Vladimir Ilich Ulianov: infancia y formación de un revolucionario (1870-1901). Primera Parte

Introducción

En el presente trabajo nos planteamos indagar sobre uno de los aspectos de la vida de Vladimir Ilich Ulianov, Lenin, que muchas veces no revierten la importancia que debería tener: los orígenes y la formación del líder revolucionario.

Se realizará en dos entregas. En este número comenzaremos abordando los lazos de Lenin con la educación, en el contexto familiar y académico. Tanto por parte materna como paterna, se aprecia -incluso antes del nacimiento de Vladimir- un especial interés por la educación.   Interesa analizar la educación que recibieron los hermanos Ulianov y cómo esta responde a una formación de carácter familiar (no formal, le llamaríamos hoy) y académica, que se complementan. Uno de los objetivos de esta era que con ella Alexandr, Ana, Vladimir, Olga, Dimitri y María obtuvieran un ascenso social.

Por otra parte, nos detendremos en el impacto que tendrá el acceso a la Universidad por parte de Alexandr y de Vladimir, y su adhesión al movimiento estudiantil y revolucionario que, en el caso del Alexandr, lo llevará a la muerte.

En el próximo número, nos centraremos en la educación de Vladimir Ilich, en su formación académica, política y revolucionaria. Progresivamente se irá despojando de los vestigios populistas convirtiéndose en militante marxista primero -movimiento en el cual encontrará nuevos maestros (Gueorgui Plejanov en particular)-, para luego transformarse en dirigente de la organización y formador de futuros revolucionarios.

Educación y ascenso social (antes de Vladimir Ilich Ulianov) 

Vladimir Ilich Ulianov (Lenin) nació el 22 de abril de 1870, en Simbirsk, ciudad situada a orillas del río Volga. La familia Ulianov se había trasladado un año antes a dicha ciudad debido a que el padre de Lenin había sido designado inspector de escuela. La educación estará relacionada a Lenin desde antes de su nacimiento, y se mantendrá a lo largo de toda su vida.

Iliá Nikoláievich Ulianov, pertenece a una familia de la pequeña burguesía oriunda de Astrakán, logró ingresar a la Universidad de Kazán. Allí se recibió de matemático gracias, en parte, a los sacrificios que realizó su hermano mayor, quien debió renunciar a su propia educación para convertirse en sostén de la familia. Iliá comenzó una prominente carrera como pedagogo en el Instituto Penza, donde ejerció y forjó una gran reputación que le valió, años más tarde, el nombramiento como inspector de escuelas en Simbirsk. Durante los años en el Instituto Penza Iliá conocerá, por intermedio de un compañero docente, a quien se convertirá en su esposa y futura madre de Lenin, María Alexándrovna Blank. Esta se encontraba viviendo en Penza con una sus hermanas, que estaba casada con quién facilitó el encuentro entre María Alexándrovna e Iliá Nikoláevich, el director del Instituto, I.D. Veretennikov.

La reforma implementada por el zar Alejandro II, que incluía la eliminación de la servidumbre y el fomento de la Ilustración rusa -como parte de una pretendía modernidad y occidentalización celebrada por sectores de la sociedad rusa- permitió que Iliá Nikoláevich acceda al puesto de inspector de escuela en Simbirsk. Las reformas incluyeron la administración local, que elegía los consejos provinciales (Zemstvo) que debían encargarse de escuelas, carreteras y hospitales. El Zemstvo de Simbirsk contratará a IliáNicolávich como inspector de escuelas primarias.

La familia de María Alexándrovna, cuyo padre era el doctor Alexandr Blank, recibió educación académica y doméstica. Dimitri, único hijo varón del doctor, asistió a la secundaria de Kazan, mientras que las cinco hijas mujeres recibieron una educación doméstica, que no solo incluía una educación sobre lectura y escritura, sino que además se complementaba con el aprendizaje de piano. Esto será una de las enseñanzas que recibirán de pequeños Lenin y sus hermanos, por parte de su madre.

La educación significó la posibilidad de ascenso social para ambas familias. Alesandr Blank llegó a ser funcionario de Estado, lo cual lo convirtió en “Noble hereditario”. Lo mismo sucedió con Iliá Nikoláevich, quien primero fue designado inspector de las escuelas primarias y en 1874 pasó a ser director. Esta razón colocará la educación como parte central de la vida de los hijos de Iliá Nikoláevich y de María Alexándrovna Blank.

La diversidad cultural y la educación fueron dos rasgos distintivos de los Ulianov-Blank. Se cree que los orígenes de los Ulianov de la ciudad de Astrakán, provienen de grupos étnicos indígenas sometidos por los rusos. Según Service, podrían haber sido Chuvashes o morvidnianos. La hermana de Lenin, María, estaba convencida de que los antepasados tenían componentes tártaros. Por parte de los Blank, la ascendencia de Lenin era sueca y alemana, mientras que el carácter judío provenía de su bisabuelo, Mochko, y de su abuelo Black, quien había renunciado al nombre de Israel y había tomado el de Alexandr para ocultar su origen). Quien descubrirá el posible origen judío de la familia será una de las hermanas de Lenin, Ana.

Los Ulianov y la educación 

Los hijos y las hijas de Iliá y de María recibieron una educación amplia, que podríamos situar dentro de lo que hoy se denomina educación formal. Concurrieron al Gymnasium, nombre que recibía un tipo de instituto secundario. Por otro lado, recibieron una educación informal, que provenía de la  casa y de la iglesia.  Estas diversas situaciones no sólo enriquecieron la educación en general de Vladimir y de sus hermanos durante sus primeros años, sino que marcaron una característica a lo largo de toda su vida.

Como hijos y como hijas de una familia que centraba su ascenso social sobre la educación, los Ulianov estaban “destinados” a ingresar desde muy temprano al Gymnasium. Se trataba de un paso necesario para acceder a las universidades zaristas, que contaban con un cupo limitado que debía distribuirse entre los miles de jóvenes de todo el imperio. 

Lenin y sus hermanos no comenzaron sus carreras educativas en el ámbito formal. Adquirieron sus primeras letras en su casa, bajo la enseñanza de su madre. Esta no solo se encargaba de formarlos en la lectura y en la escritura, sino que también les enseñaba alemán y francés, y a tocar el piano. De ese modo les inculcó un gran gusto por la música. (Trotsky: 50). Vladimir  aprendió a leer a los 5 años (Díaz del Corral: 18) y estudió piano hasta aproximadamente los 10 años, cuando a pesar del deseo de la madre, abandonó esta práctica y estudios, debido a que la veía “como una diversión puramente femenina” (J.J. Marie: 22). A los niños Ulianov les garantizaba la posibilidad de acceder a una buena educación no solo que contaban con el apoyo y con el capital cultural de sus padres y de sus familiares, sino también con “libros, revistas científicas y materiales del laboratorio de Iliá, procedente de Penza; pero también las partituras, el piano y los libros alemanes y franceses de Maria Alexandrovna” (Pomper: 39-40).

Las actividades educativas en el ámbito familiar no se limitaban a las áreas que describimos. Los Ulianov, según concuerdan varios biógrafos, realizaban una revista familiar, en la cual participaban los cuatro hijos mayores: Anna, Alexandr (Sasha), Vladimir (Volodia) y Olga. Eran los encargados de producir juegos de palabras en ruso, en alemán y en francés, jeroglíficos, rompecabezas y diferentes juegos, que plasmaron en una publicación a la que llamaron “Sábado” (Pomper:  45-46). Los niños y las niñas Ulianov también fueron educados bajo las creencias de la Iglesia Ortodoxa aunque su madre profesaba la fe luterana, producto de su ascendencia alemana. Eran asiduos concurrentes a la iglesia y participaban de la mayoría de los rituales. Por otro lado, los Ulianov -sobre todo, Iliá, Alexandr y Vladimir- eran asiduos jugadores de ajedrez. Cuando el padre estaba presente -solía ausentarse durante largos períodos, debido a que su trabajo le demandaba viajes extensos- nunca faltaban las partidas. Iliá Nikoláevich consideraba que el ajedrez era parte de la formación intelectual de sus hijos. 

Los conocimientos y habilidades que fueron adquiriendo durante sus primeros años los niños Ulianov se vieron reforzados, según Trotsky (Trotsky: 50) por la contratación de un maestro particular llamado Kalachnikov, que trabaja en una escuela parroquial y tenía como objetivo prepararlos para el ingreso al Gymnasium. El tutor fue contratado cuando nació el quinto hijo, Dimitri, en 1874. Su tarea se concentró en Alexandr y en Vladimir. La educación ocupaba un lugar central en la vida de los Ulianov. Siguiendo a Pomper, Alexandr, el mayor de los varones era en parte el favorito de su padre. Ilich o Volodia (su apodo de pequeño), a diferencia de sus hermanos mayores, fue criado en parte por una niñera, Varvara Sarbatova, quien tenía a Volodia como favorito y era muy indulgente con él (p. 256). En una familia donde primaba el rigor -sobre todo, cuando se encontraba el padre-, Volodia mostraba un carácter que sobresalía del resto de sus hermanos y hermanas, ya que era más inquieto, bromista y desafiaba determinadas normas impuestas en el ámbito familiar.

La historiografía stalinista siempre ha tratado a los Ulianov como una familia revolucionaria, para intentar construir un Lenin de bronce, cuyo papel revolucionario no sería el resultado del devenir histórico, sino  que estaría marcado desde la cuna. “De una familia revolucionaria no puede salir otra cosa que un gran revolucionario”. Así, no sólo se ocultaba el antecedente judío en la familia, sino también el carácter religioso y su ascenso social, luego de las reformas zaristas de 1860.

La educación de los Ulianov durante sus primeros años se centraba en la preparación para ingresar al Gymnasium y ahí destacarse, como lo hicieron, al obtener los mejores promedios. La combinación de educación formal, no formal e informal de los Ulianov se mantendrá a lo largo de toda su vida, tanto académica como revolucionaria. 

Del Gymnasium a la Universidad

Mientras los hijos mayores ingresaban al Gymnasium el padre seguía con la labor educativa para la que había sido nombrado. La situación de las escuelas en Simbirsk era desastrosa; de hecho la gran gestión que realizó Iliá Nikoláyevich le ganó el respeto de la comunidad educativa, en particular, y de la sociedad, en general. Iliá era un funcionario del imperio zarista, pero las versiones stalinistas lo presentan como a un revolucionario. Es cierto que tenía una visión avanzada en cuanto a lo pedagógico: bajo su conducción se le permitía a las minorías étnicas recibir educación en sus lenguas maternas, algo que para la época constituye una postura de vanguardia pedagógica y política. Muchos de los biógrafos de Lenin y de otros miembros de la familia Ulianov destacan que estas medidas impactaron en el futuro del líder de los bolcheviques y en su lucha antes, durante y después del triunfo revolucionario, en su defensa por la “autodeterminación de los pueblos” y en contra de la “rusificación de los pueblos soviéticos”. Cuando Iliá Nikoláyevich asumió el cargo de inspector, la región contaba con 16 escuelas y 300 tabernas (Trotsky: 46): “creó en 17 años 434 escuelas y dobló el número de alumnos escolarizados” (J.J. Marie: 20). En 1872, como inspector escribía: “los maestros consagrados a su trabajo no necesitan recurrir a los castigos” (Trotsky: 97). Cuando falleció, en 1886, no solo le brindaron un amplio y reconocido funeral, sino que generó la creación de un grupo de seguidores a los que se denominaba “ulianovistas” (Service: 44). 

En 1871, tres años antes que ingrese Saha al Gymnasium,, el Ministerio de Ilustración Popular implementó una reforma en el plan educativo. La duración de la escolarización en dicha institución era de ocho años -se ingresaba a los 9-. A lo largo de los años de estudios se abordaba un amplio abanico de asignaturas que incluían matemática, física, caligrafía, geografía. En años superiores se abordaba historia y los clásicos griegos. Un aspecto que señala lo conservador y lo tradicionalista de la reforma se observa en  la enseñanza de las “lenguas muertas” entre las que predominaba el griego y el latín. Según los reformadores, estas lenguas “aportan ideales de fe, sinceridad, entereza y valor” (Service: 31). “La enseñanza clásica estaba destinada a ser una pesada carga para la razón infantil” (Trostsky: 66). Este predominio de las lenguas clásicas iba en detrimento de la literatura rusa; los grandes poetas y novelistas eran censurados o poco abordados, porque se los encontraba ligados a las ideas revolucionarias del momento. Los grandes escritores rusos como Gógol, Turguéniev, Lev Tolstói, Fiódor Dostoievski o Nikolais Chernyshevsky -de cuya novela Lenin tomará prestado el título “¿Qué hacer?”- serán descubiertos junto con la literatura revolucionaria, por fuera de la academia y en los trayectos informales que transitan los Ulianov. 

Del Gymnasium a la Universidad, Alexandr 

El paso de Alexandr por el Gymnasium fue tan brillante como traumático. Según Pomper, el ingreso temprano de Alexandr (Sasha, como era su apodo)   se centraba en la preocupación que el padre sentía respecto de la conducta de su hijo mayor. Según el biógrafo de Sasha, Iliá Nikoláyevich temía que Alexandr tenga tendencias “afeminadas”, producto de la crianza recibida por parte de su madre, Para fundamentar este argumento, Pomper cita a Anna, quien sostiene: “Temía que tantos mimos doméstico hiciera de ellos unos chicos afeminados, y le pareció conveniente exponerlos lo antes posible a la influencia masculina” (Pomper:  46). Pomper, centra la preocupación en el hermano mayor aunque la cita hace referencia a un plural y parecería hacer referencia a los hermanos varones. Este aspecto no se menciona por otros biógrafos de Lenin y de su familia, pero todos coinciden en caracterizar el tránsito de Alesandr, por el Gymnasium como “traumático y conflictivo”, aunque también “brillante”. 

Saha sufrió “la rudeza y crueldad del régimen escolar”. A esto se sumaba la presión paternal. El padre de los Ulianov seguía de cerca la educación del mayor de sus hijos, y pedía registros permanentes (Trotsky: 67). Shasa estaba llamado a cumplir con el mandato familiar. Tal presión no recae sobre su hermana mayor, Anna. Tanto ella como Sasha obtuvieron las mejores calificaciones y lograron obtener la medalla de oro. En el caso de Sasha, pese a sus penurias en esa institución se convirtió en uno de los estudiantes de élite. Terminado el Gymnasium ambos hermanos se trasladaron a San Petersburgo para continuar sus estudios. Sasha entró a la universidad para formarse como biólogo, mientras Anna se había dispuesto a estudiar en el Instituto Superior de Mujeres.

Iliá Nikoláyevich temía que su hijo se viera involucrado en actividades no académicas y revolucionarias. Sus temores no iban a ser infundados. Si bien tanto el padre como la madre sentían tranquilidad de que Anna y Alexandr estuviesen juntos en la capital del imperio ruso, aunque vivían separados, en apartamentos cercanos. 

Durante los primeros años de universidad Alexandr continuó con los logros académicos, lo que consumía gran parte de sus energías. A mediados de su carrera, comenzó a interiorizarse sobre la historia y sobre política de Rusia. Junto con Anna concurren a clases de “historia del campesinado ruso”, impartidas por Vasili Semevski, quien había sido censurado en el ámbito universitario (Pomper: 106). Los últimos años de la Universidad y de su vida, Sasha lo va a transitar entre el saber académico y la reunión de círculos populistas-narodniki (Voluntad del Pueblo). Su  pertenencia al populismo ruso se celebró en 1886, cuando los jóvenes universitarios realizaron una ceremonia funeraria en honor del escritor Dobroliubov. La ceremonia terminó con una fuerte represión, encarcelamiento y expulsión de los estudiantes. El régimen zarista consideraba de por sí sospechosos a los jóvenes universitarios; sobre todo aquellos que provenían de regiones lejanas del imperio.

El enfrentamiento entre estudiantes y policías no terminará en los acontecimientos que tuvieron lugar en el cementerio. Alejandro III implantará una contrarreforma universitaria, que establecería los estatutos propuestos por Delianov un año antes que restringían la poca autonomía de la que podían gozar los estudiantes y los profesores. Estos últimos eran excluidos de la elaboración de los exámenes de los cursos que ellos mismos dictaban. Esos exámenes académicos recaerían sobre la burocracia estatal. El Ministerio de Instrucción era el encargado del nombramiento de los profesores; y guardaba para sí la última palabra, en cuanto a la aceptación o el rechazo del candidato a cubrir la vacante. En cuanto al claustro de estudiantes, las becas eran otorgadas por los llamados inspectores de estudiantes, los cuales también dependían en forma directa del Ministerio de Instrucción. La intención del Ministerio era concentrar las becas en estudiantes pertenecientes a la alta burguesía y, preferentemente, a la nación rusa. Los estudiantes más pobres y no rusos eran ya considerados como sospechosos. Por otra parte, se prohibieron las “zemloachestva”, comunidades de estudiantes conformadas según el origen étnico de estos. 

Como ocurría con la sociedad en general, el zarismo fue más duro con los estudiantes judíos. En 1887 Delianov estableció una cuota de ingreso a la universidad para estos. (Pomper:106-111, J.J. Marie:23). En un principio se estableció una cuota de un 3% de la matrícula para los estudiantes de origen judío que, por otra parte,  debían estar entre los mejores promedios. Tiempo más tarde, el régimen cambió la forma de acceso a la universidad, que quedó determinado a la suerte de un sorteo. Dato no menor, que se le escapa a Pomper, es que dicho cupo fue eliminado con el triunfo de la Revolución de Octubre: a partir de 1917 el ingreso a la universidad para estudiantes judíos era ilimitado. 

La contrarreforma tuvo como correlato el enfrentamiento de profesores y de estudiantes contra el régimen zarista, que afectarán, como se verá, la vida universitaria de Alexandr y de Vladimir. 

Alexandr, luego de los incidentes del cementerio, ingresa de lleno al trabajo con los círculos populistas. No sólo se centra en el estudio de la historia de Rusia, sino que dedica tiempo al estudio de la economía y de las ciencias sociales. En caso particular de Sasha, esto lo convence de la necesidad de establecer el socialismo, para terminar con la explotación y con la injusticia (J.J, Marie: 27). Si bien los círculos populistas (Voluntad del Pueblo) se encontraban en una etapa de retroceso -producto de la represión de Alejandro III y, en parte, debido a las propias limitaciones del mismo movimiento-, los jóvenes estudiantes evalúan la posibilidad de que un nuevo atentado permitiría reactivar el movimiento, porque crearía  un estado de movilización. Este pensamiento lo tenían los que Pomper denomina “jóvenes nihilistas y populistas”, que ponen el acento en el “sacrificio personal”, que predominaba sobre la búsqueda del poder (Pomper: 70). Justamente este es uno de los puntos principales que en un futuro criticará y revisará en el movimiento revolucionario. El hermano menor de Sasha, el futuro Lenin, remplazará el  accionar revolucionario de una acción individual o de pequeños grupos por la acción colectiva y por la búsqueda no de un “héroe” o de un “mártir por la causa”, sino el de un partido que sea el portavoz de la dirección y de las acciones revolucionarias junto a la clases oprimidas, capaz de conquistar el poder del Estado. 

Sasha se unió a Voluntad del Pueblo en 1886. Si bien tuvo acceso a la lectura del Tomo I del Capital de Marx y, siguiendo a Pomper, también era lector de Plejanov, su inclinación política se basaba sobre Piotr Lavrov, “quien exige que los narodniki adquirieron una sólida base del conocimiento científico para servir a la causa. Lavrov aceptaba el terrorismo como táctica, pero solo como reserva: opinaba, igual que lo haría Sasha más tarde, que el terrorismo era un instrumento que podría abrir el camino de los narod a la ilustración”.(Pomper: 132). En definitiva, Sasha compartía con el marxismo su crítica económica al capitalismo, pero fue más fuerte la adhesión que él junto a los jóvenes populistas sintieron sobre la larga tradición de lucha que hacía años se desarrollaba en Rusia. Así se convencieron que había que realizar un ataque al centro del poder imperial y asesinar al Zar. 

Un año después de la muerte de Iliá Nikoláievich, para 1887, Sasha y su círculo de novodniki planifican el asesinato del zar Alejandro III. A Sasha le correspondían dos acciones. La primera, el armado de la bomba que pondría fin a la vida del jefe de Gobierno; la segunda el escrito del panfleto que justificaba políticamente la acción contra el zar. Ya advertida del atentado, la policía zarista capturó a los hombres que estaban indicados para llevar adelante el atentado y, luego, al resto de los integrantes -aunque algunos lograron huir-. En prisión y en el juicio, Sasha se negó a pedir clemencia, acto que le brindaba la posibilidad de un perdón del zar. Por el contrario, reafirmó su posicionamiento político lo cual le valió ser ejecutado.

Dentro de la literatura stalinista de la construcción de un Lenin revolucionario “desde la cuna”, proveniente de una familia de revolucionarios, se sostiene que Alexandr inició o acercó a Vladimir en al marxismo. El hecho más destacado, que desmiente esta apreciación, es que en el momento en el que detienen a Sasha también detienen a Anna, quien es tomada por sorpresa por la situación. Ella vivía en Petersburgo, y no sospechaba del ingreso de su hermano a Voluntad del Pueblo. Mucho menos podrían estar al tanto o influenciados los hermanos que permanecieron en Simbirsk. 


Referencias Bibliográficas

Trotsky, León. (2009) “Lenin (Compilaciones)”. CEIP León Trotsky. Bs. As. 

Marie, Jean Jacques. (2008) “Lenin (1870-1924)”. POSI. Madrid

Krupskasha, Nadiezhda. (1984) “Lenin: su vida y doctrina”. Editorial Rescate. Bs. As. 

Krupkasha, Nadiezhda. (1978) “La educación de la juventud”. Nuestra Cultura. Madrid 

Service, Robert (2017) “Lenin una biografía”. Siglo XXI. Madrid 

Del Corral, Diez (1999)”Lenin: una biografia”. El viejo topo. Barcelona.

Pomper, Philip (2010) “El Hermano de Lenin. En los orígenes de la Revolución Rusa”. Ariel. Madrid. 

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