La campaña electoral, escenario de una crítica marxista a los planteos “libertarios”

Las campañas electorales son siempre un escenario de lucha política y confrontación de programas. La última campaña en la Ciudad de Buenos Aires tuvo como novedad la candidatura de Javier Milei, al frente de una nueva fuerza política acentuadamente derechista, que pretendía aparecer como transformadora y antisistema, a la vez que desarrollaba un ataque a la izquierda y a las ideas y principios del socialismo. Esto representó para la izquierda revolucionaria un enorme desafío y una oportunidad.

Los medios de comunicación y los analistas políticos le dieron a Milei y su campaña un lugar privilegiado. Sostuvieron que sería la sorpresa de la elección y que desplazaría a la izquierda como expresión de un “voto bronca”. Esta batalla se presentaba con fuerza en la juventud, donde el desencantamiento de una parte de ella con el kirchnerismo desbloqueaba el avance de la prédica de Milei, por un lado, y el de la izquierda por el otro.

La tesis que planteaba la posibilidad de un voto bronca masivo estaba plenamente justificada. Argentina se hundía nuevamente en una crisis. El “Estado presente” del que se jactaba el gobierno de Alberto Fernández fue solo la coartada de un ajuste brutal contra las masas con el único objetivo de pagar la deuda externa y llegar a un acuerdo con el FMI. Escondía, además, un régimen de privilegios que estalló en los escándalos de las “Vacunas VIP” y las fiestas en la residencia de Olivos. 

El macrismo estaba imposibilitado de canalizar el derrumbe del oficialismo porque el recuerdo del desastre dejado por su gobierno estaba muy fresco en la memoria popular. Como planteamos en el XXVII Congreso del Partido Obrero, quedó expuesto que, lejos de la falsa polarización instrumentada por el macrismo y el kirchnerismo, los responsables del régimen de hambre y saqueo que impera en la Argentina son todos los que gobernaron en las últimas décadas.

¿Adónde irían esos votos? Las crisis capitalistas siempre generaron movimientos reaccionarios que buscaron apuntar la frustración de las masas en chivos expiatorios, contra las organizaciones de los trabajadores y la izquierda. Lo decisivo es con qué política enfrenta la izquierda esta ofensiva. Un desafío no menor, finalmente el Frente de Todos y Vamos Juntos perdieron más de 6 millones de votos en conjunto respecto de las elecciones de 2019. 

Recogiendo el guante de la situación planteada, uno de los ejes más importantes de la campaña desarrollada por el Partido Obrero en el Frente de Izquierda, con la candidatura de Gabriel Solano a la cabeza, fue desnudar el verdadero carácter reaccionario y represivo de los planteos de Milei. Las características particulares del personaje, que presentaba sus ideas como parte de la filosofía y teoría económica “liberal libertaria” y la Escuela Austríaca, dio lugar a un debate más profundo, donde pudimos refutarlo a través del marxismo y generar un interés en los principios socialistas. Por otra parte, la propia campaña permitió desnudar tanto al macrismo como al kirchnerismo, fuerzas políticas que se adaptaron a la derechización propuesta por Milei, porque no tenían una verdadera alternativa a sus planteos. Demostramos que solo la izquierda socialista es la fuerza capaz de enfrentar consecuentemente a la derecha. En este artículo buscaremos desarrollar las principales polémicas que se presentaron en esta campaña.

¿La rebeldía se volvió de derecha?

En los días previos a la campaña electoral, el ascenso mediático de Milei despertó un gran interés en libro de Pablo Stefanoni titulado de forma provocadora y como llamado de atención “¿La rebeldía se volvió de derecha?”1Stefanoni, P. (2021) ¿La rebeldía se volvió de derecha? Siglo XXI Editores.. El libro analiza los fenómenos de la derecha reaccionaria en el mundo entre los cuales se encuentran los “libertarios” de Milei. La “rebeldía” de estos sectores consiste en un discurso contra el statu quo y la “casta política” a la vez que desarrollan una reacción contra lo que llaman la “corrección política”, los avances del feminismo y la comunidad LGTBI, tildándolos de “ideología de género”, los derechos de los migrantes, los ataques al “igualitarismo”, que no son otra cosa que la justificación de la desigualdad capitalista. Tal vez para darle un sentido histórico a sus planteos reaccionarios, todas estas luchas de sectores oprimidos por el capitalismo son atribuidos al “marxismo cultural”, que habría triunfado en el terreno de la ideología a pesar de la caída del Muro de Berlín y el fin de la URSS.

La pretensión de un “anarcocapitalismo” o un movimiento “liberal libertario”, con los que se identifica Milei, entraña una contradicción en sus términos. Busca combinar conceptualmente la libertad con la defensa del capitalismo. El término “libertario” es sinónimo de anarquismo, una corriente que plantea la emancipación humana del yugo del capitalismo a través de la destrucción del Estado y la instauración del comunismo. La utilización de estas banderas por parte de corrientes reaccionarias buscó históricamente confundir a los trabajadores. Como señalamos en la campaña, esto ya fue ensayado por Hitler, quien llamó a su movimiento “nacionalsocialismo”. Pero la defensa del capitalismo es incompatible con cualquier lucha emancipatoria porque basa su metabolismo en la explotación del trabajo ajeno, dividiendo a la sociedad en clases sociales antagónicas, una explotadora, la otra oprimida. La libertad esgrimida por Milei es la libertad de los capitalistas para explotar a los trabajadores. Son partidarios de la reforma laboral, por eso plantean barrer con los sindicatos y las conquistas obreras cristalizadas en las leyes laborales y los convenios colectivos.

La abolición del Estado y la defensa del capitalismo por parte de los “libertarios” es una utopía reaccionaria. El Estado es el garante de este régimen de explotación y opresión, por lo tanto, es el Estado de la clase burguesa, el Estado de los capitalistas. Sin él, la burguesía no duraría ni un minuto como clase dominante porque, básicamente a través del Estado y su monopolio del armamento, priva a la clase obrera de “ciertos medios y métodos de lucha” para perpetuar su explotación. Según Lenin, “El Estado es producto y manifestación del carácter inconciliable de las contradicciones de clase. El Estado surge allí, cuando y hasta donde las contradicciones de clase no pueden, objetivamente, conciliarse”2Lenin, V. I. El Estado y la Revolución. Ediciones varias.. La conclusión es clara: mientras haya capitalismo, habrá explotación y clases con intereses irreconciliables, y mientras haya clases con intereses irreconciliables habrá un Estado. La extinción del Estado supone la extinción de las clases sociales, y como esto no puede realizarse en un acto, el marxismo plantea la necesidad de una transición a través de un gobierno de trabajadores. Por eso, a diferencia de los anarquistas, Lenin plantea que “el Estado no es abolido, se extingue” junto a las clases sociales.

Es quizá por la conciencia de que el capitalismo no puede eliminar a su Estado que los “libertarios” desarrollaron una especie de teoría transicional, el minarquismo o Estado mínimo, que es la reducción del Estado a su función fundamental. Según las propias palabras de Milei estas serían “Justicia y Seguridad”. Estas ideas están basadas en el filósofo Robert Nozick, quien planteó que el único Estado legítimo es el que protege la vida y la propiedad de la violencia, el robo y el fraude. Cualquier otra función asumida por el Estado violaría la libertad individual3Nozick, R. (1988)  Anarquía, Estado y utopía. FCE.. Tal vez involuntariamente, esta teoría expone el núcleo del Estado capitalista, que en su versión más simple, fundamental, aparece como una fuerza armada organizada por la clase dominante para defender la propiedad privada de los medios de producción. Por otra parte, delata que detrás de la fraseología libertaria se esconde un vasto plan privatizador de todas las áreas sociales que la clase obrera conquistó con la lucha: la educación y la salud públicas, el régimen de reparto de las jubilaciones y la asistencia social, se transforman en nuevos filones de negocios capitalistas y un costo mayor para el salario obrero. El propio Milei defendió en la campaña el sistema de vouchers, que implica el fin de la escuela pública y su reemplazo por subsidios (vouchers) para que los pobres puedan acceder. Este sistema fue ideado por Milton Friedman en Estados Unidos y es el sistema utilizado en Chile, heredado del pinochetismo y contra el cual se rebelaron los estudiantes en 2019. No sorprende que el ídolo de Milei sea Domingo Cavallo, ideólogo de las privatizaciones menemistas que mantuvieron luego todos los gobiernos4“Confirmado: Milei quiere privatizar la educación”, Prensa Obrera, 17/9/21. https://prensaobrera.com/educacion/confirmado-milei-quiere-privatizar-la-educacion/. En otra aparición televisiva, Milei planteó la privatización de las calles bajo un sistema de peajes múltiples. Este planteo es un puente a las utopías más reaccionarias del libertarismo. Curtis Marvin, un “emprendedor” de startups estadounidense y libertario, imagina territorios o ciudades liberadas del Estado, donde la democracia no existe, es reemplazada por la administración de CEOs y la única libertad de los habitantes es la de los consumidores, si no les gusta, abandonar la Ciudad-Empresa y elegir otra, una verdadera dictadura totalitaria empresarial5Stefanoni, P.  (2021) ¿La rebeldía se volvió de derecha? Siglo XXI Editores..

En este sentido, el planteo contra el cobro de impuestos por parte del Estado es presentado como un cese del robo a los empresarios para sostener una estructura estatal parasitaria que es presentada como sinónimo de planificación económica y socialismo. Milei no repara en la contradicción que hasta para el funcionamiento mínimo de un Estado que se encargue de la “seguridad y la Justicia” hace falta el cobro de impuestos. Si el Estado defiende los intereses de los capitalistas, su financiamiento debe correr enteramente por esa clase social. De hecho, ocurre lo contrario, el Estado se financia en su mayoría con impuestos regresivos que confiscan a la clase obrera y que luego vuelven a los capitalistas bajo la forma de subsidios, rescates, obras públicas y el fortalecimiento del aparato represivo. Por lo tanto, el problema no son los impuestos en sí, sino su orientación social. El Frente de Izquierda planteó la necesidad de una reforma impositiva radical con impuestos progresivos sobre el capital y la eliminación de impuestos regresivos, como al consumo (IVA) y a la vivienda única que afectan a la clase obrera. Es por eso que rechazamos la burla del impuesto a la riqueza aprobado por el gobierno por ser ínfimo y volver a la clase capitalista bajo la forma de subsidios a los hidrocarburos y no un verdadero impuesto a la riqueza como el presentado por el Frente de Izquierda6Ver proyecto de ley1338-D-2020, presentado el 14 de abril de 2021..

Es importante distinguir que cuando Milei agita que el núcleo de las ideas “libertarias” es respeto de la individualidad, de la vida y de la propiedad no se refiere a cualquier propiedad. El capitalismo, al ser un régimen económico basado en la explotación del trabajo ajeno, necesita de dos condiciones para existir. En un polo una clase social poseedora de los medios de producción, la burguesía y, en el otro, una clase desposeída de esos medios que, para subsistir, solo tiene la venta de su fuerza de trabajo, el proletariado. Estas condiciones no tienen nada de naturales, son el resultado de todo un desarrollo histórico. Marx llamó a la fase inicial de este proceso “acumulación originaria” y lo definió como “la expropiación del productor directo, o lo que es lo mismo, la destrucción de la propiedad privada basada en el trabajo propio”. Este proceso violento privó de la tierra a los campesinos para transformarlos en proletarios. Por otro lado, la acumulación burguesa implicó el saqueo colonial y la masacre y esclavización de sus pueblos. Como dijo el propio Marx, “el capitalismo vino al mundo chorreando sangre y lodo por todos los poros”7Marx, K. El capital. Tomo I. Siglo XXI Editores. La defensa de la propiedad privada de los libertarios capitalistas es la defensa de la propiedad privada de los medios de producción y la expropiación violenta de los trabajadores.

Siendo coherente con los principios monetaristas, Milei llamó en la campaña electoral a “quemar el Banco Central” que, a través de la emisión monetaria, estaría “robando a los ciudadanos” y generando un proceso inflacionario. Del lado del gobierno de Alberto Fernández contestaban con una barbaridad semejante en el sentido contrario: “la emisión no genera inflación”. La realidad es que no siempre la emisión genera inflación, solo lo hace si los billetes emitidos no tienen respaldo en el Banco Central. El monetarismo o “teoría cuantitativa” plantea que el valor del dinero surge de la comparación con la masa de mercancías, negando que tenga un valor dado. Pero el dinero es una mercancía peculiar, que tiene la función de medir el valor de las demás mercancías, permitir su circulación y, muy importante, el atesoramiento. Cuando se imprime dinero en billete, su valor está dado porque representa al oro. En la Argentina, este proceso se da a través de un rodeo porque el respaldo del peso es el dólar. El hecho de que en nuestro país la emisión genere inflación está dado por el saqueo permanente del Banco Central para el pago de la deuda externa y el financiamiento de la fuga de capitales de los empresarios amigos de Milei, lo que deja sin respaldo a los billetes circulantes.8 Es interesante señalar que detrás de la disputa entre monetaristas y keynesianos, ambos acuerdan en el pago de la deuda externa, que creció bajo todos los gobiernos, y permite la fuga de capitales que lleva a la quiebra al Banco Central y fogonea la inflación. El planteo de Milei lleva a dos caminos: o se privatiza el dinero, un sistema fracasado que en la Argentina llevó a una grave crisis en las últimas décadas del siglo XIX, o se dolariza completamente la economía y se pasa a utilizar la moneda que emite, finalmente, el Banco Central, pero de Estados Unidos. Un salto en la condición semicolonial de nuestro país, lejos de la “potencia liberal” que Milei imagina para la Argentina. El Frente de Izquierda realizó su campaña contra el pago de la deuda externa y el pacto con el FMI y la necesidad de nacionalizar la banca para concentrar el ahorro nacional en un plan de desarrollo, única forma de tener una moneda estable8Astarita, R. “Papel Moneda, oro y la teoría monetaria de Marx”. Revista En Defensa del Marxismo N° 43. https://revistaedm.com/edm/43/papel-moneda-oro-y-la-teoria-monetaria-de-marx/ 9Heller, P. “Monetarismo, política K y teoría monetaria de Marx”. Revista En Defensa del Marxismo N° 45. https://revistaedm.com/edm/45/monetarismo-politica-k-y-teoria-monetaria-de-marx/ 10“Zurdo compadre, la concha de tu madre…”, Prensa Obrera, 9/8/21. https://prensaobrera.com/politicas/zurdo-compadre-la-concha-de-tu-madre/.

La impostura de la “casta política” 

Uno de los caballitos de batalla utilizados por Milei fue el despotrique permanente contra la casta política. Curioso, porque él mismo se estaba candidateando a formar parte de esa casta como diputado nacional. Para tratar de zafar de esta contradicción evidente, luego de asumir, Milei sorteó su dieta públicamente y afirmó que los diputados no deberían tener una. Nuevamente, un planteo reaccionario tomado de la aristocracia que, de este modo, garantizaba que ningún representante popular u obrero pudiera acceder a una banca. Pero el discurso contra la “casta” tiene una función fundamental que es ocultar que, bajo el capitalismo, la burguesía maneja el Estado por delegación a un personal político (casta) bajo formas muy diversas. En la democracia, ese personal es electo, lo cual tiende a hacer más opaco el dominio de clase de la burguesía sobre el Estado. Como el tero, Milei grita contra la casta, pero los huevos están en otro lado. Para colocar el foco en este punto, en la campaña electoral utilizamos como consigna “el voto que le duele a los dueños del poder”. La burguesía selecciona y recluta al personal a quien delega la conducción del aparato del Estado y se asegura de la lealtad de la casta bajo diversas formas, la corrupción, los carpetazos y también el pago de dietas que asimilan a la casta a la vida de la burguesía. Con una conciencia aguda del tema y en defensa de un dietazo, la diputada kirchnerista Fernanda Vallejos planteó que los diputados no deberían ganar menos que el CEO de una empresa11“Gano menos q eso y no necesito más, siempre viví de mi salario. Pero sí, q un CEO de cualquier empresa q no tiene más responsabilidad q satisfacer el afán de lucro de un privado, aún a costas del pueblo, gane más q un representante de la voluntad popular, como país, da vergüenza.”, 8/6/21. https://twitter.com/fvallejoss/status/1402331153944780802?s=20. El Frente de Izquierda defiende la política opuesta, el representante del pueblo debe vivir como un trabajador. Por eso siempre se opuso a los dietazos, y sus diputados ganan lo mismo que un trabajador calificado y el resto se dona a la construcción socialista. Este programa lo desarrollaron los obreros de la Comuna de París en 1871 para que el cargo no implique ningún privilegio. También impusieron la revocabilidad de los mandatos por el voto en cualquier momento que el pueblo considerara que no se estaba cumpliendo con su mandato. El armamento popular y la unificación en la Comuna de los órganos legislativos y ejecutivos constituyeron la destrucción del Estado burgués y la puesta en pie de un nuevo tipo de Estado, uno proletario12“A 150 años de la Comuna de París: retomar el hilo de la estrategia proletaria revolucionaria”, Rafael Santos. Prólogo a La guerra Civil en Francia, de Karl Marx. Ediciones Rumbos. Disponible en: https://revistaedm.com/producto/la-guerra-civil-en-francia/. Este es un verdadero programa contra la casta política. Los planteos de Milei contra la casta, por el contrario, son pura fantochada, porque mientras haya capitalismo habrá Estado burgués y, por lo tanto, una casta parasitaria y privilegiada que lo gestione en favor suyo. El ocultamiento de la responsabilidad de los dueños del poder en la crisis, Argentina tiene como contrapartida la presentación del empresario como un benefactor social. Esta visión completamente ideologizada y burguesa tiene su origen en la Escuela Austríaca. La escritora Ayn Rand sostenía que los “hombres de negocios estadounidenses producen exclusivamente para satisfacer las necesidades de los consumidores” y que conformaban una minoría oprimida que era utilizada como chivo expiatorio13Stefanoni, P. (2021) ¿La rebeldía se volvió de derecha? Siglo XXI Editores..

Pero la visión apologética de los empresarios que propone Milei no viene solo del lado de las ideas. Como dice Marx, “la existencia determina la conciencia”; Milei es funcionario ejecutivo del holding empresarial de Eurnekián14“Milei, soldado de Eurnekián”, Prensa Obrera, 2/9/21. https://prensaobrera.com/politicas/milei-soldado-de-eurnekian/. El asunto tiene interés porque Milei, siguiendo a la Escuela Austríaca, aborrece de la boca para afuera a los empresarios prebendarios, que hacen su fortuna asociados al Estado, cuando Eurnekián, su jefe, es el caso prototípico. Recordemos que este empresario es el titular de Aeropuertos 2000, que administra los aeropuertos de Ezeiza y Aeroparque -o sea, que una fuente principal de su fortuna se origina en una concesión del Estado. Se conjugan así en Milei la visión idílica del empresariado con su manifestación realmente existente. En este punto también reviste interés la posición de Milei sobre los monopolios, que se diferencia de los liberales clásicos, defensores de la libre competencia. Siguiendo a Murray Rothbard, el exponente más reaccionario de la Escuela Austríaca, plantea que los monopolios solo son malos si son creados en asociación con el Estado, pero que si son producto del emprendedor privado puede jugar un rol beneficioso, mejorando la relación entre la calidad y el precio. Los presenta como verdaderos héroes sociales15Stefanoni, P.  (2021) ¿La rebeldía se volvió de derecha? Siglo XXI Editores.. Para ellos, las leyes antimonopólicas penalizan el éxito en la competencia. Estamos frente a otra visión idílica, en este caso de los monopolios que históricamente se han apoyado en el Estado para su desarrollo, para competir por nuevos mercados y colonias, el germen de las guerras mundiales del siglo pasado. Milei pretende reemplazar el despotismo del Estado por el de los monopolios, otra forma de totalitarismo. El monopolio es la negación dialéctica de la libre competencia, es por eso que el capitalismo de la época de los monopolios es para Lenin la última fase capitalista, el comienzo de su transición al socialismo y la inauguración de una época de crisis, guerras y revoluciones16Lenin, V. I.  El imperialismo, fase superior del capitalismo. Ediciones varias.. La crisis mundial inaugurada en 2008 y luego la pandemia reforzaron el dominio de los monopolios, los bancos de inversión y las finanzas globales. La idea de una salida liberal para la Argentina en el marco de choques entre Estados y tendencias a la guerra no tiene sustento.

La apología del empresario emprendedor se basa en la teoría subjetiva del valor de la Escuela Austríaca. Según ella, el valor de las mercancías, tanto como qué y cuánto se produce, lo determina el consumidor con sus preferencias. Con esta teoría, que toma por explicación aquello que debe ser explicado, pretenden negar la teoría del valor trabajo de Marx, según la cual el valor de las mercancías está determinado por el tiempo de trabajo socialmente necesario para producirlas17Marx, K. El capital. Tomo I, Siglo XXI Editores.. El propósito es claro: negar que el valor lo generan los obreros con su trabajo y, por lo tanto, negar la plusvalía, la parte del trabajo no pago al obrero que se apropia el capitalista. El punto es interesante porque a raíz del planteo del Frente de Izquierda de que el salario mínimo debía ser de 100.000 pesos (valor aproximado de la canasta familiar), Milei intentó ridiculizarlo vociferando en un acto que “si es por eso pongamos un salario de un millón de pesos”. Para Milei y los libertarios, el valor del salario debe estar en un “nivel de equilibrio” que surge simplemente del esquema de costos del capitalista y no el costo de la reproducción de la vida del obrero y su familia. Si en ese esquema de costos capitalista, el obrero debe ganar menos de la canasta familiar, para Milei está bien, aunque ese trabajador pase privaciones, pero nunca se debe cuestionar la ganancia. El capitalismo lleva a la pauperización de la clase obrera porque necesita explotarla cada vez más para sostener su tasa de ganancia. Que el capital no pueda sostener a la clase que explota es un signo inequívoco de su declinación histórica.

¿Fascismo siglo XXI?

Una de las características de los planteos de Milei es su reacción política y su alineamiento con gobiernos de ultraderecha como Trump y Bolsonaro. Es el resultado del viraje propuesto por su mentor, Murray Rothbard, quien desarrolló como estrategia para el anarcocapitalismo la alianza con los movimientos reaccionarios para tener llegada al pueblo. En una suerte de manifiesto y programa, en 1992 planteó la defensa de los valores familiares y el famoso “primero los Estados Unidos”. En su teoría buscó contrapesar al Estado con la familia, la Iglesia y las asociaciones de empresarios. Es la base de todo el discurso contra el movimiento de mujeres y LGTBI. Milei se declaró enemigo del aborto legal y defensor de las dos vidas. La libertad que proclama Milei desaparece cuando se trata de la libertad de la mujer a decidir sobre su cuerpo y su vida. Y hace causa común con la Iglesia, el baluarte del oscurantismo reñido y opuesto a la libertad de pensamiento y derechos democráticos. Sus seguidores se burlan del lenguaje inclusivo. Milei atacó a los movimientos ambientalistas, acusando al cambio climático de ser un “invento comunista”. Frente a la pandemia rechazó vacunarse. En otros países estos movimientos desarrollan ataques contra los inmigrantes o los musulmanes buscando un chivo expiatorio. Se trata de una operación muy fina porque identifica a los movimientos y las conquistas democráticas de los trabajadores, las mujeres y diferentes minorías oprimidas por el capitalismo como si fueran la “ideología dominante”, responsables de la decadencia generada por el capitalismo. Muchas veces explotan en su favor que los gobiernos se embanderan con estas reivindicaciones para quitarle su filo revolucionario, cooptando a sus referentes, estatizando a sus organizaciones, que terminan siendo correa de transmisión de políticas contrarias a las que le dieron origen. En la Argentina vimos este fenómeno con las organizaciones de derechos humanos, referentes del feminismo y, en la última etapa, del ambientalismo. Es por eso que para apoyar las reivindicaciones democráticas y combatir a la derecha reaccionaria es necesaria la más absoluta independencia política del Estado y sus partidos patronales.

Durante los debates en la campaña, nuestra denuncia de que Milei era un fascista fue cuestionada por “exagerada”. Si bien es cierto, detrás de Milei no había un movimiento de masas de bandas armadas contra la izquierda y los trabajadores, la advertencia corresponde. En primer lugar, la época imperialista sigue vigente. Lenin la definió como una época de “crisis, guerras y revoluciones”. En las primeras décadas del siglo XX, el fascismo surgió luego de la enorme crisis provocada por la Primera Guerra Mundial y luego la crisis del ’29. En segundo lugar, la cantidad de represores y defensores de genocidas, como Victoria Villarruel, que poblaron la lista de Milei, fue una señal inequívoca de que sus planteos cerraban solo con un régimen de guerra civil contra la clase obrera.

El ascenso de movimientos derechistas y reaccionarios en todo el mundo tiene coordenadas precisas: por un lado, una reacción al capitalismo “neoliberal” que, luego de la caída del muro de Berlín, había proclamado el fin de la historia y la “globalización” del capitalismo financiero. Por el otro, la izquierda que se había planteado como alternativa a esta globalización terminó conteniendo, ahora desde los gobiernos, los procesos de luchas y rebeliones que los trabajadores alrededor del mundo desataban contra los ajustes, la precarización laboral y la pobreza en países arrasados por las políticas de Washington y el FMI.

La crisis de 2008 desató una ola de rebeliones populares, agudizó las tendencias a los choques entre Estados y la posibilidad de conflictos bélicos. La falta de una referencia de izquierda revolucionaria para darle una salida positiva a la crisis a través de gobiernos de trabajadores hizo que los movimientos ultraderechistas tuvieran un aire. Sin embargo, sus referencias más importantes no pudieron desarrollar su política a fondo. A la crisis de los gobiernos nacionalistas y progresistas le siguió la crisis de la derecha. Trump fue golpeado por una rebelión popular contra la violencia policial en el propio corazón del imperio y por el desastre de su política sanitaria. Bolsonaro fue cercado por las rebeliones populares en América Latina y la burguesía brasileña prepara un nuevo recambio con Lula18Traverso, E. (2018) Las nuevas caras de la derecha. Siglo XXI.. Los presidentes fascistoides no pudieron por el momento alumbrar un movimiento de masas fascista. Como plantea Trotsky, el fascismo es, junto al Frente Popular, el último recurso de la burguesía contra la revolución proletaria. En ausencia de esa perspectiva, que provisoriamente tampoco se presenta en Argentina, los Milei y sus partidarios juegan el rol de grupo de presión dentro de la derecha, pugnando por radicalizar la agenda política, ahora como integrantes de la casta.

La última palabra sobre el futuro la tiene la clase obrera y su desenvolvimiento en la lucha de clases”19No es voto bronca, es una transición política”, Prensa Obrera, 16/11/21. https://prensaobrera.com/politicas/no-es-voto-bronca-es-una-transicion-politica/. Para colaborar con su desarrollo independiente, la izquierda debe apoyar todas sus luchas y desarrollar su programa. En las últimas elecciones logró una base importante para este objetivo, como demostró la gigantesca movilización del 11 de diciembre contra el pacto con el FMI. Un congreso del Frente de Izquierda podría jugar un gran rol en la organización independiente todos los movimientos de lucha de la clase obrera.


Notas:

1. Stefanoni, P. (2021) ¿La rebeldía se volvió de derecha? Siglo XXI Editores.
2. Lenin, V. I. El Estado y la Revolución. Ediciones varias.
3. Nozick, R. (1988) Anarquía, Estado y utopía. FCE.
4. “Confirmado: Milei quiere privatizar la educación”, Prensa Obrera, 17/9/21. https://prensaobrera.com/educacion/confirmado-milei-quiere-privatizar-la-educacion/
5. Stefanoni, P. (2021) ¿La rebeldía se volvió de derecha? Siglo XXI Editores.
6. Ver proyecto de ley1338-D-2020, presentado el 14 de abril de 2021.
7. Marx, K. El capital. Tomo I. Siglo XXI Editores.
8. Astarita, R. “Papel Moneda, oro y la teoría monetaria de Marx”. Revista En Defensa del Marxismo N° 43. https://revistaedm.com/edm/43/papel-moneda-oro-y-la-teoria-monetaria-de-marx/
9. Heller, P. “Monetarismo, política K y teoría monetaria de Marx”. Revista En Defensa del Marxismo N° 45. https://revistaedm.com/edm/45/monetarismo-politica-k-y-teoria-monetaria-de-marx/
10. “Zurdo compadre, la concha de tu madre…”, Prensa Obrera, 9/8/21. https://prensaobrera.com/politicas/zurdo-compadre-la-concha-de-tu-madre/
11. “Gano menos q eso y no necesito más, siempre viví de mi salario. Pero sí, q un CEO de cualquier empresa q no tiene más responsabilidad q satisfacer el afán de lucro de un privado, aún a costas del pueblo, gane más q un representante de la voluntad popular, como país, da vergüenza.”, 8/6/21. https://twitter.com/fvallejoss/status/1402331153944780802?s=20
12. “A 150 años de la Comuna de París: retomar el hilo de la estrategia proletaria revolucionaria”, Rafael Santos. Prólogo a La guerra Civil en Francia, de Karl Marx, Ediciones Rumbos. Disponible en: https://revistaedm.com/producto/la-guerra-civil-en-francia/
13. Stefanoni, P. (2021) ¿La rebeldía se volvió de derecha? Siglo XXI Editores.
14. “Milei, soldado de Eurnekián”, Prensa Obrera, 2/9/21. https://prensaobrera.com/politicas/milei-soldado-de-eurnekian/
15. Stefanoni, P. (2021) ¿La rebeldía se volvió de derecha? Siglo XXI Editores.
16. Lenin, V. I. El imperialismo, fase superior del capitalismo. Ediciones varias.
17. Marx, K. El capital. Tomo I, Siglo XXI Editores.
18. Traverso, E. (2018) Las nuevas caras de la derecha. Siglo XXI.
19. “No es voto bronca, es una transición política”, Prensa Obrera, 16/11/21. https://prensaobrera.com/politicas/no-es-voto-bronca-es-una-transicion-politica/

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