Transcribimos las ponencias y el debate del panel realizado por el Partido Obrero el 19 de marzo de 2021, como parte de las actividades a 150 años de la Comuna de París y como presentación de la Edición Especial de la Guerra Civil en Francia de Karl Marx, junto a otros textos, editada para la ocasión. Coordinó el debate Luciana Alterleib.
Ponencia de Marcelo Gramar1Miembro fundador de Política Obrera, antecesor del Partido Obrero, con una larga trayectoria militante en Argentina, Chile y Francia.
Buenas tardes, a todos los cercanos y lejanos compañeros y compañeras del Partido Obrero y a todos los que siguen esta charla y leen la prensa del Partido. Me parece que es una iniciativa significativa y hasta coincide con la gran manifestación de los movimientos piqueteros hoy en Plaza de Mayo. Un partido que no es capaz de volver sobre las experiencias del movimiento obrero revolucionario no va a entender nunca las nuevas evidencias, las nuevas luchas y los nuevos métodos de lucha. Marx mismo se movió en este sentido. Me llama la atención, sin embargo, que el tema de la Comuna de París estuvo un poco ausente en los debates, salvo en Prensa Obrera. Está un poco muy ausente en las otras publicaciones de los partidos de izquierda, incluidos los del FIT. Por ejemplo, La Izquierda Diario le dedica hoy un artículo de segunda importancia. En el propio órgano del PTS en Francia tampoco hace mucho ruido alrededor del tema de la Comuna. Esto también tiene sus significados políticos.
Yo quiero hacer a la vez una reseña muy breve de algunos de los problemas políticos centrales de la Comuna y de lo que se pueden llamar las interpretaciones históricas de ella. Ya en La guerra civil en Francia, Marx llamaba la atención sobre el hecho de que la Comuna era una forma política perfectamente flexible, a diferencia de las otras que habían sido sobre todo represivas. No sólo flexible sino también expansiva, como dice el texto francés original. Es decir que la Comuna sintetiza a su manera un conjunto de problemáticas del movimiento obrero de los marxistas, de los anarquistas, de los republicanos, y no tiene necesariamente una visión unilateral, como no la tuvieron en su momento los protagonistas de este hecho heroico. En segundo lugar hay que señalar que en la Comuna Marx y Engels fueron a la vez actores e intérpretes en el tema -es decir, sacaron enseñanzas de un fenómeno político en el que participaron, desde la Asociación Internacional de Trabajadores, la I Internacional, fundada en Londres en 1864. Era Marx el que redactaba y redactó sus principales documentos, incluidos los documentos sobre la Comuna de París.
Ahora bien, una breve síntesis de la situación de París, porque finalmente la Comuna de París, y como dice Marx, que ama mucho a París, “el prefecto Haussmann ha destruido el París histórico y ha construido un París para los turistas”. Haussmann destruyó el París obrero, popular, el centro de París, y obligó a la clase obrera, a los artesanos, a los sectores más pobres de la ciudad, a ir hacia los alrededores del centro de París. No es casual que el fenómeno de la Comuna haya recorrido básicamente estos alrededores, llamados en ese momento los faubourgs, es decir, los suburbios de París, mientras que la burguesía se concentraba en el centro. París es una ciudad que en ese momento tiene dos millones de habitantes, lo cual es muy significativo, y cerca de 500 mil obreros, artesanos, trabajadores, productores, como se decía en ese momento en el lenguaje de los proudhonianos. ¿Cómo surge la Comuna?, para ser sintético y que la discusión pueda desarrollarse. Primero está el fenómeno de la guerra franco-prusiana. Como dice Marx en una carta “ninguna evolución histórica se hace en el vacío”, no está prevista y se hace siempre con circunstancias, y acá la primera circunstancia es la presencia de los prusianos en Francia y en París. Hay que señalar sobre la guerra que la I Internacional no tuvo una posición sobre el conjunto de la guerra, fue variando.
En primer lugar, apoyó a los alemanes contra la invasión de Napoleón, porque consideraba que Napoleón quería impedirla unidad nacional alemana y que esta unidad nacional alemana era muy importante, básica, para el desarrollo del proletariado alemán. En segundo lugar, apoyaron a los franceses cuando los alemanes invadieron Francia y se proponían básicamente liquidar también París, además de anexar también las provincias que consideraban históricamente parte de la confederación alemana. Entonces, vemos que la crisis que resulta de la guerra y de la debacle del imperio crea en París, que era la ciudad histórica de las revoluciones francesas, una ola patriótica. “No aceptamos la derrota, no aceptamos ser colonizados por Bismarck y los prusianos, porque eso va a ser la liquidación de todas las libertades y de todo lo que hemos conseguido a través de nuestras luchas”, y la crisis del imperio no es la crisis de la nación sino la crisis de la clase dominante, que ha estructurado el Estado desde la Revolución Francesa en adelante.
Entonces, en la Comuna hay una vena patriótica, en el sentido de que Francia sigue siendo el centro del desarrollo revolucionario en Europa. Y esto es asumido sobre todo por el pueblo de París, pero también por las otras ciudades importantes de Francia que habían votado sistemáticamente contra Napoleón III, que se apoyaba en el voto rural y en el campesino. Hay una crisis social, en París, Francia, se empieza a desarrollar la gran industria, aparece en París un joven proletariado, que reside básicamente en los suburbios, y que forma más o menos una gran parte de lo que van a ser los communards, que sufren problemas de salarios, que apenas alcanzan para vivir, aunque no se vive en la extrema pobreza de esa época, y comienza a cambiar y ya cambia la naturaleza de la clase obrera parisina, que era muy artesanal, de pequeños talleres, etc. Pero, la Comuna es también una crisis política. Como dice Marx, “la Comuna es lo opuesto al imperio”. El imperio es la forma estatal que asume el dominio de la burguesía después de la Revolución Francesa de 1789, pero es la vez un Estado represivo, de acaparadores, de especuladores, de mentirosos, guerrero, que se propone llevar al pueblo a la masacre para satisfacer los intereses de la clase capitalista. Y Napoleón gobierna en forma bonapartista, no se apoya directamente en las clases sociales sino en el aparato del Estado con el voto de los sectores campesinos.
Entonces, hay una crisis política porque este imperio se derrumba en la guerra contra Alemania, que iba a ser una guerra ganadora y en pocos días fue un derrumbe total, de la misma manera que Napoleón había perdido finalmente la guerra de México, etcétera. Entonces hay estos tres elementos que se juntan, a los cuales la Comuna de París, el pueblo parisino -es decir, el pueblo constituido desde la pequeña burguesía hacia la clase obrera y hacia los sectores más pobres de la ciudad- responde sistemáticamente primero con la República y después con la Comuna. Entonces, veamos simplemente las etapas y los problemas que plantean estas etapas. El 4 de septiembre es proclamada la República, pero la república se encarna finalmente en un gobierno de defensa nacional, que es un gobierno burgués podrido, y en la Asamblea Nacional que tiene una mayoría monárquica, que finalmente se elige más tarde. Este gobierno de la burguesía busca un acuerdo de paz con los alemanes para destruir la Comuna o la insurrección, o la rebeldía del pueblo parisino, que se concreta en mayo.
Entonces, esta primera etapa, que va de septiembre a marzo, está caracterizada porque un sector de la burguesía republicana se aleja del gobierno de defensa nacional y, sobre todo, porque la pequeña burguesía, para no hablar de París, rompe con el gobierno republicano y esto se refleja en el Comité Central de la Guardia Nacional. Pero este comité central, que era una representación democrática de la Guardia Nacional, que llegó a tener 300 mil integrantes, no es el creador o el impulsor de la Comuna, es una representación que hace frente al gobierno de defensa nacional de Thiers en el convencimiento de que hay que seguir luchando contra los alemanes. Y el 18 de marzo, cuando el gobierno de Thiers entra a París para tratar de sacar los cañones con los cuales los parisinos querían combatir a los prusianos, el Comité Central de la Guardia Nacional es completamente pasivo, aunque frente al hecho de que se expulsa a los soldados de Versalles, es este comité el que toma el Hotel de Ville, la Municipalidad, y se hace cargo a su manera del poder, pero dice “nosotros estamos temporariamente y vamos a llamar a elecciones”.
Pero junto al fenómeno de la Guardia Nacional está el desarrollo de los veinte barrios de París, de lo que se llamó a su vez el Comité Central o la federación de los barrios parisinos, que comienza ya en septiembre, pero mucho más con el famoso cartel rojo del 5 y 6 de abril, a decir: “queremos una comuna sin ejército, con instrucción, con una república social y democrática” -como se decía en ese momento. Y sin que hubiera un enfrentamiento directo entre este comité de los 20 barrios, donde intervenía también la I Internacional, es el Comité de los 20 barrios el que impulsa el tema de la Comuna. Entonces, a partir del 18 de marzo, el Comité Central de la Guardia Nacional quiere llegar a un acuerdo con los alcaldes existentes para que todo se tranquilice y el Comité de los 20 barrios no quiere, la derecha tampoco quiere y se llega al 26 de marzo, en el cual se llama a elecciones y se elige una nueva dirección del municipio de París.
Voy a ir redondeando, a pesar de que hay mucho más. Aparece la relación entre la lucha democrática y la lucha socialista -que en ese momento no se llamaba socialista, sólo era llamada socialista de parte de un sector, porque estaban también los blanquistas y los proudhonianos-, y el ala revolucionaria de la Municipalidad, del pueblo parisino. Y es este ala revolucionaria la que logra imponerse también porque la derecha no quiere hacer ninguna concesión y el 26 de marzo se elige una nueva dirección del municipio de París y el 27 de marzo se proclama la Comuna, y se eligen 92 electos, 85 en realidad, de los cuales hay 27 internacionalistas, entre los cuales hay 11 socialistas, una minoría finalmente. Estos, sin embargo, son electos sobre la base de programas diferentes, barrio por barrio, en los que reclaman la disolución del ejército, la enseñanza laica para todos los niños y niñas, la separación con la Iglesia, la revocación de los cargos públicos, etcétera. Es decir que este movimiento no surge de una estructura centralizada sino que se desarrolla a través de este movimiento en los barrios con los clubes, herencia de la Revolución Francesa.
Esto nos lleva a una tercera consideración, y aquí termino, de cuál es la relación de la Comuna de París y la tradición revolucionaria del pueblo parisino desde 1789 en adelante. Es interesante señalar que en su texto de 1911, cuando Lenin escribe sobre las tres fuentes del marxismo, no hace referencia a la Comuna de París, como lo hace en los textos que escribe después, en 1914, básicamente en El Estado y la Revolución, habla de la tradición revolucionaria o del desarrollo histórico revolucionario del pueblo de París, que es el centro revolucionario de toda Europa. La Comuna implica un punto de ruptura, es el último acto, si se quiere, de la tradición revolucionaria del’89, y es el primer acto, un gobierno obrero, una revolución obrera, y en ese sentido hay una contradicción entre la herencia de la Revolución Francesa, la herencia jacobina de la Revolución Francesa y la necesidad no de apoderarse del Estado sino de transformar el aparato estatal, tal como lo había organizado la burguesía y esto da lugar, en las pocas semanas que dura la Comuna, a un conjunto de debates sobre las medidas a tomar. En los minutos que me den al final, desarrollaré algún otro capítulo que me interesa desarrollar.
Ponencia de Hernán Díaz2Historiador y docente de la UBA, miembro de la revista Archivos, autor del libro recientemente publicado, De Saint Simon a Marx, los orígenes del socialismo en Francia. Ver reseña en este mismo número de revista EDM.
Buenas tardes a todos. Gracias por la invitación que me han hecho. Yo voy a referirme un poquito más a algunos aspectos, como decía algún historiador, “en migajas”, algunos aspectos más de detalle de la Comuna. Principalmente uno que a mí me llamó la atención o me preocupó, ¿por qué se plantea o cómo es que se puede plantear que la Comuna de París representaba a la clase obrera parisina o francesa? Y cuando uno mira las fotos, ve siempre soldados, soldados uniformados, ¿cómo es esto que la Guardia Nacional, que era un grupo militar, puede estar presentando las ideas o los objetivos, o el programa de la clase obrera de París? ¿Qué es esto de la Guardia Nacional?
La Guardia Nacional siempre fue una guardia ciudadana, es decir era la burguesía en armas, era la guardia que tradicionalmente representaba a la burguesía porque la tenían que constituir ciudadanos, para eso había que ser propietario, y según las épocas había que ser propietario o rico; era una guardia sedentaria, o sea que solamente defendía a la ciudad y entonces estaba separada del ejército, con otro uniforme y todo lo demás, eso era la tradición. Ahora cuando se derrumba el imperio, en septiembre de 1870, un poco se reestructura la Guardia Nacional y se convoca no a todos los ciudadanos, sino a todos los jóvenes hasta 35 años, solteros o viudos, además a los voluntarios; entonces, a partir de ahí, cambia su composición.
Pero no es solamente eso, no es que están todos, sino que además los batallones, que llega a haber 250, eligen a sus propios jefes y como eligen a sus propios jefes también empieza a haber una diferenciación en la Guardia Nacional, la de 1870, que es el período prerrevolucionario, empieza a haber una diferenciación entre los barrios populares y los barrios ricos. Los barrios ricos se van a ir alejando de la Comuna, incluso van a votar la primera vez, pero van a estar alejados de la Comuna. Estos miembros de la Guardia Nacional, además no solamente está gran parte del pueblo de París y, además, por su espíritu patriótico, se mete toda la izquierda, participa toda la izquierda de París, pero, además, fíjense que no son como los soldados, que están en un cuartel; los de la Guardia Nacional viven en sus casas y vana los clubes, es decir que discuten de política, participan de la opinión pública de París, en un cierto sentido tienen un contacto muy grande y justamente es ahí, en el marco de la Guardia Nacional donde se forma ese primer Comité Central de la Guardia Nacional, que recién Marcelo nombraba, el Comité de los 20 distritos, que después va a ser revitalizado con otro Comité Central y van a formar una federación de los batallones, por eso se los llamaron a los comuneros, se los llama federados, y por eso aparecen uniformados. Entonces, me parece que eso era una cuestión importante.
Además, los miembros que participaban de la Guardia Nacional tenían un salario, que era de 30 monedas por día, más o menos un franco y medio diario. Por otra parte, representan ese espíritu patriótico del que hablaba Marcelo, que justamente es lo que lo opone al gobierno central, al gobierno nacional, que se llama gobierno de defensa nacional, después la Asamblea Nacional, y lo que quieren desde el primer momento es pactar con Prusia, en un pacto que es verdaderamente leonino, desde el punto de vista contra Francia. No solamente porque le sacan dos provincias que están en el límite sino que además le impone una multa económica enorme. Entonces, París dice “no, no, hay que seguir luchando, tenemos mil hombres armados, hay que salir a batallar contra los alemanes”, por eso compran los cañones, hacen construir y pagan los cañones, que son los que el 18 de marzo el gobierno central les va a querer quitar.
Otra cuestión interesante con respecto a cuando el 8 de febrero se elige la Asamblea, esta Asamblea Nacional, que tiene una gran mayoría monárquica, el mundo campesino francés, que es la gran fuerza de derecha quizás hasta el día de hoy en Francia, el mundo de las provincias, es elegida solamente para resolver el tema de la paz. Sin embargo, cuando ven que hay una mayoría con 400 monárquicos contra 200 republicanos, entonces empiezan también a legislar. Primero, eligen a Thiers, lo confirman como jefe del Estado; segundo, deciden irse a Versalles, no a Bordeaux, que es donde había sido originalmente pautada. Ir a Versalles era una afrenta ante el París revolucionado, porque el gobierno se había ido a Versalles porque justamente en París estaba la clase obrera levantada. Además, hay una serie de medidas que toma la Asamblea que son muy importantes para la Comuna, por ejemplo, les quita el salario a los miembros de la Guardia Nacional, salvo que presenten un documento de indigencia, entonces, ya ahí hay un motivo de fricción. Además el gobierno, con esa crisis económica, después de la caída del imperio, había decretado una ley de alquileres con la cual no se podía desahuciar a nadie ni se podían aumentar los alquileres. Deroga esa ley la Asamblea, y también impone, exige que todas las deudas que no hayan sido pagadas en esos últimos meses durante la guerra se abonen inmediatamente, en un principio porque el Estado necesitaría tener una cobertura fiscal, pero esto enoja a toda la clase media de París, porque todos los comerciantes, los pequeños industriales, los pequeños artesanos tienen que pagar una deuda que estuvieron tratando de renegociar todos esos meses. Entonces, todas esas medidas hacen que la clase media de París, o sea todo un sector de pequeños comerciantes, de pequeños industriales, que muchos de ellos están también en la Guardia Nacional, se plieguen a este movimiento general que va a terminar en la elección de la Comuna.
En la cuestión de la Comuna me interesaba ver las cuestiones que tienen que ver con los grupos participantes de la Comuna. Hay una cuestión muy importante, la mayoría de los miembros del Comité Central, después de la Comuna, como dijo Marcelo, con noventa y pico de miembros que son elegidos en las dos elecciones (pero hay cinco o seis que ya se van de entrada porque son burgueses elegidos, gente de derecha que no quiere participar de la Comuna, entonces se va). La mayoría son republicanos, en un sentido muy general, muy genérico, incluso se ha dicho jacobinos. Es decir, este sector jacobino (que no es ni blanquista ni internacional, los internacionales son los miembros participantes de la Asociación Internacional de Trabajadores), estos jacobinos tienen una gran diferencia con la revolución de 1848. De entrada la Comuna de París iza la bandera roja, cosa que había sido una lucha en la revolución de 1848, en la que se había impuesto la bandera tricolor. Acá de entrada estaba la bandera roja. Estos jacobinos están un poco (como decía Marx, “el pasado oprime el cerebro de los vivos como una pesadilla”), ellos estaban reviviendo la Revolución Francesa. No solamente son patriotas como los revolucionarios de 1795, 1793, estaban rechazando justamente la invasión europea, reivindican la constitución de 1793, terminan exigiendo un Comité de Salvación Pública, igual que Robespierre, son robespierristas, apoyan, reivindican, sueñan con volver a las ideas de Robespierre. Son centralistas, todo este grupo de jacobinos, cuyo líder principal era Delescluze, creen en las libertades generales, creen en la República, creen en el sufragio, defienden la pequeña propiedad y, fundamentalmente, están en contra de cualquier tipo de medida socialista o, por lo menos, de las ideologías comunista y socialista. Es un sector informal, pero en términos generales se puede decir que es la mayoría de este sector dirigencial de la Comuna.
Frente a estos hay un sector que es muy organizado, que son los blanquistas, que es el sector más organizado de todos ellos, pero también es una minoría con respecto a los sectores jacobinos. Tan poco se diferencian los blanquistas de los jacobinos que inclusive Marx llega a decir en uno de sus textos que la mayoría era blanquista. Los blanquistas, por supuesto, siguen a su líder, Auguste Blanqui, quien justamente un día antes de la proclamación de la Comuna fue encarcelado por el gobierno central, entonces no fue el líder de la Comuna por una cuestión de horas. Básicamente, es una sociedad secreta, una sociedad secreta que aunque Blanqui tiene mucha militancia revolucionaria bastante vieja, esa sociedad secreta ha crecido en los últimos años de crisis, es decir creció a partir de la cárcel, a partir del contacto que tuvo Blanqui con los estudiantes, ganó un montón de intelectuales, hombres de letras, desconfiaba de la clase obrera, decía que la clase obrera no estaba madura para el socialismo. Tampoco sabemos si Blanqui era socialista, sus biógrafos más importantes dicen que no se puede saber qué tipo de socialismo era. Los blanquistas eran revolucionarios, estaban a favor del proletariado y pensaban que la historia era la batalla contra el clericalismo y en contra de la Iglesia, entonces fundamentalmente había una cuestión de educación, eran materialistas, estaban a favor de la educación, por eso también desconfiaban de la clase obrera, que no tenía ningún rol especial en el movimiento político justamente por su falta de concepción acerca de la sociedad. Estaban en contra del cooperativismo, y con respecto a Robespierre, ellos proponían a Hébert, quien era la extrema izquierda de Robespierre, uno los sucesos de la revolución francesa anterior.
Los blanquistas eran muy nacionalistas además, desde el punto de vista de que ellos confiaban que Francia era la luz del mundo y por eso también de cierta manera tenían desconfianza respecto de la Internacional, fueron al primer Congreso de la Internacional, se agarraron a golpes con los proudhonianos y después se fueron, pensaban que la Internacional era un grupo que hablaba, primeramente no estaban llamando a la revolución, y segundo, esta convivencia con los ingleses, con los italianos, lo que sea, no los convencía mucho, entonces tuvieron algún acercamiento pero, de hecho, no participaron de la Internacional.
Los que sí participaron eran justamente una minoría dentro de la Comuna de París que eran llamados “los internacionales”, los miembros de la Asociación Internacional de los Trabajadores. Entonces, esta minoría, que fue llamada así “minoría”, porque así se presentó en una situación final, también era muy mezclada; en esa minoría, en general, es decir los internacionales, muchos de ellos eran proudhonianos, como Longuet, que después va a ser socialista, y otros más. Y, además, estos proudhonianos eran gente bastante conservadora, estaban en contra de las huelgas, participaron finalmente de la Comuna de París pero llevados por el movimiento general, incluso algunos participaron del gobierno previo a la Comuna, y hasta se opusieron a la Comuna y a las movilizaciones populares, patrióticas, y en ese sentido era un grupo muy mezclado, pero dentro de los internacionales estaba el sector más politizado o más de izquierda, fundamentalmente Jean Varlin y Leo Frankel que era un húngaro que había recorrido Europa, y ellos dos estaban en contacto con Marx, no tanto por el hecho de ser marxistas, porque esto no tenía una identidad muy clara en ese momento, sino por el hecho de que eran las cabezas más importantes de la Asociación Internacional de los Trabajadores y Marx se contacta con ellos por ese motivo.
Es decir que la Comuna de París fue una gran asamblea que duró dos meses en el sentido de que no hubo un liderazgo y sobre todo, no hubo un partido, no hubo una idea previa con respecto a lo que había que desarrollar, y a mí me parece que es muy importante ver todos estos matices y cómo, incluso las dudas que han sido señaladas, como por ejemplo lo de no marchar sobre Versalles el primer día y otras, también dependía de esa mezcolanza ideológica y esa no preparación ideológica que había en la Comuna.
Hasta aquí lo que quería era mostrar estos dos grandes ejes, de qué era la Guardia Nacional y por qué representaba a los sectores populares, fundamentalmente a los obreros de París, e incluso desde el punto de vista de la composición social de sus miembros, la mayoría de los miembros de la Comuna eran obreros que hacían trabajo manual y había también un importante sector de intelectuales y hombres de letras, y además grupos políticos previos a la Comuna que participaron en la elaboración y que formaron parte de la tradición revolucionaria. Quizá haya más tiempo para ver algunas cositas más. Muchas gracias.
Ponencia de Eric Aunoble3Historiador, profesor y militante francés. La ponencia de Aunoble fue enviada grabada y no pudo participar de la parte de preguntas y debate del panel.
Buenos días. Antes que nada, agradezco la invitación que prueba que la historia revolucionaria sigue viva aquí en los intercambios entre Francia y Argentina, e intelectualmente entre Francia y Rusia. Pienso que el interés de los revolucionarios rusos por la idea de la Comuna nace del encuentro de tres fenómenos distintos. Entre los jóvenes radicales del siglo XIX hay una lectura de los socialistas llamados corrientemente “utópicos” y existe una voluntad desde el principio de vivir en colectividad, entonces encontramos comunidades de estudiantes radicales desde 1850/1860. Ese es un aspecto. En segundo lugar está el redescubrimiento en el siglo XIX de la comunidad campesina rusa, que cierto número de socialistas, entre ellos Herzen, van a adornar con virtudes socialistas en la medida en que es una organización comunitaria. Existe un tercer elemento, que es el interés por la historia revolucionaria francesa, punto de referencia de todos los radicales de Europa. Por lo tanto, es en este cuadro que se habla mucho de comunidad y comuna en la Rusia del siglo XIX.
Por el contrario, pienso que Marx, cuando se inclina sobre la comunidad rural rusa, está en ese recorrido que va a dar lugar al Origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, de Engels. Se trata de un recorrido más etnográfico, que no está directamente ligado a sus análisis de la Comuna de París. Según recuerdo, aunque no soy especialista en la cuestión, el vocabulario utilizado para designar esta comuna rural es el vocablo alemán gemeinschaft, que si no me equivoco sería el equivalente germánico del término ruso por comunidad. Estamos lejos del término komuna o komune proveniente del francés commune.
Recién hablaba del interés de los revolucionarios rusos por todo lo acaecido en Francia en términos de insurrección, de movilización popular, etc., y por lo tanto, en forma obligada todo revolucionario ruso, de la tendencia que fuera, marxista o no, populista o naródniki había leído todo lo que le caía en las manos sobre la Revolución Francesa y sobre las luchas políticas y sociales en Francia en el siglo XIX. Por ello, en las polémicas internas entre estos pequeños grupos de revolucionarios recordemos que son perseguidos por el poder y en muchos casos son militantes exiliados, tienen una audiencia reducida entre la población. Pueden tener cierta audiencia debida a su actividad militante, pero todo lo que significa propaganda alrededor de una historia revolucionaria es impedida por el régimen zarista, por lo menos hasta la revolución de 1905. En este cuadro, las referencias a la historia revolucionaria francesa son utilizadas en las luchas internas del movimiento revolucionario.
Cuando el movimiento marxista socialdemócrata debatió sobre sus formas de organizaciones a principios del siglo XX, lo hace utilizando con regularidad el término jacobino. ¿Qué es el jacobinismo? ¿Es una virtud o un defecto? Lenin va a reclamarse del jacobinismo. En esa época, Trotsky, oponiéndose a Lenin acerca de los principios de construcción de un partido revolucionario, busca otras referencias y va a rebotar sobre un artículo escrito por los bolcheviques, publicado en Iskra -no es un artículo escrito por Lenin- pero allí se argumenta en favor de la disciplina de la organización revolucionaria. Toma como contraejemplo a la Comuna de París, afirmando que fue aplastada por falta de disciplina. Es contra esto que reacciona Trotsky: “la Comuna es una movilización popular y no se puede reducir su fracaso a simples cuestiones de organización”. Por lo tanto, de un lado o del otro, sean los jacobinos o la Comuna, son herramientas de una discusión cuyo objeto es otro.
Es uno de los problemas en las polémicas políticas, es ir a buscar la historia, no tanto para tratar de entender los resortes de las luchas sociales en ciertas épocas y de cómo militantes pueden inscribirse en ellas, sino para usarlas como reservorio de argumentos para golpear a sus adversarios en las polémicas. La cuestión del uso de las referencias revolucionarias del pasado se vuelve a encontrar en 1917, pero ya en otra escala porque ahora el espacio público de Rusia es abierto, todos pueden publicar, organizar mítines, etc. Es en ese momento que la Comuna de París entra verdaderamente en la conciencia popular. Hay diccionarios de 1917 que recogen los nuevos términos utilizados en la lengua rusa a favor de la revolución, y ahí se encuentra el término de “comuna” en su doble sentido. El de municipalidad que se gobierna a sí misma y el del gobierno revolucionario, como el que mostró París como ejemplo en 1871. Este término de “comuna” en lo que significa de municipalidad gerenciada por sí misma y de gobierno revolucionario va a ser captado por Lenin en El Estado y la Revolución.
Hay que entender que los bolcheviques y los anarquistas eran, en ese momento, las fuerzas más radicales y que ese término “comuna” iba bien con ese radicalismo. Sin embargo, con la revolución de Octubre, los bolcheviques apoyados en los soviets toman el poder y si bien los anarquistas existían en Rusia, eran un movimiento bastante poco organizado y mucho más joven que el movimiento socialista y socialdemócrata. Por lo tanto, poco a poco los bolcheviques van a tener el monopolio de la referencia de la Comuna, no por haberlo planificado en forma maquiavélica sino porque era en el ambiente del Partido Bolchevique que se utilizaba masivamente la referencia a la Comuna.
Con el comienzo de la guerra civil, el año siguiente a la revolución de Octubre cunde entre los bolcheviques el temor a un aplastamiento, aplastamiento que llevaría a otra semana sangrienta. Si se toma la guerra civil tal como se desplegó en todo el territorio del ex imperio ruso, desde Vladivostok hasta las fronteras con Polonia, claramente se constata que hubo muchas semanas sangrientas, cada vez que los soviets eran aplastados localmente por las tropas blancas nacionalistas, etc. El temor de una reedición de la semana sangrienta reforzaba el discurso bolchevique que afirmaba que solo una disciplina de hierro y un poder donde el partido fuera la columna vertebral permitiría impedir la contrarrevolución.
Cuando se produce el final de la guerra civil, en 1921, la población llega exhausta, agotamiento que se expresa con huelgas en Petrogrado y el levantamiento de los marineros de Kronstadt. De hecho, los marineros de Kronstadt van a denunciar a “la podrida Comuna de los bolcheviques”, está asociado el término al bolchevismo. Los marineros de Kronstadt no se van a apropiar de la Comuna, para ellos la Comuna eran los bolcheviques. Mucho más tarde, los anarquistas van a asociar la revuelta de Kronstadt al término “comuna”. Desde el punto de vista de los bolcheviques, los comuneros eran la primera fila de las tropas enviadas para aplastar la revuelta. Las referencias históricas son siempre difíciles de manejar.
Trotsky fue llevado a justificarse varias veces respecto del affaire de Kronstadt, pero da la impresión de que en su cabeza este asunto está diferenciado de la cuestión de la Comuna, porque siempre mantuvo lo que expresó pocas semanas antes de la revuelta de Kronstadt, en sus propios escritos para el 50° aniversario de la Comuna de París. A la luz de la guerra civil, lo que Trotsky retiene de la Comuna es la idea de que la lucha de clases es sin cuartel y que hay que vencer, me animo decirlo, a cualquier precio, para evitar el aplastamiento definitivo de una insurrección y de un poder proletarios. En ese momento, Trotsky retoma los argumentos de los bolcheviques (que había combatido en 1904) según los cuales la única garantía de victoria para un poder proletario está en la disciplina y el hecho de agruparse fuertemente alrededor del Partido. Que yo sepa, nunca modificó su análisis y separó absolutamente la argumentación que tiene para justificar la represión de la revuelta de Kronstadt y la argumentación alrededor de la Comuna, que queda para él, ligada a la necesidad de un poder revolucionario fuerte.
Ponencia de Rafael Santos4Dirigente nacional del PO, compilador de la Edición Especial de La guerra civil en Francia. A 150 años de la Comuna de París.
Buenas noches, compañeros, es un honor que me hayan elegido para plantear el análisis de la Comuna. Las intervenciones de los compañeros que me precedieron creo que fueron importantes desde el punto de vista de cómo fue la correlación de fuerzas. Yo voy a tocar otro ángulo, complementario, porque no podemos repetirnos nosotros mismos.
La preocupación que quiero plantear es que la Comuna fue el primer gobierno obrero, al cual Marx lo terminó caracterizando como la “dictadura del proletariado”, la forma que iba a asumir la dictadura del proletariado. Porque ¿qué hizo la Comuna? Lo primero que hizo la Comuna fue la disolución del ejército y la policía, que son las bases de sustentación de cualquier Estado no solamente burgués sino de cualquier Estado explotador, y su sustitución por el armamento de la clase obrera y el pueblo. ¿Cómo se efectivizó esta situación, cómo fue el armamento? Creo que Marcelo planteó el problema de que el armamento de los trabajadores y de los sectores pobres de la ciudad de París fue producto de la misma guerra, la guerra contra Prusia. Frente a esta situación se decidió movilizar a todo el pueblo de París para defenderse y fueron armados. La mayoría de los integrantes constituyó batallones que partían de los barrios donde ellos estaban, había 20 bloques diferentes y una gran cantidad de batallones, y en algún momento del desarrollo de la Comuna se considera que había 350 mil soldados armados. Pero como dijeron aquí, los soldados éstos no eran profesionales, no estaban entrenados en el acto de la guerra, la acción militar y en defender los intereses de la clase explotadora del Estado. Eran obreros que fueron llevados, que se entusiasmaron y se enrolaron, había dirigentes importantes, pero la gran mayoría era una masa anónima.
Después se constituyó en la Guardia Nacional un Comité Central. El Comité Central vino como conclusión de que todos esos batallones tenían que estar centralizados y tener una dirección, y que al mismo tiempo lo que se impuso en la formación y elección de los batallones fue el principio de que los jefes militares iban a ser electos desde esos batallones. Salieron, por lo tanto, una gran cantidad de delegados y estos delegados de los batallones, en un plenario, eligen un Comité Central para que centralice la lucha contra Prusia y contra Thiers. Este Comité Central creo que fue el gran motor de este impulso revolucionario dentro de la Comuna.
Bien que, como se planteó aquí, la Comuna no tenía una organización de tipo homogénea. El problema que se plantea es el desarme de la burguesía, de las fuerzas armadas y de la policía, es el primer paso de una revolución triunfante, es el primer paso para poder llevar adelante la revolución. Y esto ya lo definía, como una de las conclusiones que sacó Marx, y que van a ser retomadas por los revolucionarios de diferentes épocas.
Hay que analizar que sobre la base de la crítica a la Comuna y a la organización del desarrollo de las clases obreras de todo el mundo se va a superar un problema que era la falta de un partido revolucionario, de un partido obrero independiente. Porque como alguien planteó, dentro de la Comuna había una cantidad de tendencias diferentes, estaban los blanquistas, estaba la gente de Proudhon, quien se negaba en sus tesis a apoyar un gobierno en que los trabajadores tomaran el poder. Esto venía de antes, significó una lucha política muy importante. Engels sacó un escrito en su momento de por qué la clase obrera tenía la necesidad de organizarse en partidos políticos y establecer una lucha política y una lucha por el poder.
La formación de estos partidos obreros que van a surgir después de la Comuna si bien sus programas tienen inscripto el planteo de que la clase obrera tiene que luchar por la dictadura del proletariado, a medida que van evolucionando, pierden esa posición y pasan a transformarse en lugar de partidos revolucionarios en partidos reformistas en la primera etapa. Partido reformista quiere decir que yo no lucho más por la revolución y por la dictadura del proletariado sino que trato de progresar, que la clase obrera progrese dentro del sistema capitalista, dentro del gobierno burgués, de la democracia, y trato de empujar para que se profundicen las conquistas democráticas y las conquistas sociales de las masas. Esto significa que los partidos se van transformando, en grandes luchas, pero todos estos partidos que llegaron y formaron la II Internacional se van transformando en partidos reformistas y hay una división en la Internacional.
Se forma por primera vez un ala revolucionaria de mucho peso al principio y un ala reformista, que directamente va a ir copando este tipo de partido. Lenin va a retomar este problema y va a plantear ya con la inminencia de la Revolución Rusa en un libro, terminado de escribir en septiembre de 1917, que se llama El Estado y la Revolución. Allí Lenin reivindica a muerte lo que hizo la Comuna, daba como ejemplo esa posición, que venía siendo elaborada previamente por el partido, sirve de alguna forma fundamental para tratar de que haya una vanguardia obrera, una vanguardia revolucionaria que tenga claro este problema. No luchamos por profundizar la democracia por que la democracia es una forma del Estado burgués, un gobierno burgués, y nosotros buscamos realizar una revolución. La democracia es la dictadura de la burguesía, una dictadura frente a la cual se para la dictadura del proletariado, los obreros toman el poder, instauran una dictadura revolucionaria para aplastar a la contrarrevolución que van a llevar adelante los burgueses.
Este debate, que fue central para la formación de la III Internacional, tiene una vigencia terrible, porque más de un siglo después nosotros notamos que la mayoría de los partidos de izquierda han abandonado el criterio de la dictadura del proletariado y han planteado que la dictadura del proletariado tiene que transformarse en una democracia avanzada, una democracia socialista. Es decir, abandonar la dictadura del proletariado es abandonar la revolución, porque lo otro es participar, desarrollar grandes luchas, pero participar dentro de regímenes “democráticos” burgueses. Y contra la democracia burguesa contraponía el problema de la dictadura del proletariado.
Esto lo hemos visto claramente en Francia, donde la Liga Comunista Revolucionaria (LCR) hace una década atrás sacó de su programa, de su estatuto, que era un partido que luchaba por la revolución proletaria porque se negaba a plantear el problema de la dictadura del proletariado. Figuraba en el programa, pero tuvieron que hacer una acción especial para retirarlo y tratar de transformarse en un partido “más amplio”, que pudiera intervenir y reagrupar por fuera de una estrategia revolucionaria, y que terminó siendo una variante minoritaria de las corrientes electoralistas.
Este problema de la LCR es general. En Europa, la gran mayoría de la izquierda adopta este punto de vista, ha renunciado a la dictadura del proletariado y se adapta completamente al proceso “democrático”. Hoy en día, la palabra “democracia” viene cargada y siendo usada por el imperialismo para oponerse a los sectores revolucionarios y a las revoluciones. Ayer leí que en Bolivia el imperialismo reclama, junto a Bolsonaro y demás, que a los militares que han sido detenidos esta semana los liberen y den lugar a una oposición dentro de la democracia.
Creo que del análisis de que la Comuna y de los partidos no podemos hablar de que existiera un partido revolucionario. Existían muchas corrientes revolucionarias. Acá lo tocaron los compañeros, Blanqui, Proudhon, quien era directamente contrario a que los obreros intervinieran en política y mucho menos a plantear la lucha del poder, pero fue empujado por la circunstancia. Esto se resolvió a través de un frente único, la unidad de todas las corrientes revolucionarias dentro de la Comuna. En este frente único surgieron grandes debates, problemas y crisis y demostraron la heterogeneidad que existía, pero el frente único no resolvió el problema del partido revolucionario. El frente único no resolvió la necesidad del partido revolucionario: esta es la segunda conclusión que quería sacar.
La renuncia a la dictadura del proletariado es la renuncia al partido revolucionario. Se ha discutido mucho, después de la Comuna, sobre la necesidad de los partidos revolucionarios. Nosotros tenemos perfectamente claro, que sin Lenin no hubiera habido revolución en Rusia, y nosotros tenemos que agregar que sin el partido bolchevique, donde Lenin era dirigente, no habría habido revolución capaz de afrontar con cuadros, con plataforma, con una concepción, el asalto al régimen burgués. Entonces, nosotros tenemos que plantearnos la necesidad de construir un partido de clase, que levante como doctrina fundamental la dictadura del proletariado, que es lo que abrió por primera vez en la historia la Comuna, Marx vio en su práctica de qué forma se iba a realizar: la disolución de las fuerzas armadas, el armamento popular, más allá de que esto ya se discutiera anteriormente.
Este es un punto en el cual la izquierda actual, europea y latinoamericana, y para seguir el caso de la LCR, también renuncian. Porque es lógico, si yo renuncio a la revolución proletaria, por la dictadura del proletariado no necesito tener un partido militante, de cuadros, de combate, para preparar ese terreno. Esto tuvo que afrontar y estamos afrontando hoy en día, por ejemplo, la LCR renunció también, se autodisolvió y decidió formar el Nuevo Partido Anticapitalista (NPA), que tiene una característica de “partido amplio”, de partido de tendencias, y que por lo tanto no es un partido amplio en el sentido de que moviliza nuevas fuerzas, sino que el “partido amplio” significa que se retrocede en la organización del proletariado, se incorporan otros sectores y no siguen un planteo de revolución proletaria.
Este libro que estamos presentando hoy, a 150 años de la Comuna de París, no es académico, tampoco es un libro de historia, es un escrito militante. Es extraordinario que dos o tres días después que la Comuna cayera, Marx ya había escrito un balance que es el que incorpora este libro, un balance de tipo político. Decimos que es militante porque armaría a los partidos y trabajadores de todo el mundo frente a la ofensiva ideológica, política, represiva que iban a desarrollar los gobiernos burgueses para demostrar que la Comuna era un grupo de desocupados. Marx señala en este escrito que vamos a estar frente a una Santa Alianza de la burguesía y de países burgueses contra la revolución. Una Santa Alianza que la Revolución Francesa también la tuvo, una Santa Alianza contra la revolución formada en ese momento por los gobiernos monárquicos y feudales. Esta nueva Santa Alianza es la de los explotadores contra la clase obrera.
El libro tiene también una serie de reflexiones importantes. Marx consideraba que los revolucionarios tenían que tener cuidado de organizar una insurrección que tirara abajo el gobierno republicano, llega a decir en la primera o segunda alocución que está colocada en el libro: que hacer una cosa de este tipo significaría casi un suicidio político y que los trabajadores tenían que prepararse para luchar por organizarse más a fondo, Pero apenas comenzó el proceso revolucionario, que fue producto de una reacción frente a la ofensiva del gobierno de Thiers de querer desarmar a los trabajadores, a 300 mil miembros de la Guardia Nacional, Marx levantó una posición de apoyo incondicional. De allí es donde sale la palabra de que estamos frente a un asalto al cielo, que significaba frente a un asalto al régimen burgués. La Comuna fue derrotada, se ha aprendido mucho de ella, y los partidos revolucionarios la discuten. Hoy, a 150 años, nosotros queremos volver a tomar este punto.
Esta es la idea que quería plantear y un balance de las tareas que plantea la Comuna, de una crónica de sus hechos, aparte no ser podría hacer frente a las intervenciones que tuvieron Marcelo y Hernán, que fueron completísimas. Muchas gracias.
La Comuna: preguntas y respuestas finales
1. ¿Pudo la Comuna haber ido más lejos de lo que fue?
2. ¿Por qué se considera que la mujer cumplió un papel tan relevante en la Comuna y, posteriormente, en la revolución de Febrero en Rusia?
3. ¿Qué opina la izquierda mundial en la actualidad sobre la dictadura del proletariado y cómo se reflejó esto en el abordaje de su aniversario?
4. ¿Por qué Karl Marx reprocha que no se haya expropiado el Banco de Francia?
5. ¿Cuál fue la causa de que la Comuna no avanzara sobre la banca, teniendo en cuenta que financió a una Asamblea Nacional?
6. ¿Hay registros del impacto en el movimiento obrero argentino o de posterior participación de dirigentes de la Comuna en la organización del reciente movimiento obrero argentino? Incluso uno de ellos, Gaultier fue uno de los organizadores del sindicato gráfico, ¿es así?
Marcelo Gramar
Respecto de las preguntas y las intervenciones merecen efectivamente un análisis, una discusión, que es muy importante. Primero una reflexión: Marx escribe sobre la Comuna en el tercer llamado de la Asociación Internacional de los Trabajadores y tiene que tener en cuenta la composición de la Internacional, donde hay mucho proudhoniano, hay bakuninistas, entonces, no es un texto en el cual él desarrolle el conjunto de sus reflexiones sobre la Comuna, porque es central, evidentemente, el tema del Estado, pero, por ejemplo, solamente las cartas que él envía y en su relación con Frankel -quien no era un militante suelto sin que estaba en relación con Marx y éste le daba consejos, sino instrucciones, consejos sobre cómo tenía que hacer las cosas-, él desarrolla críticas a la Comuna, entonces no hay que tomar La guerra civil en Francia como la expresión más acabada del pensamiento de Marx. Por ejemplo, el término “dictadura del proletariado” no aparece, es solamente Engels en el ’91 quien lo utiliza y no Marx. El tema del partido casi no aparece en el texto de Marx, porque para él en ese momento no era el tema central, y menos el del partido obrero revolucionario, porque la Internacional estaba constituida sobre el conjunto de las tendencias.
Entonces, desde este punto de vista, puede decirse que la Comuna no tenía un programa socialista ni de la expropiación del conjunto de los medios de producción y de la propiedad del capital, tenía un programa estatista, en el sentido de la construcción de un nuevo Estado, básicamente sobre la base de la liquidación del ejército y la policía, y después de la separación con la Iglesia, de instrucción universal de niños y niñas, de la revocación de los que no podían ganar más de un cierto salario, etcétera. Es decir que la Comuna fue mucho más rica en sus impulsos de estructurar un poder nuevo, proletario, por eso se habla de gobierno obrero, que en su carácter de revolución socialista, primero no tuvo tiempo y, después, como señaló un compañero, los socialistas eran una minoría en el gobierno de la Comuna, eran mayoría solamente en algunos barrios, pero minoría en el conjunto. Entonces, la Comuna, al no expropiar el Banco de Francia no se apropió de todas las posibilidades de crédito, es decir de proporcionar papeles -dejemos la parte técnica- a la burguesía y a los burgueses. Desde ese punto de vista, no desarrolló una política de liquidación de la burguesía. Incluso cuando se habla de la expropiación de los talleres, hay que leer atentamente el texto de la resolución de la Comuna, que dice que expropia pero con una compensación a discutir, los talleres de los cuales los capitalistas se han ido de París para cederlos a los trabajadores para que los hagan funcionar y, en general, en parte esto es una concesión a los proudhonianos, se habla más bien de la emancipación de los productores. Si uno lee los documentos programáticos de la Comuna, el centro se coloca no tanto en la clase obrera desde este punto de vista, sino en la emancipación de los trabajadores. Y como dice uno de los textos de los socialistas, “de la misma manera que en la Revolución Francesa se les dio la tierra a los campesinos, nosotros queremos que todos los instrumentos de trabajo se les den a los trabajadores”. Ahora, este es un proceso que requiere tiempo y requiere un programa; la Comuna comenzó con esto y es el gran valor, desde el punto de vista de la Comuna, en que esto resulta que se trata de un gobierno obrero y de una dictadura del proletariado en el sentido de que todas las tendencias del proletariado tienen su posible lugar en la Comuna.
No hay que confundir dictadura del proletariado como dictadura de un partido, es la dictadura de la clase obrera en sus diferentes expresiones políticas. Y como dice Marx, el secreto de la Comuna está en el hecho de que le dio forma política a la lucha por la emancipación de los trabajadores, cosa que no estaba clara en el Manifiesto de la I Internacional del ’64, entonces es el movimiento de la clase obrera, y no la cuestión del partido como tal, la que está en el centro de la reflexión de Marx. La cuestión del partido aparece efectivamente cuando la Comuna es derrotada, el movimiento obrero alemán se unifica en el ’75, el movimiento obrero francés comienza a formar partidos a fines de los años ’70, pero recién se unifica como veinte o treinta años después y forma el Partido Socialista, Sección Francesa de la Internacional Obrera (SFIO). Ahora estos partidos se estructuran en la Internacional bajo el impulso de Engels, de la misma manera que Marx había impulsado la primera, Engels impulsa la segunda, porque dice que la Internacional va a ser la herencia de la Comuna en el sentido que va a desarrollar la actividad política de la clase obrera, y no únicamente la lucha por reivindicaciones inmediatas. Hay que unir lo político y lo económico, este es el avance histórico de la Comuna. Ahora, como dice Trotsky, a esto si no se le agrega, en una guerra civil, una disciplina de hierro, una estructuración militar, etcétera, se va a ir a la derrota. Desde el punto de vista político, es esto lo que está en cuestión.
Sobre el movimiento obrero argentino, en el artículo que yo escribí en la magnífica recopilación de Prensa Obrera, indico que hay un texto, de Marcelo Segall, un importante historiador chileno, de influencia trotskista, que desarrolla este tema, da algunos indicios, datos, que efectivamente tienen que ver con la Unión Tipográfica, a partir de 1872 y que, según él, son los primeros intervinientes políticos que hablan de socialismo en la Argentina.
Explicar por qué la Comuna no fue más lejos de lo que podía ir, bueno, en primer lugar, por la represión de la burguesía. No hay que olvidar que se mataron más de 10 mil personas, que hubo 50 mil juicios, hubo miles y miles de expatriados, los llevaron a Nueva Caledonia, fue una masacre, fue la necesidad de la burguesía de liquidar hasta el último militante obrero de la Comuna, no hay antecedentes; la matanza de junio del ’48 era una tontería en relación a lo que pasó con la burguesía allí en la Comuna. Incluso hoy la burguesía tiembla cada vez que se habla de la Comuna, dicen: “no queremos, no queremos… lo importante es el poder de las municipalidades. Tiene terror a lo que fue el primer gobierno obrero y la primera vez que la intervención de la clase obrera da lugar a la toma del poder.
Tengo un matiz sobre la acción del Comité Central de la Guardia Nacional y el Comité de los barrios, donde estaban los internacionalistas, son dos cosas diferentes. Para mí, son dos cosas diferentes, y para toda una serie de historiadores, es el Comité de barrios el que impulsa la idea de la Comuna, en su famoso cartel rojo del 5 y 6 de enero y después de un primer enfrentamiento del 31 de octubre que rechaza la intervención de la Asamblea Nacional, hay una gran movilización militar en París, y es la primera vez que aparece vez la Comuna vista desde el ángulo de la ejecución de un programa social. Eso se refuerza el 5 y 6 de enero, después aparecen las elecciones, donde este comité presenta candidatos en todos los barrios, es la única corriente política que presenta candidatos en todos los barrios, y logra una influencia importante, que va a ser después la Comuna. Es decir los 92 representantes, 85 en realidad, que resultan de las elecciones y que el 29 de marzo proclaman la Comuna a iniciativa de los blanquistas. Estos juegan un rol más importante de lo que se dice habitualmente, porque tienen una mística revolucionaria, en el buen sentido de la palabra, una capacidad de sacrificio personal y política que realmente expresa lo mejor del pueblo de París y es en ese sentido que se reclaman de la Revolución Francesa.
Hernán Díaz
Quería referirme a dos o tres cosas de las que han preguntado. Algo sobre la que acaba de hablar Marcelo, sobre la no expropiación del Banco de París o de Francia, solamente para comentar que también era una de las exigencias de Prusia, porque como pedían un rescate financiero muy importante, una de las necesidades de Thiers era contar con el oro y con los bienes que estaban en ese banco y justamente era un problema muy delicado.
Del tema de la mujer, quería contar una anécdota. La mujer tuvo una cierta participación siempre dentro de la situación de sometimiento en que estaba la mujer en ese momento; es decir, hay que ponerlo en la relación de la época. Por ejemplo, fue una Comuna de varones, los que luchaban en la Guardia Nacional eran varones; las mujeres llegaron a tener un rol de acompañamiento, por ejemplo, en las barricadas.
Pero me interesa comentar la anécdota, cuando fue la famosa toma de los cañones, en que Thiers mandó unos batallones a tomar esos cañones que tenía el pueblo de París, que fue lo que desencadenó prácticamente la toma del poder en París, los cañones estaban en una serie de lugares rodeando París y Thiers mandó un batallón de soldados a cada uno de los cañones y, efectivamente, no había nadie que los cuidara, fueron y los agarraron, eso fue durante la noche, pero a los cañones no los mueven personas sino caballos, y los caballos llegaron recién al mediodía, tardaron como doce horas en mandarlos atelajes, es decir los caballos con arneses que pudieran mover esos cañones. Ahí sucedió una de esas cosas que parece como de la Revolución Rusa, como en el golpe de Kornilov, se subían las tropas en un tren y el maquinista lo llevó para cualquier lado, esas casualidades donde el fenómeno popular se impone por sobre los designios de las clases. Entonces, esos caballos no llegaron, a las 5 o 6 de la mañana, cuando se despierta el pueblo de París, al saberse la noticia de que el gobierno central se estaba queriendo robar los cañones, y todas las mujeres y todos los grupos de los barrios empiezan a rodear a esos soldados, que están ahí esperando que lleguen los caballos. Las mujeres empiezan a darles comida y agua a los soldados, que están cansados y, de pronto, en un momento, a eso de las 8 o 9 de la mañana, los soldados se ven rodeados por una masa barrial. No saben qué hacer, no pueden sacar los cañones, no se pueden ir, entonces, es eso, en cierta manera, el rol de la mujer. Ahí en ese momento es cuando alguien lo ha comparado con la revolución de Febrero, que la mujer tiene un rol en Rusia, tienen un rol particular. Pero, fíjense, que ahí son las mujeres las que hacen circular la noticia, las que rodean a los soldados y, finalmente, las que producen que los caballos no puedan acercarse a los cañones y que se eche a los pocos soldados o los pocos oficiales que querían permanecer con los cañones, tanto ahí como en otros lugares. Se ha hablado mucho del rol de Louise Michel, pero también hay otras mujeres que han participado de la Comuna de París. Insisto, si bien es un rol secundario, lo que los varones les permitían a las mujeres.
Quiero aclarar sobre Louise Michel que no había anarquismo en la Comuna de París, así como no había marxismo, se podría decir que nacieron en 1872, un año después de la Comuna, cuando lo echan a Bakunin y cuando se rompe la Asociación Internacional de Trabajadores. Había alguna gente que estaba, como Leo Frankel, como Eugène Varlin, que estaban en contacto con Marx, porque el secretario general de la AIT, pero no había un grupo anarquista, como no había un grupo marxista. Louise Michel fue una gran combatiente en ese grupo, muy firme en el juicio que le hizo el gobierno francés, pero su anarquismo es posterior a la Comuna de París y, en todo caso, no actuaron como activistas en este sentido. Es lo que agregaría como algún aspecto del rol de la mujer.
Sobre el impacto de la Comuna de París en la Argentina. Está lo que Marcelo comentó de Marcelo Segall, más actualmente Hilda Sábato tiene un capítulo en uno de sus libros, que se llama La política en las calles, y Horacio Tarcus, me parece que es el más actualizado, con su libro Marx en la Argentina. Se formaron dos grupos de la Asociación Internacional de Trabajadores, en los años ’72 y ’74, acá en Buenos Aires. Uno era una célula francesa y otra italiana; la francesa tenía varios miembros de la Comuna, pero hubo otro escapado de la Comuna aquí en la Argentina, Stanislas Pourrile que fue enjuiciado en la Comuna, porque fue considerado como un soplón de la policía, no se sabe si lo era, vino a la Argentina y publicó una revista, Le révolutionnaire, que era jacobina, revolucionaria, etcétera, pero sin una idea muy concreta, salió en francés, y posteriormente en francés y castellano, durante unos poco años y después se le pierde un poco el rastro a este comunero. Son gente que participó de la Comuna y después vino a la Argentina. A este muchacho Gaultier no lo conozco como de la Sociedad Tipográfica Argentina, pero habría que ver si efectivamente estuvo en la Sociedad Tipográfica, no estuvo en los grupos de la AIT en Buenos Aires de los años ’73 y ’74, por lo menos, no lo recuerdo. Los nombres que hay, algunos son seudónimos, son una veintena, los estuve buscando para ver si estaban en diccionarios franceses, pero hay muy pocas referencias de ellos. Hay uno, que ahora no recuerdo, que llega a enganchar con el Partido Socialista que se funda aquí en 1896. Hay alguna bibliografía sobre el tema, más que la influencia de la Comuna en la clase obrera habría que ver algunos comuneros que llegaron a la Argentina y que plantearon algunas ideas iniciales del socialismo y que, muy poco pero algo, fueron enganchando con la trama posterior de lo que fue el socialismo, o incluso el anarquismo en la Argentina, a partir de 1888 o 1890.
Rafael Santos
La respuesta es sí: la Comuna podría haber llegado más lejos. El 18 de marzo toman el control de la ciudad y esto lleva a que el gobierno de Thiers huya de la ciudad, se va el ejército, se van los funcionarios, se van los jueces y se instala un gobierno en Versalles, pero esta situación planteaba una ventaja táctica a los luchadores de la Comuna. Marx, cuando hace sus críticas, también Lenin y Trotsky, plantea que en ese momento lo fundamental habría sido un hecho importante, como indica la teoría militar, perseguir al hombre que se retira, golpear fuerte y desparramar. Tenían 350 mil soldados y una parte de ellos podrían haber marchado perfectamente sobre Versalles. El hecho de que no hayan salido y no hayan combatido, permitió a Thiers retomar la iniciativa, retirarse un paso y luego empezar a normalizar toda Francia para poder atacar a la Comuna de París. La Comuna de París tuvo muchas réplicas, hubo otras comunas, fallidas, en grandes ciudades, Lyon, y en otras pequeñas. Pero si esto se hubiera producido y se hubiera destrozado el intento de agrupamiento de Thiers, para lo cual había que avanzar en ese momento con la fuerza de la Guardia Nacional, hubiera cambiado probablemente toda la historia, no lo podemos prever exactamente. Ese golpe hubiera sido un paso importante en la evolución de la Comuna de París y habría planteado también el problema de que probablemente frente a esta situación, el ejército prusiano atacara a la Comuna. El ejército prusiano quería mantenerse al margen, hasta cierto punto también tenía temor de atacar a la Comuna, por la reacción que pudiera desarrollarse, la tendencia revolucionaria, cómo impactaban en sus filas. El avance sobre Versalles y el triunfo de la Comuna hubieran dado, en ese sentido, un gran salto y podría haberse planteado. Algunos dicen que no, porque las fuerzas productivas de la época todavía no daban, y que era necesario un desarrollo más importante del proletariado. Pero Marx, Engels, Lenin y Trotsky coinciden de diversas maneras, con diversos ángulos, en que no era así. Sino la Comuna estaba condenada desde el principio.
Sobre las mujeres. ¿Por qué en la Comuna y por qué en Rusia? La mujer y la obrera son los sectores más explotados de la clase obrera. Son los sectores que lidian todos los días con la manutención de sus hijos y su familia, y que en realidad reciben en las fábricas y en los lugares una superexplotación. Cuando las peleas de la Comuna llegaron a un punto tan importante, la radicalización de la mujer, la incorporación de la mujer a la lucha revolucionaria fue también muy importante. Se calcula que en la represión hay 900 obreras, no mujeres, 900 obreras que fueron fusiladas. En este punto, en la Revolución Rusa sucedió lo mismo. En la Comuna fueron a buscar los cañones y las mujeres confraternizaron, rompieron la cohesión de los militares. Cuando los generales quisieron impedir esto y dieron orden de fuego, sucedió lo contrario, fueron tomados prisioneros y fusilados. El inicio de la Comuna tuvo esta característica. Sobre esta base es que Thiers escapa.
Y en la Revolución Rusa también, que conocimos por otros textos y análisis, fueron las mujeres las primeras en salir a la calle, porque las condiciones de vida en la ciudad eran directamente infrahumanas en muchos aspectos. Y fue este sector el que logró arrastrar después a los obreros. La mujer ligada al sufrimiento directo, de su familia y superexplotada, cuando despierta a la vida política es un salto el que realiza.
Sobre la expropiación del Banco de Francia. Marx considera que si se hubiera expropiado el Banco de Francia, si se hubiera ocupado, se habría dado un gran salto político y gubernamental. Porque el Banco de Francia equivalía a 50 mil soldados. ¿Por qué esto? Porque las provincias del interior vivían, como se dice aquí, de la coparticipación de las finanzas del Estado. El que tuviera bajo su control el Banco de Francia tenía una influencia muy importante sobre las provincias, sobre las municipalidades del interior, y hubiera significado un hecho importante. Aparte los comuneros necesitaban el dinero, para seguir abasteciéndose y poder pagar salario. Ellos revitalizaron todos los servicios públicos. Ahora, ¿por qué no se ocupó? No se ocupó, porque se colocó la idea de que el Banco de Francia era una institución que tenía el dinero ahorrado por toda el pueblo francés. Y era parte del Estado burgués. Los comuneros fueron muy firmes en la disolución de la policía y del ejército, en el avance de la formación de un poder ejecutivo y legislativo unido, en la decisión de separar la Iglesia del Estado y un montón de decisiones revolucionarias que dieron directamente la forma de dictadura del proletariado. Pero cuando llegó el punto del banco hubo una vacilación muy fuerte. Y la burocracia que dirigía el Banco de Francia hacía un doble juego, porque le daba un poquito de dinero al gobierno de la Comuna y toda la cifra salía directamente para Thiers, lo que le permitía reforzar su ejército y tratar de avanzar. Este punto fue también fuertemente criticado por Marx, Engels, y fue asimilado por las nuevas generaciones revolucionarias.
Cuando en la Revolución Rusa van sobre el Banco Central de Rusia, se encuentran con que el banco está cerrado, la gente está de paro, no hay funcionarios, no hay un alma en todo el banco y, al mismo tiempo, los pocos que hay dicen que no tienen autorización. ¿Y cómo lo resolvieron? Enviaron destacamentos de obreros y marineros armados al banco, que ocuparon las oficinas del banco, reabrieron los bancos y llegaron al tesoro nacional, con lo que pudieron fortalecer la situación de la Revolución Rusa en la que el nuevo gobierno estaba pasando por una situación crítica.
¿Cómo definir la dictadura del proletariado? Definámosla por las tareas que lleva adelante, por sus objetivos: disuelve el ejército, disuelve la policía, separa la Iglesia del Estado, son todas tareas donde se va destruyendo el Estado burgués, porque la esencia del Estado burgués es el ejército y la policía, la esencia espiritual del Estado burgués es el apoyo de la curia y de las iglesias a los explotadores y el embrutecimiento del pueblo. Y cuando uno destruye todos estos elementos y crea una organización como la Comuna, que era ejecutiva y legislativa, nosotros tenemos que describir que eso era una dictadura del proletariado. Marx escribió un libro que se llama La guerra civil en Francia, él considera que el 18 de marzo de 1871se inició la guerra civil y que las vacilaciones que tuvieron los dirigentes de los organismos de la época tenían estas limitaciones y que había que tratar de alguna manera de superarlas.
La Comuna es, en ese sentido, el primer gobierno obrero y no se puede entender un gobierno obrero sin la dictadura del proletariado. Marx lo único que dijo fue: “ahora entiendo que la fórmula que nosotros planteamos, que tiene que haber una dictadura de la mayoría contra la minoría explotada. Queda claro acá qué forma va a tener”. Adopta este punto de vista y defiende un gobierno de estas características.
Sobre la izquierda mundial. Hoy en día, la izquierda mundial es democratizante, quiere decir que ha renunciado a la idea de la revolución y ha renunciado a la consecuencia de la revolución, que es la dictadura del proletariado. O al revés, ha renunciado a la dictadura del proletariado y, por lo tanto, renuncia llevar adelante una revolución. La mayoría de la izquierda mundial tiene un planteo de progresar, desarrollarse, empujar para el desarrollo de la “democracia”, una “democracia más amplia”, pretende ganar nuevos derechos políticos, democráticos, pero no tiene el objetivo y por lo tanto no se prepara para dirigir una revolución. En este cuadro, está el Partido Obrero y hay otros sectores que sí, que reivindican, pero hoy no sé cuánta gente en Francia levanta la consigna de dictadura del proletariado. Por lo pronto, la organización que fue más importante, la LCR, renunció a ella, entonces la lucha que se plantea para llevar adelante la dictadura del proletariado son dos: formar partidos obreros revolucionarios y formar una Internacional. Porque el retroceso que ha tenido el movimiento obrero, que tuvo una Internacional en 1864, que tuvo una Internacional en 1890,que tuvo una Internacional en 1918 y tuvo después la IV Internacional, como un intento de superar, de crear un partido, una dirección alternativa, tiene planteado ese problema. Hay que refundar la IV Internacional. Hay que refundar una Internacional revolucionaria que unifique la lucha revolucionaria de los pueblos.
A la I Internacional se le había planteado el problema importante de que los obreros ingleses hacían huelgas, y venían los obreros franceses traídos por la patronal y rompían las huelgas. La Internacional tuvo un peso en la conciencia tradeunionista, sindical de los trabajadores de las direcciones inglesas, en el sentido de que era una colaboración directa. Pero nosotros necesitamos ahora otro tipo de Internacional, necesitamos una Internacional que encabece y prepare las condiciones. Hoy el mundo está recorrido por sublevaciones populares, en Chile, en Haití, en todo el planeta, el propio Estados Unidos tiene un movimiento de lucha muy importante. Adolecen de una orientación estratégica y de partidos revolucionarios que los lleve adelante. La idea de partido revolucionario es defendida a muerte por Marx. Unos años después, en el Congreso de Gotha, que reúne a todos los sectores socialistas, saca su famoso librito, que se llama Crítica al Congreso de Gotha, donde ataca el criterio que existe en el programa de la unidad que se plantea la necesidad de un Estado popular libre, Marx lo critica explicando que el Estado es un órgano de represión, que no existe la libertad, y que hay que plantear en forma clara el problema del gobierno obrero y la dictadura del proletariado.
Creo que he respondido mi interpretación de las preguntas.
1. Miembro fundador de Política Obrera, antecesor del Partido Obrero, con una larga trayectoria militante en Argentina, Chile y Francia.
2. Historiador y docente de la UBA, miembro de la revista Archivos, autor del libro recientemente publicado, De Saint Simon a Marx, los orígenes del socialismo en Francia. Ver reseña en este mismo número de revista EDM.
3. Historiador, profesor y militante francés. La ponencia de Aunoble fue enviada grabada y no pudo participar de la parte de preguntas y debate del panel.
4. Dirigente nacional del PO, compilador de la Edición Especial de La guerra civil en Francia. A 150 años de la Comuna de París.