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Luis Oviedo

Jorge Martínez, más conocido por su seudónimo militante: Luis Oviedofue dirigente del Partido Obrero. Aunque los irreverentes militantes de la TERS (la corriente estudiantil de Política Obrera, la organización que luego de la dictadura continuó con el nombre actual de Partido Obrero) le habían puesto de sobrenombre “el Gurí“. Se debía a su altura y enorme físico, asemejado al de un personaje de una popular historieta de época.

Tomó contacto con el PO cuando estudiaba en el emblemático Colegio Nacional Buenos Aires.

Bajo la dictadura militar videlista fue uno de los miembros del aparato organizativo del Partido, asegurando la salida y distribución del periódico en forma clandestina, una tarea que suponía un gran riesgo.

A inicios de los ’80 se alejó de la actividad militante. Fue la época en que se puso a estudiar con intensidad la carrera de Economía Política en la UBA. Su inteligencia portentosa le permitió avanzar rápidamente en la misma.

Al caer la dictadura, la muerte accidental de su amigo Luis Monge, “Lula”, realizando tareas por la legalización electoral del Partido en la lejana Santa Cruz, le provocó un clic y se reincorporó plenamente a la actividad militante, la que abrazó con toda pasión hasta el final de sus días.

Oviedo se hizo muy reconocido en el Partido por su gran trabajo como propagandista y motor en la redacción de Prensa Obrera. Pero, antes de eso, intervino con energía en la militancia cotidiana. Fue delegado en su trabajo, el Banco Shaw, y armó la agrupación del PO en Comercio, con una participación importante en la huelga del Hogar Obrero, entre otras.

Mientras intervenía en la redacción de Prensa Obrera siguió manteniendo, durante muchísimo tiempo, su trabajo de bancario. Se pasaba las noches estudiando y escribiendo, para partir a la mañana hacia el Banco.

Cuando sistematizó su trabajo en el periódico, se convirtió prácticamente en el editor técnico del mismo. No sólo escribía -la sección internacional de Prensa Obrera, con su enorme aporte, era de un primer nivel- sino que estaba en contacto y organizaba el trabajo de corresponsales en todo el país. Contestaba las notas que llegaban, corregía. Era muy comprensivo y pedagógico con los compañeros, pero extremadamente autoexigente.

Además del trabajo de redacción, se hacía responsable de la diagramación y hasta estaba presente en la imprenta, controlando la salida definitiva del periódico.

Fue un gran animador de la revista teórica del Partido: En Defensa del Marxismo. Como miembro del Comité Nacional del PO, integró su Comisión Internacional y fue uno de los motores de la conformación de la Coordinadora por la Refundación de la Cuarta Internacional (CRCI).

“El Gurí” fue también coordinador de la salida del periódico internacional de la CRCI, El Obrero Internacional, que fue publicado entre 2004 y 2007.

Su libro, Una historia del movimiento piquetero, se ha convertido en un elemento de consulta indispensable para cualquier historiador de este fenómeno. Y, por supuesto, es parte del análisis estratégico del Polo Obrero.

Oviedo fue un gran intelectual revolucionario y un enorme militante. Su seudónimo -Oviedo- era un homenaje a la tierra de sus ancestros. Y es el nombre de la capital de Asturias, de la tierra de los mineros que protagonizaron en 1934 la mayor huelga revolucionaria de la península -anunciando el ascenso revolucionario de 1936 y la guerra civil detonada por el franquismo-, de la cual fue un gran estudioso. Cuando se reintegró, me regaló un libro que había escrito sobre las diferencias entre el líder del POUM, Andrés Nin, y León Trotsky, sobre la Revolución Española. Un libro no editado, del que había sacado algunas copias que repartió entre conocidos.

Gurí Oviedo, uno de los grandes, está inscripto en la historia del PO y de la lucha por la refundación de la IV Internacional.