamientos, malos tratos y hasta violaciones) y por todos los desbordes de prepotencia de los gorilas.


 


El gobierno fue cogido de sorpresa y únicamente atinó a capturar a algunos elementos que los consideró como agitadores. El observador seguramente esperaba una represalia masiva y extremadamente drástica, cosa que no ocurrió. Con todo, los uniformados han violado el acuerdo que dio fin a la huelga de julio, que determinaba el no apresamiento de los trabajadores.


 


Entre los mineros apresados, como consecuencia de la huelga, se encontraban los siguientes:


 


Marcelino Pardo, secretario de Hacienda del Sindicato


 


Hipólito Gutierrez


 


Mario Cussi, delegado de la Planta Sink and Fleat


 


Florencio Ortuño


 


Gilberto Bernal


 


Algunos parece que han sido liberados, pero hasta el momento de escribir esta nota en lugar de los sucesos, seguían presos los menos, Pardo, Florencio Ortuño y Gilberto Bernal.


 


Ha habido también amenazas de despido, pero la cosa no ha pasado de amenazas.


 


Los obreros actuaron formando un granítico frente único entre las diversas tendencias políticas que existen en dicha región.


 

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